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Diario Secreto de un Discípulo
Por Vicente Beltrán Anglada
Las XXXVII - INTERROGANTES Y
EXPLICACIONES
¿Es entonces el Alkahest o la Piedra filosofal una emanación del Espíritu?. ¿Es
el propio Espíritu vertido en la esencia del Alkahest, la fuerza suprema que
rige el movimiento de transmutación de la materia y la convierte en algo
superior a sí misma, o esencia espiritual?. La materia vista desde el ángulo de
vista superior no es sino SUBSTANCIA MALEABLE que surge de la propia esencia del
Espíritu, es decir, una cristalización del Alkahest, que entonces, desde el
centro más denso y profundo de la materia origina aquel movimiento transmutador
dentro de la misma que técnicamente llamamos evolución.
Así, el Alkahest, la esencia mística del Espíritu, es causa de todo misterio de
transmutación dentro del "circulo-no-sé-pasa" impuesto por cualquier centro
creador, sea cósmico, solar, planetario, humano o atómico.
Siendo así ¿cómo podríamos aislar el Alkahest desde el centro de cualquier cosa
creada? Justamente llegando a este centro, pues toda cosa creada tiene su
Alkahest en lo más profundo de su propio centro creador.
La cantidad de Alkahest en el centro de cualquier cosa creada, define la
evolución del alma de la misma. A más Alkahest, más evolución, más imposición
del Espíritu sobre el centro de la materia o, la forma de más alma o conciencia
dentro de este centro de materia y, por lo tanto, más luz, más fuego y más
movimiento espiritual en la evolución de esta alma.
De manera que entre los tres centros conocidos, el material, el causal, y el
espiritual, no existe otra diferenciación que la "cantidad de Alkahest que rige
sus sucesivas evoluciones". Esta medida o esta cantidad de Alkahest varía en
cada ser y en cada cosa creada, dada la infinita pluralidad de vidas que se
agitan dentro de cualquier centro creador.
Las iniciaciones, ya sean las que rigen el paso de las mónadas espirituales de
un reino a otro o las que gobiernan la entrada de las conciencias humanas en el
reino espiritual, son transmutaciones - o sí Uds. lo prefieren - redenciones
impuestas por el Alkahest, a medida que avanza el proceso evolutivo que se
extiende de la Materia al Espíritu.
Ahora bien... ¿Cómo descubrir el Alkahest y cómo incorporarlo a nuestra vida?.
El dato simbólico "tres cocciones", aplicadas por tres tipos de fuego a la
"piedra filosofal" de los antiguos alquimistas, es realmente clarificador si
tenemos en cuenta que el Alkahest, que es esencia del Espíritu, se halla también
implícito "en su justa medida" en el centro causal que llamamos Alma o Yo
superior y que el impulso evolutivo de la Personalidad en los tres mundos o
"Alma en encarnación" se manifiesta a través de tres cuerpos, el físico, el
astral y el mental que requieren una activa y muy particular "cocción",
redención o integración. La bóveda del Templo del Espíritu Santo queda asegurada
entonces, una vez realizadas las "tres cocciones" y la Piedra filosofal, o
Alkahest, vuelve a ser el punto central donde convergen puros y redimidos los
tres cuerpos del Alma.
Hay que suponer así que habrá una eterna sucesión de nuevas bóvedas para nuevos
Templos, cada vez más suntuosos y más en sintonía con el Alkahest, que
convertido en el Santo Grial de las más depuradas tradiciones místicas, llevará
el Espíritu del hombre y de todos los demás seres en la vida de la Naturaleza a
su más amplio y trascendente destino.
***
INDICE
[Material inédito de los apuntes
VBA,
transcrito y editado por VicenteBeltranAnglada.org
para uso estrictamente personal y de estudio grupal.
No se autoriza su reproducción para propósitos comerciales.]
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