Bien, estas relaciones merecen un comentario algo más extenso,
habida cuenta que las actividades desarrolladas por cada uno
los tres Centros planetarios están muy íntimamente vinculados
entre sí y constituyen en realidad un solo Centro de expansión
universal. Podríamos decir así que la Jerarquía Espiritual o
Gran Fraternidad, tiene a su cargo el desarrollo del aspecto
alma o conciencia en todos los Reinos de la Naturaleza y que
Devas de todas las jerarquías imaginables cooperan en este
trabajo de infundir Conciencia en la Vida de la Forma. Otra de
las consideraciones a tener en cuenta es que la Vida de
SHAMBALLA lo llena todo y que, por tanto, la actividad de la
Jerarquía espiritual es cualificar esta Vida omniabarcante de
SHAMBALLA de acuerdo con las necesidades de la evolución del
planeta, planeando el futuro de acuerdo con las exigencias del
presente y avizorando las etapas que corresponde actualizar de
acuerdo con la ley cósmica de los ciclos, las corrientes de
energías astrológicas y la evolución alcanzada por cada Reino,
Raza o Especie. He ahí otra trinidad que conviene tener en
cuenta de acuerdo con el principio de analogía, debido a que
de manera muy sutil los Reinos de la Naturaleza en su
totalidad dependen directamente de SHAMBALLA, que las Razas
humanas están conectadas con la obra de la Jerarquía y que
todas las especies vivientes en los Reinos sub-humanos están
misteriosamente enlazados con la vida evolutiva de la
Humanidad. Esta, según se desprende de una profunda y
sostenida investigación de sus móviles más ocultos y
trascendentes, es el centro de la evolución planetaria. Esta
es una razón muy obvia si tenemos en cuenta que la humanidad
es el Cuarto Reino de la Naturaleza y que ocupa el cuarto
lugar en la evolución de un Sistema Septenario como el de
nuestro Universo. Veamos estas relaciones:
a. El Sistema Solar de Cuarto Orden (El Nuestro)
b. El Cuarto Esquema (El Esquema Terrestre)
c. La Cuarta Cadena (de nuestro Esquema Terrestre)
d. La Cuarta Ronda (La Ronda que corresponde a la Encarnación
física de nuestro Logos planetario)
e. El Cuarto planeta de la Cuarta Ronda (nuestro Planeta
Tierra)
f. El Cuarto Reino (el Reino humano)
g. El Cuarto Rayo, de Armonía a través ( que cualifica la
evolución de nuestra del Conflicto humanidad)
h. El Cuaternario Humano (Cuerpo físico, doble etérico, cuerpo
astral y mental inferior
i. El Cuarto Chacra (ANAHATA) (El Corazón, centro de la vida
material y espiritual)
j. La Cuarta Glándula Endocrina (Timo) (Cuya segregación
hormonal en la vida del cuerpo constituye todavía un secreto
esotérico)
En último lugar, y sintetizando todos los posibles
cuaternarios en la vida de la Naturaleza, tenemos a los Cuatro
Señores del Karma, representantes en nuestro planeta de los
Cuatro grandes Maharajáes que rigen el destino de nuestro
Sistema solar. La comprensión de estas relaciones es altamente
necesaria para alcanzar un punto óptimo de clarificación de
las actividades desarrolladas por las Entidades angélicas del
Universo y, muy especialmente, por las de nuestro planeta, en
relación con la obra jerárquica. A este respecto debemos tener
presente que SHAMBALLA se expresa por medio de la Jerarquía y
que la Jerarquía lo hace muy definidamente a través de la
humanidad. El sistema evolutivo de la Tierra funciona
virtualmente como un todo y el proceso, tal como se expresa en
la vida del Universo, va de lo menor a lo mayor y de lo
inferior a lo superior. En el caso que nos ocupa, vemos que
las unidades de vida humana se especializan para ingresar en
las filas de la Jerarquía y que los Miembros de esta Jerarquía
se están preparando para penetrar en el Centro,
extraordinariamente místico, de SHAMBALLA, conteniendo estas
últimas palabras el secreto de la íntima vinculación de los
grandes Adeptos con los excelsos Devas a quienes en páginas
anteriores hemos definido como los Agentes de SHAMBALLA. Con
este término podrían ser definidas también las innumerables
huestes dévicas y jerarquías evolutivas humanas capaces de
resistir, tal como esotéricamente se dice, la Presencia
radiante del Señor del Mundo, SANAT KUMARA.
