CONFERENCIA
VICENTE BELTRAN ANGLADA
[edición en curso]
Conversaciones Esotéricas
Sobre el Fracaso y la Ley de Discipulado.
Barcelona, 18 de Octubre de 1.984
"LA VERDAD HA DE PRESENTARSE DE TAL MANERA, QUE CONVENZA SIN ATAR Y QUE ATRAIGA AUN SIN CONVENCER. ESTO SOLO PUEDE REALIZARLO EL LENGUAJE DEL CORAZON".
-VBA: Introducción al Agni Yoga, p. 49
Conversaciones Esotéricas
Sobre el Fracaso y la Ley de Discipulado.
18_Octubre_1984. —Conversaciones Esotéricas: Sobre el Fracaso y la Ley de Discipulado. La Conquista Progresiva de la Atención. El trabajo de Atención de los Logos. La Atención va unida a la Impersonalidad.
Vicente.- Si hay alguna pregunta o algo de lo que hayamos dicho en anteriores conversaciones que haya quedado un poco de duda.
Interlocutor.- Hay una duda, siempre hay dudas. En cierta ocasión hablaste del fracaso, del fracaso del discípulo, pero esotéricamente hablando, no existe la casualidad, entonces, ¿cómo hay lugar al fracaso, en qué se fracasa?
Vicente.- La ley que rige el discipulado es la ley del esfuerzo, entonces cuando decimos, en términos ashrámicos, que un discípulo ha fracasado, es porque no ha realizado el esfuerzo necesario para vencer cualquier situación, ya sea una situación psicológica o una situación social, no ha estado, tal como vulgarmente se dice, a la altura de las circunstancias. El fracaso es no haber llegado a consumar un objetivo, sea el que sea; y se habla también del fracaso de los Logos, así que el fracaso está en la esencia de la materialización, en la esencia de la manifestación objetiva, ya sea de un universo, ya sea de un Logos planetario o en un ser humano. Pero, si la persona está apercibida realmente de lo que busca en la vida, si está henchida de buenos ideales, si aprecia en una cierta medida lo que sucede dentro y fuera de sí mismo, para tener una idea muy clara de su situación psicológica, y hace el requerido esfuerzo para unificar todas sus tendencias hacia el bien común, que es el bien del servicio, entonces no se puede hablar de fracaso.
Fracasa solamente la tibieza en el discípulo, el que no dé toda la importancia necesaria al trabajo que está realizando, el que en una cierta medida se halla dejado llevar por los sentidos o por el entendimiento inferior, es decir, que ha dejado la guardia, porque el discípulo, según términos esotéricos, es aquel que siempre mantiene la guardia, o está muy apercibido de todo cuanto sucede. Me diréis que no se puede estar apercibido de las situaciones que se están produciendo dentro y fuera de nosotros durante las veinticuatro horas del día, pero hay que intentarlo, hay que intentar estar apercibido cuanto más tiempo mejor. Si por ejemplo nuestra cantidad habitual de energía son diez minutos al día, estos diez minutos enteramente sujetos a la atención superior constituyen una carga de energía positiva que se va acumulando alrededor de los átomos permanentes; si no se está constantemente en guardia, que es lo que sucede habitualmente, yo digo que solamente estará en guardia el Adepto constantemente, porque ha vencido la ley de atracción en los tres mundos del esfuerzo humano, el plano mental, el plano astral o emocional y el plano físico, y todo cuanto está realizando en este caso es tratar de equiparar su intención al curso de los acontecimientos para variarlos de acuerdo con su voluntad.
Entre otros aspectos, este es uno de los temas que voy a tratar el sábado, que es hablar de la magia precisamente, la magia es la incorporación de sustancia mental a la forma física, haciéndolo inteligentemente, llevando un plan, digamos, dentro de la conciencia, que hace posible que la intención se convierta en idea y que después se convierta en una forma, la forma mental, la forma de una cultura, la forma de un ambiente familiar o de un ambiente social, esto es magia. Bueno, pues entonces, si pasamos de los diez minutos a veinte y de aquí pasamos a treinta, y logramos estar una hora atentos durante el día, en fracciones de minutos, entonces ganamos una cantidad increíble de energía positiva, que no se pierde porque su esencia es dévica y la extraemos directamente del espacio que nos circunda, entonces, no hay ningún esfuerzo en beneficio propio o en beneficio de la ley que se pierda. Lo que llamamos servicio es la forma más directa de acumular energía en los vehículos, y los vehículos extraen su energía, por increíble que parezca, de los átomos permanentes, y del ambiente circundante, porque el átomo permanente es un átomo que está constantemente irradiando, e irradia aquello que fuimos y aquello que somos, y para los Iniciados les da la medida de lo que será en un futuro.
