EL MISTERIO DE LA ELECTRICIDAD
Es el misterio de la polaridad, o de la dualidad,
correctamente entendido. Tenemos un polo positivo y otro
negativo en todos los órdenes de la vida manifestada, ya se
trate de un Universo o de un simple átomo. Cuando estos
aspectos se armonizan o equilibran producen una energía nueva,
aparentemente distinta, que participa de la naturaleza de
ambas. Tal energía es virtualmente LUZ, CALOR o MAGNETISMO y
la expresión de la misma a través de todos los cuerpos
manifestados de la Naturaleza puede ser denominada
técnicamente ELECTRICIDAD, pudiendo ser catalogadas sus
expresiones en orden a la multiplicidad de efectos que
determinen, pero sin que la causa esencial se altere o
modifique. El poder que anima el movimiento de una gigantesca
máquina es el mismo que acciona las alas de una pequeña
mariposa. En ambos casos lo que realmente se expresa es
ELECTRICIDAD, en mayor o menor potencia. La ELECTRICIDAD es el
poder que mueve la inmensa estructura del Universo, y cada
una de sus manifestaciones pone en evidencia un nivel
determinado de la Vida del Creador, el Cual, en Su íntima y
espiritual naturaleza, es asimismo LUZ o ELECTRICIDAD, siendo
cada uno de los Siete Planos del Sistema Solar la expresión de
un determinado tipo de ELECTRICIDAD, cualificada para la vida
del propio Plano y mediante la cual DIOS, el Creador, trata
de manifestar en espacio y tiempo los maravillosos poderes de
Su omniabarcante Conciencia.
Siendo así -y habida cuenta de que la Divinidad se expresa en
forma trina- podríamos aceptar como valida la idea de que
existen tres principales fuentes de electricidad en el
Universo:
a. Electricidad espiritual, positiva y dinámica, expresada
como VOLUNTAD CREADORA, más allá de la comprensión humana.
b. Electricidad material, negativa y estática, expresada en
forma concreta en el mundo físico. Es la que ordinariamente
conocen y manipulan los seres humanos. Constituye uno de los
más grandes descubrimientos científicos de la humanidad y se
halla en la base estructural de todas las formas físicas de la
Naturaleza.
c. Electricidad causal, de carácter magnético e incluyente. Es
un tipo de energía eléctrica denominada esotéricamente “luz
de la conciencia”. Se halla presente en todas las unidades de
vida del Universo, desde la simple célula al ser espiritual
más evolucionado.
a. ELECTRICIDAD ESPIRITUAL
Ese tipo de electricidad corresponde al aspecto más elevado de
la Divinidad. Se le designa bajo diferentes nombres, algunos
de ellos de carácter místico, tal como puede leerse en algunos
pasajes bíblicos bajo la descripción de “Dios es un Fuego
Consumidor”, el “Fuego de la Justicia”, etc. Esotéricamente
se le define como “Fuego Eléctrico”, Fuego de FOHAT, Fuego
Iniciático, etc. Su tremendo voltaje no ha hallado todavía eco
alguno dentro de la humanidad corriente. Es reconocida, sin
embargo, como la FUENTE del PODER ESPIRITUAL por todos los
grandes Iniciados del planeta Tierra, componentes de la Gran
Fraternidad Blanca. Su contenido confiere decisión, indomable
determinismo y voluntad inquebrantable. Utilizado por los
Grandes Devas del Sistema se halla en la base de toda posible
destrucción o aniquilación de formas gastadas de la
Naturaleza, ya se refiera a las formas físicas, incapaces de
seguir evolucionando, o a las formas de pensamiento que crean
las conciencias humanas y cuya utilización ya no es efectiva
para una correcta adecuación mental. Parte de su poder
omnipotente se halla en la fuerza destructora del Rayo y se
encuentra también presente en la actividad destructora de
todos los aspectos negativos de la Naturaleza, cuando su
desarrollo se ha demostrado como incapaz de acoger al Verbo
divino o Alma causal, o cuando de una u otra manera
constituye un atentado contra las leyes reguladoras de la
vida evolutiva de la Divinidad en no importa qué tipo de forma
o de conciencia. El principio dinámico de la energía
espiritual actúa potentemente en cualquier etapa del proceso
iniciático, constituyendo el elemento ígneo que destruye
todas las limitaciones contenidas en los cuerpos inferiores
del Iniciado, incluido el cuerpo causal. Uno de sus agentes
principales en la Vida del Universo es aquella misteriosa e
incomprensible Entidad Dévica que llamamos MUERTE, temida por
unos y reverenciada por otros, pero cuyo cometido es el
ejercicio de la Ley, del Orden y del Cumplimiento Kármico.
