|
CAPÍTULO XI
LOS CETROS DE PODER Y LAS EXPANSIONES DE CONCIENCIA PLANETARIA
La idea que vamos a considerar ahora tiene que ver con la
utilización de los dos principales Cetros de Poder
planetarios, el DIAMANTE FLAMÍGERO que utiliza el SEÑOR DEL
MUNDO y el CETRO JERÁRQUICO que está a cargo del BODHISATTVA o
Instructor espiritual del Mundo. Ambos Cetros constituyen -
científicamente hablando- los dos polos de la ELECTRICIDAD
CÓSMICA o FOHAT. Al igual que la electricidad común, la
polaridad eléctrica positiva de FOHAT corresponde al DIAMANTE
FLAMÍGERO, y la polaridad negativa al CETRO del BODHISATTVA. A
través de ambas polaridades, la energía solar y cósmica es
proyectada sobre la Tierra, determinando todas las posibles
expansiones de conciencia dentro y fuera del
“círculo-no-se-pasa” del esquema terrestre, teniendo
lógicamente lugar:
a. En cada una de las SIETE Esferas de SHAMBALLA, que corresponden
a los SIETE Planos del Sistema solar.
b. En cada uno de los SIETE Reinos de la Naturaleza.
c. En forma muy particular y trascendente en el Reino Humano.
Veámoslo en detalle:
Las siete esferas de Shamballa
Son las Siete Avenidas de contacto del Logos planetario con
todo cuanto existe dentro y fuera del ámbito planetario. Cada
una de estas Esferas está regida por un glorioso y esplendente
ARCÁNGEL, de categoría espiritual superior a la de los
CHOHANES de RAYO. Representa en la extensión de la Esfera
planetaria a su cargo, la Cualidad solar que a través de la
misma ha de ser desarrollada. Cada uno de los SIETE Arcángeles
posee una constitución particular que le permite transmitir a
todos los ámbitos de la esfera específica que le sirve de
medio de expresión, las energías cósmicas inducidas por medio
del CETRO sagrado o DIAMANTE FLAMÍGERO del SEÑOR DEL MUNDO.
Estos Arcángeles, Señores del Espacio -tal como se les define
en términos jerárquicos- conocen todos los secretos que
corresponden al Plan de la manifestación universal, desde el
que produce la “substanciación del éter” para crear la materia
sólida, hasta aquél que permite desvanecer la materia sólida y
convertirla en éter esencial. Quien puede percibirlos “en la
Luz de su radiante Gloria”, asistirá a la más maravillosa
expresión de la vida cósmica en nuestro planeta. Poniéndose en
contacto con Su Obra, podrá el investigador esotérico penetrar
en los misterios infinitos de las SIETE cualidades vivas que
forman en su totalidad la CONCIENCIA del Logos planetario,
QUIEN a Su vez y en Su rutilante e indescriptible esencia
representa digna y eficientemente UNA CUALIDAD DEFINIDA, DE
LAS SIETE que constituyen la CONCIENCIA del Logos solar...
Veamos ahora cuáles son las CUALIDADES o aspectos expresivos
logoicos revelados a través de los SIETE Arcángeles Regentes
de los planos o esferas de nuestro esquema planetario:
1. Esfera Ádica
Es la Morada del gran Arcángel SHIVA, representante del primer
Aspecto del Logos planetario, EL DE LA VOLUNTAD DEL SER. Es la
AFIRMACIÓN del Designio universal del Logos solar con respecto
a nuestro planeta.
2. Esfera Monádica
Es la Sede planetaria del gran Arcángel VISHNU, representante
del segundo Aspecto o Cualidad del Logos planetario, el AMOR
esencial, extraído de lo más profundo del Corazón del Logos
solar.
3. Esfera Átmica
Corresponde al gran Arcángel BRAHMA, representante de la
Cualidad inherente al tercer Aspecto del Señor planetario, la
Actividad Creadora lnteligente.
4. Esfera Búdica
Representa la actividad coordinada del esquema terrestre, a
cargo del gran Arcángel INDRA (o VAYÚ), demostrándose a través
de la Cualidad de ARMONÍA y BELLEZA, el cuarto aspecto del
Logos planetario que se manifiesta en el centro místico del
esquema y constituye el nexo de unión entre las tres esferas
superiores y las tres inferiores.
5. Esfera Mental
Esta Esfera está vivificada por las radiaciones ígneas del
gran Arcángel AGNI, Señor del Fuego planetario e impulsor de
la Cualidad mental del Señor del esquema terrestre. Representa
el quinto Aspecto de la Divinidad planetaria, y su expresión
característica es la ACTIVIDAD MENTAL concreta y definida
dentro del “círculo-no-se-pasa” de la Tierra.
6. Esfera Astral
Constituye el campo de expresión del gran Arcángel Señor
VARUNA, llamado esotéricamente “El Dios de las Aguas”.
Representa el sexto Aspecto del Logos planetario, la DEVOCIÓN
infinita hacia la Obra del Logos solar, el PADRE EN LOS CIELOS
y la REVERENCIA indescriptible hacia aquella Voluntad
omnipotente.
7. Esfera Física
Es la Morada del gran Arcángel KSITHTI (o YAMA) a Quien
ocultamente y en razón de Sus actividades objetivas en el seno
de la Naturaleza, se le denomina ocultamente “el GRAN HACEDOR”
o “el ARQUITECTO DEL MUNDO FÍSICO”. Representa en esta Esfera
la Obra Mágica de la Creación y presta su colaboración a todos
Sus grandes Hermanos de las demás Esferas cuando las
condiciones evolutivas del planeta así lo exigen, a medida que
van sucediéndose los ciclos temporales del Logos planetario.
