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Vicente Beltrán Anglada

 

L.T.V., en reconocimiento sincero de la absoluta filiación espiritual que trasciende el Karma y su infinita secuela de muertes y nacimientos…

V.B.A.

 

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Conversaciones Esotéricas


CAPÍTULO XVI: LA LIBERACIÓN DEL DESTINO

En una de nuestras conversaciones anteriores tratamos el tema siempre interesante del Karma, relacionándolo con las leyes misteriosas de la gravedad que rigen el proceso infinito de la Creación universal y tratando de hallarle un significado realmente plausible al destino del hombre aquí en la Tierra. Nos introdujimos así en áreas esotéricamente reconocidas como “zonas de Misterio”, o espacios intermoleculares, desde un ángulo de consideración puramente científico. En orden a ello apreciamos que todo cuanto existe contiene una especie particular de gravedad la cual, sin duda alguna, es la causa motivadora del Karma o destino de todos los seres vivientes de la Naturaleza. En virtud de tales consideraciones llegamos a la conclusión de que el Karma es una Ley que se extiende a toda posible creación dentro del Universo y no solamente, tal como creíamos antes, al principio de nuestros estudios esotéricos, al Reino humano. Esta Ley del Karma, consubstancial con el principio científico de la gravedad terrestre, está muy bella y poéticamente descrita en la mística leyenda oriental del BAGAVAD GITA, con sus principales protagonistas KRISHNA y ARJUNA, siendo este último una representación simbólica del aspecto gravitatorio o kármico que le permite a KRISHNA, simbolizando el Espíritu creador, expresarse en Espacio y
Tiempo.

Bien, hasta aquí todo parece perfecto. La idea en sí es grandiosa ya que permite unificar todos los principios científicos conocidos con la evolución espiritual del ser humano. Toda substancia psicológica individual, es decir, mental y emocional, procede del principio de gravedad que rige para la Materia, ya que todo el Universo es material y constituye la expresión física de un exaltado Logos Cósmico. El Karma viene determinado por el principio de gravedad, el cual suministra los elementos que producen la substanciación del éter que constituye el Espacio y con esta substanciación la posibilidad infinita de expresión de la vida espiritual. Como irán ustedes apreciando, los conceptos esotéricos se hacen cada vez más técnicos y científicos a medida que el planeta Tierra va introduciéndose en la luminosa faja celeste donde hace sentir su presión y particular gravitación la Constelación de Acuario, la cual condicionará con su benéfica influencia la totalidad de la Nueva Era, una Era singularmente técnica y científica en donde los valores espirituales no tendrán validez para las gentes si no adoptan expresiones rigurosamente mentales y técnicas. Esta condición planetaria a la cual vamos aproximándonos está muy especialmente dinamizada por la actividad del Séptimo Rayo, el Rayo logoico de la Magia, del Orden y del Ceremonial, cuya misión específica es introducir en los éteres planetarios ciertas poderosas energías que han de producir una verdadera Magia de Revelación en el corazón de un gran número de seres humanos. En orden a esta realidad, vamos a asistir durante el curso de los siguientes lustros a una Reconciliación entre las energías del Quinto Rayo de la Ciencia con las del Séptimo del verdadero Ceremonial Mágico, produciéndose entonces un cambio completo en las estructuras religiosas de las Iglesias de todo el mundo, matizadas la mayoría de ellas por las energías del Sexto Rayo de la Devoción, y llevando a todos los creyentes a una verdadera y saludable unificación de todos sus principios religiosos, los cuales adoptarán como única divisa de sus enseñanzas y de sus doctrinas a la Fraternidad de los Corazones. El proceso dogmático que caracterizó en el pasado las manifestaciones específicas del Sexto Rayo, el cual progresivamente va desapareciendo y “ocultando su Faz” -tal como esotéricamente se dice- cerrará su ciclo de expresión y dará lugar a una reconciliación perfecta de la Religión y de la Ciencia, abriéndose con ello las perspectivas de un orden social más justo y equilibrado. Como fruto de este mutuo acercamiento veremos aparecer progresivamente en la Tierra los nuevos ideales, aquellos que llevarán directamente a la criatura humana a la exacta comprensión de su destino creador y a la consumación de sus ansias infinitas de comprensión y de liberación.