Esta benéfica Entidad se halla en la base de la Liberación, ya
se trate de la liberación de la pesada carga del cuerpo físico
o de la destrucción de los componentes insanos que corroen las
conciencias de los hombres. En sus “amorosas manos”
-permítannos describirlo así- se halla la Espada de Justicia y
la “Balanza de la Ley”, y es la más fiel aliada del Principio
de Vida que cíclicamente renace de sus propias cenizas
buscando la liberación del Karma.
La energía eléctrica del Espíritu, que es la Vida
Organizadora del Universo, utiliza a la MUERTE o al ANGEL DEL
SILENCIO -tal como esotéricamente es reconocida por la
Jerarquía de Maestros- para destruir todos aquellos factores
dentro del Universo incapaces de seguir avanzando hacia un
destino de Luz, de Comprensión y de Cumplimiento. La MUERTE
solamente destruye aquello que ya no es necesario y se
convierte en un fardo inútil dentro del vasto programa de la
evolución, pero, en su esencia, es un Poder amorosamente
sensible dimanante del Fuego Cósmico, el Cual, manifestado a
través del Fuego consumidor del Espíritu, prepara el camino
para mejores y más óptimas circunstancias en la vida expresiva
de cualquier tipo de conciencia evolucionante dentro de este
Universo de Segundo Rayo, en donde la forma más sublime y al
propio tiempo más desconocida del Amor se expresa como
Liberación.
Otros Agentes del Fuego Eléctrico del Primer Rayo menos
conocidos que la MUERTE son aquellas Entidades Dévicas
designadas como ÁNGELES AGNISVATTAS en otras partes de este
Tratado. Tales Ángeles proceden del Quinto Principio Cósmico
y constituyen en su totalidad una emanación del poder
eléctrico que irradia el Logos Central de la Constelación de
la OSA MAYOR. La VIDA y la MUERTE, consideradas como ENTIDADES
DEVICAS, constituyen una polaridad que energetiza los mares
infinitos del ESPACIO y permiten la evolución de no importa
qué tipo de Universo, de Constelación o de Galaxia. La VIDA
como esencia renovadora, la MUERTE como el Agente precioso que
la Vida utiliza para poder manifestarse cíclicamente,
quebrantando o destruyendo todos los moldes de materia
incapaces de soportar una más elevada tensión o potencial
eléctrico del Espíritu Creador.
b. ELECTRICIDAD MATERIAL
¿Qué queremos significar con esta definición? Simplemente, a
la electricidad o al fuego que arde en cualquier porción de
materia por ínfima que sea y que permite su perpetuación bajo
el marco definido de cualquier tipo de forma. Corresponde al
aspecto objetivo de la Creación, al nivel físico de las
formas, y en cada una de las más insignificantes moléculas de
materia arde un Fuego -esotéricamente descrito como “Fuego
por Fricción”- que se exterioriza en forma de calor y de campo
magnético. Las Fuentes infinitas de ese tipo de electricidad
se hallan en el centro místico de la Tierra. El Vidente
iluminado puede observar allí una Esfera de Fuego Etérico
incandescente, de incalculable magnitud y radiactividad, al
que esotéricamente se le define como FUEGO DE KUNDALINI. Según
las investigaciones ocultas realizadas desde el Plano Causal,
este FUEGO genera una forma específica de electricidad,
algunas de cuyas modificaciones constituyen aquella energía
eléctrica que conocen y manipulan los seres humanos. Su
descubrimiento y utilización, hace apenas un siglo, permitió
desplazar fuera del aura planetaria una considerable cantidad
de formas etéricas y psíquicas, oscuras y deprimentes,
provenientes de la Raza Lemur. El ser humano dejó desde
entonces de utilizar antorchas de aceite, velas de cera o de
sebo o el petróleo como sistemas de iluminación que sólo “una
débil luz” producían contra las oscuras noches de la Tierra.