Es el séptimo Aspecto o Séptima Cualidad del Señor del esquema
terrestre y toda Su vida es la representación de una Obra
Mágica que va desarrollándose a través de la constante y
permanente construcción de formas físicas para que puedan ser
habitadas o utilizadas por todas las almas o conciencias que
están evolucionando dentro del esquema planetario.
SANAT KUMARA, el SEÑOR DEL MUNDO, aplica cíclica o
periódicamente el DIAMANTE FLAMÍGERO sobre cada una de las
Esferas planetarias, extremando su Poder inductivo sobre el
Arcángel en cuya Esfera de expresión y de contactos debe
transmitirse una mayor efusión de energía cósmica o de fuego
eléctrico, sea por razones kármicas o por las propias
necesidades evolutivas.
La transmisión de la energía ígnea contenida en el DIAMANTE
FLAMÍGERO sobre una esfera planetaria se realiza a través del
Arcángel que es su Regente. Tal como se dice ocultamente “...a
través del Gran Agente Dévico, los éteres que constituyen el
espacio ocupado por una Esfera se ponen INCANDESCENTES”. El
Arcángel absorbe las energías del CETRO dentro de Sí, las
cualifica con Su propia Vida, las hace eléctricamente
positivas al penetrar en Su campo de actividad y luego,
convenientemente dinamizadas, las transmite a los Ángeles
directores de los reinos que evolucionan en el definido
círculo de Su expresión particular. Estos Ángeles, que habían
permanecido receptivos o eléctricamente negativos en tanto
recibían la energía ígnea que les transmitía el Arcángel -Su
Señor y Maestro- se vuelven ahora eléctricamente positivos y
alcanzado su punto culminante de radiación, transmiten estas
energías ígneas asimiladas a todos y cada uno de los devas
directores de las especies que constituyen la totalidad del
reino, sea éste mineral, vegetal o animal, estableciéndose así
por INDUCCIÓN una transmisión de energía ígneo-eléctrica
cósmica que pone en incandescencia o en actividad a toda la
Esfera y produce aquella renovación cíclica particular que
experimentan todas las Esferas que constituyen nuestro esquema
terrestre y permiten que se vaya realizando dentro de las
mismas, el principio místico y eternamente inalterable de la
evolución solar. De acuerdo con la ley de Analogía septenaria
correspondiente al sistema cósmico al que pertenece nuestro
sistema solar, podríamos afirmar que:
a. Nuestro esquema terrestre evoluciona a través de siete planos o
esferas.
b. Cada esfera, a cargo de un indescriptiblemente evolucionado
Arcángel, está constituida por siete reinos.
c. Cada reino, a cargo de un poderoso Ángel, está constituido por
siete especies principales de vida evolucionantes.
d. El reino humano, que marca el centro medio de la evolución
planetaria, está constituido por siete razas raíces y cada
raza-raíz está formada por siete subrazas.
e. El reino superhumano, que es la meta del cuarto reino humano,
está constituido por siete principios espirituales, los cuales
se revelan a través de siete principales grupos egoicos,
claves de la evolución superior.
Los siete Reinos de la Naturaleza
De acuerdo con la nomenclatura esotérica, éstos son los reinos
de la Naturaleza que corresponden a nuestro particular esquema
planetario:
Esta correspondencia mística deberá ser
ajustada muy estrictamente al principio de analogía para poder
extraer de la misma las más acertadas conclusiones, en virtud
del estudio esotérico que estamos efectuando sobre el centro
de SHAMBALLA. Teniendo en cuenta que este CENTRO planetario
constituye -desde el ángulo de vista de los grandes Adeptos-
sólo la expresión objetiva, concreta y material del Logos
planetario del esquema terrestre, es SANAT KUMARA, pese a Su
extraordinaria evolución, únicamente la ENCARNACIÓN FÍSICA de
aquella esplendente Entidad cósmica.
Actuando SANAT KUMARA, el Rey del Mundo, como Unidad
integrante y coherente, las esferas, los reinos, las razas y
todas las especies vivientes están magnéticamente vinculadas
entre sí de tal manera que cualquier tipo de vibración o de
actividad dinámica o eléctrica que surja del CETRO planetario
del SEÑOR DE SHAMBALLA, origina expansiones de conciencia por
doquier dentro del “círculo-no-se-pasa” del planeta, siguiendo
las líneas marcadas por la ley de jerarquía o de evolución
espiritual, en virtud de la cual la energía cósmica que surge
del CETRO, energetiza primero los centros mayores y va
transmitiéndose luego en orden a esta jerarquía espiritual
establecida, a todos los demás centros menores. El lema
oculto: “Dios le da a cada cual lo suyo hasta colmar su
medida” puede aplicarse aquí literal y absolutamente.
Hay otra ley, ocultamente definida como de “vinculación
magnética”, que actúa por simpatía vibratoria y es
independiente de la ley de jerarquía espiritual, actuando,
según se nos dice esotéricamente, por misteriosas razones
kármicas establecidas entre reinos y especies. Esta ley de
vinculación se manifiesta bajo el principio de
“correspondencia matemática” que condiciona todas las
expresiones numéricas sintónicas, ya sean pares o impares,
observables en todos y cada uno de los elementos que
participan en la creación de un sistema, de un esquema o del
cuerpo de un ser humano. Por ejemplo: el Séptimo reino, el
reino de las Vidas solares, deberá proyectarse al finalizar el
Manvántara planetario en el primer Plano o Esfera física. En
aquella alejada época planetaria, la Vida del Dios planetario
brillará dentro de cada átomo de materia física y el primer
reino, el mineral, se hará plenamente radiactivo y, en una
ulterior cadena planetaria de otro esquema, surgirá como reino
vegetal. El sexto reino, el reino de las Vidas planetarias,
halla su expresión más perfecta en esta era planetaria, en el
sexto Plano, el Plano astral y en el sexto Reino, el
vegetal... del cual se nos dice ocultamente que “es la OFRENDA
MÍSTICA DEL LOGOS PLANETARIO DE NUESTRO ESQUEMA TERRESTRE AL
LOGOS DEL SISTEMA SOLAR”. El quinto reino, el reino
superhumano, siguiendo esta misteriosa ley de correspondencia
matemática, se proyecta en el tercer reino animal y como fruto
de esta afinidad vibratoria surgió un día a la existencia el
reino humano, siguiendo el proceso de desarrollo planetario
técnicamente descrito como de la INDIVIDUALIZACIÓN, que elevó
la vida inconsciente del hombre animal a las supremas alturas
místicas de la AUTOCONCIENCIA HUMANA.