Significa, por tanto, que la atención queda condensada en forma de energía en el átomo permanente, no se pierde ¿verdad? ¡Ahora!, si tenemos un caso privilegiado, el caso de un ser esplendente, que es capaz de estar apercibido, atento a toda circunstancia ambiental y personal durante las veinticuatro horas del día, esta persona ya no es una persona propiamente dicha, es un ser privilegiado, es un Superhombre. Os digo que no se puede estar constantemente apercibido, debido a que tenemos que luchar con una naturaleza kármica, que nos está atacando por los cuatro costados, y que por lo tanto, nos obliga a estar en guardia en cuatro puntos a la vez de nuestra estructura psicológica, arriba, abajo, a la derecha y a la izquierda, y si decimos que la forma del hombre es un ovoide, será por todo su alrededor aúrico. Por lo tanto, la conciencia apercibida galvaniza todo su aura etérica, la dinamiza con fuerza del 1º Rayo, que es el de la atención, la atención es la fuerza del 1º Rayo operando sobre la fuerza del 2º Rayo a la cual se manifiesta, en nuestro estado de evolución en forma de deseo, no amamos todavía, nos deseamos mutuamente, quizá en un momento determinado tenemos un amor, sentimos un amor, y en virtud de este amor nos acercamos a las fuentes universales donde está el Amor del Logos, pero, si logramos aquella pequeña parte de intención que hemos acumulado en el cuerpo mental en forma de intención, en forma de atención, entonces, todo lo que configura la personalidad psicológica, todo lo que configura nuestro ser personal queda sujeta a la ley, a esta fuerza tremenda de la atención, y entonces en virtud de esta atención se está estructurando una conciencia nueva, está naciendo el hombre nuevo, porque la distinción que existe entre el hombre viejo y el hombre nuevo, tal como decía Pablo de Tarso, no está más que en el grado de atención que tiene el hombre viejo en relación con el hombre nuevo, que tiene más cantidad de atención y por lo tanto más cantidad de energía sobre sus átomos permanentes, y por lo tanto más radiación espiritual, más actividad de servicio y más propenso a la Iniciación.
Si podemos suponer que la Iniciación, en todas sus fases, son etapas de atención, si pudiésemos aliar la atención con lo que hablaba Ramón ayer de la vacuidad mental, de esa tremenda esfera de posibilidades ígneas dentro de la conciencia, que está esperando quien la utilice, no que el individuo quede monopolizado por esta bola tremenda de energía mental constituida por los agnis, por las salamandras del fuego, por una serie increíble de elementales ígneos que están actuando dentro de nuestra conciencia, si podemos también a través de un dominio sobre esta conciencia ígnea de estar atentos a las variaciones de nuestros deseos, si podemos darnos cuenta de que esos deseos son entidades dévicas, que constituyen todos y cada uno de los átomos que constituyen molecularmente el cuerpo emocional, y si pasamos después a la cantidad increíble de devas que trabajan en los mundos etéricos del cuerpo físico constituyendo el compuesto celular, constituyendo todas y cada una de las moléculas, que llamamos, digamos, en un sentido alegórico, los átomos de la vida física, si llamamos a estas memorias físicas de los cromosomas, el átomo permanente diminuto en cada uno de los cromosomas, nos daremos cuenta de la relación que existe entre estas pequeñas entidades dévicas de los tres planos con el Ego central, y con la capacidad de atención que posee el individuo de ir equilibrando todo este compuesto, llegando a incidir toda la fuerza de la atención incluso en los niveles etérico-físicos, constituyéndose en un director, en un controlador de las energías dévicas que están operando en el plano físico, para llegar a la conclusión de que un minuto de atención que robemos al ambiente discordante que nos rodea es una cantidad increíble de devas que acumulamos como energía positiva en ciertos rincones de nuestra conciencia.
