CONFERENCIA
VICENTE BELTRAN ANGLADA
[edición en curso]
Magia Organizada Planetaria
Las Notas Claves de la Nueva Era.
Barcelona, a 17 de Abril de 1.985
"LA VERDAD HA DE PRESENTARSE DE TAL MANERA, QUE CONVENZA SIN ATAR Y QUE ATRAIGA AUN SIN CONVENCER. ESTO SOLO PUEDE REALIZARLO EL LENGUAJE DEL CORAZON".
-VBA: Introducción al Agni Yoga, p. 49
Magia Organizada Planetaria
Las Notas Claves de la Nueva Era.
Barcelona, 17_Abril de 1985. — Magia Organizada Planetaria: Las Notas Claves de la Nueva Era. La Corrientes del 1º Rayo. Las pasadas Guerras Mundiales y el descubrimiento de la Energía Nuclear. El Maestro Morya y el mensaje de Síntesis. La Revelación del Mundo Dévico y las nuevas estructuras geométricas. Las Medidas Áureas. Sobre el nombre real. La Entrada en el Ashrama y la Iniciación. Las palabras de pase al Ashrama. Atención e Intención.
Vicente.— Vamos a analizar, como de costumbre, las notas claves que corresponden a esta Era de grandes transformaciones sociales. Los Ashramas de la Jerarquía tienen bien presente hoy día que hay dos puntos de relevancia que hay que situar muy profundamente en la mente y el corazón de todos los aspirantes espirituales del mundo.
Uno de estos puntos principales es recalcar la importancia de esta corriente de vida cósmica que está actuando potentemente en nuestro planeta desde el momento en que Jesús introdujo en la Tierra un antakarana que conectaba la Humanidad con Shamballa. A partir de entonces, esta corriente se ha ido acentuando y en un cónclave de la Jerarquía, en el año 1.875, se dispuso la ampliación de este canal tremendo de energías de Primer Rayo. Y entonces, según se nos dice esotéricamente, fue ampliada esta red misteriosa de energía del Primer Rayo mediante el talismán secreto del Señor del Mundo. Y como consecuencia tuvieron lugar, a partir de aquellos momentos, grandes e importantes acontecimientos en la vida planetaria, especialmente en la Humanidad. La Humanidad ha sufrido desde que se introdujo esta gran corriente de Shamballa, grandes y profundas transformaciones.
Tenemos en nuestro haber la implantación del régimen industrial que cambiaba por completo la rutina de los artesanos del siglo dieciocho. Tenemos también la gran participación activa de grupos intentando el mejoramiento de las relaciones sociales. Hubo también, como ustedes saben, dos guerras que forman parte de la misma guerra. La que se inició en el año 1.914 y terminó en el año 1918, continuando después la lucha en los niveles sutiles. Y, como consecuencia, en el año 1.939 se inició otra gran conflagración bélica en la que intervinieron casi sin distinción todos los pueblos de la Tierra, fue una consecuencia evidente de la implantación de esta corriente del Primer Rayo en la vida oculta de la Humanidad.
Hubo cónclaves secretos dentro de la propia Jerarquía. Había quienes creían que sería absolutamente negativo, desde el ángulo de la evolución de la Humanidad, la implantación de esta tremenda corriente de energía. Más adelante, cuando se hubo apagado el eco de la guerra; cuando se extinguió el fragor de la batalla y en parte el hoyo que la había provocado, se vio que las previsiones del Señor del Mundo habían sido correctas y que la Humanidad había salido robustecida internamente, espiritualmente, después de aquellos tremendos acontecimientos bélicos.
Como corolario de esta tremenda guerra se descubrió el secreto de la energía nuclear. El hombre pudo conquistar el secreto que estaba latente en el núcleo del átomo. La energía nuclear entraba en el campo de las relaciones sociales. No vamos ahora a discutir el efecto negativo del lanzamiento de las dos primeras bombas sobre Nagasaki y sobre Hiroshima, pero el hombre había conquistado el poder etérico más tremendo que podía conquistar una Era determinada. Esto constituyó desde el ángulo de los grandes observadores cósmicos un gran avance para la Humanidad. Ahora, la Jerarquía está muy atenta al fluir de los acontecimientos y a las circunstancias, singularmente en aquellas naciones que poseen la bomba atómica, porque, como ustedes saben, por poca ciencia física que conozcan, el desencadenamiento de una guerra nuclear no afectaría solamente al planeta Tierra sino que afectaría a todos los planetas del sistema; y además, todos aquellos sistemas solares que están unidos al nuestro por simpatía vibratoria. Por tanto, no cedan al pesimismo porque la Jerarquía, que espera las decisiones de la Humanidad, por su parte está muy atenta al fluir de los acontecimientos que tienen lugar en los cónclaves de las naciones y, por tanto, esta vigilancia tremenda está evitando precisamente una guerra nuclear. No es simplemente un equilibrio del miedo de unas naciones contra otras en el intento de ser más valiosamente avasalladores en el sentido de poseer más bombas, de poseer más instrumentos de destrucción, la Jerarquía está atenta y vigilante.
Como siempre, el designio del Señor del Mundo es la evolución del Planeta y no la involución, y una guerra nuclear llevaría la involución a nuestro planeta; y esto no lo pueden consentir los augustos responsables del Plan planetario. Sin embargo, todas aquellas personas inteligentes y de buena voluntad del mundo deben esforzarse en colaborar con la Jerarquía para evitar drásticas consecuencias sobre el mundo, singularmente sobre aquellas naciones empeñadas en hacer del artefacto nuclear un arma de combate.
Muy recientemente el Chohan del Segundo Rayo, el Maestro Koot Humi, en una sesión a la cual asistieron todos los miembros de sus ashramas —siete ashramas del 2º Rayo a sus órdenes—, declaró y afirmó que aquella nación que iniciara una guerra nuclear quedaría automáticamente destruida por la propia Jerarquía; por lo tanto, aquellas personas, aquellas naciones, aquellos jefes de estado que creen tener la salvaguarda de sus fronteras o un poder para anexionarse más terrenos, o para triunfar política o socialmente, están equivocados; no existe nada que pueda frenar el Plan evolutivo de la Jerarquía.