Las expansiones de conciencia en el Reino Humano
Pueden observarse:
a. En la creación de las Razas-raíces humanas.
b. En la estructuración mística de las principales religiones
mundiales.
c. En la organización de la civilización y cultura de los
diferentes pueblos de la Tierra.
d. En la Iniciación espiritual de los seres humanos o su entrada
consciente en el quinto reino de la Naturaleza, el reino
superhumano.
La creación de una gran Raza-raíz
Deberá estudiarse lógicamente también de acuerdo con el
principio de analogía, teniendo presente sin embargo, que el
principal Agente que interviene en el proceso de la
estructuración racial es una Entidad planetaria perteneciente
a la evolución humana y no a la dévica, tal como las
considerábamos al estudiar las expansiones de conciencia que
tenían lugar en el seno de los reinos inferiores o subhumanos.
A esta Entidad planetaria se la denomina ocultamente el MANÚ
de la RAZA y Sus códigos y principios arrancan de una
vinculación muy íntima establecida “por razón de Rayo” con el
propio Señor del Mundo SANAT KUMARA, su primer aspecto de
Gobernante supremo del planeta o EJECUTOR DE LA LEY... La
misión del MANU -aparte otras muy importantes atribuciones
planetarias- es vivificar la “semilla del cuerpo”, cuya forma
y cualidades espirituales tienen la misión de expresar aquella
Raza-raíz de la cual Él es enteramente responsable, y ha de
servir de Cáliz o Tabernáculo para un numerosísimo grupo de
entidades planetarias en proceso de evolución en el cuarto
Reino.
De acuerdo con este principio de correspondencia que jamás ha
de excluir de sus investigaciones el estudiante esotérico,
podríamos afirmar que durante el curso de la evolución
planetaria aparecen SIETE grandes Razas-raíces, cada una de
ellas a cargo de su respectivo MANU. A su vez, del seno de
cada Raza-raíz y formando parte de sus propias e íntimas
características, surgen SIETE subrazas, las cuales estarán a
cargo -si nos atenemos a la analogía utilizada al estudiar la
evolución de los reinos y las especies- de SIETE MANÚES
subalternos o subsidiarios. Cada subraza, a su vez, su
subdividirá, como en el caso de la multiplicidad de especies
que derivan de una especie principal dentro de cualquier reino
de la Naturaleza, en un gran número de “ramificaciones
raciales”, siguiendo siempre el orden septenario. A través de
estas numerosas ramificaciones se irá revelando
progresivamente a través de las edades, el Código viviente del
MANÚ, la Raza-raíz, una expresión psicológica de determinada
cualidad del Logos planetario a través de una forma física.
En la época cíclica actual, evolucionan en nuestro planeta
tres principales Razas-raíces:
a. La Raza LEMUR, constituida por las unidades humanas
pertenecientes a la raza negra.
b. La Raza ATLANTE, compuesta por las individualidades que
evolucionan en las llamadas razas amarilla y cobriza, en
realidad, subrazas de la misma Raza-raíz principal.
c. La Raza ARIA, llamada generalmente raza blanca, algunas de cuyas
subrazas son la indoeuropea y el conjunto de ramificaciones
raciales que forman la mayor parte de los pueblos árabes.
Una parte muy importante de nuestro estudio esotérico sobre
SHAMBALLA deberá centralizarse en la actividad que desarrolla
cada Raza-raíz, con sus correspondientes subrazas, para
expresar las cualidades o virtudes psicológicas del Logos
planetario a través del gigantesco Cuerpo físico de la Tierra,
teniendo en cuenta sin embargo, que lo que principalmente
analizamos aquí son las “RAZONES PRINCIPALES” asignadas a cada
Raza como manifestación de la Conciencia logoica y no “las
razones kármicas”, en virtud de las cuales, entidades humanas
muy evolucionadas encarnan por libre decisión en las razas
llamadas inferiores o trascendidas.
De acuerdo con estas razones principales, podríamos decir que
una gran mayoría de unidades humanas pertenecientes a las
subrazas inferiores de la raza LEMUR, están evolucionando
todavía como “grupo semiconsciente”, no totalmente
individualizado, en los centros o niveles inferiores -si
podemos expresarlo así, con infinito respeto- del Logos
planetario; que una parte muy considerable de individualidades
humanas conscientes de las razas ATLANTE y ARIA están
integrándose en Su centro laríngeo; que una cantidad de Egos
autoconscientes van introduciéndose en Su centro Ajna,
convirtiéndose en agentes constituyentes del mismo y que una
selecta minoría de Almas muy avanzadas a Quienes la tradición
mística denomina “Hijos de Dios”, Jerarquía Espiritual
planetaria o Gran Fraternidad Blanca, en unión con exaltadas
Vidas dévicas, constituyen Su centro Cardíaco. Muy pocas Vidas
planetarias forman parte del Consejo Privado del Gran SEÑOR DE
SHAMBALLA. Estas, en unión con desconocidas e incluyentes
Entidades cósmicas, forman el Centro Coronario del Logos
planetario. Todas Ellas pertenecen a una Raza extraplanetaria,
cuya jerarquía específica carece por completo de significado
para la inteligencia de los hombres de la Tierra.
