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Vicente Beltrán Anglada


"Que el contenido les sea útil y pueda servirles de inspiración en el intento supremo de sus respectivas búsquedas, es nuestra más humilde y sincera plegaria..."
-V.B.A
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CAPÍTULO IV


INGRESO EN EL ASHRAMA Y SU COMPOSICIÓN

Unos meses antes de ser admitido en el Ashrama al cual me honro pertenecer, tuve una experiencia espiritual que marcó mi corazón para siempre y que dejó en mi cerebro físico un recuerdo imborrable. Fue el prólogo o iniciación de una serie de situaciones de carácter trascendente que culminaron en el contacto consciente con el Maestro y en mi ingreso en Su Ashrama. Voy a relatarles esta experiencia: Me hallé de improviso fuera del cuerpo. En forma suave y casi sin darme cuenta me hallé viajando velozmente por el espacio. Estaba plenamente consciente y percibía no sólo que me dirigía hacia un determinado lugar, sino que iba acompañado por alguien a quien no veía, pero cuya compañía me infundía una gran seguridad.

Aparecieron en lontananza unas montañas muy elevadas con nieve en las cumbres. ¿Se trataría de los Montes Himalaya? Me acuerdo perfectamente que tuve unos momentos de vacilación y de duda. En efecto, la noche anterior había estado leyendo el libro de Mr. Leadbeater “LOS MAESTROS Y EL SENDERO”, precisamente el pasaje que trata sobre las iniciaciones y donde se habla profusamente de las ceremonias que tienen lugar en ciertos lugares de estas montañas realmente sagradas. Yo me decía a mí mismo: “He aquí las consecuencias de tu lectura de anoche”. Pero, mi guía, mi desconocido acompañante, que había captado perfectamente mi pensamiento, me había trasmitido asimismo en forma de pensamiento sus palabras: “No, no se trata de un sueño ni de una alucinación. Es por el contrario una realidad que debes tratar de vivir tan intensamente como puedas, pues marcará tu memoria para siempre. Permanece atento y sigue con profundo interés cuánto veas y oigas …”.

Habíamos llegado ante una profunda hendidura dentro de una inmensa roca. Recuerdo que la entrada era bastante estrecha y que había ante la misma frondosos árboles y espesos arbustos que la ocultaban completamente. No era, pues, visible, a menos de encontrarse frente a ella. Pero, el caso es que nos encontrábamos allí y yo veía perfectamente los arbustos y los árboles desde la entrada misma de esta extraña cueva, cosa en la cual no me había fijado anteriormente y que me demostraba que habíamos llegado allí descendiendo desde arriba y naturalmente en cuerpo astral.

Penetramos en el interior de esta cueva. A medida que avanzábamos, las paredes laterales iban ensanchándose, y llegamos así, a un recinto amplio de unos quince metros de largo por unos diez de ancho. Frente a nosotros siguiendo el orden de la galería, había una especie de altar de forma circular y a derecha e izquierda de donde habíamos entrado había varias puertas. Las pude contar pese a que todo se hallaba en perfecta oscuridad, mediante la percepción astral; eran siete, y yo me dije que quizás este número no era ajeno a la clase de ceremonias que debían celebrarse allí. Mi acompañante había asentido a esta formulación mental e incluso me pareció que había sonreído al hacerlo. Me dijo a su vez: “No es por azar que te hallas aquí. La dirección de tus futuras actividades depende en gran parte de la atención con que sigas esta experiencia, y de tu capacidad de perpetuarla internamente”.

No se exactamente cuanto tiempo permanecimos allí, en la oscuridad y en silencio. Sólo se que me hallaba profundamente expectante. De improviso todo el recinto quedó iluminado y me di cuenta que estaba lleno de personas, todas en silencioso recogimiento como nosotros, ocupando por grupos la parte situada frente a cada una de las siete puertas a las que anteriormente me he referido. Advertí también que tanto mi guía como yo formábamos parte de uno de aquellos grupos. Y fue entonces cuando pude reconocer a mi acompañante. Se trataba de mi gran amigo R... de nacionalidad hindú. Vive en Bombay y ocupa un cargo administrativo en el Gobierno de la Sra. Indira Gandhi. Sé que es un iniciado y que es discípulo de un Maestro de la Jerarquía.

Mientras tanto, y por una puerta oculta tras el altar, o quizás por materialización astral, habían aparecido tres personajes. No distinguía claramente sus facciones por la luz que parecía emanar de sus rostros, pero intuí de inmediato que se trataba de Altos Iniciados de la Jerarquía Blanca del Planeta. Cómo vinieron a mí estas ideas no podría precisarlo, pero estaba plenamente seguro de ellas. Estas cosas no tienen naturalmente una explicación racional. Una cosa se sabe y se tiene la inquebrantable seguridad de ello, pero no se sabe exactamente porqué. Simplemente se sabe, con una seguridad que está más allá de los positivos argumentos. Lo único que puedo precisar es que el aura que envolvía Sus cuerpos era brillantísima, extendiéndose en irisadas ondulaciones muy lejos de donde nos hallábamos. Puedo afirmar, sin embargo, ya que tengo las fotografías en mi casa, que no se trataba de ninguno de los Maestros Morya, Koot Hoomi, Conde de San Germán o del Señor Maitreya. Sólo me es dable decir que eran unos Adeptos de la Jerarquía Planetaria, lo era cuando menos el que ocupaba el centro del altar y que parecía ser el centro de aquella extraña reunión.

Me hacía estas reflexiones, cuando mi amigo R... me dijo tocándome ligeramente: “Esta ceremonia a la que asistimos es de preparación iniciática de grupos. Siguiendo las nuevas orientaciones jerárquicas que marcan el destino de los tiempos, pequeños grupos de personas convenientemente preparadas acuden aquí periódicamente, siguiendo ritmos cíclicos, para recibir instrucción espiritual especial. El Maestro X (cuyo nombre no puedo revelar) que ves allí en el centro y que seguidamente va a hablarnos, es uno de los Instructores específicos para el ciclo inmediato. Sus orientaciones precisas sobre el orden de la Nueva Edad y Su profundo conocimiento de las leyes que regulan el destino universal se reflejan en Sus enseñanzas, sencillas claras y contundentes. Ellas tienen por objeto establecer en la conciencia de cada uno de los asistentes a esta reunión, la tónica precisa de la Era de Acuario que apunta ya en lontananza y cuyo crepúsculo matutino empieza a irrumpir en el destino de la humanidad produciendo crisis y tensiones en el orden mundial establecido. Todos cuantos asisten a esta congregación están vinculados de una u otra manera con la obra a realizar por la Jerarquía en la tierra para un próximo futuro. Los componentes de estos distintos grupos, pertenecientes a los siete tipos de Rayo que evolucionan en este universo, no se conocen físicamente entre sí. En cambio se reconocen subjetivamente por la obra que realizan en el mundo y por sus esfuerzos sinceros en favor de la paz, comprensión y concordia humana. Todos ellos son seres de reconocida buena voluntad que aman a sus hermanos, son conscientes de las necesidades que los afligen y tratan sinceramente de remediarlas. Habrás comprendido naturalmente que se trata de elementos activos del Nuevo Grupo de Servidores del Mundo, con el cual te hallas íntimamente relacionado, y que actualmente asume la función vinculativa entre los hijos de los hombres capaces de pensar en forma ordenada y los componentes de la misterios “Gran Fraternidad Blanca del planeta”. Comprendo perfectamente la identidad espiritual del Nuevo Grupo de Servidores del Mundo y la calidad del trabajo que sus miembros realizan en el seno de la humanidad por la actuación que me ocupó durante muchos años en la Escuela Arcana, cuyas sedes están en Nueva York, Londres y Ginebra.