Y otra de las grandes vertientes que surgieron precisamente de aquel cónclave de la Jerarquía en el año 1.875, fueron aquellas de que tenían que brindarse a la Humanidad grandes conocimientos esotéricos que les diese la clave del por qué de la vida, del por qué del hombre y el por qué del destino humano. Surgieron entonces libros tales como La Doctrina Secreta de Madame Blavatsky, o Isis sin Velo de la misma autora; o después los libros escritos por Alice A. Bailey inspirada por el Maestro Djwhal Khul, discípulo del Maestro Koot Humi. Se han dado al mundo una serie de estudios esotéricos que tienen por misión aclarar el interés del público por las cosas sagradas de la vida; y que, por lo tanto, están teniendo ahora lugar grandes trasmutaciones intelectuales en el seno de los discipulados, de aquellos que están buscando la luz, el destino de la propia Jerarquía aquí en la Tierra; y paralelamente con estas grandes efusiones del poder de la Jerarquía en la mente de los seres humanos, surgió la doctrina del corazón o el Agni Yoga a través de los ashramas del Maestro Morya. El Maestro Morya es el primer Maestro que ha hablado del corazón en términos de fuego, en términos de síntesis; y siendo que la síntesis no es una meta de llegada sino que es el equilibrio total entre las zonas totalmente opuestas, por tanto, una de las incidencias de esta corriente del Primer Rayo, además de las mencionadas anteriormente, es la doctrina del corazón, que debe de reemplazar a la doctrina del ojo, o la doctrina del conocimiento. Después, para que el mundo pudiese ser consciente de los mundos ocultos, se empezó a hablar en todos los ashramas, en sus reuniones periódicas, sobre la conveniencia de dar a conocer al mundo lo que existe en los éteres, el fundamento esencial de todo cuanto existe; y entonces surgieron los estudios esotéricos sobre los devas; y este estudio se ha hecho de la manera más científica que ha sido posible, dado que no todos las ashramas pertenecen a la rama de la ciencia; y por lo tanto, los discípulos del segundo, cuarto y sexto Rayo, tuvieron que hacer un gran esfuerzo para adaptar su sensibilidad a la obra cósmica, científica, a través de la cual tenía que darse todo el estudio acerca de los devas, o de aquellos a quienes esotéricamente llamamos “Los moradores del espacio”.
Así que todo cuanto estamos hablando aquí acerca de la magia organizada en el mundo forma parte de este Plan de la Jerarquía y hacer conscientes a los seres humanos de lo que existe en los mundos ocultos, empezando por lo que existe en los mundos etéricos y continuando la investigación hasta los niveles que pertenecen a la cuarta, quinta y hasta sexta dimensión del espacio. Y esto hay que hacerlo científicamente: hablar de los devas en términos de fuego, en términos de energía, en términos de los elementos de la naturaleza, para que se dé cuenta la humanidad de que no existen elementos faltos de vida o de conciencia, que el agua tiene una conciencia; que el aire tiene una conciencia que le es propia, así como el fuego, así como la tierra. Todo es vida dévica, y ahora estamos tratando de revitalizar en grupo y, cada vez más, esta verdad esotérica de que el hombre debe entrar cuanto más pronto mejor en el reconocimiento oculto de la vida de los ángeles, de la vida de los devas, de la vida oculta de la naturaleza. Y esto es lo que tratamos de hacer, y tratamos de investigar no solamente su vida, su procedencia cósmica y la relación que pueden sostener con nosotros; sino explicando sobre la magia organizada en el mundo, estamos dando la clave del contacto, el contacto social entre los hombres y los devas, para que de esta manera tengamos el equilibrio que le falta a la humanidad para que pueda surgir del caos; para que puedan ser evitadas las guerras y todas las conmociones de tipo psicológico y psíquico dentro de las entrañas místicas de la humanidad.
Cuando el mes pasado hablamos de las etapas del silencio como propiciatorias para el estudio práctico de la magia, estamos sentando la piedra angular que tiene que dar como resultado una expresión más viva, más suntuosa, más sutil, en la vida del hombre aquí en la Tierra. Hablando del sonido de la paciencia del discípulo; hablando también de la vida del discípulo antes de llegar a establecer contacto con su Maestro, y hablar de la etapa del silencio, que llamamos de la oportunidad, que tiene que ver con la más experimental y trascendente prueba de que el discernimiento ha llegado a su punto culminante; y también esta etapa preparatoria, este silencio del aspirante espiritual tratando de estar muy atento al significado de la acción; es decir, siendo prudente en todas sus actividades, que está cerrando la triple vertiente de lo que llamamos la facultad íntima del silencio. Pero hay que darse cuenta de que estos tres estados místicos de silencio: el de la prudencia, el de la paciencia y el de la oportunidad, tienen que ver con los tres fuegos de la naturaleza; tienen que ver con el fuego de fohat, con el fuego solar o pránico y con el fuego de kundalini, al cual hacemos referencia muy habitualmente; que tienen que ver con las tres redes geométricas impuestas al espacio cósmico; allí donde exista un universo, existe automáticamente una red esotérica, geométrica, creada por los devas. Existe en nosotros, en cada uno de nuestros cuerpos una red eléctrica, una red geométrica creada por los devas; y no podemos ser magos sin desentrañar el misterio de las redes espaciales, de las redes geométricas del espacio, tratando de apoderarse de una manera pacífica pero siempre continuada, de este tremendo secreto dévico que subyace en las tres figuras geométricas de base que constituyen, aunque no se diga muy habitualmente, el soporte estructural de los devas, porque las figuras básicas de la creación: el cuadrado, el triángulo y el círculo, constituyen la expresión geométrica de los tres estados de silencio, así como los tres fuegos constituyen el aliento que guía a las huestes dévicas en la creación de estas formas geométricas. Todo está basado en la forma y en el número; y cuando hablamos de utilizar correctamente la palabra, estamos tratando de decir que a mayor cualidad, a mayor sensibilidad y pureza de las palabras, mayor protección dévica.
