CONFERENCIA
VICENTE BELTRAN ANGLADA
[edición en curso]
Conversaciones Esotéricas
Sobre la Bendición del Buda y el Festival de Wesak.
Barcelona, 6 de Mayo de 1.982
"LA VERDAD HA DE PRESENTARSE DE TAL MANERA, QUE CONVENZA SIN ATAR Y QUE ATRAIGA AUN SIN CONVENCER. ESTO SOLO PUEDE REALIZARLO EL LENGUAJE DEL CORAZON".
-VBA: Introducción al Agni Yoga, p. 49
Conversaciones Esotéricas
Sobre la Bendición del Buda y el Festival de Wesak.
Leonor.–... entonces nos reuníamos en la hora exacta, unas veces a la una de la madrugada, en casa del presidente de la Sociedad Teosófica de entonces...,
Vicente.– Es importante, porque el hecho de estar en Wesak, o dentro de Wesak es una cosa que hay que reconocer muy bien individualmente, aparte que después se realice en grupo, mejor que sea a una hora que pudiese acudir gente, como el sábado por la tarde.
Interlocutor.– Siempre se puede conectar.
Vicente.– Sí, hay una conexión, además las energías están durando después de la proyección tres días. Hay dos días de preparación, un día de recepción y dos días de distribución. Estamos ahora en período de preparación, estamos preparando hablando sobre toda la problemática nuestra, sometiendo así —lo hace el alma de la humanidad— al Señor del Mundo todas las necesidades mundiales, incluidas las guerras y todas las cosas que están pasando estos días. Entonces viene la distribución de fuerza, que dice dura todo el año, en todos los niveles, y da una sensación de paz y bienestar. Yo hace muchos años que lo siento, antes no sabía lo que era, pero me sentía siempre inspirado por esas fechas, me sentía en gracia, era una cosa tremenda, y luego más tarde me enteré que había sido el festival de Wesak, entonces supe que estaba conectado subjetivamente. No hay necesidad de estar pendiente, el alma está conectada siempre con la Jerarquía. Es el pequeño yo separatista el que crea la separatividad, a lo cual hicimos referencia ayer.
Interlocutor– Yo quería comentarte que hay cosas, como cuando hablamos del amor y de la paz, que se refieren a un estado. No es decir provocar “estoy en paz”, o “tengo amor” porque cada uno tenemos nuestra medida, o sea, es un estado que se crea; pero de alguna forma cuando estás en sintonía espiritual, y quieres realmente estar en él y rectificar algunas cosas, con esa voluntad, en esa rectificación, yo creo que es tan importante la humildad, tanto más que los conocimientos, porque siempre queremos saber más incluso de lo que podemos asimilar, y la humildad en todas sus facetas, que yo quisiera preguntar si ¿esto, con un buen propósito, se va arreglando a través de equis cosas, o es también un estado que sólo se adquiere cuando es el momento de que tengas esa humildad?
Vicente.– Bueno, lo interesante es la persistencia en una actitud. La actitud y el propósito; el individuo se propone realizar algo en su interior. Claro que cuando digo esto es que ya involucro una idea que nada tiene que ver con la meta, y todos buscamos una meta. Porque si, por ejemplo, de la paz hacemos una meta, seguramente que no la alcanzaremos. Ahora bien, si estamos investigando constantemente, siempre a través del propósito espiritual, y no nos preocupamos mucho ni demasiado por los resultados, viene un día en que se llega a un estado de paz. Ya no digo la paz como un estado. La paz tal y como la siente el Señor del universo es paz; nosotros somos paz dentro de la paz, esto nos indica ya la idea de un estado de conciencia. Y naturalmente, cuando se habla, por ejemplo, de dejar la mente vacía, porque se tiene que llenar de algo que no es lo que tenemos habitualmente, tendrá que ser algo de una estirpe superior, y este algo forma parte consustancial con el propósito. Entonces, mantener el propósito es de una u otra manera incorporar cada vez más paz, más estados de paz dentro de uno. Siempre habrá lagunas, las inevitables lagunas de los problemas kármicos, porque el karma solamente puede liquidarse cuando hay paz; la paz no tiene nada que ver con la Jerarquía, la Jerarquía es solamente una expresión de amor, la paz viene de Shamballa. Así que naturalmente hay que ligar el principio del propósito, que es de Shamballa, con la finalidad de Shamballa, que es la paz. Y el Logos Planetario, el Observador Silencioso, es el depositario de la paz santa, es un océano de paz. Y la paz, tal y como yo la concibo, no tal como seguramente es, se halla confinada en un plano específico del universo. Yo diría que es donde el compás cósmico de Sanat Kumara clava la punta para crear un círculo infranqueable, o un ring-pass-not, un círculo-no-se-pasa, como