En esto el Maestro X hizo un signo de bendición y se dirigió a nosotros. Se había producido un gran silencio, un silencio indescriptible lleno de serena expectación dentro del cual se percibía el aliento unificado de un sólo pensamiento y el latido de un sólo corazón. No hay en verdad palabras para describir ese estado de expectación espiritual, producido fuera del cuerpo físico y elevado a tal extremo de tensión creadora. Estas fueron las palabras del Maestro o cuando menos tal fue el claro Sentido de las mismas y que percibo hoy dentro de mi mente con extraños fulgores de realidad y actualidad: “Amigos: La paz sea con vosotros. Habéis venido aquí desde todas las partes de la tierra, unos asisten a esta reunión por vez primera. Otros han venido ya varias veces. Algunos de vosotros recordaréis perfectamente esta experiencia espiritual; otros no podrán recordarla por no disponer todavía del adecuado desarrollo cerebral, pero todos sentiréis indistintamente la Fuerza que va a ser liberada aquí dentro de unos momentos y podréis aprovecharla para el ejercicio de vuestras distintas actividades en favor del Plan creador.

Pero prescindiendo de estos detalles que en nada afectan la efectividad del Trabajo Uno al que todos estamos consagrados, habéis venido aquí impulsados por un designio único, el SERVICIO a nuestros hermanos.

Es, pues, de este SERVICIO compartido del que voy a hablaros. Desde tiempos inmemoriales la cadena iniciática de los Agentes transmisores de LUZ ha sido unida por infinitos eslabones de servicio creador a la Raza. Una sola regla ha imperado, el Amor a los demás y el ardiente deseo de ayudarles en sus necesidades. La cadena cíclica de los tiempos en espirales cada vez más extensas y elevadas, ha penetrado en la conciencia de los hombres deparándoles una visión cada vez más profunda de su destino. Pero no todos han comprendido todavía que la consumación de este destino es AMOR, y que es el AMOR compartido el que debe salvar al hombre.

Cuando las espirales de esta cadena cíclica penetran no solamente en las mentes, sino también en el corazón de los hombres, un nuevo tipo humano viene a la existencia, un tipo representativo en espacio y tiempo de la Voluntad divina, que determina una nueva expansión de energía creadora dentro de la humanidad. Este nuevo tipo de ser humano, verdadero fermento redentor dentro de la evolución natural de las razas, hace resonar una elevada NOTA dentro de la Sinfonía del tiempo y nuevas necesidades y oportunidades nacen y se expansionan dentro de la conciencia humana como un todo.

Esta NOTA es la NOTA iniciática, difícilmente audible para el oído humano. Es la Nota de la Voluntad divina que crea el potente determinismo y la indomable resistencia ante todos los obstáculos originados por el impulso natural de la Búsqueda y es de hecho “el Brazo Derecho de la Ley”. Los que hacen resonar esta NOTA en sus vidas entran por derecho natural en esta Gran Corriente de Amistad Cósmica, que llamamos “Sendero Iniciático” o de “Retorno”.

Por el impulso básico de este Rayo de Amistad, que es una proyección eterna del Rayo de Amor del Señor del Universo y para permitiros hacer vibrar las octavas superiores de la Nota de Buena Voluntad que habitualmente pulsáis en el mundo, es por lo que habéis sido convocados. ¿Qué es, pues, lo que realmente se espera de vosotros? ¿Por qué os encontráis aquí?

Todos sin distinción, en la eximia belleza de los diferentes matices de actividad, habéis sido capaces de reproducir la NOTA en vuestras mentes y corazones y vuestra presencia aquí no es en manera alguna fortuita; no debéis considerarla tampoco como el pago a ciertas actitudes espiritualmente positivas que habéis adoptado en el mundo, sino como un testimonio vivo del Inapelable Juicio de la Ley. Os habéis unido consciente o inconscientemente a la eterna Sinfonía y cada uno trata de ajustar su pequeña nota a la Gran NOTA presentida. Todos pertenecéis a un diferente Rayo específico de Poder y a un departamento asimismo específico de nuestro trabajo en el mundo, que es la Actividad creadora del Plan, conforme se va desarrollando en el seno de la humanidad y en la Naturaleza entera. Cada cual tiene sus propios métodos o sistemas de actividad y la visión de cada uno se ajusta a una orientación exactamente definida de este trabajo creador al cual dedica la mayor parte de sus esfuerzos.

No venís, pues aquí, para adquirir nuevas orientaciones en vuestro trabajo, sino para perfeccionar la técnica precisa para el mismo y especialmente para adquirir renovada FUERZA para el cumplimiento de vuestro deber en el mundo.

Algunos de vosotros sabéis claramente de nuestras existencias y de nuestra OBRA, otros ni siquiera habéis oído nombrarnos en el devenir del mundo profano, pero esto carece de importancia capital. Sabed que NOSOTROS medimos la Intención, no el Conocimiento. La Intención es interna y galvaniza vuestro propósito espiritual, el Conocimiento es externo, proviene del mundo en que vivís y debéis utilizarlo únicamente para perfeccionar vuestra técnica de trabajo. Pero, en esencia, cuantos estáis aquí formáis parte en distintos niveles de la Gran Corporación de Servidores que desde las primeras edades ayuda a la humanidad en sus esfuerzos de unión y perfección. Vuestra presencia aquí no es sino el ejercicio de un derecho que nada ni nadie os puede negar.

La orientación precisa de vuestras energías se realiza sin esfuerzo aparente de vuestra parte, dado que la NOTA presentida es la NOTA característica de vuestro Rayo y es a través de ella que penetrasteis un día en la gran corriente universal de Vida. La técnica precisa y más conveniente para la consumación de este gran ciclo de crisis y oportunidades que está viviendo el mundo es la de la amistad perfecta. El servicio creador surge espontáneamente cuando creáis las grandes avenidas para esta amistad impersonal, libre de sentimentalismos vanos, que le da un grato sabor a la vida.

Esta técnica que en vosotros empieza a crear condiciones propicias para influenciar positivamente el ambiente que os rodea y que por analogía vibratoria va creando impactos directos en el corazón de la humanidad, debe venir avalada sin embargo por la FUERZA pues es por la Fuerza y por el Poder que ella determina que se realizan y consuman los gloriosos destinos de cada Rayo. El Poder da la clave de resolución que conduce finalmente a la Liberación, a la penetración consciente de los designios de la Gran Fraternidad Blanca. Todo miembro de esta Gran Fraternidad es un verdadero servidor de la Raza.

