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Conversaciones Esotéricas
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Prefacio
Este libro, que someto a la amable consideración de ustedes,
es el compendio de una serie de conferencias pronunciadas en
la
ESCUELA UNIVERSALISTA DE LA NUEVA ERA, de Barcelona, desde
finales de 1975 a inicios de 1978. El tema genérico de las
mismas era el mismo que constituye el título del libro, es
decir, Conversaciones Esotéricas.
Un creciente número de sinceros aspirantes espirituales
infundieron calor a estas Conversaciones y el profundo
espíritu investigador que demostraron, revelado a través de
las inteligentes preguntas formuladas, permitieron que el
nivel de las mismas se mantuviese constantemente en zonas de
alta tensión espiritual. Fue posible, así, a medida que
proseguían estas conferencias-coloquio, que el espíritu
esotérico se posesionara del selecto auditorio y del propio
conferenciante, deparando tal oportunidad que se abordasen los
temas tan profundamente significativos que constituyen la base
angular de este libro.
Estas conferencias fueron grabadas inicialmente en cinta
magnetofónica, siendo reproducidas posteriormente por escrito
para utilización de grupos de estudio en España y Sudamérica
que se interesaron por las mismas. Debo remarcar también que
en la concepción literaria del libro se siguió
escrupulosamente el orden cronológico de fechas a fin de
guardar una perfecta similitud de las ideas analizadas en las
distintas conferencias.
Como ustedes podrán apreciar, al final de las conversaciones
se establece un amigable coloquio entre el auditorio y el
conferenciante, siendo interesante comprobar que las incisivas
interrogantes formuladas permitieron siempre extender y
profundizar considerablemente lo tratado en cada una de ellas.
Puedo decir pues honestamente que este libro es el resultado
de una labor de grupo.
Otra cosa que debo puntualizar también, habida cuenta de que
algunas de las ideas expuestas durante el curso de estas
Conversaciones Esotéricas poseen una cierta dosis de
originalidad, singularmente las que hacen referencia a la
Genealogía de nuestro Universo, a la misteriosa Vida del Ángel
Solar y a la Creación de los Planos de la Naturaleza, es que
me hago absolutamente responsable de mis afirmaciones y que no
voy a caer en la tentación de decir: “...Esto me lo ha dictado
o transmitido mi Maestro”, con lo cual declinaría toda
responsabilidad individual y caería en el riesgo de presentar
mi labor como el resultado de una comunicación mediúmnica, lo
cual no sería evidentemente cierto. Debo decir, por el
contrario, que desde hace muchos años y día tras día, sin
permitirme descanso alguno, he procurado profundizar algo más
en las leyes ocultas de la Naturaleza y del propio ser humano,
tratando de descubrir el Misterio de
sus absolutas y remotas Fuentes universales de Creación. He
adoptado en todo momento la actitud que corresponde al
discípulo de la Nueva Era de no interferir la atención del
Maestro con la constante y plañidera súplica de "Señor,
ayúdame en mis pesquisas...", una formulación estrechamente
vinculada con el pedido de "Dame, Señor, el pan de cada día",
muy característico en los discípulos de la Era Pisceana.
Bien, esto que acabo de decides no es una justificación de mi
actitud personal en relación con la de otros cualificados
discípulos mundiales, pero sí debo aclarar la posición
espiritual de un discípulo con respecto a su Maestro en estos
momentos cíclicos de tensión y de oportunidad planetaria. Es
obvio decir, y creo que muchos de ustedes estarán de acuerdo
conmigo, que toda persona rectamente orientada y con sinceros
deseos de servir a la humanidad tiene asegurada en el nivel
que le corresponda, a igual que los verdaderos discípulos
mundiales, la protección e inspiración de Aquellos benditos
Seres que desde los planos ocultos guían la evolución
planetaria, constituyendo esta realidad un potente estímulo
espiritual para los hombres y mujeres de buena voluntad del
mundo.
Para terminar este Prefacio, debo testimoniar mi sentido y
profundo agradecimiento a los amigos de la Junta Directora de
la Escuela Universalista de la Nueva Era que gentilmente
pusieron a mi disposición su Sala de Conferencias, por la
oportunidad que me ofrecieron de establecer contacto con
selectos grupos de aspirantes de cuya amistad me honro
actualmente y cuyo sentimiento de adhesión y renovado espíritu
me alentaron para seguir adelante con esta obra de difusión
esotérica.
Deseo de todo corazón que el espíritu de fraternal unión y
convivencia que presidió siempre aquellas esotéricas
conversaciones, se introduzca también en el ánimo de ustedes y
les permita, igual que a nosotros, ser dinámicamente
conscientes de la obra de la Jerarquía Espiritual aquí en la
Tierra.
Vicente Beltrán Anglada
Barcelona, Enero de 1978
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