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Estructuración Dévica de las Formas
INTRODUCCIÓN
Las Bases Geométricas del Universo
No podríamos introducirnos científicamente en el estudio de
"La Estructuración Dévica de las Formas", sin recordar
previamente la gran verdad oculta contenida en el conocido
axioma platónico "EL UNIVERSO ES GEOMÉTRICO Y MATEMÁTICO"...
Podríamos afirmar así, preparando ya el camino de nuestra
investigación esotérica, que Dios geometriza utilizando la
Ciencia de los Números y que la Naturaleza entera es un
resultado de estas leyes o principios, ya se trate de la
estructuración de un simple átomo químico, el cual, visto
clarividentemente, demuestra en su constitución oculta o
subjetiva y siempre de acuerdo con su particular contenido de
protones, electrones y neutrones, unas muy bellas y regulares
formas poliédricas, o la conformación total del Sistema Solar,
un gigantesco ÁTOMO CÓSMICO, cuya constitución básica
percibida desde el mundo causal es la representación objetiva
de tres figuras geométricas definidas, a saber: el hexaedro o
cubo, la pirámide de base rectangular y la esfera. Tal es la
representación esotérica del Universo físico utilizando la
clarividencia mental, pero veamos ahora su coincidencia o
analogía en la vida psicológica del ser humano cuando la
trepidante civilización tecnológica o el enrarecido ambiente
social no han logrado todavía amortiguar completamente sus
instintos naturales o superiores. Veamos: Si le pedimos a un
niño, sea cual sea su condición social y nivel cultural, que
nos dibuje "una casa", nos hará casi invariablemente una
composición geométrica constituida por un cuadrado como base y
encima del mismo, como cúspide o cubierta, añadirá la figura
de un triángulo... Si el niño es muy perspicaz, seguramente
que a un lado u otro de esta doble composición geométrica
situará un círculo representando al Sol, la expresión
simbólica de la Vida en nuestro Universo. Esta triple imagen,
examinada desde el ángulo oculto, es la representación
objetiva de un recuerdo inconsciente en la vida espiritual o
mística del ser humano que procede de las impresiones
arquetípicas que Dios infundió en el ser humano al dotarle de
alma o de conciencia. Viene a ser como la representación
cósmica del proceso de la evolución universal, la cual se
apoya en el cuadrado, asciende hacia arriba por medio del
triángulo equilátero y culmina en el círculo, el símbolo del
Sol, cuya significación oculta es precisamente el Hogar de
Dios, o la CASA del PADRE...
Según sabemos esotéricamente,
nuestro Logos Solar, un Ser Trino, tal como sin distinción
alguna afirman todas las grandes religiones y filosofías de la
humanidad, realiza su indescriptible evolución a través de
tres Universos. Según asegura la tradición esotérica, en el
Primer Universo desarrolló la Divinidad los poderes
correspondientes a Su Personalidad Integrada, es decir, que
llegó a la perfección del Cuerpo físico, del Cuerpo Astral, de
la Mente Concreta y de Su Radiante Vehículo Etérico, y que
esta experiencia acumulada en el Tiempo y fructificando en un
misterioso PRALAYA, o proceso de Memorización o Recopilación
Cósmica, llegó a constituir un día la base de este Sistema
Solar actual en el que la figura más interesante desde el
ángulo geométrico es la del Triángulo, siendo la Meta
reconocida de la evolución logoica la Integración de sus
radiantes Vehículos superiores ATMA BUDHI y MANAS; es decir,
de su TRÍADA ESPIRITUAL, teniendo como objetivo supremo de
Vida el Plano Monádico Cósmico, el cual constituye la base
circular geométrica de Su Universo del Futuro... Estas ideas
contienen, como verán ustedes, un grado superlativo de
abstracción, por lo cual se habrá de apoyar el razonamiento en
las sagradas leyes de la analogía hermética, las cuales pueden
depararnos la oportunidad de establecer una directa relación
entre cualquier hecho cercano o inmediato sujeto a nuestro
análisis y otro inmensamente lejano y de carácter universal.
Así, el examen del dibujo de una CASA, tal como lo hacen los
niños, formada de un cuadrado, un triángulo y un círculo,
puede constituir el punto de contacto o de anclaje necesario
para relacionar la vida espiritual del hombre con la de Su
Augusto Creador.
