CAPÍTULO XIV
CONSIDERACIONES MÁGICAS SOBRE LA VENIDA A LA TIERRA DE LOS
SEÑORES DE LA LLAMA
La tradición oculta, revelada a través de “EL LIBRO DE LOS
INICIADOS”, conteniendo la Sabiduría de las Edades, nos
dice... “que vinieron envueltos en una nube de fuego, rasgando
los éteres y a través de rayos de luz”.
¿Qué significado podemos atribuirle a estas afirmaciones
ocultas? En nuestro mundo moderno se ha logrado fabricar unos
mecanismos de propulsión que rebasan en mucho la velocidad del
sonido, que es de 333 metros por segundo aproximadamente, en
los cohetes espaciales, pero ningún aparato o mecanismo – sea
cual sea su grado de sofisticación– ha logrado ser propulsado
a la velocidad de la luz, 300.000 kilómetros por segundo, con
la que al parecer fueron enviadas a la Tierra las nubes de
fuego dentro de las cuales viajaron los Señores de la Llama.
Este dato ha de ser tenido muy cuidadosamente en cuenta cuando
analicemos las afirmaciones ocultas de “EL LIBRO DE LOS
INICIADOS”, tratando de asimilar inteligentemente las
investigaciones modernas acerca de los llamados “platillos
voladores”, aunque sin caer en las excentricidades y excesivo
fervor de alguno de tales investigadores, los cuales suelen
ver fenómenos ufológicos y pruebas de la existencia de tales
platillos voladores, en cualquier suceso extraño que pueda
producirse en la atmósfera planetaria.
Para el investigador esotérico dotado de intuición y de
clarividencia en los mundos ocultos, el fenómeno OVNI, tal
como es corrientemente considerado, ocupa sólo un aspecto muy
superficial en sus estudios, ya que percibe aspectos
dimensionales muy distintos a aquéllos que estudian y en
cierto modo promueven los especialistas ufológicos. Utiliza en
sus investigaciones unas facultades mágicas que le permiten
“taladrar” el tamiz sutil que separa las tres dimensiones
conocidas de la cuarta, quinta y hasta sexta dimensiones del
Espacio y observar allí fenómenos que, en opinión de los
estudiosos de tipo corriente, entran en el campo misterioso de
lo sobrenatural. Sin embargo, nada más natural y científico
que investigar los hechos que tienen incesantemente lugar más
allá del velo de las cosas conocidas. Lo menos científico en
este caso sería negar el hecho incuestionable de que en el
espacio cerrado a nuestros sentidos meramente físicos, ocurren
unos maravillosos fenómenos de los cuales no tenemos
ordinariamente noción, porque no hemos desarrollado todavía
las necesarias facultades extrasensoriales que permiten
observar aquellos hechos o fenómenos.
Para quien haya estudiado suficientemente la manifestación de
las leyes ocultas de la Naturaleza en el hombre, el hecho de
que un Adepto, o Maestro de Compasión y Sabiduría, pueda
construirse a voluntad y merced al dominio que tiene sobre las
fuerzas dévicas que actúan en el Espacio, “un cuerpo de luz”,
llamado ocultamente MAYAVIRUPA, con el cual puede trasladarse
por el Espacio a increíbles velocidades, es aceptado en forma
total y natural, ya que la velocidad conocida es sólo una
medida impuesta por el hombre a su capacidad limitada de
desplazarse por el mar, por la tierra o por el aire,
utilizando los variados mecanismos de traslación, el
ferrocarril, barcos, automóviles o aviones a reacción... Fuera
del marco de las tres dimensiones conocidas e impuestas por la
ley kármica que opera en los niveles de expresión humana, la
velocidad adquiere un significado muy distinto que va desde la
velocidad de la luz a la ultravelocidad que rige el
desplazamiento de los cuerpos sutiles en otras dimensiones del
Espacio, una realidad que habrá de ser tenida muy en cuenta
cuando analicemos el proceso mágico mediante el cual pudieron
viajar a la Tierra los Señores de la Llama y, más adelante,
los Ángeles Solares que imprimieron el sello de la mente en el
cerebro del hombre primitivo.
