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Vicente Beltrán Anglada


"Que el contenido les sea útil y pueda servirles de inspiración en el intento supremo de sus respectivas búsquedas, es nuestra más humilde y sincera plegaria..."
-V.B.A
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CAPÍTULO XI
CONSIDERACIONES MÁGICAS DE ORDEN SOCIAL
 

Habida cuenta de que la Magia es una actividad universal de la que participan íntegramente todos los seres humanos, algunas consecuencias vitales deberían ser extraídas de esta realidad. La primera de ellas es, sin duda, la de tratar de obtener un conocimiento científico lo más completo posible del Espacio, al cual, en todos los estudios esotéricos impartidos en fases superiores de enseñanza oculta, se le cualifica no sólo como una Entidad, sino que se le considera también como el Océano infinito de la Magia Organizada...

La consideración del Espacio como una Entidad multidimensional, multimolecular y multigeométrica –tal como vimos en páginas anteriores– puede aclararle muchas cosas al investigador esotérico, singularmente cuando alía la idea de Espacio con la del majestuoso Marco donde tienen lugar las operaciones mágicas que culminan en la creación de las Constelaciones de los sistemas solares y de los esquemas planetarios. Si aunamos ambas ideas o concepciones habrá que suponer también que los Logos utilizarán para sus creaciones, unas dimensiones, unos compuestos moleculares y unas formas geométricas específicas, muy particularmente definidas, extraídas de este indescriptible Depósito de elementos substanciales constitutivos que llamamos Espacio.

A partir de ahí y entrando ya en la consideración particular de nuestro Universo, vemos que los siete planos, niveles o esferas que lo constituyen, no son sino las aportaciones generosas, a unas medidas realmente inexplicables para nosotros, que la entidad Espacio le ha ofrecido y continúa ofreciéndole a nuestro Logos solar para el exacto cumplimiento de su destino de manifestación kármica.

Entrando también en la consideración científica de este hecho tan profundamente abstracto, observamos que cada uno de los planos del sistema solar está formado por una infinita variedad de compuestos atómicos, cuya calidad variará de acuerdo con la mayor o menor sutilidad de los planos en cuya construcción intervienen; una idea –como Uds. podrán observar– que nos introduce en los aspectos dimensionales del Espacio.

El Espacio es evidentemente, al menos desde el ángulo oculto, la Matriz de todas las posibles creaciones. Éstas, como es lógico, vendrán condicionadas por la evolución o desarrollo espiritual de las Entidades creadoras o Centros de conciencia logoicos que intervienen directamente en el proceso creador y que utilizan el Espacio como depósito, expresión y archivo de todas sus actividades creadoras. Desde tal punto de vista habrá que suponer que el Espacio tiene siempre dispuesta una directa y adecuada respuesta para cada tipo de vibración o de invocación proveniente de los Logos. El axioma hermético: “La Energía sigue al Pensamiento”, puede aplicarse íntegramente aquí por cuanto expresa sintéticamente el principio de la Magia Organizada.

Pero, este principio de naturaleza cósmica, forma asimismo parte del equipo psicológico de los seres humanos y son éstos quienes, de acuerdo con las sagradas leyes de la evolución, crean constante e invariablemente aquellas condiciones mágicas mediante las cuales serán estructurados los ambientes sociales y la civilización y cultura de los pueblos de la Tierra.

Debido a su escasa evolución espiritual, los centros de conciencia humanos no pueden crear magia de manera consciente e inteligente como lo hacen los grandes Logos o las excelsas Jerarquías de nuestra Gran Fraternidad Blanca... Cuanto realizan suelen hacerlo mal o deficientemente –hablando siempre de acuerdo con el principio de ordenación mágica– y tal condición se refleja evidentemente en el estado caótico de sus relaciones sociales. Veamos si no lo que ocurre en el mundo, los problemas existentes, la falta de amor y la ausencia de paz. Debido a sus torpes inclinaciones y al escaso desarrollo mental, la magia que realiza la gran masa de la humanidad viene impregnada de los residuos kármicos del pasado, reproduciendo en sus hábitos y costumbres tendencias ancestrales que la acercan más a los hombres animales que vivían en cavernas que a los seres civilizados con cierta cultura social de nuestros días.

