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Los Angeles en la Vida Social Humana
CAPÍTULO V
LA ACTIVIDAD DE LOS DEVAS DORADOS
Los Devas Dorados son aspectos
consubstanciales con la Vida del Sol y rigen el proceso mágico
mediante el cual la Vida del Logos se transmite al Universo.
En relación con nuestro planeta, y seguramente con todos los
planetas de nuestro Sistema Solar, tales Devas actúan:
a. Como transmisores de las corrientes de vida
del Sol, llamadas esotéricamente PRANA.
b. Como Agentes inductores del PRANA planetario.
c. Como dinámicos impulsores de los Ritmos respiratorios de
los seres humanos.
d. Como impulsores de los fenómenos de irradiación magnética
en la vida de los Reinos.
a. Como transmisores de las corrientes de vida del Sol,
llamadas esotéricamente PRANA
Los Devas Dorados, llamados místicamente Los Señores de la
Vida, constituyen tres corrientes vitales que surgiendo del
centro del Sol se transmiten a todo el contenido del Universo.
Estas Jerarquías de Devas se extienden desde los grandes
Angeles vinculados con el aspecto Voluntad, o Vida del Logos,
hasta los pequeñísimos devas expresados como partículas
doradas que refulgen en la atmósfera y forman parte del aura
de vitabilidad del Creador en cualquier zona libre del
Espacio. En cualquier caso, tales Jerarquías nos dan una idea
exacta de lo que hay que entender por vitalidad, o PRANA. El
PRANA, como esencia de vida, se halla presente en todas as
áreas del Universo, abarcando la extensión de los Planos, de
los Reinos, de las Razas y de todas las especies vivientes.
Constituye lo que en términos ocultos llamamos la simiente
viva de la evolución, siendo tal denominación muy exacta,
habida cuenta de que sin vida la evolución sería imposible.
Las cualidades expresivas de los Planos son asimismo una
manifestación de PRANA solar; así, cuando hablamos de PRANA,
no lo hacemos única y exclusivamente en el sentido de
vitalidad, sino que le asignamos también un significado muy
íntimo de cualidad, reconociendo que la calidad del PRANA
estará lógicamente en correspondencia con el nivel en donde se
manifieste, pudiendo hablarse en tal sentido de PRANA
monádico, átmico, búdico, mental, astral y etéricofísico,
cualificado para introducirse ocultamente dentro de todos los
cuerpos y vitalizar y mantener coherentemente todas las formas
que en tales niveles tienen necesidad de un cauce de
expresión, ya que, como esotéricamente se sabe, todos los
Planos del Universo, no importa cuan elevados sean, son
OBJETIVOS, perceptibles y densos para las unidades de
conciencia que en ellos viven, se mueven y tienen el ser. Esta
afirmación puede indicar que habrá Angeles dorados, o Señores
de Vida, cumpliendo su especial cometido en todas las regiones
del Espacio, abarcando todas las áreas de la Creación que en
cada Plano de la Naturaleza manifiesta y cualifica la ley de
Jerarquía, siendo esta idea de jerarquía, ya sea dévica o
humana, la que nos explica razonablemente el proceso dinámico
que en oleadas sucesivas de Vida va llenando el Universo de
cualidades cada vez más íntimas y trascendentes del Logos
solar.
Ahora bien, la manera como las Entidades Dévicas Solares
realizan su trabajo dependerá, sin duda, de las especiales
características de las zonas estelares en donde deben
desarrollar sus actividades. Los tres tonos de color dorado
que cualifican a estos Devas: el dorado ígneo y refulgente,
imposible de ser percibido por los seres humanos, el color
dorado amarillo y el color dorado blanco proyectados sobre la
Tierra procedentes del Sol, son símbolos de Jerarquía y de
poder angélico. Indican, por tanto, grados de acercamiento de
estos exaltados Devas al centro místico y espiritual de donde
emanan todos los rayos solares. Veamos estas distinciones
dévicas y sus relaciones en la expansión de la Vida del Logos,
en el Universo y en el Planeta:
Estas relaciones, como Uds. podrán observar,
tienen que ver absolutamente con todo cuanto hemos venido
diciendo durante el curso de este Tratado. Así nos será
fácilmente comprensible que cada una de estas tres categorías
de Devas dorados cumple una misión muy definida en la vida del
Universo. Tal como vimos anteriormente su misión esencial es
irradiar, extendiendo su campo de proyección sobre zonas
definidas del Espacio y sobre parcelas expresivas muy bien
cualificadas del Universo físico, el Cuerpo del Logos solar.
