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CAPÍTULO
XV
EL SÉPTUPLE PROPÓSITO DE SHAMBALLA
El Señor del Mundo tiene siete propósitos o designios a
desarrollar durante el curso cíclico del presente Manvántara
planetario. Tales propósitos forman parte de un Designio único
proveniente del Gran Señor del Sistema solar, el cual se
expresa a través de una infinita corriente de actividad que
esotéricamente denominamos SEGUNDO RAYO y que lleva
intrínsecamente AMOR en cada uno de sus divinos pliegues. Esta
cualidad de Amor que podríamos definir como la causa suprema
del Universo, al introducirse en la vida de cualquier Logos
planetario del Sistema solar se divide en siete expresiones o
subrayos de aquel Rayo principal de Amor que surge -tal como
místicamente se asegura- del Corazón de la Divinidad Creadora
del Universo. Cada una de estas siete expresiones que los
Logos planetarios de los Esquemas planetarios del Sistema
solar han de desarrollar, son los arquetipos o modelos que
constituyen el impulso de la evolución de dichos Esquemas.
Veamos ahora, de acuerdo con estas ideas, las SIETE cualidades
esenciales o propósitos de vida que, de acuerdo con el Gran
Designio Solar, ha de desarrollar el Logos del Esquema
terrestre por medio de SANAT KUMARA, el Señor del Mundo:
1. El Propósito de la UNIDAD MANIFESTADA.
2. El Propósito de la REVELACIÓN.
3. El Propósito de la ACTIVIDAD CREADORA.
4. El Propósito de la BELLEZA Y LA ARMONÍA.
5. El Propósito de la MANIFESTACIÓN CÍCLICA.
6. El Propósito del RECONOCIMIENTO DIVINO.
7. El Propósito de la MAGIA ORGANIZADA.
Consideremos, algo más detalladamente, cada uno de estos SIETE
propósitos:
1º. El Propósito de la Unidad Manifestada
Este Propósito concierne a la Voluntad sintética del Logos
planetario, de llevar a cabo, a través del Señor del Mundo,
los planes proyectados por la Mente del Logos del Sistema
solar. Se proyecta por medio de dos amplísimas vertientes de
poder espiritual: La Voluntad de Ser y el Propósito de
Realizar implicando en su conjunción el desarrollo del
programa místico de la evolución planetaria, sintetizado en
las dos formulaciones sagradas: “HÁGASE LA LUZ” y “CÚMPLASE,
SEÑOR, TU VOLUNTAD”, las cuales, desde el ángulo de las leyes
de la Vibración o del Sonido, constituyen las Siete PALABRAS
sacramentales mediante cuyo conjunto mágico se crean:
a. Los Siete planos del Universo.
b. Las Siete esferas de SHAMBALLA.
c. Los Siete reinos de la Naturaleza.
d. Las Siete especies principales dentro de cada reino.
e. Las Siete razas-raíces humanas.
f. Las Siete subrazas dentro de cada Raza-raíz.
La primera gran manifestación del Designio solar con respecto
al planeta Tierra tuvo lugar cuando el Logos planetario del
Esquema terrestre decidió encarnar físicamente. En virtud de
tan elevado y trascendente designio y siguiendo “impulsos
solares” -tal como puede leerse en muchos libros sagrados de
la antigüedad- vinieron de la cadena venusiana de nuestro
esquema planetario, aquellas indescriptibles Entidades que
ocultamente denominamos “Los Señores de la Llama”, para
cumplimentar los deseos del Logos planetario de la Tierra. El
primer paso dado en tal sentido, fue la creación del Centro
místico de SHAMBALLA en aquel punto geográfico del planeta
reconocido como LA CASA DEL PADRE, en la Isla Blanca del Mar
de Gobi, cuando las aguas del mar cubrían todavía el fondo de
lo que hoy día es el reseco y oscuro desierto de Gobi.
Anteriormente, y en previsión de la llegada de los Señores de
la Llama y de Sus augustos acompañantes, ciertos misteriosos
Devas procedentes del aura etérica de Venus habían depositado
en las ocultas profundidades geológicas de la Isla Blanca, un
TALISMÁN cargado de energía eléctrica desconocida, que debería
constituir el anclaje magnético para las energías de los
Señores de la Llama y más adelante, para las del propio Logos
planetario del Esquema, siguiendo aquel indescriptible
propósito de manifestación cíclica en las áreas más densas del
planeta.
El segundo paso fue la Instauración de la Gran Fraternidad de
SHAMBALLA o Jerarquía espiritual de la Tierra, constituida en
un principio por los Señores de la Llama y por algunas otras
exaltadas Entidades extraplanetarias que ofrecieron su
espiritual colaboración en este gran intento creador. Esta
Fraternidad de Luz constituyó el centro de recepción de las
energías del Logos planetario del Esquema terrestre y creó lo
que técnicamente podríamos denominar “cordón umbilical”, que
debería unir desde aquel momento el centro de SHAMBALLA así
constituido, con el gran designio de manifestación del Logos
terrestre. La creación de la Gran Fraternidad Espiritual fue
el necesario preámbulo para que el Señor planetario pudiese
encarnar físicamente en la Entidad mística de SANAT KUMARA,
llamado ocultamente EL GRAN SACRIFICIO, en virtud de las
indescriptibles limitaciones espirituales que entrañaban para
ÉL, el convertirse en el vehículo físico del Logos planetario
o su encarnación física en los niveles etéricos de la Tierra.
