Conferencia
Vicente Beltrán Anglada
[edición en curso]
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La verdad ha de presentarse de tal manera, que convenza sin atar y que atraiga aun sin convencer. Esto sólo puede realizarlo el lenguaje del corazón.
[VBA: Introducción al Agni Yoga, p. 49]
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El reino dévico
El estudio de los ángeles [III]
Barcelona, 11 de marzo de 1978
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Barcelona, 11 Marzo 1978. — El Reino Dévico. El Estudio de los Ángeles. (III) Los Elementos Químicos y los Ángeles como base estructural de la Vida. Las Tres corrientes de Evolución. Lo que es la Redención de los diferentes Cuerpos. La Ley de Interdependencia de Todo. Las Reminiscencias de la Era Atlante. La Realización del Santo Grial y su real Conocimiento. El OM, el AUM y su significado de Redención. El Conocimiento de nuestro Vehículos. La Redención de nuestras estructuras Geométricas, y el aspecto Kármico. Los Ángeles y sus innumerables expresiones. La Humanidad, los riesgos de Autodestrucción y la salvación de los justos. El error de las Metas. La Naturaleza de los Ángeles. El Hombre y el paso del Cuadrado al Triángulo.
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Vicente.— Esta es la tercera conferencia o tercera conversación que vamos a sostener acerca de los ángeles. Un tema aparentemente fuera de lugar en esta era moderna donde impera la técnica y donde aparentemente la ciencia tiene que decidir la suerte de la evolución. Precisamente se trata de organizar la técnica y la ciencia de nuestros días haciendo que los investigadores penetren en la cuarta dimensión, cosa que se está ya realizando, al menos en algunos sectores específicos, e introducirse en esta vida misteriosa de la cual se genera la fuerza, la energía y el movimiento de todo cuanto existe en el mundo y seguramente en todo el universo. Hablar de los ángeles, como decía el otro día, en una era singularmente técnica aparece como una heroicidad a menos que la persona que explica tales cosas tenga alguna experiencia de este tipo tal como es el caso del que os está hablando. Entonces, para mí la vida de los ángeles no se circunscribe a una mera teoría o a algo que ha venido a mí a través de la tradición. Para mí estas vidas angélicas son una realidad, y lo confieso honradamente y siendo sincero como debe de serlo cualquier persona que intenta hablar de algo que no está al alcance de la gente, al menos en su aceptación corriente. Entonces, tal como dijimos el otro día, la vida de los ángeles es esencialmente la energía en todas sus fases y en todos sus aspectos. Energía en qué sentido: la energía física, la energía emocional, la energía mental, para converger en un momento determinado en el más pequeño de los elementos que constituyen la estructura material del Sistema Solar y muy particularmente de nuestro planeta, o sea, el elemento químico. Me pregunto hasta qué punto el investigador científico ha logrado penetrar en este campo maravilloso, profundamente maravilloso, del elemento químico, en donde aparentemente la vida del Creador ha llegado a su máxima confinación dentro de su universo. El elemento químico es sin embargo una vida maravillosa que tendremos que considerar constantemente si tenemos que hablar de los ángeles, por cuanto si aceptamos que los ángeles no son otra cosa que las energías que condicionan todo cuanto existe, los constructores del universo quizás les asignaremos de hoy en adelante a estos elementos un carácter profundamente natural, científico y digno de ser estudiado. El elemento químico posee de por sí un carácter social muy importante para aquellos que poseen clarividencia y pueden observar el mecanismo de la entidad angélica que trabaja en el interior del mismo, teniendo en cuenta la ley de jerarquía que examinamos el mes pasado, mediante la cual el Dios que creó el universo se refleja exactamente en todos los átomos que constituyen su cuerpo de expresión: el universo. Entonces, si logramos penetrar la vida maravillosa del átomo y determinamos el elemento más pequeño dentro de su estructura, nos encontraremos con el elemento químico. La ciencia mediante el radiotelescopio y el radiomicroscopio han logrado hacer visibles zonas del universo que anteriormente aparecían veladas por el misterio.
Se considera al elemento químico, lo mismo que a la más alejada galaxia, desde un ángulo de vista exquisitamente natural, como un reflejo de la propia Divinidad que se manifiesta igual en el gran universo —el gran macrocosmos— como en el pequeño elemento químico que constituye la substancia viva de la cual se estructura el universo físico, emocional y mental, y el ser humano no puede pasar más allá de esta consideración triple, ya que esencialmente es el triángulo manifestado de la Divinidad. Y ustedes preguntarán cómo y de qué manera la vida de Dios está presente en cualquier elemento químico, y para ello quisiera citarles a ustedes lo que decía el gran Platón de que “Dios geometriza”. Siendo la geometría una expresión en el espacio de la ciencia de los números, hay que darse cuenta de que realmente un átomo, o bien un elemento químico, es un conjunto armonioso de formas geométricas, de delicados matices para aquellos que pueden observarlos, y cuando se extrema esta visión esotérica o investigación espiritual del elemento químico se le ve constituido por tres grandes sectores o tres grandes aspectos. Hay ante todo una vida central coherente, la de una célula, la de un organismo, o la de un sistema solar, dentro del cual este elemento químico está inmerso, constituyendo entonces parte de una vida central omnipresente. En el caso del ser humano el elemento químico puede constituir agrupado entre sí el organismo que posee físico, también existen elementos desconocidos por la ciencia y por la química del plano astral, y otros todavía más indeterminados por su acuidad, por su sutilidad, del plano mental. Entonces, cuando estamos refiriéndonos a un elemento químico, para mejor comprensión hablaremos del elemento físico, el que constituye agrupado entre sí las moléculas que conforman la materia de nuestro universo objetivo. Existe después una Vida Central dentro de la propia estructura del elemento químico que es una maravilla de organización social, que es la vida, o esta corriente evolutiva de la naturaleza, que halla en el elemento químico su campo de expresión, es una entidad y esta entidad agrupada en muchos millones y millones de entidades parecidas constituyen las células, las células constituyen el organismo, los órganos, hasta formar el todo físico coherente que nuestros sentidos físicos pueden apreciar.
