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Tres siglas, dos en posición vertical (V y A) y una en posición horizontal (B). El trazado recto de la B sirve para demarcar dos ideogramas. [seguir enlace]

Vicente Beltrán Anglada

 

L.T.V., en reconocimiento sincero de la absoluta filiación espiritual que trasciende el Karma y su infinita secuela de muertes y nacimientos…

V.B.A.


 

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Conversaciones Esotéricas


CAPÍTULO I: LA MAGIA DE LA CREACIÓN

El Universo en su totalidad es una indescriptible obra mágica que responde a la Voluntad del Creador de SER y de REALIZAR. Todo cuanto existe en la Naturaleza, sea cual sea el nivel en donde se manifieste, es una IDEA revestida de ciertas cualidades y expresándose por medio de una FORMA. El hombre es también una maravillosa obra mágica que reproduce íntegramente en su vida idéntico movimiento creador que el de la propia Divinidad. El también quiere SER y él también quiere REALIZAR su obra creadora en el tiempo de su permanencia dentro de los estrechos límites de su forma física condicionante. Dios se expresa por medio de la totalidad del Universo; el hombre utiliza su universo corporal para expresar las cualidades íntimas de su ser, y cada una de sus reacciones psicológicas a la vida es técnicamente MAGIA, la capacidad de crear dentro de sí y a su inmediato alrededor las condiciones que regulan el extenso campo de su existencia social.

Podríamos analizar esotéricamente el sentido de la Magia desde cuatro ángulos distintos:

a) La Magia Universal
b) La Magia Individual
c) La Magia y los Misterios Iniciáticos
d) La Magia del Quinto Reino

Cada uno de ellos constituirá el motivo o tema principal de nuestras primeras Conversaciones Esotéricas.

LA MAGIA UNIVERSAL

Introducirse en el vastísimo tema de la MAGIA exige de parte del investigador esotérico una extraordinaria capacidad de síntesis que le permitirá -si utiliza correctamente la clave hermética de la analogía- introducirse en los altos Misterios de la Vida del inefable SER que llena con Su formidable energía el extenso campo de expresión del Universo. Como es sabido, la investigación esotérica estudia los fenómenos de la Vida en cualquier plano o nivel de la Naturaleza, desde sus causas iniciales o fuentes más elevadas de producción, es decir, a partir de la Voluntad del Creador; de ahí que todos los fenómenos biológicos, geológicos, psíquicos, etcétera, concurrentes en la vida expresiva del planeta son estudiados a partir de sus aspectos universales hasta hacerlos converger en la vida particular o individual, cerrando así el ciclo misterioso de la Creación en lo que al ser humano se refiere.

Ahora bien... ¿Qué hay que entender básicamente por CREACIÓN? De acuerdo con la temática de nuestra conversación de hoy podríamos decir que es la MAGIA organizada y operativa del Logos en Su indescriptible Intención de SER y de REALIZAR. Podríamos decir también, aclarando el sentido de la idea, que ese intento creador que va del SER al REALIZAR, de la Voluntad a la Acción, es esencialmente MAGIA, es decir, la extraordinaria capacidad del Creador de llenar de ideas el vastísimo campo dinámico de Su Voluntad hasta convertirlas en Formas objetivas que respondan íntegramente a los Propósitos de Su Alma. Bien, esta definición quizás debería ser aclarada en el sentido de que no puede existir una idea sin partir de una Intención de base o Propósito creador que la dinamice, promueva y actualice ni tampoco una idea que quede flotando en los inconmensurables vacíos del Espacio, sino que su irresistible tendencia es “magnetizar” su campo de proyección en el nivel mental que le corresponda y apropiarse de la correspondiente substancia etérica de distintas densidades hasta obligarla a condensarse o hacerla cristalizar en una Forma determinada, la cual deberá responder naturalmente a las cualidades de la idea y a la Intención del Propósito inicial. Esto sucede así no solo en el ambiente universal en donde se mueve la Voluntad del Creador, sino también en el nivel de vida psicológico o individual en donde los seres humanos utilizan sus pequeñas voluntades para crear, ideas, revestirlas de cualidades y convertirlas en las formas que apreciamos por doquier, lo mismo en sus creaciones técnicas y artísticas que en la elaboración de sus ambientes familiares y sociales.