La nube de fuego dentro de la cual viajaron los Señores de la
Llama “a la velocidad de la luz” –tal como se desprende de las
afirmaciones contenidas en “EL LIBRO DE LOS INICIADOS”– parece
afirmar el hecho de un gigantesco mecanismo en cuyo interior
viajaron las 105 entidades venusianas, o “Señores de la Llama”
que instauraron la Gran Fraternidad de Shamballa en nuestro
planeta. La idea de “mecanismo” que muy intencionadamente
hemos introducido en el campo de nuestras investigaciones
ocultas sobre la Magia organizada planetaria, parecería
aseverar el hecho de que estamos de acuerdo con aquellos
investigadores en el campo de la Ufología, que estudian la
presencia de cuerpos voladores, desconocidos ingenios de
ultrarrápida propulsión de procedencia extraterrestre,
surcando los espacios siderales de la Tierra. Pero, sólo en
una cierta medida estamos de acuerdo en que somos visitados
constantemente y desde el principio de los tiempos por estos
extraños y misteriosos cuerpos procedentes de Dios sabe qué
mundo, constelación o galaxia, sin que al investigador
corriente de la ciencia ufológica se le ocurra preguntarse,
tal como hace el investigador esotérico, si no existirá en
cualquier desconocido y remoto lugar del planeta, alguna
misteriosa Voluntad planetaria, algún Gobierno Oculto o alguna
excelsa Corporación de Almas Superiores impuestas de tal Poder
y utilizando tan poderosísimos medios técnicos, que sean
capaces de producir en el espacio planetario una increíble
cantidad de maravillosos fenómenos naturales que la Ciencia
actual de la humanidad es totalmente incapaz de comprender y
catalogar.
Las investigaciones esotéricas van siempre mucho más allá que
las investigaciones científicas y es por tal motivo que
utilizando la verdadera ciencia o medida de lo natural, como
soporte de sus investigaciones, el estudiante de la magia se
proyecta hacia los niveles ocultos en un intento loable de
descubrir el secreto de las cosas. Así, la venida a la Tierra
de los Señores de la Llama, “dentro de una nube de fuego
lanzada a la velocidad de los rayos de la luz”, aparece ante
ese tipo de investigación oculta como un hecho muy natural y
no muy difícil de realizar por aquellos expertos Magos, que
procedentes del esquema de Venus y animados del fervor de lo
eterno “aterrizaron un día en la Isla Blanca, mecida
dulcemente sobre el Mar de Gobi” (EL LIBRO DE LOS INICIADOS),
para instituir la Gran Fraternidad Blanca o Jerarquía
Espiritual de la Tierra.
Pues, de la misma manera que un Adepto planetario puede
construir a voluntad un cuerpo de luz o MAYAVIRUPA y
desplazarse con él a través del espacio a increíbles
velocidades, el excelso grupo de Señores de la Llama
provenientes del esquema venusiano, mucho más avanzados
espiritualmente que los Adeptos de la Tierra, bien pudieron
crear a voluntad un gigantesco MAYAVIRUPA, o potente mecanismo
etérico que, a la velocidad de la luz o quizás a una velocidad
mucho más elevada, les permitiese viajar a nuestro planeta
atravesando raudamente el espacio comprendido entre ambos
esquemas, el de VENUS y el de la Tierra, a través de la
inevitable cadena de los mundos. Esta idea, que desde el
ángulo esotérico entra en el campo fecundo aunque desconocido
de las propias leyes naturales, ha de ser muy atentamente
analizada, pues de su estudio podrían derivarse grandes
consecuencias en torno al misterio permanente que envuelve el
gran Centro de SHAMBALLA y a las incomprensibles operaciones
mágicas que tienen lugar en sus desconocidas e impenetrables
entrañas celestiales.
Sin embargo, una de las grandes incógnitas a resolver por el
investigador esotérico que intenta descubrir el secreto de la
Magia Organizada en nuestro mundo, será sin duda el número de
Señores de la Llama, 105 en total, que procedentes del esquema
de Venus –tal como afirma la tradición oculta– vinieron a
nuestro planeta y crearon aquella “colonia espiritual” –si
podemos decirlo así–, que fue la cuna de la Fraternidad
Blanca, o Jerarquía Espiritual de la Tierra.
Quizás una de las claves mágicas para resolver esta incógnita
la tengamos en lo que nos dicen los grandes Iniciados de la
Tierra a través de los libros ocultos de la Logia espiritual:
“...las 105 Entidades venusianas se dividieron en tres grupos
de 35 unidades espirituales cada uno y éstos, a su vez, se
subdividieron en 5 grupos de 7 unidades cada uno, para atender
eficientemente las necesidades evolutivas del planeta Tierra”.
El número 7 corresponde por antonomasia al sistema solar del
cual tanto VENUS como la TIERRA forman parte, y el 5 es el
número distintivo de VENUS, un planeta sagrado, el quinto
dentro de su esquema, que está recorriendo su quinta ronda
dentro de su quinta cadena. No hay dificultad alguna entonces
en comprender el origen y disposición de los grupos de
Entidades venusianas o Señores de la Llama que vinieron a la
Tierra. Si se hubiese tratado de entidades terrestres las que
por disposiciones solares deberían ayudar en el desarrollo
espiritual de un planeta menos evolucionado, la disposición y
número de los grupos hubiese variado sensiblemente, habida
cuenta que el número distintivo de nuestro planeta es el 4,
por cuanto es el cuarto planeta dentro del esquema terrestre y
que está recorriendo su cuarta ronda dentro de una cuarta
cadena.