Debemos pasar de los sonidos guturales del hombre primitivo al lenguaje universal, completamente espiritual y telepático, el que utiliza el Maestro con sus discípulos en el Ashrama. Tenemos que llegar a crear un cuerpo físico tan ligero, utilizando la ciencia de los números y la geometría esotérica, tan liviano que al desplazarse por el espacio no constituya un problema. Tenemos que empezar a vivir de acuerdo a nuevos horizontes, a nuevas perspectivas, que no son perspectivas de seguridad; que son las perspectivas que dan unción, que dan clase, que dan estilo a los hombres de todas las épocas.
Fue precisamente una irrupción de redes del Primer Rayo conteniendo muchas esferas, la que produjo el milagro del Renacimiento. Y el milagro del Renacimiento, al cual hago mucha referencia en mis charlas y conferencias, constituye todavía algo inacabado; está actuando y, cuanto mayor se el impulso del Primer Rayo, este rayo operará sobre las redes etéricas de los seres humanos que contengan un cierto número de círculos o esferas; porque ahora estamos llegando a un punto en que la geometría del espacio o la geometría plana, tiene que dar lugar a la geometría poliédrica; lo cual significa que tendremos que entrar en una nueva dimensión del espacio; que no podemos ver las cosas en su perspectiva habitual; que tendremos que profundizar y saber también, siempre de acuerdo con el principio dévico de constitución de redes geométricas, que a medida que vayamos avanzando nos daremos cuenta de que todo cuanto estamos realizando, todo cuanto estamos viviendo tiene un fundamento; es llegar a un sitio, a un punto de llegada, sin que sea el punto de llegada estático, al cual cree todo el mundo que se va a llegar, sino un punto de arranque para entrar dentro del campo de la geometría poliédrica. Significa esto que no podemos fiarnos de la perspectiva habitual. Si ustedes me examinan desde distinto ángulo de vista me verán diferente, yo, sin embargo, permanezco inmutable. Estamos sujetos a esta desorientación en los cálculos matemáticos, y debido a que se introdujo en la Tierra esta corriente de Primer Rayo en los siglos XIV y XV; que debido al Renacimiento se introdujo el secreto del espacio geométrico, el poliedro, lo cual es un punto de atención para todos porque significa que no podemos fiarnos de las perspectivas de base, las que originan la visión deformada de lo que estamos viendo. Sin embargo, cuando examinemos el espacio con una conciencia poliédrica, si puedo decirlo así, veremos como cambia el fundamento de todo; y cuando pasemos de la geometría poliédrica iluminada o luminosa, estaremos en el devenir de la quinta subraza de la sexta raza. Hay para tiempo, ¿verdad? Pero es algo que podemos efectuar ahora mismo, viviendo de acuerdo con esta realidad, ateniéndonos a las reglas de la magia, estas reglas inmensas para la cual nos hemos ido preparando a través del tiempo, educando la mente, educando el corazón, educando la palabra.
Se nos presenta ahora la gran alternativa de síntesis; lo cual significa que esto es un gran desafío para nuestra conciencia; que debemos ser capaces de oír los sonidos invisibles de los devas; que tendremos que aprender a pronunciarnos; que tendremos que establecer dentro de nuestra conciencia un poder que convierta el sonido en luz y hagamos correcta y comprensible aquella máxima de que “la energía sigue al pensamiento”; y debemos llegar, finalmente, a un estado de conciencia dentro de la cual la luz se convierte en una forma geométrica. Son los cuatro estados, digamos, de conciencia que conducen a la magia perfecta, a la magia de la acción, a la magia de síntesis. Y todo ser humano deberá convertirse en un artista creador, porque cuando contenga dentro de su corazón las medidas poliédricas de base; cuando contenga en su mente toda ausencia de perspectiva, lo cual significa que contenga un gran vacío en su corazón y en su mente, será consciente de los valores que corresponden a la quinta iniciación, que son los puntos aparentes de llegada de muchos de los grandes discípulos actuales antes de que finalice la cuarta ronda; y todo esto lo sabemos siquiera empíricamente. Hay que llegar a un punto de síntesis en todas y cada una de nuestras expresiones, teniendo en cuenta que cuanto se ha dicho aquí acerca de la estructuración del lenguaje, acerca de la ordenación de los nuevos ciclos, acerca de la ley de los arquetipos que rigen todo tipo de forma, acerca de la ley en los tres mundos, acerca del principio de relatividad física, que nada tiene que ver con aquel sentido de absoluta integridad que no contiene fronteras ni medidas. Llegar a apropiarnos del secreto de los ángeles, las medidas áureas, las medidas proporcionales que dan estilo, que están por doquier, siquiera nuestra vista esté en posesión solamente de un pequeño equilibrio mental, que le encadena, sin embargo, el intelecto y que le impide llegar a estas percepciones ultra dimensionales.