Puede decirse también, de acuerdo con la analogía, que todo cuanto existe viene determinado por un proceso infinito de Magia organizada y que cualquier tipo de forma en no importa qué nivel o reino de la Naturaleza es el resultado de un tecnicismo creador más allá de nuestras capacidades de comprensión, cuya función es “incorporar substancia material’ al Intento espiritual de la Divinidad de SER y de REALIZAR a través de la infinita multiplicidad de ideas que surgen como efecto de aquella Gran Motivación Universal.

Los Siete Grandes Sonidos Creadores

Recurriendo esotéricamente a los significativos textos de los antiquísimos libros sagrados de las grandes religiones de la humanidad, cunas de la verdadera sabiduría, hallamos estas curiosas y al propio tiempo trascendentales afirmaciones con respecto a la Creación del Universo, que es una expresión total de la Magia suprema del Creador. En unos himnos védicos de la más lejana antigüedad se halla escrito: “... El Supremo RISHI habló y llenó de mundos el Universo...” Otros viejísimos poemas orientales expresan la idea mágica de la Creación de la siguiente manera: “El Triple Canto del Gran Señor, el A.U.M., y la Cuádruple respuesta del Espacio produjeron todas las Formas del Universo”. En ambas afirmaciones, como ustedes podrán observar, se menciona aquello que en el más puro tecnicismo podríamos definir como “el Poder de la Palabra” o “la Gracia Infinita del Verbo”. Siguiendo con la analogía podríamos decir que el triple Canto, A.U.M., tiene su adecuada réplica en el Mandato bíblico “HÁGASE LA LUZ” con respecto a la Creación del Universo. Partiendo de esta conocida frase bíblica podríamos imaginar que “la Cuádruple Respuesta del Espacio” a la cual hacen referencia los poemas orientales podrían tener su relación con la fórmula sacramental del Evangelio “HÁGASE SEÑOR TU VOLUNTAD”, que entonces adoptaría un sentido creador o mágico y no solamente místico, tal como hasta aquí fue considerada con referencia a la vida de Cristo.

El conjunto de las SIETE PALABRAS entrañando la Voluntad de Dios, “HÁGASE LA LUZ”, y de Cumplimiento Universal de parte de la Naturaleza, “HÁGASE SEÑOR TU VOLUNTAD”, encubren el Misterio de la Creación de nuestro Universo septenario y podríamos decir -siempre de acuerdo con la analogía hermética, que cada una de estas Siete Palabras constituye un formidable MÁNTRAM, o SONIDO CREADOR, destinado a llenar de determinadas Formas el entero campo del Universo. Surgen así, en una vastísima e impresionante panorámica abierta al investigador esotérico:

- Los Siete Días de la Creación
- Los Siete Planos del Universo
- Las Siete Corrientes de Vida, llamadas técnicamente RAYOS
- Los Siete Espíritus Planetarios ante el Trono de Dios
- Los Siete Planetas Sagrados
- Los Siete Esquemas de la Evolución Solar
- Las Siete Cadenas Terrestres de las Evoluciones planetarias.
- Las Siete Rondas planetarias o Ciclos de Encarnación de los Logos de cada uno de los Planetas del Sistema Solar
- Los Siete Reinos de la Naturaleza, de los cuales sólo conocemos cinco
- Las Siete Razas Humanas, con sus correspondientes Subrazas
- Los Siete Tipos Psicológicos Humanos
- Los Siete Centros etéricos de energía, llamados técnicamente “Chacras”
- Las Siete Glándulas Endocrinas, de las que se ocupa muy seriamente la Medicina Moderna.
- Las Siete Notas Fundamentales de la Música, expresiones físicas de los Grandes Sonidos Cósmicos
- Los Siete Colores del Arco Iris o del Espectro solar..., etc., etc.