Más adelante, la tarea espiritual de los Señores de la Llama
fue secundada por algunos de los Hijos de los Hombres más
evolucionados, procedentes en su mayoría de la cadena lunar de
nuestro Esquema terrestre. Tenemos así, que el propósito de
Unidad procedente del iluminado Centro planetario, se
exteriorizó a través de las energías solares provenientes del
esquema de Venus, de las energías planetarias transmitidas por
el Logos del Esquema terrestre y por las energías humanas de
la tercera cadena del Esquema terrestre, sin olvidar la
tremenda presión de las energías dimanantes de centros
cósmicos, a las cuales era capaz de responder nuestro Logos
planetario.
La Gran Fraternidad de SHAMBALLA se estableció alrededor del
Señor del Mundo, es decir, de SANAT KUMARA -la representación
física del Logos planetario- y de Sus tres exaltados
Discípulos, los grandes Kumaras. Estos, como estudiamos en
capítulos anteriores, adoptaron la posición de VEHÍCULOS
SAGRADOS de este inefable Misterio de la ENCARNACIÓN, a través
de los tres primeros reinos de la Naturaleza, mineral, vegetal
y animal, que eran la representación -hasta donde nuestra
limitada conciencia es capaz de comprenderlo- de los cuerpos
físico denso, astral y mental de SANAT KUMARA. Los tres
grandes KUMARAS fueron en realidad la representación mística
en aquellos trascendentales momentos planetarios de la Tierra,
de los tres planos inferiores de la Naturaleza, de los tres
reinos subhumanos y de los tres vehículos de manifestación en
aquellos tres mundos, de la conciencia de SANAT KUMARA... Para
salvaguardar el equilibrio cósmico -como podríamos definirlo
en términos esotéricos- tres exaltadas Entidades cósmicas,
aunque procedentes del Sistema solar, “descendieron también de
Sus Altos Lugares” y se convirtieron en expresiones de la
TRÍADA ESPIRITUAL de SANAT KUMARA, o sea, en personificaciones
directas de la Mónada espiritual del Logos planetario del
Esquema terrestre. De manera que la Instauración de la Gran
Fraternidad de SHAMBALLA contó desde el primer momento con una
representación perfecta en orden al Esquema planetario, dentro
de la manifestación solar. Veamos:
1. Los Tres Grandes Señores, extraplanetarios a Quienes la
tradición esotérica denomina BUDAS ESOTÉRICOS, encarnando los
vehículos Átmico, Búdico y Causal del Logos planetario, es
decir, Su Mónada espiritual.
2. SANAT KUMARA, la encarnación física del Logos planetario o Alma
en Encarnación, en el Centro místico de la Gran Fraternidad de
SHAMBALLA.
3. Los tres KUMARAS, Discípulos del Señor del Mundo, constituyendo
los vehículos inferiores de SANAT KUMARA, a través de los tres
primeros reinos de la Naturaleza.
Cumplidos todos estos obligados requisitos, el Cuerpo místico
de la Gran Fraternidad de SHAMBALLA con Sede magnética en la
Isla Blanca del Mar de Gobi, empezó a funcionar como un
Organismo perfectamente integrado y a desarrollar todas
aquellas funciones para cuyo cumplimiento y exteriorización
habría sido creado.
El tercer paso o el cumplimiento de la tercera fase del gran
propósito creador de la Unidad Manifestada en el planeta
Tierra, fue emprendido cuando tuvo lugar aquel misterioso
hecho espiritual que esotéricamente definimos como proceso de
INDIVIDUALIZACIÓN del hombre-animal”. Mediante una
incomprensible invocación formulada por el Logos planetario
del esquema, “vinieron del Corazón del Sol -tal como puede
leerse en ciertas páginas del “LIBRO DE LOS INICIADOS”- Los
Ángeles Solares”. Estas exaltadas Entidades a las cuales hemos
hecho cumplida referencia en páginas anteriores, aparecen en
“LA DOCTRINA SECRETA”, de Madame Blavatsky, bajo la
denominación de DHYAN CHOHANES y en un sentido más familiar y
comprensivo para nosotros, de LOS HIJOS DE LA MENTE. Son
consideradas espiritualmente perfectas cuando las observamos
desde nuestra limitada visión humana, pues alcanzaron todas
las Iniciaciones posibles en un Universo anterior, habiendo
consumado, tal como se nos ha enseñado ocultamente, todo el
Fuego de BRAHMA... La introducción de los Ángeles Solares en
el aura magnética de la Tierra, llevando “prendida en Sus alas
inmortales la Luz de la mente para los hombres de la Tierra”
(continuamos citando frases del “LIBRO DE LOS INICIADOS”)
constituyó el aglutinante causal que requería el proceso
místico de encarnación del Logos planetario y determinó la
creación del cuarto reino de la Naturaleza, el reino humano,
el centro místico de la Humanidad.
