CONFERENCIA
VICENTE BELTRAN ANGLADA
Los Misterios de Shamballa
El Hombre Actual y la Energía de Shamballa.
Barcelona, 3 de Febrero de 1.988
"LA VERDAD HA DE PRESENTARSE DE TAL MANERA, QUE CONVENZA SIN ATAR Y QUE ATRAIGA AUN SIN CONVENCER. ESTO SOLO PUEDE REALIZARLO EL LENGUAJE DEL CORAZON".
-VBA: Introducción al Agni Yoga, p. 49
Los Misterios de Shamballa
El Hombre Actual y la Energía de Shamballa.
El hecho de que estemos reunidos aquí, como otras tantas veces, para discutir un tema tan complejo, maravillosamente complejo, diría yo, de Shamballa, demuestra un interés creciente hacia lo que sucede en los mundos internos, aquellos mundos tan deficientemente enseñados por las religiones, por las filosofías y por los credos de todos los tiempos. Y este centro, Shamballa, un centro que según el decir de los Altos Iniciados, es el centro más oculto y trascendente del planeta, y aún extremándolo las tintas en este aspecto, un misterio perenne, secreto incluso para los propios iniciados. Sin embargo, tiene sus implicaciones sociales en cada época del mundo; estas implicaciones se han demostrado como civilización y como cultura de los pueblos de la Tierra. La corriente misteriosa que surge de este gran centro espiritual ha provocado y continúa provocando un cierto desequilibrio en el orden social de relaciones, la misma fuerza impelente, profundamente impelente de Shamballa, ha creado unos vórtices de energía muy difíciles de precisar por la ciencia e incluso por la propia filosofía, la psicología todavía no ha dado su paso trascendente, todavía continúan los mismos problemas psicológicos del pasado, no se ha avanzado nunca en este aspecto, porque no hay psicólogos, como no hay médicos, como no hay educadores, debido a la gran crisis que está sosteniendo el planeta Tierra ante las tremendas invasiones de energía de Shamballa. Aumenten ustedes el ritmo de la fuerza, por este desequilibrio creado en el mundo, por la entrada de las grandes energías astrológicas de Acuario y la resistencia que todavía está imponiendo Piscis en grandes sectores sociales del mundo, impide que muchos de los grandes proyectos de Shamballa no hayan podido realizarse en el mundo. En medicina, en qué hemos avanzado ¿por favor?, existen los mismos problemas que existen desde hace siglos. Se ha avanzado mucho en cirugía, pero en medicina muy poco, o acaso se curan las enfermedades incurables como se las suele denominar. La sensibilidad de los cuerpos, a medida que avanza el creciente impulso de la evolución, trae como consecuencia una receptividad a las energías cósmicas, pero ¿qué sucede cuando una energía cósmica penetra en el cáliz de un cuerpo humano sensibilizado pero todavía lleno de impurezas? Si llenamos con agua fresca, clara y cristalina un vaso con heces ¿dónde estará el agua fresca, pura y cristalina?, saldrá matizada, y esto es lo que está sucediendo en todos los niveles físicos, astrales y mentales de la humanidad, debido a la propia sensibilidad de la raza. Las enfermedades incurables continúan siendo un problema insoluble, no hay remedios todavía, ¿verdad?, pero ¿por qué?, porque la ciencia se ha ocupado solamente de los efectos de las enfermedades, pero ha olvidado las causas psíquicas que subyacen en el fondo de tales enfermedades, el cáncer, la diabetes. Los nervios de las personas han llegado a un punto de fricción tan grande que es difícil soportar el peso psicológico impuesto por la propia sociedad y las personas se sienten aisladas aunque estén viviendo en un mundo social muy completo, muy lleno de alternativas, con muchas personas, con mucho ruido y con el fracaso que todo esto lleva consigo. Los nervios de las personas están vibrando a un tope de energía superior al que rige su propia medida psicológica, de ahí que exista un desequilibrio social en el mundo psicológico. Hay que tratar de buscar el remedio a estas cosas. Los médicos deben buscar en la 4ª dimensión, por decirlo de alguna manera, este proceso de curación de las enfermedades de la raza; los psicólogos deben buscar más allá de lo conocido para encontrar la solución de los problemas psicológicos, que son más frecuentes de lo que creemos. Mentalmente estamos polarizados todavía con el deseo, y el deseo mata el entendimiento, a menos que el deseo esté controlado por la mente, lo cual no sucede habitualmente, sino que el deseo impone su ley a la mente y la mente no puede hacer otra cosa que sentirse sojuzgada por la fuerza impelente del deseo, y como que el deseo es la fuerza más potente en la humanidad, vean ustedes la gran dificultad que existe para que la fuerza de Shamballa penetre pura y cristalina