Una analogía del lugar que ocupa cada Raza-raíz dentro del
gran Cuerpo logoico, de acuerdo con las razones principales
anteriormente descritas, podría ser la siguiente:
Ahora bien, con respecto a la fuerza que le
transmite el SEÑOR DEL MUNDO al MANU, en el momento cíclico y
mágico de verter mediante la imposición del DIAMANTE FLAMÍGERO
“el Germen místico de la nueva Raza en las misteriosas y
virginales entrañas del Espacio” (“LIBRO DE LOS INICIADOS”),
deberemos suponer que será de un increíble poder ígneo
eléctrico, dadas las características especiales del Rayo del
MANÚ, Quien encarna en la Tierra el primer aspecto de la
Divinidad planetaria, la increíble Voluntad de Ser y de
Realizar.
El germen racial responde a altas vibraciones cósmicas que
emanan del ARQUETIPO humano que esta Raza tiene la misión de
desarrollar y posee en latencia como cualquier tipo de semilla
en la vida de la Naturaleza, todos los elementos y virtudes
capitales que han de producir con el tiempo el esplendor de la
Raza. El desarrollo de las espirillas en el átomo permanente
físico de las Razas, forma parte integrante de esta evolución
de cualidades o virtudes capitales contenidas en la semilla
racial. Por ejemplo: La Séptima subraza de la Séptima
Raza-raíz, a la que hemos designado bajo el nombre de
“divina”, ha de haber desarrollado Siete espirillas, virtudes
o cualidades eléctricas en el átomo físico permanente de la
misma, por cuya razón aparecerá en el plano de la existencia
física, el perfecto tipo racial o ARQUETIPO humano que forjó
en Su poderosísima Mente el Logos planetario del esquema
terrestre, al contemplar la imagen perfecta del Hombre Solar,
vívidamente actuante en los más elevados y sutiles niveles del
sistema.
De acuerdo con lo expuesto, podríamos considerar la siguiente
analogía:
Esta analogía, examinada de acuerdo con la ley
de periodicidad que marca los períodos cíclicos de aparición y
desaparición de las Razas humanas, es válida para toda esta
cuarta ronda. En rondas y cadenas superiores del esquema, las
cualidades de las razas y el número de espirillas deberán
aumentar hasta completar el número DIEZ de la perfección solar
que marcará el término del manvántara planetario o ciclo de
encarnación física del Logos de nuestro esquema terrestre;
pero sus implicaciones son tan elevadas que no sería juicioso
ni práctico pasar más allá de las anteriormente descritas.
Lo que sí sería interesante y útil, para comprender el
misterio implícito en la creación de las Razas, es que
enumerásemos -siempre de acuerdo con la analogía y con el
principio de jerarquía espiritual- a las Entidades planetarias
y dévicas que intervienen en la Obra mágica de estructuración
de una gran Raza raíz:
1º EL SEÑOR DEL MUNDO, el Iniciador único del planeta, “QUIEN
sostiene en Sus Augustas Manos” (“LIBRO DE LOS INICIADOS”) el
Cetro de Poder o Talismán Sagrado planetario y transmite a
través de él potentísimas energías eléctrico-cósmicas al MANÚ
de la Raza que ha de ser estructurada.
2º EL MANÚ, Señor de la nueva Raza-raíz, cuya Mente ha sido
“cálidamente impresionada” desde niveles superiores del Plano
mental solar, por la visión del Arquetipo o Modelo que ha de
servir de soporte místico para la estructuración de los
elementos moleculares con los cuales sería construido el
Tabernáculo o Cuerpo físico de la nueva Raza.
3º El ADEPTO Maestro MORYA, Chohán del primer Rayo, discípulo del
MANÚ y Su Agente principal en la proyección de energía de
primer Rayo en el planeta.
4º Un número indeterminado de Adeptos planetarios en los distintos
Rayos, expertos en el arte de la proyección de fuerza solar
que vivificarán con el aliento de Sus radiantes Vidas, las
etapas o fases de germinación de la semilla racial. Su
analogía se puede encontrar en aquellos devas lunares que
intervienen en el proceso de la concepción y gestación de la
simiente que dará vida y forma física a cualquier tipo de
cuerpo humano en la vida de la Naturaleza.
5º Numerosas huestes angélicas pertenecientes a la jerarquía
espiritual de los AGNISCHAITAS, Señores del Plano físico, que
intervendrán activamente en el proceso de germinación de la
semilla racial. Veamos algunas de ellas:
a. Las llamadas ocultamente “Substanciadoras
del Éter”.
b. Los elementos dévicos denominados esotéricamente “Señores
de la Concepción Racial”, todavía de origen lunar, que
utilizarán la substancia etérica suministrada por los devas
planetarios substanciadores del éter para construir “el
Hogar de la Raza” o núcleo subjetivo alrededor del cual irán
conformándose los atributos raciales o compuestos
moleculares que vibren de acuerdo con la nota arquetípica
pronunciada por el MANU.
c. Los devas lunares, descritos en los tratados esotéricos
como “los Forjadores físicos de la Raza”, constituirán en
increíbles huestes lo que podríamos llamar “fases del
proceso místico de gestación”, en el interior de las
entrañas virginales del Éter, del cuerpo físico que ha de
servir como modelo de la nueva Raza-raíz.
Otras particularidades adscritas al proceso de
diseño, creación y estructuración de una Raza-raíz, como por
ejemplo, las transformaciones que sufren los cuerpos físicos
cuando son ocupados por Entidades espirituales muy
evolucionadas o la ley del lenguaje que deberá ser el método
común de comunicación entre los componentes de las distintas
Razas y subrazas, serán examinadas en capítulos posteriores.
