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Quince Reglas para la Magia.
por AAB-DK
(Tratado Sobre Fuego Cósmico)
Estas reglas son lógicamente de naturaleza esotérica, y el
estudiante deberá recordar que la terminología es de
naturaleza evasiva, pero siempre traerán
[i997] una revelación a quienes poseen la clave,
aunque tenderán a confundir y a dejar perplejo al estudiante
que aún no está preparado para recibir la verdad. Quisiera
también que el estudiante tenga presente que todo lo que aquí
se imparte concierne a la “magia blanca”, y es dado desde el
punto de vista del Angel solar y del Fuego solar. Teniendo
presente estos dos puntos el estudiante hallará mucho de valor
en estas reglas, que oportunamente le traerán iluminación
interna. Las dividiremos en tres grupos de aforismos o frases
ocultas; el primero se relacionará con el trabajo que realiza
el mago en el plano mental, la forma de manipular la energía
solar y su capacidad para que los Constructores colaboren en
sus propósitos.
El segundo grupo llevará la tarea al plano del deseo y de
la vitalización, y transmitirá información sobre el
equiparamiento de los pares de opuestos y su equilibrio a fin
de que se haga posible La manifestación final.
El tercer grupo tendrá que ver con el plano físico, la
transmisión de fuerza a través de
- los centros,
- el cerebro,
- el plano físico.
A.
Seis reglas para el plano mental.
Se proporcionarán ciertas leyes del lenguaje, y el significado
del color y del sonido subyacerá en la forma exotérica de las
frases para quienes tienen suficiente percepción:
REGLA UNO. El Angel Solar se recoge en Si mismo, no disipa su
fuerza, sino que en profunda meditación se comunica con su
reflejo.
El significado de esta regla es fácil de comprender. Mago
blanco es aquel que, mediante el consciente alineamiento con
su Ego, su “Angel”, es receptivo a sus planes y propósitos,
por lo tanto, capaz de recibir impresiones superiores. Debemos
recordar que [i998] el mago blanco
trabaja de arriba hacia abajo, siendo el resultado de la
vibración solar y no de los ardientes impulsos que emanan de
uno u otro de los Pitris lunares; el descenso de la energía
[e786]
impresionante del Pitri solar es el
resultado de su recogimiento interno, de la absorción de sus
fuerzas antes de enviarlas concentradamente a su sombra, el
hombre, y de su constante meditación sobre el propósito y el
plan. Podría ser útil al estudiante recordar aquí que el Ego
(igual que el Logos) está en profunda meditación durante todo
el ciclo de encarnación física. Esta meditación solar es de
naturaleza cíclica, enviando el Pitri involucrado a su
“reflejo”, corrientes rítmicas de energías que son reconocidas
por el hombre implicado como “impulsos superiores”, sueños y
aspiraciones. Por lo tanto, será evidente por qué los
trabajadores en magia blanca son siempre hombres evolucionados
y espirituales, el “reflejo” responde raras veces al Ego o
Angel solar si no han transcurrido muchos ciclos de
encarnaciones. El Pitri solar se comunica con su “sombra” o
reflejo por medio del sutratma que desciende a través de los
cuerpos hasta un punto de entrada en el cerebro físico.
REGLA DOS. Cuando la sombra ha respondido, el trabajo prosigue
en profunda meditación. La luz inferior es proyectada hacia
arriba; la luz superior ilumina a los tres, y el trabajo de
los cuatro continua.
Aquí podrá observarse que el trabajo del Ego en su propio
plano y de su instrumento en los tres mundo está vinculado y
coordinado. Como bien sabemos, la principal función de la
meditación es llevar al instrumento inferior a tal condición
de receptividad y respuesta vibratoria que el Ego o Angel
solar pueda utilizarlo y producir resultados específicos. Esto
implica, por lo tanto, un descenso de fuerza desde los niveles
superiores del plano mental [i999]
(donde mora el Hombre real) y una vibración recíproca que
emana del Hombre, el Reflejo. Cuando estas dos vibraciones se
sintonizan y la interacción es rítmica, entonces las dos
meditaciones prosiguen sincrónicamente y la tarea de magia y
creación puede continuar libremente. Se verá entonces que el
cerebro es la analogía física de los centros de fuerza del
plano mental, y que la vibración tiene que ser establecida
conscientemente por el hombre en meditación Cuando se efectúa
esto, el hombre puede ser un creador consciente, y el trabajo
prosigue de manera triple, circulando la fuerza libremente por
tres puntos de actividad centralizada:
Primero. Desde el círculo de pétalos, en el loto egoico, que
el Ego ha decidido utilizar o está en situación de hacerlo,
estando condicionado por el objetivo a realizar y el grado de
desarrollo egoico.
Segundo. El centro del cerebro físico que está activo en la
meditación. También está condicionado por el grado de
evolución del hombre y la meta que ha pensado alcanzar.
[e787]
Tercero. El centro de fuerza generado por el hombre, en el
plano mental inferior, a medida que construye la forma mental
necesaria y pone en actividad esos constructores que pueden
responder a la vibración establecida. Esto también se halla
condicionado por la fuerza de su meditación, la plenitud de la
nota emitida y el poder de la vibración que inició.
De allí que lo primero que hace el Angel solar es formar un
triángulo compuesto por sí mismo, el hombre en el plano
físico, y por el ínfimo punto de fuerza, resultado de su
esfuerzo unido. Será de valor para quienes estudian el tema de
la meditación reflexionar sobre este procedimiento y estudiar
la analogía que existe entre éste y el trabajo del Logos solar
a medida que fue “creando los Cielos y la Tierra”. Se
[i1000] unieron los aspectos
superiores e inferiores, entraron en contacto el espíritu y la
materia, la consecuencia de esta interacción fue el nacimiento
del hijo o la gran forma mental solar. En los tres mundos, el
hombre, la Deidad inferior, dentro de sus límites, procede en
líneas análogas. Los tres iluminados por La luz del Uno, son
las tres personas de la Tríada inferior, el cuerpo mental, el
cuerpo astral y el cuerpo físico. Ellos y el Iluminador forman
los “Cuatro” a los que se refiere la regla, y así se pone de
manifiesto la Tétrada microcósmica.
Las dos reglas anteriores forman la base esotérica de toda
meditación y deben ser estudiadas cuidadosamente si se desea
obtener ciertos resultados.
REGLA TRES. La Energía circula. El punto de luz, producto de
la labor de los cuatro, crece y aumenta. Miríadas se reúnen en
torno a su calor resplandeciente hasta que merma su luz y su
fuego disminuye. Después se emitirá el segundo sonido.