Ahora bien... ¿de qué extraño poder deberán venir revestidos los nuevos ideales para que le permitan al ser humano acercarse a las Fuentes inmortales de donde mana el Agua espiritual de Vida, y cómo conquistar este Poder? La humanidad, como un todo, avanza rápidamente hacia Síntesis, hacia el centro Omega de sus más elevadas aspiraciones. Los nuevos ideales vienen a ser como una respuesta desde lo Alto a estas aspiraciones y constituyen unas líneas luminosas de acercamiento a la Verdad, las cuales serán cada vez más objetivas y evidentes a medida que el sentimiento humano de perfección se haga científico y adopte la técnica científica de la mente para demostrar la inmensa riqueza espiritual que subyace en la raíz de todos sus sueños y aspiraciones. La mente humana, por su parte, dejando a un lado todos los conceptos intelectuales establecidos como base de su civilización y que han fracasado en su incesante empeño de “atesorar conocimientos” y de acumular ideas, doctrinas y personales opiniones, dejará en libertad al espíritu puro de investigación y se introducirá sin peso ni medida -simbólicamente hablando- en el aliento infinito del sentimiento creador. En el interior de este mágico crisol la mente y el corazón se refundirán mezclando sus especiales características y dotarán al ser humano de un nuevo género de visión y de una reorientación total de todas sus perspectivas de antaño.

ARJUNA, expresión del destino kármico, se sentirá así transportado a los Cielos de Ventura prometidos y descubrirá la inmensidad de los proyectos universales de KRISHNA. El Karma, testigo de la gravedad terrestre, existente en todo tipo de materia organizada y de todo tipo de “substanciación cósmica”, se sutilizará al extremo de adoptar un nuevo aspecto implícito en su propia ley, revelando la capacidad redentiva de la substancia y el poder libertador subyacente en toda creación universal. Iremos introduciéndonos así en aquellas zonas intermoleculares dentro del propio ser en “donde viven, se mueven y tienen su razón de ser” aquellas fuerzas inteligentes ultradimensionales (angélicas o dévicas) que producen orden y crean paz. Entraremos de esta manera en un nuevo campo de experiencia y de revelación en donde la gravedad, tal como la conocemos, es decir, como fruto de karma, no actúa con el rigor implacable de antaño y nos muestra una maravillosos y desconocidos aspectos de sí misma. Sólo a partir de aquí, podemos empezar a hablar con verdadero conocimiento de causa y rigor científico de las grandes verdades proféticas reveladas en cada época de la historia planetaria que le asignaban al ser humano la categoría de un Dios, con la ineludible misión y universal deber de reconocer y de revelar esta divinidad innata. Todo ha sido revelación espiritual desde el principio de las edades y a medida que ella ha ido produciéndose, la gloria de la comprensión y el camino iluminado de Síntesis han aparecido como metas claras y determinantes en la vida íntima del ser humano. Tal es en esencia el Misterio de la Revelación al que aluden los tratados místicos. Se trata en realidad de aspectos religiosos dentro del corazón del hombre que tratan de hacerse científicos. De ahí la importancia que tiene para nosotros la hora cósmica de oportunidad que nos señala la Nueva Era.

