Dentro de la infinita complejidad de
actividades que tienen lugar en cualquiera de las Esferas de
SHAMBALLA, hay tres que sintetizan para la humanidad en su
conjunto, los Propósitos y Designios de SANAT KUMARA.
a. La Neutralización del Mal Cósmico.
b. La Estimulación de las Simientes del Bien planetario.
c. El Cumplimiento del Karma en la extensión del "círculo-no-se-pasa"
del planeta.
La neutralización de las corrientes psíquicas
negativas procedentes del espacio extraplanetario que en
algunos tratados esotéricos son denominadas "MAL COSMICO", es
una actividad constante de los Grandes Agentes de SHAMBALLA.
Se nos dice ocultamente que el Mal cósmico está compuesto por
aquellas incalculables corrientes de energías psíquico físicas
que surgen de los universos en proceso de descomposición o
desintegración por haber sido abandonados por sus respectivos
Logos regentes, una vez extinguido su ciclo de expresión
cósmica. Estos residuos kármicos o miasmas cósmicos, son
siempre de orden negativo y pueden penetrar fácilmente en
aquellos mundos o universos en sintonía vibratoria con los
mismos, siguiendo un misterioso proceso de afinidad molecular
o química.
La obra meditativa de la Gran Fraternidad de SHAMBALLA es una
actividad constante en la vida planetaria y los impulsos de
amor que surgen de ella son derramados sobre la humanidad
—principal responsable del mal planetario— estimulando las
semillas del Bien espiritual oculto en los profundísimos
repliegues de los corazones humanos y permitiendo el
desarrollo de la buena voluntad, la cual, en la presente era y
de acuerdo con las sagradas previsiones de SANAT KUMARA, ha
experimentado un notable desarrollo y tiende ya constante e
invariablemente a un mejoramiento de las relaciones humanas.
Ocurre sin embargo, y escapando a veces a las previsiones
jerárquicas, que ciertas corrientes psíquicas provenientes del
Mal cósmico, atravesando las fronteras del "círculo-no-se-pasa"
planetario, se introducen en el seno de la humanidad
provocando profundas tensiones y agudísimas crisis- En estos
casos, afortunadamente muy raros y excepcionales, se le aplica
al Karma de la humanidad un karma de tipo superior.
Con respecto ala Ley del Karma que la Gran Fraternidad de
SHAMBALLA tiene el sagrado deber de cumplimentar dentro de la
vasta extensión del "círculo-no-se-pasa" de la Tierra, hay que
decir también —pues esto constituye una de las claves secretas
de la Iniciación—que la estrecha vigilancia impuesta por
SHAMBALLA sobre estas inviolables fronteras forma parte de lo
que ocultamente podríamos denominar Ley Cósmica de
Supervivencia de los Dioses. Esta afirmación, que parece
contradecir las drásticas medidas adoptadas por SHAMBALLA en
casos concretos como los de la destrucción del Continente
Atlante o la división territorial, social y política del
pueblo alemán, tiene sin embargo una justificación natural en
esta Ley de Supervivencia de los Dioses. Las causas originales
de tales decisiones están más allá a veces —y esto resultará
seguramente difícil de comprender— del libre albedrío de los
propios Logos regentes que se ven obligados a adoptar en tales
casos medidas ultrakármicas. Es decir, que sin desdecir en
manera alguna las actividades desarrolladas por estos Logos
dentro de sus respectivos esquemas planetarios o sistemas
solares, para hacer cumplimentar la Ley del Karma y como
medida natural de perfección, existe también una Ley superior
a la misma que actúa muy independientemente de aquella Ley
particular y determina efectos cósmicos directos sobre
aquellos casos particulares. La invocación de fuerza cósmica
por parte del Logos planetario del esquema de la Tierra
visando la supervivencia del planeta es, sin embargo, decisiva
y providencial. Tal es el caso, limitando la expresión de la
ley al mundo de las voluntades de los hombres, de la
invocación del discípulo a su Maestro en casos de urgente
necesidad, cuando las fuerzas del mal han irrumpido en su
conciencia tratando de ahogar o reprimir sus aspiraciones
espirituales. La intervención del Maestro en tal caso es
lógica y supremamente natural, ayudando al discípulo a vencer
dentro de sí aquellas intromisiones de m a l… Lo mismo podría
decirse pues, utilizando la analogía, con respecto a SANAT
KUMARA, cuyo Maestro es el Logos planetario o del Logos
planetario, cuyo Maestro es el Logos solar. Esta analogía,
seguida en orden ascensional nos llevaría a las esplendentes y
alejadas zonas cósmicas. Así, la Ley del Karma, observada más
allá de las engañosas apariencias con las que a veces parece
revestirse, no se altera nunca. Lo único que sucede es que se
le aplica una ley superior desconocida todavía por los hijos
de los hombres.
Ahora bien, las excepcionales medidas tomadas por la Gran
Fraternidad de SHAMBALLA, revelando aquellas tremendas
vinculaciones cósmicas, podrían repetirse de nuevo en nuestra
era actual marcada por el signo del fuego y de la electricidad,
si alguna nación del mundo intentara utilizar contra otra este
terrible y misterioso artefacto que llamamos bomba atómica.
Debe recordarse al efecto, que la Gran Fraternidad a través de
Sus múltiples y desconocidos Agentes dévicos y jerárquicos,
está ejerciendo un severo control y estrecha vigilancia sobre
todas aquellas naciones del mundo que poseen y fabrican
ingenios nucleares.
En uno de los últimos Concilios planetarios celebrados en el
Centro de SHAMBALLA el año 1975, se previó la contingencia de
que alguna de tales naciones, llevada por estúpidos intereses
económicos o políticos intentara utilizar contra otra este
destructivo elemento nuclear. El Consejo de SHAMBALLA decidió
entonces que “…la primera bomba atómica lanzada por un país
contra otro, persiguiendo finalidades bélicas, estallase
contra su propio territorio, debiendo sufrir consecuentemente
en sus propias carnes el mal que intentaba inflingir a otros".
Esta decisión tiene que ver, como vimos anteriormente, con el
espíritu de supervivencia del gran conjunto planetario
vinculado con una indescriptible Sociedad Corporativa de
Dioses creadores. En razón de esta cósmica supervivencia, una
precipitación ígnea de fuego eléctrico de primer Rayo se
abatiría sobre aquella nación destruyéndola por completo, tal
como sucedió en el caso de la Atlántida. Veamos lo que con
respecto a estas transgresiones de la Ley, se halla escrito en
ciertas páginas del LIBRO DE LOS INICIADOS:
"Los espíritus que tan irracionalmente se
habían opuesto al destino de Justicia señalado por los
Grandes Ejecutores, fueron destruidos por las aguas (la
Atlántida). Los espíritus que irracionalmente y siguiendo
sórdidos y tortuosos deseos, utilicen el fuego contra sus
hermanos, por el fuego serán destruidos y no quedará de sus
cuerpos ni las piadosas cenizas con que la madre naturaleza
recubre el fin de sus creaciones". (Una muy gráfica
definición de una desintegración física por efecto de una
explosión nuclear).
Estos escritos, extraídos de uno de los libros
más antiguos de la humanidad, constituyen una sutil referencia
al peligro que supone utilizar ingenios nucleares como
elementos de destrucción. Son también, a la visión de los
investigadores esotéricos, un canto de esperanza y optimismo
para todas aquellas naciones de la Tierra que hayan decidido
vivir al margen de los conflictos bélicos y adoptado la paz
como elemento supremo de convivencia social.