tal como surge de las fuentes universales. Entonces en el fondo de cada ser existe una reserva de energía pura que hay que tratar de buscar, que hay que tratar de descubrir y hacer que prevalezca para que se una con la fuerza cósmica pura que proviene de las grandes constelaciones siderales y empezar la vida bajo un nuevo ritmo, un ritmo no impuesto por las circunstancias sino impuesto por la voluntad humana de ser y de realizar, de no ser así fracasará la medicina, la ciencia, la cultura y la propia civilización. De manera que tenemos un gran problema a resolver todos y cada uno de nosotros: descubrir el manantial de paz que está en nosotros mismos, y para esto, naturalmente, se le exige al discípulo, a la persona de buena voluntad, a la persona inteligente, que no se esfuerce, que no luche. Estamos envueltos en un período de lucha tremenda, pero si estamos luchando no hacemos más que robustecer el fuego añadiendo materia inflamable, la materia propia del deseo del esfuerzo y del esfuerzo en sí, de lo que llamamos voluntad y que no es voluntad, sino que es la imposición del libre albedrío que viene impuesto por las fuerzas de las circunstancias. Y yo les digo a ustedes que Dios es aparte por completo de las circunstancias, digan lo que digan los filósofos, es el hombre el que crea su propio destino, no es el destino el que crea al hombre. Tengan ustedes por seguro que este cambio de situación, de que ustedes robustezcan su propio ser, su voluntad, la pureza que existe en ustedes, hará que no tengan enfermedades, ni tensiones ni conflictos. Las crisis son siempre provocadas por un desnivel psicológico producido, por las tensiones, y unas veces la tensión es positiva y otras negativa, y siempre estamos en este desequilibrio constante. ¿Por qué existe este desequilibrio? Simplemente porque estamos luchando, ¿saben ustedes cuál es la causa de la lucha?, el afecto extraordinario que sentimos hacia nosotros mismos, la propia indulgencia, el recuerdo constante de nosotros mismos olvidando por completo a los demás. Sin embargo es el recuerdo a los demás lo que puede evitar el dramatismo de nuestros estados de sensibilidad que producen enfermedades y tensiones psicológicas. Y esta forma de decir lo que dijo Buda hace miles de años de que realmente el hombre perfecto vence sin luchar, solamente el imperfecto lucha. ¿Por qué existen guerras? Porque no se ha encontrado el punto céntrico entre el bien y el mal. No es que tenga que imperar el bien por encima del mal, o que el bien luche contra el mal. La lucha cesa cuando ya no se lucha, cuando se tiene interés en luchar, en perpetuar el movimiento que engendra toda lucha que mantiene el desequilibrio constante entre el ser y el realizar, entre el yo y los medios de expresión que todo el mundo tiene a su alcance. Así, de esta manera vamos marcando el compás del tiempo, luchando constantemente, luchando dentro de nosotros mismos por la incomprensión de los estados de conciencia superiores, luchando con los demás por la incomprensión, por la competencia, por el intelecto, por los conocimientos, por los conceptos hereditarios, por lo que ustedes quieran. Todos tenemos motivos para luchar contra los demás y esta lucha contra los demás impide que la ciencia encuentre las fórmulas empíricas finales, que impide que existan grandes psicólogos de la raza, que sean personas que no tengan problemas psicológicos o los psiquiatras que tienen más problemas que los propios enfermos o por los sacerdotes, cada cual en su propia religión, porque cada cual se cree que su religión es la única y que el único procedimiento o sistema de acercamiento a Dios es el que ellos preconizan, lo cual es falso por completo, porque el reino de Dios es solo uno y es para todos, no para un tipo especial de conciencia o para un tipo determinado de religión. Por tanto, hay que empezar de cero, ¿saben ustedes lo que implica empezar desde cero como si fuésemos recién nacidos? Y es esto lo que hay que hacer si queremos evitar que este desequilibrio social aumente a extremos inverosímiles que pueden traer como consecuencia otras guerras u otros desastres. El problema está aquí enfrente de nosotros, pero dense cuenta ustedes de que nos estamos soslayando, soslayamos los problemas, no los miramos de frente; recurrimos a lo que dicen las religiones, a lo que dicen los psicólogos, a lo que dicen los científicos, a lo que dicen los que se creen autorizados para decir algo, lo cual no siempre es cierto, ¿verdad? Luego viene la gran plaga de aquellos que son instrumentos llevados por Dios para enseñar a las gentes, y aquí surge la casta de los gurús, de