De acuerdo con el sentido de estas exposiciones no será difícil comprender la afirmación de nuestro gran Adepto DJWAL KUL, cuando en una de sus enseñanzas esotéricas nos dice textualmente: “....en un principio de la evolución del cuarto reino, todos los hombres practican aunque inconscientemente la magia negra, pues viven en forma ignorante y casi totalmente egoísta”. Pese a los millones de años transcurridos y viendo el estado evolutivo de la humanidad actual, podemos afirmar lo mismo que lo hace el Maestro D.K., que una inmensa mayoría de la humanidad, más llena de aviesas intenciones que de excusable ignorancia, está practicando todavía la magia negra en sus ambientes sociales y comunitarios. Sin embargo, es grato afirmar también que pese a estos numerosos testimonios del mal –más o menos organizado– surgen constantemente de las filas de la humanidad, personas cada vez más inteligentes y comprensivas que le restan al mal planetario grandes cantidades de energía negativa. Se hallan en aquella delicada aunque trascendente fase evolutiva en la que el amor espiritual en sus corazones es algo más que una ingeniosa teoría religiosa.

En el devenir de los ciclos planetarios, el desarrollo del amor y el enaltecimiento mental llenan al alma humana de sensibilidad al Bien y la impulsan raudamente hacia el Sendero iniciático, el “Sendero de los Héroes” –tal como suele definirlo el Maestro KUT HUMI. No sucede lo mismo con las almas pérfidas o egoístas, que fueron olvidando a través del tiempo, a medida que ensuciaban sus alas doradas de Dioses con el polvo de la tierra, que eran esencias de amor, pureza y humildad y que deberían buscar taladrando las obscuras brumas cernidas sobre los éteres del planeta, la promesa infinita de sus vidas espirituales. Por haber perdido de vista esta inefable realidad, una cierta parte de seres humanos afortunadamente no muy numerosa se sumará a la lista de “las almas perdidas” que deberán cumplir su verdadera función humana en otro ciclo inferior de vida planetaria o universal. Para esta clase de personas la Justicia y no el Castigo, será extremadamente rigurosa, pues no será el Ángel solar quien rompa su compromiso kármico de amor, buena voluntad y servicio, dejando completamente indefensa al alma en los tres mundos, sino que será la propia Mónada espiritual la que liberará al Ángel solar de su voto solemne o de compromiso kármico con los hijos de los hombres, para que retorne al Nirvana de donde procede, abandonando definitivamente al alma humana con la cual se había voluntariamente enlazado, siguiendo las grandes Leyes espirituales del “Sacrificio Cósmico”.

Como hemos dicho en distintas ocasiones, nuestro planeta es la expresión física del cuarto esquema planetario del sistema solar, ocupando por ello el centro místico de las siete cadenas que forman dicho esquema y hallándose recorriendo actualmente su cuarta ronda dentro de esta cuarta cadena. El 4 es, por analogía, el número sagrado que define la característica particular de nuestro planeta.

Para el investigador esotérico, o para el estudiante sincero de la Magia oculta de la Naturaleza, son justamente las energías solares activas en este cuarto esquema, en esta cuarta cadena, en este cuarto planeta y en esta cuarta ronda, precipitadas sobre la cuarta subraza de la cuarta raíz Atlante, las que al diversificarse crearon dos caminos o senderos de expresión de la Magia organizada planetaria. Dos terceras partes de la Raza decidieron seguir el Sendero de Luz y utilizando el conocimiento adquirido en pasados ciclos decidieron seguir el camino del Bien y practicar la Magia blanca. Una tercera parte, ocultamente descrita como “la estirpe de los hombres caídos” decidió, por el contrarío, seguir el camino involutivo que conducía a las sombras de la Materia, y utilizando los frutos del conocimiento mágico se convirtieron en “Magos negros”, en fervientes opositores del plan evolutivo planetario.

Sin embargo, sólo en las primeras subrazas de la quinta raza raíz, la Aria, pudieron observarse los efectos benéficos de la Magia blanca que surgían como fulgidas promesas de paz individual y social de entre los espesos nubarrones creados por los despojos etéricos de los cadáveres psíquicos o kamalókicos y por los espantables egregores flotantes en el aura vital planetaria, creados y mantenidos por los Magos negros procedentes de la Atlántida antes de que este gran continente fuese absorbido por las aguas del océano...