Los Planos de la Naturaleza, por ejemplo, están
particularmente cualificados y vivificados desde el ángulo
oculto por una u otra de estas Jerarquías Dévicas Solares.
Como un dato más a ser añadido al contexto de nuestras
investigaciones, podríamos citar estas zonas de influencia,
con lo cual nuestra idea acerca de peculiaridades expresivas
de esas Entidades solares o pránicas, verá notablemente
enriquecida. Veamos:
Esta clasificación nos ilustrará en el sentido
de reconocer que la actividad de los Devas Dorados se
extiende, por analogía, a los subplanos de cada uno de los
Siete Planos del Universo numéricamente relacionados. Por
ejemplo, los Devas Dorado-Igneo influirán también muy
particularmente sobre los subplanos primero, segundo y tercero
de todos los Planos, por cuanto su campo expresivo se extiende
a los Planos primero, segundo y tercero, etc. Otra relevante
actividad de los Devas Dorados en general será, sin duda, la
de ser los Agentes inductores del PRANA solar sobre el aura
planetaria, por lo que bien pueden ser denominados asimismo
Impulsores del PRANA planetario. Veamos más detalladamente
esta actividad de los Devas Dorados.
b. Como Agentes Inductores o Transmisores
del PRANA planetario
La irradiación del PRANA que surge del centro místico del Sol
abarca el entero sistema universal. Así, cada planeta absorbe
el que le es necesario para el correcto desarrollo de sus
necesidades físicas y psíquicas y el sobrante de estas
energías constituye lo que podríamos definir como su campo
magnético. Los Devas dorados son los conductores de estas
energías pránicas, cuya cualidad, intensidad y características
variarán notablemente al incidir en el aura etérica de cada
uno de los planetas del Universo, habida cuenta que dicha aura
refleja junto con el sobrante de energía pránica solar,
ciertas cualidades intimas de los propios Logos planetarios.
Esto quiere significar, desde el ángulo oculto, que dentro del
aura etérica de cualquier planeta y en cada una de sus
particulares irradiaciones magnéticas, se expresarán
simultáneamente devas dorados conductores del PRANA solar y
otro tipo de Devas que son conductores de la propia energía
planetaria. El grupo más importante de estos conductores de la
energía pránica del planeta lo constituyen los Devas color
violeta, Señores del Magnetismo Terrestre. Es por el
convencimiento de esta verdad que en algunos pasajes de este
Tratado se les ha mencionado en el sentido de que siendo
impulsores de la salud de los cuerpos físicos dentro de la
Naturaleza planetaria, la invocación de su poder por parte de
los seres humanos facilitaría en gran manera la tarea
científica de hallar adecuado remedio a todas las enfermedades
físicas de la Raza y despejada definitivamente la incógnita de
la Ciencia médica frente a las enfermedades consideradas
todavía como incurables, tales como el cáncer, la diabetes, el
reumatismo, etc. Los Devas violeta planetarios y los Devas
dorados procedentes del Sol tienen en sus rayos un poder que
de acuerdo con las previsiones jerárquicas, debe vencer a la
enfermedad y a la propia muerte.
La evolución de la Raza, el incremento del sentimiento de
buena voluntad—un poder espiritual cuyo dinamismo afecta a los
éteres e invoca a los Angeles superiores—y el establecimiento
de correctas relaciones humanas, cuya expresión en los éteres
es limpiar el campo magnético de la Tierra y con él los
ambientes sociales de la humanidad, es una tarea kármica de
gran envergadura que debería iniciarse cuanto más pronto
mejor, recordando aquí la aseveración de un gran Iniciado de
la Jerarquía: “Las épocas florecientes, las civilizaciones de
carácter superior y las culturas más amplias, dignas e
incluyentes no vienen únicamente a la Tierra en virtud de las
posiciones cíclicas de los astros, sino mayormente porque los
seres humanos se esforzaron sinceramente en conquistarlas”.