El mago blanco por medio de la meditación y el propósito
consciente forma un punto central de energía en el plano
mental, acrecienta la vibración por medio de la continua
concentración, comenzando entonces a visualizar detalladamente
la forma que ha de construir, la imagina con todas sus partes,
componentes y ve “ante el ojo de su mente”, el producto
consumado de la meditación egoica a medida que se va
realizando. Esto produce lo que aquí se denomina “la nota
secundaria”; la primaria es la que emana del Ego en su propio
plano, que despertó “al reflejo” y evocó respuesta. La
vibración se hace más fuerte y la nota emitida por el
hombre en el plano físico asciende y es oída en el plano
mental. Es por ello que en toda meditación
[i1001] ocultista el hombre tiene que realizar ciertas
cosas a fin de ayudar a producir los resultados.
[e788] Tranquiliza sus cuerpos de
manera de no tener impedimentos para el intento egoico y está
atento para oír la “Voz del Silencio”. Responde entonces
conscientemente a esa Voz y reflexiona sobre los planes
impartidos.
Luego entona la Palabra Sagrada, y tomando la nota del Ego,
cuando cree oírla, la envía para aumentar el sonido egoico y
poner en movimiento la materia en el plano mental.
Sincrónicamente con esta emisión, visualiza detalladamente la
forma mental propuesta, para corporificar los propósitos
egoicos.
Debe recordarse que hablamos de las meditaciones conscientes,
basadas en el conocimiento y en la larga experiencia, que
producen resultados mágicos en el plano físico, y de esas
meditaciones que tienen el propósito de revelar al Dios
interno y traer el fuego iluminado al Ego.
Cuando este proceso continúa por ley y orden, el punto focal
de energía en el plano mental inferior adquiere fuerza; su luz
o fuego se hace sentir; llega a ser, en sentido oculto,
visualmente objetivo, atrayendo la atención de los
constructores menores por medio de
- su radiación o
calor,
- su activa vibración,
- su sonido o nota,
- su luz.
Los trabajadores elementales capaces de responder, son
reunidos y atraídos dentro del radio de fuerza, comenzando a
agruparse a su alrededor. La forma pretendida empieza a
ponerse de manifiesto y pequeñas vidas, unas tras otras,
ocupan el lugar que les corresponde en su construcción. El
resultado de esa “coherencia” es que la luz interna comienza a
velarse, su brillo disminuye así como la luz del Ego en su
sombra o la forma mental, el hombre, también disminuye y se
oculta. [i1002]
REGLA CUATRO. El sonido, la luz, la vibración y la forma se
entremezclan y fusionan, y así el trabajo es uno. Procede de
acuerdo a la ley, y nada puede ya entorpecer el avance del
trabajo. El hombre respira profundamente. Concentra sus
fuerzas y arroja de sí la forma mental.
Tenemos aquí una faceta muy importante del trabajo mágico
pocas veces considerada y conocida. La fuerza aplicada por el
Ego en la tarea de obligar al hombre a cumplir Su propósito ha
sido la voluntad dinámica, y el pétalo o centro de energía
empleado ha sido uno de los pétalos de voluntad. Hasta ahora
el hombre fue impulsado por la voluntad egoica, pero ha
fusionado con ella gran parte de la energía del aspecto
atrayendo (deseo o amor), [e789]
reuniendo para sí en el plano mental el material necesario
para su forma mental. Hasta ahora se ha logrado observar, en
los niveles concretos del plano mental, una forma construida
de materia mental, coherente, viva, vibrante y de naturaleza
deseada. Su actividad interna es tal que está asegurada su
persistencia durante el tiempo necesario para lograr realizar
su propósito egoico; está preparada para ser enviada a cumplir
su misión, a reunir para sí material de naturaleza más densa
en el plano astral y a obtener mayor consolidación. Esto es
efectuado mediante un acto de voluntad que emana del hombre y
le da a la forma viviente el poder de “desprenderse”.
Afortunadamente para la raza humana, exactamente en este punto
es donde fracasan en su trabajo la mayoría de los
investigadores mágicos. Construyen una forma con materia
mental, pero desconocen como enviarla a cumplir su misión
inevitablemente. Así numerosos formas mentales mueren de
muerte natural en el plano mental debido a la incapacidad del
hombre para ejercer constructivamente la facultad de la
voluntad, y a su fracaso e incomprensión de las leyes que
rigen la construcción de formas mentales. Otro factor lo
constituye su desconocimiento [i1003]
de la fórmula que libera a los constructores elementales
de lo que los circunda, obligándolos a adherirse dentro de la
periferia de la forma mental durante el tiempo que el pensador
desea. Finalmente muere debido a que la incapacidad del hombre
le impide meditar durante un período suficientemente
prolongado y formular sus ideas con tal claridad como para
producir la materialización final.
Los hombres son todavía demasiado impuros y egoístas como para
confiárseles este conocimiento. Construirían sus formas
mentales para ser enviadas a misiones egoístas y con fines
destructivos; hasta que no sean más espirituales y hayan
controlado su naturaleza inferior no estarán disponibles para
su empleo las palabras mágicas que impulsan a que emprenda una
actividad separada la forma construida en sustancia mental.
Podría preguntarse en qué forma los hombres logran sus
objetivos por medio de la concentración y la visualización y
cómo puede enviar formas mentales que lleguen a su destino.
Esto puede efectuarse de dos maneras.
Primero. Recordando inconscientemente métodos y formas
conocidas y utilizadas en la época atlante, cuando las formas
mágicas eran de propiedad pública y los hombres obtenían
resultados emitiendo ciertos sonidos. No lograban sus
objetivos por su capacidad mental, sino que principalmente lo
hacían repitiendo como loros esos mántram. Éstos están a veces
ocultos en el subconsciente y los utiliza involuntariamente el
hombre cuando los presiente fuertemente.
[e790]
Segundo. Por medio de los pensamientos e ideas del hombre que
encajan con los planes y propósitos de aquellos que saben, ya
sea en el sendero de la magia blanca o en el de la magia negra
Luego utilizan la forma con su fuerza inherente y la
galvanizan para que entre en una actividad y entidad
temporariamente separada, enviándola así a cumplir su
propósito. Esto explica los numerosos resultados fenoménicos
aparentes logrados por los egoístas o los buenos pensadores,
pero incompetentes.
[i1004]
Las palabras mágicas son comunicadas únicamente, bajo la
promesa de guardar secreto, a los que trabajan regidos por la
Fraternidad de la Luz, a los iniciados y a los chelas
juramentados debido al gran peligro que involucran. También,
ocasionalmente son captadas por hombres y mujeres que han
obtenido el alineamiento con el Ego y están, por lo tanto, en
contacto con el centro interno de todo conocimiento. Cuando
esto sucede, el conocimiento está seguro, porque el Ego
trabaja siempre de parte de la luz y de la rectitud, y las
palabras emitidas por el Ego se “pierden en Su sonido” (como
se dice esotéricamente) y no serán recordadas por el cerebro
físico cuando no está influenciado por el Ángel solar.
Las seis reglas para el plano mental son muy breves, debido a
que el plano de la mente es aún un terreno desconocido para la
mayoría -desconocido en lo que respecta a su control
consciente. Las dos reglas restantes se relacionan, en el
primer caso, con el hermano que practica magia blanca y, en el
segundo, con la fórmula mental que está construyendo.