Yo creo que venimos aquí para adquirir este tipo de visión que haga que nos sintamos no solamente copartícipes de estas fuerzas ocultas de la naturaleza y que sepamos de su existencia organizada, a través de la pluralidad de jerarquías, sino que podamos establecer un contacto inteligente para producir paz en nuestro corazón y poder transmitir esta paz al mundo que nos rodea. Esto constituye la gran aventura de síntesis, a la cual hago referencia y que forma parte de la doctrina del corazón o del Agni yoga del Maestro Morya. Forma parte también de aquella seguridad inquebrantable que tienen los discípulos cuando están en contacto con el Maestro. Y cuando asisten a alguna iniciación se dan cuenta de lo que significa la vida del ángel en relación con la vida humana; se ve que el fuego eléctrico está constituido por devas del Primer Rayo, que se introducen misteriosamente, son los agnis, unos agnis desconocidos, porque el agni de la Tierra —el más conocido—, pertenece al fuego de kundalini, al fuego de la materia, al fuego por fricción. Yo les hablo a ustedes del fuego eléctrico, del fuego cósmico que tiene que penetrar en el centro del iniciado; que son devas; y lo que constituyen los centros son agrupaciones dévicas. Entonces, dense cuenta de lo que es la iniciación desde el ángulo angélico: que las energías angélicas del Primer Rayo que brotan como chispas del fuego, por el diamante flamígero en el momento de la iniciación, debe dar una respuesta consecuente en los centros del iniciado, y no sería posible si no existiesen los Maestros que acompañan al iniciado en aquellos momentos trascendentes; sería destruido su cuerpo, como veíamos el miércoles pasado, entonces, implica que la visión de un iniciado en el momento de recibir cualquier iniciación se ve que la transmutación es geométrica, que son reemplazados cuadrados —me refiero ahora a la 1ª Iniciación— por triángulos. De ahí que el clarividente entrenado, que está operando por las profundidades dévicas, pueda distinguir el estado de conciencia o el estado de evolución de cualquier ser humano con sólo ver la figura geométrica de su aura etérica, la red geométrica que le envuelve, que lo condiciona y al propio tiempo organiza. Diremos entonces que, a medida que se van sucediendo las iniciaciones, hay una participación de figuras geométricas más estilizadas, hablo en un sentido de perspectiva; porque si les hablase dentro de un plano de visión que pertenece a la cuarta o quinta dimensión, tendría que hablarles de figuras poliédricas constituyendo el aura del discípulo o del iniciado, y la transformación del cuadrado en hexaedros, o del triángulo equilátero en pirámides, o del círculo en esferas rutilantes de todos los colores, constituyendo esta visión la prueba más grande de la voluntad de Dios con respecto a la Tierra; la belleza inquebrantable del destino de los hombres. Es un destino totalmente geométrico. Y eso lo podemos ver en la astrología, el hombre está situado dentro de un círculo, y se habla de cuadraturas y de trígonos; son las figuras esenciales de la Creación. Así que cuando el Maestro en cualquiera de los Ashramas de la Jerarquía afirma: “El destino del hombre es geométrico”, hay que comprenderlo en su esencia, no sólo por la participación activa en su aura sino también porque la actividad de su aura constituye parte de su destino; más aún, forma parte del destino: ¡es el propio destino! Y los ángeles recogen de una manera simbólica lo que estoy hablando, la cantidad de cuadrados reformados en una vida que se han partido en cuatro triángulos; o el triángulo que se ha convertido en una pirámide, están haciendo una selección, una criba, si ustedes me lo permiten, pudiendo interpretarse entonces el signo de los tiempos a través de reglas matemáticas, de reglas numéricas y geométricas: la astrología es la síntesis del número y de la forma. Y estamos llegando a grandes conclusiones sobre este punto, porque se nos habla ya no sólo de la astrología convencional, que se basa en el cuadrado, aunque se estima otros signos dentro del mapa terrestre, sino que existe la astrología esotérica; es una astrología que se basa en las formas geométricas que constituyen poliedros, que está más allá y por encima de la concepción de la vista en la superficie plana, engañosa siempre, naturalmente. Pero existe después la astrología que están utilizando los Maestros dentro de la Jerarquía; es decir, la astrología Jerárquica que se basa enteramente en las dimensiones o en superdimensiones; en la visión de lo que es el individuo. Seguramente que el Maestro... el plano del Maestro donde ejecuta sus planes con respecto al horóscopo de sus discípulos es muy simple para él, por cuanto posee la quinta, la cuarta, la tercera dimensión perfectamente, porque es Señor de los tres mundos. Domina perfectamente el cuadrado, el triángulo y el círculo.
Y todo esto es hablar de devas, porque los devas utilizan el número y el nombre para crear sus suntuosas edificaciones estructurales de todo cuanto vemos. Hablamos el otro día del valor del nombre. Toda persona tiene dos nombres: el nombre que le asignó Dios al nacer —hablando siempre en términos muy místicos—, y el nombre que le hemos asignado nosotros, y hay aquí un desequilibrio de base, porque el nombre que se nos ha sido asignado no siempre —casi nunca— es el nombre que nos corresponde. Sin embargo, cuando entramos en un ashrama, al cambiarnos el nombre se nos invita a ponernos en contacto constantemente con nuestro Ángel Solar, que es nuestro verdadero nombre desde el ángulo de vista de síntesis esotérica. Si queremos invocar a un deva, tendremos que conocer su nombre y todo tiene un nombre: el nombre que nosotros le asignamos, el nombre que Dios ha dispuesto para aquella cosa. ¿Por qué existe esta diferenciación?... Simplemente porque el nombre que le asignamos nosotros es arbitrario, en cambio, el nombre que resulta de la correcta pronunciación por Dios de aquella cosa, es perfecta, es real. Así que si un mago puede reflejar en tiempo y espacio alguna forma determinada es porque posee el nombre oculto o el sonido oculto, el mántram oculto, el verbo oculto que corresponde a aquella cosa; y entonces aquella cosa puede ser creada con la misma integridad y suntuosidad y perfección que el que realizan los devas. Porque los devas utilizan el sonido también de los hombres como base de creación, y nosotros utilizamos la luz de los devas para emitir sonidos, y aquí hay un misterio iniciático.
Entonces, a medida que vayamos comprendiendo el nombre, a veces nos vienen por revelación; empezamos a crear dentro de un marco del espacio, formas de acuerdo con la realidad; ya sea la forma de cualquier cosa física como la forma de una cultura o de una civilización de los pueblos, porque todos somos nosotros los creadores. La deformidad o deformación de los sonidos ha creado una civilización deformada, antiética y frecuentemente antisocial. Indica simplemente que utilizamos sonidos imperfectos. La imperfección está en la audición; está en la expresión de ese sonido. No oímos correctamente el verdadero sonido de una cosa, y como que no oímos correctamente el sonido de una cosa, no podemos repetirla. No se vayan a reír, pero cuando se habla de la multiplicación de los panes y los peces por Cristo, se está asistiendo a un aspecto meramente científico de la magia; porque si Cristo conoce el nombre del pan y el pez, cada vez que pronuncia un nombre, tiene un pan y un pez… ¿Se dan cuenta ustedes?