Los tres HECHOS CÓSMICOS que acabamos de relatar: la Llegada a
la Tierra de los Señores de la Llama, la Instauración de la
Gran Fraternidad de SHAMBALLA y la Venida de los Ángeles
Solares, determinaron la creación de los tres grandes centros
planetarios, ocultamente conocidos como SHAMBALLA, la
JERARQUÍA ESPIRITUAL o GRAN FRATERNIDAD BLANCA y la HUMANIDAD,
siendo el Propósito de la Unidad Manifestada expresada por el
Logos planetario a través de SAMAT KUMARA, la unificación
consciente de estos tres Centros. En la expansión cíclica de
este triple proceso, se desarrolla la firme intención del
Logos solar de ser consciente en y a través de todos los
Esquemas planetarios de su omniabarcante sistema. Será
evidente pues, que el propósito de la Unidad es la más elevada
de las virtudes a desarrollar por cada Uno de los Hombres
Celestiales que rigen aquellos Esquemas. En el Esquema de la
Tierra y muy particularmente en la expresión física del
planeta, el proceso se lleva a cabo en virtud de la
exteriorización de unas corrientes de energía cósmica de
primer Rayo, procedentes de la Constelación de la Osa Mayor,
las cuales son transmitidas a través del planeta VULCANO. El
Señor del Mundo las distribuye creadoramente por todo el
“círculo-no-se-pasa” de la Tierra, utilizando como centro de
distribución los Ashramas del Chohán de primer Rayo en nuestro
planeta, el Maestro MORYA.
2º. El Propósito de la Revelación
La “NECESIDAD” del Logos planetario del Esquema terrestre, de
hacer partícipes de Su esplendente Vida a todas las unidades
autoconscientes que viven, se mueven y tienen el ser dentro
del “círculo-no-se-pasa” del planeta, origina el Propósito de
la Revelación. El ser humano vive y se alimenta de la
substancia de Dios, pero muy raras veces y sólo en fases de
gran exaltación espiritual, es consciente de esta verdad así
como de los métodos o sistemas a utilizar, mediante los cuales
será posible que el Logos planetario, a través de los
múltiples Agentes de SHAMBALLA, le indique las líneas precisas
de este acercamiento o reconocimiento místico que dará lugar a
la Revelación.
Se trata, en lo que al ser humano respecta, de un proceso muy
lento y muy exquisitamente elaborado de adaptación e
integración espiritual de sus vehículos de expresión -la
mente, el cuerpo emocional y el vehículo etérico- con aquello
que en lenguaje místico se denomina “los Dones del Espíritu
Santo”, en cualquier época de la evolución humana en los tres
mundos. Tal proceso de adaptación a la Ley del Espíritu Santo
y la integración del triple vehículo a los dictados de esta
Ley, presupone el desarrollo dentro del corazón humano, del
propósito superior de la existencia que, visto ocultamente, es
de la misma substancia con la que la Divinidad expresa Sus
Designios planetarios. Es, esencialmente, el proceso místico
de la evolución universal aplicado a la humanidad, ya que es a
partir del cuarto reino o reino humano, que la vida de Dios se
hace consciente en la vida de la Naturaleza. La evolución
humana viene jalonada así por un incesante proceso de
revelación, un acercamiento constante y permanente de la
conciencia del hombre a la conciencia de Dios. Así, la
REVELACIÓN no constituye una Meta fija impuesta por Dios al
ser humano en virtud de las Leyes de la evolución, sino un
movimiento infinito de renovación y cambio que produce la
apertura de una serie impresionante de estados de conciencia
que hacen consciente al hombre, de parcelas cada vez más
amplias e incluyentes de la Sabiduría de Dios... Este
incesante movimiento de renovación que suscita revelaciones
cada más profundas y trascendentes, produce una “introducción
de luz”, no sólo en el compuesto molecular de la conciencia
sino también en todas y cada una de las células componentes
del vehículo físico, produciendo aquel fenómeno eléctrico,
técnicamente descrito como de redención de la substancia. No
puede haber un movimiento ascensional de revelación sin que
participe de este movimiento todo el compuesto molecular de
los tres cuerpos que constituyen la expresión de la
“conciencia” humana, tal como la conocemos en la actualidad. A
medida que prosigue el movimiento ascensional de la conciencia
y los vehículos van siendo “redimidos”, la Revelación penetra
más profundamente en la conciencia, pasando a integrar zonas
de más elevada frecuencia espiritual -si podemos decirlo así-
sólo asequibles a los verdaderos discípulos mundiales, a
aquéllos que verdaderamente se están preparando para la
Iniciación.