los maestros —seudo maestros— que quieren enseñar a los demás, personas que a cambio de dinero te enseñan cómo encontrar el reino de Dios, que es lo que en gran escala hacen las religiones, para mantener sus prerrogativas, para mantener sus feudos, para mantener sus propias iniciativas, para mantener sus templos de piedra, porque no está Dios en ningún templo de piedra sino en el corazón del hombre. De manera que el problema se va agravando constantemente porque nosotros tenemos un entendimiento a cierta medida vibratoria y esta medida vibratoria ha aumentado en el transcurso de los siglos a extremos insospechables, hasta el punto de que en el presente el problema es una maquinaria que hemos creado y que nos va engullendo poco a poco. La economía, la política, incluso los sindicatos sociales están organizados de una manera que podemos calificar pisceana, no son organismos vivos sino simples organizaciones, que no es lo mismo, porque una organización precisa de un jefe y de subalternos, en cambio que una organización es un todo coherente donde cada cual sabe lo que tiene que hacer, tal como en una colonia de hormigas o de abejas, cada cual sabe lo que tiene que hacer, cada cual cumple con su misión y nosotros los seres humanos que somos tan inteligentes no hemos comprendido porqué los Señores de la Llama nos llevaron las abejas y las hormigas. Contemplamos con curiosidad, no con interés, lo que sucede en un hormiguero o en un panal con las abejas, porque hemos perdido el don de la atención, estamos distraídos constantemente. Yo digo que solamente en la atención existe la capacidad del hombre para sintetizar todas sus actitudes, para devolver la sensibilidad a su lugar en el mundo psicológico actual. Porque una persona muy sensible sin la inteligencia que discierne, ¿de qué sirve la sensibilidad?, sólo para sufrir ¿verdad? Una mente muy rígida, sin sensibilidad, fría, yerta, se extiende horizontalmente pero no progresa hacia arriba, hacia el Reino de Dios, no interesa tampoco. Pero ¿qué sucederá si unimos la sensibilidad del corazón con la claridad de la mente fría y desapasionada? Crearemos un hombre nuevo, una entidad humana muy distinta de la que hemos conocido hasta el momento presente, salvo en los Grandes Adeptos e Iniciados, de los cuales nos habla ya la tradición esotérica e incluso la tradición mística y religiosa de todos los tiempos. Bien, hemos creado en poco tiempo un aspecto pesimista de nuestro mundo, pero la misión esotérica es crear optimismo. Es por esto que los Ashramas de la Jerarquía están intentando introducir energía cósmica en el corazón de las gentes para aumentar la sensibilidad de corazón sin olvidar la mente; la mente es la vanguardia, la sensibilidad es la retaguardia, y cuando la vanguardia y la retaguardia están unidas surge un punto neutro en la conciencia del hombre y el hombre deja de ser un hombre como los demás, entra en la corriente tal como espiritualmente se dice y empieza un nuevo ciclo de valores psicológicos en los cuales la mente no domina, tampoco domina la sensibilidad, no hay dominio ni de una parte ni de la otra, existe un equilibrio, que es lo que sucede con la luz; si imperara el polo positivo sobre el polo negativo no habría luz, habría una lucha, una destrucción como sucede actualmente dentro de la humanidad. ¿Se dan cuenta, verdad, del proceso, del problema? ¿Se dan cuenta, también, de que hay que ser optimista?. Hemos pintado el estado actual del mundo, pero yo le hablo al corazón de todos ustedes, hay un remanso de paz en su corazón que está aguardándoles, y me pregunto si ustedes comprenderán lo que hay que significar como centro de equilibrio o punto neutro entre dos polaridades. Hay que trabajar en este sentido hasta el final de nuestros días y cuando empecemos otro ciclo de vida, siempre hay que tener la misma presencia y yo les digo a ustedes que la atención es básica. La atención del hombre es la atención social, es básica para producir el hombre nuevo y este hombre nuevo está aguardándonos a todos nosotros, y ahora espero sus preguntas para extendernos con detalle sobre el tema.
Pregunta - Yo quisiera romper un poco el fuego, porque has hablado de que a medida que el hombre progresa sus cuerpos son más sensibles a estas energías cósmicas. Yo me pregunto si la lucha no consistirá, precisamente, por una parte en esta sensibilidad a estas energías, podríamos llamarles extraterrenas, extracorpóreas, energías sobre las cuales la personalidad no tiene dominio ninguno y al mismo tiempo también una mayor sensibilidad a los llamados del alma, ¿está, quizás, en esta dualidad parte de la lucha?