Así que no nos riamos nunca de lo que viene avalado por la tradición del pasado o que viene en forma simbólica a nuestros oídos cuando a nuestros ojos es una lectura. Hay que estar muy atentos cuando estemos discutiendo problemas del pasado, de un pasado a veces muy remoto que desconocemos. No siempre hay que fiarse de la tradición, singularmente cuando la tradición viene afectada por aspectos muy internos; por aspectos muy hacia nosotros que nos hace egoístas. Por ejemplo, lo que decíamos el otro día: “Una doctrina, una verdad subyacente en cualquier cosa, es una forma geométrica pura”, pero cuando la forma geométrica pura pasa a manos de los seguidores de la doctrina, cada cual arregla la forma pura geométrica a algo que no corresponde a la diafanidad y a la pureza de aquella forma geométrica. Y así de una verdad geométrica, se van amontonando razones geométricas falsas. Y en la tradición a veces, casi siempre, seguramente en religión, se está basando en el dogmatismo, que es la acumulación de formas geométricas falsas que, sin embargo, surgieron de moldes puros, de grandes arquetipos; porque los ángeles de los arquetipos no se pueden equivocar; se equivoca el hombre al razonar sobre los arquetipos.
Y estamos aquí enfrentando siempre misterios; misterios que tienen que ver con la supervivencia social del hombre y que, sin embargo, no utilizamos nunca con toda la fuerza y majestad que debiéramos. Estamos sintiendo la presión de los tiempos; estamos agobiados por mil razones; estamos sosteniéndonos sobre bases movedizas. Y todos, a lo más que podemos alcanzar es a ver un poco de luz a través de esta ventanita abierta de la mente o del corazón. Y hay que tratar de ampliar constantemente esta apertura, que es lo que estamos tratando de hacer aquí: tratar de abrir un poco esta apertura de mente y corazón para que podamos comprender las razones subyacentes más allá del estímulo de los sentidos o de las sensaciones.
Estamos viviendo una Era de grandes transformaciones sociales, a pesar de las trágicas consecuencias aparentes que constituyen el nervio motor de ciertos momentos cruciales en las historias de los pueblos. Pero con todo, hay que seguir avanzando siendo optimistas, porque nada puede pasarle al discípulo que se pone en contacto con el Maestro; nada puede sucederle al discípulo que se pone en contacto con los devas. Tiene la garantía; tiene la seguridad de que su vida social está salvaguardada por valores eternos; que ahora ha llegado el momento de las grandes decisiones, y mi pregunta y mi preocupación es hasta qué punto las preocupaciones por la vida espiritual no se transforman en situaciones correspondientes a seguridades psicológicas o a seguridades físicas, con lo cual restamos méritos al propósito insigne que nos da vida y nos ata todavía más y más al circo de nuestra propia insignificancia.
Démonos cuenta de que la asistencia a estos actos grupales tiene su razón de ser en el sentido de que, de una u otra manera, ustedes se han sentido insuflados del aliento divino que corresponde a la época actual. No vayamos a decir que somos perfectos porque tenemos grandes aspiraciones; pero sí que tratamos de ser perfectos, al menos en la orientación de nuestro propósito espiritual; y que el hecho de que estén ustedes aquí ahora, es la garantía para ustedes de un día mejor, espiritualmente hablando, de un día también mejor en pro de sus seguridades sociales; lo cual no quiere decir que les invite a extremar el interés por las cosas espirituales para obtener una ganancia social, no me refiero a esto; me refiero a la seguridad que tiene toda alma con un propósito redentor en su vida por parte de los devas.
A medida que ustedes vayan aprendiendo, vayan profundizando acerca de la vida de los devas, tendrán siempre un punto de atención dévica en su vida que hará posible su reincorporación a núcleos vitales que corresponden, quizá, a sus grupos egóicos en esta propia vida. y que, a medida que vayan haciéndolo, irán poniéndose en contacto con discípulos avanzados que les mostrarán el camino que conduce al Ashrama, y no importa el lugar donde ustedes queden situados en el Ashrama: interesa penetrar en el Ashrama, y se penetra en el Ashrama por el conocimiento de la Ley y, más aún, por la práctica de la Ley. Así que hablamos de ashramas no en un sentido meramente místico, sino en un deber social que tenemos todos de penetrar en un Ashrama y de ser conscientes de un Ashrama; de llegar a esos puntos de crisis tremendas que nos indican que estamos preparándonos para ingresar en un Ashrama.
Tengo que decirles pues honradamente, que a medida que ustedes vayan intensificando la atención y la intención o el propósito, atraerán sobre sus vidas los remanentes kármicos del pasado; que vendrá una precipitación en sus vidas que les proporcionará grandes crisis, pero ustedes no cejen en su empeño, porque la precipitación de las crisis indica simplemente que ustedes están preparados para ingresar en un Ashrama, para seguir el entrenamiento espiritual necesario y para establecer contacto con el Maestro. Esto es lo que quería decirles intencionadamente, porque si están ustedes aquí ahora es porque aman al Maestro a la medida de sus propias posibilidades; a la medida de su propio convencimiento de la Ley; a la medida de la propia evolución; porque el hombre recibe siempre de acuerdo a su medida, no de acuerdo a sus deseos.
Me parece que vamos todos en grupo, pasando esa etapa que va del deseo a la intención y que, por lo tanto, estamos viviendo una vida muy agitada. A veces la vida nos parece tan dura que parece inconcebible que podamos surgir triunfantes de la prueba; y sin embargo, hay que seguir avanzando; hay que vencer las crisis y las dificultades, siendo cada vez más consecuentes en el pensar, en el sentir y en el hablar, dándonos cuenta que estamos llegando al límite de muchas cuestiones sociales en nuestra vida; y que por tanto, no formamos parte del gran grupo de personas irresponsables todavía, que constituyen el freno para la evolución del planeta y para los planes de la Gran Fraternidad. Hay que tener esto presente, muy presente porque la mies es poca para aquellos que no tienen ganas de trabajar; y la mies es mucho aunque sean pocos los obreros; y aquellos obreros recogerán toda la cosecha. Esta es la ley de la fraternidad. Darnos cuenta de que somos personas que podemos constituir grupos realmente espirituales dentro del caos social que nos envuelve; y a partir de aquí se presenta nuestra opción, el drama oculto de todo discípulo: la apertura de las puertas de la Iniciación, la cual vendrá progresivamente en la medida que establezcamos contacto con los devas. Y no quiero continuar. Sin embargo, si ustedes hacen alguna pregunta quizá extendamos en más detalle lo que acabamos de decir hoy.