Cuando la humanidad empezó a utilizar crecientemente la luz
eléctrica -una superior modificación del “fuego por fricción”
de la materia- las nubes sombrías cernidas sobre el planeta
se alejaron “a prudente distancia”, en ciertas zonas etéricas
en donde una especie particular de devas del espacio cuidan de
ir destruyendo lentamente. Los pueblos y las ciudades de la
Tierra se hallan envueltas ahora dentro de un aura de luz
eléctrica, y esta circunstancia, apreciada por el observador
esotérico, está produciendo determinados efectos en la vida
social de los seres humanos; por ejemplo, se va perdiendo el
temor a la oscuridad -que es el nido de los devas de las
sombras-, se aviva la razón y va creciendo lentamente el
sentido de la aspiración superior, o sea, la tendencia hacia
el Espíritu.
Un estudio más profundamente esotérico sobre el FUEGO DE
KUNDALINI nos ofrecería quizá otras sorprendentes cualidades y
fenómenos; por ejemplo, el movimiento de rotación del
planeta, símbolo de calor, de vida y de autoconciencia.
Considerado el ser humano en relación con el astro “dentro del
cual vive, se mueve y tiene el ser”, pueden serle apreciadas
idénticas analogías. El viene a ser también como un pequeño
planeta, con vida, autoconciencia y movimiento. Posee
asimismo una esfera de fuego de Kundalini en la base de la
columna vertebral desde el cual distribuye la electricidad
material por todo el cuerpo físico, y el desarrollo de este
poder, actuando en y a través de la materia, permite la
evolución del Alma, o del principio crístico en el corazón del
hombre. El contacto de esta energía sobre todas y cada una de
las células del organismo físico determina constantes
fricciones entre ellas, ya que unas son de naturaleza positiva
y otras de naturaleza negativa. El resultado de tales
fricciones es el calor de vida que origina el principio de la
existencia; de ahí, pues, la expresión esotérica del FUEGO DE
KUNDALINI como electricidad material que determina luz,
energía o movimiento mediante la tensión que nace de la
fricción de la propia electricidad material al ser canalizada
por miríadas de células de carácter positivo y otras de
carácter negativo que constituyen en su conjunto la polaridad
del cuerpo físico.
Escritos esotéricos provenientes de la más lejana antigüedad
narran así la expresión y naturaleza del Fuego Eléctrico de
KUNDALINI: “... Este Globo de Fuego es un Talismán Sagrado
que el Señor del Tercer Fuego (el Tercer Logos, el aspecto
Espíritu Santo de la Divinidad) confió a nuestro Logos
planetario cuando ESTE decidió hacerse cargo del Esquema de
la Evolución Terrestre para cumplir con un DHARMA de carácter
Cósmico.” Ahora bien, aceptando como válida esta afirmación
deberemos suponer que cíclica y periódicamente dicho Talismán
deberá ser revitalizado por el Señor de Tercer Fuego, siendo
estas cíclicas revitalizaciones las oleadas sucesivas de Vida
que, provenientes de nuestro Logos Solar y aún de otros
Sistemas más allá de nuestro Universo, penetran
misteriosamente en nuestro planeta y le mantienen vivo a
través de los dilatados periodos de la evolución, abarcando
cadenas, rondas, reinos, razas y especies. La expresión de la
electricidad, cuyo origen se halla en el Fuego Material de
KUNDALINI, marca la entera evolución de nuestro mundo y
deberemos estudiaría -de acuerdo con las líneas maestras de
este Tratado- como siendo una expresión dévica o angélica
regida por el poder del Tercer Logos y canalizada por la
actividad de los grandes Ángeles AGNISHCHAITAS, quienes, en
forma misteriosa, rigen la ley física de gravedad que le da a
nuestro mundo consistencia material y cohesión substancial y
objetiva. El estudio esotérico infundido dentro de las
investigaciones científicas llevará un día la conciencia
humana a reconocer que la ley de gravedad es una forma
substancial de electricidad estática, o material, que se halla
en la raíz de todos los fenómenos mecánicos de la Naturaleza.