Siguiendo con el hilo de la tradición mística, podríamos afirmar que en el período atlante tuvieron lugar los grandes acontecimientos que marcaron el destino de la humanidad para muchos milenios. Tales acontecimientos estaban relacionados con las causas productoras de la tremenda escisión producida entre los hijos de los hombres durante el periodo atlante, una escisión que, según el sabio criterio de los Responsables augustos del Plan de evolución planetaria, se hacía necesaria ya que afirmaba la actividad del principio de polaridad que rige todas fases de manifestación planetaria y humana. Veamos al respecto, algunos de los principales acontecimientos que marcaron el destino de la humanidad a partir del período atlante:

a. Se produjo una tremenda división entre los hijos de los hombres. Fue creada la polaridad DIOS-SATÁN, que desde aquel momento dividiría a los seres humanos en grupos, en castas y en jerarquías, pero que, al propio tiempo, daría lugar a la Magia organizada planetaria tal como la conocemos actualmente en el seno de la humanidad. Los hombres buenos y sabios crearon la Magia teúrgica, o Magia blanca; los hombres malos, ignorantes o perversos crearon la Magia goética, o Magia negra.

b. Se cerró la Puerta de la Individualización por donde penetraban en el reino humano las mónadas espirituales de las especies animales, superiormente organizadas y evolucionadas.

c. Como un aspecto mágico compensador de las energías de SHAMBALLA, se abrió la Puerta de la Iniciación, a través de la cual los seres humanos debidamente capacitados, deberían obtener el derecho de llamarse “Hijos de Dios”, alcanzar la inmortalidad y pasar a formar parte del quinto Reino de la Naturaleza, el Reino espiritual.

d. Se originaron aquellas condiciones especiales que podríamos denominar ocultamente de “polaridad psicológica” y surgieron entonces las siete virtudes cardinales que deberían contrarrestar en el transcurso de las edades, la nefasta actividad de los siete vicios o pecados capitales desarrolladas en lejanas etapas precedentes. Surgieron así a la percepción de los videntes espirituales procedentes de la tercera cadena, nuestros adeptos actuales, dos poderosos Egregores o Entidades psíquicas a los que en nuestros estudios esotéricos denominamos el GUARDIÁN DEL UMBRAL, o Diablo tentador, y el ÁNGEL DE LA PRESENCIA, el Guardián espiritual celeste de toda la humanidad.

Estas ideas pueden aparecer como “muy sutilmente rebuscadas”. Bastaría, sin embargo, ojear cualquier libro sagrado de no importa qué gran religión mundial, para que se observasen los puntos de coincidencia en torno a estas afirmaciones sobre el conflicto dual en que se debate la personalidad humana. El principio de analogía, utilizado inteligentemente, podría aclarar por sí solo la causa inmanente en los grandes acontecimientos que tuvieron lugar en aquellas alejadas épocas planetarias, en las que en virtud del poder que tiene el NÚMERO sobre la FORMA, los factores mágicos implícitos en el número CUATRO dentro de un universo septenario como el nuestro, incidieron potentemente sobre el reino humano, que es el CUARTO en el orden evolutivo de los Reinos y de las especies.

Los Biólogos del futuro deberán tener muy en cuenta los efectos mágicos sobre los cuerpos físicos humanos de estas confluencias cíclicas, observando las crisis de reajuste que tienen lugar cuando el embrión humano ha cumplido CUATRO meses dentro de las entrañas maternas, la crisis de rápido crecimiento que tiene lugar corrientemente cuando la criatura humana ha cumplido CUATRO años, y un examen profundo de lo que ocurre en el cuarto centro etérico o CHACRA CARDÍACO y en la cuarta glándula endocrina, la del corazón físico, cuando el ser humano atraviesa etapas cíclicas de edad basadas en el número CUATRO y a las cuales los investigadores esotéricos no han prestado quizás todavía la debida atención. Sin embargo, para el discípulo en entrenamiento espiritual en algún Ashram de la Jerarquía, impuesto de razones ocultas dictadas intuitivamente por el principio de la analogía hermética, el estudio del número CUATRO –base de nuestro esquema terrestre y muy probablemente quizás de nuestro propio sistema solar– constituye la más acabada promesa de sabiduría espiritual.

Una de las ideas más importantes a considerar con respecto a la Magia organizada en nuestro mundo, a partir de la gran escisión atlante, es sin duda la que hace referencia al GUARDIÁN DEL UMBRAL, tan frecuentemente mencionado en los estudios esotéricos, singularmente cuando se observan las dificultades que surgen en la vida del discípulo que eligió como norma clara de su existencia el Sendero espiritual.

