Conferencia
Vicente Beltrán Anglada
[edición en curso]
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La verdad ha de presentarse de tal manera, que convenza sin atar y que atraiga aun sin convencer. Esto sólo puede realizarlo el lenguaje del corazón.
[VBA: Introducción al Agni Yoga, p. 49]
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Conversaciones Esotéricas
El Proceso Postmortem
Barcelona, 5 de juLio de 1984
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Barcelona, 5 Julio 1984. — Conversaciones Esotéricas: El Proceso Postmortem. El proceso de los cuerpos que son moleculares después de la muerte. El proceso de recapitulación y de filtración. Nuestra visión distorsionada de las cosas. La cremación y el proceso de rapidez en su descomposición. El Adepto y su dominio de los cuerpos. El universo antagónico. El Logos, su crisis y los efectos en el hombre, la mutua colaboración y el proceso analógico de ambos. La complejidad de comprender lo superior. La Ley de Polaridad.
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LEONOR.— Por ejemplo, al momento de desencarnar cada cosa va por su vibración al lugar que le corresponde. En este caso, la descomposición en el cuerpo físico da también lo que decimos otro principio de evolución. En el plano astral, en el cuerpo astral, el cuerpo de emociones, como decía aquí Irene, no se puede tocar, pero las tenemos nuestras emociones, ellas pertenecen a un determinado lugar de vibración. Luego tenemos la mente, como ayer decía, las dos clases de mente: la intelectual y la superior en estado trascendente. En este caso cada una de esas cosas, cada uno de esos llamados partículas del ser, los diferentes estados por donde va pasando, también me decía ayer una: ¿cómo puede ser que cada uno de esos estados o dentro de esos niveles, lo que pertenece a cada estado, cómo puede ser que luego vea una visión de cómo ha obrado bien o mal en cada uno de esos estados para luego quedar en su átomo permanente, quedar para la próxima experiencia? O sea, querían saber esta gama de posibilidades que tiene el ser humano cuando pasa al otro lado del velo, cada uno de esos aspectos, digamos, ¿a dónde va?; no como ir como lugar sino como aspecto digamos de ir de evolución de cada uno de esos niveles.
VICENTE.— Bueno, pues ante todo hay que tener en cuenta que todos los cuerpos, incluido el cuerpo búdico, son moleculares, y al decir cuerpo búdico me refiero también al cuerpo átmico y al monádico, son diferentes estructuras pero estamos dentro de un universo físico en donde rige el principio de afinidad química. Por lo tanto, cada célula tiene una memoria inconsciente del lugar que le corresponde dentro de un plano, dentro de un nivel, y si es superior, dentro de un Esquema, se siente arrastrado por unas corrientes de energía vibratoria que lo llevan donde debe estar dentro de su propia órbita, podríamos decir. El ego, en todo caso, no tiene que preocuparse de nada porque es un problema mecánico podíamos decir, lo único que hace el ego (es) infiltrar dentro del alma en encarnación todo el proceso que va destilando el átomo permanente como ser de recuerdos (en) el momento en que la persona deja de vivir físicamente.
Cuando el ego ha retirado la atención del cuerpo físico –el cuerpo molecular más denso de todos– entonces se produce en la cúspide de la cabeza un proceso de recapitulación, está entre el cerebro físico y el cuerpo etérico, y aquí se produce este fenómeno de recapitulación que es rapidísimo, pero, sin embargo, dentro de su propia rapidez, engloba los recuerdos del ser durante toda la existencia. Es un problema de dimensionalidad si lo analizáis. Entonces, una vez ha recibido este impacto de memoria, el átomo permanente se siente lanzado hacia el Ego superior, causal, y queda alojado dentro del cuerpo causal.
Pero, el proceso está en marcha, ¿cuál es este proceso?, el proceso de descomposición de las moléculas que constituyen el cuerpo físico, el proceso de desintegración. Pero, dentro del cuerpo físico hay una serie increíble de jerarquías moleculares; por ejemplo, la jerarquía del cerebro está mucho más avanzada que la jerarquía que crea la piel, o la que crea los órganos físicos o los músculos; y las células que componen el corazón son también mucho más avanzadas que las otras. Por lo tanto, cuando se produce la descomposición, las partículas etéricas que componen esta fuerza atractiva de la cosa densa, de la substanciación, cada una se va a su propio nivel respectivo, guiadas estas fuerzas, estas moléculas, por una fuerza extraña, que es esta fuerza técnicamente descrita como afinidad química.