c. ELECTRICIDAD CAUSAL
El Fuego Solar que inteligentemente manipula el Segundo Logos,
o aspecto Amor Sabiduría de la Divinidad, nace del equilibrio
entre la electricidad dinámica del Espíritu y de la
electricidad estática de la Materia ([28]). Considerado
ocultamente este equilibrio, que es virtualmente LUZ CAUSAL,
origina la forma más sutil de electricidad al alcance de los
seres humanos en la presente Ronda planetaria, ya que su
misión, esotéricamente reconocida, es dotar de sensibilidad y
de conciencia a todas las formas de la Naturaleza. La
sensibilidad la procura el “aspecto maternal” de la Materia
energetizada por el poder del Espíritu Santo, o Inteligencia
Activa de la Divinidad; la conciencia es una emanación íntima
de la energía dinámica del Espíritu, “el aspecto paternal” del
Logos Solar, que se realiza a través de un grupo especial de
ÁNGELES AGNISVATTAS, de muy similar manera a como determinados
grupos de ÁNGELES AGNISURYAS colaboran en la obra del Espíritu
Santo dotando de sensibilidad la Materia. El resultado de esa
interacción entre el poder inductor del Espíritu o Fuego
Eléctrico, tal como lo denominan los investigadores
esotéricos, y la electricidad o Fuego material, latente en
cualquier cuerpo vivo de la Naturaleza física del Sistema
planetario, es ALMA, LUZ y ENERGIA CAUSAL, es decir, AMOR y
SABIDURIA, cualificadores del Segundo aspecto, o HIJO de la
Divinidad Creadora. He ahí, entonces, que el ALMA que se halla
oculta en el centro místico de cualquier forma creada manipula
un género de electricidad que participa indistintamente de la
cualidad dinámica del Espíritu y de la receptividad
maravillosa de la naturaleza material en todas sus
expresiones.
Se trata, por tanto, de un fuego coordinador o de una
electricidad armónica e incluyente -si podemos decirlo así-
que cuando está muy activa en el corazón del hombre introduce
en sus vehículos expresivos todos los posibles estímulos de la
vida universal y produce finalmente en los mismos redención y
liberación. Una de las naturales propiedades de ese tipo de
Electricidad es el PRANA ([29]), el elemento vitalizador de
la Naturaleza, que al mezclarse creadoramente con el Fuego de
Kundalini permite la ascensión de éste a través de la columna
vertebral a partir del Centro MULHADARA, vivificando a su paso
todos los Chacras correspondientes a la evolución del ser
humano. Por tal razón, en algunos tratados esotéricos se dice
que el hombre es una Trinidad compuesta de tres Fuegos o de
tres potentes energías eléctricas: FOHAT, PRANA y KUNDALINI,
y que desde el SANCTA SANCTORUM del corazón dirige el proceso
evolutivo del Alma o de la conciencia. Y al llegar a este
punto habrá que hacer una singular y muy especial mención a
Aquellos Grandes Devas AGNISVATTAS, más cercanos que ningunos
otros al corazón del hombre, que llamamos esotéricamente los
ÁNGELES SOLARES, los cuales introducen PRANA espiritual y no
simplemente etérico en el alma oculta de la humanidad
preparándola para las grandes transformaciones eléctricas o
Alta Alquimia interna que ha de convertir al ser humano en un
Dios potencial, ampliamente capacitado para crear.
Bien, hemos examinado las tres formas de Electricidad que
condicionan la vida del Universo, las cualidades íntimas que
caracterizan a cada una de tales corrientes de energía y las
Jerarquías Dévicas que se expresan misteriosamente a través
de las mismas. Sobre estos excelsos Ángeles gravita el orden
de la evolución, ya que son Ellos los que encauzan desde sus
remotas Fuentes Universales las energías que promueven el
proceso de la manifestación cíclica en la vida de la
Naturaleza, ya se trate de Reinos, de Razas o de Espacios. De
ahí que la Electricidad, apreciada desde el ángulo esotérico,
es genuinamente dévica o angélica, estando en su base una
prodigiosa ENTIDAD cuya Vida Radiante es la Fuente que genera
todas las energías o formas de electricidad que se expresan
por medio de nuestro Sistema Solar. Esta excelsa e
indescriptible ENTIDAD constituye el principio mismo de la
Energía coherente que mantiene en actividad el Universo. Ocupa
el centro espiritual del mismo y su expresión esencial es el
SEGUNDO RAYO, el del AMOR-SABIDURIA, a través del cual se
manifiesta nuestro LOGOS SOLAR y condiciona todas y cada una
de Sus creaciones universales. Cabe admitir, por tanto, que
la cualidad de AMOR, característica indescriptible del SEGUNDO
RAYO, es una corriente de energía dévica, o eléctrica,