El propósito de la Revelación, tal como surge de SHAMBALLA, es
iluminar la conciencia humana y hacerla consciente de estas
zonas cada vez más profundas e incluyentes del Amor de Dios.
La luz proviene inicialmente del conocimiento de los hechos,
de las cosas y de los acontecimientos que acompañan al lento
desenvolvimiento de las facultades humanas de percepción... En
el devenir de tales etapas y a medida que la conciencia va
profundizando dentro de sí misma, surgen la discriminación y
el discernimiento, pero cuando la conciencia se ilumina
verdaderamente, es a partir de aquella etapa en la que el ser
humano, completamente desarmado de sus cualidades emocionales
y de sus poderes mentales, completamente “exhausto” de sí
mismo, penetra en la intimidad del Ser causal o Ángel solar
donde todo es LUZ, AFECTO y COMPRENSIÓN. En permanente
coloquio con este Ser superior se van conquistando los “Dones
del Espíritu Santo”. A este íntimo y trascendente coloquio o
mística compenetración de la vida personal con la vida causal
se lo denomina INICIACIÓN. Se trata de la continuidad del
proceso de Revelación, sin culminación posible dentro de los
inmensos Vacíos del Espacio cósmico.
La Iniciación marca siempre un grado determinado de
Iluminación. Según se nos dice ocultamente, la Luz es una
constante cósmica que jamás será conquistada en su totalidad.
De ahí que cuando hablamos esotéricamente de Luz, de
iluminación o de Iniciación, hacemos referencia siempre a un
movimiento constante e ininterrumpido de expansión cíclica, no
a una simple meta de llegada, adoptando con ello el punto de
vista de los grandes Observadores Cósmicos.
La Iluminación -en lo que a nuestro Sistema solar se refiere-
es una expansión de energías del segundo Rayo de
Amor-Sabiduría. Las energías solares que provienen de este
Centro de Amor llevando las energías puras de la Iluminación
que redimen y liberan, proceden de la misteriosa estrella
SIRIO e inciden sobre el Centro de SHAMBALLA a través del
planeta JÚPITER. Afectan, por lo tanto, al Departamento
jerárquico del BODHISATTVA o Instructor del Mundo y a todos
los Ashramas de segundo Rayo dirigidos por el Chohán del mismo
en nuestro planeta, el Maestro KUT HUMI.
3º. El Propósito de la Actividad Creadora
Podríamos definirla como el Propósito de la Organización
mental del Logos planetario de nuestro Esquema terrestre con
respecto a la totalidad de Su obra creadora. Se relaciona, por
lo tanto, con la manifestación de todo cuanto existe dentro
del orbe planetario que es, en esencia, el resultado de la
dualidad Espíritu- Materia en todos los planos de la
Naturaleza, en todos los reinos, en todas las razas y todas
las especies vivientes. El Propósito de la Actividad Creadora
en nuestro planeta descansa virtualmente en el esfuerzo
desarrollado por los Señores de la Llama en:
a. Los tres primeros planos del esquema terrestre, es decir, en las
tres esferas de SHAMBALLA, cíclicamente manifestadas a través
de los componentes moleculares físicos, astrales y mentales.
b. Los tres primeros reinos de la Naturaleza -mineral, vegetal y
animal- y los tres vehículos de manifestación del ser humano,
físico, emocional y mental.
Tales son los fines u objetivos previstos:
c. Coordinar la actividad de dichos planos o esferas.
d. Unificar los tres reinos inferiores.
e. Integrar los tres vehículos expresivos de la entidad humana. Los
tres grandes KUMARAS impulsores de tales actividades, están
simbolizados en el misticismo cristiano por las figuras
simbólicas de los tres Reyes Magos. GASPAR, MELCHOR y
BALTASAR, le ofrecen al Niño Dios, oro, incienso y mirra,
sagrados dones de los elementos sustanciales de la forma que
condicionan todo tipo de manifestación espiritual. Y esto se
cumple tanto para el que nace en una Cueva en Belén, como en
un Sistema solar o en un Esquema planetario.
El primero y más trascendente de los Señores de la Llama,
SANAT KUMARA, trabaja preferentemente con el cuarto reino, el
reino humano. La simbología cristiana, estudiada ocultamente,
nos demuestra en su incomprensible belleza un profundísimo
contenido de verdades esenciales. Por ejemplo, la analogía
simbólica de los tres Reyes Magos, nos describe perfectamente
las actividades desarrolladas por el Propósito de la
organización mental de nuestro mundo, a través de:
a. Los tres Arcángeles, creadores y directores de los tres primeros
planos del Sistema solar y por extensión, de las tres primeras
Esferas de SHAMBALLA:
YAMA o KSHITI, Creador del plano físico.
VARUNA, Creador del plano astral.