Los grandes Iniciados Atlantes
y Sacerdotes Egipcios habían adoptado como "Figura Central" de
sus cultos una especie de CÁLIZ [véase "Las Fuerzas Ocultas de
la Naturaleza", Tratado Esotérico sobre los Ángeles] compuesto
de las siguientes partes: un Cubo perfecto como Base, un
Prisma Triangular con base equilátera como Soporte y una
Semiesfera de Cristal de Roca como Copa que debía contener el
Principio o Verbo de Revelación. Visto este CÁLIZ desde
arriba, en su proyección horizontal y en forma transparente,
nos muestra una imagen de las tres figuras geométricas que
constituyen el Pasado, el Presente y el Futuro del Señor del
Universo en su aspecto simbólico, esotérico y místico. De no
ser así carecerían de importancia las sabias palabras de
Platón, un alto Iniciado a quien no podían pasar inadvertidas
las imágenes geométricas que era capaz de visualizar
internamente como base afirmativa de su aseveración lógica y
real de que "DIOS GEOMETRIZA". Pero otra afirmación de la más
elevada concepción esotérica y proveniente de altas Fuentes
Jerárquicas nos habla asimismo de estas figuras geométricas
esenciales como constituyendo el poder aglutinante de los
vehículos etéricos o pránicos de los hombres de acuerdo con su
grado de desarrollo espiritual, en el sentido de que los
pequeñísimos devas que en grandes concentraciones los
construyen adoptan las formas geométricas del cuadrado, del
triángulo o del círculo [Téngase en cuenta que apreciadas
desde la cuarta dimensión todas las formas geométricas son
poliédricas y no se aprecian en su plano sino en su volumen,
por lo cual las figuras reales, tal como las observa el
clarividente en el caso que nos ocupa son las del hexaedro, la
pirámide y la esfera]. De tal manera, un observador esotérico
entrenado en la investigación oculta distinguirá la evolución
de cualquier individualidad psicológica con sólo fijarse en la
cantidad de cuadrados, de triángulos o de círculos que entran
proporcionalmente en la construcción de la compleja e
intrincada red etérica que constituye su aura magnética, los
cuales son representativos de sus estados habituales de
conciencia. Lógicamente, los cuerpos etéricos de los seres
humanos poco evolucionados contendrán sólo figuras geométricas
en forma de cuadrado, en tanto que en el de un glorioso Adepto
de la Jerarquía, el fruto perfecto de la evolución planetaria,
contendrá únicamente círculos geométricos de brillantes e
irradiantes colores más allá de toda posible comparación con
los colores conocidos. Entre el hombre involucionado y el
Adepto, constituyendo el ALFA y el OMEGA de la evolución
solar, es decir, la base y la cúspide del proceso, se extiende
la infinita legión de almas que constituyen en su totalidad
"la Gran Escalera de Jacob" de la Vida del Universo.
En uno de los ORÁCULOS CALDEOS, de los que obtuvo no poca
información Mme. BLAVATSKY para escribir su grandiosa obra:
"LA DOCTRINA SECRETA", puede leerse este comentario: "Del ÉTER
proceden todas las cosas existentes y al ÉTER deberán retornar
un día, pero dejando impresa en cada uno de sus vitales
componentes la indeleble Memoria de los hechos y de las ideas
que se produjeron a través de las edades..." Y, ¿qué quieren
significar estas palabras sino la infinita capacidad de la
sabia Naturaleza de agrupar tales Memorias por orden de
densidad, en forma de cuadrados, de triángulos o de círculos?.
Según esta idea, todas las posibles formas creadas surgen
básicamente de las tres figuras geométricas antes descritas y
son, por así decirlo, ideas arquetípicas a desarrollar a
través del tiempo. Así, los Ángeles especializados en el arte
de la construcción de los vehículos etéricos de los seres
humanos realizan su trabajo condicionándolo a la cantidad de
cuadrados, de triángulos o de círculos que ocultamente les
proporcionan las Almas de los hombres en su proyección causal,
a través de los átomos permanentes físico, astral y mental,
los cuales, vistos clarividentemente en el subplano atómico de
sus Planos respectivos, adoptan las radiantes figuras
geométricas del hexaedro, de la pirámide y de la esfera,
pudiendo afirmarse así, con toda justicia, que el destino del
hombre es GEOMÉTRICO, siendo los Ángeles o Devas que
construyen sus vehículos de manifestación cíclica, los SABIOS
GEÓMETRAS que a través de las aportaciones infinitas de un
lejanísimo pasado escriben geométricamente en el ÉTER el
destino inmortal de los seres humanos.