REGLA CINCO. Tres cosas preocupan al Ángel solar antes que la
envoltura creada descienda: la condición de las aguas, la
seguridad de aquel que así crea y la constante contemplación.
De este modo están aliados para el triple servicio, el
corazón, la garganta y el ojo.
El punto focal de energía que el hombre, el mago, ha creado en
el plano mental, alcanza una actividad vibratoria que asegura
la respuesta, por parte de la materia requerida, para proveer
la siguiente y más densa envoltura. Esta vibración hará que se
agrupe alrededor del núcleo central un tipo diferente de
sustancia vital divina. Esta forma se construye
esotéricamente, con el fin de ser enviada, para que descienda
y [i1005] vuele como un pájaro a
cumplir su misión, entonces se acerca el momento crítico para
el mago. Una de las cosas de las que se ha de ocupar el mago
es que la forma que ha construido, y a la cual se mantiene
unido por una fuerte hebra de sustancia (una analogía en
minúscula escala de hilo sutrátmico por el cual la Mónada o el
Ego se mantiene [e791] vinculado a
su “forma de manifestación”), no muera por falta de sostén
vital ni retorne a él sin haber cumplido su misión. Cuando
ocurre tal catástrofe, la forma mental se convierte en una
amenaza para el mago, y éste llega a ser la víctima de lo que
ha creado. Los devas que forman el cuerpo de la idea que ha
fracasado en cumplir su propósito constituyen un drenaje de su
fuerza vital, por eso procura que el móvil o deseo que subyace
detrás de la “idea”, revestida ahora con su primer envoltura,
mantenga su prístina pureza, no tenga vestigios de intención
egoísta ni haya tergiversación del propósito inicial del Angel
solar, produciendo una vibración indeseable. Esto es lo que se
quiere significar cuando se dice que se ha de cuidar la
“condición de las aguas”. Como bien sabemos, el agua
representa la materia; la sustancia del plano astral que
estamos considerando tiene gran importancia para la
construcción de formas. De acuerdo a la sustancia empleada y a
la naturaleza de los constructores que responden a la nota de
la forma de materia mental, así será el propósito a realizar.
Esta es la etapa más importante por muchas razones, puesto que
el cuerpo astral de cualquier forma condiciona
- la naturaleza del vehículo físico y
- la transmisión de fuerza del
siguiente plano superior.
Los “devas kámicos” pueden llevar a cabo su tarea siempre
que el hombre del plano físico mantenga firmemente el
propósito e impida que las influencias y vibraciones que
emanan del hombre inferior la distorsionen.
[i1006]
Recordaré a los estudiantes, a esta altura, que cualquier
forma mental se encamina necesariamente a mayores corrientes
de fuerza o energía que emanan de pensadores avanzados de toda
categoría, empezando del Logos planetario hacia abajo, y de
acuerdo a su naturaleza y móvil así se ayudará o retrasará
el trabajo evolutivo. De este modo trabajan los
Nirmanakayas ampliando corrientes de energía mental,
vitalizando las formas creadas por los hombres y llevando a
cabo la tarea de construcción y destrucción. Tienen que
utilizar lo que existe, de ahí la necesidad de pensar con
claridad. Habiendo “purificado” las aguas o salvaguardado sus
deseos, el pensador procede luego (mediante el uso de ciertas
palabras que le son impartidas por el Ángel solar) protegerse
de los devas de naturaleza elemental con los cuales se propone
trabajar. En el plano mental, la naturaleza y vibración del
Angel solar provee suficiente protección, pero ahora se
propone trabajar con los elementales y las existencias más
peligrosas de los tres mundos. (98)
[e792]
Estas fórmulas protectoras son
pronunciadas por el pensador conjuntamente con el Angel solar,
en el momento en que la forma mental está preparada para
recibir su envoltura astral. El mántram va dirigido a las
fuerzas que impulsan la actividad de los Agnisuryas y origina
una corriente de energía protectora desde uno de los pétalos
del corazón del Loto egoico. Esta circula a través del centro
laríngeo del hombre, y establece una corriente circulatoria de
energía a su alrededor que rechaza automáticamente a los devas
que podrían (por medio de su tarea ciega e ignorante) amenazar
su paz. Habiéndose ocupado de estas dos cosas -regulado el
deseo y resguardada la identidad- tanto el Angel solar como el
trabajador mágico mantienen una actitud contemplativa
[i1007] y profunda, adoptada después
de la meditación.
Durante la contemplación el ojo interno se fija sobre el
objeto de la contemplación, y esto produce (inconscientemente
en la mayoría de los casos) una constante corriente de energía
enfocada en el objetivo, produciendo vitalización y actividad.
Es la base del “trabajo de transmutación”, en que la sustancia
humana, por ejemplo, es transmutada en sustancia solar. El Ego
contempla sus cuerpos lunares, y gradualmente se va realizando
el trabajo. Cuando su reflejo, el hombre, ha alcanzado un
punto en la evolución en que puede meditar y contemplar, el
trabajo se acelera rápidamente y la transmutación procede con
rapidez, particularmente en el plano físico. En la tarea de
construcción de la forma mental, el hombre en contemplación,
prosigue la tarea de energetizar y vitalizar. Podría aquí
decirse que el ojo es el gran agente rector. Cuando se emplea
el tercer ojo, como sucede en la contemplación, éste
constituye el sintetizador y rector de la triple energía; de
allí la poderosa tarea que ejecutan aquellos que lo han
desarrollado. El tercer ojo sólo empieza a funcionar cuando el
tercer circulo de pétalos egoicos comienza a desarrollarse
lentamente.
Si los estudiantes analizaran el efecto que produce el ojo
humano en el plano físico, y luego extendieran el concepto a
la tarea del Pensador interno cuando utiliza el tercer ojo,
obtendrían una interesante aclaración sobre el tema del
control mental. El Antiguo Comentario dice:
“Cuando el ojo es ciego, las formas creadas giran en circulo y
no cumplen la ley. Cuando el ojo está abierto fluye la fuerza,
la orientación y la realización son seguras y los planes
prosiguen de acuerdo a la ley; el ojo de color azul o el ojo
que no ve el rojo de la ira cuando está abierto, produce con
gran facilidad aquello que se intenta realizar.”
[e793] La regla final está contenida
en las palabras: [i1008]
REGLA SEIS. Cuando el ojo se abre los devas de los cuatro
inferiores sienten la fuerza, son expulsados y pierden a su
amo.
La energía egoica, transmitida vía el cerebro físico, entonces
se dirige a realizar el trabajo de enviar la forma, para que
pueda revestirse de materia astral. El ojo del Pensador se
abre y afluyen corrientes de vitalidad repulsiva. No es
necesario decir más porque hasta que el ojo no funcione, no es
posible que los hombres comprendan la naturaleza de la energía
que manejarán o dirigirán.
B.
Cinco reglas para el plano astral.