AGNI, Creador del plano mental.
b. Los tres Ángeles, directores de los tres primeros reinos de la
Naturaleza, mineral, vegetal y animal.
c. Los tres Ángeles lunares o subalternos de los Señores Pitris,
encarnados en los tres Elementales constructores, bajo
directrices solares, de los tres vehículos expresivos del ser
humano: físico, emocional y mental.
d. En una más elevada perspectiva -aunque siempre desde el ángulo
de la analogía- tenemos la simbología de los Reyes Magos en
los tres grandes Budas de Actividad que trabajan en los
niveles más sutiles del Esquema, mostrados en la luz infinita
del Monte Tabor, a través de la trinidad oculta: MOISÉS,
CRISTO y ELIAS, constituyentes del Drama místico de la
TRANSFIGURACIÓN. Se reproduce el Misterio en un nivel inferior
en la representación del triple vehículo humano plenamente
integrado y sojuzgado en los tres discípulos de Cristo,
dormidos al pie del Monte iniciático.
Se trata, como se observará, de una serie de simbologías o de
alegorías místicas que pueden ayudar al investigador esotérico
a introducirse en el descubrimiento de las altas verdades
espirituales al alcance del hombre.
El Propósito de la Actividad creadora del Logos planetario con
respecto al centro místico de SHAMBALLA y al vasto sistema de
organización y comunicación entre planos, reinos, razas,
especies y seres humanos, se realiza a través de las energías
que afluyen desde la Constelación de las PLEYADES, utilizando
coma centro de proyección en la y Tierra al planeta SATURNO,
Señor de la fuerza del tercer Rayo dentro del Sistema solar y
sirviendo de vehículo de distribución de tales energías a
aquella exaltada Entidad espiritual denominada en los tratados
esotéricos el MAHACHOHÁN o Señor de la Civilización, a través
de todos los Ashramas de tercer Rayo repartidos por el mundo a
través del CHOHÁN de este Rayo, el Maestro definido
ocultamente como El Veneciano.
4º. El Propósito de la Belleza y la Armonía Planetarias
Es aquel Propósito mediante el cual el Señor del Esquema
terrestre, por medio de SANAT KUMARA, el Señor de SHAMBALLA,
está tratando de eliminar del mundo el principio del dolor,
cuyo karma arrastran todos los reinos desde el principio de
las edades. Se trata de una actividad maravillosa y
trascendente, que surge del centro infinito del Corazón del
Logos del Sistema solar y constituye para cada Esquema lo que
podríamos llamar “principio vital” o aquella energía que
produce el movimiento de sístole y diástole en los Corazones
de los Logos planetarios de los distintos esquemas y, con el
tiempo, el principio de expansión cíclica que origina la
liberación espiritual de todas las vidas atadas kármicamente
al dolor en todas las fronteras impuestas por el
“círculo-no-se-pasa” de cualquier esquema.
A estas energías místicas, cuya cualidad esencial es
absolutamente desconocida por los hombres de la Tierra, sea
cual fuere su grado de evolución, se las denomina ocultamente
de cuarto Rayo, siendo estas energías las productoras de la
Armonía y la Belleza en los confines de todo lo creado. Su
origen místico es el Centro del Universo, el cuarto subplano
del cuarto plano o plano búdico y lógicamente, siempre de
acuerdo con la simbología de los números, este cuarto Rayo
coincide plenamente con las actividades a desarrollar por el
cuarto reino de la Naturaleza, es decir, por el reino humano,
en virtud de la posición que ocupa dentro de la manifestación
septenaria del Esquema terrestre, que siendo el cuarto dentro
del Sistema solar, ocupa asimismo una posición de alta
representatividad. El cuarto reino tiene esencialmente la
misión, una vez que haya conquistado la gloria de las más
altas realizaciones, de producir Belleza y Armonía en los
demás reinos de la Naturaleza, utilizando las energías que le
transmiten los reinos superiores del Esquema. Actualmente, y
en virtud de su escasa e incompleta evolución, la humanidad
sólo es capaz de transmitir problemas y dificultades a los
reinos subhumanos. Así, al cuarto Rayo de Armonía y Belleza
actuando desde el centro de la humanidad, se le denomina
ocultamente el de Armonía a través del Conflicto, siendo el
Propósito augusto del Señor de SHAMBALLA ir reduciendo
progresivamente a través de la humanidad, el karma de dolor
acumulado en las entrañas de la vida planetaria y acentuar la
presión del principio de Armonía sobre el del Conflicto en el
mundo.
En virtud de ciertas misteriosas Leyes que rigen el proceso de
la evolución solar el reino vegetal es el que más
correctamente expresa el principio de Belleza y Armonía dentro
del Esquema planetario. Ello viene motivado por ciertas
vinculaciones cósmicas establecidas entre el poderoso Ángel
regente de este reino y el exaltado y trascendente Arcángel,
Señor VARUNA, Señor del plano Astral y con el Arcángel INDRA,
Señor del Cuarto plano o Búdico. De ahí la Armonía, Paz y
Belleza que respira el reino vegetal, el más evolucionado
dentro de los cánones arquetípicos impuestos por la deidad a
la vida planetaria.