Los Agentes de SHAMBALLA
Con este término se intenta representar a una nueva Jerarquía
espiritual, cuyas cualidades están mucho más allá y por encima
de la comprensión de los hombres más inteligentes de la
humanidad y del término corrientemente asignado a los Miembros
de la Gran Fraternidad Blanca. Estos Agentes, ya sean de
estirpe dévica o de naturaleza humana, están capacitados para
manejar el Fuego Eléctrico de la Divinidad, el cual es
esencialmente VIDA o ESPIRITU. Trabajan en íntimo contacto con
el Señor del Mundo y con los Angeles directores de la
evolución de los Reinos. Su misión es mantener en
ininterrumpida circulación la corriente de Vida que emana del
gran Corazón Solar espiritual y penetra en cada uno de los
Planos del Universo por medio de los Siete Grandes Arcángeles,
distribuyéndola luego para la absorción y manipulación de los
Angeles regentes de los Reinos. Un tipo especial de
AGNISHVATTAS distribuyen a su vez este Fuego en dirección al
Reino humano desarrollando la mente de los hombres y otros
devas menores, aunque mucho más evolucionados que los
individuos corrientes de la Raza humana, dinamizan la
corriente de vida que incide en las especies de cada uno de
los tres primeros Reinos, utilizando lo que en términos
esotéricos definimos como esencia elemental y abarca la enorme
vastedad de unidades de vida de los Reinos mineral, vegetal y
animal. La labor de los grandes Devas cualificados como
Agentes de SHAMBALLA consiste en introducir el propósito de la
Vida solar en cada una de las unidades de vida de nuestro
esquema terrestre. Constituyen considerables legiones de
Angeles de distintos grados de evolución, pero marcados todos
ellos por la impronta espiritual del Señor del Mundo y llenos
del Designio ígneo del Logos Solar de introducir Su Vida en
cada uno de los seres que viven, se mueven y tienen el ser en
los dilatados confines de Su omniabarcante Esquema evolutivo.
El resultado de sus actividades es la continuidad de la
corriente de Vida circulando por todo el Universo y,
particularizándola, por nuestro esquema planetario. Tal como
dijimos anteriormente, el Centro cualificador de la Vida solar
espiritual de nuestro planeta es el Logos regente del mismo,
encarnado en Aquel esplendente e indescriptible Ser que en los
estudios esotéricos es definido como SANAT KUMARA, o Señor del
Mundo. Este glorioso Ser es el Gobernante absoluto del planeta
Tierra. De EL dependen todos los Centros planetarios y todas
las jerarquías, angélicas y humanas, que realizan su evolución
dentro del formidable esquema terrestre. Sus decisiones
obedecen al Mandato Solar y sólo al Logos de nuestro Universo
ha de rendir cuentas -si así podemos decirlo- de Sus
decisiones y gobierno de nuestro mundo. Las jerarquías
angélicas y humanas que en su totalidad hemos descrito como
los Agentes de SHAMBALLA cumplen sus obligaciones según la
calidad de su rango o estirpe. Forman parte de la sociedad
ultrasecreta que ocultamente llamamos el Concilio de
SHAMBALLA, en donde el Señor del Mundo y Sus Agentes y
Colaboradores terrestres y extraterrestres se reúnen para
examinar conjuntamente los Planes de la Evolución y las
necesidades de fuerza solar para cada ciclo evolutivo
afectando a Reinos, razas y especies. Tales necesidades,
vistas con la percepción ultradimensional de SANAT KUMARA y de
los Agentes místicos de SHAMBALLA, toman la forma de un Plan
organizado, marcando ciertos jalones u objetivos determinados
de acuerdo con el ciclo evolutivo particular del planeta
Tierra y las necesidades de integración con las grandes
Decisiones solares.