EL ÁNGEL SOLAR,
PRIMERO Y ÚNICO MAESTRO DEL HOMBRE


La nueva historia de la humanidad no podrá ser escrita como antes con la participación única de los elementos separativos de la conciencia, de aquellos que percibían “desde abajo y hacia afuera”, sino que deberá serle añadida la visión espiritual o mística que mira las cosas de la vida “desde arriba y hacia adentro”. Deberán ser olvidados para siempre los tiempos aquellos en los que la imagen de la Cruz sólo tenía una explicación psicológica de sufrimiento y de crucifixión. Han cambiado radicalmente los signos de los tiempos y una revelación enteramente nueva está surgiendo de las mentes y corazones de los seres humanos, pese a las aparentes contradicciones en el orden social del mundo. La Cruz adopta ya para una gran mayoría de personas una nueva y más esperanzadora imagen. En el Centro de la misma no se halla el Cristo crucificado, sino la Rosa simbólica del Sacrificio realizado. Cuanto predijeron y cuanto explicaron los antiguos Iniciados rosacruces del pasado, gloriosos herederos de altas verdades cósmicas, está realizándose hoy en grandes sectores del mundo y en estos momentos cruciales de cambios de Era puede ser precisada casi objetivamente la imagen simbólica y altamente significativa de la Rosa –símbolo del Cristo resucitado- en el centro de la Cruz kármica de los seres humanos. Cuanto fue revelado por los místicos verdaderos de todas las religiones en el sentido de la redención del alma y en el misterio de la ascensión, tiene especial valor en esta gloriosa etapa que está viviendo la humanidad. Las mentes intelectuales y científicas de muchos seres humanos y no solamente las de aquellos que adoptaron el departamento jerárquico de la Ciencia como campo de expresión, están abriéndose a zonas místicas de revelación y están experimentando también la tremenda presión de aquellas potentísimas fuerzas liberadas más allá y más arriba” de las cumbres silenciosas de la Jerarquía y de los misteriosos Retiros de SHAMBALLA. Un nuevo y trepidante ritmo de imperiosa fe se introduce en aquellas mentes produciendo la necesaria catarsis que ha de determinar las nuevas revelaciones científicas y los nuevos estados de conciencia.

Bien, les estoy anunciando poco más o menos la Venida del Cristo Redentor, la llegada del Ángel Anunciador de la Nueva Era; les estoy casi afirmando que nos hallamos “aquí y ahora” como en el centro de una sagrada comunidad, muy similar a la establecida por Cristo y Sus apóstoles, aunque extendiendo la mística figura del Cristo a su máxima proyección universal y el sentido de unión, comunión y redención a toda la gran familia humana. Creo, sinceramente, que la hora que vive la humanidad es realmente solemne y exige de nosotros una fuerte dosis de serenidad y profunda expectación mental. Démonos cuenta cómo de manera imperceptible, aunque progresivamente, cede en nosotros la habitual tensión intelectual del pensamiento y nos sentimos proyectados hacia aquellas zonas de quietud y de recogimiento espiritual que preludian la revelación de las grandes verdades cósmicas. Pese al tremendo dinamismo que inflama los éteres planetarios y que converge en nuestro diario vivir, una nueva gravitación se revela en el corazón del ser humano y un nuevo sentimiento de honradez y de sinceridad hace posible que en muchos sectores de la vida social humana se realicen las proféticas palabras de Cristo de que “…Todos somos Unos en el Seno del Padre...”

Vamos a contemplar pues la Vida desde una nueva y más elevada atalaya desde donde las concepciones más sencillas adoptan aspectos de profundas y trascendentes realidades. Allí, en aquellas regiones, el aliento es suave y el alma se desliza raudamente y en silencio. Me pregunto se no nos hallaremos ya consciente o inconscientemente en alguna de aquellas zonas misteriosas de inseguridad cósmica, a las que me referí en alguna de nuestras conversaciones pasadas. En todo caso, vamos siendo conscientes, y esto no es una ilusión de los sentidos por cuanto comprobamos en mente y corazón la profundidad de la experiencia, de que existe realmente un nuevo orden en nuestra existencia y una nueva y más serena paz en el ánimo. ¿Hemos perdido pues en cierta manera el sentido psicológico de la gravitación? ¿Nos hemos liberado en alguna medida del doloroso Karma que hasta aquí afligió nuestra vida? Una cosa es evidente desde el momento mismo en que iniciamos estas conversaciones esotéricas, y es que nos sentimos proyectados conjuntamente hacia el cosmos espiritual y establecemos un círculo mágico de quietud que nos alienta y nos protege ante la inseguridad y ante la adversidad. Quizás nos sea posible hablar ahora en un sentido objetivo y actual del Ángel Solar y no simplemente en forma profética y mística o de esperanzadoras y vagas promesas. Hasta este momento la Vida del Ángel Solar fue singularmente un asunto de fe o de intuición, ahora deberíamos referimos a EL en el más práctico, real y objetivo de los sentidos, no ya como un Ser ideal y lejano perdido entre las brumas del Misterio, sino como un Ser psicológico, objetivo y tangible señalándonos en forma clara y contundente el camino que lleva directamente y sin error posible al Corazón de la propia Divinidad, es decir, el de la perfecta redención social, adquiriendo así nuestra personalidad kármica un carácter absolutamente iniciático tal como le corresponde en su calidad de centro de la evolución planetaria, con el supremo objetivo de convertirse en un Testigo de la Luz y en un Servidor del Plan. Lo místico debe “hacerse carne”, tal como es de Ley que suceda en la vida del Iniciado y ahora -permítanme que me refiera a este eterno ahora- deberíamos vivir la gloria de la revelación del Ángel Solar en nuestra existencia física. Consideremos así que ARJUNA, el gran revelador del destino humano, va introduciéndose lenta aunque incesantemente en el Corazón de KRISHNA, el Creador, del cual nuestro Ángel Solar o Yo Superior es el más
completo y elevado símbolo.