No podéis reunir dos unidades químicas diferentes, o formarán otro cuerpo, otro compuesto y perderán entonces su simplicidad, o tendrán que agregarse a otro elemento de la misma naturaleza, de la misma jerarquía y de la misma vibración, porque la vibración, la jerarquía, está en todos los planos del universo, no solamente en el reino humano, y en relación del reino humano con el reino divino, o con el reino superior de los devas, sino que es un proceso natural que se realiza en todos y cada uno de los planos.
Una vez ha tenido el ego este vislumbre de lo que fue, de lo que hizo durante toda su existencia, entonces empieza otro proceso, el que yo denomino proceso de filtración; y me acuerdo que en el ashrama nos hicieron ver como se producía esto a una escala gigantesca, como si estuviésemos delante de un escenario grandioso que abarcase la infinidad, y veíamos como cada molécula se iba aun con distinto color a un grupo de un color; nos iba mostrando la afinidad química a base de colores. Y si afinábamos el oído, oíamos que cada uno de aquellos átomos respondía a una nota que surgía de aquel color; y si extremábamos la atención, veíamos que la condensación molecular de aquel plano tenía forma geométrica definida, a la cual respondían todos los átomos que iban en dirección a aquel centro.
Así fuimos conscientes de lo que es realmente la ley de afinidad química, reconocido naturalmente por la ciencia química y reconocido por la ley esotérica desde todos los tiempos. Y este proceso continúa indefinidamente porque entonces viene el proceso de desintegración astral, porque el cuerpo astral es un cuerpo molecular, y entonces todas las moléculas que constituyen el cuerpo astral siguen un proceso idéntico y cada cual va a su lugar de procedencia; es decir, en cada uno de los niveles que le corresponde del plano astral, porque en el plano astral también existen las jerarquías, y hay una jerarquía astral que es completamente densa hablando en forma astral; y otra que es más sutil, que es la que produce los sentimientos más elevados o la aspiración superior; pero los deseos insanos, deseos egoístas, los de peso o que tienen mucha gravedad, están en los últimos subplanos y todas las moléculas astrales que responden a este subplano se sienten reorientadas hacia allí; es un proceso lento pero que nosotros veíamos con gran rapidez para no perder el tiempo tal como se dice. Cada una de las moléculas sabía dónde iba, o mejor dicho se sentía arrastrada por afinidad hacia ciertos puntos de contacto.
Ahora bien, la mente, el grupo de pensamientos que manipula al hombre, son compuestos moleculares. El cuerpo mental es un cuerpo molecular más sutil que el astral y que el físico, pero sujeto a las mismas leyes que rigen para el cuerpo físico, se va desintegrando entonces el cuerpo mental a medida que se ha ido retirando, después del proceso de memorización, el átomo permanente astral y el átomo permanente mental, y entonces se produce el proceso de eliminación total y entonces queda el alma sólo en su propia evolución.
Y allí donde ha quedado emplazada el alma en encarnación es donde encuentra su Devachán. Naturalmente que el proceso de filtración ha sido un proceso donde todo lo que llevaba adherido el alma en encarnación queda en aquellos subplanos, en aquellos niveles: es el estigma del karma. Pero el alma en encarnación penetra en el Devachán sin karma alguno; es el descanso que el Creador dispensa al alma después del tormento de vivir; porque es un tormento, si una persona tiene un atisbo de lo que es la vida causal o la vida espiritual de someterse a la acción de un cuerpo físico denso, de sentirse aprisionado, como dentro de una escafandra, como dentro de un sistema, digamos, denso, substancial, que no le permite extenderse.
De ahí que cuando nos contemplamos como alma en encarnación nos sentimos casi liberados, nos sentimos libres porque nos falta el condicionamiento astral, el mental y el físico. Es lo que permite viajar por los éteres cuando no se tiene ningún peso; ahí está el porqué decía ayer que no se puede viajar astralmente si se tiene alguna densidad astral, porque se tiene que ir a una velocidad tremenda que rebasa en gran cantidad lo que es la velocidad de la luz, más allá del fenómeno de instantaneidad, hasta el punto que el iniciado tiene que reducir la atención porque si no se iría al pasado por refracción; llegaría tan pronto de este lugar que saliendo ahora llegaría anteayer o la semana pasada. ¿Os dais cuenta del problema que se le presenta cuando la velocidad es superior a la luz?... Entonces, el iniciado tiene que regular, ¡fijaos! Y la gente quiere viajar por el espacio sin tener el control de la velocidad en el tiempo, o en el espacio.