Sabed por tanto que cada una de vuestras asistencias a estas reuniones es un culto celebrado en honor de la Fuerza y la Resolución. Ellas aclaran el sentido orientador de vuestras técnicas de trabajo y sin daros cuenta, por el sólo hecho de vuestra serena expectación estáis profundizando en los misterios implícitos dentro de la NOTA iniciática. Lo demás os vendrá por añadidura, pues tal es la Ley. “Acoged pues con amor toda la Fuerza que seáis capaces de resistir y trasmitidla al mundo como una sagrada ofrenda de paz y de amistad para la angustiada humanidad de nuestros días.”

El Maestro X había terminado de hablar. Siguieron unos momentos de inspirativo silencio; la mirada del Maestro se había posado sobre nosotros y cada uno se sentía profundamente escudriñado mientras recorría todos y cada uno de los grupos.

Cogió después de encima del altar una especie de varilla que parecía de oro con una piedra roja centelleante en uno de sus extremos y dirigió sucesivamente ésta hacia todos nosotros, en tanto que Él y sus dos acompañantes pronunciaban misteriosas palabras de poder. Una potentísima fuerza circuló entonces a través de nuestros cuerpos sutiles y, por unos momentos, todo desapareció de nuestra vista quedando únicamente un sentimiento de unidad, de vida y de propósito mancomunado que no puede ser explicado con palabras. Es la unidad de todo en el Todo, siendo su símbolo más aproximado la Luz blanca en el centro expandiendo en proyecciones concéntricas los siete colores básicos de la Naturaleza.

Poco tiempo después de la experiencia que acabo de relatar, ingresé conscientemente en el Ashrama.

Este hecho trascendente en lo que a mi vida personal y espiritual se refiere, vino precedido por algunos contactos fuera del cuerpo físico, con mi amigo R... Éste me preparó para la comunicación con el Maestro facilitándome valiosas instrucciones acerca de la vida en el Ashrama así como ciertas orientaciones definidas sobre mi cuerpo mental, para que mi mente entrara en la gran corriente telepática que une a los discípulos de la Jerarquía entre sí con sus Maestros respectivos. Cuando consideró que su obra había tenido éxito y que todas sus informaciones habían sido debidamente interpretadas, me llevó ante el Maestro.

Esta primera entrevista tuvo lugar en la propia casa del Maestro, en... La habitación era normal y corriente como tantas otras; el fuego de su Presencia, no obstante, prestaba a todo lo que allí había un encanto particular que jamás olvidaré.

El Maestro me acogió como a un amigo de siempre y yo me encontré a Su lado como en presencia de Alguien a quien siempre se ha conocido y cuya amistad debe perdurar perpetuamente. Su voz era musical, de tonos graves pero exquisitamente armoniosos. Comprobé gratamente sorprendido que no era aquella la primera vez que la oía, aunque no guardaba recuerdo, alguno en mi memoria física. No se cuanto tiempo estuve a Su lado. Sólo recuerdo que sus últimas palabras fueron: “HAZ MEMORIA Y COMPRENDERÁS”. Al cabo de cierto tiempo, recordé en efecto. Este recuerdo va implícito en cada una de las frases que componen el texto de este libro, ya que fue memorizando espontáneamente, como pude glosar el conjunto de ideas y experiencias que les he ido trasmitiendo.

Mi ingreso en el Ashrama, después de mi primera entrevista con el Maestro, tuvo efecto tras una pequeña ceremonia en la que Él, después de presentarme a mis compañeros de grupo, me aleccionó directa e íntimamente acerca de mi misión y funciones dentro del Ashrama, otorgándome seguidamente ciertas instrucciones de carácter muy íntimo que me permitirían, en lo sucesivo, responder “telepáticamente y de inmediato”, a cualquier requerimiento suyo, de acuerdo con la vida del Ashrama. Me habló asimismo de las difíciles condiciones de mi vida personal, en el sentido que fueron precisamente éstas las que me habían ido preparando y sutilizando para la experiencia espiritual trascendente que estaba viviendo. Me habló finalmente del valor y de la resolución del discipulado consciente y me habló reverentemente de Cristo y de Su obra en relación con la Nueva Era, o de Acuario, para la cual todos los Ashramas de la Jerarquía sin distinción están trabajando y la parte de trabajo específico que yo podía realizar si me ajustaba enteramente al mecanismo de la Obra conjunta.

Comprendí desde lo profundo de mí mismo el valor inefable de las palabras del Maestro y desde entonces trato de cumplirlas en mi mente y corazón lo mejor que puedo. Finalmente el Maestro, frente a mí y rodeado de los demás miembros del Ashrama, me pidió solemnemente, y su pedido tenía el carácter de un juramento inviolable, si prometía acatar la ley del grupo hasta sus últimas consecuencias y si decidía vivir en lo sucesivo la vida del discípulo, de disciplina natural, de orden espiritual y de resolución indomable frente a todas las personas, hechos y experiencias de la vida. Contesté sin vacilar afirmativamente y entonces el Maestro, tras bendecirme especialmente, me admitió en su Ashrama. Las experiencias subsiguientes a este ingreso las verán reflejadas en todas y cada una de las páginas que componen este libro. A través de ellas, más que de mis propias afirmaciones acerca del discipulado, serán conscientes de la verdad de los hechos y de las ideas emitidas.

El Maestro nos hace presenciar la Iniciación de un compañero de grupo

“... Aunque aparentemente me hallaba sólo en aquel “lugar” donde iba a tener efecto la Iniciación de nuestro hermano de grupo, sabía con profunda certeza que eran muchos los Iniciados y discípulos de los distintos Ashramas que estaban “allí” y que asistían como yo a aquella ceremonia iniciática, contribuyendo más o menos directamente al desarrollo de la misma. Nada me era posible ver en aquella primera fase de contacto, excepto una gran cantidad de puntos luminosos de distintos colores, simétricamente distribuidos y tejiendo y destejiendo figuras geométricas en medio de aquellas ráfagas de luz que como olas de vida universal iban llenando la inmensidad de aquel “recinto sagrado”.