El estudio de la creación de las Razas humanas y de las
Entidades planetarias y dévicas que intervienen en el proceso
de estructuración de las mismas es incalculablemente extenso,
pero creemos que con lo dicho en este apartado, tendrá el
aspirante espiritual una idea lo suficientemente clara como
para poder entresacar con ayuda de la intuición, más extensos,
detallados y profundos significados.
La estructuración mística de una gran religión espiritual
De acuerdo con la analogía, a cada gran Raza-raíz física le
corresponde una gran religión espiritual, la cual tiene como
misión específica enaltecer la conciencia de los hombres y
hacer que éstos comprendan el sentido íntimo de la vida y
puedan, en virtud de ello, reorientar constantemente sus
actividades psicológicas y elevarlas a regiones superiores a
las de aquellas técnicamente descritas como “kármicas”.
El sentido místico de una Religión, sean cuales fueren sus
orígenes y la Raza a la cual va especialmente destinada, es
“iluminar el Camino que conduce a la Casa del Padre”
(SHAMBALLA), a la fuente divina de donde proceden toda luz,
todo amor y todo poder dentro del “círculo-no-se-pasa” del
planeta. Y, al igual de lo que sucede con la estructuración
del Cuerpo físico de una gran Raza, la creación del Cuerpo
espiritual de esta gran Raza o de la Religión que por ley le
corresponde, implica la confluencia mística de una serie de
energías solares y planetarias, destinadas a producir potentes
transformaciones internas en las mentes y corazones de los
seres humanos, independientemente a veces de la manera como
éstos interpretan el sentido íntimo y profundo de la nueva
religión o el sentimiento místico de la época cíclica que les
ha correspondido vivir kármicamente.
Las mismas energías solares que transmitidas por el CETRO
planetario determinan la concepción y gestación de una
Raza-raíz, aplicadas al éter físico que corresponde a la
Cualidad espiritual que esta Raza ha de desarrollar,
determinan la creación mística de una gran Religión.
Cuando un gran sector de la humanidad empieza a responder
psicológica y colectivamente a un impulso interno lo
suficientemente profundo, es decir, a las impresiones de una
relevante cualidad espiritual, promueve una misteriosa
transmutación molecular en la envoltura etérica del planeta.
Entonces, y tal como esotéricamente pueden observar los
grandes Adeptos de la Jerarquía espiritual planetaria, algunas
áreas definidas de esta envoltura se ponen incandescentes y
atraen la atención de los grandes Responsables del Plan de
perfección planetaria. Surge entonces lo que ocultamente
podríamos definir como una RESPUESTA SOLAR, en virtud de la
cual se produce una potente efusión de fuerza ígnea eléctrica
de parte del SEÑOR DEL MUNDO que, a través del CETRO de poder
planetario, se proyecta sobre el CETRO del BODHISATTVA y llega
hasta el plano astral del planeta donde, convenientemente
regulada por una estirpe peculiar de Devas de este plano,
ocultamente descritos como “Matizadores del Sentimiento
Místico”, llega a penetrar en los niveles etéricos
planetarios. Allí, una impresionante serie de Devas del aire
construirán las bases o soportes físicos de lo que en el
transcurso del tiempo será la nueva religión mundial. La
construcción de este soporte físico es la analogía de aquello
que en términos místicos llamamos “el CÁLIZ que ha de contener
al VERBO”.
Otra de las ideas a considerar en relación con esta proyección
de fuerza procedente de los Altos Lugares planetarios es la de
que el CETRO del BODHISATTVA, cargado con energía ígnea o
eléctrica de carácter negativo, se halla magnéticamente
vinculado con aquellas esferas planetarias de SHAMBALLA
coincidentes con un número par, como la segunda o monádica, la
cuarta o búdica y la sexta o astral, mientras que el DIAMANTE
FLAMÍGERO del SEÑOR DEL MUNDO, cargado con energía ígnea de
tipo positivo, concentra mayormente su potencia sobre las
esferas planetarias coincidentes con un número impar, como la
primera o ádica, la tercera o átmica, la quinta o mental, y la
séptima o física. De manera que cuando las necesidades
evolutivas del reino humano precisan de una nueva Religión que
canalice sus aspiraciones espirituales, hay una concentración
mayor de energía, por cuanto entran en actividad simultánea
los dos principales CETROS planetarios, el DIAMANTE FLAMÍGERO
y el CETRO de poder del Instructor del Mundo, teniendo lugar
en esta interpenetración de energías eléctricas procedentes
del Cosmos, un Misterio que sólo será revelado en la tercera
Iniciación jerárquica o de la Transfiguración. Se le denomina
ocultamente “el Misterio de la Luz”, por cuanto tiene como
misión principal iluminar las mentes y corazones de los seres
humanos y mostrarles así el Camino Iluminado que ha de
llevarles a superiores estados de conciencia... Parte de este
Misterio tiene que ver con la participación activa de una
jerarquía muy peculiar de Devas que descienden al Plano astral
procedentes del Plano búdico, “llevando prendida en sus Alas
inmaculadas la Luz misteriosa del Amor universal” (“LIBRO DE
LOS INICIADOS”).
Debido a la alta significación espiritual de este Misterio, al
CRISTO, al Instructor del Mundo, se le denomina en términos
místicos “LA LUZ DEL MUNDO” y también “La Luz dentro de la
LUZ” cuando se integra en la Vida trascendente del SEÑOR DEL
MUNDO... De ahí que el misterio implícito en la creación de
una gran Religión espiritual para la humanidad, sea de LUZ,
por cuanto es Luz lo que los seres humanos precisan para
captar el profundo e infinito significado del AMOR, esencia
vital para este Universo de segundo RAYO. Tal es la esencia
mística con la cual se fabrican o estructuran las Religiones,
sean los que fueren los Instructores espirituales o Avatares
que las encaman en Sus esplendentes e incomprensibles Vidas de
Sacrificio.