Bien, y entonces podemos pasar a una estructura superior que es la estructura causal, es también una estructura maravillosamente organizada, tremendamente excitante en su visión por el colorido casi indecible que puede percibir el vidente iluminado; y sin embargo es un cuerpo molecular. Solamente hay una variación: que así como todos los cuerpos vistos en un plano digamos de observación, se ven siguiendo una línea horizontal extendiéndose en el tiempo, al contemplar las moléculas que siguen la línea causal se las ve remontándose verticalmente por el espacio.
Y tenemos aquí un indicio del porqué las almas se sienten arrastradas hacia arriba siguiendo la ley, no de la polaridad, sino la ley digamos de antipolaridad o antigravitatoria, y hasta llegar a la Mónada el proceso es perdiendo digamos moléculas hasta quedar reducida la molécula a su íntima expresión, que es el plano monádico donde la estructura es sintética, y solamente los grandes iniciados pueden ver la estructura geométrica que corresponde al plano ádico o al plano monádico, porque está más allá de la percepción; y además tened en cuenta que cuando estamos sujetos a una visión que no pertenece al proceso cerebral, estamos sujetos a error porque no tenemos memorias cerebrales de lo que es el plano astral; es decir, que no vemos las cosas tal cual son en el plano astral, sentimos las cosas realmente pero no las vemos tal como son.
Lo mismo ocurre con el plano mental debido a que nosotros vemos las cosas distorsionadas porque dentro del cerebro físico no hay datos en esta vida que permitan tener un recuerdo de aquello; tenemos la impresión de que hemos vivido aquello pero no tiene una forma, una imagen definida porque el cerebro no puede captarla, entonces, la habilidad extraordinaria del cerebro, o de la mente cerebral, es ir rápidamente a la subconciencia y recoger allí rápidamente, en fracciones, milésimas de segundo, el recuerdo del pasado en la tridimensionalidad del cerebro que corresponde a aquella visión. Por ejemplo, la imagen del Maestro, si es que hemos tenido un contacto con el Maestro, será el Maestro que nos da clases por ejemplo, o la profesora de piano, o la profesora o el profesor que está enseñándonos algo, porque no podemos percibir la imagen del Maestro todavía, y sin embargo queda dentro del corazón la sensación de que hemos tenido el contacto con el Maestro, pero siempre aliamos la imagen del Maestro con la de un profesor por el cual sintamos simpatía.
Y como estas cosas, otras muchas, paisajes astrales que vemos que son maravillosos y que, sin embargo, al no poder darle la forma que tiene real, lo asociamos con un paisaje maravilloso que hemos visto anteriormente. Y así se van sucediendo lo mismo esto que en los sueños.
Un sueño si lo analizáis bien puede ser un contacto astral con el Maestro, o con el pensamiento del Maestro, o bien un contacto con el Maestro mismo. Pero, naturalmente, aquí solamente falta organizar el cerebro a fin de recoger las memorias de aquello y trasladarlas al cerebro físico, y esto viene con el tiempo y con la paciencia del estudiante cuando se encuentra en aquellos planos y está pasando de la conciencia simple astral a la autoconciencia en el plano astral; porque somos conscientes del plano astral, somos conscientes del plano mental, pero no tenemos autoconciencia mental, ni tenemos autoconciencia astral, lo cual significa que no podemos tener relación alguna con el cerebro, no tenemos la fuerza para incrementar la tensión del cerebro para producir una imagen real.
Entonces todo cuanto vemos es falso, es ilusorio; ahí está el espejismo, el maya y todas esas cosas que estamos…, y las ilusiones mentales que estamos viendo siempre como los tres grandes enemigos del discípulo: maya, el espejismo y la ilusión, en el físico, en el astral y en el plano mental; y todo esto para demostrar solamente una cosa: y es que el Universo en el cual vivimos, nos movemos y tenemos el ser, es el cuerpo físico denso de una Entidad Cósmica y que, por lo tanto, cuando hablamos del plano mental nuestro, no estamos hablando del plano mental cósmico sino que estamos hablando del subplano gaseoso cósmico, porque somos un plano; y cuando hablamos del plano búdico cósmico o de nuestro plano búdico, estamos hablando solamente del éter que es donde podemos alcanzar, del éter cósmico. Y cuando hablamos del plano búdico, que es para nosotros todavía una imposibilidad, por decirlo de alguna manera, estamos refiriéndonos a aquella parte del cuerpo físico denso del Logos Cósmico que corresponde al subplano etérico, al cuarto subplano etérico. Y claro, hay mucha tela que cortar ahí ¿eh?
