CONFERENCIA
 

VICENTE BELTRAN ANGLADA
 


 
 

Magia Organizada Planetaria

Las Zonas Neutras en los Universos.

Barcelona, 8 de Noviembre  de 1.986

 

"LA VERDAD HA DE PRESENTARSE DE TAL MANERA, QUE CONVENZA SIN ATAR Y QUE ATRAIGA AUN SIN CONVENCER. ESTO SOLO PUEDE REALIZARLO EL LENGUAJE DEL CORAZON".

-VBA: Introducción al Agni Yoga, p. 49
 


Magia Organizada Planetaria

Las Zonas Neutras en los Universos. .

 

Vamos a continuar disertando sobre uno de los temas más realmente esotéricos con los cuales se enfrenta el discípulo mundial en la actualidad. La Magia Organizada a través de los grandes impulsores planetarios del plan de perfección del mundo, exige que el hombre moderno comprenda claramente su situación psicológica y espiritual frente a los acontecimientos que están planeando en los niveles etéricos de la humanidad. Pero muy al contrario de lo que se hacía en el pasado, que toda la explicación esotérica tenía que venir impregnada por cauces místicos, ahora hay que darle una explicación muy científica a los hechos esotéricos. La producción de la magia, la creación de todo cuanto existe ha de ser explicado racionalmente, ya dejando de un lado los textos bíblicos y el Génesis, porque no dan una explicación que sea capaz de interesar al hombre intelec­tual de nuestros días. La mente exige discriminación, y no puede existir discriminación si no existe un fondo científico para aclarar todos los misterios que puedan surgir en nuestras investigaciones del mundo oculto. Cuando hemos hablado de la magia en un sentido esencial, hemos hecho un énfasis muy específico a las zonas neutras o intermoleculares que constituyen la esencia mística de toda posible creación, y el hecho puede ser explicado científicamente en virtud de las pequeñas aunque valiosas explicaciones científicas que se dan en las escuelas de primer grado. Cuando se nos dice por ejemplo, que entre dos fuerzas, positiva una y negativa otra, ha de traer como resultado una fuerza resultante que tendrá la fuerza sumada de las dos opuestas, aparentemente antagónicas se nos da una explicación científi­ca que tiene mucho que ver con la magia. Cuando el hombre a través de las máquinas que ha inventado para descubrir lo que existe en otros mundos, se ha lanzado a la con­quista del espacio, ha tenido que vencer una resistencia, a esta resistencia la llamamos gravitación, es el peso específico del planeta suspendido en el éter del espacio. Pero, ¿qué sucede cuando ha rebasado ciertos límites en donde la atracción va disminuyendo hasta que queda reducida a cero? Entonces, los cuerpos, por gigantescos que sean quedan sin gravitación, no tienen peso alguno y aún, rebasado este ciclo de fuerza antigravitato­ria existe un punto neutro que constituye la esencia de la magia, la esencia es el resultado de dos fuerzas en equilibrio, en el seno de cualquier cuerpo organizado celeste en el espacio. Todos los cuerpos de la Tierra poseen dos fuerzas que hay que considerar para com­prender dónde aplica el mago su fuerza, su atención y su intención. En primer lugar, hay la fuerza de gravitación: el egoísmo de la materia, que lo encontramos por doquier en todos los niveles de expresión del alma humana, el nivel físico, el astral y el mental. Esta fuerza de gravitación atrae todo cuanto penetra en la conciencia del investigador o del hombre corriente, y le obliga a retroceder dentro de la escala de valores psicológi­cos de su propia condición humana. Pero, regulado también por las leyes de la evolución humana existe otro factor, otra fuerza imperante que lanza al hombre al espacio, a la conquista del éter, a la conquista del tiempo, a la conquista de su propia singularidad, a la búsqueda de su Yo Superior y a esta fuerza la llamamos proyección, antigravitación, porque se escapa de la gravitación de su propio ser material y, en un aspecto contunden­te de expansión cíclica, tiende a descubrir el misterio que se oculta tras su propio espíri­tu, quiere retornar a la Casa del Padre, y la Casa del Padre es la atracción celeste que siente el Alma y que va perdiendo a través de la evolución, el peso gravitatorio de la materia que compone todos y cada uno de sus cuerpos.

 

Pero, ¿qué sucede? A veces la fuerza de la materia, la fuerza de la gravitación, es más fuerte que la fuerza de la expansión cíclica dentro del individuo; otras veces es la fuerza del Espíritu que controla, domina y rige la materia, pero debe existir forzo­samente en el ánimo del discípulo mundial, en el aprendiz de mago, un punto dentro de sí mismo en donde no existe el conflicto de la polaridad, en donde la gravitación y la agravitación están debidamente compensadas y, en este espacio neutro, en esta  zona en donde no existe gravedad alguna, surge dinámicamente una tercera fuerza: es la Fuerza Mágica del Espíritu, que es donde aplica el mago su intención. Todos los magos han tenido que llegar a este punto de equilibrio estable dentro de su naturaleza psicológi­ca, ni gravitación ni expansión cíclica, es lo mismo que sucede con el concierto de los mundos, esta eterna sinfonía de la creación, lo que permite que los astros vayan circulando libremente en sus cursos orbitales, pero sin perder su propia singularidad. El Sol es potente, irradia una gravitación superior a todas en nuestro Universo, en nues­tro Sistema Solar, y todos los planetas están sujetos a esta ley de atracción. Todos los astros ejercen su influencia, los unos sobre los otros, no para conquistarse los unos a los otros, sino para componer juntos la sinfonía que manda el Creador. Se nos dice ocultamente que la música de la esfera que corresponde a nuestro esquema terrestre, se halla en un punto de equilibrio, desconocido incluso por los Altos Iniciados, en el que existe una gravitación cero entre todos los planetas, incluso el mismo Sol. Este punto ocultamen­te definido, es el Alkahest, un nombre sánscrito que significa la ausencia total de la lucha entre polaridades distintas, un punto donde existe la energía creadora de todo cuanto existe. El mago que sabe estas cosas, lo primero que hace para trabajar sobre espacios intermoleculares, espacios vacíos de toda gravitación, es ante todo perder su propia gravitación. La pureza del mago es indispensable para crear una obra realmente mágica y cuando hablo de magia, solamente hago referencia a una clase de magia: a la magia blanca, a la magia del propio Señor del Mundo, a la magia que opera el Logos Solar sobre su sistema planetario y sistema universal. Entonces, ¿qué es lo que tiene que hacer el mago? Descubrir dentro de sí los espacios intermoleculares, y descubrir estos espacios es la obra de muchas vidas de sacrificio y de renuncia, porque todos estamos sujetos a la gravitación de uno u otro de nuestros vehículos periódicos de expresión: la mente con sus problemas e ilusiones; el cuerpo astral con sus espejismos variados, con sus intensos deseos, esperanzas y temores; y el cuerpo físico que trae una herencia de millones de años de instintos mal gobernados por nuestra propia alma.