Ahora bien..., ¿qué es exactamente y definido en términos esotéricos el Guardián del Umbral, o Morador del Umbral –como se le menciona en ciertos tratados ocultos? Podríamos definirle muy concretamente como “el fruto amargo de las edades”, conteniendo en substancia psíquica de baja vibración todos los malos pensamientos, innobles deseos e incorrectas actitudes de los seres humanos desde el momento de su individualización hasta el momento presente. Al principio de los tiempos, en los inicios de su autoconciencia, todos los hombres son virtualmente unos magos negros que crean inconscientemente aquello que con respecto a la humanidad hemos definido “los frutos amargos del tiempo”.

Pero, en aquellas lejanísimas edades, el Guardián del Umbral era sólo una especie de nebulosa etérico-física flotando en el aura planetaria y envolviendo muy particularmente a los seres humanos. Sin embargo, al llegar la humanidad en su conjunto a la segunda mitad de la raza Atlante, la extrema vigorosidad del cuerpo emocional en creciente desarrollo, afectó muy potentemente a la chispa ígnea de luz mental implantada en los cerebros instintivos de los hombres animales que habían accedido a la Individualización y le comunicó parte del tremendo fuego astral o pasional que ardía en el plano astral del planeta. Como efecto del tremendo impacto psíquico se creó aquella íntima vinculación entre el deseo pasional y la mente incipiente, que persiste todavía hoy en grandes sectores humanos y que ocultamente describimos bajo el nombre de Kama-Manas.

En virtud de esta potente y estrecha vinculación nuevas invasiones de energía psico-física penetraron en el interior de la nebulosa etérica creada en los primeros albores de la humanidad, adoptando entonces el Guardián del Umbral una forma o un contorno muy preciso y vinculante que representaba el estado evolutivo de la humanidad, con la exagerada potencia de los deseos humanos y el escaso control de la mente en proceso de desenvolvimiento sobre la naturaleza psíquica.

La forma etérico-psíquica así creada fue tomando en ciertas definidas etapas atlantes tal extensión y tal potencia, que los augustos Responsables del Plan de la evolución planetaria la consideraron un peligro para el desarrollo espiritual del conjunto de la Raza, y en un memorable Concilio celebrado en SHAMBALLA en las postrimerías de la sexta subraza Atlante, decidieron atajar el peligro de invasión total del planeta por la fuerza opresiva del Guardián del Umbral mediante la destrucción de los lugares magnéticos creados por las perversas entidades atlantes y que no eran sino los “feudos” a través de los cuales ejercía su poder condicionante el Guardián del Umbral... Es así, siguiendo las correctas líneas de la evolución espiritual de la Raza, que se produjo aquel hecho planetario sin precedentes que ocultamente conocemos como “Destrucción de la Atlántida”.

Unos poemas orientales provenientes de la más lejana antigüedad se refieren seguramente a este gran acontecimiento planetario cuando expresan: “El Trueno de la Resolución retumbó en los infinitos espacios y las excelsas Entidades que vivían más allá de los tiempos y de los elementos, decidieron castigar la maldad de los hombres y enviaron contra ellos a los Señores de las Aguas... Nada quedó de ellos, fueron sumergidas en las aguas sus casas, sus familias y todas sus pertenencias y la grave ofensa contraída contra las sagradas Potestades del Amor y la Justicia quedó lavada para siempre por las aguas de los mares... Allí, en las más profundas y oscuras soledades marinas quedó sepultado el secreto del Mal que deberían evitar los hombres del futuro”.

La lectura de este poema, que concuerda con toda exactitud con cuanto hemos venido estudiando en los libros esotéricos, nos habla evidentemente de un Poder planetario central que no permite que la iniquidad ni la soberbia se adueñen totalmente del mundo, y que sólo permite que se manifieste en cierta manera y hasta cierto punto de acuerdo con las propias leyes de la polaridad que presiden el fenómeno de manifestación de la Vida. De ahí que pese a la destrucción de la Atlántida y de haber desaparecido con ella una considerable parte de la forma psíquica del Guardián del Umbral, puede apreciarse todavía en el aura del mundo y en muchos niveles sociales definidos su espantable Forma psíquica, pues los hijos de los hombres que no son todavía “los Hijos de Dios” continúan enriqueciendo aún con sus creaciones astrales y mentales el nefasto poder psíquico del Guardián del Umbral. De ahí que en una avanzada fase de entrenamiento espiritual y mágico se les enseña a los discípulos en los Ashrams de la Jerarquía, el arte creativo de la destrucción mística aunque potentemente dinámica de aquel espantable Egregor. Mediante este peculiar entrenamiento que incluye ciertos poderosos mántrams a utilizar por los discípulos, se desarrolla la suprema técnica de destrucción del mal y se revelan aquellas semillas ocultas en el corazón que los grandes Maestros de la Gran Fraternidad definen como “glorias del amor revelado”.