Existen siete corrientes de vida en el universo, de las cuales solamente conocemos tres, son las tres que estamos considerando y que constituyen el patrimonio de nuestra cuarta ronda planetaria y el cuarto planeta, la Tierra, en donde vivimos, nos movemos y tenemos el ser. Las tres corrientes son estas: la corriente de evolución que trajo a la vida al ser humano; la corriente de evolución que trajo a la vida al ángel; y la corriente de evolución que trajo a la vida al elemento químico. Son tres corrientes distintas que en su mutua interdependencia están explicando el drama de la evolución y son en tiempo y espacio una encarnación del AUM SOLAR. Existe, finalmente, dentro del elemento químico el otro aspecto para constituir el triángulo al cual nos hemos referido, y se trata entonces de la vida angélica que mediante el todo coherente del Yo central espiritual ordena a su expresión kármica que construya los elementos químicos determinados al sentido de su propia coherencia, lo cual quiere significar el destino del hombre, el destino de su propia evolución que está marcado precisamente por la calidad de los elementos químicos que constituyen su cuerpo físico, su vehículo emocional y su cuerpo mental. Bien, tenemos ya en forma breve y resumida un todo coherente espiritual, un Yo, tenemos una corriente de vida elemental que está siguiendo los impulsos activos de esta Entidad Central y que constituye una evolución que está ligada inexorablemente a la vida del ser humano, y tenemos también la vida angélica que construye de acuerdo con la imposición de propia evolución o del destino kármico del ser humano los elementos químicos que conforman los tres planos de su organización psicológica. Bien, entonces, a medida que nuestra vida se va haciendo radioactiva —permítanme expresarme en términos científicos— va adquiriendo el poder de redimir la substancia. La redención no hay que confinarla al aspecto místico del ser humano o a la expresión espiritual del hombre o de cualquier elemento de la naturaleza; la redención es un fenómeno cósmico, se está realizando a medida que el ser que trae la coherencia en todos los planos, esta Entidad Central que llamamos Dios con respecto al universo y que llamamos el Yo con respecto al hombre, son realmente los elementos básicos de la redención Solar. ¿Qué vamos a entender por redención desde el ángulo de vista del tema de los ángeles? Simplemente la liberación del ángel con respecto a la presión desde el yo interno sobre los elementos químicos de no importa qué constitución o de qué cuerpo que pueda utilizar el hombre durante el proceso de su evolución. Aparentemente esto es maravilloso y quizás tiene sus tintes de misticismo agudo o profundo, y sin embargo es algo que está flotando por doquier, que está viviendo en nosotros, que forma parte de nosotros, que es la revelación de lo que realmente somos, la proyección de nuestro destino halla en el elemento químico y en el ángel que construye su estructura el punto de resolución del gran problema evolutivo. Así, acepten que la redención, científicamente hablando, es el poder del hombre actuando sobre los ángeles, los cuales a su vez construyen la estructura de un elemento químico. Teniendo en cuenta que visto el individuo desde el ángulo de vista de un gran Adepto es asimismo un pequeño elemento químico perdido en la inmensidad de un Sistema Solar. Así que estamos reflejando constantemente lo que es Dios con respecto al ser humano, y estamos reflejando idéntico principio de polaridad y de ritmo que el que impone el Logos Solar al hombre y que nosotros imponemos, sin que nos demos cuenta de ello, a toda la estructura molecular que constituye nuestros cuerpos kármicos, entendiendo por cuerpo kármico todo esto [lo dibuja en la pizarra] que ustedes pueden apreciar aquí: los tres principios mineral, vegetal y animal, y los elementos del plano físico, emocional y mental que conforman nuestra estructura actual de resolución. Si ustedes se dan cuenta del proceso, cuando se ve la copa o el cáliz y encima la hostia con la cruz en el medio, y más arriba la estrella de cinco puntas —símbolo de Cristo— estamos diciéndole al ser humano que es un Cristo redentor cuya misión es redimir la substancia que compone sus cuerpos, de la misma manera que Dios el Creador envía a los Cristos redentores según las épocas cíclicas de la humanidad; cuando la humanidad precisa de ayuda, cuando aparentemente el mal triunfa sobre el bien, aparece un Instructor, un Redentor, un Buda, un Cristo con la misión definida de redimir. Automáticamente toma el lugar de la humanidad y se convierte en el Cáliz que tiene que contener el Verbo, y a esto se le llama redención. La redención en sus dos aspectos, de sutilización de la materia y al propio tiempo de conversión de la substancia física en luz, y esto nos explicará también cuando en épocas pasadas el Logos de ciertos sistemas solares se hizo radioactivo porque consumó su proceso de redención con respecto a su universo, que son las grandes estrellas como Sirio, por ejemplo, o Aldebarán o Betelgeuse, que están más allá de la concepción de lo que entendemos por Sistema Solar. El hombre viene a ser lo mismo, hablamos simbólicamente de convertirse en un planeta sagrado, siendo el planeta sagrado precisamente un planeta que por haber adquirido su Logos planetario la capacidad de liberar a los ángeles que están creando sus cuerpos ha logrado hacer avanzar el proceso químico de la substancia, y ésta se ha convertido en radioactiva, se ha convertido en luz, y entonces aparece un planeta sagrado en un universo cualquiera, como aparece un iniciado en el mundo de los hombres. Entonces, el proceso místico de la redención es un problema científico, que el científico, el investigador, tendrá que resolver un día u otro para consumar una etapa dentro de la propia vida de la ciencia, o para que la ciencia evolucione hasta donde le corresponde llegar que es la medida de todo el sistema químico y, si ustedes me permiten la expresión, convertir en átomos, o en elementos de helio todo el contenido plutoniano o saturniano que le está envolviendo con su capa pesada, sólida de manifestación. Bien, se trata de ver si el misterio que se produce cuando el iniciado, técnicamente definido como Arhat, resuelve el problema de liberación del Ángel Solar, de aquél que creó su cuerpo causal, liberándolo el cuerpo causal se destruye, se convierte en luz; lo tenemos representado en la figura mística de Buda. Dense cuenta el sentido de liberación cuando la fuerza impelente y combinada del espíritu y del entendimiento se convierte en amor, y entonces todo el proceso se realiza sin esfuerzo más allá de la disciplina; si hay amor no hay disciplina, solamente hay disciplina cuando impera el intelecto, cuando impera la mente, cuando imperan —si ustedes me lo permiten— los ángeles inferiores de la naturaleza. Así que la evolución humana, por su carácter de redención ocupa el centro del Sistema Solar, por unas razones muy importantes, porque el 4º Rayo está en el centro de la evolución de los Rayos, porque el 4º plano, el plano Búdico —vayan ustedes observando— está en el centro de todos los planos del Universo, y que el 4º Reino, el reino humano, está en el centro de la evolución planetaria, con la misión definida de convertir los elementos químicos de los cuerpos físico, emocional