 

Vean ustedes que no es fácil convertirse en un mago, en un mago blanco, en un Iniciado de la Gran Fraternidad, que es lo que tratamos de hacer, sino no tendría sentido estar aquí, porque nos estamos preparando para la magia consciente, es el por qué nos congregamos mes tras mes, porque en el fondo de nuestro corazón todos tenemos la esperanza de resurgir triunfantes como "aves fénix" de nuestras propias cenizas materia­les. Pues bien, cada vehículo en virtud del Alkahest, en virtud de esta sustancia primor­dial de donde los Logos extraen sus creaciones, es por qué el mago puede determinar los prodigios que vemos por doquier. El mago perfecto a igual que Dios puede crear, y lo primero que tiene que hacer, es crear un vacío dentro de sí: un vacío mental, un vacío emocional y si ustedes me lo permiten, un vacío físico, y esto es muy difícil de compren­der porque se trata de una idea muy abstracta. ¿Más abstracto que el vacío existe algo? Pues bien, hay que llegar a un punto cero dentro de nosotros mismos, y a partir de cero empezar de nuevo, como si fuésemos recién nacidos que por primera vez enfrenta­n el eterno dilema o el eterno drama de la vida. Si el mago logra perforar —por decir­lo de alguna manera— la costra psíquica, la costra mental y la costra instintiva de su vehículo inferior, y llega a penetrar tan profundamente que dentro de sí opera una magia de transmutación desconocida todavía por la ciencia e incluso por muchos esoteristas, a partir de este centro de paz encontrado en sí, puede operar el milagro de la paz por doquier, por todas partes, y darse cuenta de que realmente somos hechos a Su Ima­gen y Semejanza.

 

Todos podemos y todos debemos crear, pero hacerlo conscientemente, no actuar como lo hacemos, sin el control de los pensamientos, sin el control de las emociones, sin el control de los instintos del cuerpo físico. Es el mismo trabajo que se exige del discípulo que ingresa en un Ashram de la Jerarquía, el trabajo es idéntico, porque lo que pretenden los Ashrams de la Jerarquía es crear magos conscientes, creadores, personas que hayan adquirido el derecho de sentirse Hijos de Dios, con toda la plenitud del Verbo, y que en virtud del descubrimiento de cualquier zona desconocida dentro de sí en donde haya paz, armonía y equilibrio, y pueda mantener este equilibrio pase lo que pase en la evolución del tiempo, en el hecho mismo de este descubrimiento se convierte en un mago, esto hicieron todos los magos del pasado. Apolonio de Tiana, por ejemplo, del cual nos habla tanto la tradición esotérica decía: “Por fin me siento vacío de mí mismo”, Apolonio de Tiana había sido iniciado en los Misterios de Isis; su propio Maestro según se nos dice, fue el Rey Hiarchas, un hombre desconocido por muchos, pero que es la propia entidad Hiran Abif, al cual aluden tan frecuentemente dentro de las explicaciones esotéricas de la masonería. Hiran Abif, que según se nos dice, fue el Mago que entregó a Apolonio de Tiana el amuleto sagrado que Él con el tiempo trasladaría a Ginebra, para que se convirtiese en una Ciudad Sagrada. Se nos dice ocultamente, que en cualquier lugar remoto del Lago Léman, en Ginebra, está el talismán depositado por Apolonio de Tiana, y el Rey Hiarchas o Hiran Abif era un Gran Iniciado que había recibido el ébano del Líbano, símbo­lo de la mente superior, y el oro de Ofir el símbolo de la más perfecta intuición, del propio Rey Salomón que fue el primero que instauró los Misterios que más adelante se convertirían, después de pasar de la boca al oído de los grandes discípulos, en los cuatro puntales donde se asienta toda posible obra mágica. Moisés —tan poco conocido también porque su figura ha venido distorsionada por el sionismo internacional— que fue un ser legítimamente esotérico que había sido iniciado en los Misterios más absolutos, en los momentos del pasado que le tocó vivir, fue aleccio­nado según se nos dice, por Batria, la mujer del Faraón en aquellos tiempos solemnes y aquella hija de Batria: Termutis, que encontró, según nos dice la tradición esotérica, al niño Moisés en una canastilla en el río Nilo. Son un encadenamiento de hechos perfectos desde el punto de vista kármico, que nos está hablando precisamente de la magia como un sistema de organización del Plan de Evolución Planetaria y, naturalmente, poseyendo como poseían la cualidad infinita del Iniciado, siendo magos en potencia, efectuaron grandes prodigios mágicos, no solamen­te introduciendo talismanes sagrados bendecidos por el Señor del Mundo y otras Jerar­quías del Sistema, sino porque sus vidas eran una constante irradiación de magia. Y todos los magos son taumaturgos. ¿Qué implica para nosotros el término taumaturgo o la taumaturgia, esotéricamente hablando, sino el poder que tiene cualquier iniciado de curar con solo la irradiación de su aura magnética? ¿Y cómo puede irradiar esta paz, esta salud y esta potencia armónica si no ha descubierto y extraído desde el fondo de sí mismo la Paz de aquellos vacíos creadores que ha desarrollado, que ha impuesto a su naturaleza? El mismo hecho de la transmutación de los metales, conociendo el mago el Alkahest, el elemento primor­dial del cual son atraídos a la experiencia de la materia todos los elementos químicos que pueden existir en el Universo, conociendo aquello tan simple, aquello que es un espacio neutro completamente, aplicado inteligentemente a un átomo de plomo, lo puede convertir en un átomo de oro, la forma más objetiva que conocemos de la transmutación química de un metal vil en oro, es que, manejando creadoramente los espacios intermole­culares que constituyen los organismos, las formas de la naturaleza, resulta claro que el mago puede a voluntad integrar o desintegrar la materia, y crear a voluntad cuerpos semejantes al nuestro y desvanecerlos en virtud de su propia voluntad y libre albedrío. Es algo realmente importante que comprendamos esta cuestión, los ejemplos del pasado que todos seguramente habremos leído, singularmente en los libros esotéricos que están a nuestra disposición, es el darnos cuenta cómo se pudieron producir hechos tan real­mente mágicos como la creación o la construcción de las pirámides de Egipto. Una pie­dra de la base, semibase y más arriba, casi a la cúspide, son de millones de kilos, son de muchas toneladas; suponiendo que hubiesen canteras, ¿cómo pudo construirse algo tan imponente y realizado con tanta perfección que el sillaje de las piedras, unas encima de otras, ajustasen tan perfectamente que no puede ponerse entre los intersticios una hoja de afeitar? Si no recurrimos a la magia, si no recurrimos a las fuerzas centrípetas y centrífugas que están dentro de cualquier tipo de materia, si no contamos con la inteligencia del mago que conoce el punto exacto dentro de la piedra, en donde existe un espacio neutro, completamente neutro, y que a través de los moradores del espacio, las fuerzas angélicas que son las creadoras de la expansión cíclica de todo cuanto existe, la tendencia hacia Dios, y los devas que son los que constituyen la gravitación de los cuerpos, y que en virtud de que el mago a través de la clarividencia puede darse cuenta dónde está el punto de equilibrio neutro, sólo falta que intensifique con su atención aquel punto neutro, para que la piedra sin perder su forma, pierda su peso. Estas son cosas para meditarlas científicamente, pues como decía anteriormen­te, no podemos hoy día hablar esotéricamente sin recurrir a la ciencia, y siendo conscientes de que la ciencia no ha llegado todavía a descubrir siquiera los átomos del 4º nivel físico, el primer nivel etérico, lo supone, parece que existe. Suponemos que existe una fuerza llamada electricidad, la utilizamos, ¿pero cuál es su esencia, cuál es su naturale­za? ¿Acaso la luz que nos alumbra no es un espacio neutro? ¿Completamente neutro a pesar de su potencia? ¿Por qué tiene esta potencia? Porque la polaridad positiva y la polaridad negativa están en un perfecto equilibrio, no luchan entre sí, por lo tanto, la luz de la iniciación, la luz de la inspiración, la luz búdica, es lo que permite al mago utilizar, extender, desarrollar dentro de sí los espacios intermoleculares. ¿Qué es mágicamente hablando la redención? Acaso la redención aunque sea de la materia, no es la introducción de luz dentro de la materia, dentro de cada compuesto atómico, dentro de cada célula, dentro de cada átomo? ¿Y qué pasará cuando todos los átomos sean radiactivos? Tendremos el cuerpo de un Adepto, el cuerpo emocional de un Adepto, que no precisa, pero que puede recuperar para trabajar en favor de la humanidad, o el cuerpo mental de un Adepto, completamente vacío, porque viene de la inspiración de Dios y no contiene ninguna fuerza humana.