INTERLOCUTORA.— Entonces, Vicente, se supone que si este desprendimiento no es lento, como cuando se va corrompiendo el cuerpo, sino que es general por la cremación, todo este proceso se acelera.
VICENTE.— Naturalmente, siempre y cuando el ego decida ser incinerado, vamos, que su cuerpo molecular sea incinerado, porque entonces la progresión o el proceso de afinidad química se hace rápidamente, es instantánea casi, y se evita el proceso este de putrefacción que lleva a veces grandes contrariedades para el ego si el ego no está muy evolucionado, porque se siente todavía adherido dentro de las moléculas que constituyen su campo de expresión. Entonces, al ir desintegrándose lentamente las moléculas le causa una sensación de desasosiego en el plano astral donde se halla en aquellos momentos. Lo mismo sucede, como decíamos, con los suicidas, que tienen que pasar por este karma digamos de que todo lo que está sucediendo en su cuerpo tiene que pasar por su conciencia, porque su conciencia no está desligada del cuerpo hasta que ha quedado totalmente desintegrado, a menos que los Señores del Karma vean alguna posibilidad en el pasado que permita remediar esto y acelerar el proceso, sea por la cremación, sea por la desintegración a voluntad por parte de un Adepto que es un mago –puede hacer esas cosas rápidamente–, o por causas que desconocemos pero que están dentro de la ley.
INTERLOCUTORA.— Entonces la manifestación del ego para saber si quiere ser o no ser quemado es el miedo, debe ser a través del miedo, o a no serlo, o decididamente quererlo ser.
VICENTE.— Exactamente. Por lo tanto, ya no se trata de que la persona diga: “Mi familia se encargará”, hay una ley que regula estas cosas; entonces, la persona que esté convencida –siendo esotérica– de que el proceso de cremación es el que libera más rápidamente el alma en encarnación y que, por lo tanto, libera a la multiplicidad de vidas atómicas que constituyen el cuerpo físico, entonces ya casi no hay otro: tiene que decidirse; y entonces creo que es ante notario que debe hacerse la petición porque no vale que la familia diga: ”Él dijo que quería incinerarse”. No, no sirve para eso, tiene la persona con tiempo prepararse, como si quiere ofrecer sus órganos, y aquí hay mucho que hablar también. Entonces, cada cual tiene una voluntad expresa y muy peculiar de hacer las cosas. Hay quien tiene miedo a la cremación porque dice: “¿Y si yo no he sido un muerto todavía, si todavía hay vida y yo entonces resiento…”. Este miedo incapacita a mucha gente y se han dado casos que la persona ha sido enterrada estando viva todavía.
INTERLOCUTOR.— Yo creo que es mucho peor que te entierren viva a que te quemen; si tienes que irte te vas…
VICENTE.— Pero siempre obedece a razones kármicas ya en este caso, karma individual. Así como una guerra, fijaos bien, es un karma del Logos, un accidente en la vida física proviene de la causa kármica del ego. Son temas que hay que ir captándolos por analogía. Si tenéis en cuenta lo que es una molécula, si estudiáis un poco la química –yo creo que todos deberíamos estudiar química– para saber esto de la ley de afinidad química en todos los átomos hasta llegar a la conclusión de que nosotros somos también un átomo, que en el momento en que el cuerpo causal se desintegra vamos directamente al grupo egoico, que es nuestro campo de afinidad magnética.