emanante de Fuentes Cósmicas, que condiciona la Vida de
nuestro Sistema Solar y hace sentir su presión sobre cada uno
de los Siete Arcángeles que rigen y administran cada uno de
sus Siete Planos de Manifestación, debiendo reconocer, por
tanto, que la expresión del SEGUNDO RAYO como expresión
estructural del Universo no es sino la manifestación de una
dualidad establecida desde Fuentes Cósmicas por la polaridad
ESPIRITU-MATERIA, que, en el caso de nuestro Sistema Solar,
viene representada por la actividad dinámica que se realiza
desde la Constelación de la OSA MAYOR y por la capacidad
receptiva que dimana de la Constelación de LAS PLEYADES;
estando representado el proceso por el siguiente Triángulo de
energías:
Este triángulo aclara esotéricamente el Misterio de los Siete
Rayos ([30]). Hay que intentar comprender al respecto que la
dualidad Espíritu-Materia, o sea, la polaridad eléctrica
dinámica-estática, se halla presente en forma activa en todos
los niveles de vida, de conciencia y de forma, siendo el
proceso de la evolución en su totalidad un cambio incesante de
polaridad o de ritmo en la expresión de las energías, las
cuales, dotadas de “magnetismo Angélico” -si se nos permite
esta expresión- condicionan toda posible forma objetiva o
material. La aceptación de esta Ley o de este Principio de
cambios incesantes de ritmo en la vida de la Naturaleza dará
una idea muy aproximada de lo que implica en su significación
esencial el Misterio de la Electricidad o el secreto cósmico
de las energías. La introducción del elemento dévico en el
campo de la investigación científica llevará a
extraordinarias conclusiones en el orden de la evolución
planetaria y permitirá, en un futuro más o menos próximo, la
producción de electricidad como fuente básica de la energía,
en forma más directa, más simple y menos peligrosa que se hace
actualmente. Este reconocimiento científico dará como
resultado una ordenada clasificación de las ENTIDADES DEVICAS
cuya vida natural y organización social constituyen las
Fuentes perennes de la Energía Eléctrica en todos los campos y
niveles de manifestación universal y planetaria.
d. LA ELECTRICIDAD Y EL FUEGO DE KUNDALINI
Como corolario al estudio sobre las tres potentísimas Fuerzas
ígneas que operan en nuestro Universo, vamos a investigar
concretamente ahora aquella de las tres que más cerca se halla
de nuestra evolución humana, ya que en su totalidad constituye
la energía eléctrica que vivifica la materia en todas sus
posibles expresiones, es decir, el FUEGO DE KUNDALINI. Los
Devas que intervienen en “el mantenimiento del Fuego Oculto de
la Naturaleza” son de dos clases. Esotéricamente los definimos
como:
a. Devas lunares, encarnando la cualidad eléctrica que
llamamos “polo negativo”. Se hallan activos en el arco
descendente de la evolución y están sujetos, por tanto, a la
fuerza de gravedad de la materia.
b. Devas solares, expresando aquella cualidad eléctrica
definida como “polo positivo”. Se hallan activos en el arco
ascendente de la evolución y su tendencia natural es elevarse
por encima de la materia buscando constantemente centros de
polarización cada vez más elevados y sutiles.
c. Como resultado de la continua e ininterrumpida “fricción”
entre los devas lunares y los devas solares surge el Fuego
etérico de KUNDALINI, cuyo depósito central -por decirlo de
alguna manera- se halla ubicado en el centro físico del
planeta constituyendo la vida, el calor, la luz y el
magnetismo de que están dotadas todas las formas de la
Naturaleza.
Esto, en lo que se refiere a la actividad etérica e ígnea que
se manifiesta en los planos inferiores donde realiza su
evolución espiritual la humanidad, es decir, el mental
concreto, el astral y el físico, regida por los grandes Devas
AGNISHCHAITAS.
En los planos o niveles superiores sucede lo mismo, pero el
potencial eléctrico liberado no se halla todavía al alcance
del hombre, ya que es generado por la polaridad establecida
entre los ÁNGELES AGNISHCHAITAS y los ÁNGELES AGNISURYAS. Se
trata de un tipo de electricidad astral -si podemos utilizar
semejante expresión- y se encuentra en la base de todos los
fenómenos psíquicos de la Naturaleza.
Otra polaridad establecida entre los ÁNGELES AGNISURYAS y los
ÁNGELES AGNISVATTAS produce un tipo de electricidad que
podríamos denominar, siguiendo la analogía, de “electricidad
mental” y en su expresión tiene cabida todo cuanto pueda
realizarse utilizando el poder de la mente.