En lo que a la humanidad respecta y considerándola el
verdadero centro de evolución del planeta, habría que decir
que el propósito de Armonía y Belleza que tiene la misión de
revelar, reside actualmente en su enorme capacidad de
sufrimiento y en la comprensión espiritual que ha de surgir
como consecuencia de su incesante enfrentamiento con el karma
de dolor que engendró en muy alejadas épocas de la historia
planetaria. Progresivamente, y en virtud de su esfuerzo por
contrarrestar el dolor y por haber elevado su conciencia en
ciertos niveles de intuición búdica, el cuarto Rayo de Belleza
y Armonía, venciendo todas las dificultades impuestas por los
conflictos humanos, se impondrá por derecho y por justicia y
la humanidad conocerá entonces una era impresionante de
indescriptible bienestar en la que el arte, las ciencias y la
educación llegarán a exaltadas regiones imposibles de imaginar
todavía por los seres humanos.
Estas energías del cuarto Rayo de Armonía, cuya invocación
constituye uno de los más sagrados Propósitos del Señor de
SHAMBALLA, proceden de la Constelación de Libra y vienen
canalizadas desde el Sistema cósmico por el planeta MERCURIO,
siendo distribuidas en nuestro planeta por los Ashramas de la
Gran Fraternidad a cargo del Chohán del Cuarto Rayo en nuestro
mundo, el Maestro SERAPIS.
El Arte, la Belleza y la Armonía implícitas en el desarrollo
del cuarto Rayo, constituyen las principales líneas de acceso
para la resolución de los graves problemas y agudas crisis
existentes en el seno de la humanidad, fuentes del entero
conflicto planetario con su secuela inevitable de hambre,
guerras y enfermedades. A medida que los seres humanos vayan
aprendiendo las leyes del pensamiento y a través de las mismas
empiecen a relacionar inteligentemente las causas y los
efectos que se producen por las inevitables leyes duales de la
evolución, el principio de armonía que subyace en los místicos
repliegues del corazón humano será debidamente desarrollado y
se alcanzará una armoniosa etapa psicológica de integridad
espiritual y de cumplimiento humano.
5º. El Propósito de la Manifestación Cíclica
El propósito inherente a aquel Plan de perfección solar dentro
del planeta vino como consecuencia del desarrollo de la mente
concreta en el ser humano. Concierne a los detalles de la
evolución del Esquema planetario en su totalidad y al Esquema
escalonado de conocimientos que han de permitirle al hombre
darse cuenta del exacto lugar que ocupa en la escala de
valores de la Naturaleza y las actividades que ha de
desarrollar para que exista una perfecta coordinación entre
las ideas, los conocimientos que surgen de las mismas y los
actos consecuentes. Tiene que ver, por lo tanto, con el
control de la naturaleza del deseo que es la máxima barrera
impuesta al ser humano para el desarrollo de sus cualidades
espirituales.
El espíritu investigador y las facultades de la discriminación
y del discernimiento, forman parte del Propósito de la
Manifestación Cíclica del Logos planetario y de las avenidas
que permiten acceder al conocimiento de los orígenes místicos
de las actividades que se realizan en todos y cada uno de los
ámbitos de la vida de la Naturaleza, a medida que el Alma
universal de la cual toda creación por humilde que sea,
participa, va desarrollándose lentamente y produciendo frutos.
El Propósito de la Manifestación Cíclica abarca el extensísimo
campo de lo que místicamente llamamos “las Vestiduras de
Dios”, las cuales recubren cada una de las almas en
manifestación del vehículo de substancia material que
corresponde a su estado evolutivo o fase de desarrollo
espiritual. El estudio de cada una de estas expresiones en la
vida de la Naturaleza constituye la esencia de la
investigación científica, y sea cual fuere el área a la cual
se circunscriba, el resultado será siempre el mismo: concretar
actividades y efectuar inteligentes relaciones entre la
substancia material y la esencia espiritual, utilizando al
efecto las facultades anteriormente descritas, de la
discriminación y el discernimiento.
El Propósito del Logos planetario en esta actividad cíclica de
organización se circunscribe, como es natural, al área de las
actividades mentales en los tres mundos del esfuerzo humano,
las cuales exigen el desarrollo de la mente concreta e
intelectual y las capacidades de percepción de los seres
humanos a fin de poder interpretar adecuadamente la naturaleza
de las formas y las misteriosas líneas de comunicación que
existen entre todas ellas. Esta actividad mental concreta
desarrolla en el ser humano el primer tramo del puente de
“arco iris” del Antakarana y establece un sistema de
relaciones entre la mente concreta y la mente superior o
abstracta. Se trata de una actividad creadora que se apoya en
tres puntos principales: la observación, el Análisis
discriminativo y el discernimiento, los cuales, si bien se
analizan, constituyen las bases sustanciales de la actividad
meditativa de los seres humanos.