Pero al dirigir la atención hacia el lugar que intuitivamente sabía que debía ocupar el HIEROFANTE

[Aquél que empuña el Cetro de Poder, contenedor del Fuego eléctrico, en el momento de la Iniciación, que prepara por medio del ritual mágico los vehículos sutiles del candidato para esta experiencia. Es Aquél que le toma al nuevo iniciado el juramento inviolable de fidelidad a la Logia, que le transmite los secretos correspondientes al tipo específico de Iniciación conferida con ciertas palabras de Poder, o sonidos creadores, que le abren al Iniciado las Puertas de un nuevo y superior estado de conciencia, de un nuevo plano o subplano de evolución, con el dominio consciente de determinado grupo de Devas actuando en aquellos, así como la visión clara de una parte específica del Propósito creador del Logos y el conocimiento de la parte que de Él, como Iniciado, puede tomar conscientemente en la realización de la misma en su vida personal.]

pude apreciar claramente que se trataba de Cristo. Por algún tiempo, durante el período preliminar de aquella ceremonia pude contemplar su radiante silueta destacándose nítidamente dentro de un fondo de luz irisolada. Más tarde, todo desapareció de mi vista, todo pareció esfumarse para mi limitada visión, debido quizás al hecho de que mi percepción interna no me permitía “penetrar” todavía ciertos aspectos de aquel ritual sagrado. Me sentía profundamente penetrado, sin embargo, del augusto secreto que en aquellos momentos se estaba revelando y podía ver claramente a mi hermano de grupo, el candidato a la iniciación y trataba de compartir en la medida de mis fuerzas la responsabilidad infinita de aquellos momentos inolvidables. De vez en cuando, una ráfaga de percepción me permitía abarcar el conjunto formado por el Cristo, los dos maestros que apadrinaban al candidato y a éste en el centro del Triángulo formado por los Tres. Uno de los Maestros, el que se hallaba a mi derecha según el ángulo de mis percepciones, era mi Maestro, el Maestro de nuestro Ashrama, el otro, cuyo nombre no puedo revelar, ocupaba el lado izquierdo, siempre de acuerdo a la posición que yo ocupara en “aquel lugar en el tiempo”. Lo conocía muy bien por haber tenido el alto honor y la infinita oportunidad de haber establecido contacto con Él en mi propio Ashrama. Su porte más bien sencillo que majestuoso poseía sin embargo una dignidad inenarrable. En aquellos momentos, y debido a la extraordinaria “tensión” o “expectación” del Misterio universal que iba a ser revelado, el aura de ambos Maestros brillaba intensamente. Hubo un momento, sin embargo, conforme la ceremonia avanzaba en su desarrollo, que todo desapareció de mi vista. El campo de mis percepciones había quedado sin perspectiva definida. La Luz se había adueñado de todo el “lugar” o recinto pero del fondo intensamente iluminado continuaba, destacándose la Luz de Cristo, que resplandecía de manera tal que la propia Luz del lugar quedaba como oscurecida. Pude ver en ciertos momentos recortándose muy definidamente de todo aquel océano de Luz, no su Faz resplandeciente, sino la inmaculada estrella de cinco puntas, el símbolo sagrado de Cristo, que representa la perfección del Hombre, la unión de los aspectos divinos de Voluntad e Inteligencia dentro de un Centro de Amor infinito, la fusión de los dos Sonidos creadores, o Mántrams sagrados, el doble OM y el triple AUM dentro del eterno marco de la evolución planetaria. Y sentí mi corazón profundamente sobrecogido por la inmensidad de aquel Misterio de Unión inenarrable.

La estrella de Cristo irradiaba una Luz que dejaba oscura la propia luz, magnificente sin embargo de aquel lugar sagrado donde se estaba realizando aquella trascendente ceremonia. Pude comprender entonces directamente y sin intermediarios, el significado exacto de aquellas frases esotéricas: “Dentro de la Luz verás la LUZ” y “Cristo, la LUZ del mundo”, perdidas antaño en el laberinto de las ecuaciones mentales. Y mi corazón resplandeció de gozo.

Hubo un momento cumbre durante el desarrollo de aquella experiencia iniciática en que la propia luz de Cristo palideció cuando una Luz todavía mayor “invadió” o se posesionó del lugar, llenando de un dinamismo indescriptible cada una de las partículas de luz que se estaban liberando a través del ritual mágico. Esta invasión de la potencia ígneo-eléctrica de Shamballa tuvo lugar inmediatamente que del corazón de la estrella del Cristo se elevó hacia el Altísimo la substancia del Verbo solar en aquellas sacramentales palabras: “PADRE, ¿HAGO ESTO EN TU NOMBRE?”. La respuesta inmediata fue la aparición de un Círculo más luminoso que toda posible LUZ, puesto que irradiaba directamente del propio SANAT KUMARA, el Señor del Mundo.

A través de mi limitada percepción, contaminada todavía de muchas ráfagas de humanidad, el cuadro aparecía así ante mi vista: La estrella del Cristo de un brillo intensamente azulado en aquellos momentos, resplandecía indescriptiblemente dentro de un círculo de luz dorada, cuya intensidad, belleza y dinamismo están más allá de toda definición. Hubo otro momento, mientras la ceremonia se acercaba a su culminación, en que el dorado círculo desapareció de mi vista para adoptar la forma de una estrella de nueve puntas que irradiaba sobre la estrella del Cristo la extraordinaria potencia del fuego de Shamballa. Comprendí entonces el alcance universal de aquella afirmación esotérica, presente en el ánimo de todo verdadero discípulo, motivo de tantas y tan profundas reflexiones: “… A los Pies del Único Iniciador y viendo brillar Su Estrella”. La estrella de Sanat Kumara, símbolo de Sus nueve perfecciones -tal como místicamente se mencionaderramando sobre la estrella del Cristo el terrible poder del Fuego Eléctrico, era la infalible e irrefutable prueba de que el candidato a la iniciación, nuestro hermano de grupo, había sido admitido dentro de los Misterios sagrados de la Gran Logia Blanca del Planeta.

Lo que sucedió después, escapa ya por completo a mi penetración interna, por cuanto era únicamente de la incumbencia o “sagrada interioridad” del propio Iniciado, quien convenientemente asistido por los dos Maestros que lo apadrinaban, estaba recibiendo a través del Cristo la potencia infinita de las energías implacablemente dinámicas del Señor del Mundo.

Esta transmisión de Fuerza se realizaba lógicamente por medio de los Cetros de Poder, una prolongación del “Dedo del Señor” -tal como podemos leer en los libros sagrados del Antiguo Comentario- y entrañaban para el Iniciado el Poder de la Eterna Resolución. Los Maestros que apadrinaban a nuestro hermano constituían, como en el caso de la electricidad corriente, los dos polos, positivo y negativo de la misma, en el centro de los cuales le era posible al recién iniciado mantener en equilibrio estable sus vehículos sutiles y recibir sin peligro la fuerza liberadora, aunque extremadamente peligrosa del Fuego eléctrico de la Deidad planetaria. Mientras tanto, un grupo especial de Devas protegían el cuerpo físico de nuestro hermano de grupo, sumido en profundo sueño “en el lugar previamente elegido por el maestro”.

Composición del Ashrama

Los Ashramas podrían ser descritos como “lugares en el tiempo”. Existen por la fuerza misma de la evolución. Esta descripción tan vaga de los Ashramas como “lugares en el tiempo” quiere indicar que no son lugares físicos. Pero, el hecho de que las experiencias en los mismos pueden ser recordadas, lo cual implica percepción, demuestra que aún dentro de los confines de lo que llamamos mundos subjetivos existe el tiempo, aunque en una dimensión desconocida para la mayor parte de la humanidad.