 

Mágicamente hablando tenemos que distinguir, en virtud de la atención depositada en el estudio, la diferencia que existe entre la intención del mago, la idea que a través de sus zonas neutras logra invocar del espacio superior, el          plano búdico, que llamamos idea, y llegar al fin a la mente concreta, con la multiplicidad de pensamientos. Pues bien, nosotros para ser magos, tendremos que tener muy desarrollada la intención a través de la aten­ción, invocar ideas, invocar ideas en el sentido de que en virtud de los espacios neutros de nuestra propia naturaleza redimida, podemos entresacar el plano búdico, y después dominar por selección natural y espontánea, el grupo de pensamientos que necesitamos para expre­sar aquella idea. Digo intencionadamente el plano búdico, porque el plano búdico dentro de cualquier cuerpo planetario de nuestro sistema cósmico es el centro de su propia evolución, en donde los tres aspectos superiores y los tres aspectos inferiores del hombre se equilibran, siempre será en el corazón, de ahí la importancia del Agni Yoga, que desarrolla el corazón de los seres humanos. Dios es un ser humano excelso, a una increíble distancia de la nuestra, pero también tiene el deber de participar en la Obra Creadora de su Maestro, el Logos Cósmico, del cual depende y al cual sirve.

 

Pues bien, el corazón de nuestro Sistema Solar está en el plano búdico, y si llega­mos, hablando quizás muy metafóricamente, al punto cero del plano búdico nos encontra­remos en el 4º nivel o 4º subplano del plano búdico. Allí se halla la semilla del Alkahest, la energía primordial de la Creación, y cuando el Logos Solar está crean­do, está mágicamente expresando su voluntad o su intención, tiene la atención pura depositada sobre el Alkahest, la sustancia cósmica que se confunde con el espacio, es lo único que no tiene karma dentro de cualquier sistema, constelación o galaxia. Y naturalmente, todas estas cosas, aparentemente sabidas, contienen el secreto de nuestra propia realización. El día que pensemos con el corazón, por paradójico que parezca, entonces sabremos lo que es la magia. Ahora solamente pensamos con la mente, y a través de la mente estamos tratando de descubrir, porque la mente es ambiciosa, siempre está ávida de conocimientos; el corazón es estable, sabe sin esfuerzo, y por lo tanto la magia debe ser realizada sin esfuerzo, precisamente porque surge del corazón. Cualquier situación ambiental, cualquier problema, cualquier enfermedad pueden ser debidamente corregidas y curadas a través de la atención sobre cualquier espacio neutro que hayamos logrado descubrir. ¿Qué creen ustedes que hizo el gran médico Hipócrates, o Galeno, o cualquiera de los grandes Maestros de medicina? Sino trabajar mágicamente sobre los espacios neutros del cuerpo, donde existía una alteración del principio de la polaridad, en donde la polaridad positiva y la polaridad negativa estaban en franco dese­quilibrio. Entonces, el mago, el médico, realmente el hombre preparado para curar, se limitaba con apoyo de la luz invocada de su propio ser, a introducir su armonía dentro de aquella zona conflictiva, corregía aquella incorrección, por decirlo concretamente, porque donde existe una alteración de la polaridad, forzosamente hay un desequilibrio, y el desequilibrio puede ser físico, puede ser astral y puede ser mental, hablando sólo de las zonas que conocemos de nuestra personalidad psicológica. Es decir, que todo cuan­to hemos venido diciendo sobre el espacio, que es multidimensional, multimolecular y multigeométrico, adoptando la divisa de que todo es igual, lo de arriba y lo de abajo, y considerando el espacio como una entidad, podemos decir que son tres cuerpos dentro de aquello que no vemos que es el espacio, porque espacio es aquello que nos separa y sin embargo permite nuestra interrelación. Sin el espacio no podríamos comunicarnos, no existiría el propio pensamiento, no existirían los deseos, no existiría la actividad física. Por el espacio nos intercomunicamos porque la dimensión es una entidad, todas las moléculas del espacio reunidas constituyendo lo más simple y lo más puro que se conoce, que es el Alkahest, que es el elemento primordial, y todas las formas que vemos en el espacio, siempre son expresiones de esta entidad que los mantiene por decir­lo de alguna manera, en suspensión. Y sin embargo, el espacio que lo contiene todo es puro en su esencia, como pura es la mujer antes y después del nacimiento de su hijo. Hay que darse cuenta de esta verdad, atribuida solamente a la Virgen María. Hablamos de cosas cósmicas, no de cosas vulgares, de cosas de la personalidad, estamos hablando de la Virgen Naturaleza, de la Virgen Espacio, cuyas matrices están abiertas a todo afán de conquista de la propia singularidad. Al darnos cuenta de esta gran verdad es cuando empezamos a pensar correctamente, a sentir en forma natural, sin estridencias, y a mantener el cuerpo de acuerdo con aque­llo que pensamos y sentimos. El cuerpo no tiene un principio establecido, lo tuvo en el pasado Universo, ahora no, ahora el paso inmediato del ser humano es controlar la naturaleza emocional, descubrir el elemento cero dentro del cuerpo emocional, y después darse cuenta de que la mente tiene un punto cero donde no existe gravitación, ni expan­sión, es la ley inmutable de la creación, es el elemento de la magia organizada y trasladar la conciencia todo cuanto sabemos, esotéricamente hablando, aplicando siempre el principio de analogía, y darnos cuenta de todo cuanto existe siempre se producirá a base de tres elementos: la intención, la idea y la forma geométrica. Así de un átomo como de un Arcángel, siempre es lo mismo, variarán las formas, los arquetipos más o menos sublimes, variará la naturaleza de las cosas, sólo algo debe quedar siempre permanente, y este es el HOMBRE, con mayúsculas, éste somos nosotros. Y darse cuenta también que el punto cero de la mente lo estamos creando con la atención. Si se está muy atento la mente no está dispuesta al discurso, no se presta al juego engañoso de las ilusiones ambientales, porque lo primero que aprende el Iniciado es a pensar con pro­piedad y con justicia, y esto solamente puede hacerlo en esta 4ª Ronda, dentro de la cual estamos todos ubicados, a través de esta