LAS OPORTUNIDADES CÍCLICAS DE LOS TIEMPOS

Preguntémonos, ante todo... ¿qué es una oportunidad cíclica? Yo diría que es la presión de los astros del Universo haciéndonos sentir sus particularidades gravitaciones. Esta presión o esta “compresión” de los éteres planetarios por efecto de las actividades “psicológicas” que se expresan por medio de planetas, soles y Universos, inclinan la Voluntad y el Destino de nuestro Logos planetario hacia determinadas situaciones, cuya significación es demasiado elevada para que pueda ser comprendida por nuestra pequeña y finita mente. Científicamente descritas, estas fuerzas cósmicas están poseídas de una gravedad, más allá de nuestra comprensión, que altera la propia gravedad terrestre e inclina subjetivamente el eje de la Tierra reorientándolo ocultamente hacia nuevas zonas cósmicas de atracción o de gravitación y creando nuevas posibilidades evolutivas en la vida y en el destino del propio Logos. Consideremos así que estas posiciones cíclicas de los Universos y de las Constelaciones en relación con nuestro pequeño mundo son las creadoras del Karma planetario del cual se hace directamente responsable SANAT KUMARA, el Señor del Mundo. De estas influencias “extrasiderales” poco nos hablan los astrónomos ya que por su sutilidad escapan a la percepción de los aparatos científicos de más alta precisión técnica, pero no así a la intuición de los verdaderos investigadores esotéricos los cuales hablaron siempre, y con gran seguridad, de estos campos vibratorios extrasolares que constituyen la base de la estructuración kármica del destino de nuestro planeta. Además del paso cíclico de la Tierra por las llamadas “zonas zodiacales”, hay otras importantes fuerzas divinas que cooperan en la evolución de nuestro planeta y de todos los demás planetas del Universo. El conjunto de fuerza siderales y extrasiderales, es decir, las que proceden del campo zodiacal y las que actúan más allá y por encimas de las doce Constelaciones del Zodíaco conocido, determinan unas misteriosas zonas de atracción mayor dentro de las cuales -si podemos decirlo así- se baña nuestro mundo. Merced a estas grandes y desconocidas corrientes de energía y gracias también a la actividad natural y característica de la propia vida del planeta, ha ido escribiéndose la verdadera historia kármica planetaria, con sus épocas de luz y sus épocas de sombra. Una Era surge así y se precipita sobre la Tierra dinamizando los éteres planetarios y condicionándolos al extremo de producir un determinado tipo de civilización, positiva o negativa según los casos, pues no hay que tener en cuenta solamente la posición cíclica de los astros y las corrientes de energía que promueven, sino también el grado de evolución de la conciencia humana en determinados períodos de su historia. Lo que si puede afirmarse desde el ángulo oculto es que las incidencias gravitatorias de los grandes astros y Constelaciones más allá de las corrientemente conocidas operan singularmente sobre el eje de la Tierra desplazándolo lentamente hacia uno u otro de aquellos grandes Colosos del Cosmos, tales como Sirio o la Estrella polar hacia la cual se dirige aparentemente el eje planetario, pero en un lejano futuro, cuando las condiciones evolutivas de la Tierra hayan alcanzado una cierta magnitud y una determinada profundidad de carácter espiritual, el eje de la Tierra se enderezará sobre la horizontal de su eclíptica y -según esotéricamente se nos dice- “presentará su cara al Sol” sin deformación alguna posible. Su movimiento de rotación será entonces perfecto y desaparecerá el llamado “movimiento de retrogradación” y los ritmos serán asimismo perfectos por lo que el trabajo del hombre en la Tierra será el de cosechar en momentos cumbres de desconocidas y trascendentes civilizaciones, la experiencia de todos los ciclos pasados. Hay mucho que hablar por tanto acerca de aquello que en lenguaje oculto se llama “un planeta sagrado”. En primer lugar deberemos referirnos a unas posiciones cíclicas del Cosmos en relación con nuestro Sistema Solar que podríamos definir como de trascendentales, así como de unas posiciones solares con respecto a nuestro planeta en virtud de las cuales el eje del mismo se “enderece hasta constituir una vertical perfecta sobre la horizontal de la eclíptica”. Al extremo superior del eje planetario podrá observarse una poderosísima estrella, cuyo nombre es conocido pero no puede revelarse que regirá el destino planetario hasta que nuestro Logos planetario haya recibido la quinta Iniciación Cósmica, merced a la cual ya no habrán en el planeta “zonas de sombra” y el aspecto psicológico que llamamos “el Mal” habrá prácticamente desaparecido de la Tierra... Bien, como ustedes habrán podido comprender tales ideas deben ser admitidas única y exclusivamente como hipotéticas y tratando de
aguzar lo más profundamente que sea posible la intuición.