Un Ashrama se compone usualmente de un Maestro de la Jerarquía, de algún discípulo iniciado y de un grupo de discípulos menores en distintos grados que reciben entrenamiento espiritual y son preparados para la Iniciación. El Maestro ocupa el centro de esta congregación subjetiva y en tanto dura el período de enseñanza, existe una misteriosa relación telepática entre todos y cada uno de los componentes del Ashrama. Los mensajes se trasmiten de mente a mente, aunque existe lo que podemos llamar la Voz del Maestro y el oído atento de los discípulos. Esto parece un contrasentido, pero no lo es, si se tiene en cuenta que las “cosas” de los planos subjetivos son “objetivas” cuando se tiene el dominio de los mismos.

Tampoco puedo decirles cuál es exactamente la ubicación del Ashrama. Cuando se siente el llamado se va hacia “allí”. Este allí es un término muy nebuloso para la mente normal, pero no se puede dar una explicación racional de un lugar que no es un sitio concreto y definido. Se puede decir, que la llegada allí se realiza instantáneamente. No es tampoco un lugar de misterio si entendemos por ello algo inconcebible por el entendimiento respecto a las cosas que en este lugar ocurren. Hay, un cierto velo en lo que hace referencia a las verdades que allí se comunican. La mente del discípulo recibe todo cuanto puede recibir y aunque la Voz del Maestro habla para todos, cada cual recibe lo suyo. Esto libra del peligro de la indiscreción, pues “quien más recibe, más siente aumentar dentro de sí el poder de la responsabilidad”. Comprendan pues que sólo se puede decir aquello que es dado decir, lo cual es suficiente para estímulo espiritual de los aspirantes en el Sendero, capaces de recibir un entrenamiento parecido. Dentro del Ashrama existe una noble y leal camaradería que trasciende en mucho los límites de la mejor de las amistades en la vida personal. Un interés común reúne a este grupo de servidores y una inmensa simpatía vincula sus corazones.

El Maestro ilustra siempre sobre un tema específico, aunque siempre en conexión con el Plan jerárquico y la manera específica de llevarlo a cabo desde el humilde lugar en que la vida ha situado al discípulo. Una de las condiciones básicas de la enseñanza es la intensa “expectación” que se produce cada vez que habla el Maestro. Sin darse cuenta todas las facultades y capacidades de atención se abren al influjo de sus palabras. Raras veces se originan preguntas debido a que es la mente superior la que entra en juego en este sistema de enseñanza esotérica y de entrenamiento espiritual. Cuando éstas se formulan son siempre de interés general y es el propio Maestro quien nos induce a formularlas.

La entrada y admisión en un Ashrama y la participación en los misterios de luz que constituyen su vida, no es una prerrogativa de ciertos seres privilegiados, especialmente dotados para esta clase de actividad. Se puede asegurar honradamente que todos los seres humanos tienen el mismo derecho ante la Ley que rige el Ashrama. Sólo les es exigido a los candidatos una cosa: el deber de olvidarse de sí mismos en favor de los demás. Este deber tiene muchos grados de responsabilidad pero la guía más segura en el camino de este cumplimiento es el ejercicio constante de la buena voluntad. El desarrollo de esta buena voluntad en la acción debe colmar la medida de la pequeña personalidad y predisponer el ánimo para las cosas grandes y elevadas de la vida. Tal es en realidad el Sendero que recorrieron los sabios de todos los tiempos.

Aseguro que para pertenecer a un Ashrama no se precisan dotes especiales o cualidades específicas extraordinarias por encima de los seres corrientes, tales como poderes psíquicos, grandes capacidades intelectuales u ocupar un puesto relevante en la sociedad. Puede darse el caso de que en un miembro del Ashrama concurran algunos de estos factores, pero honradamente, no son esenciales.

La Ley que impera en un Ashrama es de carácter universal y se rige por principios claramente definidos de espiritual vinculación. Esto presupone un interés profundamente despierto por los grandes problemas mundiales y un afán sincero y genuino por tratar de resolverlos adecuadamente de acuerdo a las normas dictadas por la voluntad superior y según las oportunidades cíclicas, así como por el creciente desarrollo de ciertas facultades en la vida personal. Tal como dijo el Maestro en cierta ocasión: “la Jerarquía no mide el grado de CONOCIMIENTO de los candidatos, sino la pureza y firmeza de la INTENCIÓN espiritual. Aún admitiendo que el conocimiento es precioso y necesario por cuanto es a través del mismo que pueden ser trasmitidas oralmente las verdades captadas del mundo espiritual, siempre se tiene preferentemente en cuenta la intención o propósito superior, ya que es éste el que señala el grado de adaptación a la vida interna y su posible efectividad en las obras de servicio de la existencia externa.

El peligro del conocimiento

Un conocimiento meramente intelectual del esoterismo sin una sólida base moral o espiritual puede resultar extraordinariamente dañino y destructivo por cuanto el conocimiento implica poder y responsabilidad y sólo la correcta intención puede volver constructivo tal conocimiento. Será beneficioso hacer conocer la existencia aquí, en nuestro planeta, en el momento actual, como los hubo en el pasado y probablemente los habrá en el futuro, en tanto la humanidad gravite hacia las tendencias egoístas de la personalidad, de unos seres humanos, profundamente conocedores de las leyes y principios esotéricos pero que utilizan conscientemente tales conocimientos para fines puramente materiales, personales y egoístas. Son hombres que carecen de “principios o intenciones de orden espiritual”, por lo cual su actividad en el mundo es singularmente destructiva y constituye una preocupación constante de la Jerarquía Blanca del planeta que tiene en sus manos el poder de la Intención espiritual que emana de lugares sagrados allende la razón humana.

Cuando el Maestro habla de “intención”, asignándole un valor cualitativo por encima del “conocimiento”, se refiere exactamente a esta verdad esencial; se refiere también claramente a la existencia en nuestro planeta de una Logia organizada de Mal contraria al Plan de Dios y cuyos miembros, más inteligentes la mayoría de las veces que muchos de los aspirantes espirituales, fomentan dentro de la sociedad organizada en donde vivimos las semillas del odio y de la destrucción. Hay que tener en cuenta este factor cuando se analice la vida de un discípulo de la Jerarquía y se hable de las “dificultades kármicas de su existencia”. Hay que referirse especialmente al proceso de “sus luchas y tentaciones”, cuya causa radica a veces en aquel Centro generador de Mal, en aquel lado sombrío de la vida ocupado por aquellos que “saben” pero que por falta de Intención no “comprenden”, que luchan contra la sociedad y contra todos sus miembros en alas de un loco afán y de un conocimiento esotérico profundo de la vida, pero frío, calculador y enteramente desprovisto de amor fraternal.