INTERLOCUTOR.— Estabas hablando desde una formación, o sea, hay un cuerpo formado, decíamos el otro día; hay función en este cuerpo en el camino de su vida, y a partir de ahora empieza a descomponerse. Entonces, luego aquí, decíamos ayer, tenía una constitución, o sea, era de forma cuadrada, o redonda, pongamos una manzana, se ha cortado el árbol, hoy está, lo vemos en una forma aparente y mañana quizás ya está con moho y se está descomponiendo. Entonces, pongo otra idea por aquí, la del Adepto que viaja por el espacio, o, digamos, que controla el espacio y que llegado a un momento determinado pues…, o sea, para nosotros, para un observador, hay unas fracciones de tiempo y hay unas imágenes; una manzana que ayer era de una manera, hoy es de ésta y mañana será otra; y el otro, el Adepto tiene el freno, el acelerador y la marcha atrás de este tiempo, entonces Él es capaz de ver la manzana que nosotros vemos ahora que se está descomponiendo, que está cortada, y llega hasta verla entera, y si acelera un poco más la está viendo en otra dimensión. O sea, que según veas las cosas en el espacio están sucediendo todas a la vez. Entonces, o sea, esto de las tres imágenes, o todas son ciertas o ninguna es cierta hasta su totalidad, e incluso saliendo de estos tres espacios, que podemos estar en el ínterespacio, o sea, en la armonía, entonces las moléculas ya no actúan como realmente están actuando en nuestros tres cuerpos; o sea, quizá aquí me pierdo ya, ¿en qué actividad estarían más o menos en su armonía? ¿Ya no tendrían ninguna forma de todas las que conocemos?
VICENTE.— Vamos a examinar el tiempo real, el tiempo real es el qué sucede ahora. ¿Qué pasa ahora con la manzana, por no decir un cuerpo humano que es más complicado?... La manzana dura un día que no apercibirás nada anormal en la manzana que ha caído del árbol, pero al cabo de cierto tiempo ves que se va arrugando, lo mismo sucede con la Luna, esas arrugas que se ven es que se está descomponiendo. Entonces, si vas extremando, digamos, la visión, y vas examinando la manzana cada día, llega un momento en que verás aquella manzana, o bien se está secando, perdiendo progresivamente su forma, su volumen, y la materia que contiene dentro, la vitalidad, se está quedando como una piedra, y hay personas que tienen la fuerza, la vitalidad para convertir en piedra algo que se está descomponiendo, es una forma de luchar contra la gravitación en el tiempo, no sé si me entiendes. Es decir, que el Adepto no solamente puede reintegrar la manzana que está podrida a su propio árbol, porque domina el pasado, el presente y el futuro del árbol, sino que es capaz de coger la manzana y dejarla convertida en una piedra. Y así, en ciertos recintos de Shamballa, hay muchas cosas momificadas por la acción de los Adeptos, trabajando sobre el espacio temporal pero dentro de una dimensión atemporal, pero normalmente no suceden estas cosa. En el tiempo conocido lo que sucede es que la manzana y el cuerpo se van descomponiendo, y esto es una verdad, porque, tú puedes imaginar lo que era una persona querida tuya que ha muerto y que tú la ves al cabo de seis años descompuesta y tú puedes pensar, recordar como era antes, ¿verdad? No es ningún engaño, ninguna ilusión, estás trabajando con los materiales que Dios te da en el tiempo. ¿Cómo puedes imaginar por ejemplo que se va convirtiendo en un ángel si tienes la imaginación tan poderosa como para realizarlo?
Entonces, tiene los tres aspectos: el aspecto del pasado antes de que muriera, el aspecto presente a la descomposición del cuerpo y el futuro, lo que puede ser en el futuro esto que tú ves como un cuerpo descompuesto, que puede ser el alma en encarnación sujeta ya en el Devachán. Y aquí hay que tener un poco de imaginación: más que visualización, imaginación. Pero, naturalmente, las personas están tratando de buscar quizá un sistema mediante el cual pueden detener la acción del tiempo, pueden detener, como por ejemplo los grandes filósofos del pasado que buscaban la piedra filosofal, o el elixir de la larga vida, o el elixir de la juventud. Esas son cosas que están al alcance de una mago, el Adepto, ¿por qué?... porque domina los aspectos temporales, domina la acción del tiempo, porque produce un milagro de redención dentro del compuesto celular, introduce luz y energía superior a las células.
Por ejemplo, ¿por qué un Adepto puede levitar a voluntad?, porque por su propia voluntad integra rayos de luz búdica dentro del compuesto de hidrógeno de sus cuerpos. Entonces, sin perder el volumen, pierde densidad, pierde peso y automáticamente asciende y puede viajar con este cuerpo por el espacio porque prácticamente carece de cuerpo y puede navegar por el espacio en cuerpo físico; no es que diga que lo haga, digo que lo puede hacer; cualquier mago negro puede hacerlo esto.
