INTRODUCCIÓN
Introducir
los temas que corresponden a estas Narraciones Esotéricas en la mente
de los lectores no será -creo yo- una tarea difícil, habida cuenta la
enorme expectación que han causado en todos los tiempos los relatos que
vienen envueltos en hálitos de misterio o en esos indefinibles aunque
cálidos secretos, sobre los cuales la Ciencia física no suele
pronunciarse abiertamente o de manera clara y definida.
Y, sin
embargo, la labor del verdadero investigador esotérico ha de ser
rigurosamente científica, aunque su trabajo se realice en los mundos
subjetivos. La Ciencia humana acepta de manera rigurosa, total y
absoluta que el espacio es multidimensional. Su próximo paso será sin
duda investigar lo que hay y lo que ocurre en estas dimensiones más
sutiles del Universo insusceptibles de ser condicionadas por ningún
aparato científico por cualificado o sofisticado que sea. Bien mirado,
hay observaciones científicas modernas que trabajan en esta dirección y
preparan el camino para estas futuras investigaciones. Por ejemplo, el
aura etérica del ser humano fue sólo una mera y muy remota suposición
en el pasado. El descubrimiento científico de los campos magnéticos o
ley de polaridad actuando en y a través de todos los cuerpos de la
Naturaleza fue un gran avance dentro de las grandes coordenadas que
llevan a la cuarta dimensión, que demostraba la verdad de aquellas
primitivas suposiciones. Sin embargo, la comprobación objetiva de la
misma tuvo lugar hace sólo unos cuarenta años cuando el matrimonio
KIRLIAN, científicos de la Unión Soviética, descubrieron un sistema de
percepción del vehículo etérico humano [denominado “Efectos Kirlian”, a
través de una cámara obscura especial de enfoque que permite
fotografiar las radiaciones etéricas de los cuerpos], así como del que
rodea o envuelve la expresión material densa de todos los cuerpos
físicos en la vida de la Naturaleza.
Y, no obstante, muchos
siglos antes de que los esposos KIRLIAN demostrasen objetivamente el
campo vibratorio de los cuerpos, los investigadores esotéricos,
utilizando medios más directos, rápidos y efectivos, habían descubierto
ya aspectos y dimensiones del espacio realmente maravillosos y
sorprendentes. Verificaron así que el espacio universal constaba de
siete dimensiones o niveles y que en cada uno de tales niveles había
vidas psicológicas, estados de conciencia y formas muy distintas de las
que solemos apreciar en el mundo físico. La Ciencia que estudia tales
dimensiones con todo cuanto vive, se mueve y tiene el ser en su
omniabarcante seno, toma generalmente el nombre de Esoterismo. De ahí
que todas las experiencias que relato en este libro, por haber sido
realizadas en los niveles ocultos o en otras dimensiones del espacio
superiores al físico, las denomino “Narraciones Esotéricas”. Por ello,
al analizarlas, hay que tener en cuenta que en tales niveles o
dimensiones la velocidad exigida a las percepciones del observador es
superior a la de la luz la cual, como Uds. saben, se propaga a
trescientos mil kilómetros por segundo, por cuyo motivo, aunque la
mente concreta del que las realice se ajuste muy correctamente a los
hechos, siempre quedará para los lectores un cierto vacío, a veces muy
difícil de salvar, entre el sentido de la narración como anécdota o el
hecho en sí como historia... Viene a ser algo parecido a la distinción
entre la experiencia de una persona que está comiendo y de otra que
está observando como come. Esta última aceptará sin duda el hecho de
que la otra está comiendo, pero solamente ésta sabrá del valor del
alimento por cuanto para ella el comer es una experiencia directa y para
la que está observando sólo una experiencia indirecta.
Creo, sin
embargo, que las experiencias relatadas en este libro contienen una
gran dosis de objetividad y de realidad para el sincero aspirante
espiritual, el cual aceptará sin duda los hechos -tal como
esotéricamente es prescrito- con espíritu abierto e investigador,
decidiendo más adelante por vía intuitiva el valor real, histórico y
místico de tales narraciones.
Tal es el espíritu por el cual,
oteando las profundidades místicas de mis recuerdos, surgieron a la luz
estas narraciones esotéricas. Que ellas sean para Uds. un caudal
inapreciable de virtualidad e inspiración es mi más sentido anhelo.
Vicente Beltrán Anglada