Veamos ahora las Entidades espirituales que, en orden de
jerarquía, participan de la ceremonia iniciática -pues se
trata de una verdadera Iniciaciónque ha de transmitirle a la
humanidad una nueva gran Religión espiritual:
1º El SEÑOR DEL MUNDO, SANAT KUMARA, que empuña el CETRO de Poder
planetario o DIAMANTE FLAMÍGERO.
2º El Señor BUDA, a Quien se le denomina en términos jerárquicos,
“el INTERMEDIARIO CÓSMICO”. Encarna en su gloriosa Vida el
aspecto LUZ o SABIDURÍA del segundo RAYO de AMOR universal.
3º El Instructor del Mundo, el BODHISATTVA de la quinta Raza-raíz,
Quien sostiene en Sus manos el CETRO jerárquico y encarna en
Su Persona el segundo RAYO, en su aspecto de Amor y Compasión.
4º El Maestro KUTHUMI, Chohán del segundo Rayo, y un selecto grupo
de Iniciados, kármicamente vinculados con la Vida y Obra del
BODHISATTVA.
5º Aquellas jerarquías dévicas procedentes del Plano búdico,
anteriormente mencionadas, cuya misión es intensificar con su
Luz, la Luz que ha de dar vida a la nueva Religión.
6º El grupo de Discípulos e Iniciados en cuerpo físico sobre los
cuales será derramada la semilla espiritual, y cuyas
radiaciones magnéticas en forma de pensamientos potentes y
definidos y en actividades diversas, influirán en las mentes y
los corazones de los seres humanos para los cuales va
especialmente dirigida aquella religión espiritual.
7º Un numerosísimo grupo de Devas procedentes de los altos niveles
del Plano astral, cuyo especial cometido será “matizar de
sentimiento místico” aquella Religión. A esta actividad dévica
de tipo devocional se le asigna jerárquicamente el
significativo término de “un impacto del sexto Rayo”.
8º Una considerable hueste de Devas del aire, expertos en el arte
de condensación de los éteres, que constituirán
-esotéricamente hablando- el SOPORTE OBJETIVO o CÁLIZ que ha
de contener el VERBO de Revelación de la nueva Religión
espiritual.
Tal como decíamos anteriormente y de acuerdo con el principio
de analogía, a cada Raza-raíz ha de corresponderle un tipo
específico de Religión y a cada nueva Religión de base, SIETE
religiones subsidiarias que, a su vez, se subdividirán en una
innumerable pléyade de ramificaciones religiosas o sectas, tal
como podemos observarlo en el mundo. Pero, en esencia, y esto
el tiempo lo irá demostrando, sólo existe una verdadera y
única Religión, la del AMOR DE DIOS. Para llegar a ÉL y en
orden a la propia evolución humana, se crean en el mundo
aquellos Senderos o líneas de acceso que llamamos religiones.
DIOS ES UNO y DIOS ES AMOR es la ley que imperará en el
sistema hasta el fin del Mahamanvántara o ciclo de perfección
del Logos solar. Tal es la Ley.
La organización de la Civilización y Cultura de los Pueblos
Todos los grandes movimientos comunitarios tendientes a la
vasta organización social del mundo y a la evolución mental de
los seres humanos, son establecidos de acuerdo con ciertos
planes específicos de SHAMBALLA, atendiendo las necesidades
cíclicas de la evolución planetaria. Los descubrimientos
científicos, los avances tecnológicos, los logros culturales
de cada época, en arte, ciencia, psicología, literatura,
educación, etc., forman en su totalidad lo que en términos
ashrámicos definimos como “Organización social del Mundo”.
Una insigne Entidad planetaria, denominada esotéricamente “el
Señor MAHACHOHÁN”, tiene asignada la misión de señalar los
próximos pasos a dar en el aspecto de la civilización y
cultura de los seres humanos, sea cual fuere su raza, su
nacionalidad y su ambiente social. Las atribuciones
planetarias del MAHACHOHÁN en orden a la evolución humana y
dentro del Plan de SHAMBALLA, son las de completar la obra de
Sus dos grandes Hermanos, el MANÚ de la Raza y el Instructor
espiritual del mundo. Su trabajo se realiza preferentemente en
los niveles mentales, en donde son precipitadas las energías
ígneas que han de producir un nuevo tipo de civilización o una
nueva cultura racial, creando las grandes corrientes
históricas mediante las cuales pueden apreciarse las
conquistas técnicas o espirituales de los seres humanos, a
través de las edades. Cuanto fue expuesto en el Capítulo III,
titulado “El Contenido Místico de SHAMBALLA”, singularmente lo
que hace referencia a la Séptima Esfera, puede aplicarse
íntegramente aquí pues la historia, la cultura y la
civilización constituyen un triángulo indivisible. La obra del
MAHACHOHÁN podría ser descrita como de “reorientación de las
corrientes históricas de la Raza”, llevándolas edad tras edad,
ciclo tras ciclo, a su más elevado cenit de integración y
cumplimiento.
Cuando las necesidades evolutivas de la humanidad hacen
imprescindible e imperiosa la aparición en el mundo, de algún
movimiento cultural, artístico, científico o filosófico, el
establecimiento de alguna reforma social o la introducción de
determinado tipo de organización mundial destinada al
desarrollo del espíritu comunitario, se hace indispensable,
como en el caso de las Razas y de las Religiones, la
aplicación del CETRO planetario del SEÑOR DEL MUNDO, sobre
zonas definidas dentro del vasto campo de relaciones humanas.