Vicente - Sí, sí, naturalmente. Por eso se nos habla de las crisis de los discípulos, se nos habla incluso de la Noche del Alma en los tratados místicos, pero hablando en plan social, en plan comunitario, no podemos emplear ciertos términos místicos, hay que emplear el término dinámico de la acción y decir: “Ustedes no aman suficientemente a sus hermanos porque están pendientes de ustedes mismos”, y todo el mundo se da cuenta de que es verdad que piensan más en sí mismos que en los demás. Entonces ¿de qué nos sirve la sensibilidad sino para extremar el fuego de la pasión?, como sucede en la mayoría de los casos, sean psicológicos, psíquicos o mentales. Nosotros conocemos por datos o referencias —ustedes conocerán seguramente esto— que el discípulo, el hombre que ha comprendido, usamos el término discípulo como una persona que comprende las razones del tiempo y va orientándose hacia la eternidad, se da cuenta de que su sensibilidad produce dolor, pero si está atento a la sensibilidad, si no la rehuye, encuentra en la sensibilidad la ayuda que precisa para solucionar sus problemas psicológicos; es decir, que un problema psicológico es el recuerdo de sí mismo, olvidando a los demás, la persona está autoenfocada psicológicamente hablando, por esto sufre, por inadaptación social. Está tan autoadaptada la persona psicológicamente enferma, que no puede darse cuenta de que hace sufrir a los demás, y al no haber sensibilidad hay lucha y sufrimiento y, por lo tanto, no hay vías de solución. Ahora, cuando hablamos del discípulo, de sus problemas, de sus crisis y dificultades, hablamos de un campo totalmente diferente en el aspecto trascendente psicológico y todavía no hay psicólogos trascendentes en la Tierra, al menos que sean iniciados, ¿por qué?, porque se perdió el rastro de la psicología trascendente desde los tiempos de Sócrates o de Platón, o de los neoplatónicos como Plotino, se ha perdido por completo. Eran filósofos y al propio tiempo psicólogos, porque conocían el caso de todos y cada uno de sus discípulos y les ayudaban particularmente. Hablando en términos de optimismo colectivo y considerándonos todos personas inteligentes y de buena voluntad, podemos hablar de las crisis de tipo espiritual, que no son las mismas que las de tipo psicológico aunque estén bastante enlazadas entre sí. Cuando el discípulo se acerca al punto neutro se produce una crisis de temor, porque tiene que dejarlo todo. ¡Déjalo todo y sígueme!, son las palabras proféticas, y naturalmente hasta el final, hasta que el hombre no se ha convertido en un Perfecto Iniciado hay un miedo al punto neutro, porque este punto neutro, este un equilibrio trae una inseguridad social, no psicológica, social, porque tiene que luchar contra todo un estado de cosas dentro de la sociedad, en tanto que si el discípulo va perseverando en este camino se encontrará inmerso en un mundo diferente del conocido, un mundo de silencio, un mundo de paz, un mundo de seriedad, de serena expectación constante. El miedo, y todos tenemos miedo, ¿verdad?, y siempre tenemos miedo porque tememos perder nuestras seguridades sociales o psicológicas, y este miedo imposibilita que podamos ayudar a la sociedad colectiva que nos rodea, somos entes autoenfocados en la propia torre de marfil que hemos construido, y dentro de esta torre de marfil estamos sufriendo la crisis de nuestra falta de adaptación social. Esto es algo casi general, de todos, no es algo de un solo individuo, todos estamos enfermos en una u otra parte del ser, debido a esta dificultad de comprender que existe en nosotros un remanso de paz que hay que buscar, y la paz, entiendan ustedes, no se busca ni se encuentra a través de la lucha. Y ustedes preguntarán: ¿Por qué entonces afrontar los problemas de la sociedad? Ustedes enfocan la vida social, el trabajo y la seguridad a través de la lucha, porque tienen miedo a perder, ¿y si no tuviesen miedo a perder nada?, ¿qué les quedaría?, quedaría su destino claro y limpio, lo que tiene que quedar después de una serie interminable de problemas psicológicos, afrontarse tal como uno es, no tal como uno quisiera ser, porque cuando uno se comporta tal cual es, empieza a revelarse tal como llegará a ser. Esto va para todos los niveles sociales, para todos los problemas psicológicos y para todos los ambientes colectivos.
Pregunta - Sí, entonces el problema también estriba en esta dualidad, aparte de esta sensibilidad de lo que podíamos llamar el mundo y el espíritu, representaría el recuerdo de uno mismo con los deseos que tiene de alcanzar uno mismo, lo cual implicaría el no vivir el presente, el no estar atento, el estar apegado. Estas son recetas que nos han dado siempre. ¿Hay alguna receta mejor?