Si existe esta posibilidad de que estemos atentos —yo estoy seguro que ahora estamos muy atentos— y que podamos guardar esta atención constantemente, sabiendo que somos limitados, que tenemos deudas kármicas que saldar y que, por lo tanto, no podemos estar constantemente atentos en un sentido, digamos, absoluto y total, sino que tendremos fallos, tendremos desorientaciones, tendremos descuidos; estamos muy divertidos, en cierto manera, con cuanto sucede, una cosa es estar divertido y otra cosa es estar atento, lo que vemos nos divierte, pero no consigue atraer la atención hasta el punto de que veamos los hilos que manipulan todos esos acontecimientos. Un Maestro, por ejemplo, es consciente perfectamente de todo cuanto ocurre dentro y fuera de los tres mundos, significa que es capaz de alcanzar en estos tres mundos aquello que podemos llamar el “ring past not” o el círculo infranqueable, el círculo no se pasa de cada uno de esos cuerpos, pero ya como cuerpos de gran entidad solar o del Logos, que están trabajando ahora para que la misma suficiencia, la misma integración en el nivel búdico, porque el Maestro es autoconciente en el físico, en el astral, en el mental y en el búdico está tratando de alcanzar la medida [átmica], y esto se registra en la conciencia del Iniciado, en el gran Iniciado, a través de las sucesivas, digamos, Iniciaciones. Y volviendo a lo mismo, tiene que ser la atención tan completa como la del propio Logos, y hay dentro de Shamballa, digamos dentro de uno de los niveles de Shamballa, aliado con el plano átmico del Sistema, las escuelas de entrenamiento de los Logos; no os extrañe que esté hablando de los Logos porque el Sistema es el mismo, tienen que adquirir un grado de atención que desconocemos, porque un grado de descuido del Logos o de entretenimiento o de diversión del Logos, constituye para nosotros la forma más elevada de atención, pero para el Logos constituye una dificultad y la base de un fracaso, que es lo que antes discutíamos.
Por lo tanto, todo depende del ángulo de visión desde el cual estemos observando lo que estamos diciendo, el grado de atención, ya sea con respecto a un individuo como nosotros, una persona humana, que se debate en el conflicto de los tres mundos y trata de alcanzar ser consciente del 5º Reino de la Naturaleza, y que por lo tanto tiene un trabajo a realizar ahora, hoy y aquí, dentro de su propia estructura humana, tratando de corregir sus defectos y de carácter, corregir un defecto exige un grado de atención tremenda sobre aquel defecto ¿verdad?, cualquier dificultad mental, cualquier aspecto emocional exige un grado de atención. ¿Por qué se ha pervertido la juventud últimamente? Porque no tiene atención, y os diré porqué, pues esto es una enseñanza ashrámica, porque se han introducido dentro del planeta Tierra, coincidiendo con las primeras etapas de la Constelación de Acuario, una serie de energías que la juventud —que está regida precisamente por Acuario— no puede resistir, por lo tanto, vemos la gran deformación de la juventud, el apego a la droga, el apego a la música estruendosa, que es producto de la magia negra del sistema, y por lo tanto la atención inicial, —porque el niño siempre está atento, fijaos bien— ha perdido la atención, que es como si hubiese perdido la candorosidad, como si hubiese perdido el hombre la inocencia, entonces cualquier cosa que venga del ambiente circundante, llega a las entrañas del ser deformando aquello que de sí es perfecto, y la atención es algo que nosotros debemos adquirir, pues debemos reorientar completamente nuestra conducta en todos los ángulos posibles.
¿Verdad que a través del tiempo se ha deformado la idea y el sentimiento que teníamos en la infancia? Ya no estamos tan atentos como lo están los niños a las cosas, que siempre están indagando, siempre están observando, siempre están tratando las cosas con aquella elegancia que viene de dentro, porque todavía está dentro de ellos el Espíritu de Dios. Nosotros deberemos volver a las fuentes, deberemos convertirnos de nuevo en niños, deberemos desandar lo andado y hacerlo mejor que lo hemos hecho, y esto exige un grado de atención formidable, porque implica la reorientación de hábitos queridos, deseados y mantenidos, y naturalmente faltos de control. Deberemos reorientar todo nuestro equipo mental, porque tenemos que ir del todo a la nada para convertirnos de nuevo en el todo, no sé si vale la redundancia, y el todo es todo cuanto tenemos de innecesario y que tanto queremos pero que se ha convertido en el motivo del apego a la vida, y cuando una persona está apegada a cualquier cosa de la vida, no puede tener atención, no puede desarrollar el espíritu de observación, que es el espíritu de síntesis, y por lo tanto está constantemente debatiéndose dentro del conglomerado de efectos kármicos que lleva arrastrando desde el principio de los tiempos. Me parece que podíamos decir: ¡basta! y empezar de nuevo, reorientar la vida, y aquí hay una pequeña aula de enseñanza si queremos aprovecharla, no porque vengan a mí, porque nos enseñamos mutuamente.