Los Impulsores del Plan
La Jerarquía espiritual del planeta está formada asimismo por
unidades de vida angélica y humana a las cuales se las
denomina ocultamente los Grandes Mediadores, ya que su
particular misión si bien difiere en el desarrollo de las
distintas actividades asignadas a hombres y a Devas, coinciden
en el santo propósito de que cada unidad de vida en el seno de
la Naturaleza tome conciencia de su estado y condición y
aprenda a alinearse conscientemente con el grupo mayor del
cual forman parte. Lógicamente, el grupo mayor y más
incluyente para la humanidad será la Jerarquía espiritual o
Gran Fraternidad Blanca y el que corresponde a los tres
primeros Reinos de la Naturaleza, el mineral, el vegetal y el
animal será la humanidad. Existe, en todo caso, una función
mediadora constante en la evolución del Universo, del planeta
o del hombre. Ya en otras partes de este Tratado hicimos
referencia a un ANTAKARANA, o puente de arco iris, por el cual
las unidades de vida de una especie se transportaban a otra
superior, de la misma manera que el ser humano creaba
conscientemente el Antakarana o puente de luz que enlazaba su
yo inferior con el Angel solar en el plano causal. Este puente
de luz tiene carácter universal y constituye el enlace de
todas las unidades de vida de! Sistema solar con el Propósito
de Realización del Logos. Lo único que habrá que añadir aquí
para que la idea aparezca con mayor claridad, es que los
Angeles superiores de la Jerarquía, los cualificados Adeptos
de la misma, trabajan armoniosamente al unísono para construir
este Puente de Unión, que podríamos definir como del Propósito
o Intención de Dios, el Logos, con respecto a la vida de la
Naturaleza que es su campo de expresión. Así, cada Angel y
cada Adepto, utilizando el concurso de miríadas de unidades
dévicas de orden subalterno, infunden la luz del propósito
iluminado en las almas de los seres humanos y de los Reinos
inferiores del planeta y dinamizan o exaltan en la intimidad
de sus vidas el anhelo permanente de perfección. Una infinita
cadena de Luz partiendo del Reino mineral y llegando al ser
humano puede ser percibido así por el investigador esotérico,
atravesando la vida de los Reinos vegetal y animal. Otra
cadena de Luz, todavía mayor y más brillante, se eleva del
Reino humano en dirección a la Jerarquía la Cual ha sido
descrita con mucha justicia el Quinto Reino de la Naturaleza,
el Reino de los Cielos. Esta cadena de luz, encarnando el
propósito de liberación de Dios y el deseo de perfección
humana, llega a su más exaltado grado de sutilización,
cualidad, resplandor y belleza en las fases de evolución
técnicamente definidas como Sendero del Discipulado consciente
y Sendero de la Iniciación, ya que en el devenir de los mismos
las almas humanas penetran conscientemente en los Planes de la
Jerarquía y empiezan a ser participes del Propósito de Dios.
El ANTAKARANA, o Puente de Unión, indica siempre relación y
participación, unidad de vida y de conciencia y una eterna
vinculación de Dios con la inmensa estructura de Su Obra, el
Universo. Los Angeles que colaboran en esta labor jerárquica
de creación del Puente y de aceleración del Ritmo de la
conciencia, suelen pertenecer a las especies superiores de las
Entidades Angélicas definidas como AGNISURYAS, aunque hay
también muchos Devas de la categoría de los AGNISHVATTAS y una
considerable hueste de Devas que intervienen conscientemente
en la evolución del aspecto conciencia en la vida de todos los
Reinos, comandando innumerables legiones de devas menores y
elementales de la Naturaleza, excelentemente cualificados para
el arte de la construcción de formas en todos los niveles.