Tales relaciones se nos harían realmente interminables, pero algunas de las significativas ideas que hemos mencionado, constituirán la base de futuras conversaciones.

Ahora bien, utilizando de nuevo el sentido de la analogía vemos que el sentido de la Magia tiene que ver con la “pronunciación de determinados sonidos o MANTRAMS”, destinados a promover ciertas reacciones en el Espacio, siendo tales reacciones de carácter dévico o angélico y basadas en la conocida sentencia esotérica “...El Espacio es una Entidad”, la cual puede explicar el sentido íntimo de las aparentemente enigmáticas palabras, anteriormente mencionadas, de “...la cuádruple respuesta del Espacio”, debiendo entender que esta cuádruple respuesta tendrá que ver lógicamente con el origen cuaternario de la constitución física del Universo y con los cuatro elementos que la integran: la tierra, el agua, el fuego y el aire, los cuales son emanaciones del éter del Espacio que los cualifica y sintetiza y seguramente también con el cuaternario humano: la mente concreta, el cuerpo astral, el vehículo etérico y el cuerpo físico denso, ya que desde el ángulo esotérico este cuádruple mecanismo pertenece al aspecto material de la Naturaleza, siendo por tanto “unas respuestas del Espacio a la voluntad humana de Ser y de Realizar”.

Así, el aspecto mágico de la Creación es el resultado de una orden concreta del Creador a las inmensidades del Espacio, una orden llena de significativas ideas las cuales, “objetivizadas por los Moradores del Espacio”, o de “los Hijos del Espacio”, tal como denominan ciertos antiguos textos esotéricos a las fuerzas dévicas de la Naturaleza, se convierten en formas materiales de todos los tipos de densidad posibles y destinadas a ser tabernáculos o contenedoras de las infinitas cualidades de la Divinidad en incesante proceso de expansión cíclica.

Este aspecto mágico de la Naturaleza no ha sido quizás todavía interpretado en términos de “Creación de Formas” sino que fue explicado siempre de acuerdo con las tradiciones y supersticiones del pasado que les asignaron a los “espíritus de la Naturaleza” -técnicamente descritos en nuestros estudios esotéricos como “Ángeles o Devas”- un carácter misterioso y oculto, solamente al alcance de los sabios alquimistas o al de aquellos raros conocedores de las leyes que rigen la Naturaleza a quienes con mayor o con menor acierto les fue adjudicado el nombre de MAGOS, es decir, de “intérpretes de la Ley y Hacedores de su Justicia”, tal como rezan antiquísimos poemas místicos. Pero, esta afirmación de “Hacedores de su Justicia”, es sólo un aspecto unilateral dentro del concepto de la MAGIA, habida cuenta de que existen dos interpretaciones totalmente distintas de la misma: la TEURGIA, o Magia Blanca, y la GOECIA, su expresión incorrecta o Magia Negra. La MAGIA, como sistema de Creación tiene un solo sentido: la substanciación de las ideas y su conversión en formas, pero en su aspecto intencional tiene una doble motivación, la expresión correcta y adecuada de acuerdo con las sagradas leyes de la fraternidad, que expresan el verdadero sentido de la evolución, y la inadecuada o incorrecta que depende de la desvirtualización del principio de fraternidad y obedece a aquellos extraños y desconocidos móviles -subyacentes en la vida íntima de la Naturaleza- que degeneran en el principio de egoísmo que crea todo posible centro de conflictividad en el Universo, en el planeta y en el hombre… Ocultamente se nos habla de la existencia de un “Mal Cósmico”, sabiamente organizado, que al parecer produce las semillas de todas las posibles perturbaciones en el orden universal y planetario y determina lo que podríamos calificar de “un mal karma en la vida de la Naturaleza” o en la del ambiente social humano. No nos detendremos, sin embargo, en el examen de las causas que producen el Mal cósmico, con la teoría mística de ‘‘los Ángeles caídos’’ o de las actividades mágicas incorrectas, sino que nos interesa fundamentalmente captar los principios científicos -si podemos decirlo así- de la MAGIA BLANCA y considerar a nuestro LOGOS SOLAR como el Mago Supremo del Universo, perfecto en todas y cada una de Sus expresiones, así como a SANAT KUMARA, nuestro Logos Planetario, como el Mago Supremo de nuestro planeta, henchido solamente de las altas cualidades de Bien ya que, desde el ángulo de vista humano y aún de los grandes Adeptos, sólo cualidades, virtudes y perfecciones son perceptibles en las esplendentes Vidas de los Logos Creadores.