Vicente - ¿Mejor que la que decimos? No, no lo creo. Fijaos bien, toda persona nace con un código genético definido, yo diría con un triple código genético, nacemos con lo que fuimos y marchamos de aquí con lo que seremos, pero el código genético físico, el código genético astral o emocional y el código genético mental, constituyen el tríptico mediante el cual tenemos que realizar nuestra evolución, y naturalmente estamos tan apegados a la rueda de Samsâra, del Karma o del Destino que no solemos salir nunca de aquí. Estamos apegados al karma porque el karma nos da una seguridad, ¿qué es el karma o el destino? Lo que tenemos presente en nuestra vida desde que nacemos hasta que morimos. La pregunta es si podemos liberarnos del destino, si podemos situar nuestra voluntad por encima del destino y continuar siendo nosotros, porque una persona cree que al desligarse de su destino deja de ser, ¿no?, deja de ser el destino pero no el yo; yo hablo del yo que está por encima del destino, sea el destino que sea. El destino de un Dios corresponde al propio Dios. Y dense cuenta de lo que le dice Krishna a Arjuna: “Que después de llenar el Universo con un pequeño fragmento de sí mismo, Krishna, el Dios, persiste”. Nada tiene que ver, hay una separación entre el Yo y la expresión arjúnica de todos los cuerpos. Naturalmente que tomamos el aspecto mítico más que el místico en todo el tratado oculto y, por lo tanto, nos encontramos deficientemente entre la sociedad que exige mucho de nosotros, y me refiero a un tipo de sociedad que podemos crear con nuestra voluntad, no por la imposición de las circunstancias que nos rodean, no las circunstancias envueltas en los códigos genéticos. Estamos inmersos en una sociedad y queramos o no, estamos dentro de esta pequeña maquinaria que somos nosotros y dentro también de la gran maquinaria que es la sociedad en sí, y estamos constantemente reaccionando porque no queremos ir al compás de la gran máquina; nuestra ruedecilla va al revés de la gran máquina y siempre tenemos fricciones, y la fricción de la pequeña rueda con la gran máquina lleva al sufrimiento del aspecto psicológico, el aspecto mental que no puede llegar a compenetrarse con el mundo de Dios y la propia espiritualidad del hombre que queda relegado a un segundo término. Primero es el Reino de Dios, después el César, pero no, nosotros no, primero el César y si queda tiempo el reino de Dios. Y aquí está el trastoque de la sociedad que nos rodea. Hemos olvidado el principio místico de todas las cosas y hemos creado un artifugio, una salida, y a esta salida la llamamos solución, pero ¿acaso nos soluciona esa salida buscándonos seguridad? ¿En qué buscamos seguridad, por favor? En los sacerdotes ¿verdad? si somos religiosos, en el psicólogo si tenemos algún problema psicológico, un gran místico si somos místicos por naturaleza, o en un caso muy aceptable cuando buscamos el Reino de Dios con tal intensidad que establecemos contacto con un Gran Iniciado de la Jerarquía, y entonces cambia drásticamente el papel que tenemos asignado en la sociedad humana y nos convertimos de hecho y de derecho en seres que están mostrando el Reino de Dios tal como lo perciben, tratando de clarificar los aspectos oscuros de la naturaleza humana, tratando de ser y de realizar al propio tiempo, lo cual significa que del ser al realizar no hay un intervalo, sino que el ser y el realizar son la misma cosa, lo cual significa que no hay lucha, porque la lucha es siempre del ser que quiere realizar algo, lo que sea, una curación por ejemplo, salimos del deseo de curar y la curación, y hay un vacío, y este vacío ¿quién lo llena?, el médico, el psicólogo, el sacerdote, el místico o quien sea, y nosotros ¿dónde estamos? Pendientes de todo esto, por favor. Cómo queremos buscar el Reino de Dios en nosotros, este remanso de paz al cual hago referencia, si no tenemos en cuenta la situación humana que estamos viviendo y de la cual todos somos en cierta manera conscientes.
Pregunta - Sin embargo, para la solución de este problema se han escrito muchos tratados, en fin, cada secta, cada maestrillo tiene su receta para esto, pero ya desde los tiempos… no sé, desde la noche de los tiempos, 5.000 años atrás se dice en el Bhagavad Gîta, nos receta un camino que empieza, sintetizado en el Bhagavad Gîta, desde la batalla del Kurukshetra hasta lo que, para mí, es la síntesis de este camino, que sería en el capítulo VI, cuando Arjuna trata de llegar a Krishna; entonces Krisna le menciona los diferentes caminos que, de alguna manera ha seguido la humanidad, ya sea el Karma Yoga, el Laya Yoga, el del Bakti Yoga, sea el del Hatha Yoga, y al final Krishna le dice: “Y si no puedes no te preocupes, ya está en mí”, pero para decir este “ya está en mí” que estabas mencionando ahora, ha tenido que seguir un camino, ha tenido que luchar, que pasar por muchos yogas, entonces, por qué si este “ya está en mí” yo lo no veo, yo no lo percibo, quizás lo siento, quizás lo presiento, ¿por qué nos está vedado esto? Hemos de luchar, hemos de hacer este camino ¿qué karma hay implícito en esto? ¿Por qué de la lucha?