Otro grupo muy especializado de Angeles superiores de la
Jerarquía, trabajan bajo la directa supervisión de los Señores
del Karma para llevar a cabo el Propósito de Liberación del
Logos en cada uno de los Reinos de la Naturaleza. La actividad
particular de cada uno de los Señores del Karma podrán
estudiarla Uds. más adelante, en otros capítulos de este
libro. Interesa, sin embargo, que tengamos muy presente la
vinculación humano-dévica en relación con los Señores del
Karma y la misteriosa relación de los mismos con el
Cuaternario individual, constituido por el cuerpo físico
denso, el vehículo etérico, la naturaleza astral o psíquica y
la mente organizada, con el Cuarto Reino en su totalidad, con
el cuarto planeta de un Sistema de siete mundos, que es
nuestra Tierra, con la evolución del chacra MULADHARA, cuyos
cuatro pétalos son una proyección del karma humano y con el
Cuarto Rayo de Armonía a través del Conflicto que cualifica la
actividad del hombre aquí en este planeta. Los Señores del
Karma son cuatro poderosos Angeles de naturaleza cósmica y Su
intervención en la vida del Universo, del planeta, del hombre
y de todos los seres creados, es otra demostración de la gran
fraternidad humano-dévica a la cual hemos debido hacer mención
en muchas páginas de este Tratado. Como más adelante veremos,
tales son los Señores del Karma:
a. El Angel de la Muerte.
b. El Angel de la Justicia.
c. El Angel de los Registros Akásicos.
d. El Angel de la Liberación.
Son lógicamente también Agentes de SHAMBALLA, pero Su obra, a
igual que la del Señor del Mundo, tiene un Designio Solar y
abarca la grandiosidad infinita del contenido universal, con
sus planos, reinos, humanidades y especies vivientes...
Cada uno de los Señores del Karma tiene bajo Sus órdenes
innumerables huestes de Devas de todos los grados de
evolución, realizando sus actividades de acuerdo a ciertos
propósitos definidos y a la presión de determinados Rayos de
poder, los cuales, a su vez, atraen hacia los Señores del
Karma potentísimas e inexplicables corrientes astrológicas
procedentes del espacio cósmico. Sin embargo, los Impulsores
del Plan dentro del planeta Tierra, Adeptos y Angeles,
constituyen la gran Corporación de las Almas Iluminadas que
dirigen todas las energías universales, la de los Señores del
Karma incluidas, hacia el desarrollo del Alma o de la
Conciencia en la integridad absoluta de los Reinos de la
Naturaleza, de las Razas humanas y de todas las especies que
tienen su vida y su razón de ser en cada uno de los Reinos.
La Humanidad, el Centro Místico de todos los Reinos.
Tal como hemos venido diciendo en páginas anteriores, el Reino
humano, el Cuarto dentro de la evolución espiritual de la
Tierra, es el Centro de la vida planetaria, debido
precisamente al número CUATRO que le distingue, personifica y
cualifica en orden a la evolución de la Naturaleza entera. Tal
como decía un Maestro de la Jerarquía en el pasado siglo a un
grupo de discípulos: “La Cadena infinita de la Luz y de los
Conocedores pasa por el Reino humano, como la circulación de
la sangre pasa por el corazón “. La descripción no puede ser
más afirmativa ni más categórica. La función del CUARTO Reino,
el reino humano, es tremendamente importante debido a la
posición que ocupa dentro de un esquema septenario de
evolución universal y cabe preguntarse, después de analizar
críticamente la obra del hombre aquí en la Tierra, si el ser
humano ha respondido plenamente a las exigencias kármicas de
su especial cometido como eje de evolución de los Reinos y, en
caso contrario, determinar cuales han sido las causas de su
aparente fracaso. Bien, no hay que argumentar demasiado sobre
tales extremos, teniendo en cuenta el grado de evolución de
los seres humanos en la presente Cuarta Ronda y sus
dificultades por mantenerse dignamente en el centro de la
evolución planetaria, siguiendo el imperativo del CUARTO Rayo
que cualifica al CUARTO Reino y debe llevarle a la Luz de la
Revelación y de la integración espiritual por medio de las
crisis y las tensiones psicológicas que surgen inevitablemente
del conflicto de la separatividad, del egoísmo del yo y del
apego a las cosas materiales.