es la expresión característica del Maestro Tibetano. Si se refiere al planeta será el cuarto subplano del cuarto plano planetario. Si es con referencia al Logos Solar, será el cuarto subplano del cuarto plano solar, es decir, que en el centro de un universo septenario, la paz, el equilibrio, la síntesis, como se ha preguntado hoy aquí, se halla confinada siempre en un lugar definido, y de ahí se irradia hasta abarcar la totalidad del círculo-no-se-pasa. Entonces, el problema del individuo es o bien hacerse receptivo desde el lugar donde ocupa su lugar kármico en la evolución, haciéndose responsable de sus actos, y receptivo a la paz, o bien trata fundamentalmente de alcanzar la paz que se alcanza a través de la iniciación, lo cual si lo analizamos bien, es la misma cosa, pero vista de distinta manera. Os digo que la paz no es nada que se refiera con la Jerarquía, no porque el amor no lleve en sí ya su gran capacidad de paz interior, sino porque la paz que está más allá de toda comprensión, es la paz que surge del corazón de Sanat Kumara. Entonces, es una creación, es una emanación que surge del corazón del Logos Planetario, y es canalizada a través del propósito del Señor del Mundo. El problema solamente es el individuo que está en el sendero y habla de la paz como una meta; pero la paz, como la verdad, es un constante devenir, un constante movimiento, que se acerca a nosotros en cualquier momento del tiempo y en cualquier situación, de no importa qué estado de conciencia tenga el hombre, simplemente se presenta y el hombre es libre de acogerlo. De ahí que siempre reitero la atención, la observación serena de los hechos, porque nunca sabemos cuándo surgirá el maestro, la paz, o la verdad. Simplemente hay que estar investigando, como hace el científico. El científico realmente no busca un resultado definido, está simplemente investigando. Y todos tenemos que tener en una cierta medida esta mentalidad científica de investigar los hechos sin esperar ni pretender resultados, simplemente investigar, porque entonces adquirimos el poder que nos hace superiores al destino; el destino se forja constantemente porque el hombre está apegado al fruto de sus acciones, cuando el hombre se apega al fruto de sus acciones crea karma. Cuando el hombre investiga sin darse cuenta de los resultados, o cuando hace el bien y no se preocupa tampoco de los resultados, sin buscar ganancia alguna a sus actividades, simplemente por el anhelo de hacerlo bien, entonces se produce el resultado este que es siempre la conformación al destino marcado por el Señor del Mundo. Y desde hace tiempo vengo reiterando la idea de Shamballa, y hablo menos de la Jerarquía, no es que la Jerarquía deba dejarse de lado, esto es impensable, sino que en cierta manera sabemos algo de la naturaleza del amor, pero sabemos muy poco, o casi nada, de la naturaleza de la paz, porque si bien hablamos, no podemos decir que sentimos paz; tendremos tranquilidad emocional, lo cual no es fácil, es algo muy diferente. Cuando los negocios marchan bien, cuando tengo el trabajo que me gusta y bien remunerado, cuando tengo una familia que me quiere y de la cual soy querido, tengo una tranquilidad interna, pero en el fondo subsiste el miedo de perderlo, lo cual significa que no hay paz, lo cual significa que estamos buscando un resultado a través de aquello, o una gratificación si me lo permitís; y como que nuestro amor se realiza a base de gratificaciones, es un toma y daca, es decir, es un compromiso kármico establecido, y no surge del corazón sino de las conveniencias particulares o sociales, entonces el amor tampoco ha sido comprendido en su justa esencia. Y si sucede esto con el amor, que es lo más inmediato, lo que más sentimos, que será cuando se trate de la paz, la paz que está más allá de toda comprensión y que mora en el corazón de aquellos que viven lo eterno, tal y como se dice en los Upanishad, esta es la clave. Entonces, solamente hay que dar una pequeña vuelta mental para darnos cuenta de la gran analogía que existe entre la paz, la humildad y el propósito. Y cómo dentro de esta paz y dentro de este propósito, y de esta cosa que estamos buscando, está implícito el amor, el amor exaltado a su más alta medida. Por lo tanto, ya os digo que no se niega el amor de la Jerarquía, sino que se trata de una especie de amor desconocido. Si pudiésemos asimilar el nombre sería el amor por la justicia, o amor al bien. Ya no es la buena voluntad, tampoco es la correcta relación, es algo sintético que engloba la buena voluntad y al mismo tiempo la relación