El Cáliz Supremo de la Creación

La Intención, la Idea y la Forma constituyen el Triángulo Mágico de la Creación o el proceso de la Magia Organizada, no sólo en este Universo en donde vivimos, nos movemos y tenemos el ser, sino en cualquier tipo de forma creada ya que, según el gran Iniciado Hermes Trismegistus -esotéricamente denominado el Padre de la Sabiduría- “... Igual es arriba que abajo, igual es abajo que arriba”. Siendo así, toda manifestación de vida en la Naturaleza es el resultado de una obra mágica en la cual siempre estarán presentes la intención, o voluntad, la idea cualificadora de aquella intención y la forma resultante de la idea, convenientemente interpretada por los Moradores del Espacio. Estas fuerzas invisibles, llámeselas dévicas o angélicas, constituyen todavía un conocimiento muy esotérico u oculto el cual no ha sido impartido todavía con la suficiente amplitud y claridad, debido sin duda a la extrema materialidad que impera en grandes sectores humanos, pero, a mi entender, el momento ha llegado de prestarle a esta idea o a este conocimiento dévico o angélico una muy profunda y atenta consideración, ya que sin este previo conocimiento el estudio de la Magia y los procedimientos científicos que la cualifican resultan prácticamente imposibles, o quedarían al menos muy deficiente e imperfectamente explicados. Dejaremos tal estudio para mas adelante, pero al tratar del proceso mágico de la Creación deberemos aceptar, siquiera como una necesaria hipótesis mental, la existencia de unas fuerzas invisibles que viven en el éter y que en forma misteriosa “constituyen el éter” y producen, merced a la potencialidad y fuerza expansiva de las ideas y de las intenciones, todas las formas de la Naturaleza y de los Reinos. El conocido axioma esotérico “La Energía sigue al Pensamiento” tiene que ver con el dinamismo de la acción dévica la cual representa en su totalidad la Actividad Creadora de la Divinidad, místicamente el Espíritu Santo, el aspecto MADRE de la Creación, Sustentadora de todas las Formas del Universo.

La Magia Suprema del Universo tiene como finalidad crear vehículos de Materia para la Intencionalidad del Espíritu Creador. Esta Intencionalidad y la forma de representarla en Espacio y Tiempo toman esotéricamente los conocidos símbolos del VERBO y del CÁLIZ, expresando el Verbo la Palabra de la Divinidad, llena de Voluntad de SER, y siendo el Cáliz el Universo físico que ha de contenerla. Esotéricamente a esta Voluntad o Intencionalidad Divina se la define como “la PALABRA ORIGINAL”, descompuesta en dos sonidos básicos, representativos de la dualidad ESPIRITU-MATERIA, que esotéricamente conocemos como el doble Sonido O.M., el cual convertido en Idea creadora da origen al axioma oculto anteriormente señalado, “La Energía sigue al Pensamiento”, siendo el triple Sonido A.U.M. la base sobre la cual se apoya la estructura material de la evolución aportando cada uno de tales sonidos alguno de los principios fundamentales mediante los cuales el Espíritu Divino podrá manifestarse. Tratando de hacer gráfica esta idea podríamos establecer la siguiente analogía:

ASPECTO
 
 SONIDO
 
 REINO
 
ESPÍRITU
 
 ORIGINAL
 
Divino
 
ALMA


 
 O.M.


 
Monádico
Espiritual
Humano
 
CUERPO

 
A.U.M.