El Reino humano, la humanidad en su conjunto, está
evolucionando por fases, por grados o niveles de integración
espiritual y la esperanza de la evolución y del cumplimiento
planetario se halla depositada actualmente en los discípulos
mundiales, los cuales constituyen CUATRO grandes grupos,
conectado cada uno con una jerarquía específica de Devas
AGNISHVATTAS. Veamos:
a. Discípulos en observación o probación.
b. Discípulos aceptados (por haber pasado con éxito las
pruebas exigidas).
c.Discípulos en el Corazón del Maestro (a los que se prepara
para Iniciación).
d. Discípulos Iniciados (que van de la primera a la tercera
Iniciación).
Cada uno de estos CUATRO grupos, se dé o no se dé cuenta de
ello, se halla espiritualmente vinculado con la evolución de
los CUATRO primeros Reinos de la Naturaleza:
a. Los Discípulos Iniciados se hallan especialmente vinculados
con la evolución de los seres humanos de cierto grado de
integración espiritual.
b. Los Discípulos en el Corazón del Maestro colaboran en la
obra de introducir la luz de la conciencia en los seres
humanos de escasa evolución espiritual y en las unidades
superiores de vida animal, o especies más evolucionadas de
este Reino.
c.Los Discípulos Aceptados realizan una idéntica actividad
sobre las unidades de vida del Reino animal menos
evolucionadas.
d. Los Discípulos en Probación perfeccionan, a través de las
disciplinas físicas de sus vidas, las actividades de los
Reinos vegetal y mineral.
La obra de los Señores del Karma en la vida de la Naturaleza
halla a través de estos cuatro grupos y la correspondiente
hueste de Devas afines, unos puntos de contacto para poder
influir en la vida de los Reinos. No es necesario advertir que
cada uno de los grupos de Discípulos es un centro de
inspiración para todos los seres humanos los cuales, en
determinadas fases o períodos de sus vidas, deberán
convertirse a su vez en discípulos en una u otra de las
clasificaciones antes descritas.
Ahora bien, el propósito del Señor del Mundo a través de la
Jerarquía incide en la vida de la humanidad, produciendo un
despertar gradual de la conciencia humana. Esta conciencia,
como Uds. saben, repite en su vida evolutiva los tres aspectos
universales de Vida, Cualidad y Apariencia a través de su
mente organizada, su naturaleza astral y su cuerpo físico. Así
la mente humana deberá ser consciente un día del Centro
místico de SHAMBALLA; la naturaleza astral se convertirá a su
vez en el Amor de la JERARQUIA y el aspecto objetivo o
corporal tendrá que reflejar también en tiempo y espacio la
obra de la Divinidad reflejando perfectamente el Arquetipo de
Belleza de la Creación. Es obvio comentar que en el desarrollo
de esta triple actividad de la conciencia intervendrán tres
tipos específicos de Devas: AGNISCHAITAS (plano físico),
AGNISURYAS (plano astral) y AGNISHVATTAS (plano mental). La
analogía, convenientemente interpretada nos llevará siempre a
inevitables puntos de coincidencia.