Vicente - Me estoy limitando a decir algo que está escrito hoy día, o el proyecto máximo del Señor del Mundo para esta Era que estamos viviendo, no sé cuantos de ustedes podrán captar el significado de este punto neutro, de esta paz que está en nosotros, una paz que no se consigue por la lucha, sino por la adaptación social, y ¿cuándo estamos adaptados socialmente sino cuando estamos olvidados de nosotros mismos? Entonces, les estoy hablando como si ustedes hubiesen trascendido los yogas, los yogas que fuesen, porque ¿acaso el yoga no es una lucha? Porque se busca algo a través del yoga, ¿verdad? Al principio del yoga existe, —sea el yoga que sea— buscando las finalidad de este yoga, y el camino que va del principio al fin, del alfa al omega, está erizado de obstáculos y de esfuerzos. Bien, vamos a dejar las cosas tal como las dejó Patanjali, el Gran Iniciado, a través del Raja yoga, pero qué nos dice al final, hay un campo extenso de oportunidades más allá del Raja Yoga, es Agni Yoga, el Yoga de Síntesis, que está basado en punto neutro en cada persona y que por tanto es tan difícil de conseguir, porque estamos acostumbrados al esfuerzo, y para nosotros el esfuerzo es el aliado, pero para los Iniciados el esfuerzo es el enemigo, está dejado de lado. Cuando la mente no razona, en un sentido intelectual, cuando a través de una meditación, a través de los yogas trascendidos, ha llegado a una quietud inmensa, entonces viene la intuición, ¿qué es la intuición? La intuición es la inspiración del propio Dios en nosotros, de manera que en el hombre espiritual trascendente o trascendido no existe lo que llamamos una mente intelectual basada en valores objetivos o en el libre albedrío de la acción, porque el libre albedrío se puede equivocar, porque está sujeto siempre al problema de la elección de las oportunidades que la vida le presenta y debe decir sí o no, esto lo quiero o esto no lo quiero, o esto me gusta y esto no me gusta, lo cual significa que estamos siempre dentro del desequilibrio. Pero ¿qué pasará si una mente está completamente vacía, en un sentido positivo y afirmativo, no negativo, por favor? Ya no tiene problema, no tiene dilema de elección, ya está todo decidido, hace lo que debe hacer en el momento justo y oportuno, porque está siguiendo los ciclos del tiempo impuestos por la propia Divinidad. Pero el hombre debe ser un árbol que quiere tener frutos en invierno, cuando los frutos vienen en primavera por ejemplo, o en el otoño o en el verano; e imponer su ley a la naturaleza y la naturaleza es rítmica, es cíclica, y cuando brotan las flores en los árboles después viene el fruto consecuente siguiendo el ritmo cíclico de las estaciones. El hombre no se sujeta a estaciones, está creando una pranayama para respirar de acuerdo con lo que le han enseñado los gurús… y ¿qué saben los gurús del rayo, de la evolución de cada ser humano para imponer un ritmo general si somos distintos todos? Todos tenemos un ciclo distinto, un rayo distinto, una personalidad distinta, no digo un yo espiritual distinto —que es idéntico— hablo del camino que cada cual ha elegido en el sentido, digamos, personal. El problema está aquí, ¿verdad? Un pranayama, pongamos por ejemplo, que se rige por ciclos tendrá que ver con la vida de cada persona, con su propia evolución, cada iniciación impone un ritmo distinto de respiración, un pranayama distinto. La primera es un ritmo planetario que surgirá cuando halla abandonado el ritmo lunar que seguimos todos; luego viene el ritmo impuesto por las estaciones del año, un ritmo impuesto por las constelaciones y un ritmo impuesto por la propia progresión de Sirio en nuestro corazón a través de las iniciaciones. Así que dense cuenta ustedes, de que cuando viene un gurú y dice has de respirar de esta manera se puede equivocar y puede provocar un desequilibrio para la ascensión del fuego de kundalini, que es lo que sucede frecuentemente; y esto lo conozco yo, me escriben personas que su problema es debido al desenfoque de las respiraciones.