fuerza tremenda que ha logrado descubrir y desarrollar, y le permite seguir adelante el proceso de elaboración de los pensamien­tos de acuerdo con una idea pura y abstracta, la cual a su vez viene insuflada por los vientos de la intuición, por la razón pura del plano búdico. Dénse cuenta cuánto estamos hablando aquí, psicológicamente, hablando de la necesi­dad de estar atentos. Si nos diésemos cuenta que la atención es la base de la magia, es la búsqueda y el descubrimiento de los espacios intermoleculares o intermedios de nuestra propia naturaleza humana. Por agravitación constante nos elevamos, ascendemos, adquirimos las sucesivas iniciaciones, y esto es lo que estamos haciendo aquí, sin darnos cuenta, en virtud de la atención nos estamos autoiniciando en misterios. Misterios que no son revelados objetivamente pero están ahí. El día que podamos mantener la atención serena sólo una hora, que es el tiempo adjudicado a los justos, sabremos lo que es realmente el punto cero, el punto de equilibrio, y sabremos también de la fortale­za de nuestro espíritu, este espíritu que nos galvaniza, que nos instruye, que nos permite seguir adelante venciendo todos los obstáculos que encontramos en nuestro camino.

 

Podíamos extender ahora estas ideas con las preguntas de ustedes.

 

Pregunta - En todo acto ritual vemos que hay un círculo, ya sea una proyección del mago, del indio que quizás lo hace inconscientemente o clarividentemente; incluso un animal antes de ponerse a dormir hace su círculo, ¿es este círculo quizás la expresión de este punto neutro en el cual uno se siente seguro y puede proyectar cualquier acto de magia?

Vicente Exacto. El círculo es la imagen del espacio, si contemplamos el espacio vemos un semicírculo grandioso, y adivinamos que debajo existe otro semicírculo que juntos constituyen el círculo completo de la Tierra, mejor sería quizás decir, una esfera completa visto con los ojos a través de la 4ª dimensión donde aparece todo en forma poliédrica y no simplemen­te en superficie. Un átomo es redondo, y si la inclinación del eje de la Tierra no fuese de 23º 28', que estuviese perpendicular a la eclíptica, su movimiento alrededor del Sol, el camino que recorre no sería una elipse, sino que seria un círculo. Todo es un efecto de perspectiva.  El ser humano es una esfera, esto está visto en aquel dibujo de Leonardo da Vinci, dentro del círculo vemos el hombre creando una estrella de cinco puntas que es la Estre­lla del Adepto, del Gran Iniciado. No se pone al Iniciado dentro de un cuerpo ovoide, como el cuerpo físico, el cuerpo astral y el cuerpo mental, porque existe una proyección de lo que sucede en el planeta. Dénse cuenta que nuestro Logos Planetario está evolu­cionando, que tiene un karma que cumplir, y este karma viene inducido por muchas razones que desconocemos, y que constituye misterios insalvables incluso para los grandes iniciados del planeta. Pero, el hecho de que esté atravesando una 4ª Cadena, y dentro de esta 4ª Cadena, un cuerpo esférico completamente como es la Tierra física, que precisamente está atravesando su 4ª Ronda, es decir, que está oscilando alrededor del punto neutro constituido por la atención del Logos Planetario, a través de Sanat Kumara, el Señor del Mundo, y que todo cuanto percibe nuestra mente, solamente se ve en deformación que se escapa de la esfera, porque todavía no hemos adquirido el poder de descubrir el espacio neutro que constituye nuestro enlace con la mónada espiritual. Habrán adivinado ustedes que existe una gran relación o vinculación entre la mónada —el espíritu en su más elevada esencia— y el Alkahest, la sustancia primordial cero, del cual surge toda la infinita creación.  Solamente es aplicando las palabras más técnicas a lo que esotéricamente sabemos todos, y continuar progresando, siendo cada vez más esféricos, si puedo decirlo así, y no adoptando figuras poliédricas llenas de aristas o de vértices. Y voy a decirles que la forma esférica es la que tendrán los componentes atómicos del Tercer Universo. El presente Universo contiene su expresión arquetípica, para todos los Grandes Seres que alcanzan la iluminación, como un triángulo equilátero y, sabemos también, que todo cuanto nos fue transportado desde el primer Universo y que constituyó la matriz mate­rial de las formas actuales, obedecen a la ley del cuadrado. Y que por lo tanto, hablando siempre técnica y geométricamente, que es como hay que hablar hoy día a los públicos ávidos de conocimiento esotérico, se llega a la comprensión de que la evolu­ción de la forma tiende hacia la esfera, y dentro de la esfera se encuentra el punto exacto que constituirá el principio y fin del Tercer Universo, el Alkahest a escala cósmica, y a partir de aquí, tratar de hacer aquello que dice el Maestro en una de sus bellas pláticas: “Cuando el Atlas Humano enderece su columna vertebral, entonces el eje del mundo adquirirá la vertical”. Porque vemos al hombre desde un nivel puramen­te físico y vemos que la columna vertebral es erecta (si la persona goza de buena salud), pero en los niveles causales, la proyección vista clarividentemente, buscando los espacios de la materia, del cuerpo emocional y del cuerpo mental, se ve que el hombre tiene todavía, singularmente en el nivel emocional, una curvatura en su espalda. Hablo para los clarividentes. Y el cuerpo mental lo mismo. Aparentemente tendría que ser al revés, que el hombre todavía andase agachado como los simios o como los animales, cuya colum­na vertebral marca la horizontal, y ve el prodigio, mediante el cual existe esta forma del hombre tan perfecta. Pero, es la representación de un estado, de algo que se conquistó en un remoto pasado, y ahora estamos tratando de enderezar la columna vertebral del cuerpo emocional y del cuerpo mental, lo cual es una tarea muy difícil porque no tenemos los elementos de ayuda del pasado, brindada para la materia cualificada del primer Universo. Estamos trabajando siempre dentro de los números y de las formas. No puede existir hoy día un conocimiento exacto del mundo esotérico, si no se estudia la geometría, la aritmética, la astrología y todas las ciencias, porque en virtud del conocimiento de aquellas cosas tan aparentemente insignificantes, estamos descubriendo la gloria de la creación.