 
Animal
Vegetal
Mineral


Estas relaciones nos informarán quizás de la cualidad mágica de cada una de las expresiones de la Naturaleza, desde las formas más densas de materia hasta las más altas sublimidades del Espíritu pues, de acuerdo con la analogía, todo tipo de Forma es un Cáliz de expresión del Verbo Creador, o Alma de la Divinidad, desde la simple estructura física de una hormiga a la más esplendente Forma planetaria del Logos Creador.

Hay que aceptar por tanto que la Naturaleza entera con su infinita pluralidad de cantos o de sonidos, es el indescriptible CRISOL en donde se realiza la Magia suprema de la Creación, la Sinfonía augusta a la cual cada Reino, cada Raza o cada Especie aportan sus particulares motivos creativos y susceptibles tendencias a la perfección, siendo el más elevado, y armonioso de los cantos en el CENIT de toda esta gama de sonidos creadores, aquél que más correcta y adecuadamente cumplimenta el Plan de la Divinidad en los dilatadísimos Espacios en donde ejercita los mágicos poderes que surgen de Su intencionalidad suprema de SER y de REALIZAR. Cerraremos así, tal como es de rigor esotérico, el círculo de nuestra conversación de hoy enlazando el fin con el principio, es decir, glosando la Intención de Dios como el Arte Supremo de la MAGIA. A partir de este momento sólo Ideas y Formas, unidades de vida desconocidas utilizando el conjunto de los sonidos que estremecen el Espacio para crear “objetividades” entrarán en el campo esotérico de todas nuestras conversaciones. Mantengamos pues, a igual que el Creador, nuestra intención de Ser y de Realizar. Así, nuestras conversaciones esotéricas tendrán también un carácter mágico y cada cual dentro de sus propias y latentes cualidades aportará a las mismas su espíritu eternamente creador...

Pregunta: Según usted todo es Magia en el Universo, pero yo no acabo de comprender cómo puede una hormiga, por ejemplo, realizar una obra mágica. ¿Podría usted aclarar este punto?

Respuesta:
La Magia es un proceso creativo que va de la Intención del Creador hasta la más humilde forma de vida de la Naturaleza. Así pues, toda manifestación objetiva en el seno de la misma no hace sino reflejar en su propia esfera de manifestación, por pequeña que sea, aquellos poderes ocultos que esotéricamente definimos como MAGIA, es decir, que cada forma expresiva en la Naturaleza es el recipiente de una Intención, de una vida o de una idea representativa de alma o de conciencia, siendo la forma objetiva simplemente el cáliz expresivo de la interacción entre la voluntad y la idea, pudiendo asegurarse que todo es MAGIA en la Naturaleza de la que participa no sólo el esplendente Ser que llamamos LOGOS, sino la simple hormiga a la que usted se ha referido y aún el más insignificante y humilde de los elementos químicos o átomos...

Pregunta: Usted ha dicho durante el curso de su conversación que el Espacio era una Entidad. No acabo de comprender esta idea.

Respuesta:
Bien, usted mira el Espacio con sus ojos físicos y no ve nada, pero usted sabe, sin embargo, que el Espacio está surcado por una infinita red de vibraciones, las de la luz, del sonido, de la radio, del teléfono, etc. Sabemos también que existen transmisiones todavía más sutiles como las vibraciones etéricas que producen el cerebro, las condiciones psíquicas, la telepatía, la ectoplasmia, etc. Esto nos indica que el Espacio tiene una Vida particular e íntima que permita la transmisión de todo tipo de vibraciones desde las más densas a las más sublimes, una indicación para el investigador esotérico de que en el seno del Espacio existe algo que podríamos considerar como una especie de Alma que dirige, coordina, promueve, estimula, cualifica y dinamiza todas las posibles vibraciones que se elevan de los cuerpos sutiles de la Naturaleza entera. Esta Entidad, o esta ALMA -si usted prefiere esta denominación- es una Voluntad que yo me atrevería a calificar de Individual que utiliza el Espacio para “cumplimentar la Obra suprema de la Creación”. Extremando el poder de nuestra imaginación... ¿por qué no cualificar de Dévica o Angélica esta infinita potencialidad del Espacio cuya misión, desde el ángulo de la MAGIA cuyo estudio estamos realizando, es cumplimentar la Voluntad divina de SER y de REALIZAR?