El caso de Drácula, quizá sea simbólico pero existen casos de personas que volaban en cuerpo físico. Y si vais al Tíbet, si tenéis oportunidad de ir al Tíbet, veréis grandes magos allí que realizan saltos de treinta y cuarenta metros y viajan a grandes velocidades, porque sin ser muy evolucionados conocen ciertas técnicas que corresponden a las últimas subrazas de la raza atlante. Y, por lo tanto, uno de los aspectos negativos de la raza atlante es cuando empezó a volar por el espacio sin tener en cuenta que tenía que desarrollar otros aspectos del cuerpo astral, que era la sensibilidad, la imaginación y la aspiración; y esto fue uno de los fallos de los sacerdotes atlantes. Y ahora tenemos también el pecado de los hombres de nuestros días que quieren adueñarse del espacio, que están fabricando máquinas para dominar el espacio interestelar, y se habla de ir a Venus, o por ejemplo de ir a Marte a recoger petróleo porque aquí creen que se les va a acabar; o recoger materiales finos, por ejemplo, el oro, en Marte o en cualquier otro planeta sin darse cuenta que están atentando contra la ley. Y se encuentra entonces que fracasan muchos proyectos espaciales debido a que hay una ley que regula lo que el hombre puede hacer y lo que no debe hacer; y esta ley que está vigente siempre, es la ley que está siendo llevada adelante por los Adeptos de la Gran Fraternidad Blanca.
Aplicad estas cosas a todo cuanto podáis imaginar, no existe ninguna idea por metafísica que sea que no pueda ser aplicada objetivamente si se utiliza la analogía. Y que analizando lo que yo os digo os daréis cuenta de que es una verdad. Y, sin embargo, se nos dice que la verdadera cualidad del mago es la humildad, y que cuanto más poderes, más portentosas sean las facultades del Adepto menos las empleará, si no es para el bien y el servicio de la raza.
Y un Adepto, con todo su poder, no puede alterar el karma de un ser humano corriente sin pecar contra la ley; solamente en casos muy específicos –yo he sido consciente alguna vez de este hecho– el Maestro ha redimido cierta parte del karma de un discípulo para que este discípulo pudiese llevar a cabo cierta obra relacionada con la Jerarquía, y muy íntimamente con el ashrama, para explicar ciertos hechos que cuando hablábamos por ejemplo del karma, saber que existen ciertos límites que jamás serán trascendidos, pero que dentro de este círculo-no-se-pasa de posibilidades, el Adepto siempre encuentra un resquicio, porque es sabio, donde aplicar la gravedad para poder surgir triunfante del karma en aquel nivel.
Lo que decía Arquímedes: “Dadme una palanca y yo moveré el mundo”. Y el Adepto dice: “Dadme la voluntad y yo haré esto, haré lo otro”. El mago siempre utiliza la voluntad, y la voluntad siempre es la voluntad de servir al Señor del Mundo, por eso es un Adepto. Y los Adeptos de la mala ley, de la magia negra, estos tienen poder hasta cierto punto, pasado el cual se sienten dentro del mecanismo que han creado, y este lleva un movimiento circular vertiginoso que los lleva a la perdición progresivamente, al estado esotéricamente descrito como Avichi, que es el campo opuesto al Devachán; y por lo tanto, tendremos en el Devachán el cielo y en el Avichi tendremos el infierno: un compuesto molecular brillante, armonioso y de triángulos en el caso del Devachán, y en el caso del mago negro, un Avichi lleno de figuras cuadradas en un color gris o parduzco, o de un beige oscuro, si la vista del clarividente es capaz de percibir en esos niveles. Para deciros que todo está dentro de la ley. Y aún se nos dice que existe el Avichi cósmico de dónde proviene el mal cósmico, el que arrastra a la perdición de ciertos mundos; incluso se habla de fracasos de los Logos y esto nos aterra.
Nosotros que somos seres humanos, que recién ahora empezamos a ver la luz y se nos dice que han fracasado Logos, el fracaso de la cadena lunar en ciertos aspectos, el fracaso que existe en otras partes del universo o del cosmos. Y se nos habla –ahora estoy traduciendo el Tratado sobre Fuego Cósmico que esto para mí fue una novedad– que existe un agujero negro que corresponde a nuestro propio universo, que es el universo antitético o antagónico del propio universo, y está medido, sí, está medido en términos de polaridad. Entonces, tenemos que los Logos tienen también su Ángel Guardián, el Guardián del Umbral, y también tienen el Ángel de la Presencia. Entonces, cuando más penetras en el misterio esotérico, más valor tienes que tener para poder surgir triunfante cuando ves lo que sucede al Logos Planetario.