 

Resumiendo la pregunta: el Universo es esférico, el Sistema Cósmico es esférico, las estrellas son esféricas; puede haber más luz o menos luz, más integración espiritual en los Logos, pero todo es esférico. Y cuando se escapa de la esfera viene la producción de fenómenos, la Creación, ¿verdad? Es decir, que cuando reintegramos nuestra vida a la conciencia cero, —y esto vendrá con el tiempo pues la evolución de los tiempos así lo exige— entonces veremos que este punto neutro dentro de nosotros es cero, y es redon­do o esférico. Entonces, habrá una relación entre el cuerpo monádico que es esférico y la conciencia monádica que es el Alkahest de la mónada, y aquellos átomos de sustancia sobre los cuales queremos trabajar. Y entonces por simpatía vibratoria, crearemos la Magia, los prodigios de la Creación. 

 

Pregunta Vicente, no te parece que habríamos de olvidar un poco a la ciencia cuando habláramos de términos tan altamente esotéricos, porque cómo vamos a explicar a un científico, por muy elevado y abierto que éste sea, la existencia de un cuerpo emocional o de un cuerpo monádico, o de una música de las esferas, o en fin, de una magia a distancia, pues parece que la ciencia va viniendo siempre a remolque nuestro. ¿Por qué tanto interés en hacer que las cosas que esotéri­camente son aceptadas y comprobadas por aquellos que tienen ojos para ver, por qué tanto interés repito, en hacerlas científicas si es prácticamente impo­sible explicarlas?

Vicente - ¡No! No hablamos esotéricamente a los científicos, hablamos a todo el mundo. Estoy hablando de una era actual y para explicar las cosas de esta era actual, hemos de hablar científica­mente, hay que tratar de hacerlo. Porque todos hemos estudiado geografía, matemáticas o geometría, y hablamos de cosas conocidas, no hablamos de redundancias. Por ejemplo, tenemos en física elemental lo que es una fuerza resultante cuando hay dos fuerzas oponentes, solamente hay que aplicar un sentido muy agudo de percepción cuando estamos tratando la geometría elemental. Sabiendo que la geometría elemental y las matemá­ticas más elementales, constituyen parte del equipo del mago que opera científicamente. El milagro no existe como milagro, existe un desconocimiento científico de las leyes que regulan la materia. Sabemos que hay dimensiones y la dimensionalidad es un grado de conciencia de inte­gración. Si la persona no anda muy dentro de sí misma, jamás será consciente de las dimensiones más allá de la 3ª, que le corresponde por su cuerpo físico. Solamente hay que contemplarlo todo sin esfuerzo, la mente solamente debe trabajar cuando haya­mos educado convenientemente nuestro Ser Superior a través de la mente abstracta.  Decir por ejemplo: claro es una utopía para el científico el hablar del sentido esférico de los cuerpos, si solamente acepta un cuerpo, y la 4ª dimensión es un misterio... ¿qué será de la 5ª?  Pero sabemos, por ejemplo, y es un tema muy esotérico para otro mes, el porqué la persona sueña, siendo el sueño un acto mágico de gran importancia, y que precisamen­te, el científico se aparta del esoterista porque no sueña, porque está tan atento al proceso riguroso de sus investigaciones, que a veces le pasa desapercibida la pequeña célula que contiene el elemento primordial y está en todas partes, está aquí. ¿Cuándo lo invocamos? Cuando estamos atentos, observantes, con intención de comprender, no de discernir el valor de una cosa, sino de comprenderla acabadamente, en su totalidad. ¿Y cómo podemos captar una idea en su totalidad si somos parciales en el pensamiento? ¿Se dan cuenta? Entonces viene la paradoja de que el pensar negativo es la más alta forma de pensar. Cuando el hombre no piensa nada es cuando empieza a pensar, ¿se dan cuenta de la paradoja? Y sin embargo ustedes, cuando están atentos no piensan. ¿Qué pasa en ustedes? Hay una transmutación, en este silencio expectante, ustedes están encon­trando la clave mística de su propio ser. Están llegando al punto cero de ustedes mismos. ¿Y qué sucede entonces? Hay paz, hay plenitud, hay equilibrio, y hay una fuerza potente en este equilibrio. Pues bien esta fuerza silente, tremendamente dinámica, está a nuestro alcance porque está por doquier, pero como que no estamos atentos, como estamos pen­dientes de los conocimientos y tratamos de crecer con los conocimientos, no queda tiem­po para dejar vacío en nosotros. Más aún, cuando hay un vacío se entra en un estado místico de completa inseguridad, el Alkahest nos da inseguridad, pero si no atravesa­mos las barreras de esta inseguridad no descubriremos nuestra propia singularidad. No nos descubriremos a nosotros mismos, no llegaremos al fondo de cualquier cuestión. Y sin embargo, ustedes están atentos a todo cuanto sucede, a todo cuanto pasa por el mundo, a ustedes mismos. Si observan cómo piensan, están atentos a cómo sienten, a cómo actúan, a cómo hablan y tienen siempre este instrumento de atención que les permite seguir la ruta exigida para llegar a convertirse en HOMBRE, con mayúsculas. Se está produciendo el gran milagro entonces, y ustedes lo están realizando, porque ustedes están atentos.