Interlocutor.— Queda claro que los devas están en grupo; trabajan en grupo, en grupos de colores, de tareas ¿no?, entonces si los devas también se agrupan, en estas agrupaciones... (no se entiende)
Vicente.— Existe una ley de analogía que es común a los ángeles y a los hombres. Es la ley de la evolución que procede por coordenadas psíquicas; que procede por atracción, por virtualidad, no por segregación como ocurre en el mundo social. Cuando unas personas se reúnen por afinidad están estableciendo un proceso idéntico al de aquella afinidad química que reúne a los átomos constituyendo moléculas. Los ángeles cooperan igual que nosotros; se reúnen por jerarquías. Si a cada jerarquía ustedes le asignan un color, un sonido, puede ser la verdad, porque los hombres se reúnen por afinidad de color, cualidad y por sonido e intención, siendo la perfección del grupo la forma geométrica del grupo; siendo la perfección de un grupo dévico la forma geométrica que crean estos devas en el éter; y mediante la cual pueden ser invocadas.
Como les decía anteriormente, estamos entrando rápidamente dentro de una concepción espiritual totalmente distinta del pasado. Vamos surgiendo de los tópicos meramente místicos y estamos penetrando dentro del campo científico de la mente. Por lo tanto, podemos distinguir a los devas por las formas geométricas que crean al desplazarse por el espacio; por el color de sus auras y por la sensación de seguridad que crean dentro del corazón. Los hombres que se someten a la prueba del grupo deben saber de antemano que no existe una afinidad química perfecta; y que, por lo tanto, los grupos no son perfectos todavía. En cambio, los grupos ashrámicos, los ashramas de la Gran Fraternidad se reúnen por color, por forma geométrica y por sonido; y aquel sonido constituye la palabra de pase; y solamente puede penetrar en el ashrama un miembro que conozca la palabra de pase, el sonido que desarma a los asuras o a los devas guardianes. Todo esto tiene que ver con el trabajo actual del discípulo, que está pensando constantemente penetrar en un ashrama, ser consciente del ashrama, y ser consciente de lo que hace en el ashrama.
Yo les digo a ustedes que hay que estar muy atentos durante las prácticas de la vida cotidiana para mantener fresca y rutilante la conciencia en los niveles superiores o en los niveles sutiles. No se puede ser consciente en el mundo astral sin ser consciente completamente en el mundo físico; ni puede ser completamente autoconsciente un iniciado en el mundo mental si no tiene una plena autoconciencia astral; y así sucesivamente. Pero lo que sí, respondiendo ya a la pregunta, es que la ley de grupo es la ley que rige el universo. La humanidad, por ejemplo, constituye un gran grupo; la Gran Fraternidad Blanca constituye otro gran grupo, y el Centro Místico de Shamballa constituye el grupo incluyente que incluye todos los grupos. Todos son grupos, pero tengan en cuenta que este inmenso grupo de Shamballa constituye solamente un átomo dentro del cuerpo de grandes entidades espirituales cósmicas. Aquí se pierde realmente la noción de perspectiva, porque no hay perspectiva posible en el hombre cuando se ve frenado por metas inmediatas o puntos de llegada. No existe esto ¿verdad?, no existe una meta de llegada. Existen sí, puntos de paso, puntos de arranque para mejores y más elevadas concepciones cósmicas, más amor en el corazón. El amor no es un punto de llegada; es una irradiación constante que jamás culminará. Si echamos una piedra en el agua, solamente detendrá las ondulaciones que ha creado, las orillas; pero en el universo eterno no existen orillas. Por lo tanto, tal como se dice, el parpadeo de un ojo afecta la estrella más lejana, porque no hay orillas, no hay límites, es insoldable el cosmos; y, por lo tanto, la perfección jamás llegará a su cumplimiento; será solamente un movimiento; no será un punto de llegada donde pueda descansar del tormento de vivir; no existe esto esotéricamente. Por lo tanto, lo que estoy diciendo, por ejemplo, es escuchar simplemente, nada más; no es efectuar comentarios, es escuchar; así no se detiene el curso de la mente, el curso de la acción; la mente no se paraliza, porque cuando la mente se paraliza se ha perdido el éxtasis; se ha perdido todo cuanto significa la fruición de la vida, la paz, la serenidad, la síntesis.
Interlocutor.— Nos hablas muchas veces sobre la atención, entonces, ¿cada tipo de sentido implicaría una atención; o sea, una atención en la escucha, una atención en la visión, etc.?
Vicente.— No, la atención es siempre mental; la atención es la expresión de la intención o del propósito. Cuando existe propósito automáticamente viene su complacencia física o mental, la atención. Solamente están distraídas las personas que no tienen intención, me refiero al propósito espiritual; porque lo que se trata de conseguir con la atención, que es la expresión más objetiva de la subjetiva intención, es que el Alma, el Ser Superior, el Ángel Solar, sea consciente a través de nosotros del mundo que rodea a la personalidad, porque el alma de todas las cosas no puede penetrar donde quiere sino donde la atención de Dios se lo permite. De ahí, que cuando estamos muy atentos es cuando más responsables somos del propósito y cuanto más el propósito se va exteriorizando. ¿Qué sucede cuando estamos con esta atención expectante?... Que la mente deja de razonar, simplemente está escuchando; no está emitiendo comentarios. Si cuando ustedes escuchan... no a mí, a cualquier persona, ustedes siguen otra idea, otra atención, ustedes están pecando por falta de atención; están pecando contra el hermano, contra la persona, con el interlocutor con el cual están en deuda kármica, si ustedes me lo permiten, y así es. Por lo tanto, si estamos muy atentos, ¿qué sucederá? Que esto de aquí dentro tan pequeñito que tenemos, que es la mente empequeñecida por tantos pensamientos que van y vienen rasgando las células del cerebro, dejan de actuar; porque la atención del observador es tan potente que los pensamientos no pueden anidar allí y se extinguen, desaparecen, al menos durante el momento de la atención; porque cuando