Estas ideas exigen, como ustedes verán, una atenta
consideración por cuanto nos permiten entrever en una elevada
medida el significado trascendente de la afirmación platónica
"DIOS GEOMETRIZA". De acuerdo con la misma, y constituyendo la
base angular del proceso de estructuración de las formas en la
Naturaleza, vemos aparecer y desaparecer de la faz de la
Tierra absorbidos por la vorágine infinita de la Evolución
solar a hombres, pueblos, ideas, culturas y civilizaciones,
pero dejando impresos en el ÉTER o ESPACIO UNIVERSAL, que es
el Cuerpo Etérico de la Divinidad, su legado kármico o
histórico en forma de figuras geométricas nítidamente
reflejadas en el espacio y constituyendo partes inseparables
de la Memoria Cósmica, Suma infinita del entero Contenido
Universal. Y dentro de la misma, por una hábil, sapientísima e
indescriptible operación mágica o transmutación cósmica, todas
estas formas geométricas van agregándose por vibración, peso y
grados de sutilidad a los gloriosos Arcanos de la Vida de Dios
en donde se halla la exacta Medida de la Evolución, esta
inmortal medida que le da a cada cual lo que justamente se
merece... ¿Podríamos imaginar así, utilizando los mágicos
poderes de nuestra actividad creadora, la Vida de la Divinidad
desde el ángulo sublime de la Geometría Cósmica como un
supremo Arcano de Valores Psicológicos sintetizados en las
tres principales figuras geométricas del CUBO, de la PIRÁMIDE
y de la esfera, como tres dinámicos centros de atracción
magnética dentro de cuyos indescriptibles Recipientes se
vierten por “ley de afinidad" y "por orden de semejanza" las
experiencias de todas las vidas que pueblan el Universo:
Dioses, hombres, Ángeles, animales, vegetales y minerales, ya
que en su peculiar, singular y propia medida constituyen todas
ellas la Gloria Infinita de la Experiencia Divina? ¿Y no
podríamos imaginar también que estas grandes Figuras
Geométricas que condicionan el Pasado, el Presente y el Futuro
de la propia Divinidad, no son sino la afirmación esotérica,
filosófica y mística de aquellos valores inmortales segregados
por el fluir de las Edades que el hombre registra como
subconsciencia, conciencia y supraconciencia, otra forma de
describir psicológicamente el dictado supremo del principio
hermético de analogía que en las figuras geométricas del
cuadrado, del triángulo y del círculo halla la Vida del Señor
su más elevada y exaltada Complacencia Cósmica?
Y ya para terminar esta Introducción al libro "La
Estructuración Dévica de las Formas", sólo habrá que hacer
hincapié sobre la vida del hombre, el cual, siendo, como es
natural, el máximo punto de referencia psicológico en nuestros
estudios e investigaciones, exige que del fruto de nuestro
trabajo extraigamos conclusiones científicas de orden práctico
y realizable. Nosotros estamos plenamente persuadidos que un
examen profundo de la Ciencia de la Geometría, tratando de
verla como el origen universal de todas las formas de la
Naturaleza, podría deparar visión psicológica, humana e
impersonal. Bastaría para ello que cada cual se considerase
básicamente un cuadrado, constituido por su cuerpo físico, su
vehículo etérico, su cuerpo astral y su mente intelectual e
imaginar que tal cuadrado es todavía muy irregular e
imperfecto como para poder edificar sobre el mismo la gloriosa
y simbólica figura geométrica del triángulo equilátero y
comprender que precisa de un trabajo lento, paciente y
perseverante de integración como base de la perfección de su
particular cuadrado, o Cuaternario inferior, tal como se le
designa esotéricamente [Hay un poderosísimo MANTRAM, legado
por la Jerarquía a los verdaderos discípulos mundiales, en una
de cuyas sagradas estrofas se afirma: "YO, el TRIÁNGULO
DIVINO, CUMPLO LA VOLUNTAD DE DIOS DENTRO DEL CUADRADO y sirvo
a mis semejantes". Otra aseveración más de la importancia de
los símbolos geométricos en la vida espiritual del ser
humano].
La gloria espiritual del Triángulo equilátero, símbolo de la
Tríada espiritual Atma, Budhi y Manas, y la incorporación de
su figura geométrica en nuestra aura etérica dependerá
básicamente de nuestra aspiración superior, la cual deberá
orientarse constantemente hacia la cúspide de nuestro ser, al
Monte Everest de nuestra conciencia, allí en donde augusta
aunque desconocidamente vibra nuestra glándula pineal,
conectada con valores espirituales de la más elevada
trascendencia, y esperar allí, en confiada espera, que la
Gloria del Señor descienda hacia abajo creando los sublimes
lados del Triángulo que habrán de coincidir perfectamente con
la base del Cuadrado que en procesos anteriores de ardua y
dolorosa disciplina fuimos capaces de visualizar y
estructurar. Tal es la Ley y el Destino de los hombres.
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