Las palabras de este Adepto nos indican claramente que la
conocida frase esotérica proveniente de la más lejana
antigüedad los astros inclinan pero no obligan, se fundamenta
en las posibilidades creadoras innatas en el corazón del
hombre, es decir, en lo que podríamos calificar de
determinismo espiritual, un poder captado de la propia
Divinidad y acatado por los Angeles, siendo por tanto la
creación que nace de esta determinación una actividad
humanodévica. Hay que tener en cuenta al respecto que el Reino
humano y el Reino dévico constituyen los principios masculino
y femenino de cualquier tipo de creación, aquí en la Tierra y
en no importa qué planeta de nuestro Sistema solar y son, por
tanto, los cualificadores de todos los poderes existentes,
cuya base sea el Propósito divino encarnado por los seres
humanos. La expresión de este Propósito en la vida de la
Naturaleza es la capacidad de respuesta de los Devas. Tal como
puede leerse en los antiquísimos textos de El Libro de los
Iniciados: “No puede existir Vida organizada ni Vida
consciente allí donde no hayan hombres ni Devas...” ¿Nos dice
algo esta afirmación? En estas palabras se halla precisamente
la respuesta a la gran interrogante del ser humano: ¿Quién
soy?, ¿de dónde vengo?, ¿a dónde voy?, en el sentido de
considerar que la humanidad, el Cuarto Reino de la Naturaleza,
es el eje de la evolución planetaria tal como ya apuntábamos
en otras partes de este Tratado, significando que el término
HUMANIDAD, considerado desde el ángulo de la Jerarquía, abarca
la multiplicidad de humanidades que viven, se mueven y tienen
su razón de ser en no importa qué astro dentro del Cosmos
absoluto. Siempre desde al ángulo jerárquico, podría afirmarse
que existen humanidades, es decir, entes inteligentes
constituyendo diversas jerarquías espirituales, en el centro
místico de la evolución de cualquier planeta dentro del
Universo y aun mas allá del Universo. Y, consecuentemente con
esta verdad y para completarla, tenemos a los Devas, a los
alter egos -si podemos decirlo así- de los seres humanos,
cuyas cualidades de sensibilidad y especiales características
son altamente necesarias para poder ser efectuadas en el Eter
del Espacio las necesarias modificaciones que preceden al ACTO
CREADOR. Deberemos insistir necesariamente sobre este punto y
afirmar constantemente que los hombres y los Devas son el eje
de la polaridad planetaria. La naturaleza de las Mónadas
humanas, o Cuarta Jerarquía Creadora, es masculina y la de las
Mónadas dévicas, o Sexta Jerarquía Creadora, es femenina.
Ambas Jerarquías constituyen en su mancomunada actividad y en
la gloria de sus Reinos respectivos, la Voluntad y el
Propósito Inteligente de la Divinidad, manifestadas bajo las
leyes de la Polaridad que rigen el proceso infinito de la
Creación. Esta polaridad, observada en su mágico despliegue de
oportunidades espirituales y habiendo llegado a su punto más
elevado de síntesis, contiene el secreto del ser ANDROGINO
mitad hombre, mitad deva que unificará el karma de los dos
Reinos y llevará el planeta a un grado muy exaltado de
perfección.. .[A su conversión en un planeta sagrado.]