 

Digo a ustedes algo más: si están muy atentos descubrirán en ustedes las reservas que les permitirá convertirse en magos. Eliminarán las enfermedades físicas, la impasivi­dad mental, el seguir ciego los acontecimientos del tiempo; el pensamiento les apare­cerá como algo importante para descubrir lo que hay más allá del pensamiento, utilizan­do el pensamiento como una atalaya simplemente, y dejando después el instrumento a un lado para ver lo que hay detrás de aquello. El pensamiento es un instrumento, igual que la mente, cuando esté llena de intención habrá un vacío y este vacío será tan importante que cambiará completamente su vida, como ha cambiado la vida de los grandes discípulos, de los grandes Iniciados. Y esto está aquí, ahora; no está allá, después. Aquí..., ahora..., darse cuenta de esta realidad.

 

Pregunta - Podrías definir las fuerzas que actúan cuando alguien está quieto y vacío, auténtico, y por ejemplo, tú sabes una vez en un tren, nos encontramos dos personas que se peleaban y algunos hicimos un vacío completo a su alrededor y dejaron de pelearse. [“Exacto”, contesta Vicente]. No vamos a considerar esta teoría sin ningún acuerdo para dejar de pelearse, pero, aquí hubo un vacío intenso y dejaron de pelear. Ahora bien, este vacío hay que explicarlo muy bien, pues podríamos decir: es dejar de pensar, dejar como aquella frase católica muy extensa de la que se puede decir: Hágase según tu palabra. Es un vacío, intenso, especial. ¿Qué es lo que para en nosotros? ¿Qué es lo que deja de expresarse? ¿Qué es lo que dejamos expresar sin dejar, sin decir nada, ni pensar nada?  Esta clase de vacío... para que todo el mundo pudiera emplearlo, especialmente en momentos de agitación, de irritaciones a su alrededor, de desarmonía, poder emplearlo conscientemente pero sin ocultar la parte consciente. En fin, ¿este lío podrías explicarlo mejor?

Vicente Cuando la persona está muy vacía de sí misma, en un sentido creativo naturalmente, irradia de sí una energía de armonía que puede curar igual como curaba Cristo. Él no curaba por imposición de manos sino por la propia irradiación, lo cual puede hacerlo cualquier Inicia­do, porque está operando a partir del descubrimiento del espacio magnético que le une con Dios, a través de un espacio puro. Entonces, la conflictividad humana surge siempre cuando existe una polaridad positiva y otra negativa, o viceversa, luchando entre sí. Pero, ¿qué sucederá cuando entre dos fuerzas antagónicas situemos una fuerza pura? ¿Una fuerza que no surge del conflicto, que carece de conflicto y que vence al conflicto? No hay que pensar, no hay que tomar partido, simplemente llevar la paz. ¿Qué es el Maestro en el Ashram? “¡Os doy mi paz!” ¿Qué significa esto? Que llena los intersticios del ser en sus grandes momentos sublimes, con aquella energía que está dispuesto a recibir. Pues esta Paz es la Paz que con el tiempo todos debemos irradiar. ¿No podemos ahora verdad? Ese es el problema, porque estamos todos dentro de un conflicto de polaridades. Y dentro de nosotros, hay que encontrar aquel camino puro tal como decía Buda: "Estre­cho como el filo de navaja que corre en medio de los opuestos", y mantiene el equilibrio de los opuestos y permite esta armonía integral en la naturaleza. Todo en la naturaleza se hace sin esfuerzo, sólo el hombre se esfuerza. El Sol surge siempre raudamente, a pesar de las estaciones y se oculta también según el principio inmutable del movimiento de rotación de la Tierra y de traslación alrededor del Sol, que no es un esfuerzo, que es el seguir este camino marcado por los Dioses. Pues todos tenemos que empezar a trabajar sin esfuerzo, no quedar holgazanamente prendidos del influjo de no hacer nada, en forma negativa; sino que la máxima autoridad espiritual, que es la Intención de Ser y de Realizar, nos invita a estar atentos porque lo que vemos es Dios en todas las cosas. Y si no estamos atentos a Dios en todas las cosas, ¿cómo podemos descubrir al Dios interno?, o este punto cero donde no hay conflicto, donde solamente existe armonía y paz, y la energía suprema de la crea­ción, que es lo que precisamos para crear. Utilizamos la fuerza de la Luz para crear un ambiente de armonía a nuestro alrede­dor. Para mí eso es importante. Si así lo hacemos, si continuamos en el intento creador, nos daremos cuenta un día, que estamos atentos. Porque habremos comprendido el valor de la atención. No el valor de sujetarse a disciplinas, a códigos o sistemas de entrena­miento, por cualquier gurú o maestro, impuesto por las circunstancias de los momentos que estamos viviendo; si no que aceptaremos al Dios interno como guía segura de la conciencia, porque estaremos atentos, no atentos a las enseñanzas del gurú, sino atentos a la progresión infinita de nuestra alma inmortal. Descubriremos a través de la atención este punto neutro completamente, en donde se dan cita los grandes aspectos superiores de la creación, con los aspectos inferiores de nuestros vehículos y nos daremos cuenta también del valor de estar por encima de los vehículos, amarlos, gobernarlos sin opresión, no con las duras disciplinas con las cuales solemos actuar. Simplemente esto. Ya ven que es sencillo estar atentos. La atención es una palabra que repetimos incansablemente y la repetiremos incansa­blemente porque tiene que penetrar en la conciencia. Todo cuanto hacemos será perfecto si estamos atentos. ¿Se dan cuenta de que cuando hablo de atención lo hablo a escala espiritual, casi cósmica? ¿Qué pasaría si el Logos no estuviese atento a su Universo? ¡Se desintegraría! Y así se está desintegrando nuestra vida, porque estamos sujetos al conflicto de la dualidad, de la polaridad; estamos sujetos entre el bien y el mal, del demonio y del ángel, y estas cosas, y esto es ridículo para el hombre moderno, porque hay que exigirle a la mente un coeficiente absoluto de ciencia, para que comprenda las cosas desde lo más hondo, desde la raíz, y ascendiendo darse cuenta de que todo es perfecto. Sólo nosotros que utilizamos todo esto somos imperfectos y hay que recurrir entonces a la obra mágica de la creación, crear nuevos cuerpos. Darnos cuenta de que el cuerpo es una vida cons­ciente, que la emoción es una vida consciente y que la mente es una vida consciente, y amar mucho estas vidas conscientes para que con este impulso de amor nos segreguen elementos moleculares capaces de irradiar luz magnética en su entorno.