y mental en radioactivos y pasarlos al 5º Reino de la Naturaleza, lo cual implica un desbordamiento de energías por la total atención del Logos planetario sobre el 4º Reino de la Naturaleza, y esto les explicará también las dificultades en esta 4ª Ronda, porque la 4ª Ronda, el 4º Planeta que es el más denso del Sistema Solar —que es el planeta Tierra— regido por Saturno en su aspecto físico global y el 4º Reino —el hombre— y el 4º Rayo que creó la Humanidad, está singularmente activo en estos momentos de transición de eras, cuando Piscis deja su lugar a Acuario y Acuario empieza a gobernar el sentido de la vida. De ahí, que no es en vano que se hable actualmente de los ángeles, no aquí, en muchos aspectos, científicos también, aunque no le den el nombre de ángeles. Es que damos el nombre de ángeles porque no tenemos otro nombre conocido para determinar aquello que nos enseñó la religión, porque la religión —todas las religiones per se— adoraron a los ángeles desde el principio mismo de los tiempos, pero lo circunscribieron en el seno de la propia religión, y ahí está el pecado de las religiones, en tanto que el ángel como energía vital de la naturaleza, ya como electricidad, como fuego de Kundalini, como fuego Solar, o como el fuego Eléctrico de la propia Divinidad es siempre el ángel. De ahí que cuando hablábamos de los Arcángeles que constituyen el andamiaje de nuestro universo en cada uno de los subplanos nos estábamos refiriendo a esta fuerza constructora de los elementos que constituyen todo este esquema. Desde Yama, el Señor del plano físico, a Varuna, el Señor del plano astral, a Agni, el Señor del Fuego, del plano mental, hasta llegar a Indra, en el plano búdico, y este plano búdico en lo que respecta al hombre y como los ángeles de la unidad, es también, dense cuenta, el paso importante que tiene que realizar la naturaleza como un todo para pasar a la etapa superior. La Tierra tiene una misión bien definida como un elemento químico perdido en la inmensidad del Cosmos, está polarizando la atención del Logos Solar en un sentido muy positivo y objetivo, está trayendo a la manifestación un planeta etérico que pertenece a la 3ª Ronda y está marchando hacia otro planeta —Mercurio, probablemente— que está en la 5ª Ronda. Entonces, los planetas, como los seres humanos, son elementos engarzados dentro de los cuales el más potentemente radioactivo, el que mayor cantidad de luz puede centralizar en su estructura química es el que tiene la misión de dar la mano a los planetas que están entrando en la evolución objetiva. Es como un reloj. Este paso gigantesco de la Tierra en esta 4ª Ronda, en esta 5ª Raza y en esta 5ª Subraza es precisamente determinar el momento, si el ser humano responde al imperativo de la Voluntad del Logos planetario, de constituirse en la plataforma desde donde un planeta etérico pasará a ocupar su lugar para que la Tierra a su vez pase a convertirse en un planeta sagrado dentro de la 5ª Ronda. Yo no sé hasta qué punto esta digresión esotérica pueda hallar un punto de relación dentro de sus mentes, pero sí hay que aceptar un hecho evidente, que la ciencia de nuestros días no explica, no puede explicar todas las cosas. Por ejemplo, la parapsicología es algo que todavía no ha entrado en su máxima potencialidad en el campo de la ciencia, en el campo del análisis y de la comparación. La teoría de las dimensiones del espacio todavía pertenece al campo del esoterismo y muy particularmente de los discípulos que en este momento están trabajando en el planeta Tierra dentro de la humanidad para constituir el núcleo de los enviados celestes con la misión definida de redimir la materia de sus cuerpos y al redimir la materia de sus cuerpos redimir el karma del Logos planetario. ¿Quién es, se preguntarán ustedes, el Logos planetario? Bien, es Aquel ser que ha construido nuestro planeta mediante el poder de su voluntad, de su amor incluyente y de su inteligencia creadora. Significa esto que ha movilizado a los Señores de la Visión, las Huestes de la Voz y los Señores de la Forma, o de los Arquetipos, para crear todo cuanto conocemos, los ángeles inferiores, desde lo más elevado del Sistema Solar hasta aquellos pequeños elementos que trabajan en el seno de la Tierra para constituir la osamenta del planeta, más la potencialidad del Fuego de Kundalini que está en el centro de la Tierra y que constituye la fuerza viva del ángel que en el centro de la Tierra está recibiendo constantemente la fuerza del Arcángel Agni, para ascender en contacto con Varuna a Indra. ¿Se dan cuenta? El fuego de Agni al incidir sobre el agua de Varuna crea el vapor, el éter, y así los reinos se van equilibrando, superponiendo, lo inferior tiene una misión muy definida, como decíamos el otro día al hablar del árbol de la creación, cuando no puede existir un Adepto si no existe un reino, el reino humano, que lo sostenga; no puede existir el plano ádico donde Dios está en su máxima expresión creadora sin contar con el reino mineral, y con el plano físico. Así, todo es interdependiente, todo constituye un bloque unido sin posible división, y ahora nos es dado a los seres humanos por la fuerza del 7º Rayo que va penetrando en el planeta Tierra de hacer que lo que antaño parecía algo confinado al terreno de la fábula o de la fantasía o de los mitos se convierta en objetivo y podamos contemplar los ángeles como se contemplaban en razas pasadas. Bien, y ustedes preguntarán: ¿por qué no existen ángeles apreciablemente a nuestros sentidos en el mundo de hoy? El vivir humano está hoy día centralizado en ciertos aspectos del pasado que no fueron debidamente trascendidos durante la época de la Atlántida. Muchos de nosotros, los que estamos aquí, estamos organizados psíquicamente todavía por aquella civilización Atlante. Ustedes saben que la Atlántida constituyó hace muchos millones de años el pináculo de la sabiduría al alcance del ser humano, pero los atlantes no cumplieron con la ley, y en vez de redimir a las huestes angélicas, tal como es la misión del ser humano, las encadenaron a sus propios medios de organización y los hicieron servir como elementos de lucha contra otras razas y entonces, naturalmente, como se había faltado a la ley, la ley cumplió con su objetivo de seguir adelante y la Atlántida fue hundida bajo las aguas. Bien, me pregunto si se dan cuenta de que no se trata de una anécdota curiosa sino que es un tremendo aviso a ver lo que estamos realizando actualmente, teniendo como tenemos la misión de redimir nuestros organismos conocidos, de la presión de la materialidad que encadena a esta corriente de los elementos químicos para que fluyan hacia su propio destino y, entonces, orientar todas las actividades en el sentido de la redención, a la cual anteriormente nos habíamos referido. Todo cuanto hemos dicho hasta aquí acerca de los ángeles debe ser considerado de una manera científica. No existe ninguna ley científica, desde la ley de gravedad que descubrió Newton hasta la teoría de la relatividad de Einstein, hemos avanzado mucho científicamente; solamente se ha descubierto la potencialidad que existe en el corazón del átomo, y darnos una idea de lo que el hombre debe de hacer para liberar los elementos químicos que constituyen sus organismos, para entrar así en aquello que esotéricamente se denomina “la corriente iniciática”, aquella