Frente al hecho mágico e incuestionable de la parte que toma la humanidad en la creación de los hechos, circunstancias y ambientes planetarios, los aspirantes espirituales del mundo para quienes fue especialmente escrito este libro, deberían adoptar una actitud mucho más seria y reflexiva y no esperar – como frecuentemente lo hacen– que la solución de los grandes problemas sociales del mundo venga propiciada siempre por las actividades fraternales y generosas que surgen del centro mágico de la Gran Logia Blanca, sino que han de esforzarse constantemente en colaborar con ella, practicando el Bien y adquiriendo correctas actitudes físicas, psíquicas y mentales. Es cuanto se espera de ellos durante esta difícil era de transición que estamos viviendo. Más que simples espectadores del Drama psíquico del mundo, ahítos a veces de conocimientos esotéricos, se les aconseja prudencia y se les asigna la tarea mágica de destruir dentro de sí mismos la forma psíquica del Guardián del Umbral planetario, contribuyendo así al enaltecimiento de la conciencia de la Raza y preparando la Venida del Instructor espiritual del Mundo.

Se trata de una obra de considerable envergadura en la que participan activamente los Miembros conscientes, de la Gran Fraternidad, Discípulos e Iniciados, y se espera ahora –debido a las presiones siderales y a las limitaciones del tiempo– que todos los aspirantes espirituales, hombres y mujeres inteligentes y de buena voluntad del mundo, secunden esta formidable tarea mágica y desde sus respectivos grupos y centros de actividades, presten su decidido esfuerzo y colaboración al Centro místico de la Gran Fraternidad, preparándose en virtud de ello para convertirse en discípulos juramentados de la Buena Ley que rige el orden mágico y universal de la Creación.

Examinemos ahora lo más concreta y científicamente que nos sea posible, cómo se va construyendo la forma psíquica del Guardián del Umbral. Una comprensión correcta del proceso de construcción podrá ayudarnos sin duda en la tarea de restarle fuerza psíquica y proyección etérica a su manifestación en los niveles etéricos-físicos del mundo. Veamos primero cómo se gesta la forma psíquica del Guardián del Umbral:

a. En los subplanos inferiores o más concretos del plano mental, por los incorrectos modos de pensar de los seres humanos.

b. En los niveles inferiores del plano astral, por sus densos e innobles deseos.

c. En los estratos más densos de los niveles etéricos, por la atracción instintiva hacia la materia física.

Hay que advertir, sin embargo, que el Guardián del Umbral por ser una creación humana posee, al igual que los seres humanos, una conciencia que rige todas sus expresiones en los niveles inferiores de los planos mental, astral y físico, constituyendo tres entidades específicas centralizadas en este tipo de conciencia o de identidad que le han conferido los hijos de los hombres quienes, siendo hechos a imagen y semejanza de su Creador, tal como aseguran los textos esotéricos y místicos, están plenamente capacitados para crear mágicamente. De ahí se infiere que siendo el ser humano potencialmente un creador, o un “hacedor de Magia”, todas sus obras son creaciones, buenas o malas, y que, por lo tanto, el Guardián del Umbral no podía quedar excluido de sus actividades mágicas. La espantable idea del Demonio no tiene consistencia alguna aparte de la concepción del hombre como un creador de mal utilizando incorrectamente los poderes mágicos que Dios le ha conferido. El Demonio, examinado con la lógica y sentido común del hombre civilizado, ha sido confinado siempre en virtud de la santa ignorancia de los pueblos a las regiones sombrías de la superstición, y al amparo de las mismas y en el miedo instintivo e irreflexivo a la muerte, han nacido y proliferado muchas de las grandes religiones las cuales, explotando este miedo irracional, han plagado los valores sociales del mundo y los ambientes humanos con la idea del pecado y del estigma de la perdición eterna.