En cualquier ambiente no podría decir lo que estoy diciendo, entonces me estáis extrayendo lo que es vuestro, lo que sois vosotros, lo que pensáis, lo que sentís, por lo tanto, cuando se habla de líderes hay paráis, no existen líderes, existen personas que están dentro de un grupo y adquieren la virtud de extraer del grupo sus necesidades para poder subsanarlas de una u otra manera, y ahí está la gracia de la atención, y si fuésemos a ver las auras de todos nosotros desde un ángulo de vista mental, donde se enjuicia el grado de observación y atención de las personas, estableceríamos una jerarquía de atención, una jerarquía de observación, una jerarquía de síntesis, podíamos decir, porque veríamos las personas más atentas como están trabajando internamente, como están fraguando el camino iniciático, y hemos barrido por completo todas las complicaciones de los sistemas establecidos en el mundo para dignificar la personalidad humana, para llevar al [...] a través de los complejos tradicionales, con lo cual hemos fracaso estruendosamente, en tanto que si nosotros reorientamos la visión y nos damos cuenta de lo que estamos realizando, lo que estamos haciendo, no es más que nuestro deber social, que no es algo por lo que nos vamos a sentir satisfechos o autoglorificados, muy al contrario, es un deber social estar atentos.
¿Cómo podemos amar a una persona si no estamos atentos a ella? ¿Cómo podemos comprender una situación si no estamos atentos a la situación? ¿Cómo podemos aprender si no estamos atentos a la enseñanza? Pues bien, estamos hablando de esto desde el principio, y la atención se puede utilizar en todas partes, en el yoga, en los tipos de meditación, la concentración del Hatha Yoga es un grado de atención, la atención del Bakti Yoga es un segundo grado de atención, la atención sobre el Raja Yoga es un tercer grado de atención, la atención del Agni Yoga es un cuarto grado de atención, y vamos asistiendo siempre a un proceso escalonado de atención. Es esto lo interesante, que nos demos cuenta, sea cual sea nuestro equipo kármico, sea cual sea nuestro rayo, sea cual sea nuestro signo astrológico, sea cual sea nuestra situación social, sea cual sea nuestro ambiente familiar, estamos trabajando siempre con atención, y fracasamos cuando no estamos atentos, precisamente porque la forma más hermosa de expresar el amor es estar atento, a una situación, singularmente a una persona, a cualquier animalito, estar atentos a sus necesidades, porque si estás atento a una situación, si estás atento a un ser humano sabes lo que aquel ser humano necesita, y entonces en virtud de este conocimiento que tienes de aquella persona tu puedes aplicar el remedio conveniente, y si no está en tus manos puedes invocar siempre la fuerza del Maestro, la fuerza del Ashrama, o en nuestro caso, la fuerza del grupo.
¿Por qué os decía, estar atentos a la visualización? Tratad de visualizaros los unos a los otros, que es como si se dijeran palabras técnicas de hoy: “Amaos los unos a los otros”. Nadie se habrá acordado, seguramente, al ir a acostarse o levantarse por la mañana de pensar en todos y cada uno de los miembros del grupo, tratando de verlos tal cual son, tal como los conocemos, con su voz, con su expresión, si así lo hiciésemos crearíamos un ambiente realmente de grupo. Por ejemplo, cualquier discípulo en un ashrama conoce exactamente las peculiaridades personales, la forma de hablar, la forma de expresarse de los demás miembros, sean los que sean, hay una matemática en la atención tremenda, además la matemática, como la astrología, como la ciencia, como la química, como la arquitectura, como la cultura en general, son fases de atención que exigen del intelecto una energía específica, y cuando hablamos del aspecto religioso exigirá algo más para comprender si hay algún misterio dentro de la religión, que pueda ser captado de una u otra manera, o para destruir aquello que afea el aspecto sintético de las religiones, pues todas las religiones dimanan de un solo punto, del corazón de Cristo, o del Instructor del Mundo, por lo tanto, si Cristo no tuviese una atención extraordinaria sobre todas y cada una de sus iglesias, por falsas y raras que sean sus enseñanzas, el mundo carecería del báculo que precisa actualmente.