Antes de considerar el segundo grupo de “Reglas para la
Magia”, quisiera decir algunas palabras respecto al “ojo del
Mago”, al cual ya me he referido anteriormente. Una de las
reglas fundamentales detrás de todo proceso mágico consiste en
que ningún hombre puede ser un mago o trabajador en magia
blanca hasta que no se le haya abierto el tercer ojo o esté en
proceso de abrirse, pues por medio de ese ojo se energetiza,
dirige y controla la forma mental y los constructores o
fuerzas menores son impulsados a realizar cualquier tipo de
actividad. Entre los futuros descubrimientos y próximas
revelaciones de la ciencia materialista, una de las
revelaciones se relacionará con la facultad que posee el ojo
humano, ya sea solo o colectivamente, de dirigir la fuerza, y
esto indicará una de las primeras etapas hacia el
redescubrimiento del tercer ojo o el “Ojo de Shiva”. Como
sabemos Shiva es uno de los nombres para el primer gran
aspecto Logoico y ese nombre oculta cosas de gran importancia
esotérica. Shiva representa:
- El Aspecto Voluntad.
- El Aspecto Espíritu.
- El Padre en el Cielo.
- El Propósito Rector.
- La energía consciente.
- La intención dinámica.
[i1009] Al considerar estas
frases se evidenciarán las facultades innatas del tercer ojo.
En el ser humano, el “Ojo de Shiva” está situado, como ya se
sabe, en el centro de la frente entre los dos ojos físicos.
(99)
No debe confundirse con la glándula pineal, que es un centro
físico o glándula bien definida. El tercer ojo existe en
materia etérica, siendo un centro de fuerza etérica, hecho con
sustancia de los éteres, mientras que la glándula pineal está
formada por materia [e794] de los
tres subplanos inferiores del plano físico, sin embargo, ella
ha de funcionar en cierta medida antes que el “Ojo de Shiva”
tenga cierto grado de actividad; esto es lo que ha conducido a
los escritores de libros ocultistas, del pasado, a
confundirlos deliberadamente a fin de proteger el
conocimiento.
El tercer ojo se forma por la actividad de tres factores:
Primero, mediante el impulso directo del Ego en su propio
plano. Durante la mayor parte de la evolución el Ego hace
contacto con su reflejo, el hombre en el plano físico,
mediante el centro que se halla en la cima de la cabeza.
Cuando el hombre esté más evolucionado y se aproxime o esté
hollando el Sendero, el Yo interno se aferrará más a su
vehículo inferior, y descenderá hasta un punto de la cabeza o
del cerebro que se encuentra aproximadamente en el centro de
la frente. Éste es su contacto más inferior. Es interesante
observar aquí la analogía que existe con la evolución de los
sentidos. Los tres sentidos principales y los primeros en
manifestarse sucesivamente son oído, tacto y vista. Durante
gran parte de la evolución el oído constituye el impulso que
guía la vida humana por medio del contacto egoico establecido
en la parte superior de la cabeza. Luego, cuando el Ego
desciende un poco más, se une al centro etérico activo en
conexión con el cuerpo pituitario y el hombre responde
[i1010] a las vibraciones más sutiles
y superiores; entonces se despierta la analogía esotérica del
sentido físico, el tacto. Por último se abre el tercer ojo y
la glándula pineal comienza a funcionar simultáneamente. Al
principio la visión es oscura y la glándula sólo responde
parcialmente a la vibración, pero en forma gradual el ojo se
abre totalmente, la glándula está plenamente activa, y tenemos
al hombre “totalmente despierto”. Cuando esto sucede, vibra el
centro alta mayor y entonces los tres centros físicos de la
cabeza funcionan.
Segundo, mediante la actividad coordinada del centro principal
de la cabeza, el loto de múltiples pétalos que se halla sobre
la parte superior de la cabeza. Este centro afecta
directamente a la glándula pineal, y la interacción de fuerza
detrás de ambos (la analogía en pequeña escala de los pares de
opuestos espíritu y materia) produce el gran órgano de la
conciencia, el “Ojo de Shiva”. Constituye el instrumento de la
sabiduría, y en estos tres centros de energía tenemos la
analogía de los tres aspectos dentro de la cabeza del hombre.
1. Centro Principal
de la cabeza |
Aspecto Voluntad |
Espíritu |
Padre en el Cielo
|
2. Glándula pineal |
Aspecto
Amor-Sabiduria |
Sustancia |
Hijo. |
3. Tercer ojo |
Aspecto actividad |
Materia |
Madre. |
[e795]
El tercer ojo dirige la energía o fuerza, y por lo tanto
es el instrumento de la voluntad o Espíritu; responde a esa
voluntad sólo cuando es controlada por el aspecto Hijo, el
revelador de la naturaleza amor-sabiduría de los dioses y del
hombre, siendo por lo tanto el signo del mago blanco.
Tercero, mediante la acción refleja de la glándula pineal
misma.
A medida que estos tres tipos de energía o la vibración de
estos tres centros comienzan a hacer contacto entre sí, se
establece una definida interacción. Esta triple interacción
forma con el tiempo un vórtice o centro de fuerza que se ubica
en el centro de la frente, y oportunamente se asemeja a un ojo
que observa entre los otros dos. [i1011]
Es el ojo de la visión interna, y quien lo haya abierto
puede dirigir y controlar la energía de la materia, ver todas
las cosas en el Eterno Ahora, estar más en contacto con las
causas que con los efectos, leer los archivos akáshicos y ver
clarividentemente. Por lo tanto, el que lo posee puede
controlar a los constructores de grado inferior.
El “Ojo de Shiva”, una vez perfeccionado, es de color azul, y
como nuestro Logos solar es el 'logos Azul”, sus hijos se Le
asemejan en sentido oculto; este color tiene que ser
interpretado esotéricamente. También debe recordarse que antes
de recibir las dos Iniciaciones finales (la sexta y la
séptima) el ojo del mago blanco, cuando está desarrollado, se
coloreará de acuerdo al rayo a que pertenece el hombre
-también esotéricamente comprendido. No puedo dar más
información respecto a esta cuestión del color. De acuerdo al
color así será el tipo de energía manipulada, pero debe
tenerse presente que todos los magos trabajan con tres tipos
de energía:
- La que es idéntica a la de su
propio rayo.
- La que complementa su propio tipo
de fuerza.
- La que constituye su polo opuesto.
Por lo tanto, trabajan en la línea de menor resistencia
por medio de la atracción y repulsión.
A través de este “ojo que todo lo ve” el Adepto puede en
cualquier momento y lugar ponerse en contacto con Sus
discípulos; comunicarse con Sus colegas en el planeta, con
aquellos que se hallan en el polo opuesto de nuestro planeta y
con los del tercer planeta que, conjuntamente con el nuestro,
forman un triángulo; por medio de la energía dirigida a través
de éste puede controlar y dirigir a los constructores, sujetar
cualquier forma mental que pueda haber creado dentro de Su
esfera de influencia y en su [e796]
proyectado sendero de servicio; a través de Su ojo, mediante
las corrientes de energía dirigida, puede estimular y ayudar a
Sus discípulos o grupos de hombres, en cualesquiera lugar y
momento.