Pregunta - Eso que has hablado sobre el punto neutro, en el cual es cuando puede comunicarse con el aspecto superior a través de nosotros, en este caso, para llegar al punto neutro solamente debe de ser el método que la personalidad no tenga ambiciones y que su personalidad esté completamente sin ambición, sin metas, aunque viviendo en la vida “como si”, verdad. Este “como si”, esta separación entre el hacerlo como si lo tuvieras pero sin tenerlo, ¿debe de ser esto el punto neutro? ¿no? “como si” pero sin tenerlo, sin tener ambiciones pero teniendo que vivir en la vida como si se tuvieran porque tiene que llegar a la vida de la familia…
Vicente - Hay que ser muy inteligente para comprender las excelencias del punto neutro al cual hago referencia, porque todas las personas sabemos de un ser que va a realizar algo y hay un camino a recorrer, y este camino lo estamos llenando con el esfuerzo; desde que nacemos hasta que morimos nos estamos esforzando por algo, estudiamos por el esfuerzo, nos sentimos integrados por el esfuerzo comunitario, social; nos integramos con esfuerzo y a través del esfuerzo en comunidades religiosas, y seguimos siempre un camino de esfuerzos. “Matar la ambición”, como se dice en el Bhagavad Gîta, o en la Doctrina Secreta o en otros muchos libros esotéricos, no significa matar el deseo de vida, porque el deseo de vida trae una serie de oportunidades y de ambiciones, pero estoy hablando a un público selecto, permítanme ustedes que les felicite porque están muy atentos, y para mí la atención que ustedes tienen me da la seguridad de que puedo hablarles de la manera en que les hablo, a la manera de que ustedes sean discípulos en un ashrama y que viven de acuerdo con las leyes del ashrama. Por lo tanto, cuando hablo de eliminar el esfuerzo, sé que es muy difícil, porque venimos de una etapa anterior en la cual nos esforzamos, desde el hombre de las cavernas que tuvo que luchar con aquellos grandes monstruos de las eras primitivas, hasta el esfuerzo por integrarse en los clanes primitivos para convertirnos en una fecunda labor social a través de nuestra propia individualización, hasta el momento presente en que hemos creado una personalidad distinta a los demás, y encontramos una personalidad distinta entre nosotros y los demás. Aquí hay una lucha, una fricción constante, porque cada cual está como Dios lo ha creado, tal como se dice; es tal como es su rayo, tal como es su signo astrológico, tal como es su grado de evolución, tal como es su sentido social de valores psicológicos; en cada uno esto es distinto. Por lo tanto, hay que buscar un punto en que todo esto no exista, y este punto solamente está en el corazón. Claro, no me refiero al corazón físico, sino al corazón de amor que todos llevamos en un rincón de nosotros mismos y que constituye el océano de paz preconizado por el Agni-Yoga. Agni-Yoga es el yoga de los discípulos en la era actual. Habrá otros yogas en otras rondas y en otras cadenas, pero hablamos de la 4ª Ronda, avanzando ya hacia la 5ª Ronda y más que hablar de las cadenas y de las rondas prefiero hablarles a ustedes directamente de lo que hay que hacer, porque se va más deprisa, porque no soy intelectual, me he dado cuenta de que la intelectualidad no me ha ayudado nunca en el sendero; en cambio cuando he dejado de esforzarme, cuando esto ha desaparecido he encontrado que todo está ya realizado… sin esfuerzo. ¿Dónde está la voluntad? Será la voluntad de Dios en mí, no será mi libre albedrío, ¿verdad?, que surge de vez en cuando el libre albedrío, que es donde debo agarrarme para mantenerme aquí y a ustedes les pasará lo mismo seguramente. Pero estamos viviendo unos tiempos realmente impresionantes por la belleza de su contenido, por sus oportunidades, por las grandes energías desprendidas de Shamballa, creando un océano de energía ígnea que debemos nosotros tratar de llevar a nuestro interior sin esfuerzo, sin luchar contra esta energía, sin crear fricciones entre nosotros y los demás.
Pregunta - El otro día estuve en una conferencia en donde muy extensamente se nos hablaba de la constitución del ser humano, es decir de la manifestación del Ser a través de los sentidos del ser humano, de cómo integrar este conglomerado de energías y de cuerpos en un ente funcionante, y entonces uno de los problemas que surgía era la integración consciente de este ser humano, pero yo tenía el problema de saber cómo es posible que una cantidad de datos que fluyen a este ser humano matizado por, como has dicho antes, el código genético, el karma astrológico, las modas imperantes, las energías imperantes. ¿El ser humano tiene libre albedrío o está, de alguna manera, muy condicionado por todo este karma del pasado, por los genes, etc., por la presión astrológica de los tiempos, tiene el ser humano verdaderamente este equilibrio, esta facultad de equivocarse, este libre albedrío, o es verdaderamente un robot, en fin qué tanto por ciento habrá de libre albedrío?.