Dentro de un grupo esotérico se puede barrer por completo la idea de religión, porque actualmente se alía la religión con el dogma, con las cárceles de piedra, las cárceles del espíritu, que son los grandes templos. Todo esto hay que tenerlo en cuenta, porque para que renazca de sus propias cenizas el espíritu religioso como el Ave Fénix, no tendremos más remedio que destruir lo establecido, pues las iglesias precisan también una reestructuración, una reorientación, porque realmente no cumplen su misión de ligar, de atraer a las gentes por el amor, ahora existe la atracción por el interés, la atracción por la supervivencia, por el número, por la condición, por el poder temporal, pero se ha perdido el éxtasis, se ha perdido el misticismo glorioso de los primeros tiempos, de cuando todavía el aura de Cristo estaba en la Tierra, ahora pueden captar el aura de Cristo solamente las personas muy atentas, y aquí vuelvo a insistir en la atención, porque no podemos estar en contacto con las grandes entidades si utilizamos los métodos erróneos que tenemos utilizados hasta el presente, y que venimos, desgraciadamente, todavía utilizando, por falta de atención, la cual si lo observáis es una falta de intención, una falta de propósito, y una falta de amor por la síntesis.
Interlocutor- Vemos, sin embargo, un aspecto de la cuestión que has dicho al principio, y es lo que Patanjali define como la primera piedra de todo aspirante, sería como la intención, como decía Cristo también de que no los quería tibios de corazón, o bien fríos o bien calientes. Pero, ésta intención y propósito, y todo esto, yo creo que más o menos todos los discípulos, todos los aspirantes en el camino tienen, ahora, este cómo analizar si uno no está en el camino correcto teniendo en cuenta, por ejemplo, pues no sé, que el propósito no falla, que como dice el Maestro Tibetano existen las leyes de los ciclos, y que uno se puede encontrar que su propósito primordial, su aspiración ígnea está apagada, está tibia. Entonces, si existe esta ley de los ciclos, es decir, que uno no puede estar siempre a cien, teóricamente, entonces ¿existe el fracaso en esto, cómo estimularse, cómo autoanalizarse, para ver si uno está, por decirlo así, en el camino correcto, en la intención correcta, en la correcta atención, en fin, para ver un poco los fallos de cada uno de nosotros.
Vicente.- Cuando la persona se está autoobservando, sin darse cuenta se está limitando, la atención debe ser tan impersonal —ayer se habló también de la impersonalidad— que se puede ver lo mismo sin entrar dentro de sí mismo, porque por ejemplo, nosotros cuando queremos saber lo que nos sucede, kármicamente hablando, enfocamos nuestra atención hacia el pasado, y surge la pregunta: ¿Qué he sido yo? ¿Qué he hecho yo, por lo que estoy padeciendo ahora? Sin embargo, si la persona está atenta a lo que le circunda, si está atento al contexto social dentro del cual está ubicado, si está atento a sus propias reacciones ante la sociedad, sin interés por visualizarse, entonces es fácil que surja en forma intuitiva la respuesta a todas sus preguntas, es como decía, vamos a suponer que por un momento en que a fuerza de atención nuestra mente llegue a perder sus aristas, sus relieves y quede como un mar tranquilo y sosegado, dentro del cual exista solamente una paz, no exista movimiento alguno, y que podamos experimentarlo, el suceso es tan extraordinario que automáticamente queremos preguntarnos por qué, y al preguntarnos por qué el mar ha desaparecido y vuelve la tormenta mental. Es muy difícil llegar a esta conclusión, porque cuando la mente está serena como el lago tranquilo, tan tranquilas sus aguas que podemos ver cuanto ocurre en el fondo, entonces siendo algo inhabitual surge la pregunta: ¿Y esto qué es?, se ha perdido el éxtasis.