corriente de la cual ya prácticamente no se retorna, es la corriente de la liberación. Si ustedes aceptan como válida la idea de liberación en el sentido de redención, si ustedes aceptan por un momento el destino de responsabilidad que tiene el ser humano con respecto a las vidas minúsculas que constituyen sus organismos, la deuda de gratitud contraída con los ángeles que constituyen la forma geométrica de los elementos químicos de sus cuerpos, no tendrá más opción, si realmente hay responsabilidad, que situarse en un plan de redentor y de actuar como hizo Cristo, redimiendo no solamente el aspecto parcial de sí mismo sino redimiendo todo cuanto existe en él y a través de él. El aire que respiramos, lleno de ángeles y de devas, el agua con la que lavamos nuestro cuerpo, el aire que respiramos junto con el agua constituyendo otro elemento, porque el elemento químico a través de maravillosas combinaciones constituyen otros elementos, pero en general son como razas dentro de una raza principal, y la persona que es capaz de liberar mediante un pranayama natural la corriente pránica que penetra en su organismo físico mediante una mente serena, estable, segura, una mente llena de actividad creadora, todo cuanto penetre en su organismo sale liberado. Si se dan cuenta de una cosa tan sencilla tendrán en sus manos el poder que gobierna el universo, pero hay que empezar por aquí, por el sencillo hecho de que si no hacemos esto es como aquél que sabe dónde tiene que ir pero no da el primer paso. El primer paso es lo inmediato, yo les hablo de los grandes Arcángeles del universo, de la estructura angélica que constituye el elemento químico de cada uno de los subplanos y quizás les pueda hablar también de que entre cada uno de los subplanos existen unos vacíos que son los responsables de las pequeñas iniciaciones del ser humano, y de que cuando hablamos de una 1ª Iniciación en el sentido de Logia planetaria, estamos diciendo que el ser humano ha pasado dominando todos los ángeles de este plano a un vacío que está en este punto crucial entre el subplano atómico del plano físico con el primer subplano del plano astral, aquí hay un misterio de iniciación y de revelación. Y que, por ejemplo, cuando se llega a dominar todo el sentido del Grial de la conciencia, cuando aceptamos que somos en nuestra concepción total un cáliz abierto a la fuerza divina del Logos simbolizada en la hostia sagrada con la cruz en el centro, veremos todo el sentido simbólico de la misa católica, un misterio que todavía la Iglesia no ha logrado explicar, el misterio angélico que se produce cuando el sacerdote no es solamente una copa que se eleva sino que son los tres cuerpos físico, emocional y mental del sacerdote que está poniéndose en contacto con la Divinidad. No sucede así porque para realizar ese Santo Grial se precisa la talla de un iniciado. No se puede decir la misa sin ser un iniciado, porque un ser humano porque haya estudiado en un seminario no será santo, será una persona que comprende el misterio pero que no se ha convertido en el misterio, que comprende muy bien los sacramentos pero no es un sacramento en sí. El principio de la evolución está en que cada uno de nosotros se dé cuenta del lugar exacto que ocupa dentro del elemento social de su vida de relación, y que sepa cómo y de qué manera debe actuar en conciencia para liberar todo el contenido angélico que constituyen los elementos químicos, para redimir a estas fuerzas que se unieron voluntariamente al ser humano para crear sus cuerpos de expresión con vistas a esta experiencia magnífica que ha de convertir al hombre en un Dios. Bien, estamos en una gran encrucijada porque actualmente nuestro Logos planetario en virtud de este ordenamiento Solar está pasando por la crisis de la 4ª Iniciación, y esto les demostrará que tiene una explicación científica el caos aparente de la humanidad en esta época de traspaso de eras. Aparentemente existe una falta de equilibrio, no existe orden, el amor apenas se conoce, hay mucha agresividad en el ambiente, el ser humano se ha hecho competitivo, está luchando entre sí, y todavía no existe paz en la Tierra. Bien, ¿qué le pasa a un ser humano cuando atraviesa la crisis de la 4ª Iniciación, cuando el ser humano debe convertirse ya en un ser divino? Pasa por idénticas crisis porque el revulsivo esotérico que constituye la energía del 1er Rayo que incide en la vida del iniciado de la 4ª Iniciación debe destruir aquello que es lo mejor que ha tenido el hombre a través del tiempo, que es su cuerpo causal. Es decir, quebrantar el cuerpo causal quiere decir que desaparece el cuerpo causal y se convierte en luz, y al convertirse el cuerpo causal en luz se liberan los ángeles y se libera el Ángel Solar, y entonces el ser humano pasa a convertirse en una estrella mística de cinco puntas que es la suma del OM sagrado con el AUM de la manifestación. El AUM corresponde a la fuerza constructora de los ángeles que oyen la voz y, al influjo de la voz, crean las formas geométricas de un plano de la naturaleza. El OM es el lazo de contacto que tiene el ser humano cuando ha establecido contacto con el plano causal para hacer pasar todo su contenido físico-químico al plano superior. Redimir la substancia implica ante todo que el hombre debe poseer la iniciación, debe haberse liberado de la parte de karma que corresponde a esa etapa. Y a medida que va venciendo la inercia de sus vehículos, lo cual significa que está infundiendo luz en cada uno de los elementos químicos que constituyen su estructura, está adquiriendo el poder de hablarle a Dios cara a cara, o al Logos planetario.
Bien, el tema en sí es más importante de lo que pueda parecer por mis palabras, por cuanto estoy limitado por mis propias palabras, aún cuando perciba cosas más allá de las palabras que no pueden decirse con palabras, pero, algo sí es importante que aprendamos todos: si queremos que la sociedad se libere, que existan relaciones humanas correctas, que el hombre no sea el enemigo del hombre, habrá que empezar por esta tarea humilde, aparentemente sin importancia, de redimir todos y cada uno de los elementos químicos que constituyen nuestros cuerpos de expresión. Estamos actualmente redimiendo al contenido emocional de la naturaleza vegetal y al contenido mental que corresponde a la etapa primaria del hombre, porque el misterio de la individualización que confirió un alma al ser humano que venía progresando desde el mundo animal se convirtió, precisamente, en el ornamento final de la gran Copa del Santo Grial. A partir del reino animal y al iniciar la vida del hombre empieza ya a trabajarse con materia que corresponde a una estructura del propio Logos Solar. Cada uno de nuestros cuerpos que responde a las impresiones de nuestra voluntad activa, y al poder de la inteligencia y a la sensibilidad del amor tienen en cada uno de nosotros una forma característica, y hay que tener la visión clarividente del discípulo para ver la situación exacta dentro de su evolución de cualquier tipo psicológico de hombre, por la calidad, color y simetría de las formas geométricas que constituyen los elementos activos de su cuerpo, de su sensibilidad emocional y de su mente. Otro misterio para ser analizado progresivamente por nuestra mente analítica, otro intento de hacer científico el aspecto esotérico de nuestra vida espiritual.