Los Tres Departamento de Trabajo de la Jerarquía y la Obra
de los Devas
Cada uno de los tres sectores de vida organizada del planeta
en orden a la evolución de la humanidad, técnicamente
definidos como vida material, cualidad emocional y mente
organizada, persigue un Arquetipo de perfección. Tales son
estos Arquetipos:
a. Vida Material. Deberá encarnar el Arquetipo
de Belleza física y el equilibrio perfecto de las funciones
orgánicas.
b. Cualidad Emocional. Deberá reflejar oportunamente el
Arquetipo de Bondad, que es una expresión natural del Amor e
indica desarrollo de la sensibilidad humana.
c.Mente Organizada. Capaz de captar el Arquetipo de Verdad que
se halla presente en el devenir de cada cosa creada y se
manifiesta como Luz e Inspiración.
La resolución humana de estos tres Arquetipos
esenciales que llevan a la perfección, constituyen la obra
particular de tres excelsas Entidades planetarias definidas
esotéricamente: el MANU, el BODHISATTVA y el MAHACHOHAN, cuyo
trabajo en orden a la evolución planetaria se centraliza en
tres esferas muy definidas de contacto:
a. El Departamento del MANU
Esta excelsa Entidad planetaria tiene a su cargo la evolución
y desarrollo de las Razas humanas conforme van apareciendo en
la vida del planeta. Puede decirse así que cada Raza, con sus
correspondientes siete subrazas, están a cargo de un MANU.
Tiene bajo sus órdenes un considerable número de Devas
AGNISCHAITAS, con la misión de preparar y construir en materia
etérica el cuerpo físico de cada nueva subraza a la búsqueda
del tipo racial que mejor corresponda a las intenciones y
proyectos del Manú. Una vez que ESTE ha dado el visto bueno
-si podemos decirlo así- a algún Arquetipo racial o subracial,
se le materializa bajo forma física densa utilizando los
correspondientes factores mendelianos más afines, es decir, a
través de cuerpos físicos que de una u otra manera alcanzaron
cierta perfección en belleza y atributos semejantes a aquellos
mediante los cuales el MANU de una Raza trata de expresar una
nueva forma física humana y un más noble carácter racial.
La actividad de los Devas raciales es semejante, aunque en una
escala superior a la de los elementales que edad tras edad y
ciclo tras ciclo construyen los cuerpos físicos de los seres
humanos, sin embargo, su trabajo es eminentemente selectivo y
deben construir nuevos compuestos moleculares más sutiles, a
medida que avanza la evolución espiritual y el alma humana
exige cuerpos físicos cada vez más refinados, complejos y
mejor organizados. Desde el ángulo esotérico, los Devas
raciales son mucho más evolucionados que los Devas
constructores de los vehículos físicos de los seres humanos ya
que, en orden al proceso general de la evolución humana,
tienen asignada la tarea de construir los Arquetipos que
constituyen la Meta de perfección para cada Raza y para cada
subraza.
Estos Devas, AGNISCHAITAS, trabajan bajo las órdenes
inmediatas del MANU de la Raza, siendo siete las Razas humanas
que han de aparecer durante el proceso de evolución de un
planeta y varios los MANUS, o Señores raciales que, en la vida
de la humanidad deberán dar cumplimiento al Plan general del
Creador. Es obvio, también, que el destino de una Raza y la
programación de sus naturales atributos, es una obra
genuinamente espiritual cuyos planes y propósitos están en la
mente de los MANUS, siendo virtualmente Su cometido idear el
Arquetipo final de una Raza y preparar a tal fin siete
Arquetipos menores, los cuales vendrán a ser como peldaños de
la Gran Escalera que conduce al esplendor definitivo de
aquella Raza, con la expresión física que representa el
Arquetipo racial plenamente constituido y desarrollado.