correcta, o relación social justa y equilibrada. Y todo, como veréis, es fácil de comprender, porque en el fondo del corazón existe la comprensión de las cosas grandes, y en tanto que estamos hablando de cosas grandes, el pequeño ser que está en nosotros, que anida dentro del corazón, se expande. De ahí la importancia de que lancemos la mente cuánto más lejos mejor, sin buscar metas, porque por lejana que sea la meta nos ata, nos liga, nos condiciona. Hay que lanzar la flecha con potente brazo, a lo infinito, y seguir sin descanso. Esto es, técnicamente, el propósito espiritual, el propósito por el cual fue establecida la Jerarquía aquí en la Tierra, es el propósito que condensa la voluntad del Logos Solar a través del Logos Planetario, y que después Sanat Kumara, que es la representación objetiva del Logos Planetario, transmite a la Jerarquía, la cual a su vez transmite la fuerza a la Humanidad y dentro de la humanidad encontramos una serie de círculos sociales, de círculos de toda naturaleza que sienten la proyección de esta fuerza y a su vez la distribuyen. De ahí la importancia de que existan grupos de discípulos en el mundo capaces de canalizar los destinos marcados por Shamballa, sin olvidar jamás la impronta de la Jerarquía, sino recogiendo lo mejor del legado histórico y continuar avanzando siempre, dejando jirones del yo vencido en cada vuelta de la espiral de la existencia. Hasta que llegará un momento en que sin darnos cuenta, sin pretenderlo, quedaremos desnudos y sabremos lo que es la humildad, la segunda demostración de que la humildad y la paz van juntas siempre. Pero dentro de la paz, y de ese testimonio vivo de inspiración subsiste siempre el propósito. De ahí que es más importante para un discípulo que mantenga firme el propósito, y aunque se vea caído, que no se preocupe: “Levántate y anda”, tal como decía Cristo. Es la voz que está siempre clamando no en el desierto, sino dentro del corazón del discípulo, cuando está muy triste y afligido porque se ve incapaz de luchar contra las circunstancias, o está lleno de problemas kármicos y frustraciones sin fin, entonces, sin darse cuenta, oye dentro del corazón como un arrebato de alegría, de fuerza superior, en aquel momento se borra toda perspectiva de sus problemas kármicos, por un momento se siente libre de todas estas cosas, y esta es la prueba, no sé si la habréis aprovechado, de que se está en el sendero, y el alma empieza a influenciar la forma, y el yo empieza a controlar las reacciones del no-yo, y en este yo pequeño que va creciendo, que se va ensanchando, pero que paradójicamente está disminuyendo, se gesta aquí el noble destino de la raza del futuro, es en el presente donde halla su germen, y precisamente cuando Cristo hablaba de sus discípulos, siempre los designó como la sal de la tierra, y la sal de la tierra es el discípulo que está constantemente orientando su visión, percepción y actividad hacia el destino de la humanidad prescindiendo de su propio destino. Es decir, que la liberación del karma no es tanto el resultado del esfuerzo del hombre por sujetar aquel destino y esforzarse por ser mejor cada día, disciplinando su conducta, como el volcar sus pequeños problemas en el seno del gran problema de la humanidad. Es una forma de decir que renuncia al fruto de sus acciones, porque cuando estamos purificándonos sin darnos cuenta somos egoístas, lo hacemos en forma unilateral, en forma individual, en forma condicionada, parcial, y entonces la verdad, la vida y la paz no podemos alcanzarlas. Y también sucede, y esto creo que todos lo habréis observado, que cuando tenéis un momento de paz, os coge de sobresalto, casi que os espanta el cambio de situación que ha habido en la conciencia, y sin daros cuenta la mente empieza a trabajar, preguntando por el qué, el porqué del origen de la paz, y automáticamente la paz se esfuma, se disuelve. De ahí que todos los discípulos están siendo enseñados esotéricamente en el arte del silencio: el silencio de palabras, el silencio de deseos y el silencio de pensamientos; porque solamente cuando la mente está en silencio es cuando puede haber dentro de la misma un punto donde la verdad se pueda anclar, de expansionarse al punto de que toda la mente se convierta en el escenario donde la verdad pueda cumplir su misión, el adecuado papel que tiene asignada dentro de este planeta de tercer rayo, y de aquí en adelante todo cuanto ocurra no es sino la repetición de una serie de actos incomprendidos que deben oportunamente llegar al límite de expansión, llegar a una pérdida absoluta de