Estas declaraciones se formulan, para que no se extrañen de ver en la composición del Ashrama a personas que por su nacimiento, herencia y condición social carecen de aquellos conocimientos intelectuales que tanto valora la sociedad humana. La intención que guía a cada uno de los componentes del Ashrama es profundamente dinámica y espiritual, y es a través de ella que fue posible un día atraer la atención de la Jerarquía hasta el punto que facilitara ÉSTA al acceso de uno de Sus Ashramas, y deparar la oportunidad de recibir entrenamiento espiritual avanzado dentro del cual la mente intelectual y meramente informativa jamás podría penetrar por sí sola.

La ayuda jerárquica

La ayuda jerárquica a los miembros de un Ashrama, siempre desde el ángulo de la espiritual atención, toma innumerables aspectos al coincidir en cada una de sus existencias personales, de acuerdo al lugar que ocupan en el seno de la sociedad y al tipo de servicio que cada cual puede desarrollar para bien de la comunidad, o mundo que le rodea. Lo más característico, sin embargo, de la vida de un discípulo afiliado a un Ashrama, es el potente magnetismo de su aura “espiritual-etérica”, alimentada constantemente desde la vida pura del Ashrama por misteriosas radiaciones de fraternal amistad, dedicación y simpatía. Estas tres palabras son indicio de las cualidades características de un discípulo en la Nueva Era y llevan inexorablemente al servicio creador. De ahí que si una persona, sea cual sea su condición social y cultural humana, siente latir dentro de sí el poder de la intención espiritual y es capaz de expresarla en estas tres cualidades descritas, ya está de hecho creando dentro de sí y a su inmediato alrededor un iluminado punto de anclaje para las energías de la Jerarquía.

El Maestro y la universalidad de la obra

Hay que centrar la atención principal en el Maestro que es Centro, Guía y mentor del Ashrama. En orden a ciertas reglas de carácter hermético no es posible comunicar la identidad del Maestro del Ashrama ni sus ocupaciones habituales en el mundo. Puedo decir, sin embargo ya que tengo Su consentimiento, que posee un cuerpo físico europeo y que viaja mucho por el Viejo continente. Sus funciones específicas dentro de la Logia tampoco puedo revelarlas; pertenecen a estados de conciencia y a “‘dimensiones inasequibles a la percepción corriente normal”.

El Maestro, si hay capacidad para liberarse del tinte de misterio al que nos tienen habituados los tratados esotéricos de viejo estilo, adopta el carácter asequible de un Amigo en quien realmente se puede confiar. Desciende a nosotros, sabe de todas y cada una de las reacciones de nuestro ánimo y nos conoce mejor que lo que podemos conocernos nosotros mismos. Esto equivale a decir que Él es plenamente consciente de nuestro entendimiento y de nuestras posibilidades; sabe, por tanto, cuál es la enseñanza más idónea y necesaria a nuestros particulares estados de conciencia y a nuestra misión en el mundo. Existe también una maravillosa relación kármica de la que nosotros vamos siendo cada vez más conscientes, un karma no sólo de relación de vidas anteriores, sino también un karma universal de Rayo y de servicio que involucra la actividad en el Ashrama de ciertas Vidas cuya trascendencia no puede ser medida en palabras humanas.

Circunscribiéndonos a lo más concreto y asequible, aunque siempre de acuerdo al principio esotérico, debo señalar que de la vida de un discípulo en encarnación física emana una estela de luz etérica coloreada por las cualidades de recta intención y servicio que es “inmediatamente visible”, por Aquél que kármicamente “debe” prepararle para el camino iniciático. Las palabras de “Luz en el Sendero”: “Cuando el discípulo está preparado, entonces aparece el Maestro” pueden ser aplicadas aquí.

Ahondando un poco en este principio de relación espiritual kármica mediante el cual el Maestro reconoce al discípulo y lo va aproximando paulatinamente a Su vida y al Aula de Sabiduría del Ashrama, se puede añadir que del fondo invocativo de un discípulo surge un día el desesperado grito de redención y que este grito, que es la nota típica de Su rayo egoico presentido y anhelado por la personalidad, se convierte precisamente en aquella luz cuyo rastro puede ser seguido a través de vidas y muertes por Aquel que para el discípulo es verdadera “luz y esperanza de Gloria”.

Recuerdo perfectamente mi primer contacto consciente con el Maestro; este recuerdo vivirá eternamente dentro de mi corazón. Sus palabras se grabaron a Fuego y desde entonces se perfectamente cuál es mi misión en la vida, así como mi profunda responsabilidad respecto a Él, a la ley del Ashrama y a mis compañeros de grupo.

Mi hermano R... y los compañeros de grupo

Mi primer contacto con el Maestro vino precedido por otros muchos contactos cada vez más conscientes y fuera del cuerpo físico, con el hermano R... el Iniciado hindú al cual ya he hecho referencia en otras ocasiones. Mucho podría decir respecto de R... pero hay que ser muy circunspecto en las declaraciones, dado que cualquier indiscreción lo haría fácilmente reconocible y gran parte de la labor que realiza en su país podría ser alterada y quizás sumida en el fracaso. Puedo indicar, sin embargo, que R... ocupa en el Ashrama el puesto de más responsabilidad después del Maestro. Cuando Éste por diversas circunstancias no puede asistir a las reuniones es R... quien ocupa Su puesto. Su verbo es sencillo aunque indescriptiblemente profundo.

El hermano R... preparó mi mente y corazón para el inefable contacto con el Maestro. Esta preparación duró bastantes años y tuve que luchar durante este largo período con durísimas circunstancias de orden kármico. Las más potentes fueron finalmente vencidas y mi mente superior pudo entonces rasgar muchos de los velos que oscurecían mi visión espiritual. Fue también R... quien apresuró con su inestimable intercesión el desarrollo de ciertas facultades espirituales en latencia que fueron extraordinariamente útiles para descubrir la índole particular de mi misión, la cualidad específica de los Rayos dentro de los cuales debería trabajar en el futuro y las personas con las cuales debería asociarme para el cumplimiento de mi especial campo de servicio.

Vienen después los discípulos, que al igual que yo, siguen entrenamiento espiritual en el Ashrama. El afecto que a todos nos une no puede ser medido con los términos corrientes a nuestro alcance ya que rebasa la medida del entendimiento normal. No existe entre nosotros diferencia alguna con respecto a la intención básica y fundamental, lo único que existe son cualidades específicas de orden personal que en el Ashrama empiezan a florecer “para mayor gloria de Dios”.

Estas cualidades o atributos de Rayo, no comportan reacciones en su interrelación, tal como ocurre con las agitadas relaciones de las cualidades humanas regidas todavía por “la gran herejía de la separatividad”, sino un armonioso equilibrio. Las distintas cualidades son el colorido distintivo del Ashrama, en relación con los demás de la Jerarquía. Visto con ojos espirituales, más allá y por encima de la percepción humana corriente, al Ashrama aparece como una flor de doce pétalos con un luminoso y radiante botón de luz intensamente azulada en el centro, y que proyecta este color sobre cada uno de los pétalos prestando al conjunto un colorido de singular e indescriptible belleza. Se trata de una típica expresión de Rayos y de sus cualidades específicas, la Vida central pura y radiante es la del Maestro, simbolizando los “doce pétalos de distinto color” la cualidad de vibración de las vidas personales de los miembros del Ashrama. Aquí puede aplicarse en toda su profundidad la ley hermética de
analogía.

