Curso on-line
"Introducción a las enseñanzas de Krishnamurti"

(por Iván Maldonado Peña)


Unidad 4
Comprendiendo El Condicionamiento

"Nuestra acción se basa en el conocimiento y por tanto en el tiempo.
El hombre es esclavo del pasado."
- Krishnamurti

Quizá muchos de nosotros con un poco de observación aceptamos intelectual y verbalmente que nuestra mente está condicionada por muchos factores. Pero otra cosa es comprender de forma directa nuestros condicionamientos. Cuando hay comprensión hay acción inmediata y mientras haya acción, que no sea nacida del intelecto o del pensamiento, es posible liberarnos de nuestros propios condicionamientos.

Es importante darse cuenta que mientras nuestra mente esté condicionada, no podremos ser libres, entendiendo la libertad no como el acto de hacer lo que nos plazca, sino una mente libre de todo conflicto y por lo tanto libre de violencia, de placer y de dolor. Sólo una mente libre puede vivir en el amor.

Nuestros condicionamientos empiezan con nuestra educación escolar. Somos entrenados a acumular conocimientos sin comprensión, con la mira de que eso nos servirá cuando seamos adultos para conseguir un trabajo y ser respetables en la sociedad. Somos entrenados a presentar periódicamente exámenes y de esta manera a ser competitivos a tal grado que lo único que importa es "ser mejor" que los demás sin importar todo el sufrimiento que causamos a los demás y a nosotros mismos. Nuestros padres en nuestro hogar nos dan consciente o inconscientemente modelos de lo que debemos ser para que seamos entes útiles en la sociedad, para que podamos obtener comodidad material, seguridad y felicidad, sin embargo una cosa es lo prometido por la sociedad y otra la realidad que experimentamos. Durante toda nuestra vida nos condicionamos más y más, y por lo tanto nuestra mente es cada vez mas estrecha y actúa cada vez con menos libertad. Estamos condicionados por la religión, la tradición, ideas respecto a algo, el miedo también nos condiciona y nos hace actuar o pensar de cierta manera. Estamos condicionados por nuestro trabajo, por nuestra familia, por todas las distracciones que nos hacen evadir la realidad.

¿Cuál es la raíz misma del condicionamiento? El condicionamiento nace del apego, y a su vez éste nace de la evasión de la realidad, de la evasión de uno mismo.

Uno evade los problemas por medio de la bebida, entonces uno se apega a la bebida y esto fortalece el condicionamiento. Lo mismo ocurre con la idea de Dios. Ya sea que se trate de la bebida o de la idea de Dios, ambos generan un apego para evadir la realidad y por lo tanto son factores condicionadores de nuestra mente. No estoy afirmando la existencia ni la no-existencia de Dios. Sólo una mente libre de todo condicionamiento puede descubrir por sí misma la existencia de Dios.

Ya que la sociedad no ha sido capaz de resolver el problema fundamental del hombre, parece ser que día a día está inventando nuevas y más sofisticadas formas de diversión y entretenimiento, que sirven como una constante evasión de la realidad y del conocimiento de uno mismo. Estamos apegados a muchas clases de entretenimientos que nos condicionan. Estamos apegados al trabajo, a los libros, al Internet, a las ceremonias y a los cultos religiosos. Si uno se apega a un santo o a un gurú, entonces éste se convierte en el medio para escaparse de uno mismo, por esto se convierte ese santo en algo importante para uno y viene el deseo de aferrarse y poseerlo. Y por lo tanto ese santo se convierte en el factor condicionante y la evasión es el condicionamiento. Lo importante es darse cuenta de todas nuestras evasiones y en esa comprensión el condicionamiento desaparece.

No se trata de cultivar el desapego, ya que éste es otro tipo de evasión generada por la personalidad, ésta lo pone como un ideal a alcanzar y por lo tanto es apartarse de lo que es e ir en pos de ese ideal. Esto sólo causará más conflictos. Mientras el pensamiento, que es el medio de expresión de la personalidad, sea el que induce la acción, nunca podremos estar libres de nuestros condicionamientos.