estamos atentos viene a nosotros una energía superior; es una energía abstracta, si ustedes me lo permiten, que no es la multiplicidad de pensamientos sino que son ideas arquetípicas; y la idea arquetípica es el punto de paso del plano búdico, desde donde se gesta la obra misteriosa del universo. Es decir, que estamos actuando entonces, cuando la mente está muy vacía, como los agnis superiores del plano causal, los grandes devas Agnisvhatas, los cuales amorosamente —según dice el Libro de los Iniciados— nos introducen en las cámaras búdicas y nos permiten obtener por mano directa, no por expresión particularizada a través de otros, el poder de emitir arquetipos mentales; el poder de agrupar grandes concentraciones dévicas, que hacen posible que nuestro propósito llegue a su cumplimiento; que nos estemos realizando constantemente. Ustedes me dirán: “Es imposible que pueda permanecer atento y en todos los niveles durante las veinticuatro horas del día”. Hay que empezar por los segundos; después minutos; después cuartos de hora; después horas, y si ustedes algún día logran estar atentos una hora, tendrán como recompensa algo que desconocen, que es el cumplimiento universal dentro del cuerpo emocional. Notarán que hay una fuerza que les succiona y ustedes no tengan miedo, déjense llevar por esta fuerza; porque en cuanto lleguen a cierto punto, verán entonces al ángel guardián de su vida, con el cual jamás han tenido tratos inteligentes o conscientes, y éste será el que fecundará los pasos —también lo dice el Libro de los Iniciados— que os conducirá al altar donde está el Ángel Solar, todo por atención. Si estando atentos, por las meras incidencias ambientales dejan de estarlo, no se preocupen: vuelvan a coger el ritmo de la atención; hagan de la atención algo que sea automático, y cuando la atención es automática, la intención y la atención es una sola cosa: la vida de Dios en el hombre; existe entonces un proceso realmente espiritual. Sabemos ahora simplemente de aspiraciones superiores, es el primer paso ¿verdad?, y ahora estamos llegando a un punto en el que la aspiración superior ha de convertirse en propósito organizado inteligente y es por esto que hablamos de la magia organizada, no por otra razón. Y un mago debe estar muy atento; si no, no puede crear la forma geométrica ni emitir el sonido justo apropiado para crear la fórmula mágica con la cual debe trabajar. Si ustedes hoy están atentos durante media hora, ustedes notarán un bienestar interno; no podrán evitarlo, porque parte del aliento búdico a través del cuerpo emocional habrá penetrado en ustedes, y esta paz es el preludio de otra paz mejor, que es la paz completa, que es el Samadhi de los Dioses.
Interlocutor.— Mediante la atención en el sonido ¿podremos ponernos en contacto con el mundo dévico?
Vicente.— Naturalmente que sí, siempre y cuando sepamos el sonido correcto.
Interlocutor.— ¿Cómo averiguamos el sonido correcto?
Vicente.— Hay que practicar el OM. Pero, dense cuenta, que cuando practicamos el OM, queremos hacerlo a la manera nuestra, no a la manera del OM. Todo es consecuente una cosa de la otra. Solamente estando muy atentos, haremos posible que aquel gran milagro que hace que el OM nos pronuncie a nosotros o se pronuncie a través de nosotros. Nosotros prestamos solamente un centro, el centro del verbo, pero el verbo es el OM, es la voz del Ángel Solar; si ustedes me lo permiten, es su nombre en clave, naturalmente. Por lo tanto, ¿cómo aprenderemos a utilizar los sonidos?... oyendo. Lo que decía antes. ¿Cómo oiremos los sonidos?... Estando muy atentos. Cuando la atención sea tan profunda, oiremos dentro de los repliegues del silencio la palabra, el verbo, el sonido apropiado; y entonces solamente tendremos que dejarnos llevar por el impulso; ceder nuestro cuerpo como Jesús dejó el cuerpo a Cristo y dejar que se pronuncie el OM.
No se puede hacer del OM un canto cualquiera. El OM es un secreto iniciático. En la medida que estemos en silencio, en la medida que captemos del espacio estas voces, tendremos la capacidad de reproducirlas y lo haremos sin necesidad de proponérnoslo, porque el Verbo surgirá en cada palabra, en cada gesto, en cada pensamiento; en cada deseo surgirá el Verbo. Entonces veremos que la vida florece a nuestro paso como florece al paso de los dioses, y estamos trabajando para ser dioses, ahí está el gran secreto de síntesis para esta Era: enseñar que el hombre ha de convertirse en un dios y que la conversión del hombre en dios no es algo impuesto sino que es un deber social del hombre, como la iniciación, como decía el Conde Saint Germain, Él decía: “Es un deber la Iniciación, no es algo que se ofrece como una recompensa”. Y apliquemos estas cosas tan esotéricas a la vida de cada día. Estemos atentos simplemente, cuanto podamos, porque nunca podremos sobrepasar la medida de nuestras fuerzas.
Lo que me pregunto yo es si utilizamos los recursos o la medida de nuestras fuerzas; ahí está el problema, pues el momento en que aprovechemos en su totalidad las fuerzas que son nuestras, en esta justa medida tendremos el contacto dévico de la naturaleza y de la propia intención. Quizá no nos podamos poner en contacto con un Arcángel o con un Mahadeva, pero sí podemos ponernos en contacto primero con los elementales constructores, con las hadas, con las ondinas, con los espíritus de la tierra, con las sílfides del aire; y después, con los devas que comandan estos elementales constructores, después con los grandes agnis Agnisvhatas del plano mental; después con los señores del diseño; después con los Señores de los Arquetipos; después con los Señores del Propósito Iluminado; después con los Señores del Propósito Esencial, que constituyen jerarquías angélicas dentro de nuestro planeta y dentro del universo también.
Todo es empezar. Me pregunto si empezamos alguna vez. El problema está aquí, empezar, dar el primer paso; no es tan fundamental llegar a la meta sino dar el primer paso, porque si damos el primer paso llegaremos a la meta. Si vemos la meta como una simple posibilidad de acción, siempre estaremos varados dentro del propio corazón y jamás daremos los primeros pasos.