ZONAS DE LUZ Y ZONAS DE SOMBRA

Ustedes se preguntarán quizás qué es lo que hay que entender por “zonas de luz” o por “zonas de sombra”, en relación con el tema que nos ocupa. Pues bien, aplicando la analogía, deberíamos hablar de posiciones planetarias, tal como lo hacen los astrólogos, y de los efectos que ellas determinan en relación con el planeta y con los seres humanos, es decir, en términos de cuadraturas, de trígonos, de sextiles, etc., posiciones éstas que tienen que ver con las formas geométricas que adoptan entre sí los cuerpos celestes y que, al parecer, tienen una total relación con las formas geométricas del aura etérica que constituye el campo magnético de un astro determinado. Siempre hallaremos en la raíz de los movimientos celestes y de sus correspondientes tránsitos estelares, la actividad de una ley única de carácter absolutamente cósmico, la GRAVEDAD, y en el interior de su campo gravitatorio una Energía interna de tipo netamente “agravitatorio” que trata constantemente de liberarse, de proyectarse hacia el Cosmos espiritual y místico de donde realmente procede. Lo que trata de realizar el investigador esotérico es equilibrar dentro de sí ambos impulsos y dentro de tal equilibrio hallar la paz y el establecimiento de un verdadero ritmo de la acción.

Las determinantes de la acción universal afectando el minúsculo punto de vista presente en la Eternidad que llamamos hombre, tienen un carácter portentosamente místico y no son fácilmente reconocibles dado el atraso en que se mueve todavía la Ciencia Astrológica actual en relación con los profundos conocimientos que los antiguos sacerdotes Mayas, Egipcios y Caldeos poseían de la “Ciencia de los Cielos”, los cuales podían y sabían leer en los elevados firmamentos las posibilidades cíclicas de redención que podían convertir al ser humano en un verdadero Dios en manifestación física, de la misma manera que los verdaderos Alquimistas del pasado sabían cómo aprovechar las circunstancias cíclicas ambientales y el poder operante de ciertos definidos astros para transmutar los metales viles en oro puro. Fue posible así añadir un dato positivo y afirmativo a la Ley del Karma que gravita sobre la humanidad desde el principio mismo de los tiempos, en el sentido de que “...los Astros inclinan, pero no obligan”, liberando la mente del hombre inteligente del estigma del “pecado original” y de la ciega sumisión a los datos históricos y religiosos suministrados por la tradición, condicionantes de los estados psicológicos del dolor, de la angustia, de la incertidumbre y del miedo...