Bien, estoy seguro que las preguntas de ustedes permitirán ampliar mucho cuanto hemos dicho hasta aquí.
Interlocutora.— Yo quisiera…, tengo varias preguntas, pero a ver qué va a salir de aquí, porque sí, es difícil. En primer lugar, parece que hay a veces, según charlas, una contradicción de redención de substancia con la forma de redimir la substancia, ¿verdad? Me gustaría que ampliaras un poco la manera o cómo redimir la substancia. Esta es la primera, y la segunda… [Para empezar es bastante] Ah, sí…, bueno, bueno.
Vicente.— Si tenemos en cuenta que los elementos que deben de ser redimidos poseen una estructura geométrica de acuerdo con el karma del individuo, cada una de estas zonas geométricas tendrá un sentido diferente de redención; por ejemplo, las formas geométricas que pertenecen a los ángeles del 1er Rayo son aparentemente muy distintas de las que forman la estructura de los ángeles del 2º, 3º y 4º Rayos. Entonces, la técnica dentro de un sentido muy general, la técnica de la liberación de estos elementos químicos de substancia dentro de un sentido general vendrá impuesta, primero, por la evolución del Yo superior; segundo, por la calidad de los ángeles que ha logrado invocar de las fuentes cósmicas; y tercero, por la acuidad, el color y la forma geométrica del propio elemento. Entonces, el sistema en sí de evolución del elemento químico a la búsqueda de la redención que le corresponde como corriente evolutiva hay que añadirla siempre, porque es coexistente, con la evolución kármica del yo, en el caso de un ser humano que está tratando de redimir su pequeño universo, y a partir de aquí surgen las técnicas y los diferentes yogas. El Hatha yoga, seguramente, tendrá que ver con las formas geométricas de los elementos que constituyen la materia física de aquel plano en sus diferentes densidades, teniendo en cuenta, tal como dijimos el otro día, que hay elementos constructores angélicos que trabajan con elementos sólidos, otros con elementos líquidos, otros gaseosos hasta entrar en el mundo etérico, y a partir de aquí hasta el cuarto éter o el subplano atómico de cada plano. Se trata de un proceso muy complejo en su desarrollo aunque muy sencillo de apreciar si tenemos ojos para ver y oídos para oír. En todo caso, la iniciación es la canalización de todos los esfuerzos del yo trabajando sobre los elementos químicos que constituyen su cuerpo. Cuanta mayor sea la cantidad de elementos químicos liberados mayor será entonces la substancia de luz que recibirá de los altos lugares, de la estrella de cinco puntas que es su propia esencia y que penetra a través de la respiración, de los actos, de los pensamientos y de las emociones variadas que tiene nuestra estructura física, emocional y mental, y se convierten en el pan de vida y en el agua de vida de aquellos elementos, constituyéndose entonces el ser humano como un verdadero redentor por cuanto redime la forma geométrica, la reduce a un mero símbolo, lo hace incorpóreo, lo hace ultrasensible, si puedo expresarme así, lo convierte en éter y lo devuelve a su propio mundo. No sé si han comprendido. Un elemento químico, dense cuenta siempre, que es la fuerza operativa de un ángel oprimiendo los éteres, condensándolos, comprimiéndolos de esta manera hasta alcanzar un cierto grado de condensación o de forma o de color. Se comprende fácilmente que la evolución de nuestro yo hace que los elementos que constituyen nuestros cuerpos sean más o menos sensibles a la luz, o que se conviertan en luz, en el misterio de las iniciaciones sucesivas.
¿Comprenden el proceso? Y esto lo estamos realizando constantemente en nuestra vida de relación, desde el momento en que nos damos cuenta de la diversidad de origen de los seres humanos, origen en el sentido kármico, porque todos procedemos de un tronco común. Si somos conscientes del proceso que va de la substancia reconocida como elemento químico-físico hasta aquella substancia incorpórea que es el éter, que solamente puede ser visible a los ojos de los Maestros y de los Adeptos, nos daremos cuenta de la dificultad que entraña entrar científicamente en el estudio de los ángeles. Resumiendo, los ángeles —y en vez de ángeles podemos decir la energía cósmica que nos rodea— están por doquier, y si no vemos a los ángeles guardianes de la humanidad, los eternos compañeros del hombre en nuestra sociedad moderna, es debido precisamente a que el ser humano ha desvirtuado la ecología de la Tierra. El aire que respiramos ha dejado de ser respirable, dense cuenta de que hay unos ángeles que se manifiestan a través de la atmósfera y que constituyen la substancia organizada mediante la cual podemos respirar, entonces, si hay contaminación ambiental los ángeles no pueden estar aquí, no hay salud porque no hay ángeles, no hay arte creador porque no hay ángeles en el mundo emocional, y no hay grandes obras literarias porque los ángeles del plano mental también han desaparecido prácticamente, porque el ser humano ya no cumple su misión como ser humano, como el enlace del cuarto reino con todos los reinos de la naturaleza. Antaño, en las razas hiperbóreas, era corriente ver pasear a los ángeles y a los hombres juntos, pero salgan a la calle, el aire cada vez se hace menos respirable, el agua está contaminada, la fórmula H2O ha desaparecido prácticamente, porque lleva otras materias con las cuales el ángel no puede coexistir, entonces, fíjense bien en la importancia de un elemento químico cualquiera. Es muy difícil que la idea de los ángeles, a menos que la persona posea una estructura espiritual esotérica, pueda ser incorporada a la mente científica de los seres humanos. Esperemos que si comprendemos algo en estas pequeñas conversaciones no sea una especie de arrobamiento místico, algo romántico sino que sea algo práctico, cada vez que tocamos agua tocamos devas, cada vez que respiramos, respiramos ángeles; cada vez que pensamos ponemos en actividad a los Agnischaitas. Los ángeles, entonces, están por doquier. La ciencia les da el nombre genérico de energía, pero la ciencia está limitada por el experimento, por la comprobación y por el intelecto, solamente puede pasar la gran barrera el iniciado, y para el iniciado el plano astral y el plano mental son objetivos completamente, vive, se mueve y tiene su ser allí con toda independencia, con plena autoconciencia de su ser, y todo el proceso se inicia solamente practicando lo que Cristo predicó desde siempre: “Amaos los unos a los otros”. ¿Y qué se puede decir más? Y el amor es la substancia de redención, y como no hay amor no hay ángeles, no hay redención, y hay guerras y desastres por doquier. Examinen por favor esta idea.