Composición esquemática del Ashrama

Pasando al terreno de lo práctico y concreto, esquematizaré la composición del Ashrama en el momento actual. Para la definición de los componentes del mismo no usaré el sistema jerárquico espiritual, sino el simple orden alfabético de las iniciales de los nombres con los cuales se identifican dentro del Ashrama. Debo decir que en una de las reuniones periódicas del mismo, hace de ello bastante tiempo, obtuve permiso tanto del Maestro como de mis condiscípulos para citarlos en los escritos. La idea pareció buena, en el entendimiento de que términos como Jerarquía, Maestro, Iniciado, discípulo, deberían ser aclarados y presentados con un carácter de actualidad y naturalidad, así como de proximidad y asequibilidad. En otra reunión más reciente leí los trabajos y con unas ligeras observaciones por parte del Maestro, fue concedido el permiso para darlo a publicidad. El Esquema del Ashrama es así:

EL MAESTRO

1 B.  Relativamente joven; es un excelente escritor Norteamericano

2 C.  Misionero católico, mencionado en la Sudamericano revista “Conocimiento” de marzo de 1970. Por haber fallecido, después del Festival de Wesak de 1971 su plaza en el Ashrama fue ocupada automáticamente por Di... una discípula sudamericana que desde hacía largos años estaba sujeta a la directa supervisión del Maestro. La conozco físicamente.

3 D.  Pastor protestante. El de más edad Inglés
físicamente hablando, dentro del Ashrama.
Lo conozco físicamente.

4 E.  Administrativo bancario. Suizo No ejerce ya profesionalmente. Lo conozco físicamente.

5 F.  Antiguo agricultor. Gran orador Rodesiano y muy influyente en la lucha contra el Apartheid. Raza negra. No vive desde hace años en Rodesia.

6 L. J oven cuáquero. Trabaja en un Norteamericano departamento de las N.U. Lo conozco físicamente.

7 P.  Profesión manual. Italiano Intuición muy desarrollada.

8 R.  Administrativo gubernamental. Hindú

9 Rd.  Fue profesor en un Centro de Húngaro Educación superior. No posee cuerpo físico.

10 T.  Científico muy conocido. No puedo revelar su personalidad.

11 V.  Agente comercial. Colabora en algunas Español organizaciones de carácter esotérico.

12 Z.  Joven no vidente. Dotado de Francés grandes poderes psíquicos.

Por esta composición que refleja lo que ocurre en otros Ashramas de la Jerarquía, se darán cuenta cómo en el momento actual, todos los sectores del vivir humano están implicados en esta orientación espiritual definida de unidad. El propósito de redención planetaria por el que trabaja activamente el Nuevo Grupo de Servidores de la Humanidad, viene representado en todos los Ashramas de la Jerarquía por aspectos humanos muy acusadamente definidos, pero lo que mayormente interesa es la eficacia del trabajo conjunto, la unidad de intención o propósito que triunfa de la diversidad de características personales de sus miembros. Puede decirse en todo caso que esta unidad de propósito viene regida por el Rayo del Alma, o del Yo superior, de los componentes del Ashrama, en tanto que las características humanas o personales están condicionadas por el Rayo de la personalidad, es decir, de la integración de los Rayos de la mente concreta, del cuerpo emocional y del cuerpo físico.

Esta simple declaración comporta, no obstante, dos hechos profundamente esotéricos:

a) que el Ashrama es del segundo Rayo, porque el Alma espiritual de sus componentes pertenece a éste y es a través de la mente superior o egoica que se trasmiten las correspondientes enseñanzas y sistemas de entrenamiento.

b) que el Maestro que nos prepara para la iniciación es un Adepto cuya Mónada pertenece asimismo al segundo Rayo.

La vida del discípulo y la efectividad de su trabajo en el mundo radica en que transmite todas las impresiones superiores de la enseñanza recibida en el Ashrama por la mente abstracta al cerebro físico mediante la actividad de la mente intelectual o concreta. Interesa conocer esta relación para darnos cuenta de las diversas cualidades y atributos de los discípulos en el mundo que, se mueven como todos los demás seres humanos, en la órbita obligada del corriente vivir con todas sus luchas y aflicciones.

Los discípulos no llevan “una estrella luminosa en la frente” para ser reconocidos, aunque esotéricamente hablando esta frase mística del pasado tiene mucho que ver con “la luz en la cabeza” de los sabios y con “la aureola luminosa” de los místicos. Sólo por “sus frutos” son reconocidos los discípulos y aún a veces, la sencillez aparente de los mismos, priva de este reconocimiento natural a la mente demasiado intelectualizada.

Cualidades distintivas de los hermanos del grupo

Desde el punto de vista de “por sus frutos serán reconocidos”, vamos a analizar ahora la vida personal de los condiscípulos en el Ashrama. Tenemos el caso de nuestro amigo P..., de nacionalidad italiana, de profesión mecánico.

Se trata de un hombre singularmente humilde en todos sus aspectos, aunque aquellos que tienen la oportunidad de tratarle pueden constatar, conscientemente o no, la extraordinaria radiación de su aura espiritual. Posee dotes excepcionales de percepción psicológica y seguramente sus impresiones certeras respecto a las personas constituirían valiosos datos de interés científico. Nadie como él en el Ashrama, salvo naturalmente el Maestro, puede descubrir a la simple percepción los profundos repliegues del alma humana. Es, por esta razón, un valioso elemento de ayuda para la obra de la Jerarquía en el sector específico en donde vive. Posee, además, dotes inapreciables de captación. Hablando en términos espirituales su poder de seducción es enorme y son muchos los que a través de él han logrado penetrar firmemente en el Sendero. Sus palabras sencillas y sin formulismos vanos, vienen potentemente inspiradas por la fuerza del Verbo. El secreto de su poder, como dice el Maestro, reside en su exquisita sencillez y humildad y en su afectuoso trato respecto a los demás. Es un verdadero privilegio, hablando siempre en términos ocultos poder establecer contacto con el hermano P... en el plano físico, pues siempre tiene la palabra justa y el consejo certero para cualquier problema personal del diario vivir.

El caso del hermano T... es, de índole muy especial, por cuanto trabaja actualmente y con poderosos medios a su alcance en las investigaciones científicas de un país cuyo nombre no puedo revelar.

Se trata de una mentalidad concreta prodigiosamente organizada para el cálculo matemático, pese al hecho de estar ubicado en un Ashrama del segundo Rayo, de Amor-Sabiduría. Para aquellos realmente interesados en el estudio de los Rayos, hay que aclarar que la mente concreta del hermano T... pertenece al quinto Rayo de expresión científica. Ello explica, en parte, su prodigiosa constitución. Pero, el hecho de que su Yo superior sea del segundo Rayo y de que recibe entrenamiento espiritual en un Ashrama regido por el Rayo del Amor universal, constituye la garantía absoluta de que sus esfuerzos científicos y toda su aportación personal en este campo serán siempre en bien de la paz y concordia de los seres humanos.

