Magia Organizada Planetaria
Editorial Arbor, Barcelona, 1987.
La primera gran afirmación oculta con respecto a la magia y la que seguramente será más difícil de comprender por los aspirantes espirituales del mundo, es la de que "El espacio es una Entidad". Pero, de no llegar a una interpretación correcta de esta verdad oculta, resultará imposible comprender el verdadero significado de la actividad mágica dondequiera ésta se realice, ya sea un ambiente cósmico, solar, planetario, humano o atómico. Siendo así, los primeras grandes interrogantes que deberemos formularnos al enfrentar el estudio de la Magia Organizada del Mundo, serán seguramente éstas: ¿Por qué el espacio es una entidad? Y ¿Por qué relacionamos la magia con esa entidad?
El espacio según se nos dice ocultamente - y la ciencia debe confirmarlo con el tiempo - es la matriz de todas las creaciones. Tiene una absoluta capacidad de respuesta a todas las vibraciones, ya sean las que provienen del más humilde átomo o del más glorioso Arcángel. Esto es así porque cada tipo de conciencia absorbe -si así podemos decirlo- una porción más o menos extensa del espacio para verificar dentro de la misma el experimento creador que responda a las necesidades de su vida evolutiva. Por extraño y misterioso que parezca, el espacio suministra automáticamente y sin esfuerzo el éter cualificado, o substancia primordial, que precisa cada centro creador. Con respecto a esta idea y para clarificarla en las mentes de los aspirantes espirituales como elemento introductor de sus conciencias en el gran océano de misterios que se oculta tras la palabra magia, vamos a afirmar una de las grandes verdades que se enseñan en todos los Ashramas de la Jerarquía: "El espacio es multidimensional, multimolecular y multigeométrico". Esta triple afirmación aparentemente tan difícil de entender contiene, sin embargo, la respuesta concreta a la afirmación tan absolutamente abstracta de que el espacio es una entidad.