Interlocutora.— Entonces, el ser en sí, el Yo, emana esta energía dévica para que él redima su substancia. Entonces, si el Ser no captamos lo que el Yo superior desea de esta redención fallamos, por decirlo de una u otra manera, mientras que es cuando sale de ti esta redención de substancia, que unos dirán disciplina, otros dirán yoga, o lo que sea… he entendido.
Interlocutor.— Ha dicho que hubo una gran civilización que llegó al pináculo de su sabiduría y que por no cumplir con la ley fue sumergida en las aguas. ¿Qué podemos deducir de la actual civilización si le rige también esa ley?
Vicente.— Le contesto. Pues está en un trance de desaparecer la civilización si continúa investigando en la cuarta dimensión, como por ejemplo la bomba de neutrones, para destruirse mutuamente los seres humanos. Pues bien, si se destruye una parte del planeta por el agua, porque la civilización Atlante correspondía al mundo emocional, si el ser humano actual o el grupo de seres humanos actuales que están traficando con poderes que desconocen, actuando como aprendices de brujo, y las potestades superiores que rigen nuestro universo están apercibidos, puede que desaparezca otro continente por el fuego, por la misma fuerza que engendraron. Es que el mundo teme la bomba atómica sin darse cuenta de algo esencial, y es que la bomba atómica fue dada a la humanidad para que pudiese redimirse precisamente de sus estructuras, del trabajo, de la luz de la que dependemos, de ciertas cosas que vienen de algo muy atrasado con respecto a la evolución de nuestra 5ª Raza. Entonces, si la mente humana continua traficando con valores que desconoce, y actúa, como digo, como aprendiz de brujo, haciendo peligrar nuestra civilización y el planeta entero, entonces, las mismas fuerzas angélicas, los dedos del Señor que hundieron la Atlántida hundirán otro continente, lógicamente, no tengan miedo ustedes, hay una ley, hay una Jerarquía Espiritual en nuestro planeta, me pregunto por qué tenemos miedo. Desde el momento en que ustedes afirman el hecho singular de que son un espíritu que emana de la propia Divinidad y que este espíritu por la fuerza misma de la Divinidad es capaz de invocar a los ángeles para fines creativos, desde el momento en que operamos sobre ángeles con unos fines destructivos ya estamos preparando el camino de nuestra propia destrucción. Estamos traficando con valores misteriosos, algo que desconocemos en nuestra vida de relación, algo muy significativo en nuestra era en donde aparentemente se ha perdido el control emocional, en donde existe todavía un gran poder agresivo en los seres humanos, y en donde el hombre ataca al hombre, es despiadado, es cruel en sus reacciones. Entonces, no podemos esperar otra cosa que individualmente o como grupo, una gran porción de seres humanos sean destruidos antes de finalizar este siglo, porque hay leyes, y estas leyes son la voz del propio Dios con respecto a su propio universo, son leyes que no pueden ser quebrantadas por el espíritu del hombre. Se le dio al ser humano la capacidad del libre albedrío, o de autoconciencia, o de alma, para que cumpliese su cometido como ser humano, que era redimir los tres mundos de substancia mediante los cuales se está representando o pensando y elevarlos a los mundos celestiales. ¿Quién cumplirá esta misión? La tremenda imposición del dedo del Señor, o el Cetro Iniciático, sobre ciertos seres específicos, elegidos si ustedes quieren, pero entre nosotros si hay buena voluntad hará que el nuevo orden se imponga en la sociedad quebrantando la tradición del pasado y todo aquello que el pasado construyó basándose en la opresión, la desigualdad, el desequilibrio y el odio. Es fácil redimir a la humanidad si nos amamos los unos a los otros, no lo hacemos…, no será culpa de Dios. Tenemos todo en nuestras manos, todo está a nuestro alcance, pero, como digo siempre, tenemos que desarrollar la capacidad de percibirlo y de alcanzarlo.
Interlocutor.— Dicen que el fuego purifica, luego, ¿es posible que la humanidad sea redimida también por el fuego?
Vicente.— Sí, pero yo no me refiero a este fuego destructor del hombre que está invocando constantemente por el odio de su corazón, yo hablo del sentido de redención por el amor, es la única manera de redimir sin que exista sufrimiento. Si hay sufrimiento no hay redención, pero si hay amor sí que existe la redención, estoy hablando de este sentido de amor que posee el ser humano y que hace que se convierta realmente en un redentor en el mundo de sus relaciones humanas.
Leonor.— Cuando se habla de la destrucción por el fuego, ¿no podría ser que existiera algo sobre una raza determinada pero no sobre continentes como la otra vez?, porque precisamente no hace muchos días tuve ocasión de enterarme de que cerca de Córdoba, en un pueblecito, que hay una mina en la que hay desechos de uranio y de muchas cosas así, pues nacen criaturas deformes, pero el caso curioso es que en el Amazonas existen indios de los que llamamos salvajes que están viviendo sobre terrenos que están debajo de uranio y debajo de toda clase de estos materiales que a la raza blanca le producen malformaciones y toda clase de enfermedades. Entonces, podría ser que sólo fuera cierto castigo para esta raza nuestra que sólo sirve para extinguir a las demás. Y precisamente estas otras razas donde pueden vivir encima de estos lugares que son para nosotros tan perjudiciales, para ellos sólo les mata, por ejemplo, el microbio de la gripe, que le llevamos los blancos para poder exterminarlos y para hacer esta gran carretera transamazónica que están haciendo. En fin esto me ha hecho pensar mucho en que llevamos nosotros el castigo encima de nuestra raza, y quizás no todas pasarían por lo mismo, quizás no se destruirían continentes sino vendrá en un momento determinado que se unan las otras razas para hacernos pagar el tributo, podría ser esta especie kármica.