¿Qué pasa cuando nos estamos disciplinando o autodisciplinando? Estamos creando un vórtice de energía negativa dentro del ser, paralizamos el eterno movimiento de la vida dentro del corazón, que es como si dijésemos que no dejamos a la Mónada espiritual su capacidad de atención suprema para que se vaya manifestando. Ocurre esto, porque en el pasado —hablamos del presente siempre cuando hablamos en estos términos— el discípulo era incitado a la observación constante para no dejarse pasar una, como se dice vulgarmente, entonces tiene que estar atento a su pensamiento, a su emoción, a todo, en una atención demasiado autocentrada, porque lo exigían aquellos tiempos. Ahora, a medida que avanza la evolución, la atención se hace impersonal, y significa que es la forma más elevada de atención a que puede aspirar un ser humano en los tres mundos y a su esfuerzo. Puede parecer un contrasentido el que automáticamente en los ashramas, y hablando de los discípulos, se les incite a ver las cosas de un ángulo de vista muy impersonal, muy abstracto en cierta manera, porque lo abstracto, no sé si os habéis dado cuenta, no es más que una extensión considerable de lo concreto, es como el humo que sale de una chimenea, que en un principio sale muy denso, pero a medida que va ascendiendo por el espacio se va difuminando hasta que queda completamente dentro del propio espacio, ¿qué ha pasado entonces?, las partículas del humo, o sea, las partículas de nuestros pensamientos, han quedado disueltos, dentro de un hemisferio más grande, de este hemisferio más grande o mayor que llamamos el mundo abstracto de la mente. Sucede lo mismo, mirado el plano abstracto de la mente desde el plano ádico, aparece como una nube espesa también, porque a medida que se van superando los planos se ven las dificultades de cada uno de los inferiores, y sin embargo, utilizando la exaltada imaginación de los místicos y aún de los esoteristas, vemos el plano abstracto como algo como una soledad infinita, digna de ser apreciada, y la base de la estructuración de todo cuanto seremos en el futuro; viene a ser así, porque la visión del Logos Cósmico en relación con el Logos Solar, no es más que la imagen de un padre misericordioso y sabio con respecto a uno de sus hijos, por lo tanto, le puede reprender, le puede decir: esto no va bien, porque a medida que avanza la evolución y la conciencia, cuando se extiende el círculo no se pasa de la creación, dentro de todo aquel océano de creación están todos los devas cuyas jerarquías son inferiores a la humana, o a la información dévica que corresponden, digamos, a las grandes avenidas de lo cósmico, cuando los Logos que están dentro de este hemisferio gobernando los mundos dévicos, están siendo observados como puntos minúsculos, atómicos, por las facultades superiores de los Logos Cósmicos y Supracósmicos; entonces, la atención parece que se vaya difuminando, pero no es así, lo que sucede es que la atención se ha repartido por el espacio, se ha hecho impersonal, podíamos hablar de una atención formidable no sólo a un solo punto del espacio, una sola persona, una sola situación, sino una atención que está en todas las situaciones del espacio, lo cual significa que hemos ganado en cierta manera las dimensiones del espacio.