[i1012] La glándula pineal está
sujeta a dos líneas de estímulo: Primero, la que emana del Ego
mismo, vía los centros etéricos de fuerza. Este descenso de
energía egoica (resultado del despertar de los centros por
medio de la meditación y la espiritualidad de la vida) hace
impacto sobre la glándula, y en el transcurso de los años
aumenta gradualmente su secreción y tamaño, comenzando un
nuevo ciclo de actividad.
La segunda línea de estímulo que afecta a la glándula
pineal es consecuencia de la disciplina del cuerpo físico y su
sometimiento a las leyes del desarrollo espiritual. Cuando el
discípulo vive una vida ordenada, no consume carne, no fuma ni
bebe alcohol y practica la continencia, la glándula pineal ya
no está atrofiada, sino que reasume su actividad primitiva.
Nada más puede decirse aquí pues ya se ha dado bastante al
estudiante para reflexionar.
Al pronunciar la palabra, durante la meditación, el estudiante
evoca respuesta del centro mayor de la cabeza, provoca
vibración recíproca entre éste y el centro físico de la cabeza
y, gradualmente, coordina las fuerzas de la cabeza.
Practicando la visualización se desarrolla el tercer ojo. Las
formas visualizadas y las ideas y abstracciones que durante el
proceso se revisten de forma y se les da forma mentalmente, se
ven a pocas pulgadas del tercer ojo. Cuando el yogui oriental
dice de concentrarse en la punta de la nariz se refiere a este
proceso. Esta frase engañosa vela una gran verdad.
Continuando con las “Reglas para la Magia”, nos ocuparemos
del segundo grupo que trata de los impulsos constructores de
formas y esas tendencias atractivas que son la base de la
manifestación en el plano físico. Hemos considerado algunas
reglas que se ocupan de la tarea del Angel solar, quien, en
cualquier tipo verdadero de trabajo mágico, es el agente
activo. Ya hemos [i1013] dilucidado
las reglas por las cuales construye una forma mental en el
plano mental, o ese cuerpo germinal que (mediante la
acumulación y sonido vibratorio) toma para sí otras formas.
REGLA SIETE. Las fuerzas duales se perciben en el plano donde
ha de buscarse el poder vital; los dos senderos enfrentan al
Ángel solar; los polos vibran. Aquel que medita debe hacer una
elección.
La forma mental ha de funcionar hora en el plano astral,
se la debe proporcionar un cuerpo para pueda hacerlo. La
[e797] energía del deseo la penetra y
“aquel que medita” tiene que energetizar la forma con uno o
dos tipos de fuerza antes de objetivarse. De la acción
emprendida depende la construcción del cuerpo etérico y la
consiguiente manifestación física. Sin embargo, esto es poco
comprendido por el pensador común, pero la analogía con su
propia experiencia vital es exacta como lo es la del proceso
cósmico. La “naturaleza del deva” (como se lo llama) la
compenetra, y la naturaleza de la forma mental depende de la
cualidad de su amor y del tipo específico de aquello que es el
objeto del amor. Si el deva o Ángel solar ama todavía la
manifestación y desea existir objetivamente, identificándose
voluntariamente con la sustancia, se produce el fenómeno de la
reencarnación. Si al deva o Ángel solar no lo atrae ya la
materia, entonces no hay identificación, y la vida objetiva ya
no constituye la ley de su existencia. Se identifica entonces
con la cualidad o energía y se convierte en expresión de los
atributos divinos. La objetividad puede entonces continuar
como una ofrenda voluntaria para el bien del grupo o
existencia planetaria, no identificándose ya con la forma
separada. El vehículo humano así creado es una forma mental
como puede serlo cualquier otra idea particularizada, y
[i1014] se observará el acto más
grande de magia consciente. Todas las demás creaciones mágicas
son secundarias. Manipulando la energía positiva y negativa,
llevándolas a un punto de equilibrio antes de darles forma, se
construye el cuerpo perfecto del Adepto. Todo trabajo mágico
realizado en el plano astral debe hacerse en la línea de la
actividad equilibradora; la naturaleza característica de este
tipo de trabajo, en los tres planos de los tres mundos, podría
resumirse de la manera siguiente:
En el plano mental, la fuerza positiva del Angel solar impele
la sustancia necesaria hacia su correspondiente forma.
En el plano astral, la fuerza equilibradora del Ángel solar
reúne el material y la energía necesarios de todas partes,
construyendo con él la necesaria envoltura astral.
En el plano físico, la fuerza negativa del Ángel solar es todo
lo que se necesita para reunir la sustancia etérica deseada.
Esto significa que la forma ha adquirido vitalidad y
característica propias, de manera que no se requiere la acción
violenta que emana del centro egoico para proseguir el
trabajo. Es suficiente la nota y la vibración de la forma
misma. [e798]
REGLA OCHO. Los Agnisuryas responden al sonido. El flujo y el
reflujo de las aguas. Que el fuego cuide de no ahogarse en el
punto donde la tierra y el agua se unen. El punto medio, que
no es ni seco ni húmedo debe ser el lugar donde él apoye sus
pies. Donde se unen el agua, la tierra y el aire, allí está el
lugar en que debe hacerse el trabajo mágico.
Debe observarse que en esta regla no se menciona al cuarto
elemento, el fuego. La razón consiste en que el mago debe
realizar la estupenda tarea de generar el fuego necesario en
este triple “punto de reunión”. Esta es una de las reglas más
ocultas y enigmáticas. [i1015] Las
siguientes frases del Antiguo Comentario arrojan alguna luz
sobre ello:
“Cuando el fuego se extrae desde lo más intimo del corazón,
las aguas no bastan para dominarlo. Surge como una corriente
de llamas y atraviesa las aguas que desaparecen ante él. Así
se encuentra la meta.”
“Cuando el fuego desciende de Aquel que observa, el viento no
logra apagarlo. Los propios vientos protegen, resguardan y
ayudan en la tarea, guiando al fuego que desciende al punto de
entrada.”
“Cuando el fuego emana de la boca de aquel que piensa y ve,
entonces la tierra no es suficiente para ocultar o apagar la
llama. Alimenta la llama, produciendo tal aumento y magnitud
del fuego, que llega hasta la estrecha puerta de entrada.”
Esta simbología oculta mucha información referente a la
energía dadora de vida, a los centros simbolizados que la
enfocan e impelen y al lugar que los diversos tipos de materia
receptiva ocupan en el trabajo mágico. Como siempre ocurre en
magia blanca, la actividad del Ángel solar es el factor
primordial, y la tarea que realiza el hombre en el plano
físico se considera secundaria, su cuerpo físico y el trabajo
que allí se inicia frecuentemente se mencionan como “el
combustible y su calor”. Esto se ha de recordar muy bien pues
dará la clave de la necesidad del alineamiento egoico y la
razón de la desaparición de ciertos magos, quienes fueron
“destruidos por su propio fuego” o energía. Mago discreto es
aquel que cuida la preparación de su vehículo inferior a fin
de llevar consigo el fuego con el cual trabaja, y esto lo
alcanza mediante la disciplina y la pureza total.