gravitación; es decir, que todo cuanto implique movimiento, propósito, humildad y síntesis, que culmina en la paz, encuentra siempre —porque el hombre es así, está dentro de su propio caparazón kármico— la pretensión de haber llegado a un cierto punto de evolución, y creerse superior a los demás, y entonces se crea el complejo mesiánico, y nadie puede ser Mesías excepto aquel que viene enviado por el Señor, los demás somos pequeños intérpretes de la voluntad de Aquél, porque nosotros desdichadamente podemos equivocarnos, pero el Instructor jamás se puede equivocar, jamás puede fallar en su propósito. El hombre limitado por espacio y tiempo y sus propios condicionamientos está constantemente creando dentro de sí la mole artificiosa de una verdad que no ha conquistado, porque se limita a acumular conocimientos acerca de la verdad, conocimientos acerca del amor, conocimientos acerca de la paz, conocimientos acerca de Dios, conocimientos acerca de la vida de la naturaleza, pero en el fondo el conocimiento siempre atrae la atención del pensador, y si no es correctamente estimulado el morbo interno que se agita dentro de esta mole de conocimientos, forzosamente todo aquello se convertirá en una simple doctrina, sobre la cual afirmará su voluntad y desde la cual luchará contra todo y contra todos, y así, cada vez se hará más separativo, más indolente en sus actitudes, menos amorosos y comprensivos con los demás. No es esta la misión del hombre, y menos la misión del discípulo que comprende. Estoy seguro de que cuando un discípulo está en probación, saliendo de la gran masa de aspirantes espirituales, emocionales y devocionales al Maestro, están siendo atentamente observados por los discípulos superiores o por algún que otro iniciado, y están sujetos a una ley de gravitación muy fuerte, porque intentan separarse de la gran masa, a la cual todavía pertenecen, pero a despecho de todo y contra la fuerza de la masa, tienen un principio de propósito, hay una gran lucha aquí, y muchos sucumben, pero ya fue establecida la ley de la observación, que viene precisamente relacionada con aquella del Observador Silencioso, del Logos Planetario; todo observador —y siempre hago la observación— proviene de la fuerza del Logos Planetario, el primero y el único observador. Así que observando mucho una persona se da cuenta, sin apegarse, porque el egoísmo, la separatividad, el condicionamiento, incluso el espíritu mesiánico, se basan siempre en esta condición, en este apego del hombre a sus propias creaciones, o a sus pequeños conocimientos, o a no importa qué forma, digamos, de expresión en la vida de la naturaleza. Bien mirado, un hombre puede estar apegado no solamente a un ser, sino a algo, a una cosa, lo cual limita igualmente la condición humana de estar atado a algo. Podemos estar atados a los conocimientos, podemos estar atados a los sentimientos emocionales, que sabe Dios que todos vivimos en el Kurukchetra todavía, Kurukchetra es el plano emocional, y que la mente funciona a un pequeño y pobre rendimiento, y que por lo tanto hay grandes problemas humanos.
Yo mencioné, por ejemplo, el otro día en Vitoria, sobre el espíritu nacional, el espíritu nacional que todos llevamos dentro, el espíritu de clan o de frontera, que separa a unos de otros y ponía el ejemplo de una pequeña población dentro de la cual los potentes están disputándose y matándose entre sí, creando odio y enemistades por doquier, y naturalmente la paz se extingue, los ángeles que deben llevar la paz no pueden trabajar, porque la guerra no es su medio de expresión, sino la armonía de la humanidad. Cuando estaba escribiendo ciertos apartados de mi libro “Los ángeles en la vida social humana”, me di cuenta de la importancia que tiene la conducta del hombre para atraer la bendición dévica. Veía ángeles por doquier, que vienen aquí con la celeridad del rayo, pero con la misma prontitud y celeridad desaparecen, envueltos en el éter de donde provienen, cuando existe la más leve gota de orgullo espiritual, o de egoísmo en el hombre, y aún el discípulo, probado en la experiencia, que ya fue aceptado en un ciclo anterior, debe pasar por la prueba angélica, y comprobar la existencia dentro de sí de los gérmenes de la esterilidad. Y esto, un día y otro, hasta que la observación de estas pequeñas cosas, aparentemente pequeñas pero grandes en sus efectos y conclusiones, llega a identificarse con el aspecto superior de su naturaleza divina, y empieza entonces a observar de una manera muy similar al propio Observador Silencioso, a la del propio Logos Planetario.