Para comprender las Oportunidades cíclicas que originan el fenómeno de liberación o redención del alma humana, habríamos de reorientar todo el proceso científico actualmente enfocados en el movimiento particular y en la masa gravitatoria de los cuerpos, así como en el de las formas geométricas que adoptan en el espacio, hacia aquellas sutilísimas zonas “interespaciales” o “intermoleculares” donde el equilibrio y la armonía reinantes son como una ofrenda de los Dioses cósmicos para todos los hijos de los hombres que realicen el esfuerzo exigido y cuyas almas realmente anhelantes decidan solemnemente alcanzar la Liberación. Bien, de acuerdo con lo que vamos exponiendo, será lógico comprender que el hombre superior deberá poseer una mente muy aguda y tremendamente despierta para poder intuir “los signos de los Nuevos Tiempos” y hacerse eco de las infinitas resonancias cósmicas dentro de su corazón ya que el Bien cósmico queda localizado dentro de este santuario del amor universal, en tanto que la mente supremamente expectante da una clara noción del Mal que debe ser evitado. Siendo así, vemos que los aspectos siderales, tanto de luz como de sombra, pueden ser fácilmente registrados y reconocidos. Ahí se halla también la explicación, para las mentes apercibidas, del axioma esotérico, anteriormente aludido, de “Los Astros inclinan, pero no obligan”.

Parece ser, pues, que la obra de KRISHNA, el Espíritu humano, se realiza preferentemente en aquellas zonas libres de tiempo y de masa gravitatoria que yo denomino “espacios intermoleculares”. De aquellos desconocidos centros de luz y de armonía se proyectan cada vez más frecuentemente sobre el ser humano, unas energías mucho más sutiles y dinámicas que las que hasta aquí han podido detectar los científicos y los psicólogos. Bien mirado, la Psicología actual, pese a sus (tremendos avances en el estudio de la constitución psíquica del ser humano, no ha logrado penetrar todavía en aquellos sagrados retiros dentro del ser individual de donde emanan luz, paz y serenidad perfectas. Queda todavía un largo camino a recorrer antes de que la Psicología moderna se introduzca en aquellas zonas supraconscientes, como antaño lo hizo por las áreas más objetivas y con más poder gravitatorio que llaman subconsciencia y en donde al parecer se halla la raíz del karma humano. El estadio objetivo de las zonas supraconscientes de la conciencia pertenecen a las Razas del futuro y podemos asegurar que es muy reducido el número de las selectas personalidades dentro de la gran familia humana, que lograron acceder a estas zonas misteriosas de luz dentro de su propio ser y descubrir allí que KRISHNA y ARJUNA, lo trascendente y lo inmanente del hombre, eran la misma cosa. El espacio y el tiempo dejan realmente de actuar dentro del corazón humano cuando se ha penetrado en estas zonas de elevada frecuencia vibratoria cósmica en donde los efectos de la Gravedad han dejado prácticamente de existir. El poder gravitatorio que condicionaba el proceso kármico dejó de actuar así sobre el Yo. Introducido éste en el espacio “intermolecular” de su propia vida en donde la luz y las sombras se hallan en un perfecto estado de equilibrio, asciende hacia las alturas de su propio ser y sabe entonces por la experiencia y no por los simples estudios y razonamientos que realmente “se puede triunfar de las estrellas” y de regir a voluntad su propio destino kármico...

Pregunta: Resulta sorprendente y al propio tiempo apasionante esta idea del karma tal como usted la ha presentado. Pero. .., ¿ cómo actuar en nuestra vida para llegar a tales conclusiones acerca del simbolismo de KRISHNA y ARJUNA, o del Creador aparte de su Obra, tal como se expresa precisamente en el BAGAVAD GITA?