Pero, el Demonio, el pecado y la perdición eterna no tienen razón de ser aparte del hombre, y el Guardián del Umbral que alimenta este miedo irracional como una defensa de su propia estructura, cuando se le observa en los niveles psíquicos utilizando la clarividencia, aparece como una potente, sólida y perversa criatura concebida, gestada y alimentada por la propia humanidad y, desde este ángulo de vista, se manifiesta como una inteligencia perfectamente potenciada para el mal, ya que sólo en el mal apoya toda su sólida y potente estructura expresiva.

Así, la idea del Diablo tentador al que hacen referencia todas las escrituras religiosas del mundo, haciendo hincapié sobre su extraordinario poder contra la humanidad, aunque sin explicar razonablemente nunca la génesis de su existencia, continúa haciendo estragos en el corazón de muchos seres humanos produciéndoles crisis psicológicas de temor y no ofreciéndoles otra opción o alternativa, que la adherencia total a una u otra de las religiones mundiales cuyo lema es “la lucha contra el Diablo”. Algunas de tales religiones ha facilitado extraordinariamente la difusión de la idea del pecado y de la perdición eterna, y según el santo criterio de los Maestros de la Gran Fraternidad, se han convertido en las sólidas estructuras donde el Mal o el Guardián del Umbral encuentra su mejor apoyo y su más perfecto refugio. El Maestro K.H. nos dijo ya hace algunos años que “...el Guardián del Umbral de la humanidad se alimenta del temor de las gentes” y repetía frecuentemente a Sus discípulos, que “…si algo hay que temer es el propio temor”.

Por lo tanto, si reflexionamos profundamente sobre estas ideas después de haber investigado la triple estructura del Guardián del Umbral, podremos ser ampliamente conscientes de que esta Entidad es una proyección exagerada de nosotros mismos, ya que hemos sido nosotros los humanos quienes lo hemos ido construyendo en el transcurso de las edades. Siendo así, nuestra labor como entidades inteligentes y dotadas de recto criterio, es destruir el mal que hemos creado y evitar con nuestro esfuerzo la progresión psíquica del Guardián el Umbral, reduciendo por nuestro profundo amor al Bien el volumen de mal acumulado en sus insaciables entrañas.

Vamos llegando de esta manera a la conclusión de que cada uno de los seres humanos está atado al Guardián del Umbral por un cordón etérico-psíquico mediante el cual lo alimenta y a través del cual Él le está tentando constantemente para que secunde todas sus pérfidas inclinaciones. Este cordón etérico-psíquico es muy parecido al cordón umbilical que une el feto a la madre o al sutratma que enlaza el cuerpo al alma confiriéndole vida y expresión. Y esto es precisamente lo que le ofrecemos en todo momento al Guardián del Umbral, expresión y vida.

Utilizando la psicometría mental, vamos a observar ahora las fases de construcción de la estructura psíquico-física del Guardián del Umbral, la creación mágica de la humanidad:

1º. En las etapas iniciales de la construcción sólo es perceptible una forma vaga y sin contornos definidos, con unos tintes lechosos parecidos a los que se observan en la construcción de una nebulosa. Esta forma vaga e incoherente del Guardián del Umbral es un resultado de los primeros síntomas de vida lunar que desprende el vehículo etérico, escasamente formado todavía, de las primeras subrazas de la raza Lemur. Coincide con el surgimiento dentro del ser andrógino primitivo proveniente de la segunda raza raíz, la Hiperbórea, de los principios de la dualidad humana, cuando aparecen el hombre y la mujer con la consecuencia inevitable de la relación de sexos. De los abusos cometidos a través de la misma, sea por la ignorancia o por el excesivo apego al placer de los sentidos, surge aquello que mística y muy erróneamente se ha dado en llamar “el Pecado Original”. Esta fase marca profundamente su huella en la vaga forma del Guardián del Umbral, la cual se hace cada vez más sólida y compacta. Podríamos afirmar, viendo cómo se condensa cada vez más sólidamente esta forma, que los cimientos sobre la cual se apoya la estructura del Guardián del Umbral fueron edificados sobre el pecado original o de “la perversión de los sexos”, y fue tal su poder inicial que perdura casi tan potentemente en nuestros días como en las lejanas épocas lemurianas.