Espero que durante el festival de Wesak tengamos en cuenta nuestra participación activa en la vida de la humanidad, y que en nuestra meditación de hoy tengamos presente a todos aquellos de entre nosotros que sufren, de una u otra manera, y que nos ayudemos, ya que no podemos ayudar a la totalidad del mundo, ayudémonos al menos entre nosotros, participemos de las inquietudes de nuestros problemas sociales, quizás por nuestra falta de amor y de aislamiento, y esto lo podemos hacer, y será una obra realmente angélica, porque todos estamos seguros en el fondo del corazón deseando remediar los males de la humanidad.
(corte de sonido)
...por cuanto en los niveles ocultos se ha realizado –porque la luna llena ya pasó- un acto mágico procedente del lugar más oculto del planeta, me refiero exactamente a Shamballa. Cuando nos referimos al Señor Buda, nos referimos al más elevado agente de Shamballa que existe hoy en el planeta Tierra. La importancia de este gran Ser estriba principalmente porque fue el primer ser humano que alcanzó la iluminación. La iluminación, técnicamente hablando, es la octava iniciación dentro del planeta; y tiene también importancia por cuanto toda la prédica de Buda, todo su mensaje, osciló sobre la liberación del par de opuestos. Entre el bien y el mal, existe algo que no es ni el bien ni el mal, este bien o mal se puede considerar desde un ángulo puramente esotérico, o simplemente exotérico, porque implica la fuerza, la intención y el propósito de reunir todo cuanto esté separado en la vida de la naturaleza.
Claro que debemos hablar de Wesak, ¿verdad? porque Wesak es la culminación de una serie de hechos mágicos que está registrándose en el planeta desde hace más de dos mil años. Prácticamente hace dos mil cuatrocientos años que inició Buda su bendición anual sobre la humanidad, en un acto supremo de sacrificio, pues todas las personas que de una u otra manera se hayan puesto en contacto con el estudio esotérico sabrán que descender del plano búdico hasta el plano mental inferior y establecer contacto con la mente inferior de la humanidad representa un acto supremo de sacrificio por parte del Señor Buda. Fue el sacrificio, el voto solemne del Señor Buda al propio Señor del Mundo, cuando después de dejar el cuerpo físico, habiendo llenado el mundo —tal y como esotéricamente se dice— con el esplendor de su aura, se refugió en los planos ocultos, allí desde donde viene anualmente a transmitir su mensaje de Paz y de Amor, y de enviarnos a través de su bendición las energías que surgen raudamente de la Osa Mayor a través de Shamballa, estando implicado naturalmente el planeta Vulcano, al cual se ha referido Djwal Khul.
Bien, entonces lo interesante sobre la vida de Buda es por qué hizo el voto de sacrificio solemne de descender anualmente a la Tierra para dar su bendición en compañía o en armonía con el Cristo, que tiene la Séptima Iniciación, trabajando conjuntamente con el Manú y el Mahachohan; y están trabajando para la nueva humanidad, para predisponer a los hijos de los hombres para aquella iniciación que convertirá a todos y cada uno de los seres humanos en entidades divinas, es decir, en ciudadanos del Quinto Reino de la Naturaleza. Naturalmente, que cuando hablamos del quinto reino sentimos la presión de algo muy lejano, de algo que está más allá de nuestras posibilidades, pero realmente no es así, el Reino de los Cielos está aquí y ahora, es solamente saber descifrar el contenido del misterio que se oculta en cada uno de los actos que estamos viendo por doquier, y saber extraer la experiencia necesaria para condensarla dentro de nuestro espíritu, en fuerza de amor y de servicio a la humanidad.