Bien, siguiendo con esta idea, vamos a considerar ahora otro
sujeto de profundo interés esotérico. Tiene que ver con lo que
ocultamente llamamos refracción de los rayos solares y que
tanto limita la plena expansión de los Devas dorados. Se
trata, tal como Uds. habrán podido imaginar, con la oblicuidad
manifiesta de los ángulos de visión humanos con respecto a
cualquier campo de perspectiva. Sabemos ocultamente que la
inclinación del eje de la Tierra y su distanciamiento del
punto vernal, regido astrológicamente por la Constelación de
Aries, se debe principalmente al escaso grado de fusión o de
integración alcanzado por la humanidad con respecto al mundo
dévico. Lo lejos que se hallan todavía entre sí estas
poderosísimas corrientes de Vida determina que en el devenir
de los ciclos mayores del Sistema, los que definen a los
grandes YUGAS del Universo, el eje de la Tierra se halle en
perpetua declinación y oblicuamente dirigida su superficie al
sentido de los rayos que provienen del centro místico del Sol,
dando lugar a aquello que en términos esotéricos definimos
como MAYA, ESPEJISMO e ILUSION, es decir, que el ángulo de
declinación del eje de la Tierra con respecto a la eclíptica
produce, tal como dijimos ya en otra parte de este Tratado, el
karma de nuestro planeta. Según se nos dice ocultamente esta
inclinación irá siendo corregida en virtud de sucesivas
iniciaciones cósmicas de nuestro Logos planetario, el Cual
cifra Sus esperanzas -si podemos utilizar una locución tan
aparentemente contradictoria- en la reconciliación del Reino
humano con la Sexta Jerarquía creadora de los Angeles, ya que
tal reconciliación o fusión determinará una afluencia tal de
energía cósmica sobre el planeta, que producirá la liberación
de una considerable porción de karma, con las naturales
consecuencias de que el planeta pierda peso y de que acelere
su movimiento de rotación, por lo cual será mucho más regular
y uniforme el movimiento de traslación por el espacio sideral
y determinando, finalmente, que el eje planetario adopte
progresivamente una posición perpendicular con respecto al
plano de la eclíptica, con la desaparición paulatina del
movimiento de retrogradación o de precesión de los
Equinoccios. Bien, estos datos aun cuando parecen ir muy
particularmente dirigidos a los amantes de la Ciencia
astrológica, están muy íntimamente relacionados con nuestro
estudio sobre los Devas y constituyen, por tanto, aclaraciones
acerca del mismo para todos los sinceros investigadores
esotéricos y aspirantes espirituales deseosos de conocimiento
superior.
c. Como dinámicos impulsores de los Ritmos de Respiración
de los Seres humanos
El dinamismo vital con el que impregnan los Devas dorados los
éteres de nuestro mundo constituye lo que técnicamente
definimos como atmósfera planetaria, a la cual dotan de los
elementos activos que permiten la respiración de los seres
humanos, de todas las especies animales y de todo el conjunto
planetario. La respiración es un misterio iniciático al que
oportunamente accederán todos los seres humanos. Contiene el
secreto de los movimientos de Sístoles y Diástoles del Corazón
solar y con el tiempo será demostrado que la respiración,
correctamente practicada, puede prolongar la vida del hombre
sobre la Tierra durante largos ciclos de tiempo.
Existen, naturalmente, unas razones muy esotéricas que avalan
la precedente afirmación, entre ellas la de que los pequeños
devas dorados que dinamizan la atmósfera planetaria pueden
penetrar en los pulmones de los seres humanos y permanecer
allí largo tiempo como elementos de vida y no surgir
rápidamente al exterior, tal como ocurre habitualmente, sin
darle tiempo al PRANA vital de los Devas dorados para que
ejerzan sobre el organismo su benéfica acción. Interesa, por
tanto, que el hombre aprenda a respirar correctamente, aunque
las técnicas que preceden a tales entrenamientos respiratorios
son de orden espiritual y sólo las facilitan las escuelas
esotéricas, vinculadas de una u otra manera, con la gran Logia
Blanca del planeta o Jerarquía planetaria. Según hemos podido
constatar ocultamente, la respiración correcta es suave,
profunda y rítmica, y según sea la evolución espiritual de los
seres humanos, los Devas dorados, o devas pránicos, invocados
por la Ciencia de la Respiración, técnicamente descrita como
PRANAYAMA, cumplirán adecuadamente su cometido de dotar a los
organismos humanos de la suficiente dosis de vitalidad y
dinamismo que les permita curar las enfermedades y vencer a la
muerte.
Al hablar de RITMOS, debemos hacer referencia a los tres más
importantes que cualifican las respiraciones humanas y a los
Devas que intervienen en el desarrollo de los mismos:
a. Ritmo lunar ...............................................
Devas grises
b. Ritmo planetario .......................................