Es lógico pensar también, después de las afirmaciones
anteriores, que habrá un grupo específico de Devas de alta
evolución espiritual trabajando directamente bajo la dirección
del MANU, cuyo trabajo consiste en preparar en materia etérica
los diseños del Arquetipo racial tal como los planea el Señor
de la Raza y siete los grupos de Devas constructores, asimismo
muy evolucionados, que construyen en materia más densa, sólida
o substancial los diseños o bocetos que someten a su
consideración los Devas que trabajan con los Arquetipos
ideados por el MANU de la Raza. Hay que reconocer asimismo que
la obra de los Devas raciales en sus múltiples divisiones, se
verá recompensada en cada nueva edad y en cada nuevo ciclo de
vida por la experiencia vital del MANU y de los Devas de las
Razas precedentes, cuya memoria permanente registrada en los
éteres akásicos permite corregir fallos, construir nuevos
compuestos moleculares e imprimir más sensibilidad a las
células corporales de los vehículos físicos anteriores,
preparando así el luminoso camino del Arquetipo racial de la
séptima subraza de la Séptima Raza que aparecerá sobre la
Tierra representando en cuerpo físico y bajo apariencia
objetiva la gracia, belleza y armonía de una suprema Decisión
solar.
b. El Departamento del BODHISATTVA
De la misma manera que el MANU de una Raza debe idear el
Arquetipo racial o físico que le corresponde, así el
BODHISATTVA, o Señor de las Almas Iluminadas, tal como se le
describe en lenguaje místico, tiene la misión de infundir luz,
amor y comprensión en las unidades de vida humana que
constituyen el Cuarto Reino. Su trabajo, visto desde el ángulo
esotérico, constituye el eje del proceso evolutivo pues debe
desarrollar la simiente del Espíritu en todas las almas y
dotarlas del impulso interno mediante el cual se elevarán
gradualmente de la materia más densa al más elevado espíritu
creador. Para lograr tal fin estimula la creación de todos los
sistemas religiosos, educacionales y artísticos cuya finalidad
sea el desenvolvimiento espiritual del alma humana y su
acercamiento al Corazón de la Divinidad presente en todas y
cada una de las cosas creadas.
El BODHISATTVA trabaja con diversas jerarquías de Angeles
AGNISURYAS con objeto de purificar los deseos materiales de
los seres humanos y convertirlos en aspiración superior. Así,
de la misma forma que el Señor MANU trabaja específicamente
con los cuerpos físicos y etéricos de los hombres, el
BODHISATTVA lo hace con sus vehículos emocionales, siendo el
objetivo final de todo Su trabajo desarrollar en el corazón de
la humanidad el principio básico del Amor, con sus
inseparables aspectos de bondad, compasión y justicia. Se
espera, al final de la presente Cuarta Ronda, que el principio
crístico del Amor del cual es Custodio el Señor BODHISATTVA,
esté tan desarrollado en una gran mayoría de la humanidad, que
justifique la entrada en la vida del planeta de una nueva y
más abundante Vida, símbolo de perfección humana y esperanza
suprema de la Jerarquía espiritual de nuestro mundo.
Al igual que ocurre con la obra del Señor MANU, la tarea
asignada al Señor BODHISATTVA mueve a la acción a siete
categorías de Devas en los distintos subplanos del Plano
astral, comandados por esplendentes Angeles AGNISURYAS,
teniendo como meta de sus actividades la dignificación del
alma humana y el contacto espiritual con los excelsos y
misteriosos Devas del Plano búdico, cuyas Vidas están llenas
de Amor por todo lo creado y son los impulsores en la vida
planetaria de la llama infinita de la Gran Fraternidad
Cósmica, de la cual nuestro Logos Solar es uno de los grandes
exponentes en virtud del Segundo Rayo de Amor que cualifica Su
Vida radiante y del cual surgen Sus infinitas e
indescriptibles creaciones.