2º. Al llegar la humanidad a la quinta subraza lemuriana, se produce aquel hecho planetario descrito esotéricamente como de “Individualización del hombre animal”, mediante el cual se inició en el ser humano de aquellas alejadas eras planetarias el proceso psicológico de autoconciencia o de autorreconocimiento, un proceso lleno todavía de formas vagas y nebulosas que pasan a engrosar la estructura del Guardián del Umbral. El hombre animal avanza a tientas y entra en la segunda fase de su proceso evolutivo, situado entre una concepción netamente física de la vida y una tendencia profunda y desbordante hacia la sensibilidad astral.

3º. La sensibilidad astral marca la nueva fase del proceso de construcción del Guardián del Umbral, pero no se produce muy significativamente sino hasta que la humanidad llega a las primeras subrazas de la raza Atlante. Los seres humanos de aquel período entran en el estado de lucha psíquica que precede al desarrollo de la conciencia de sensibilidad, y debido a las desbordantes pasiones que van naciendo dentro de sí por efecto del choque o fricción de las energías etéricas y las energías astrales que van afluyendo, se crea una nueva etapa en la estructuración del Guardián del Umbral en virtud de la acumulación de elementos etérico-psíquicos que se desprenden del aura magnética de los seres humanos. En esta fase definida, una cierta cantidad de egos pertenecientes a la oleada de vida que vino a la Tierra procedente de la tercera cadena Lunar, donde “se individualizaron”, empiezan a ser conscientes del Mal, pero no son todavía lo suficientemente responsables de sus actos como para poder luchar inteligentemente contra el mismo. Pero, empiezan a afirmar, aunque muy débilmente, el principio del Bien espiritual que como una cálida promesa de vida empieza a agitarse en su interior.

4º. Viene ahora aquella fase dentro de la evolución humana definida ocultamente como Kamamanásica, la del impulso astral operando sobre la mente de los seres humanos. La mente reconoce el Mal y tiene una vaga idea del Bien. Esta fase se caracteriza por el apego emocional a las cosas, pero inducido a veces por las propias impresiones mentales. Podemos afirmar –vistas las condiciones reinantes gravitando sobre los ambientes sociales de la humanidad de aquella época kamamanásica, que el Guardián del Umbral empieza a tomar una forma muy definida y coherente. Se trata ahora de la forma psíquica de la PASIÓN humana, reflejada en los éteres planetarios e influyendo poderosamente a las mentes y a los vehículos astrales y etéricos de los seres humanos. Esta PASIÓN astral que constituye una de las principales características del Guardián del Umbral, opera muy potentemente todavía sobre el ambiente social de nuestros días, creando zonas muy conflictivas en las mentes y corazones de los seres humanos.

Sin embargo, esta fase se caracteriza asimismo por el reconocimiento del Bien y por una tendencia –a veces completamente irreflexiva– contra el Mal, y la humanidad empieza a enfrentar, tal como se aprecia claramente en nuestros días, la tremenda lucha del sentimiento de Bien contra la férrea estructura del Mal. Aquí termina, o al menos decrece, el trabajo inconsciente de construcción del Guardián del Umbral y se establece una nueva dualidad entre los hijos de los hombres. El Bien y el Mal están en permanente conflicto en las áreas sociales del mundo. Esta dualidad es el resultado de la afirmación de la autoconciencia sobre la conciencia meramente instintiva que gobierna todavía los impulsos emocionales... Esto tiene lugar en las primeras subrazas de la raza Aria y los Responsables del Plan de redención planetaria asisten serenamente expectantes al acrecentamiento en las áreas de la manifestación humana, de las dos amplias y caudalosas corrientes de energía creadas en los días atlantes que, desde el ángulo de vista de la Magia organizada que estamos considerando, definimos bajo los nombres de TEURGIA, o Magia Blanca, y GOECIA, o Magia Negra.

5º. Del seno profundo de esta tremenda división surge la gloria de la raza Aria. Hemos llegado a nuestros días, a la quinta subraza de la quinta Raza raíz. El ser humano ha crecido en inteligencia y en líneas generales la mayor parte de las personas reconocen mayormente el Bien y rechazan inteligente o instintivamente el Mal. Se desarrolla el discernimiento mental, mediante el cual el ser humano convertido en un discípulo sujeto a entrenamiento espiritual, aprende las técnicas precisas de destrucción del Guardián del Umbral planetario. Pero, tales técnicas, al contrario de lo que sucede en ciertas etapas preliminares, no preconizan la lucha contra el Mal sino a afirmar los principios de Bien latentes en el centro místico del corazón, con cuyo desarrollo ha cesado por completo en lo que a la condición humana se refiere la etapa de construcción del Guardián del Umbral y se ha iniciado el proceso de destrucción de su abominable y temible Presencia.

