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"Que el contenido les sea útil y pueda servirles de inspiración en el intento supremo de sus respectivas búsquedas, es nuestra más humilde y sincera plegaria..." -V.B.A .
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PARTE SEGUNDA VINCULACION ESPIRITUAL DE ÁNGELES Y HOMBRES 7. LA CEREMONIA DE LA INICIACION (extracto)
Si hay un proceso incesante de "degeneración artística", si hay implenitud mental en los pensadores de la época y si existe vacuidad religiosa en el místico es debido únicamente a la atracción gravitatoria de los hombres hacia formas de pensamiento gastadas y empobrecidas en periodo de desintegración, a intensas emociones astrales sin riqueza de sentimiento y a la falta de amor en los ambientes sociales de la humanidad. Una potente coraza de egoísmo arma el corazón de los hombres y les impide acoger las semillas de la Fraternidad y de la Creatividad tan fecundas en el Espacio cósmico que les circunda. Dicho de otra manera: no hay BELLEZA en sus mentes y corazones... ¿Cómo puede entonces haber cumplimiento universal en sus vidas? La actitud humana frente a la existencia, sus constantes preocupaciones en torno al confort y bienestar físico, la indolencia mental frente a las formas de pensamiento tradicionales que en forma de códigos vigentes constituyen la base de la sociedad y los sentimientos de separatividad, de odio y de egoísmo individual y comunal que mantienen en incesante conflicto a los seres humanos, conservando por lo tanto permanentemente abierta una puerta que conecta astralmente nuestro planeta con el satélite Luna. Este satélite, como esotéricamente se sabe, es un astro muerto y en proceso de descomposición, pero dotado todavía de un potentísimo elemental astral -¿o quizás seria mejor decir "cascarón astral?- que lo envuelve y que se nutre precisamente de los pensamientos de temor, de los sentimientos de separatividad, de la vibración nociva de las palabras incorrectas, hirientes y agresivas y de la actitud entera y displicentes de la humanidad, para mantenerse vivo y en condiciones de afectar el aura planetaria con sus potentísimas y negativas radiaciones. Veamos el proceso muy esotéricamente y tengamos en cuenta que este terrible Elemental Lunar, considerado en su totalidad, es un Ángel inferior dotado de conciencia y atendiendo ferozmente -si nos permiten utilizar esta palabra- a su propia supervivencia, de la misma manera que los "cascarones astrales" que pueblan los éteres astrales de nuestro mundo y que son alimentados de las pasiones de los seres humanos, luchan también en sus respectivos niveles para sobrevivir y perpetuarse en el tiempo. El trabajo de limpieza de estas gastadas formas de pensamiento y de pasiones humanas es la obra del discípulo mundial de nuestra época, el cual colabora con la Jerarquía en el trabajo básico y preliminar de destruir estas arcaicas creaciones del espíritu elemental del pasado y crear puntos de luz en el éter en colaboración con los Ángeles de la Nueva Era, para poder canalizar así, a través de ellos, las energías que el Señor de ACUARIO proyecta con destino a nuestro mundo. Se trata de un trabajo arduo, lento y singularmente difícil. La tarea comienza, como es natural, en la vida del propio discípulo, el cual deberá limpiar su aura etérica de la influencia de los "devas lunares o energías astrales condicionantes que resisten su empuje y noble empeño y le acarrean no pocos problemas y dificultades. El trabajo inicial, tal como místicamente se ha dicho siempre, empieza en el corazón del discípulo y es así como ha surgido en todos los tiempos aquel aspecto cualificador de tal etapa de compromiso espiritual que llamamos "tentación". La tentación, técnicamente descrita, es la obra de los Ángeles familiares actuando sobre los devas lunares que coexisten en el aura etérica del discípulo y se nutren de sus innobles pasiones y deseos. Robustecen su actividad cíclicamente para que el discípulo no se sienta nunca a salvo mientras exista alguna semilla de mal en su interior y no caiga en la falsa presunción de que sus pasiones inferiores están muertas cuando se hallan simplemente dormidas, al acecho de cualquier oportunidad de manifestación. Es así, de esta manera, que se suceden las etapas de grandes desalientos después de haberse vivido momentos de inefable grandeza espiritual. Los Ángeles familiares, los verdaderos Amigos del hombre, cuidan el alma del discípulo y velan armas en su corazón cuando éste se siente seguro y fuerte, sin darse cuenta de que el mal, es decir, los devas lunares, se hallan solamente aletargados, adormecidos y a la espera de la oportunidad para manifestarse. Una de sus más curiosas y engañosas influencias en el ánimo del discípulo, es la de inclinar su razón y emociones hacia la total confianza en el nivel espiritual alcanzado, en la soberbia de sentirse mejor que los demás y en la falsa creencia de que "todo está ya hecho y realizado". La etapa de "tentación" se reproduce cíclicamente en la vida del discípulo espiritual y rige una gran parte de su proceso kármico. Se trata de una etapa obligada dentro de un orden social en marcha y constituye una característica definida en el proceso espiritual del discipulado donde se apoya precisamente el poder de la Jerarquía para destruir del aura etérica de la Tierra todos los sedimentos del Mal existentes desde que el hombre tuvo uso de razón y empezó a invocar inexpertamente a los "Testigos del Mal Cósmico", enlazados al aura del planeta por efecto del Karma del Logos planetario que, a igual que en el alma del discípulo, se hallaban silenciosamente expectantes esperando la hora de la oportunidad de manifestación. Tales Testigos del Mal son llamados "los Obscuros Viajeros del Cosmos" en algunos tratados esotéricos y "Ángeles Caídos" en los escritos bíblicos. Son, en realidad, el fruto de las humanas imperfecciones existentes en todos los planetas "no sagrados" de no importa que Universo en el Cosmos absoluto, allí en donde existe todavía la lucha por alcanzar la medida o estatura espiritual exigida por los Augustos promotores del indescriptible proceso de Redención Cósmica. Constituyen tres absolutos Poderes reconocidos en el Cosmos y se manifiestan a la infinita y clarividente visión del Logos planetario en forma de tres espantables y subyugantes Entidades. Estas han sido reconocidas en todos los tiempos como Agentes del Mal organizado, ya sea en una Galaxia, en un Universo, en un Planeta o en un hombre. Estas tres Entidades coexisten misteriosamente en la vida evolutiva de los grandes Señores YAMA, VARUNA y AGNI de los planos físico, astral y mental de nuestro Sistema solar que, como esotéricamente sabemos, son los tres Cuerpos inferiores del Dios del Universo y los perpetuadores de su indescriptible Karma a través de las edades. A la experimentada vista del Adepto, el MAL COSMICO aparece siempre en forma de una triple Entidad psíquica que llena el espacio de puntos obscuros mezclándolos con la substancia radiante y magnética de cualquier Logos planetario en proceso de evolución. En lo que a la vida del discípulo espiritual se refiere, tales exponentes del llamado Mal Cósmico se manifiestan en forma de:
En una forma muy peculiar y absolutamente reconocible para todos los
seres humanos, el Gran Señor BUDHA descubrió a los Testigos del Mal Cósmico en
forma de ENFERMEDAD, VEJEZ y MUERTE,
siendo sus influencias en la vida humana las perpetuadoras del Karma de la Raza
y las causas del dolor que ata los hombres a la incesante rueda de Muerte y
Nacimiento.
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[Cáncer 1999] VBA 1.0: 1999-07-05 |
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