El mago cuida de no “ahogarse” o caer bajo la
influencia del agua o elementales astrales, por el
conocimiento de ciertas fórmulas, y hasta que estos mántram y
sonidos no sean impartidos y conocidos, es peligroso para el
hombre en el plano físico intentar la creación mágica. Dichas
fórmulas son tres:
[i1016] Primero, la que fusiona dos
notas y agrega una tercera, [e799]
poniendo así en actividad a los constructores del plano
astral, los Agnisuryas en cualquiera de sus grados. Esto se
basa en el sonido inicial del Ego, distinguiendo entre éste y
el sonido de la nota de los constructores y vidas de la
minúscula forma mental ya creada. La fórmula es entonada
basándose en estas tres notas, en la variación de tono y nota,
aunque no de fórmula, produciendo así los tipos de formas.
Segundo, la que es de naturaleza puramente protectora y que,
por el conocimiento de las leyes del sonido, está vinculada
con el agua (o plano astral), produce un vacío entre el mago y
las aguas y entre él y su creación. Esta fórmula se basa en
los sonidos vinculados también con el aire, pues el mago se
protege a sí mismo evitando que se acerquen los constructores
del agua, erigiendo a su alrededor una capa protectora de
átomos de aire, entendidos esotéricamente.
Tercero, la que al ser pronunciada produce dos resultados: el
envío de la creación perfecta, a fin de tomar para sí un
cuerpo físico y luego la dispersión de las fuerzas
constructoras una vez se ha terminado su trabajo.
Esta última fórmula es excesivamente interesante y, si no
fuera tan poderosa, el mago podría verse en dificultades con
el producto de su pensamiento y convertirse en la víctima de
una forma vital y de ciertos “devas de las aguas” que nunca lo
abandonarían hasta haberle drenado todas “las aguas de su
naturaleza”, absorbiéndolas en su propia naturaleza y
provocando su muerte astral. El curioso fenómeno que se
observaría entonces sería el del Ego o Ángel solar encarnado
en la envoltura mental, pero separado del cuerpo físico,
debido a que el mago se ha “ahogado” esotéricamente. Lo único
que puede hacer el Ego es romper el sutratma
[i1017] o hilo y retirar todo contacto
con la envoltura inferior. Esta envoltura podrá persistir por
un corto período, de acuerdo a la fuerza de la vida animal,
pero es más probable que la muerte se produzca inmediatamente.
() Varios magos han perecido de esta manera.
[e800]
REGLA NUEVE. Después sobreviene la condensación. El fuego y
las aguas se encuentran. La forma se dilata y crece. Que el
mago coloque su forma en el sendero apropiado.
Esta regla se resume brevemente en el mandato: Que el
deseo y la mente sean tan puros y tan proporcionados y la
forma creadora tan exactamente equilibrada, que no pueda ser
atraída por el sendero de destrucción o de “izquierda”.
REGLA DIEZ. A medida que las aguas bañan la forma creada,
éstas son absorbidas y utilizadas. La forma acrecienta su
fuerza; que el mago continúe hasta que su trabajo sea
suficiente. Que los constructores externos cesen su trabajo y
los constructores internos inicien su ciclo.
Uno de los conceptos fundamentales captados por todos los
trabajadores de magia, es que tanto la voluntad como el deseo
son emanaciones de fuerza. Difieren en cualidad y vibración,
pero SON esencialmente corrientes de energía, una de ellas
forma un vórtice inicial o centro de actividad pues es
centrífuga; la otra es centrípeta, siendo el principal factor
que le va dando forma a la materia alrededor del vórtice
central. Esto puede verse en el caso del lote egoico, donde se
manifiesta de manera interesante el aspecto voluntad formando
“la joya en el loto” o el centro [i1018]
interno de energía eléctrica, y el
deseo o aspecto amor formando el loto egoico mismo o la forma
que oculta el centro. La analogía en toda construcción de
formas rige para los dioses, hombres y átomos. Desde los
planos cósmicos superiores, el sistema solar se ve como un
enorme loto azul y lo mismo sucede en toda la escala en orden
descendente: lo mismo puede decirse del minúsculo átomo
de sustancia. La diferencia entre estos diversos lotos se
halla en el número y distribución de los pétalos. El sistema
solar es literalmente un loto de doce pétalos, estando cada
pétalo formado por cuarenta y nueve pétalos menores. El loto
planetario difiere en cada esquema, y es revelado uno de los
secretos de la iniciación al iniciado cuando se le confía el
número de pétalos de
- nuestro planeta tierra,
- nuestro polo opuesto planetario y
- nuestro planeta complementario o
equilibrante.
Provisto de este conocimiento puede entonces utilizar ciertas
fórmulas de magia que le permitirán crear en las tres esferas.
El mismo concepto básico rige en la construcción de formas
mentales [e801] y permiten al mago
blanco fenómenos objetivos en el plano físico. Trabaja con los
dos tipos de energía, voluntad y deseo, y cuando estos se
equilibran conduce a equilibrar los pares de opuestos y a la
consiguiente liberación de la sustancia-energía, al erigirse
la estructura del plano físico. El mago ha de conocer los
siguientes hechos:
Las fórmulas para los dos aspectos de energía logoica,
voluntad y deseo. Esto literalmente consiste en captar la nota
y la fórmula de Brahma o aspecto sustancia, y la nota y
fórmula de Vishnu o aspecto constructivo. A uno lo reconoce
porque ha manejado materia; le es revelado el otro cuando ha
alcanzado la conciencia grupal.
[i1019] La fórmula para el tipo
particular de sustancia-energía que está tratando de emplear
se vinculará con ese pétalo particular del Logos solar desde
donde emana la fuerza deseada.
La fórmula para el tipo particular de energía que le es
transmitida por medio de uno de los tres círculos de pétalos
en su propio loto egoico.
La fórmula para el pétalo en particular, de un círculo de
pétalos que puede elegir para trabajar. Todas conciernen
principalmente al aspecto voluntad, en lo que respecta a la
forma mental que se ha de construir, porque el mago constituye
la voluntad, el propósito o el espíritu detrás del fenómeno
objetivo que está en proceso de producir.
La fórmula que impele a la actividad (produciendo así una
forma), los Agnisuryas energetizados por cualquier aspecto
particular de fuerza solar. Donde las dos fuerzas entran en
contacto se produce la forma, o el tercer centro de energía
aparece o se manifiesta:
- La energía del aspecto voluntad.
- La energía del deseo o aspecto
amor.
- La energía de la consiguiente forma
mental.
Aquí no se contradice la enseñanza oculta de que el Padre y
la Madre o Espíritu y Materia, cuando entran en contacto,
producen el Hijo. La dificultad que los estudiantes deben
superar consiste en la verdadera interpretación de los tres
términos: Madre-Materia-Humedad (o las aguas).