La atención que depositamos en el plano físico no nos sirve en el plano astral, que es más amplia por sus características, pero la atención que utilizamos en el plano astral o enfocada sobre el deseo no nos sirve en el plano mental, y la que utilizamos en el plano mental no nos servirá para el plano búdico, y así veremos que a medida que avanza la evolución se hace impersonal la atención, es aquí que utilizamos la atención muy concreta, porque estamos utilizando tres cuerpos muy concretos, el mental inferior, el astral inferior y el cuerpo físico, que no es ni superior ni inferior sino que depende de las variaciones que tienen lugar en los demás cuerpos, a través del cuerpo etérico naturalmente, pero si podemos mantener la atención, estas dotes de observación tan serenas, en cualquier momento del tiempo o cuanto más tiempo sea posible, llegará un momento en que nos daremos cuenta, seremos conscientes, de que una gran profundidad se está haciendo dentro de la conciencia, ya dentro del cuerpo emocional, en una parte de la conciencia del Yo, o dentro del ámbito mental, que es otra parte de la conciencia del Yo, con resultados positivos en el plano físico, como puede ser la atención que podemos depositar en cualquier hecho físico, y todo esto vendrá por efecto de la atención impersonal, porque a pesar de que la atención sea muy positiva y muy concreta, lo que subyace en el fondo es la intención, que siempre es impersonal, es decir, es como si la Mónada en virtud del contacto con el Ego hubiese destapado algo su atención formidable hacia su cuerpo de expresión, que en definitiva se expresa la Mónada a través de los cuerpos, el que regenta este conglomerado, toda esta fuerza tremenda es el Ego, el Ego ¿hasta qué punto podemos comprenderlo? Es una imagen ilusoria que tiene que desaparecer con el tiempo, cuando la Mónada a través de la personalidad en encarnación, a la cual vitaliza constantemente haya ascendido a cierto nivel, entonces, al llegar a la estatura del Cristo, la estatura gloriosa a la cual se refiere Pablo de Tarso, entonces desaparece esta ilusión, desaparece el Yo y queda solamente la Mónada en su propio plano y el cuerpo físico, y cuando tiene que utilizar un cuerpo físico lo hace a voluntad, por mediación de los devas, utilizando la fuerza de la creación, que emana del propio Logos, y eso implica, si os dais cuenta, un grado de atención tremenda dentro de los éteres del espacio, para sustanciarlos a su medida y a su medida, para crear el Linga-Sarira o su cuerpo, digamos, de luz, que él puede crear, y que puede ser tangible como el nuestro, que puede desaparecer en un solo instante, solamente por la propia voluntad de la Mónada, atención, retira la atención y desaparece la creación, igual tiene que ver con el Linga-Sarira de un Adepto como tiene que ver con el universo de un Logos, la atención mantiene un universo, la falta de atención disuelve el universo, o sea, retira la atención.
Cuando el Ego retira la atención del cuerpo físico sobreviene el drama de la muerte o el proceso de la muerte o el fenómeno de la muerte, no es un drama desde el punto de vista esotérico. Y siempre que retiramos la atención de cierto punto se pierde aquel punto, se muere aquel punto. Por eso os digo, si queréis mantener el grupo vivo y rutilante, enfocar la atención sobre todos y cada uno de los miembros del grupo, los presentes y los ausentes, por eso es conveniente, si es posible, que cada uno sepa el lugar que ocupa dentro del grupo, y algunos de vosotros estáis siempre en el mismo sitio, habéis cualificado un lugar, entonces es fácil visualizar este lugar, en un sentido muy científico, no tiene nada que ver con la jerarquía espiritual, como se hace en ciertas escuelas, a las cuales se hace unir por medio de una cierta vibración, se tiene personas que son más responsables que otras y aquellas están ocupando un primer lugar, como sucede con los niños en las clases, que cuando dan buenas notas son los primeros, y así se van relevando los primeros, y a veces son los últimos y toda esta cosa, no es la ley de la Jerarquía, es una ley que han impuesto los hombres, como los exámenes del colegio, que son cosas que no corresponden a nuestra conversación de hoy, pero sí tener en cuenta, ya para terminar, que todo cuanto estamos haciendo aquí es prepararnos para la Iniciación, por lejana que parezca esta hipótesis es viable.
Porque como decía el Conde de San Germain, la Iniciación no es una gloria para el ser es una responsabilidad, y al propio tiempo un deber social. Tenemos el deber de ser unos Iniciados, entonces tenemos que tener una atención hacia la propia Iniciación dentro de nosotros mismos, creando unos vórtices de energía que constituyen la gloria del ser manifestado, y a esto me refiero constantemente cuando hablo de atención, y cuando hablamos de Agni Yoga estamos hablando también de atención, porque la atención del Agni Yoga es impersonal, o se va haciendo impersonal a medida que vamos progresando en el sendero que nos hemos impuesto, que es una forma de reconocer que la intención interna-espiritual se está manifestando intensamente como atención , y que por lo tanto, podemos trabajar todos conjuntamente o individualmente cuando el momento sea necesario para cumplir en la Tierra la obra del Maestro.
A continuación se pasa a la meditación.
Vicente.- Volvemos a los hábitos de hacer yo el OM y a seguirlo vosotros con la mente, para no hacer ruido, pues la gente no se que se cree que es esto, pero solamente que esto resuena todos los pisos.
CONFERENCIA VICENTE BELTRAN ANGLADA
Barcelona
18-Octubre-1984