Pregunta: ¿Hay una relación entre los símbolos del Cáliz y del Verbo que usted ha mencionado, con los Misterios representativos de la Misa cristiana?

Respuesta: Hay una relación absoluta y los misterios de la Iglesia cristiana, esotéricamente interpretados, ofrecen una explicación razonada del simbolismo del Cáliz y del Verbo, siendo el Cáliz, o Cuerpo de Misterios, una expresión de los tres cuerpos o mecanismos de expresión humana: físico, emocional y mental simbolizados en la base, en el soporte y en la semiesfera de la Copa mística que utiliza el sacerdote en el acto de la Consagración de la Misa. El Verbo viene representado por la Hostia sagrada en forma de círculo que trata de simbolizar a la Divinidad, ya que el círculo es la forma geométrica más perfecta y la que más adecuadamente simboliza el movimiento mágico de la Creación. Utilizando la analogía todo misterio puede serle revelado al inteligente investigador.

Pregunta: ¿ Qué entiende usted por fuerzas dévicas, es decir, estas que usted define como “los Moradores del Espacio”?

Respuesta: Entiendo por “Moradores del Espacio” a aquellas energías individualizadas que operando en orden a jerarquías constituyen la Entidad que llamamos Espacio. Estas fuerzas actúan de acuerdo con las ideas que surgen del centro creador que llamamos Voluntad de Dios o, según su universal consecuencia, con las de cualquier centro de vida y de conciencia en no importa qué plano o nivel de la Naturaleza. Se trata de unas energías subjetivas, invisibles y de carácter oculto que mueven con sus actividades el edificio inmenso e inconmensurable de la Magia universal. Es decir, y recordando de nuevo el axioma “La Energía sigue al Pensamiento”, estas energías invisibles, dévicas o angélicas constituyen el principio de ENERGÍA que vivifica el Cosmos absoluto. De la actividad del pensamiento y de la expansión de sus infinitas cualidades surge inevitablemente todo tipo de energía la cual, convenientemente substanciada mediante un alto proceso mágico o elevada alquimia, determina la creación de toda posible manifestación de forma.

Pregunta: No acabo de ver claro cómo puede producirse esta expresión de formas partiendo de una idea. ¿Puede ser usted más explícito al respecto?

Respuesta: Trataré de serlo, pero le advierto de antemano que mucho de cuanto se ha dicho durante el curso de nuestra conversación esotérica de hoy deberá ser comprendido más por intuición, siguiendo las reglas esotéricas de la analogía, que por simple análisis intelectual.

Tenemos una intención, una idea y una forma en la expresión de cualquier proceso de vida en la Naturaleza. Todo este proceso se realiza en el éter, siendo el ÉTER la parte del Espacio Cósmico dinamizado por la Intención Creadora de la Divinidad. Hay así un aspecto mágico de la Creación que obliga al ÉTER a ensancharse o a contraerse de acuerdo con aquel impulso creador de la Deidad creadora. Siguiendo este proceso una idea cualquiera, de acuerdo con el principio de analogía, “se apropia” de una cierta cantidad de energía, la cual, tal como vimos anteriormente, es de carácter angélico o dévico y constituye una propiedad íntima del Espacio y le obliga, siempre de acuerdo con la calidad de la idea, a “contraerse” o substanciarse hasta convertirla en una forma objetiva, siendo esta forma el cáliz o vehículo denso de manifestación de aquella idea. Así, de acuerdo con este principio mágico de substanciación inherente al Espacio, Dios ha llenado y va llenando constantemente de formas objetivas la infinita grandiosidad del Universo. El ser humano “hecho a imagen y semejanza del Creador”, llena también de formas mediante el impulso creador de sus intenciones y de sus ideas los ambientes mentales, psíquicos y físicos que constituyen los particulares ambientes sociales y familiares en donde vive, se mueve y tiene el ser.
 

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