Las tres esferas vibratorias,
1. la física densa
|
madre |
materia, |
2. la etérica |
materia |
Espíritu Santo, |
3. la astral |
humedad |
agua, |
esperan como una unidad en la creación, y durante las primeras
etapas de creación en la enseñanza ocultista, no tienen que
estar [e802] separadas o apartadas.
En el sendero de involución, si se encara el tema desde un
ángulo diferente a fin de [i1020]
esclarecerlo parcialmente, se establecerán las diferencias,
pero en el sendero de evolución o de retorno, como bien
sabemos, son superadas; en el punto medio de equilibrio, por
ejemplo, como en nuestro globo, la confusión se produce en la
mente del estudiante debido al hecho oculto de que se emplean
simultáneamente las diversas fórmulas; las formas mentales se
hallan en todas las etapas de construcción, y el resultante
caos es terrible.
El significado de la regla que estamos comentando podría
interpretarse como que la energía de las aguas llega a
predominar en el trabajo mágico, y el deseo por adquirir forma
y cumplir su objetivo se acrecienta. Esto tiene lugar después
que la energía de la voluntad ha formado el núcleo central al
haber entrado en contacto con la fuerza del deseo. El mago,
por medio del deseo (o fuerte motivo), acrecienta la actividad
de la forma hasta que adquiere una vida propia separada tan
poderosa e intensa que está lista para cumplir su misión en el
plano físico. Los devas constructores que han sido impelidos a
construir la forma, empleando las miríadas de vidas
elementales disponibles, han completado su tarea y dejan de
construir; este tipo particular de energía no impele a las
vidas menores en una dirección específica, sino que entran en
el ciclo final de trabajo en el plano astral. Esto se
sintetiza en la siguiente regla:
REGLA ONCE. Tres cosas tiene ahora que llevar a cabo quien
trabaja con la ley. Primero, descubrir la fórmula que confine
a las vidas dentro del muro esferoidal; luego, pronunciar las
palabras que le expresen a esas vidas que deben hacer y dónde
hay de llevar lo que ha sido hecho; finalmente, ha de
pronunciar la frase mística que lo salvaguardará de su
trabajo.
La idea corporificada posee ahora forma y figura en el plano
astral, pero aún se halla en estado de flujo; las vidas sólo
se mantienen en su lugar por medio de la centrada atención
[i1021] del mago, trabajando por medio
de los grandes constructores. Mediante el conocimiento de
ciertas frases mágicas, debe tratar de que su trabajo sea
permanente e independiente y fijar el lugar de los elementos
vitalizadores dentro de la forma, dándoles el impulso que
traerá como resultado una concreción más segura. Habiendo
realizado esto, llega a ser, si puede expresarse así, un
agente del Karma y envía la forma mental dual (revestida de
materia mental y astral) a cumplir su misión, cualquiera que
ella sea. Finalmente [e803] debe
tomar las precauciones necesarias para protegerse de las
fuerzas de atracción de su propia naturaleza, lo cual puede
conducirlo a retener la forma mental tan cerca del radio de su
propia influencia que sería inútil neutralizar su energía
innata y anular su propósito.
También puede producir una fuerza de atracción tan poderosa
que al atraer la forma tan cerca de sí estaría obligado a
absorberla. Esto puede realizarlo sin ningún peligro aquel que
sabe hacerlo, sin embargo produce una pérdida de energía,
prohibida por la Ley de Economía. La mayoría de los hombres,
que a menudo son magos inconscientes, crean muchas formas
mentales maliciosas y destructivas, las cuales se vuelven en
contra de sus creadores en forma desastrosa.
C.
Cuatro reglas para el plano físico.
Al realizar el trabajo mágico de crear formas, se ha hecho
descender la forma mental desde el plano mental -donde el
Angel solar inició el trabajo- a través del astral -donde se
estableció el equilibrio- hasta el plano físico o niveles
etéricos. Aquí se lleva a cabo la tarea de producir la
objetividad, y quien trabaja en magia está en peligro de
fracasar si no conoce las fórmulas y los mántram para hacer
contacto con el nuevo grupo de constructores y salvar el
espacio que existe entre el plano astral y el subplano gaseoso
del plano físico. Sería útil recordar aquí que en el trabajo
de creación [i1022] el mago blanco
aprovecha la influencia del Rayo en vigencia. Cuando el
tercero, quinto y séptimo rayos se hallan en poder, ya sea
entrando en pleno cenit o saliendo de él, el trabajo es mucho
más sencillo que cuando dominan el segundo, el sexto o el
cuarto rayos. En la actualidad, como sabemos, el séptimo Rayo
está empezando a dominar rápidamente, y es una de las fuerzas
con las cuales debe trabajar el hombre más fácilmente.
Bajo la influencia de este Rayo podrá erigirse una nueva
estructura para la actual decadente civilización y construir
el nuevo templo deseado para el impulso religioso. Mediante su
influencia se facilitará también grandemente la tarea de los
numerosos magos inconscientes. Esto traerá como consecuencia
el rápido aumento de fenómenos síquicos inconscientes, la
difusión de la ciencia mental y la consiguiente capacidad de
los pensadores para adquirir y crear los tangibles beneficios
que desean. Sin embargo, esta magia de naturaleza inconsciente
y egoísta conduce a resultados kármicos deplorables, y solo
quienes trabajan con la ley pueden evitar las consecuencias
que afectan a los que manipulan materia viviente y
controlan las vidas menores mediante el conocimiento, el amor
y la voluntad.
El mago blanco utiliza fuerzas solares. A medida que el
planeta gira alrededor del sol hace contacto con diferentes
tipos de [e804]
energía solar, requiriéndose un experto conocimiento para
utilizar las influencias a su debido tiempo y la forma ser
constituida de tal manera que pueda responder a la energía
diferenciada en el momento necesario.
Manipula fuerza planetaria de tres tipos:
-
La de su propio planeta, y la más asequible.
- La que emana del polo opuesto de
nuestro planeta.
- La que se presiente que se origina en
ese planeta que, con nuestra tierra y su opuesto, forma el
triángulo esotérico
[i1023] Los estudiantes han
de recordar que estamos tratando con materia etérica y energía
vital y por lo tanto con lo concerniente al plano físico y
todo lo que abarca ese término. También deben recordar que el
mago (a medida que trabaja en el plano de la objetividad) está
en condición de utilizar sus propias fuerzas vitales en el
trabajo de creación de la forma mental, pero sólo le es
posible y permitido cuando ha alcanzado ese grado de evolución
en que se convierte en canal para la fuerza y sabe cómo
atraerla dentro de si, transmutarla o combinarla con las
fuerzas de su propio cuerpo y luego transmitirla a la forma
mental que está en proceso de construir. Muchas cosas
interesantes se le revelarán al pensador que extienda esta
idea al Logos planetario y a Su trabajo de crear formas.