Devas violeta
c. Ritmo solar
................................................ Devas dorados
El Ritmo respiratorio lunar está relacionado con los
movimientos cíclicos de nuestro satélite y expresados, desde
nuestro ángulo perceptivo, por las cuatro fases de la luna
nueva, cuarto creciente, luna llena y cuarto menguante. Estas
fases lunares imprimen un ritmo respiratorio definido en la
vida de la Naturaleza, el cual es el adoptado corrientemente
por la mayoría de los seres humanos. Este Ritmo se caracteriza
por respiraciones cortas y sin pausas entre la actividad de
inhalación y la de exhalación.
El Ritmo respiratorio planetario tiene también cuatro fases:
noche, día, aurora y crepúsculo, pero su exteriorización o
actividad en el hombre le induce a efectuar ciertas fases o
intervalos entre el proceso de inhalación y el de exhalación,
las mismas que van de la noche al día cualificando las auroras
o las que van del día a la noche y dan lugar a los
crepúsculos. En la expresión de este Ritmo respiratorio de
introducción de PRANA en los pulmones, intervienen muy
activamente los devas color violeta, llamados también devas de
la salud, por cuanto contribuyen muy poderosamente a
energetizar el aura humana y dotar al hombre de un dinámico y
refulgente campo magnético. Le permiten asimismo establecer
contacto con cierta categoría de Devas dorados, los cuales
suelen infiltrarse en el organismo físico durante las pausas o
intervalos de la respiración y preparan dentro del cuerpo, sin
que el hombre se dé cuenta, el conjunto celular para
posteriores recepciones de vida dévica superior.
El Ritmo respiratorio solar tiene que ver con las cuatro
etapas definidas como las estaciones del año, es decir, la
primavera, el verano, el otoño y el invierno. Las personas
sujetas a este Ritmo son de naturaleza profundamente
espiritual y tanto sus inhalaciones como sus exhalaciones son
profundas y extensas con pausas entre ellas asimismo largas y
prolongadas. Los Devas dorados que intervienen en el proceso,
no sólo son los más evolucionados procedentes del Sol que se
introducen en el aura etérica de la Tierra, sino que son
también los que purifican el aura etérica y campo magnético de
los seres humanos a quienes la Jerarquía espiritual del
planeta, a través de sus correspondientes ASHRAMAS, está
preparando para la Iniciación.
Al llegar a este punto, y continuando con la progresión de las
etapas místicas que preparan a los seres humanos para estas
elevadas zonas de integración espiritual, habrá que hacer
referencia, siquiera brevemente, a un Ritmo respiratorio que
podríamos calificar de Ritmo Zodiacal, ya que está vinculado
con las doce Constelaciones que rigen nuestro Cielo sideral y
con la actividad de los Devas de tremenda evolución cósmica
que sólo cuidan de los Ritmos espirituales de los Seres más
avanzados del planeta. Según se nos dice ocultamente, algunas
de sus Jerarquías intervienen en la confección de los
vehículos superiores de los Adeptos y de otros Seres
espirituales todavía más elevados en evolución y jerarquía.
Establecer contacto con tales esplendentes Devas exige una
integración espiritual de índole solar y haber accedido
durante el devenir de la existencia física al estado supremo
de SAMADHI, cuyo ritmo, desde el ángulo respiratorio es tan
extraordinariamente prolongado que prácticamente ha
desaparecido la necesidad de respirar, es decir, de inhalar
PRANA. El ser excepcional que ha Iogrado elevarse a ese estado
tiene poder sobre los Devas dorados del Sol y, a igual que
Cristo, puede curar las enfermedades físicas y psíquicas sólo
por la irradiación de su campo magnético, sin necesidad de
recurrir a la imposición de manos.