Se nos dice que la gran guerra, la que se inició en el año 1914 y que terminó el año 1945, realmente fue motivada por una crisis dentro del Logos Planetario, que este Logos Planetario –dentro del cual vivimos, nos movemos y tenemos el ser y que se expresa a través del Señor del Mundo, Sanat Kumara– está pasando por la crisis de la Cuarta Iniciación, y esto provoca una distorsión total de todos los valores psicológicos del ser humano, de todos los grupos sociales, de todos los ambientes en el mundo. Por tanto, hay que ser un discípulo probado para poder surgir triunfante y colaborar conscientemente ¡cuidado! para aliviar la crisis del Logos Planetario y hacer que cuanto más pronto realice esta gran evolución que traerá como consecuencia la Cuarta Iniciación Cósmica. Y si tenéis en cuenta que esta Cuarta Iniciación Cósmica está muy estrechamente relacionada con el cuarto reino que somos nosotros, os daréis cuenta que el reino que más se siente sacudido por esta crisis somos nosotros y, por lo tanto, si somos realmente esotéricos, daremos por bien empleada esta era de tensiones y de crisis porque nos permiten colaborar con la obra del Señor del Mundo y avanzar más rápidamente en nuestra evolución individual.
No sé si me explico porque es un poco complicado y hay que tener conciencia esotérica para ver claro estas cosas, porque cuando hablamos de Cristo, el Señor de la Perfección, el Instructor del Mundo, de ángeles y de hombres; hablamos del Señor Buda, el que fue Siddhartha Gautama; hablamos de los tres Budas Esotéricos y de los tres Budas Exotéricos, internos y externos; hablamos del Logos Planetario; después del Logos Solar, y los tenemos siempre como una percepción ascendente inconcebible para nuestra pequeña mente tridimensional. Y llegamos a un punto en que vemos que lo que estamos realizando aquí nosotros, ellos dentro de su inconcebible excelsitud también lo están ejercitando; ellos también tendrán que pasar por el proceso de la muerte física; tendrán que pasar por el proceso de la aniquilación astral y, lo mismo, la destrucción de su cuerpo mental para penetrar en su Pralaya que es el Devachán que corresponde a los Dioses.
Y entonces tendrán que recoger el fruto de un universo anterior que quedó prendido en los niveles de gestación cósmica y, una vez recogido volver a impregnarse de aquello y renacer de nuevo. Es lo mismo ¿verdad?... Ya sea un Logos, ya sea una entidad Superlogoica, podríamos decir. Está pasando lo que pasamos nosotros dentro de un autor inconfundible; porque cuando tenemos paz en el corazón, lo cual sucede muy raramente, podemos imaginar lo que es la paz del Logos, de la trascendencia, por ejemplo, de Aquél-del-cual-nada-puede-decirse, que es el Logos Cósmico que contiene dentro de sí siete universos, siete constelaciones, siendo nuestra constelación, nuestro sistema solar el más imperfecto, el más denso, el físico. Y pensar que el plano búdico para nosotros representa la unidad con todo el universo, y llegar a esta conclusión y continuar trabajando. Ese es el temple del discípulo: se da cuenta de la situación y se da cuenta de que no existe jamás una perfección absoluta, ni para el hombre, ni para los Logos. Siempre habrá una meta después de que el Logos haya alcanzado la más extraordinaria de las iniciaciones cósmicas, porque entonces se negará lo absoluto.
Van creciendo los universos y al crecer los universos se va extendiendo el espacio; el tiempo cada vez es menor, el espacio cada vez mayor. Y se pregunta uno: ¿Dónde vamos a ir?... Entonces, la reflexión inmediata: busca tu paz, porque tu paz es la paz del mundo. ¡Déjate llevar por esta paz!; conviértete en paz y da paz a los demás. ¿Por qué no podemos interrogar el cosmos?... Porque nuestra mente intelectual no es capaz de comprender este misterio; y aún los grandes iniciados tienen dificultades cuando tienen que observar al Logos Solar; y el Logos Solar tendrá dificultades de visión cuando tenga que contemplar, a través de la revelación o de la iluminación, la faz del Logos Cósmico y tendrá que llegar a una tercera iniciación supercósmica que corresponde a la iniciación de la Transfiguración para poder nuestro Logos Solar ver cara a cara al Logos Cósmico. ¿Ves como se aplica también la analogía?...