“Madame, s‘il vous plaît”
Leonor.— No, si es casi la contestación que has dado a Ramón, pero hay una cosa que me gusta siempre puntualizar, quizá concretando. Tú hablas y explicas el aspecto de la atención hasta sus límites más elevados, pero resulta que yo estoy pensando en el nombre de las cosas, que es lo que le interesa a muchas personas, saber cómo vamos a nombrar un verdadero deva de luz; cuidado, que se puede nombrar, sin nombrarlo, muchos otros que no son de luz. Pero, para nombrarlo, o sea, para llamarlo, tiene que haber en nuestra naturaleza mucho de lo que tiene él, por lo tanto, la atención no es solamente para mí escuchar atentamente aquellos momentos. Cuando se hace un trabajo, hacerlo atentamente, todo esto es necesario, está en la base de todo, pero yo quiero pensar en algo: que si después continúo siendo lo mismo de siempre, las mismas pasiones, los mismos deseos, toda mi vida personal que se complazca, entonces no llegará nunca a nuestros oídos el nombre de aquel deva que necesitamos. Yo creo que hemos de ser casi luz para poder conectar con la luz.
Por lo tanto, eso es lo que te quería preguntar: ¿no crees tú que hay que hacer toda una reconversión --que ahora está de moda esta palabra-- a todo nuestro ser, no solamente en los momentos en que oímos cosas concretamente espirituales, o cosas bellas, cosas muy interesantes? Ha de ser una reconversión completa de todo nuestro ser, porque si lo semejante atrae a lo semejante, para saber un nombre de un deva de luz, casi hemos de estar en su línea, y para estar en su línea tenemos que despojarnos de muchas cosas humanas que todavía alimentamos. ¿No te parece esto?
Vicente.— Por esto hablo de dar el primer paso. Ya digo que no podemos convertirnos inmediatamente, espectacularmente en luz, pero cada paso puede ser iluminado y dejar un rastro de luz en nuestra vida, porque la ley es que el hombre y el ángel se unan por semejanza, por afinidad química, sin embargo, son dos mundos completamente distintos desde el punto de vista de la forma. Ahora, no; desde el punto de vista del espíritu, no. Desde el punto de vista del propósito, el ángel y el hombre van en el mismo camino, y aunque siguen una trayectoria, digamos, de esta manera, paralela, tiene tendencia en el infinito a encontrarse, pero ¿quién va a dar este vuelco? Nosotros, pues el ángel ya lo hace, somos nosotros que tenemos que orientar un poco hacia el ángel; por esto hablamos de los ángeles; es simplemente que, hay muchos ángeles aquí que nos están escuchando, nos están percibiendo; por esto hay silencio, porque hay ángeles, porque son figuras geométricas desconocidas en nuestra vida que nos causan una expectación, un asombro, diría yo. ¿O es que el silencio no causa asombro?...
El silencio es el mayor de los asombros del hombre. Pues bien, el silencio es dévico, pero ¿qué son los devas sino los transmisores de la voluntad de Dios con respecto al hombre? Si no, ¿de qué servirían las fórmulas mantrámicas? De invocación, naturalmente; los grandes mántrams de invocación. ¿De qué serviría el gran axioma “La energía sigue al pensamiento”? El pensamiento creador del hombre, la energía constructora de los devas. Porque los devas están en tres categorías; no sólo las grandes categorías excelsas de los grandes ángeles Agnisvhatas, Agnisuryas o Agnischaitas, sino que existe una pluralidad dévica de funciones que tienen por objeto ponerse en contacto con la humanidad, que constituyen parte de nuestro ser; lo que dijimos hace poco, hace un mes, que un átomo de nuestro cuerpo es un deva encerrado dentro de este compuesto atómico y que ellos se agrupan en funciones geométricas; y que el hombre avanza por coordenadas cíclicas o por coordenadas triangulares. La ley de los triángulos impuestos en la vida de los aspirantes, de los discípulos, de los iniciados, de los maestros; solamente la extensión de Rayo o los puntos de contacto entre centros etéricos dentro del cuerpo etérico de estos seres, constituyendo las avenidas geométricas, o lo que decíamos al principio: el destino del hombre es geométrico; está escrito en las estrellas, está escrito por doquier. Todo se entera el cosmos menos el hombre.
Es la gran paradoja: los devas saben el nombre de las personas; y sin embargo, el hombre no sabe el nombre de los devas; ahí está el gran problema; el gran problema se le está proponiendo al hombre moderno, al discípulo mayormente; de que surja de ese estado de apatía ambiental o de este interés falso por las cosas mundanas; o que surja triunfante de cualquier depresión psíquica o física, sabiendo que la vida es breve, aunque muy fecunda; y que todo cuanto estamos haciendo ahora es la mies que estamos recogiendo para el futuro. Y no quiero hablaros de la reencarnación, porque hay muchas personas con problemas que esperan la muerte o una reencarnación para superar sus problemas actuales, y esto es falso. El problema está aquí y ahora. ¿Y cómo podemos abarcar un problema aquí y ahora sin atención? ¿Cómo podemos resolver alguna crisis en nuestra vida si no tenemos atención, si estamos atenazados por el miedo a lo desconocido o a lo conocido? Estamos realmente varados, como decía Buda, en el fondo del río del sentimiento. No seguimos coordenadas cíclicas, sino que seguimos nuestro albedrío; y solemos equivocarnos siguiendo el libre albedrío.
Hay que educar con la atención el discernimiento. A medida que estemos muy atentos surgirá el discernimiento y cuando el discernimiento haya llegado a sus cuotas máximas tendremos la intuición, que barrerá por completo la estructura del discernimiento. Es un paso de gigante ¿verdad? Porque ¿qué vamos a decir que llegará un día que el hombre piense sin necesidad de su pensamiento habitual?; que pueda pensar por pensamiento abstracto, por inducciones de fuerza eléctrica o que pueda convertirse en algo realmente espectacular en el orden natural pero cósmicamente de una sencillez absoluta, la sencillez absoluta de la atención. Palabras como la serena expectación deberían constituir el evangelio de nuestra vida, porque el silencio de la expectación, el silencio que es el trabajo de ir trabajando constantemente con la atención. La expectación es aquella espera de las cosas nuevas que han de venir a nosotros en el curso de los tiempos, y en este incesante devenir nos hacemos grandes, pese a nuestra aparente sencillez.
Un poco de silencio, por favor.
http://es.groups.yahoo.com/group/VBA-mensajes/message/901
CONFERENCIA VICENTE BELTRAN ANGLADA
Barcelona
17-Abril-1985