Nuestra hermana Di... Se trata de una dama, cuyo incentivo en la vida fue constantemente la indagación y el estudio de las leyes esotéricas en relación con los ciclos del tiempo y la moderna astrología. Fuertemente polarizada en la constelación de Acuario, por anteriores vínculos espirituales, su aportación es de gran ayuda en el Ashrama. Como se dijo precedentemente, “desde hacía mucho tiempo estaba sujeta a supervisión”. Por haber trascendido inteligentemente las pruebas a que fue sometida y haber podido acceder a las crisis consiguientes, fue aceptada como miembro activo en el Ashrama, desde la fecha en que C... por haber dejado el cuerpo físico y tener que actuar temporalmente en la conciencia devachánica, dejó su lugar vacante. Pese a que su ingreso es reciente, posee las cualidades comunes a las almas viejas: buena voluntad, servicio y sacrificio.

Respecto al hermano no vidente francés Z... es verdaderamente digna de apreciar la obra de servicio que realiza.

Pese a su “ceguera física”, Z... posee plenamente desarrollada su “vista espiritual”, así como especiales dotes curativas que constituyen un verdadero caso de estudio para la ciencia médica. Nuestro hermano Z... no habita en Francia. No puedo revelar, sin embargo, su lugar actual de residencia, aunque quizás los datos reseñados pueden constituir un indicio para los que realmente sientan dentro de sí el deseo espiritual de establecer contacto con él por vía interna.

Respecto de R… como ya se dijo anteriormente posee los poderes del verdadero iniciado y nadie como él, después del Maestro, es consciente del secreto poder de los mántrams de invocación dévica y de las criaturas etéricas que viven en los elementos de la Naturaleza.

El hermano L... es un joven iniciado, el más joven, físicamente hablando, de los miembros del Ashrama. De nacionalidad norteamericana. Trabaja en un departamento exterior de las Naciones Unidas en Nueva York. Es un verdadero “punto de luz y amor” en aquel centro de actividad mundial y recibe constantemente del Maestro las inspiradoras energías jerárquicas para su trabajo específico.

Respecto al hermano E... de nacionalidad suiza, su caso es muy interesante si tenemos en cuenta que socialmente hablando ocupa un puesto importante en el lugar donde actualmente vive.

Es un hombre “materialmente rico”, pero sus bienes no constituyen un impedimento para poder pertenecer a un Ashrama de la Jerarquía y recibir entrenamiento iniciático. Para él no reza aquel axioma crístico de que “es más fácil que entre un camello por el ojo de una aguja que un rico en el Reino de los Cielos”. Tampoco podemos concretar si Cristo se refería únicamente a riquezas materiales en este axioma, ya que la índole específica de Su misión universal dotaba a sus palabras de un absoluto significado y, por tanto, toda riqueza material, toda posesión emocional y toda pertenencia mental están enteramente aludidas en las palabras de Cristo. Podernos decir de E… que se trata de un hombre muy sencillo, justo y honrado y que sus bienes materiales son como una corriente viva de intención superior y pasa por sus manos como un río de energía espiritual que beneficia, socialmente hablando, a gran número de personas.

El caso que quizás resulte más interesante en el orden de ideas que vamos exponiendo es el del hermano Rd.

Es el único en el Ashrama que no posee cuerpo físico. Abandonó kármicamente el que poseía hace ya bastantes años en un lugar de Hungría. Era profesor en un instituto de enseñanza superior, pero su misión especial de servicio no se circunscribía únicamente al área de la educación, aunque su labor en este campo definido fue siempre muy meritoria y cuantos estuvieron en contacto con él guardan y guardarán constantemente un inapreciable recuerdo de la simpatía especial de su trato. Era un enlace de la Jerarquía -aunque en aquellos tiempos no era plenamente consciente de su misión- con ciertos movimientos de carácter social. La calidad de su trabajo y la efectividad del mismo -que serán apreciadas en un futuro no muy lejano- fueron realmente inspirativos y plenamente eficaces vistos desde el ángulo interno y jerárquico del Plan. No puedo extenderme en pormenores respecto a la calidad de esta misión, solamente que el hermano Rd... se está preparando activamente ahora bajo la directa guía del Maestro para una empresa similar, aunque mucho más importante y de más trascendencia mundial que la realizada anteriormente.

El hermano F... posee un cuerpo físico de raza negra. Antiguo agricultor y un orador excelente, ha luchado y lucha todavía contra la segregación racial en el mundo. Es hombre de gran cultura, plenamente universalista, y está afiliado a ciertas organizaciones de carácter pacifista, algunas de ellas directamente relacionadas con la particular misión del Maestro en el mundo. Es plenamente consciente de su vinculación con el Ashrama y conoce exactamente el valor afirmativo de aquel verbo espiritual “que convence sin atar y que atrae aún sin convencer”. Hay que acentuar el hecho de que tanto la obra de F… como la de cualquier otro de los miembros viene inspirada principalmente por el Rayo de Amor del Señor del Universo y a través de Cristo, el Avatar del Amor en nuestro planeta.

El hermano D... es inglés de origen y actúa como pastor protestante en un lugar de Inglaterra. Es, simbólicamente hablando, un verdadero “pastor de almas” y el campo de servicio previamente elegido por él de acuerdo a la presión de ciertas tendencias kármicas, ofrece un especial ambiente para su particular dedicación. Es el de más edad físicamente hablando, siempre dentro del Ashrama.

El hermano B... de nacionalidad norteamericana, rogó encarecidamente que no le mencionara en los escritos ya que socialmente es muy conocido y no deseaba que algún indicio lo identificara de cerca o de lejos.

Respecto a mí nada diré, naturalmente acerca de la existencia personal. Mi único deseo es presentar un cuadro lo más simple y verdadero que sea posible de las leyes fraternales de la vida. No pretendo atraer la atención bajo ninguna forma.

Cumplido en gran parte el anhelo de exteriorización de la vida interna de un Ashrama y de dar algunas referencias sobre las cualidades personales de los miembros que lo integran, sólo resta decir, que de acuerdo a la gran ley universal de analogía y al testimonio vivo de las palabras ocultas de los sabios y conocedores espirituales de todos los tiempos, un Ashrama es un núcleo consciente del poder vivo y fraternal de la Jerarquía, y que una de las grandes preocupaciones de los Maestros de Sabiduría y de los Iniciados, en sus distintas gradaciones, es EXTERIORIZAR la verdad de los grupos fraternales de la Nueva Era, crear las amplísimas avenidas para la expresión del Amor Universal que debe reemplazar esta edad de hierro que estamos fatalmente viviendo todavía aquí en la tierra, bajo el imperio del odio, el temor y la ambición, por la edad de oro de las correctas relaciones humanas, nacidas de la buena voluntad de los hombres y de las puras intenciones de sus almas.

 

 

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