Las energías dinámicas que surgen del CETRO se proyectan sobre
el plano mental planetario y el MAHACHOHÁN, a través de Sus
múltiples Agentes, las distribuye creadoramente por todos los
niveles mentales, de manera que puedan llegar convenientemente
reguladas a todos los seres humanos y cada uno pueda
actualizarlas según su entendimiento y comprensión.
Tales son, esquemáticamente, las Entidades planetarias que
intervienen en el proceso de proyección y canalización de las
energías ígneas que han de producir un nuevo tipo de
civilización mundial:
1º Como siempre y por encima de todas, el SEÑOR DEL MUNDO, que
sostiene en Sus manos el DIAMANTE FLAMÍGERO, receptor y
proyector de energía cósmica.
2º UN BUDA DE ACTIVIDAD del tercer Rayo de Actividad Inteligente
(el propio del MAHACHOHÁN) que cualifica las energías del
primer Rayo que surgen del CETRO eléctrico de SANAT KUMARA y
las transmitirá convenientemente reguladas al MAHACHOHÁN
3º El MAHACHOHÁN, descrito en muchos antiguos libros esotéricos
como “EL TALISMÁN VIVIENTE” o “Señor de la Quíntuple Energía”,
que es el principal Agente receptor de las energías ígneas que
producen el despertar de las conciencias de los pueblos y
constituyen la simiente viva de sus particulares culturas y
civilizaciones.
4º Los Cinco CHOHANES de RAYO adscritos a la obra del MAHACHOHÁN y
son Sus íntimos y directos colaboradores dentro del Plan
jerárquico:
a. El Maestro ocultamente descrito bajo el
nombre o designación de “El VENECIANO”, discípulo directo
del MAHACHOHÁN en razón de la identidad de Rayo e impulsor
de las energías que producen actividad creadora en el
planeta.
b. El Maestro SERAPIS, Chohán del Cuarto Rayo de Arte,
Armonía y Belleza, cuya principal función es fomentar a
través de una prodigiosa cantidad de Devas del cuarto Rayo,
el desarrollo del espíritu artístico de los seres humanos y
hacerles receptivos al sentimiento indescriptible de Belleza
oculto en lo más íntimo del corazón de la humanidad.
c. El Maestro HILARIÓN, Chohán del quinto Rayo de
Conocimiento concreto y de la investigación científica, cuya
misión es inducir a los seres humanos a que descubran el
secreto íntimo de la materia y desarrollen el espíritu
inapreciable de la investigación mental.
d. El Maestro JESÚS, Chohán del Sexto Rayo de Devoción e
idealismo creador, cuyas actividades a través de Sus
discípulos es fomentar cualquier tipo de organización o
movimiento de tipo cultural, religioso o místico
fundamentado en el espíritu devocional de la humanidad y
destinado a admirar y reverenciar la obra de la Divinidad en
la vida de la Naturaleza y en las relaciones humanas.
e. El Maestro CONDE DE SAN GERMÁN, conocido también como
PRÍNCIPE RAKOCZI, Chohán del Séptimo Rayo de MAGIA y de
Orden Ceremonial; tiene la misión de revelar en tiempo y
espacio las Decisiones de la Divinidad y el Espíritu de
Síntesis cualificador del primer Rayo. Utiliza como
instrumento de Su actividad la MAGIA ORGANIZADA, promoviendo
en el seno de la humanidad el principio de correcta
relación, la forma más objetiva de representar el orden que
existe en los altos lugares del esquema.
5º Numerosos grupos de Discípulos
de estos gloriosos Adeptos, distribuidos en orden de Rayo por
todos los Ashramas de la Jerarquía, con la misión de
establecer mental o emocionalmente las bases de las
organizaciones culturales, sociales o artísticas que han de
ser desarrolladas en el mundo como luminosos faros de la
civilización mundial.
6º Huestes dévicas de los distintos Rayos involucrados, que actúan
bajo la directa impresión de los Adeptos y altas jerarquías
angélicas, y tienen a su cargo el especial cometido de volver
objetivas las impresiones subjetivas que surgen de los
distintos Ashramas o de aquellas esplendentes Entidades
planetarias.
La obra del MAHACHOHÁN es quizás la más extensa de todas las
realizadas en orden a la evolución del planeta, pues incluye
en Su vasto Departamento la actividad de cinco Rayos o
corrientes de Vida solar. Tres de ellas son de carácter impar,
el 3º, el 5º y el 7º, y producen las grandes corrientes
científicas, filosóficas y sociales y dos son de carácter par,
el 4º y el 6º, dentro de cuyas actividades es posible observar
el trabajo creador de una impresionante hueste de entidades
dévicas que ponen en con tacto a los hijos de los hombres con
la vida íntima de la Naturaleza y con sus niveles emocionales
más profundos.
Los Rayos impares conectan la obra del MAHACHOHÁN con las
actividades del MANÚ, singularmente las relacionadas con la
política de las naciones; y las de tipo par están muy
estrechamente relacionadas con la obra del BODHISATTVA o
Instructor del Mundo, cuya expresión natural de Amor a través
del segundo Rayo, se proyecta en el Departamento del
MAHACHOHÁN por medio del sexto Rayo de Devoción e Idealismo y
del cuarto Rayo de Arte, Armonía y Belleza.
La Creación y Estructuración de las Naciones de la Tierra
Las grandes concentraciones de energía enfocadas sobre ciertos
lugares del planeta por medio del DIAMANTE FLAMÍGERO, y de
acuerdo con las intenciones y proyectos de SANAT KUMARA,
determinan el principio de las naciones de la Tierra, con sus
peculiares culturas, temperamentos, idiosincrasia y métodos
típicos de comunicación por medio del lenguaje. Podríamos
decir que la creación de una nación dentro de un continente o
de una ciudad representativa dentro de cualquier nación, la
capital de la misma, por ejemplo, obedece a idénticas razones
iniciáticas por las cuales el CETRO de Poder del SEÑOR DEL
MUNDO hace sentir su ígnea presión, pues de la misma manera
que siete esquemas planetarios dentro del Sistema solar
constituyen los Centros receptores de las energías de los
Rayos, Siete naciones importantes dentro del planeta, forman
para el Logos planetario la contraparte objetiva de los
planetas sagrados en el Universo y, extremando aun más la
analogía, podríamos decir que siete ciudades importantes
dentro de una nación -incluyendo primordialmente a la capital
de la misma- constituyen para el alma de esta nación, los
siete centros receptores y proyectores de energía planetaria.