Habida cuenta de que cada Plano de la Naturaleza participa
íntegramente de la dualidad positiva-negativa de la energía
técnicamente definida como ELECTRICIDAD, podríamos decir
también que la diferencia de potencial eléctrico que existe
entre los distintos Planos origina los tipos de electricidad,
cada vez más potente y sutil, que podríamos calificar de
“electricidad búdica”, “electricidad átmica”, “electricidad
monádica”, etc., estudiadas genéricamente al establecer la
distinción entre ELECTRICIDAD ESPIRITUAL, ELECTRICIDAD CAUSAL
y ELECTRICIDAD MATERIAL.
El orden como se manifiestan tales energías es el siguiente y
nos dará una idea dicha clasificación sobre la situación del
FUEGO DE KUNDALINI en la vida expresiva del Universo:
a. ELECTRICIDAD ESPIRITUAL, abarcando los Planos ADICO y
MONADICO y definida ocultamente como FUEGO DE FOHAT.
b. ELECTRICIDAD CAUSAL, incluyendo los Planos por medio de los
cuales se manifiesta la TRIADA ESPIRITUAL, es decir, el
ATMICO, el BHUDICO y el MENTAL superior. A ese tipo de
ELECTRICIDAD se la denomina esotéricamente FUEGO SOLAR, o
PRANA ESPIRITUAL.
c. ELECTRICIDAD MATERIAL, expresada a través de los niveles
inferiores de la manifestación cíclica, es decir, el plano
mental inferior, el plano astral y el plano físico. Es de
cualidad etérica y la llamamos ocultamente FUEGO DE
KUNDALINI.
Bien, como ustedes verán, este Tratado Esotérico sobre los
Ángeles trata de añadir cada vez más interesantes facetas en
el devenir de nuestro estudio, introduciendo las vidas
angélicas en áreas cada vez más generalizadas de la vida
planetaria y siguiendo un orden rigurosamente científico,
extraído de experiencias intimas de carácter profundamente
esotérico. Iremos reconociendo así, conjuntamente, que toda
clase de electricidad es de orden ambiental y es
inteligentemente manipulada por los Devas en increíbles
huestes, especies y organizaciones. Podríamos decir, por
tanto, que en la raíz misteriosa de los llamados “fenómenos
naturales” se halla siempre presente una dualidad o polaridad
eléctrica que los provoca, ya sea el fenómeno eléctrico del
Rayo producido en las altas capas de la atmósfera por la
interacción de dos zonas de polaridad distinta, o el débil
campo magnético producido por un insecto al volar, cuyas dos
alas engendran con su movimiento el dinamismo de la acción
eléctrica que le permite su traslación por el aire. Con el
tiempo será evidente también que las extremidades del cuerpo
humano, los brazos y las piernas, constituyen un sistema de
polaridad cuya acción coordinada produce la energía que
precede y determina todo posible movimiento. Ahí, en este
punto, se halla quizá la explicación de alguno de los secretos
místicos de la Liturgia y de los Ceremoniales Mágicos,
estudiados en otra parte de este libro, los cuales se realizan
siguiendo un orden preciso y geométrico regido por la ley de
polaridad y exteriorizado por el movimiento de los brazos y de
las manos. Con respecto a las dos piernas que soportan el peso
del cuerpo podemos decir, siempre de acuerdo con el principio
esotérico de analogía, que son los dos canales iniciales de
distribución de la energía ígnea o eléctrica de KUNDALINI que
proviene del centro místico de la Tierra, siendo la pierna
derecha la conductora del aspecto positivo, o PINGALA, y la
izquierda la que canaliza el aspecto negativo, o IDA. El
resultado de este contacto en el cuerpo es el Fuego
Serpentino, dormido o “almacenado” en el centro etérico
denominado esotéricamente MULHADARA, en la base de la columna
vertebral. Hay que decir con respecto a la conducción del
fuego ígneo de KUNDALINI a través de las dos piernas, que en
su aspecto etérico se hallan localizados una serie de
pequeños “centros” o “chacras” de cualidad trascendida, pero
que facilitan el paso de la energía ígnea de la Naturaleza
hasta el centro MULHADARA. Para terminar, y aclarando algo
más el sentido de lo dicho hasta aquí, veamos esta relación:
a. POLARIDAD POSITIVA. El Canal PINGALA, lado derecho del
cuerpo.
b. EQUILIBRIO IGNEO. El Canal SUSUMMA, en el centro.
c. POLARIDAD NEGATIVA. El Canal IDA, en el lado izquierdo
([31]).