Respuesta: A mi entender el proceso es muy fácil de comprender, aunque muy difícil de ponerse en práctica, por cuanto ha de existir previamente una base de perfecto desapego en orden a los valores temporales, habida cuenta que son estos los que crean y perpetúan el karma. Bastará considerar al efecto el sentido de “mi” o de pertenencia, que aplicamos a todas las cosas que nos rodean y tendremos una idea muy gráfica de cómo hay que actuar en la vida para liberamos del peso agobiante de un aciago destino. Nuestra vida se halla en un estado de permanente tensión debido precisamente al increíble número de posesiones o pertenencias que van acumulándose en el interior del yo personal y que cristalizan en forma de karma. Me pregunta usted cómo hay que actuar para poder contemplar nuestra obra y sus consecuencias aparte de nosotros mismos. Pues bien, es dejando de acumular en el tiempo, olvidándonos completamente de nosotros mismos en la acción personal y social siendo consecuentes del proceso kármico que vamos generando, que iremos perdiendo progresivamente el peso de las seguridades que tan ardientemente anhela nuestro corazón y con él nuestra vida entera. Tengamos en cuenta al respecto que el paso que va del “mí” al “YO”, es decir, de ARJUNA a KRISHNA, es largo y fatigoso y que habrá que prescindir desde un buen momento del placer de los resultados espectaculares y del amor por el fruto de nuestras acciones. Observemos que la obra de KRISHNA en el corazón de ARJUNA, cuando éste se deja voluntaria y conscientemente “modelar” es lenta, callada, silenciosa y humilde. Es la Obra universal del Creador, el Cual, “...después de llenar el Universo con un pequeño fragmento de Sí Mismo, EL persiste... “, aparte por completo del resultado de Su cósmica Acción.

Pregunta: Me ha interesado muy particularmente cuanto ha dicho usted en relación con la Astrología Pero, ¿ cree usted realmente que el individuo puede liberarse de su destino sólo con proponérselo y romper así la cadena que lo ata inexorablemente al destino de los demás seres humanos con los cuales viene vinculado por efecto del karma?

Respuesta: Liberarse del personal destino no implica en manera alguna quebrantar los lazos de espiritual solidaridad que nos ligan a los demás seres, sino simplemente desligar nuestra conciencia de los hechos conforme estos se van produciendo en el incesante devenir de la vida. Es mirando el proceso “desde dentro y hacia arriba” y no “desde abajo y hacia afuera” que debe ser resuelta la incógnita de la acción. La idea de KRISHNA y ARJUNA está implícita en ambas actividades de la conciencia, la que se realiza en el nivel espiritual y la que se verifica en el nivel de las actividades físicas mediante la acción del Karma. KRISHNA contempla Su obra aparte de Sí mismo, tal como podemos apreciar en el BAGAVAD GITA, lo cual no quiere significar que se desentiende de su creación, o de ARJUNA, sino simplemente que la está observando desapasionadamente, con infinito desapego. Con respecto a ARJUNA, pasa exactamente lo contrario; tan embebido se halla en su obra que ha perdido de vista el sentido de su infinita trascendencia y ha devenido material o substancial, es decir, kármico. Por lo tanto, la idea de liberación del destino a la que usted se refiere, debe realizarse pensando más en KRISHNA que en ARJUNA, más en la Divinidad que en el Cesar. Tal como decía Cristo: “Hay que vivir en el mundo sin ser el mundo”. ¿Existe una frase mística que exprese tan gráficamente lo que debe hacer el individuo dentro de su corazón para liberarse de su destino kármico, de este destino que lo encadena irremisiblemente a un mundo irreal y caleidoscópico de sombras en movimiento?

Usted ha mencionado la Astrología.. . Pero, ¿qué sabemos realmente de esta Ciencia en lo que hace referencia a las almas fuertes, sinceras y audaces que adoptaron como divisa de su vida y como propósito de su existencia la Liberación? Tal como enseñaron los perfectos Astrólogos de Caldea, de Egipto, de la Atlántida... “Los Astros inclinan, pero no obligan”, poniendo en manos de los hombres inteligentes y de buena voluntad de todas las acciones el instrumento de liberación adecuado. Así nació evidentemente la casta de los Iniciados en la Ciencia del Desapego y de la verdadera Maestría en el Arte supremo de vivir, profundamente integrados dentro de las indescriptibles Leyes de la Necesidad Cósmica que creó el Destino perfecto de los Dioses y el de los propios seres humanos.