Siguiendo en la línea de la tradición esotérica que oculta los
verdaderos tesoros de la Magia organizada planetaria y es el
manantial silente donde beben los investigadores espirituales
dignos de tal nombre, se nos ha informado ocultamente que cada
uno de los tres grupos de 35 Señores venusianos constituyó un
núcleo de poder espiritual con una determinada misión a
cumplir en la organización mística del planeta, para lo cual
–como era de esperar– se utilizó en su constitución el mismo
sistema operante en la Gran Logia Blanca de SIRIO y, por
analogía, en la Gran Fraternidad Blanca del sistema solar,
encarnando los tres principios creadores de Voluntad,
Sabiduría y Actividad, esotéricamente descritos como
SHIVA–VISHNU–BRAHMA en las grandes tradiciones místicas
orientales y PADRE–HIJO–ESPÍRITU SANTO, tal como es
considerado por las iglesias cristianas de Occidente. Veamos
ahora la tarea inicial asignada a cada grupo:
a. El primer grupo, constituido por SANAT KUMARA, el más
grande de los Señores de la Llama, secundado por uno de Sus
discípulos en Su propia línea de Rayo y por otras 33 Entidades
venusianas, tomó a Su cargo el aspecto SHIVA dentro de la
organización espiritual que debía entrar en funciones, un
aspecto que debido a las altas y potentes radiaciones ígneas
de la energía que debía canalizar, constituyó el más grande de
los poderes conocidos aquí en la Tierra. SANAT KUMARA se
arrogó por derecho propio y de acuerdo con su alta e
incontrovertible jerarquía espiritual el Gobierno de la
Tierra, siendo desde entonces su REY y su SEÑOR.
Su gran discípulo, a Quien suele definírsele ocultamente como
“el primer Kumara” –aunque siempre bajo las órdenes del SEÑOR
DEL MUNDO–, encarnó la misión de introducir parte de estas
energías ígneas de primer Rayo en las entrañas místicas del
reino mineral, efectuando en el mismo grandes transformaciones
y preparando los elementos materiales segregados de este
Reino, con los que serían construidos en el transcurso del
tiempo los cuerpos físicos de los seres humanos. Es por tal
motivo y por el trabajo encomendado a este gran KUMARA, que en
los tratados esotéricos se le conoce bajo la designación de
“Señor de las Razas”.
Conforme fueron sucediéndose las edades, este gran Señor
venusiano dejó su cargo a un esplendente Ser espiritual de la
Tierra, a Quien ocultamente llamamos el MANU de la Raza y pasó
a ocupar otro cargo más elevado en el Departamento de Gobierno
de la Tierra. SANAT KUMARA, a su vez se desligó de Su
compromiso inicial y pasó a ocupar el Centro Místico de la
Gran Fraternidad, conocido como SHAMBALLA, sirviendo de enlace
perfecto entre la Tierra en su totalidad y el Logos planetario
del esquema terrestre.
b. El segundo grupo de 35 Entidades venusianas en distintas
jerarquías o grados de evolución espiritual, tuvo a su cargo
la misión de preparar la conciencia astral del hombre
primitivo y dotar de sensibilidad el reino vegetal. La gran
Entidad venusiana a Quien en términos esotéricos llamamos “el
segundo KUMARA”, vinculó Su radiante Vida con el Ángel regente
del reino vegetal y creó un misterioso puente de luz que
debería conectar el reino vegetal y el plano astral de la
Tierra con sus elevadas analogías en el planeta VENUS. Esta
unión creó por intercomunicación de energías los
“ingredientes” –si podemos utilizar semejante expresión–
mediante los cuales serían construidos los vehículos astrales
de los Hijos de los hombres en sus numerosísimas y variadas
jerarquías. En el devenir de las edades y a medida que
avanzaba la evolución acelerada impuesta al planeta Tierra por
las decisiones solares, surgieron otras y más elevadas
necesidades en el trabajo de este segundo grupo de Entidades
venusianas, y los primitivos requisitos que tenían como
objetivo “crear sensibilidad en la Tierra y en los hombres”,
desarrolláronse en otras esferas más elevadas y fue creado
entonces el Departamento de Enseñanza espiritual que a partir
de aquel momento guiaría el alma de los hombres hacia su
verdadera Patria espiritual, la Casa del Padre. Actualmente
este Departamento de trabajo jerárquico está bajo la dirección
y guía de aquel excelso Ser, “Hijo del propio planeta” –según
expresión védica– que esotéricamente conocemos bajo el nombre
de BODHISATTVA, siendo el KRISHNA de los hinduístas o el
CRISTO de las religiones occidentales, la Entidad espiritual
que guía este poderoso Centro de Enseñanza, de luz, de
inspiración y sensibilidad.