 

Pregunta - Dicen que el soñar que se caen dientes y muelas es símbolo de muerte. ¿Este sueño pertenece al inconsciente colectivo?

Vicente - Yo estaría muerto ya, ¿eh? Pues, es que hay la tradición de sueños, hay esquemas de sueños. Pero, ¿saben ustedes cuál es la raíz de los sueños corrientes? Siempre es del inconsciente colectivo de la raza que se proyecta sobre nuestra subconsciencia racial, o personal; y naturalmente, ¿qué soñamos? Lo que pensamos de día, lo que tememos o lo que amamos; ahí está la raíz de los sueños. Pero, buscar una relación entre ciertos sueños con hechos, la persona tiene que estar muy experimentada ocultamente para saber el valor del vaticinio, el valor de aquella persona que se adelanta a los acontecimientos a través del sueño, como hacían los grandes profetas de la antigüedad, los grandes viden­tes. Y a veces nosotros soñamos algo que pasa, pero no es a través de un símbolo rígido para todos, en el sentido de que somos muy distintos los unos de los otros. Técnicamente estamos diferentemente cualificados, no hay ninguna hoja del árbol que sea igual; y nosotros que somos seres humanos, ¿cómo vamos a ser iguales? ¿Cómo vamos a partir de un diagnóstico para todos? Es como pranayama, en la respiración, todo el sistema de hatha yoga obliga al discípulo a ciertas prácticas de respiración, como si todos fuésemos iguales, la constante respiratoria de uno es muy distinta de los demás.

Resumiendo, tenemos que descubrir nosotros nuestro propio sistema respiratorio, el que viene a nosotros en virtud de nuestro rayo, de nuestro signo astrológico y de la propia evolución. ¿Se dan cuenta? Entonces no se preocupen de los dientes, hay que preocuparse cuando caen de verdad, me parece a mí... (risas).

 

Pregunta Vicente, todos queremos estar sanos, pero acudimos al médico o bien al curandero, pero el problema de la magia en la curación esotérica ha de tener en cuenta muchos factores, uno de ellos es el karma del paciente, entonces cuando cura o sana, este karma de este paciente o esta enfermedad, ¿qué pasa con este karma de ese paciente?

Vicente - ¿Por qué nos sometemos tanto al karma? ¿Por qué estamos constantemente dialogando con nuestro mapa astrológico? Ya sabemos lo que nos pasará mañana, ¿a to­dos verdad? Yo no, no me interesa. Pero conozco muchas personas, esotéricamente conven­cidas de que lo son, —vean ustedes la redundancia— que están constantemente, cuando se levantan, mirando el mapa del día a ver qué pasará. Están condicionando su vida y esto pasa en todas partes. Están condicionando su vida. Pues bien, el karma somos nosotros. ¿Qué pasará cuando encontremos aquello que no tiene karma? Ya estamos con el espacio intermedio. El médico tiene primero que buscar, me refiero al médico mago o al mago médico, que ha descubierto una zona neutra completamente pura en su inte­rior y la va agrandando hasta producir el fenómeno de irradiación. No se propone curar... ¡está curando! ¿Acaso la flor se preocupa de su perfume? Simplemente está expandiendo el perfume que es su propia naturaleza. ¿Cuál es la naturaleza del mago o del médico mago? Curar. No sólo curar físicamente, curar el alma de las personas, operando como un verdadero taumaturgo sobre los demás cuerpos, más sutiles, porque está en contacto perma­nente con el espacio neutro que es el plano búdico, a través del cual se proyectan las energías de los planos superiores del esquema o de un sistema solar. Por lo tanto no hay que preocuparse del karma, tal como lo hacemos; aceptemos la ley del karma, sabemos que existe y que debe existir, pero tenemos que darnos cuenta de que tanto pensar en el karma y en el destino, estamos ocultando el tesoro de aquello que no tiene karma en nosotros. Entonces volvemos a lo mismo: estemos atentos, tan atentos que no tengamos tiempo de pensar en el karma, no pensar en los problemas. La persona cree cuando enfrenta un problema, que hay que estar machacando el problema para encontrar la solución, pero el problema lleva en sí su propia solución. Si no sabemos pulsar esta nota que trae la solución del problema, no podremos resolverlo. No hablamos del problema del niño que tiene que resolver un problema en un examen; es algo diferente, hablamos del karma, de este azote de la humanidad, del recuerdo de aquello que hicimos mal en el pasado y que exige un estado de cuentas positivo para que continuemos avanzando. Pero, cuando la persona llega a la conclusión de que dentro de sí hay un nivel donde no existe el karma, forzosamente tendrá que buscar este nivel y quizás ustedes estén en este caso, lo cual significa hablando de una manera muy esotérica, que ustedes empie­zan a ser conscientes del karma, no a temerle, ser conscientes del mismo, comprender su alcance, su significado, su relación magnética con ustedes. Entonces, en la atención depositada en todo cuanto les rodea, sin pensar en el karma, lo están resolviendo, de la misma manera que sin pensar en el problema lo están resolviendo. Aquella frase tan corriente de “consultar con la almohada cuando tienes un problema”, ponte a dormir, si puedes, naturalmente, es el principio que quiero tratar de que se comprenda. Cuando existe un problema irresoluble aparentemente, descansen la mente; pónganse en contacto con la solución, no con los medios de solucionarlo. Esto en el karma, en los problemas, en todo cuanto existe. Pero, resumiendo, La persona que ha logrado adquirir una suficiente integración a través del descubrimiento de las zonas neutras de su propio ser y que comunica a sus propios vehículos, está curando por irradiación: física, moral y espiritualmente.

 

Pregunta - Se puede decir que estamos en un mundo dual, y que por lo tanto, incluso de lo que realmente es malo para encontrar una solución y, si es posible, convertirlo en bueno. No como sin querer a veces, lo que es bueno a la luz de los demás, nos resulte un mal.