El término utilizado “alma de la nación” es singularmente
descriptivo y se fundamenta en el hecho esotérico de que una
nación, sea cual fuere su importancia, es un centro de
conciencia del Logos dentro de la humanidad y constituye el
factor psicológico que ocultamente definimos como “espíritu
nacional”, es decir, un centro espiritual sobre el cual y por
razones kármicas que escapan a nuestra comprensión, convergen,
se centralizan y difunden determinadas energías procedentes de
SHAMBALLA. Así, en la expansión de conciencia que corresponde
a la creación de una nación dentro de un continente, habrán de
intervenir forzosamente fuerzas planetarias de gran poder
espiritual, pues ante todo deberán ser removidos creadoramente
los éteres, para poder acoger en forma adecuada y sin peligro
la fuerza mística del Rayo que deberá condicionar la vida de
aquella nación, así como utilizar ciertas definidas posiciones
astrológicas de los astros, las cuales afectarán muy
poderosamente a las unidades de conciencia egoica que
constituirán el núcleo espiritual de aquella nación y se
congregarán misteriosamente allí, en virtud de la potentísima
invocación del CETRO de Poder.
Un esplendente Ángel de la jerarquía dévica de los
AGNISVATTAS, secundado por una numerosísima hueste de Devas
mentales, astrales y etéricos, expertos en el arte de “remover
creadoramente los éteres del espacio”, formarán el Talismán
Viviente alrededor del cual se irá estructurando objetivamente
la nación. Veamos ahora, como de costumbre, las Entidades
espirituales que intervienen en el proceso de creación:
1º SANAT KUMARA, el Señor de SHAMBALLA, en cuyas manos se halla el
CETRO de Poder planetario.
2º Un Buda de Actividad del Rayo espiritual que deberá constituir
el núcleo vital alrededor del cual deberá ser estructurada
dicha nación y que operará desde los niveles subjetivos.
3º El MANU de la Raza en cuyo continente es creada la nación.
4º Un Ángel AGNISVATTA, de evolución superior a la de los Adeptos
planetarios, manejará creadoramente los niveles
correspondientes, etéricos, astrales y mentales, siendo -junto
con una increíble cantidad de Devas constructores- el Artífice
de la concepción, gestación y nacimiento de la nación, así
como el impulsor del desarrollo de la misma hasta haber
adquirido su “espíritu nacional”. El espíritu nacional
-utilizando la analogía- corresponde a la conciencia del alma
en la personalidad de un ser humano.
5º Un grupo indeterminado de Adeptos planetarios dentro de los
distintos Rayos involucrados en la creación de la nación,
prestarán Su concurso espiritual siguiendo las ocultas
directrices del SEÑOR DE SHAMBALLA, “escogiendo a los Egos
humanos” que, por ley de karma, deberán componer el núcleo de
conciencia psicológica de la nación.
6º Hay que reseñar finalmente la increíble cantidad de devas
menores que constituyen esotéricamente el “lugar” donde ha de
emplazarse la nación, y a quienes la potencia invocativa de
sus Devas regentes ha dinamizado a extremos increíbles,
induciéndoles a crear las condiciones físicas que configurarán
el aspecto material u objetivo de la nación que va a nacer. Se
les denomina ocultamente “los Constructores de la Cueva".
Trabajan con los cuatro elementos, a saber: tierra, agua,
fuego y aire, dinamizados ígneamente por el estímulo creador
del éter.
Como se habrá podido observar el nacimiento de una nación en
el mundo, no es fruto del azar, sino el resultado de un
proyecto muy cuidadosamente elaborado por la Jerarquía
planetaria, siguiendo las decisiones ocultas de SHAMBALLA.
Podríamos ampliar esta idea en el sentido de que existen
pequeñas y grandes naciones, así como dentro de ellas,
pequeñas y grandes ciudades. Utilizando la clave de la
analogía, podríamos deducir que si bien en un principio la
creación de una nación o de una ciudad dentro de una nación,
obedece siempre a “decisiones planetarias" cuidadosamente
elaboradas, con el fin de formar núcleos de conciencia humana,
el desarrollo posterior de las ciudades y de las naciones se
realizará invariablemente siguiendo ciertas líneas definidas
del Rayo, las cuales moverán las energías cualitativas de las
mismas en distintas direcciones, creando puntos de contacto y
núcleos de poder radiactivo, que atraerán por simpatía
vibratoria a todos los elementos humanos y dévicos que se
hallen en aquella especial síntoma.
En virtud de la potencia invocativa desarrollada desde el
núcleo de vida humano-dévica que constituye -por decirlo de
alguna manera- el ÁTOMO PERMANENTE FÍSICO que corresponde al
espíritu o alma nacional, esta nación será grande o pequeña,
poderosa o débil, rica o pobre y su nivel cultural será mejor
o peor. El estudio de los factores kármicos que intervienen en
el desarrollo físico, psicológico y espiritual de una nación,
precisaría por sí solo de un amplio y voluminoso libro de
texto, pero creemos que con lo dicho hasta aquí habrá
suficiente información para que los aspirantes espirituales
puedan extraer significados más amplios, detallados e
incluyentes.
[
Libros
VBA ]
2008-02-25
|