El condicionamiento base que es alimentado constantemente por la sociedad desde que nacemos hasta que morimos es "el llegar a ser". Si somos gordos queremos ser flacos, si somos poco inteligentes queremos ser muy inteligentes como alguien a quien admiramos, si carecemos de ciertas virtudes las cultivamos a través de disciplinas, si somos violentos practicamos la no-violencia lo cual conduce a más violencia, si sentimos temor cultivamos la valentía lo cual no destruye al temor, si somos pobres queremos ser ricos y así sucesivamente. Lo cierto es que nunca estamos contentos ni con lo que tenemos ni con lo que somos. ¿Qué pasa cuando vivimos la vida persiguiendo objetivos y metas, cuando tratamos de llegar a ser lo que no somos o a tratar de obtener lo que no tenemos? Si analizamos, mientras no logramos nuestros objetivos existe el miedo a no lograrlo, ese miedo causa un sufrimiento tanto psicológico como físico. Algunos de nuestros objetivos seguramente lo logramos a veces en poco tiempo y a veces en muchos años, pero una vez conseguidos son inmediatamente reemplazados por objetivos más ambiciosos. Si nos damos cuenta nunca estamos libres del condicionamiento de conseguir algo o de llegar a ser algo, por lo tanto el miedo y el temor nos acompañan a lo largo de nuestras vidas.

Ahora bien, vivimos en una sociedad donde es necesario estudiar y trabajar para sobrevivir, pero podremos trabajar sin proyectarnos hacia el futuro y por lo tanto sin temor? Sin lugar a dudas donde hay temor no hay libertad y donde no hay libertad no hay creatividad, y si no hay creatividad sólo hay mediocridad y pobreza. La sociedad está alimentando constantemente nuestros deseos de obtener o convertirnos en algo. Nuestra sociedad está llevada por los deseos y no por la mente racional del hombre. Parecería que únicamente vivimos para satisfacer nuestros deseos físicos, emocionales y mentales. Esos deseos ni siquiera son generados por nosotros sino son simplemente aceptados por nosotros y como no nos detenemos a observar todo este movimiento, nos dejamos arrastrar como si esto fuera lo normal, lo real. Únicamente llegamos a tener conciencia del conflicto, el sufrimiento y el dolor a lo largo de nuestras vidas y como no los comprendemos entonces los evadimos por medio de teorías, por medio de las religiones y por medio de toda clase de entretenimientos.

Pero al final de cuentas quién es el que genera los deseos que tanto sufrimiento nos traen? Nuestro propio pensamiento por su puesto. Cuando vemos algo bonito por ejemplo un auto de lujo, nuestro pensamiento hace una proyección de modo que nos vemos a nosotros mismos poseyendo ese auto y todo lo que implica esto, es decir subo mi posición social, mis amigos y enemigos me mirarán con envidia lo cual me dará gusto, las mujeres (o los hombres) se fijarán en mí, etc., entonces surge el deseo de posesión y entre más alimento mi pensamiento con estas imágenes, más grande será el deseo y más grande será el sufrimiento. Entonces si el deseo es el mero causante del sufrimiento, es posible dejar de desear? Mientras vivamos en la sociedad siempre estaremos bombardeados de propaganda que nos alimentan constantemente los deseos de "llegar a ser". Aquellos que renuncian a la sociedad y se convierten en ermitaños o monjes, también están siguiendo un deseo, el de ser espirituales y de vivir sin problemas. En otras palabras no hay escapatoria. Como dicen los budistas donde vayas está lloviendo. Entonces el enfoque no está en qué hacer para dejar de desear, sino en la comprensión misma del deseo que es el factor condicionante de nuestra vida.

Puede existir el deseo si no es alimentado por el pensamiento? Naturalmente que no. Entonces, es posible detener el pensamiento de modo que no alimente el deseo?

A primera vista pareciera que nos estamos planteando algo incoherente, ya que nos damos cuenta que nuestros pensamientos están funcionando en nuestro cerebro las 24 horas del día, aunque esto es lo común, no es lo normal. Es como si su computadora estuviese corriendo cientos de programas con sus códigos entremezclados de forma desordenada y por consiguiente los resultados serían incoherentes y desordenados tal como nuestro cerebro humano.

Esto es lo que está ocurriendo actualmente con la conciencia de la humanidad, el desorden en su contenido primordial y sólo a través del conocimiento de sí mismo es posible establecer un orden. Mas ese orden no es establecido bajo alguna técnica de control mental ni bajo ningún tipo de inducción, sino de una manera natural y espontánea.

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2005-04-07