Cuando hablamos de Buda podemos referirnos a tres matices muy pronunciados. El matiz histórico, el que tiene que ver con la vida de Sidharta Gautama, príncipe del Nepal, que alcanzó la iniciación en aquel cuerpo físico, y todas las alegorías y los simbolismos que nacen de este proceso histórico; pero, a mi entender interesa más el aspecto místico en el espíritu, digamos, de la cuestión del propio Buda, está todavía en el aura de la Tierra; y también definir en cierta manera la evolución que tuvo Buda psicológicamente, pues se convirtió rápidamente, después de la Quinta Iniciación que tuvo en Persia hace muchos miles de años, hasta llegar el momento aquí en la Tierra, históricamente, cuando se nos dice simbólicamente que adquirió la Iluminación. La Iluminación es el proceso místico que conduce al Buda, porque Buda igual que Cristo no son personas, son estados de conciencia. Un ser que se llamó Sidharta Gautama, adquirió por obra y gracia de su esfuerzo la Iniciación de Iluminado o de Buda, y Cristo merced a su trabajo de dedicación y amor a la humanidad sintió dentro de su corazón la fuerza del amor del propio Logos Solar. Así que cuando refiriéndonos a un Adepto de la Jerarquía, estamos denominándolos como Señores de Amor y de Sabiduría, hay que tener en cuenta que la parte de amor corresponde a Cristo y que la parte de sabiduría corresponde a Buda, son los dos hermanos más evolucionados de nuestro sistema planetario. Por lo tanto, todo cuanto digamos con referencia a Buda automáticamente surge la figura gloriosa de Cristo, está sintiendo las energías, y es el transmisor de las energías de Shamballa que nos envía Buda, las canaliza a través de la Jerarquía, en este momento solemne del plenilunio, y después toda la humanidad recibe su parte. La medida de su propio contenido psicológico, histórico y místico del hombre, queda impregnado de esta fuerza, y durante un año está dinamizado. Todo esto son razones esotéricas que ustedes podrán aceptar como una simple hipótesis mental o un trabajo o un estudio, pero lo que sí es necesario es comprender que después de esta venida anual de Buda hay un creciente impulso de la vida espiritual dentro del corazón de todos y cada uno de los seres humanos. En esto hay que estar todos de acuerdo, si no, no estaríamos aquí seguramente. Pero, cuando hablamos de este contenido de fuerza ígnea que lleva Buda anualmente durante el plenilunio de Wesak, es porque por primera vez dentro de la vida mística de la humanidad se establece un núcleo viviente de energía que tiene que ver con un hilo o corriente de luz que estableció Cristo desde el huerto de Getsemaní, en Belén, hasta llegar al Centro Místico de Shamballa, más un hilo luminoso que procede de Mercurio, porque de la misma manera que Mercurio es El Enviado o El Mensajero de los Dioses, el Buda es el Enviado o el Mensajero de Shamballa; él establece contacto con todos los planetas de fuera y dentro del sistema solar, de ahí la importancia que trae una energía nueva, una energía cualificada, de índole metafísicamente imposible de descifrar, está más allá del alcance, de la medida de nuestro entendimiento. Pero, el hecho en sí es que nuestra mente, nuestro corazón, en virtud de la bendición búdica está ahora, en estos momentos, impregnada de una fuerza que no dispone actualmente la humanidad, es algo nuevo que debemos utilizar.
Cuando hablábamos de los planos del universo, quisiera hacer mención al centro místico del sistema solar, en donde está precisamente como emisario y como conductor de energías el Señor Buda, es justamente el 4º Subplano del Plano Búdico, es decir, que en un universo septenario, que tiene siete planos, el cuarto plano, el plano búdico, es el más importante. Como dentro de la vida de los reinos, los siete reinos de la naturaleza, el más importante es el reino humano, precisamente por la oportunidad que tiene de estar situado en el centro de este septenario en sí. Y toda esta fuerza que estamos acumulando viene no solamente de la Osa Mayor sino también de las Pléyades, y ésta enfoca no solamente en el 1º Rayo que viene de la Osa Mayor, sino también en el 2º Rayo que procede de las Pléyades, más una energía nueva que está trabajando desde hace siglos, y que nosotros consideramos con la del triángulo equilátero de los grandes Avatares, constituido por el Avatar de Síntesis, por el Espíritu de la Paz y por el Señor Buda.
Buda lo conocemos históricamente, lo conocemos a través del Festival de Wesak, pero no lo conocemos singularmente, por cuanto constituye actualmente desde hace siglos el centro de las energías que provienen de estas dos esplendentes constelaciones —la Osa Mayor y las Pléyades— y de los grandes Señores que están relacionados con aquellas constelaciones que son el Espíritu de la Paz —2º Rayo— y el Avatar de Síntesis —1º Rayo—. Entonces, Buda en su función de director de las energías que corresponden al planeta Tierra, del 3º Rayo, está vinculando a través de Shamballa, todo el contenido planetario, así que la bendición de Buda no será simplemente para la humanidad sino por todos los reinos de la naturaleza. Así que el proceso es un proceso realmente avasallador, un proceso determinante, un proceso sintético, un proceso que está quizá más allá de la medida del entendimiento.