Al Propósito de la manifestación Cíclica que surge del Logos
planetario, se le podría definir como “sistema de
comunicación” entre las distintas esferas de SHAMBALLA y en lo
que a la humanidad respecta, como reino de transición o de
enlace entre los demás reinos, superiores e inferiores; su
manifestación cíclica se realiza a través de las siete
Razas-raíces y las correspondientes subrazas. Es así como la
ley universal de los ciclos va desarrollándose a lo largo de
todas estas líneas septenarias de comunicación.
El Propósito de la Manifestación Cíclica es una exaltación del
quinto Rayo del conocimiento Concreto, que surge de la
Constelación de TAURO “el ojo Místico de la Visión Perfecta” y
sus energías, que se proyectan sobre la Tierra por medio del
planeta VENUS, inciden sobre el Ashrama místico del Chohán del
quinto Rayo en el planeta, el Maestro HILARIÓN y son
distribuidas por el mundo a través de sus Iniciados y
Colaboradores.
6º. El Propósito del Reconocimiento Divino
Es aquel Propósito del Señor de SHAMBALLA, latente en el
corazón silente de toda humana criatura, de reconocer la
Voluntad de Dios en todas y cada una de las cosas creadas,
adorando primero el símbolo que encarna esta Voluntad y, más
adelante, reconociendo la verdad esencial o Propósito insigne
que subyace tras el velo de todo tipo de forma.
Podríamos decir que el Propósito del divino Reconocimiento es
la línea de luz que atraviesa todas las capas del deseo humano
y convierte estos deseos en impulsos superiores de aspiración
espiritual. Sus actividades se desarrollan lógicamente en el
sexto plano del Sistema, o sea, en la esfera astral del
Esquema planetario, siendo el deseo en su esencia, el instinto
de vida que guía todas las conciencias evolutivas, desde la
del insignificante insecto a la del más esplendente Arcángel.
Sin embargo, esta tremenda Fuerza generada por el deseo de
vida, forma la base substancial de aquello que ocultamente
entendemos por “jerarquía espiritual” y que a través de
símbolos de expresión cada vez más perfectos. coordina los
interminables ciclos de la evolución planetaria. El Propósito
del Reconocimiento Divino, en lo que a la humanidad hace
referencia, abarca tres grandes ciclos:
a. El Ciclo del deseo de vida, como fuerza motriz de la evolución,
que es común en todos los seres vivientes, sea cual fuere su
grado de desarrollo.
b. El Ciclo de la emoción o de la sensibilidad humana, que es una
forma inteligente del deseo de vida.
c. El Ciclo del sentimiento creador, que expresa la relación entre
la emoción humana y el amor divino, expresada en el contacto
de uno y otro, dependiendo siempre de la evolución alcanzada
en los niveles búdicos.
De ahí que el Propósito del Reconocimiento Divino que surge de
las entrañas místicas de SHAMBALLA, deberá apoyarse
fundamentalmente en la actividad de transmutación que se
realiza en el corazón humano para convertir el deseo o
instinto de vida en aspiración espiritual, relegando los
símbolos de forma impuestos a cualquier tipo de vida, a
funciones cada vez más secundarias.
La adoración de símbolos, que constituye todavía en los
momentos actuales el fundamento doctrinario de la mayoría de
las religiones organizadas del mundo, indica claramente las
dificultades de adaptación de muchos seres humanos en todos
los continentes, en lo que se refiere a “adorar a Dios en
Espíritu y en Verdad”. Una de las actividades humanas para el
ciclo inmediato que vendrá profundamente marcado por grandes
transformaciones sociales será la de acentuar la presión de la
Verdad sobre el símbolo que la encarna y relegar los símbolos,
sea cual fuere su procedencia, bajo el umbral de la
conciencia. Esta actividad espiritual emprendida por todos los
discípulos espirituales y secundada por muchos aspirantes del
mundo, traerá como consecuencia una actitud de conciencia
totalmente nueva con respecto a las tradicionales
presentaciones de la Verdad. Consecuentemente, vendrán a la
luz de la comprensión espiritual de muchos seres humanos los
nuevos símbolos, cada vez más perfectos, que por su propia
sutilidad y perfección constituirán los andamiajes
espirituales de las religiones del futuro.
El Propósito del Reconocimiento Divino operando a través de
símbolos cada vez más perfectos o arquetípicos, constituye una
corriente de vida de sexto Rayo, que procede de la
Constelación de PISCIS; siendo MARTE dentro del Sistema solar
el planeta que las concentra sobre la Tierra utilizando para
ello todos los Ashramas de sexto Rayo de Devoción e idealismo
Creador dirigidos por el Maestro JESÚS, Chohán del Sexto Rayo,
directamente inspirado por el BODHISATTVA, el Instructor del
Mundo.