Vicente - El libre albedrío forma parte del equipo humano hasta que no se ha llegado a la 2ª Iniciación. Por lo tanto, hablo de la diferencia que existe entre el libre albedrío o la facultad de decidir libremente las cosas y aquella voluntad omnipotente en nosotros que al no hallar resistencia, hace lo que debe hacer cuando debe hacerlo. ¿Qué es lo que Sócrates decía?: “La Oportunidad está más allá de la Sabiduría”, ser oportunos en el obrar, lo cual con el libre albedrío es muy difícil de realizar, porque, como decía, el libre albedrío es la capacidad que tenemos de elegir, lo cual significa que es la capacidad de equivocarnos que tenemos constantemente; quizá algún día no nos equivoquemos, pero no dejará de ser libre albedrío porque no será constante. Bueno, naturalmente, cuando les hablo que aquí no hay nada, ustedes me dirán ¡por Dios! ¿y dónde estoy yo entonces?, están también en el silencio, porque el Yo está en el silencio, está en el ruido, está en todo, es la música de las esferas, es música celestial en nosotros, no se pierde el contacto nunca con la eternidad de nuestro origen. Les hablo de aquello que afecta, precisamente a la expresión libre de esta fuerza espiritual tremenda, del Yo Espiritual verdadero. Entonces debo de hablarles de una manera muy distinta a la que se habla habitualmente en la gran corriente psicológica o esotérica, que aún incluso nos hablan de que hay que esforzarse para elegir correctamente… ¡por Dios!. ¿Cómo elegiremos correctamente si nuestra mente está llena de cosas, de conceptos del pasado, de las arbitrariedades del presente y de las esperanzas de un futuro incierto? ¿Cómo podemos elegir correctamente? Pues bien, si limpiamos de todo esto nuestro cuerpo astral y nuestro cuerpo mental, si estamos solos ante Dios ¿qué nos puede pasar?. Estamos regidos por la ley de semejanza, con la cual están de acuerdo todas las religiones; el hombre es semejante a Dios, bien, ¿entonces por qué tantas religiones y tantas historias si somos Él en nosotros? Es tan claro esto, ¿verdad?, pero claro tenemos libre albedrío y el libre albedrío está unido a la gran fuerza de la separatividad humana, porque es un afán de seguridad; es por la seguridad que vamos a los templos, que asistimos incluso a reuniones esotéricas, ¡por favor!. Siempre buscamos una seguridad, o en el mundo material o en el mundo espiritual, pero siempre estamos buscando esta seguridad, y cuando se nos dice que hay que dejarlo todo, “déjalo todo y sígueme” como decía Cristo… ¿qué nos queda? La indecisión, el temor de seguir avanzando y el temor de retroceder. Se dan cuenta el misterio del sentirse atraído hacia el pasado y al propio tiempo impelido hacia el futuro. Hay un desgarre, hay la crucifixión, hay la noche del alma. No les pinto un camino fácil, es el camino que imponen las circunstancias de Dios en nosotros, no podemos eludirlas. Además, la iniciación forma parte de nosotros mismos, es el método mediante el cual la voluntad reemplazará al libre albedrío, y aquí es donde hay que insistir, en esta fecundidad creadora que nace más allá de nosotros, que está más allá del miedo y de las seguridades de todas clases. Si ustedes son religiosos en esencia, ¿porqué buscar una religión?… para deformar el espíritu religioso … ¡por favor!. Si dentro de ustedes está la paz ¿por qué buscar alguien que la altere?, sea del tipo que sea la persona que nos impone un ritmo, o les dice hay que hacer esto o hay que hacer lo otro, está fallando a la Ley, yo hablo de la Ley no de los legisladores, que se equivocan frecuentemente.
Pregunta - Sin embargo, la Ley es, de alguna manera, inseguridad, el Agni-Yoga es inseguridad, la vida es inseguridad y nos está hablando de las seguridades de un Agni-Yoga. ¿El Agni-Yoga es seguridad o es también inseguridad?
Vicente - Hablo de la inseguridad en el Agni-Yoga, ¡cuidado!, no digo seguridad, has invertido los términos. Yo digo que el sistema mediante el cual el libre albedrío se convierte en Voluntad de Acción Superior, es el Agni-Yoga, actualmente, para esta ronda, final de esta ronda y comienzo de la siguiente. No es el yoga de la mente, el Raja yoga, el que nos incita a pensar de una manera que nos lleve al mundo abstracto de la mente. Agni-Yoga busca que la mente esté completamente abstracta y empiece a trabajar ya de acuerdo con los móviles que provienen del plano búdico, que es el plano de la unidad, es el 4º Plano del Sistema Solar, es el centro de la propia evolución, como la humanidad es el 4º Reino de la naturaleza, hay que tener también esta visión, porque una de las primeras prerrogativas de la mente vacía o de la mente llena de plenitud de Dios, es la Ley de la Analogía, e incluso en la Jerarquía hay una escuela de analogía, en la cual los discípulos empiezan a pensar en términos abstractos, de tal naturaleza que cualquier cosa de la vida, rápida y sintéticamente la engloban en un punto determinado, no hay equivocación posible, porque “igual es arriba que abajo e igual es abajo que arriba”, tal es la Ley, muchas gracias.
CONFERENCIA VICENTE BELTRAN ANGLADA
Barcelona
3-Febrero-1988