Pero hay que captar esta verdad, este triángulo mágico, porque el triángulo mágico constituido... y no hablaremos ya en función de constelaciones, sino en función de personalidades, la que tiene que ver con el Avatar de Síntesis, el Espíritu de la Paz y el Señor Buda, porque quien recibe las energías procedentes de los planos cósmicos durante el plenilunio de Wesak es Cristo; Buda lleva la energía pero quien la distribuye es el Cristo a través del Plan energético de la Jerarquía, y todos de una u otra manera hemos sido invocados a las dos veinticinco de esta madrugada, porque el Buda estaba allí presente, y presente estaba Cristo y la Jerarquía, y aquí estamos nosotros de una u otra manera recibiendo y proyectando esta energía. Quizá no sintamos sus efectos, quizá los efectos emboten algo en su entendimiento y la frescura de nuestro corazón, porque así son las cosas esotéricas. Una energía por poderosa que sea no te libera automáticamente sin un esfuerzo de tu parte. Ahora estamos en posesión de grandes energías búdicas transmitidas a través de Cristo y, sin embargo, aparentemente no sentimos esta fuerza, quizá de una u otra manera acrecentará el conflicto interior o el problema de cada cual, pero es solamente el impacto. Si recibimos el impacto y somos capaces de transmitir, entonces sentiremos una liberación kármica, porque Buda viene para liberar el karma, porque el voto solemne hecho al Señor del Mundo con respecto a la humanidad fue: “No dejaré a los Hijos de los Hombres hasta que no hayan alcanzado la liberación”. Este es el voto supremo del Observador Silencioso, que transmite sus energías a través de Buda. Buda por su parte hace el voto solemne de estar aquí entre los Hijos de los Hombres en tanto que no surja otra entidad como Él de la 8ª Iniciación, que tenga acceso a los grandes planos cósmicos, y de los planos cósmicos pueda llevar energía a la humanidad.
El proceso aparentemente es simple, pero es complicado debido a la fuerza que maneja este ser, a la fuerza que manejan estas constelaciones y las fuerzas cósmicas transmitidas constantemente y de las cuales apenas somos conscientes. Es decir, que habitualmente, cuando nos referimos al Festival de Wesak, hacemos una larga exposición de hechos históricos. Tal como sucedió como Buda se inició, las tentaciones debajo del árbol Bo, que todos ustedes habrán leído en algún sitio, y luego también el porqué adquirió la liberación. Aquí queda el proceso histórico, porque no pasamos de aquí. Después el proceso psicológico que corresponde al propio Buda, tal como es en su corazón así serán las energías que transmite. Pero, el proceso místico, el proceso espiritual, no solamente atañe a Buda sino que nos atañe a nosotros, porque nosotros a igual que Él, en su tiempo justo estamos sujetos a un karma histórico, estamos sujetos a una vivencia dentro de un nivel de los hechos, y estos hechos nos están condicionando constantemente, y aún después de recibir las grandes energías siempre queda la duda dentro del corazón y nos preguntamos: “¿Llegaré a absorber estar energías o no será un mito simbólico de la antigüedad o una nueva tradición que llamamos esotérico o qué será?” La pregunta siempre queda flotando en el aire porque no estamos capacitados para medir verdades que están más allá de nuestro entendimiento, y cuando hablamos del 4º Subplano del 4º Plano ¿qué significamos? Un lugar en donde existe un gran remanso de paz del cosmos, si existe paz de Shamballa, por decirlo de alguna manera en nuestro, ha de ser en el 4º subnivel del 4º nivel planetario, es decir, el nivel búdico planetario, pero dentro del propio nivel búdico-planetario el 4º subnivel, y allí está el centro de paz que todos y cada uno de nosotros estamos intentando hallar. Por eso surgió de Shamballa Agni Yoga, el poder de liberar a las personas del contenido mental innecesario y adquirir la grandeza del corazón. Todo el proceso está aquí, si seremos capaces de adaptar la corriente de energía procedente de Shamballa a través de Buda y qué haremos con este contenido, si el continente, si el cáliz que somos todos nosotros no está todavía preparado para recibir estas energías.