Pregunta: ¿ Hay pues dos destinos a cumplir, el de Arjuna, el pequeño yo, y el de KRISHNA, que representa la vida espiritual del alma?

Respuesta: Un solo y único destino guía toda la Creación. KRISHNA, el Creador, envía constantemente a su reflejo ARJUNA, a cumplir el propósito permanente de Redención de la Vida de acuerdo con las sagradas Leyes de la Necesidad Cósmica. Así, ARJUNA, obra de KRISHNA, dotado de alma y de comprensión espiritual, pero ligado a las cosas temporales por efecto de aquella misma necesidad cósmica de expresión, reencarna cíclicamente para cumplir los propósitos de creación de KRISHNA. La parte de KRISHNA dotado de gravedad, de densidad y de peso kármico, o sea, ARJUNA, es la que se manifiesta en espacio y tiempo, es aquella parte de Sí mismo que va creando y al propio tiempo extinguiendo karma a través de las edades. Sin embargo, el propósito esencial de ambos aspectos del poder creador: KRISHNA y ARJUNA, es cumplimentar la Voluntad infinita de aquel supremo Logos cósmico (en el caso de nuestro planeta, el Logos solar) que es causa de la Vida y que utiliza la obra de KRISHNA en el Espacio y la de ARJUNA en el tiempo para atender las leyes infinitas de la Necesidad Cósmica de Expresión a la que se sujetan todos los Logos creadores, sea cual sea su evolución dentro del Cosmos Absoluto. Quizás nos preguntemos todos el por qué del misterioso proceso de la incesante Creación. Podríamos decir únicamente, de acuerdo con la analogía, que nos es dado comprender la obra conjunta de KRISHNA y ARJUNA como el símbolo de las relaciones entre la Personalidad del hombre y su Alma superior, o las de Cristo con respecto al Maestro Jesús o las del Logos planetario en relación con SANAT KUMARA. Pero, no podemos introducimos todavía en el indescriptible Misterio de la Ley Cósmica de la Necesidad que está más allá y muy infinitamente por encima de lo que puede comprender nuestro humano entendimiento...

Pregunta: ¿Hay alguna fórmula concreta de resolución en nuestra vida para poder expresar el poder espiritual de KRISHNA?

Respuesta: Tal fórmula, caso de que existiese, debería estar condicionada por el grado de evolución de cada uno de nosotros. El fragmento de vida consciente, que es ARJUNA, debe lógicamente crecer hasta alcanzar la estatura espiritual de KRISHNA, o de CRISTO, si prefiere usted esta exaltada Entidad divina como guía de sus propósitos de redención solar. La tarea incesante de la evolución dentro de la humanidad ha creado a través del tiempo los sistemas de entrenamiento espiritual o de perfeccionamiento místico conocidos como el Yoga, o Ciencia de Unión con la Divinidad, o las disciplinas de carácter interno a que se sujetan muchos seres humanos para lograr la perfección de sus vidas psicológicas. Si llama usted “fórmulas concretas” a estos Yogas o a estas disciplinas, solamente tendrá que elegir la que le parezca más conveniente. Pero ya, en alguna de nuestras conversaciones pasadas dijimos que la mejor fórmula espiritual de redención o de perfección, o sea, la que hace referencia al trabajo místico de ARJUNA dentro del propio corazón en su incesante búsqueda del aspecto superior de KRISHNA, es dejarse guiar única y exclusivamente por el propio KRISHNA, Quien sabe, mejor que nosotros cuál es el sendero que por vía de Evolución, de Rayo o de Temperamento nos corresponde. Pero, hay que decir también, una vez más, que debe vivirse muy atenta, profunda y silenciosamente para que KRISHNA, el Ángel Solar, se fije en nosotros, en el pequeño ARJUNA que sumergido en las aflicciones, dificultades y problemas del karma personal, intenta ascender a las Alturas en un sublime propósito de redención...

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