Vicente.— Podría ser. Digo algo muy especial y que debe ser considerado con mucha atención, y es que si el ser humano no cambia de sistema de vida —yo soy muy optimista al respecto— habrá una destrucción, yo no digo si será limitada a una nación o quizás a un continente entero. Esotéricamente se sabe que en el año 1943, en plena guerra mundial, ciertos ángeles Agnisvattas se introdujeron en el cerebro de los científicos alemanes para impedir que descubrieran el secreto de la bomba atómica. ¿Qué pasará ahora si otros países, no precisamente los alemanes, estén traficando también con otras cosas que pueden ser mortales para la humanidad? Existen las fuerzas angélicas —reitero lo dicho anteriormente, “los dedos del Señor”—, para acusar y para hacer cumplir la ley, si a esto le llaman destrucción por el fuego…, de acuerdo. La raza Aria, nuestra 5ª Raza, está gobernada por el fuego de la mente, entonces, no estando gobernada por Varuna, sino que está gobernada por Agni, en su campo de expresividad, es posible que no sea Varuna el que destruya a aquellos que no se comporten según la ley divina, y que sea Agni, el Señor del Fuego, el que destruya una parte, pequeña parte, naturalmente, de seres humanos que están traficando con valores absolutos sin saber realmente lo que están haciendo, este juego peligroso de jugar a hacer de brujo, sin conocer las palabras mantrámicas de poder que son la salvaguarda del discípulo. Entonces, ¿qué es lo que va a ocurrir? Un canto de optimismo: todas aquellas personas que se comporten correctamente en sus relaciones sociales, que no atenten contra la ecología, no simplemente física, sino la ecología de los planos emocionales y mentales, serán aquellos seres que, simbólicamente, cuando la destrucción de Sodoma y Gomorra, que descendieron los ángeles del cielo e hicieron una señal en las puertas de sus casas y fueron salvados… Hay una ley para el justo, lo mismo que hay una ley para el injusto. Todo está presente aquí y ahora, y la única advertencia que puede darse al ser humano en estos momentos es que sea un correcto ciudadano, y no es mucho pedir en un mundo de tensiones múltiples como estamos viviendo actualmente. Todos podemos cooperar en este sentido, todos podemos invocar las fuerzas dévicas y todos podemos transformar la vida en términos de redención o de realización de nuestro yo.
Interlocutora.— Por ejemplo, en la raza humana, los planetas, o sea, el planeta Tierra, que es en el que estamos y es el valle de lágrimas que dice el “Ave María”, si el momento que buscamos de felicidad, de paraíso, existiera, yo me voy a remontar a una época en que todo fuera paraíso, ¿qué trabajo tendría el planeta nuestro?, ¿habría llegado ya a su redención o tendría que volver otra vez a otra evolución para que se volviese a reproducir los hechos que según se dice siempre son los mismos?
Vicente.— Bien, nosotros examinamos la perfección como una meta, y la perfección, el estado celestial, no es una meta, es un, digamos, absoluto devenir, la persona vive correctamente y en esta fruición del correcto vivir se halla la liberación y su perfección. ¿Acaso no es perfecta una flor en su estructura, en su modalidad? ¿Acaso no es perfecto cualquier animal en su especie? Aparentemente sólo el hombre se aparta de la ley, y como se está apartando de la ley y lo reconoce se está creando una meta de perfección, y esto es falso. Cuando la persona comprende que no vive de acuerdo con la ley, simplemente hace lo que dijo Cristo, se levanta y vuelve a andar. Lo interesante es que reconozca dónde y en qué momento está quebrantando la ley divina, o la ley de la naturaleza, o la ley del amor universal. Desde el momento en que se da cuenta de que no hay que buscar ninguna meta, ninguna perfección, y si este planeta es el que me corresponde, está entrando ya en la teoría de la reencarnación y estas cosas, entonces está sin darse cuenta, sin pretenderlo, progresando hacia el propio Dios, que no tiene meta, porque estamos viviendo en el cuerpo de Dios, pero, ¿qué pasa con Dios mismo?, ¿acaso Dios no está viviendo dentro de otro Dios? Nuestro universo es minúsculo en comparación con el sistema universal de Sirio, entonces, ¿qué es lo que ocurre?, cuando estamos pensando en la perfección lo que estamos haciendo, “ya estoy cansado, quiero pararme aquí”, es curioso, ¿qué pasará entonces cuando sigamos adelante sin pensar en la perfección?, porque cuando hablamos de perfección nos estamos refiriendo al pequeño yo egoísta que busca una meta para sentarse a reposar. Existe una perfección para el hombre, si ustedes cifran la conquista del hombre en la liberación para que se convierta en un Maestro de Compasión y de Sabiduría, se convierta en un gran Adepto de la Buena Ley o en un Mahachohan, en un Cristo o en un Manú, y continua ascendiendo por la línea de la Jerarquía hasta alcanzar el estado del Logos planetario, e ir progresando hasta convertirse en un Logos Solar y de aquí a un Logos Cósmico…, estoy seguro de que ningún Dios está preocupado por su propia redención. Ahora, está muy preocupado, si es que un Logos se puede preocupar, —empleamos términos humanos— cuando esté ordenando, tratando de redimir mediante el sacrificio de la reencarnación en cualquier tipo de universo de la substancia que corresponde a su karma. ¡Cuidado! Dándonos cuenta de que no podemos comparar el karma de los Dioses con nuestro pequeño karma particular, como hacemos muy frecuentemente, con lo cual no tratamos de parecernos a Dios sino que hacemos descender a Dios de su altura y lo situamos a nuestra estatura y entonces lo miramos cara a cara. No se trata de esto, la perfección no tiene sistema, es un constante devenir, es un constante esperarse por los mares del infinito, sin jamás poder ultimar, sin culminar jamás en su etapa evolutiva, creciendo tal como místicamente se dice de gloria en gloria y de eternidad en eternidad. Ahora bien, ustedes sienten paz en su corazón, no crean que es el final de su proceso, continúen progresando que la paz les llevará a su propia morada, a su propio destino, y entonces si sienten paz, ahí está el secreto máximo de la evolución, la piedra filosofal y la base del santo grial. Estamos en estado de paz o de tensión creadora, liberando, redimiendo el contenido de los elementos químicos a los cuales nos hemos referido anteriormente. ¿Se dan cuenta del proceso? Siempre estamos llegando a un punto de confluencia en el que aparentemente la mente desaparece para dar lugar a una cosa nueva, ¿qué es esta cosa nueva? El día que esta cosa nueva pueda ser revelada objetivamente como estamos revelando un pensamiento concreto o intelectual, en aquel momento nos pondremos en contacto con los ángeles, gozaremos de su compañía, los traeremos a nuestros hogares, formarán parte consustancial de nuestra existencia, serán aquello que nosotros queremos ser: los dedos del Señor trabajando sobre la materia, e infundiendo luz en la materia para que esta materia junto con la materia radiante de cualquier iniciado o discípulo en nuestro planeta, con el tiempo conviertan nuestro planeta en un planeta sagrado.
Interlocutora.— ¿Entonces, los mismos ángeles son nuestra propia chispa divina?