7º. El Propósito de la Magia Organizada
Según se nos dice esotéricamente, éste es el Propósito básico
de la manifestación planetaria, que le permite al Espíritu
logoico manifestarse a través de símbolos de forma, durante el
larguísimo trayecto de la evolución, en el interior del
“círculo-no-se-pasa” del Esquema terrestre. Se le denomina
ocultamente “magia de la creación”, ya que la infusión del
Espíritu de vida dentro de la forma y la redención de la forma
por medio de la actividad superior del Espíritu de vida es,
técnicamente, Magia operando por igual tanto en la expresión
de un insecto o de un simple electrón, como en la liberación
espiritual del más glorioso Adepto, a través de la Magia de la
Iniciación planetaria.
Así, todo intento creador tendiente a convertir la substancia
material en esencia espiritual, forma parte del proceso mágico
de este insigne Propósito de Vida, del cual se dice
ocultamente que constituye la Puerta final detrás de la cual
se cierra el proceso de manifestación del Manvántara o ciclo
de expresión física del Logos planetario. Detrás de esta
sagrada Puerta, queda ultimado el Arquetipo de perfección que
el Logos planetario, por medio de SANAT KUMARA, tiene la
misión de realizar a través de esta ulterior fase de vida en
el Esquema terrestre y en nuestro planeta físico de naturaleza
densa.
La realización de los Arquetipos, a la cual prestamos la
debida atención en páginas anteriores, mueve la inmensa
maquinaria de la evolución solar, planetaria y humana. Esta
realización tiene absolutamente que ver con una pulsación cada
vez más perfecta de la nota mística que cada símbolo de forma
tiene la ineludible misión de hacer resonar dentro del
“círculo-no-se-pasa” de su particular evolución. El crea-dor
interno o productor de la magia del sonido eleva un tono
vibratorio muy particular que va creciendo en intensidad a
medida que van transcurriendo los ciclos inexorables de la
evolución, exigiendo respuestas cada vez más adecuadas y
sintónicas de parte de los elementos substanciales -llámeseles
dévicos- que constituyen la esfera expresiva del símbolo o de
la forma que lo representa: tal es la ley del cumplimiento
mágico. Y cuando el impulso creador que da origen a esta
actividad mágica, se realiza en forma consciente y deliberada,
podríamos decir que técnica y psicológicamente se está
cumpliendo el Propósito de la Magia Organizada, tal como surge
del Designio inapelable del Logos planetario.
La Magia del Señor del Mundo, el intento creador que realiza
la Gran Fraternidad de SHAMBALLA, abarca la inmensa área del
Esquema terrestre, habida cuenta de que las esferas que lo
constituyen están debidamente interpenetradas y unificadas.
Son utilizadas a este fin las potentísimas energías del
séptimo Rayo provenientes de la Constelación de ACUARIO, las
cuales, a través del planeta URANO, inciden en los Ashramas
del Chohán del séptimo Rayo en el planeta, el Maestro Conde de
San Germán, conocido también en nuestros estudios esotéricos
bajo el nombre de Príncipe RACOKZI. La redención de tales
energías, su transformación en fuerza planetaria y su
inteligente utilización para poder llevar a cabo el Propósito
creador, constituyen la más potente expresión de la Magia
Organizada a la que pueden acceder intelectualmente
-utilizando como siempre la analogía- los verdaderos
investigadores esotéricos.
La adaptación correcta a los ciclos periódicos universales y
el establecimiento de los ritmos planetarios que han de
producirse como consecuencia inevitable de los ciclos, exigen
de la Gran Fraternidad una serie de actividades enteramente
desconocidas para la mayoría de los discípulos mundiales,
tales como las meditaciones ocultas de los miembros de la Gran
Fraternidad y las trascendentes liturgias y rituales mágicos
realizados en el Ashrama principal del Conde de San Germán,
así como en otros varios departamentos dentro del vastísimo
Reino de SHAMBALLA, con el objeto de “invocar fuerza cósmica”
con destino a la Tierra y extraer de los insondables Vacíos
del Espacio cósmico, los Modelos o Arquetipos esenciales que
han de ser reproducidos en el transcurso de las edades por los
Grandes constructores planetarios.
La belleza de los Arquetipos captados del Cosmos por la
potencia invocativa de los grandes Magos planetarios o
incorporados, siguiendo misteriosas aunque muy claramente
definidas líneas de luz, en las formas o símbolos expresivos
de los reinos, las razas y la totalidad de las especies,
constituye el nervio vivo de la Magia Organizada, y cuando
esotéricamente se nos habla de “la Música de las Esferas”, se
trata de representar simbólicamente la NOTA o el TONO
característico emitido por el Logos planetario, para ser
reconocido como Entidad creadora en las áreas infinitas del
Ambiente Social de los Dioses. LA NOTA CLAVE de la Tierra, su
potente invocación cósmica, forma el principal elemento mágico
de creación de situaciones planetarias, pues tal como
ocultamente sabemos y viene confirmado por los libros sagrados
de todas las religiones “… Todo fue creado por el poder de la
PALABRA”. Tal es el principio creador o Magia Organizada, que
trajo a la existencia la cadena interminable de los mundos.
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2008-02-25
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