Se nos dice también esotéricamente que por medio del
establecimiento consciente de ciertos Ritmos respiratorios, el
ser humano suficientemente integrado en el orden espiritual
puede vencer las leyes de gravitación, remontarse a voluntad
por el espacio, viajar por los éteres, liberarse de las
necesidades humanas de comer y de beber -sin que la salud de
su cuerpo se resienta- y establecer contacto con los Devas
superiores. Pero, tal como hemos dicho anteriormente, los
Ritmos superiores que han de liberar al hombre de sus
necesidades kármicas, deben ser aprendidos en las duras
pruebas de la vida, en el sacrificio del yo y en el servicio a
los demás, sin olvidar nunca que en el devenir de este proceso
de integración los Devas estarán siempre a su lado
beneficiándole del extraordinario poder de síntesis que se
desprende de sus auras radiantes.
d. Como creadores de los fenómenos de irradiación magnética
en la vida de los Reinos
El fenómeno de irradiación tiene que ver con el aura de salud
de los Reinos de la Naturaleza y con la expansión natural del
sobrante de energía pránica en forma de campo magnético. De
ahí que las personas de salud delicada carecen casi por
completo de campo magnético, debido a que el PRANA emanante de
los Devas solares debe circunscribirse únicamente a las
necesidades físicas de supervivencia, no poseyendo así
capacidad alguna de irradiación de la energía. Cuando el caso
es extremo, es decir, cuando no sólo no existe sobrante sino
que incluso falta energía aún para las necesidades físicas de
base, cuales son la respiración, la circulación de la sangre,
la asimilación de los alimentos, etc., entonces las células
del cuerpo ávidas de energía para satisfacer las demás
necesidades del organismo, se hacen parasitarias o vampíricas.
El vampirismo en tal caso indica únicamente la apropiación
inconsciente de prana vital perteneciente a otros organismos,
por parte de las personas con un evidente déficit de energía
pránica. Indica, por tanto, que existen alguna lesiones
íntimas de carácter etérico que impiden la entrada de la
energía dévica solar a través de los cuerpos etéricos o que
las correspondientes glándulas endocrinas y plexos nerviosos
se hallan obstruidos o deteriorados y no pueden transmitir a
los órganos del cuerpo físico el PRANA necesario para su
natural supervivencia. En ambos casos, la incapacidad de que
penetre el PRANA en el organismo y que por efecto de ello los
Devas dorados no puedan cumplir su natural cometido, hace que
aquellos cuerpos se hagan vampíricos o que perdido el estimulo
de vida sobrevenga el fenómeno de la muerte... En el caso
contrario, es decir, en el de los individuos de salud
desbordante, cuyo cuerpo etérico está perfectamente organizado
y lleno de dinamismo vital, la irradiación del sobrante de
energía origina un extenso y radiente campo magnético,
colaborando inconscientemente en la labor de los Devas dorados
en la actividad de infundir PRANA vital en los ambientes
planetarios.
Sin embargo, y siguiendo una tónica general impuesta por la
propia Ley de evolución, la irradiación de energía pránica a
través del campo magnético de los seres humanos afecta
poderosamente a un tipo de Devas de color violáceo
misteriosamente vinculados con la evolución del Reino animal,
singularmente con las especies muy desarrolladas dentro del
mismo, tales como nuestros animales domésticos, los cuales se
benefician del contacto humano y -tal como ocultamente
sabemos- se están preparando para la Individualización. Los
Devas violáceos constituyen el enlace magnético de ambos
Reinos y observados clarividentemente se les ve agrupados por
jerarquías, cuyo color se extiende desde el matiz violáceo
hasta el gris obscuro y les define como pertenecientes a Almas
grupo más o menos evolucionadas dentro del Reino animal. En
todo caso, puede ser comprendida la relación que existe por
doquier en la vida de la Naturaleza, atravesando los Reinos,
las Razas y las especies, gracias a la participación del mundo
dévico, cuyas jerarquías se extienden desde el Centro místico
del Sol hasta el más humilde de los átomos ultérrimos... Será
fácilmente asimilable entonces la idea de que el Reino animal
cumple, a su vez, una misión muy similar a la de los seres
humanos con respecto a la evolución del Reino vegetal a través
de las huestes algo menos evolucionadas de los devas
violáceos, pero no por esto menos útiles dentro del Plan
general de la evolución. Igual actividad será desarrollada
inconscientemente por el Reino vegetal en relación con el
Reino mineral, ya que las vidas dévicas -prescindiendo de sus
particulares evoluciones- se hallan por doquier transmitiendo
ENERGIA y manteniendo unida la cadena magnética que une el
conjunto universal con la Vida infinita del Creador.
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