Vicente.— He dicho anteriormente que los ángeles son una corriente de evolución paralela a la nuestra, como paralela es la corriente de vida que está objetivizada en los elementos químicos. Una organización social plenamente nutrida por personas que piensan, sienten y viven de acuerdo con la ley estará inspirada y protegida por los ángeles. Y aquí hay ángeles que nos ayudan. ¿Pueden captar esta verdad? Y que están con ustedes, están conmigo, están en todo nuestro ambiente, y si aquí pueden realizar este contacto, este contacto cuando se realiza da una sensación de paz y de seguridad, entonces, es la prueba más evidente de que ellos están caminando al compás de nuestros pasos y nos están inspirando, nos están indicando, nos están ayudando en todas aquellas cosas que pasan inadvertidas por nuestra mente inexperta, sin decir por ello que los ángeles poseen una mente, el ángel es una explosión de sentimiento, lo que no tiene el hombre. Entonces, si fusionamos el mundo de los hombres, intelectualmente hablando, con el mundo de sentimiento de los devas es cuando se habrá dado el paso máximo en nuestra 4ª Ronda, y muchos seres humanos alcanzarán la iniciación, se realizarán en el Seno del Señor, tal como está escrito, y de aquí iremos progresando, continuaremos con lo mismo, de perfección en perfección y de gloria en gloria, sin poder culminar jamás, ahí está la gracia de lo que es el ser humano en sí, de lo que representa la Mónada en nuestro mundo, que es una chispa de la propia Divinidad espiritual. Es aquí y estamos progresando hacia allí, y cuando lleguemos allí veremos que estamos al principio de otra etapa.
Interlocutora.— ¿Los ángeles necesitan el incentivo del sufrimiento para su evolución?
Vicente.— No, el ángel no sufre, la misión del ángel es solamente construir lo que el hombre está ideando. Por lo tanto, el hombre tiene que dominar el secreto de la voz, y los devas están evolucionando escuchando lo que dice el ser humano. El AUM sagrado del Logos no solamente es una palabra mística que nos ha impuesto la tradición del pasado, es la voz de Dios ordenando al universo que obedezca su ley, y a este conjuro mantrámico, a esta magia, acuden los ángeles, empezando por los arcángeles del Sistema, por los ángeles de cada plano, por los ángeles que se derivan o que son los portadores de la voz menor a otros ángeles menores, hasta llegar a todos los pequeños elementos angélicos o elementos constructores que están edificando la estructura del planeta o del universo, del cual nuestro cuerpo, estos cuerpos que tenemos aquí constituyen su obra. Entonces, ¿qué es lo que hacen los ángeles con respecto al ser humano?, están creando el cáliz. El Verbo es la propia esencia espiritual del hombre que no puede manifestarse si no tiene un cuerpo objetivo, entonces, al pasar el momento crítico que va de la estrella de cinco puntas a la hostia y aquí para introducirse dentro del cáliz está el misterio de la quinta iniciación que convierte a un ciudadano del 4º Reino en un alma liberada, en un Maestro Compasión y de Sabiduría, en un Adepto de la Buena Ley, en uno de los miembros avanzados de la gran Logia planetaria. Y a partir de aquí solamente nos queda el incentivo de la acción, el estímulo constante de la verdad que sentimos en lo interior y que puede ser la infusión de ciertos ángeles superiores actuando sobre nuestra conciencia en el plano celestial e induciéndonos a la acción creadora para crear así una nueva ley, un nuevo orden social y una nueva estructura de los elementos químicos que constituyen el aura planetaria. Actualmente, el aura planetaria como un todo está constituida por triángulos —pequeños triángulos—, en el pasado, en un universo anterior, el aura etérica de nuestro planeta estaba constituida por cuadrados, imperaba la ley de los cuatro elementos; y en el próximo universo estará constituida el aura del tercer Sistema Solar con el símbolo de la Divinidad: el círculo. Ahora bien, si examinamos el aura etérica de los seres humanos volviendo a reincidir en lo mismo acerca de la forma geométrica de los elementos químicos que conforman nuestro cuerpo, nos daremos cuenta que en el ser humano actualmente vemos aparecer ya ciertos triángulos que desaparecen, casi quedan sin contorno, para constituir pequeños círculos, singularmente en el iniciado cuya capacidad de absorción de la naturaleza del tercer universo es cada vez más acusada, y la facilidad que tiene el clarividente en el mundo mental de ver el aura de las personas hace que las cualifique en su evolución jerárquica-espiritual mirando su aura, no los colores del aura que pertenecen al mundo astral sino la forma geométrica del aura que constituye el mundo mental, entonces se ve la capacidad creativa que tiene el ser humano. Y hay seres humanos como el Adepto que se transfiguraron, que pasaron por la prueba de la 4ª Iniciación y se convirtieron muy luego en un Maestro de Compasión y de Sabiduría, cuyos átomos constitutivos del aura etérica son ya circunferencias, en tanto que cualquier persona de baja vibración —existen todavía muchos en nuestro mundo— son cuadrados, pero sin una perfección de estructura, cuando ya avanza el ser humano en su línea evolutiva el cuadrado adopta su forma específica, simétrica; después, más adelante, el cuadrado se convierte en el triángulo. Si analizan el cuadrado, su forma geométrica, puede ser formado por cuatro triángulos uniendo sus vértices, pues bien, ¿qué significa?, el paso del cuadrado al triángulo implica que hay más sutilidad en el aura del ser humano, pero, ¿acaso el triángulo esotéricamente, o geométricamente también, no está dentro de un círculo? A media que continúa la evolución el triángulo se convierte en el círculo y todos aquellos seres humanos que pasan por la prueba de la 5ª Iniciación tienen el aura formada de círculos, y todos aquellos que estén en este caso feliz, están laborando por el tercer universo, están laborando por el Logos Solar, están cumpliendo su designio, están colaborando conscientemente con Dios mismo, y son los ojos, el oído, el tacto y los sentidos inferiores del Logos Solar con respecto a su universo. Así continuamos diciendo que de día en día, de hora en hora, de evolución en evolución el hombre está marchando desde el principio de los tiempos hacia la propia Divinidad, y si se dan cuenta de esto, cuando se observen en paz en el retiro de cualquier momento de su vida, dense cuenta de algo especial, están quebrantando el karma del cuadrado, de los cuatro elementos, están estableciendo contacto con la Tríada Espiritual: Atma, Budi, Manas, se están convirtiendo asimismo en la pequeña esfera de contactos sociales, en los dedos del Señor, están actuando sobre la materia y también estarán contribuyendo a la exaltación de ese Sistema Solar en donde vivimos, nos movemos y tenemos el Ser.
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Conferencia Vicente Beltrán Anglada
Barcelona
11 de marzo de 1978
Digitalizada por el Grupo de Transcripción de Conferencias
2 Noviembre 2008
Editada por el Centro de Estudios VBA (en curso)
12 diciembre 2008
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