Con estas breves observaciones preliminares podemos ahora
continuar con las Reglas para la Magia, aplicables al plano
físico.
REGLA DOCE. La trama palpita. Se contrae y dilata. Que el mago
se apodere del punto medio a fin de capturar a “esos
prisioneros del planeta” cuya nota está correcta y exactamente
afinada con aquello que debe ser hecho.
Es preciso que el mago recuerde que todo lo que sucede en
la tierra acontece dentro de la trama etérica planetaria. El
trabajador en magia blanca, por ser ocultista, se ocupa de
universalidad y comienza su trabajo mágico dentro de los
confines de la esfera física etérica. Su problema consiste en
localizar esas vidas menores, dentro de la trama, que son
apropiadas para construir el vehículo mental propuesto. Dicho
trabajo sólo puede efectuarlo el hombre que, mediante la
destrucción de la trama que confina a su propia trama etérica,
puede alcanzar aquello que reconoce conscientemente como el
cuerpo vital planetario. Sólo aquel que es libre puede
controlar y utilizar a esos prisioneros. Éste es axioma oculto
[i1024] de real importancia, de la
mayoría de los [e805] fracasos
sufridos por los seudos trabajadores en magia, se deben al
hecho de que ellos mismos no son libres. Los “prisioneros del
planeta” son esas miríadas de vidas dévicas que forman el
cuerpo pránico planetario, siendo arrastradas por el torrente
de fuerza vital que emana del sol físico.
REGLA TRECE. El mago debe reconocer a los cuatro; observar en
su trabajo el tono violeta que evidencian y así construir la
sombra. Cuando esto ocurre, la sombra se reviste a sí misma y
los cuatro se convierten en siete.
Esto significa literalmente que el mago debe saber
discriminar entre los diferentes éteres y observar el matiz
especial de los distintos niveles, asegurando así una
construcción equilibrada de la “sombra”. Los “reconoce” en
sentido oculto, es decir, conoce su nota y clave, y es
consciente del tipo particular de energía que personifican. No
se ha puesto demasiado énfasis en el hecho de que los tres
niveles superiores de los planos etéricos están en
comunicación vibratoria con los tres planos superiores del
plano físico cósmico, y éstos (conjuntamente con su cuarto
nivel envolvente) han sido denominados en los libros
ocultistas “la Tétrada invertida”. Este conocimiento pone al
mago en posesión de los tres tipos de fuerza planetaria y su
combinación o el cuarto tipo, liberando para sí esa energía
vital que impulsará dicha idea a la objetividad. A medida que
los diferentes tipos de fuerza se reúnen y una tenue y umbría
forma se reviste con la envoltura vibrante astral y mental, y
la idea del Angel solar logra una definida concreción.
REGLA CATORCE. El sonido aumenta. Se acerca la hora del
peligro para el alma valerosa. Las aguas no han dañado al
creador blanco y nada puede ahogarlo ni mojarlo. Ahora lo
amenaza el peligro del fuego y de Las Llamas
[i1025] y se observa tenuemente el
humo que se eleva. Que él, después del ciclo de paz,
nuevamente invoque al Angel solar.
El trabajo creador asume ahora serias proporciones; por
última vez el cuerpo del mago es amenazado por la destrucción.
Habiéndose formado la “sombra”, ya está preparada para tomar
un cuerpo gaseoso o “ígneo”, y son estos constructores del
fuego que amenazan la vida del mago, por las siguientes
razones:
Primero, porque estando los fuegos del cuerpo humano
[e806] estrechamente vinculados a los
fuegos con que el mago trata de trabajar, si los fuegos
latentes del cuerpo y los del planeta se colocan en muy
estrecha yuxtaposición, el creador está en peligro de quemarse
y destruirse.
Segundo, estando los Agnichaitas vinculados a los “devas del
fuego” del plano mental, son muy poderosos y sólo pueden su
controlados debidamente por el Angel solar mismo.
Tercero, en este planeta los fuegos planetarios todavía no han
sido dominados por el fuego solar, y son impulsados fácilmente
a efectuar el trabajo de destrucción.
Por lo tanto, se ha de invocar nuevamente al Angel solar. Ello
significa que el mago (cuando su “sombra” se ha completado,
previamente a las etapas finales de concreción) debe cuidar
que su alineamiento con el Ego sea exacto y directo y que las
corriente de comunicación estén en plena actividad.
Literalmente tiene que “renovar su meditación”, y hacer un
nuevo y directo contacto antes de proseguir la tarea. De otra
manera los fuegos de su propio cuerpo pueden quedar
incontrolados y sufrir, en consecuencia, su cuerpo etérico.
Por lo tanto lucha contra el fuego utilizando fuego y hace
descender fuego solar para protegerse. Esto no fue necesario
hacerlo en el plano astral. Los momentos de mayor peligro en
el trabajo creador del mago se producen en ciertas ocasiones
en el plano astral, donde está en peligro de ahogarse,
esotéricamente y durante la transición de los niveles etéricos
[i1026] a los planos de concreción
tangible cuando corre el peligro de “quemarse esotéricamente”.
En el primer caso no acude al Ego, sino que detiene la oleada
por el amor y los poderes equilibradores de su propia
naturaleza. En el segundo debe acudir a aquello que representa
el aspecto voluntad en los tres mundos, el impulsivo y
dinámico pensador o Angel solar. Esto lo logra por medio de un
mántram. Ningún indicio puede darse debido a los poderes que
confiere.
REGLA QUINCE. Los fuegos se acercan a la sombra, sin embargo
no la queman. La envoltura del fuego se ha terminado de
construir. Que el mago entone las palabras que mezclan el
fuego y el agua.
Poco puede decirse para interpretar estas palabras, excepto
hacer una referencia general. Se ha creado la envoltura
gaseosa y se acerca el momento de construir la envoltura para
el sexto subplano, el líquido. Ambos deben fusionarse. Es el
momento de mayor peligro, en lo que respecta a la forma mental
misma. Anteriores peligros han amenazado al mago. Ahora debe
ser protegida la forma que está creando. La naturaleza del
peligro se insinúa en las [e807]
palabras: “Cuando el fuego y el agua se unen, sin haber
entonado el sonido, todo se disipa en vapor. El fuego deja de
ser.” El peligro reside en la enemistad kármica existente
entre los dos grandes grupos de devas. Dichos grupos sólo
pueden ser unidos por el mediador, el hombre.
Quizás se preguntarán para qué sirven las quince reglas
impartidas respecto a la magia. Todavía para nada respecto al
trabajo práctico, pero serán muy útiles cuando se desarrolle
la intelectualidad interna. Quien medite y reflexione sobre
estas reglas a la luz de lo que ha sido previamente comunicado
referente a los devas y a las fuerzas constructoras, llegará a
comprender las Leyes de Construcción del macrocosmos, que le
serán muy útiles y le ahorrarán mucho tiempo cuando se le
confíe el trabajo y las fórmulas mágicas.
2007-06-21
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