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INTRODUCCION
Al emprender nuestro estudio la primera y obligada pregunta es
la siguiente: ¿Qué son los Ángeles? Esta interrogante
constituirá el permanente desafío a nuestra mente en tanto
duren nuestras investigaciones ocultas acerca de aquel gran
Misterio Creador. Para nosotros,
los Ángeles son,
lisa y llanamente,
ENERGIA,
una Energía que se expresa en todos los Planos de la
Naturaleza y en todos los niveles del ser. Todo tipo de
energía, desde la que genera un simple electrón hasta la que
se expresa en las más elevadas zonas de nuestro Sistema solar,
tiene carácter angélico y es esencialmente etérica, variando
únicamente la calidad de los éteres en la determinación o
producción de los infinitos y diversos tipos de energía. Esta
afirmación nos lleva a la consideración de otro profundo
interrogante: ¿Qué es el
ETER?
Nuestra idea al respecto es la siguiente: La actividad
dinámica de un Logos, ya sea cósmico, universal o planetario,
al infundir su Vida en el espacio que le sirve de marco de
expresión crea un círculo infranqueable o unas fronteras que
delimitan perfectamente su Acción con respecto a la actividad
universal de otros Logos creadores. Pues bien, estas zonas del
Espacio confinadas al circulo infranqueable de la actividad
psicológica de un Logos y dinamizadas por su Voluntad de Ser,
de Existir y de Manifestarse son esotéricamente ETER, la
substancia de la cual surgen los mundos y todas las creaciones
existentes.
Ahora bien, ¿existe alguna relación entre los Ángeles, como
energía, y los éteres como substancia universal de Creación?
Si, existe una relación absoluta, total. Para mejor aclarar
esta idea vamos a analizar la Vida de cualquier Creador
universal desde el ángulo de los tres atributos principales
que le caracterizan durante el proceso universal de la
Creación:
a) MATERIA
b) MENTE
c) ENERGIA
La Mente del Creador planifica, ordena y dinamiza.
Es el Poder afirmativo de la Conciencia de Ser y de Realizar.
La Energía, en todas sus posibles expresiones, surge del
contacto de la Mente divina con los éteres del Espacio.
Produce un choque y una vibración y determina una respuesta
sensible de
los moradores del Espacio,
de los
Ángeles. La
conocida sentencia esotérica: "La energía sigue al
pensamiento" define certeramente esta idea de relación
Mente-Energía. El resultado de la misma es “substanciación
del Eter",
la conversión de este en Materia.
La Materia, y la multiplicidad de formas que de la misma
surgen durante el proceso de evolución de un Universo son el
resultado de la energía que manipulan los Ángeles al
substanciar o condensar los Eteres de acuerdo con la
intensidad vibratoria de cualquier tipo de Mente, desde la
Mente del Creador hasta la pequeñísima mente del más
insignificante átomo o elemento químico.
La Materia es el aspecto substancial de la Creación, es
energía cristalizada por el poder de la mente.
Las esotéricamente definidas "gunas" de la Materia, o
cualidades mediante las cuales esta se expresa, es decir, el
movimiento, el reposo y el ritmo son, en su totalidad, la vida
de los ángeles menores o devas de las formas, definidos
genéricamente como "elementales constructores", siendo estas
criaturas de los éteres en multiplicidad de sutilidades y
grados de evolución los que
condensan
la obra de la Materia y
elaboran,
vitalizan,
conservan,
perfeccionan
y finalmente
destruyen,
una vez cumplido su propósito, todo tipo de formas en la
Naturaleza, no importa el nivel en que éstas se expresen o la
gloria del destino que entrañan. El estudio de la Materia, tan
maravilloso y fascinante como el del propio Espíritu creador,
llevará un día a los hombres de ciencia al reconocimiento de
estas misteriosas vidas menores coexistentes con el éter y que
desde el ángulo oculto de la Vida estructuran la forma
geométrica y física de todo lo creado.
Esperamos que esta breve Introducción posibilitará la
comprensión de las ideas, algunas de ellas profundamente
esotéricas, que van a ser desarrolladas en este Tratado. Las
presentaremos tan
científicamente
como nos sea posible y siempre de acuerdo con el
principio hermético
de analogía, dejando completamente a un lado todos los
conceptos históricos, tradicionales y místicos acerca del tema
que intentamos desarrollar. Tensos en el noble propósito de
investigar y de descubrir y oteando con audacia y confianza
las grandes perspectivas del destino zodiacal y planetario que
nos ha tocado vivir en esta nueva Era de grandes oportunidades
cíclicas y de no menos grandes decisiones humanas, vamos a
introducirnos juntos en un misterioso y desconocido mundo en
donde las estructuras sociales son para nosotros
maravillosamente armónicas y llenas de inmensas posibilidades
de vida y de fraternidad. Que tengamos éxito en la empresa
común es nuestro ferviente anhelo y nuestra más cálida
esperanza.
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