Bien, no sé si será muy práctico esto, pero al menos refresca algo el ánimo; es refrescante ¿verdad? Pensar en esto tan elevado y que los dioses y los hombres somos una sola familia.
INTERLOCUTORA.— ¿Podrías decirnos algo de la antimateria?
VICENTE.— ¿Cómo?
INTERLOCUTORA.— De la antimateria, que dicen que existe.
VICENTE.— Bueno, eso será la parte opuesta de lo que es denso, será lo que es sutil; no es antimateria sino que es materia tan sutil que aparece como antimateria. Pero la materia…
INTERLOCUTORA.— ¿Qué finalidad tiene?...
VICENTE.— El equilibrio de los mundos. Si no hay la polaridad, no puede haber objetividad. Es decir, que viendo digamos una cosa objetiva, ya sea un pensamiento, ya sea una imagen, ya sea cualquier cosa, es porque existe la polaridad. ¿Por qué existe una cosa?... Primero, porque existe la ley de gravitación que lleva todas las moléculas hacia un centro específico dentro de cualquier cuerpo. ¿Por qué este cuerpo está en movimiento o puede ponerse en movimiento?... Porque hay una tendencia dentro de este elemento hacia el espacio creando la fuerza centrífuga; ya no es la fuerza de gravitación sino es una fuerza que lanza todo cuanto existe dentro de aquel elemento, de aquel cuerpo, hacia el espacio. Por un lado se siente oprimido, por otro lado se siente lanzado: es el sístoles y el diástoles del corazón; y respiramos por el sístoles y el diástoles del corazón; y el movimiento de inhalación y el movimiento de exhalación son representaciones de la actividad respiratoria y del corazón del Logos Planetario, el cual a su vez respira a través del aire insuflado en sus narices cósmicas por el Logos Solar. Siempre hay que aplicar la analogía, es la base del esoterismo. No se puede avanzar esotéricamente en el sentido mismo del conocimiento si no se aplica la analogía o la correspondencia de vibraciones.
Es un poco duro, ¿verdad?... Y sin embargo hay una dulzura dentro de esta cosa tan dura, que es reconocer que no existe la perfección, porque si dijésemos: “Existe una perfección”, automáticamente admitiríamos que hay una meta y donde hay una meta de perfección se ha parado la evolución, se ha llegado a aquel punto y allí quedamos dentro de un círculo infranqueable, un círculo-no-se-pasa, estamos dentro de aquel círculo, no avanzamos, y estamos gozando el fruto de acciones pasadas pero no vamos hacia el futuro, estamos presos; en tanto que si estamos desarrollando constantemente nuevas cualidades, si estamos lanzados en el tiempo sin perder jamás la esperanza, entonces no vemos una meta fija que llamamos perfección, sino que vemos una serie infinita de metas de perfección que jamás llegan a la culminación, y ahí está la esperanza de los dioses: que jamás verán ante sí una puerta cerrada, sino que verán siempre ante sí la inmensidad de lo absoluto.
INTERLOCUTORA.— Vicente, rematando un poquito lo que has hablado antes de la magia, creo que lo he entendido como tú lo has explicado; pero a nivel así práctico como yo lo entiendo, pienso que son cosas que naturalmente se convierte en magia negra cuando quieres hacer una cosa para tú conservarte bien, para tú estar bien, cuando existe una vanidad. Pero cuando existe un afán de trabajo, ya se te da. Entonces uno no tiene que provocar nada, porque la persona que trabaja para estar bien sólo en su físico, no tiene sentido. Entonces, ya puedes hacer lo que hagas… Sí que estás haciendo porque realmente hay cosas para sentirse mejor, pero yo pienso que eso se aparta dentro de todo lo que nosotros llevamos entre manos, por supuesto. Entonces, no tiene sentido intentar nosotros hacer nada; creo que es algo que se nos dará sin que nosotros lo hagamos.
VICENTE.— ¿Sabéis por qué se ve tanto énfasis en los ashramas a esta frase “Serena Expectación?”… Es una palabra… (aquí se corta la audición).
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Conferencia Vicente Beltrán Anglada
Barcelona
5 juLio 1984
Digitalizada por el Grupo de Transcripción de Conferencias
20 mAYO 2009
Editada por el Centro de Estudios VBA (en curso)
16 junio 2009
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