6º. La fase que se inicia ahora en el corazón de muchos humanos es descrita esotéricamente como de “entrada en la corriente iniciática” y tiene una importancia fundamental en el orden de la evolución planetaria, pues en ella el hombre se libera por completo “de toda culpa y de todo agravio” cometidos contra las sagradas leyes de la Naturaleza y contra la vida de los demás hombres, sus hermanos, alcanzando entonces la redención perfecta del “pecado original”, con el cual inició la etapa de su vida humana. Se convierte entonces en un verdadero Mago blanco, capaz de crear con las luminosas partículas de luz que se desprenden de su aura magnética, astral y mental, una brillante y refulgente entidad que ocultamente llamamos el Ángel de la Presencia, cuya función, de acuerdo con las leyes de la polaridad que rigen la vida manifestada planetaria, es representar la polaridad positiva frente a la polaridad negativa del Guardián del Umbral. Este Ángel de la Presencia ha vivido desde siempre en el corazón de la humanidad. El discernimiento y la iniciación más tarde, lo van identificando en el área vital de las relaciones humanas hasta elevar sobre los fundamentos jerárquicos de la Gran Fraternidad Blanca, la poderosa y benéfica estructura del Ángel Guardián de la humanidad bajo cuyas amorosas alas, la paz, el amor y la comprensión se adueñarán un día de los corazones humanos creando las óptimas perspectivas de las razas del futuro, que utilizarán como base de sus descubrimientos espirituales y realizaciones técnicas la experiencia alcanzada por nuestra noble raza Aria en su época más dorada, para sustentar el tremendo e indescriptible edificio de la perfección final de todos y cada uno de los hijos de los hombres que eligieron la virtud como nota clave de sus vidas.

La obra de destrucción del Guardián del Umbral ha sido confiada a la humanidad y ésta la irá realizando a medida que vaya siendo consciente de sus errores y trate de enmendarlos. Esta actividad forma parte inseparable del devenir espiritual que místicamente llamamos el SENDERO y es lógico, por lo tanto, que las técnicas mágicas de destrucción estén reservadas únicamente a aquellos seres humanos que en virtud de su comprensión espiritual y el abnegado sacrificio de sí mismos, se aliaron con las Fuerzas de la Luz y decidieron seguir firmemente las honrosas directrices marcadas por la Gran Fraternidad Blanca, Directora de la evolución del planeta Tierra como un todo. Siendo así, todo ser humano inteligente y de buena voluntad, realmente interesado en descubrir el eterno secreto del Bien latente dentro de sí, ha de seguir lógicamente el camino de aproximación espiritual técnicamente descrito como el SENDERO. Este Sendero que todo ser humano, sea cual sea su posición como alma en la infinita Escalera de Jacob de la evolución humana, deberá recorrer un día en el devenir de sus múltiples existencias, tiene carácter universal y toda verdadera religión espiritual, filosofía o creencia profunda en los eternos valores de la vida, lo ha matizado con sus propias y particulares denominaciones. Surgieron así, a través de las edades, segregadas de la propia esencia espiritual de la humanidad, la Senda luminosa del TAO, el Camino Iluminado de la Integración de las Escuelas Esotéricas, la Búsqueda del SANTO GRIAL de los Caballeros Templarios, el dorado Camino de los Argonautas que suspiraban por el VELLOCINO DE ORO, el Reino de los Cielos de los cristianos, el Óctuple Sendero de los budistas que conducía al NIRVANA, etc. Pero el propósito subyacente en todas estas pesquisas y el objetivo final del Camino recorrido por todas ellas fueron, y serán siempre, el descubrimiento del Bien supremo y con su precioso hallazgo el triunfo del Bien y la destrucción del Mal... Tal es la ley de la existencia humana y tal es la misión que Dios le ha confiado al hombre para que colabore inteligentemente en los planes y proyectos de redención planetaria que EL ha escrito con caracteres de fuego en el corazón místico y silente de cualquier criatura en la vida de la Naturaleza.

 

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2008-03-03

 

 

 

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