Vicente - Cuando sabemos que una cosa la hacemos mal, vamos al término opuesto y decimos: “Ahora vamos a hacerlo bien”, lo cual significa que hemos antepuesto el principio de lucha de polaridades y vamos siempre del bien al mal y del mal al bien, y nunca queda­mos en el centro. ¿Se dan cuenta? Siempre queremos ser mejores... ¿y no lo somos verdad?  Es evidente. Pero, hacemos como el péndulo, ahora hago bien, ahora me permito el lujo de hacerlo mal y así vamos: bien, mal. Unas veces siendo el demonio y otras veces el ángel, y así vamos danzando la danza de las sombras, ¿verdad? Pero, ¿qué pasará cuando este­mos en el centro? Cuando no existe ni el acto bueno ni el acto malo; existe algo que está por encima del bien y del mal. Entonces es cuando realmente el problema del bien y del mal se soluciona; porque el bien y el mal, como el espíritu y la materia, son de la misma sustancia y de la misma esencia. ¿Y qué es lo que junta la sustancia con la esencia? Sólo el principio del Alkahest, el principio universal donde se refunden todas las polaridades y de donde surgen todas las creaciones. ¿Cuándo la persona se libera del bien y del mal? Cuando no piensa ni en lo uno ni en lo otro, porque lo que el ser humano debe hacer es "perfumar" el ambiente. Y esto empezará a hacerlo cuando esté muy atento, muy atento a todos. ¿Verdad que parece una idea machacona que llega a cansarles? ¡Y hasta me van a odiar un poco...! Pero es esto, porque si no están atentos no llegarán jamás al centro de sí mismos, jamás podrán llegar! Ustedes podrán hacer como el ángel que tira hacia Dios, o el demo­nio que tira hacia el infierno, según se nos dice, y ustedes hacen esto: cuando se ven aquí demasiado hacia el demonio, van hacia el ángel y viceversa, y así infinitamente, y claro, así nunca llegaremos. Nunca llegaremos de esta manera. Claro, nos damos cuenta de que esto es verdad, pero dense cuenta que si nos damos cuenta, surge un nuevo tipo de conciencia. Dios está por encima del bien y del mal, como la luz eléctrica está por encima de la polaridad eléctrica positiva y de la polaridad eléctrica negativa, está en el centro siempre de la cuestión. Pues bien, apliquen ese principio de la electrici­dad. ¿No será que una entidad llamada electricidad, entidad con toda la fuerza de la intención que está atenta en este punto céntrico y produce la fusión de la dualidad? ¿Por qué no suponerlo? ¿Por qué no imaginar cosas grandes? Ideas cósmicas y no quedar enfangados en las pequeñas cosas de cada día, que es lo que convierte nuestra vida en estéril, llena de esfuerzos, de complejos y de dificultades.

 

Pregunta - El aspecto kármico, se habla mucho del karma con los enfermos, por ejemplo se dice que es su hora; aunque vaya un iniciado a curarlo no sanará porque no es su hora. En este caso pienso que el verdadero curador tiene que llegar a donde lo llamen, en este caso supongo que su clase de curación deberá ser en el nivel que le convenga, por karma, al individuo. O sea que, si su cuerpo físico tiene que abandonarse ya, entonces el nivel de curación será ahora en otro nivel. O sea que nunca se debe perder el tiempo del verdadero curador, en el nivel que sea. En este caso el karma se va cumpliendo pero se cumple en cada nivel, porque si físicamente tiene ya que dejar de existir, el trabajo del curador irá hacia otros niveles para su partida, para aliviar el dolor. Creo que siempre será necesario que el curador se presente ante el enfermo que lo llame, porque el karma actuará normalmente, pero el traba­jo del curador también va a actuar, esa es mi opinión. ¿Puedes expresarla mejor? Creo que en mi opinión el trabajo siempre es útil, sea el karma que sea del individuo que lo necesite, porque son muchos los niveles del enfermo, o sea que son muchos los niveles del hombre. Suponiendo que el curador es un buen curador, deberá comprender adónde tiene que enfocar sus energías, dónde es necesario, si es para marcharse o para quedarse, en el sentido que sea, para la curación física. Suponemos entonces que el karma actúa, ¿no? Pero es en otro nivel.

Vicente - El karma empieza ya con el Logos Planetario que tiene que adoptar un cuerpo físico para expresarse, aquello que en un remoto pasado, fue y que ya no es, y tiene que estar pendiente de esto. Pero, aquí hablamos de la manera de liberar el karma, y por esto hay que dejar el énfasis, sobre el karma, y ponerlo sobre aquello que libera del karma. Y hablamos del curador no como una persona, del curador mágico que ve un enfermo y dice: Voy a curar a este enfermo. Es que el mago está curando sin darse cuenta, en el nivel que sea, pues todos tenemos problemas en uno u otro nivel. El que no tiene un problema en el cuerpo físico, lo tendrá en el cuerpo emocional, o en el cuerpo men­tal. Entonces si un curador es realmente magnético estará curando sin darse cuenta, no estará apegado al fruto de las acciones, ahí está la gracia. Pero, ¿qué surge? Fíjense bien, ¿qué surge de esta zona neutra que el mago descubre? El sentimiento infinito de compasión, que surge del Corazón Solar, que está por encima del bien y del mal, no toma parte en la lucha porque no está luchando, no tiene por qué buscar una alterna­tiva de lucha, precisamente esto. Y como que carece de karma, al menos de un karma que esté a la altura de sus conocimientos, entonces lo que está haciendo es realmente una obra impuesta por el propio Dios Solar, del cual es un exponente magnético. Pero jamás se preguntará si el karma de esta persona se merece que se lo cure o que se lo deje, sino que precisamente porque no busca ningún afán, no busca nada para sí, enton­ces trabajando así está transmutando su naturaleza a un punto en que la compasión, surgiendo en forma de expansión, está curando. Así curan los Grandes Avatares, los Grandes Iniciados, por compasión, no por querer hacer una cosa bien en favor de una persona determinada. Por esto les decía que no le diéramos tanta importancia al karma, que tratemos de actuar serenamente expectantes siempre. Entonces surgirá sin que nos demos cuenta de ello, la solución a todos los pro­blemas que existen a nuestro alrededor. Seremos un fermento social perfecto, seremos lo que decía Cristo: “La Sal de la Tierra”. ¿Verdad que la parábola de “La Sal de la Tierra” nos habla de este punto neutro dentro de nosotros? No se puede ser Sal de la Tierra sin tener un espíritu de compasión para todo cuanto existe en todos los reinos, no sólo para el reino humano. Porque Dios se manifiesta a través de él, a través de sí en toda la fuerza virginal de su naturaleza redimida.....

 


CONFERENCIA VICENTE BELTRAN ANGLADA

Barcelona 
08
-Noviembre-1986

Conferencia digitalizada por el Grupo de Trascripción de Conferencias (G.T.C.)

Anterior | Hogar