El segundo KUMARA había dejado Sus elevadas atribuciones en
manos de aquellos grandes Iniciados, Hijos de los Hombres, que
habían cumplido con la Ley y desarrollado plenamente el
propósito de SANAT KUMARA aquí en la Tierra, y EL ascendió a
más altas esferas espirituales para desempeñar tareas
jerárquicas de más excelsa e incomprensible responsabilidad.
c. El tercer grupo de Hijos de Dios enviados a la Tierra por
el Logos solar, se ocupó de la tarea de preparar el campo de
evolución de los hombres de la Tierra. Éstos poseían ya un
cuerpo físico convenientemente desarrollado y un vehículo
astral que les infundía una cierta sensibilidad. El paso
siguiente fue introducir las energías ígneas procedentes de
SHAMBALLA en el reino animal y provocar en el mismo una serie
de “reacciones eléctricas”. Éstas atrajeron la atención de
aquellas Entidades cósmicas conocidas ocultamente como QUINTA
JERARQUÍA CREADORA, cuya evolución se realizaba en el quinto
subplano del quinto plano cósmico, denominado por los
investigadores esotéricos “LA MENTE DE DIOS”. Una ulterior
decisión procedente del Logos solar determinó la venida desde
aquellos altos lugares de un ingente grupo de Entidades de
esta Quinta Jerarquía, con la misión específica de dotar de
mente al hombre animal u hombre primitivo y a las especies
animales más desarrolladas desde el ángulo de la evolución del
reino. A estos esplendentes Seres procedentes del quinto
subplano del plano mental cósmico los conocemos en literatura
esotérica bajo los nombres de “Hijos de la Mente” o “Ángeles
Solares”. A cada una de estas excelsas Entidades se las
denomina también en términos teosóficos “el Yo superior” de
los seres humanos.
Cuando el hombre de la Tierra, poseyendo un cuerpo físico
potentemente estructurado y un vehículo astral en vías de
rápido desarrollo, adquirió la “luz de la mente”, consideró el
tercer gran KUMARA que había llegado el momento de preparar el
campo de manifestación de los tres elementos vitales
segregados por cada uno de los grandes KUMARAS. A este campo,
nacido de la voluntad, el esfuerzo y el sacrificio de los
Señores de la Llama que procedentes de VENUS decidieron ayudar
en la evolución de los hombres de la Tierra, se le definió
desde un buen principio en términos de CIVILIZACIÓN y, desde
entonces, es el precepto básico que rige la evolución
espiritual de la humanidad a través de las edades.
En el transcurso del tiempo, y a medida que eran
cumplimentados los requisitos esenciales de la evolución
planetaria, el tercer gran KUMARA pasó Sus atribuciones
jerárquicas a un gran Iniciado surgido del propio planeta y
EL, al igual que hicieron anteriormente los dos grandes
KUMARAS que le habían precedido, pasó a ocupar un cargo
superior en la labor jerárquica de la Tierra. Desde entonces
el cargo de MAHACHOHAN, o Señor de la Civilización, ha pasado
sucesivamente a otros grandes Iniciados de la Tierra y, tal
como se dice ocultamente, “así se irá realizando hasta la
consumación de las edades”, cuando la humanidad actual haya
alcanzado un grado de civilización y de cultura tan elevado
que le permita pasar al quinto Reino de la Naturaleza, el de
las Almas liberadas, en donde la estructuración de los grupos
espirituales y los métodos utilizados por el gran Centro de
SHAMBALLA, serán sin duda muy distintos de los que imperan en
el desarrollo actual de la CIVILIZACIÓN humana.
Como podrá observarse, todas estas explicaciones en torno de
la labor desarrollada por los Señores de la Llama, concuerdan
con cuanto acerca de los tres principales Departamentos del
trabajo jerárquico, de la Política, de la Enseñanza y de la
Civilización, nos fue facilitado por la literatura teosófica y
esotérica corriente, aunque en las mismas y por el imperativo
de la Magia Organizada que estamos investigando, hayamos
introducido unas ideas relativamente nuevas que le permitirán
al lector inteligente intuir un campo de observación mucho más
extenso, profundo y elevado.
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