c. El Departamento del MAHACHOHAN
Al Señor MAHACHOHAN se le define también como El Señor de la
Civilización y puede decirse que es la Entidad planetaria a
cuyas órdenes trabaja mayor cantidad de Devas. Tiene a su
cargo el desarrollo de la inteligencia en el alma humana y
para llevar a cabo Sus planes y proyectos en orden a la total
evolución de la humanidad, ejerce asimismo autoridad sobre los
Departamentos mundiales de la Ciencia, del Arte, de las
Religiones organizadas y del Aspecto Mágico de todo ritual,
ceremonia o liturgia con objeto de conectar a los seres
humanos con el Reino angélico y con su aspecto espiritual más
trascendente. A igual que el MANU y el BODHISATTVA, el
MAHACHOHAN ejerce poder sobre numerosísimas huestes y
jerarquías dévicas realizando su evolución en uno u otro de
los siete subplanos del Plano mental, en un intento supremo de
realzar la inteligencia humana y elevarla a las cumbres del
propósito espiritual más elevado, convertir al hombre en un
perfecto Conocedor, en una semilla fértil dentro de los áridos
desiertos del mundo, con capacidades despiertas para crear en
los niveles mentales situaciones nuevas y más apropiadas para
el desarrollo de la cultura de la Raza y la expresión sublime
de un tipo de civilización que provea a las necesidades de
evolución espiritual de todos los seres humanos. El trabajo
específico de los Devas que trabajan bajo las órdenes del
MAHACHOHAN es dotar a las almas de los hombres de luz e
inteligencia para que puedan captar el significado íntimo del
Amor y desarrollar planes tendientes a hacerlo objetivo y
revelador en el devenir de las relaciones sociales.
Los Angeles AGNISHVATTAS de la mente superior, en
multiplicidad de huestes, jerarquías y funciones, cooperan con
el Señor de la Civilización en la obra de hacer comprensible
el Plan de Dios en las mentes de los hombres. Sus actividades
son increíblemente diversas, pues por la calidad de sus
respectivas misiones han de introducir luz en todas las áreas
de la vida organizada de la humanidad, estimulando el germen
de la inteligencia latente en el cerebro de los seres humanos
y acelerando el proceso de iluminación espiritual, con el
consiguiente resultado del desarrollo de la mente y el gradual
acercamiento al supremo Manantial de Luz de donde surge la
energía que cualifica al aspecto inteligencia en la vida de
todo lo creado.
Resulta evidente, pues, de acuerdo con todo cuanto acabamos de
decir, que Devas de todas las jerarquías dentro de los tres
grupos principales que trabajan en estrecho contacto con la
humanidad, es decir, de los AGNISCHAITAS, los AGNISURYAS y los
AGNISHVATTAS, actúan conjuntada y muy estrechamente para
producir el HOMBRE NUEVO al cual hizo referencia el Iniciado
Pablo de Tarso. Las leyes infinitas de la evolución gravitando
sobre todo lo creado, y muy especialmente sobre la humanidad,
han hecho posible el acercamiento dévico al mundo de los
hombres. Las incontables legiones de Devas de distinta
evolución, especialidad, hueste o jerarquía, han dotado a la
Naturaleza de todos sus maravillosos encantos. Sin embargo, la
obra más bella e infinitamente más importante dentro de la
evolución cíclica de los Reinos, la Humanidad, se halla
todavía en sus primeras fases de desarrollo espiritual y los
Arquetipos de Verdad, Bondad y Belleza, que deben ser
revelados en virtud del trabajo particular de los Grandes
Señores Planetarios, el MANU, el BODHISATTVA y el MAHACHOHAN,
están todavía en proceso de estructuración. Según se nos dice
ocultamente los Ojos del Logos Solar están fijos sobre la
Tierra, ya que debido al lugar que el esquema terrestre ocupa
dentro del Sistema universal, es muy importante que este
pequeño planeta en donde vivimos, nos movemos y tenemos el
ser, se alinee definidamente con los Planes del Gran Señor
Solar y aprenda la trascendente lección del acercamiento
cósmico, cuyo recuerdo intuitivo se halla oculto en el corazón
de todo ser humano y constituye el anclaje perenne de la Vida
de Dios en la vida mística de la humanidad.