Tampoco podemos decir que podemos marcar el paso del proceso histórico, pues la historia nos condiciona y ustedes lo saben, porque nos condicionan los hechos nos condiciona la historia, y si nos condiciona la historia nos condiciona el aspecto emocional tanto como el aspecto psíquico, como el aspecto físico, y tenemos problemas y dificultades por esta falta absoluta de adaptación a estas energías. Pero, les digo con absoluta franqueza que todo cuanto ustedes vayan recibiendo procedente de la constelación actuante y de esta luna llena que ya va desapareciendo es la tranquilidad de espíritu y no preocuparse demasiado si sienten impresiones aparentemente atávicas o de regresión al pasado. Será un fenómeno muy normal y habrá que estar muy atentos y vigilantes, porque una cosa es ensalzar las energías que van viniendo y otra cosa es estar preparados para recibirlas, para que no nos produzcan indebidos embotamientos de conciencia. Bien mirado, cuando el recipiente está muy lleno y tiene un agujerito pequeño, el agua no sale, igual nos sucede, tenemos mucha energía y la apertura de conciencia es muy limitada y, por lo tanto, la primera sensación que nos da es de reacción ante la propia energía vibratoria búdica que procede de constelaciones superiores; y también toda esta atención, este estado de alerta, de observación constante que estamos diciendo constantemente, hay que aplicarlo mayormente en estas fechas. Démonos cuenta que no es en vano que las energías proceden, como decíamos antes del signo de Tauro, porque Tauro es el gran iluminador del universo. Cuando nos referimos al ojo de Tauro, al ojo de la luz, dentro del contexto esotérico más profundo, nos referimos a que Tauro enfoca las energías de constelaciones más allá de nuestro sistema, más allá de nuestras galaxias y que, por lo tanto, el ente mágico de Tauro es necesario, porque nos manda también la ráfaga de intuición, nos envía el entendimiento superior, y nos envía aquello que en los seres inferiores es terquedad y obstrucción, pero que visto desde los ángulos ocultos es voluntad divina y, por lo tanto, también hacemos siempre la distinción entre el libre albedrío y la voluntad, para llegar a un punto de máxima confluencia mística dentro de la cual nos sentimos unidos por semejanza a estas energías que van llegando.
También existe el prurito o el atavismo de hacer unas meditaciones muy específicas y recortadas para estos días. Yo creo, siempre en honor de los nuevos tiempos que la mejor de las meditaciones es la serena expectación. Voy a aclararles lo que yo entiendo por serena expectación. Cuando a algo que sucede, ustedes le prestan atención ―lo están observando porque es su deber social, no lo olviden― y sacan consecuencias y las consecuencias no se convierten en recuerdos sino que pasan, entonces, existe una frescura interior, entonces el matiz, la experiencia de cada hecho puede decirse que queda asimilado dentro de nosotros, sin pasar por aquello que técnicamente definimos como meditación. Siempre que estamos en estado de expectación estamos meditando, y si estamos expectantes durante todo el día y durante toda la noche significará que nuestra conciencia se ha hecho meditativa, que no tiene lapsos de meditación y de no-meditación, es decir, lapsos entre el yo que observa y el no-yo que siempre es la cosa observada, y lo que sucede, y lo que siempre dijo Buda, aconsejó a sus discípulos y a toda la humanidad: “Amadlo todo pero no os apeguéis a nada. Liberaos de los opuestos. Surgid triunfantes del centro místico de la batalla”; y además, “que no vence el que se esfuerza sino el que deja de luchar”. El hombre perfecto es aquel que vence sin luchar. El mensaje, digamos, que hemos llegado a este proceso del mensaje de Buda es siempre que no hay que hacer resistencia a la vida, que no hay que apegarse a las cosas, que hay que vivir serenamente, y que hay que observarlo todo con gran expectación. Bien mirado, todo es importante para Buda, y si todo es importante ¿por qué hacemos divisiones? ¿por qué diferenciamos unos hechos de otros? Solamente para que ustedes miren el porqué de la cuestión, del porqué quizá viene Buda cada año. Porque cada vez que viene Buda una parte grandísima del apego que tiene la humanidad hacia las cosas queda desintegrado; la marcha de la vida es más rápida, no existe el karma tan pesado, lo que ocurre siempre es que en la medida que estamos atentos a la cuestión nuestra, que está constituida por los actos, por los pensamientos, por el grupo más o menos numeroso de recuerdos y por todas las aspiraciones y los deseos, y si llegamos a un estado de conciencia dentro de la cual el recuerdo existe sin atarnos, y el pensamiento trabaja, es activo, sin condicionar nuestra actitud, entonces podemos decir que estamos expectantes, estamos siguiendo el compás de la vida, y que la meditación se ha hecho única, se ha hecho trascendente, se ha hecho palpitante, y cada uno de los ratos de nuestra vida, cada uno de los momentos será solemne. Si adquirimos este don de la solemnidad, que es la expectación, que es la atención, que es el amor de los unos hacia los demás, el ser humano se liberará de karma, dejará de estar uncido al carro que da vueltas incesantemente, a la Rueda de Samsâra de muertes y nacimientos; porque la prédica de Buda es hallar el punto máximo dentro del cual la Rueda de Samsâra deja de girar y el hombre se ve libre de la sucesión de muertes y nacimientos. Si podemos imaginar un estado de conciencia dentro del cual no exista ni el nacimiento ni la muerte, llegarán a la conclusión de que solamente las energías de la paz que trae Buda son las que puedan liberarlos del contexto. Paz que proviene de Shamballa, la paz que se halla en el centro místico del universo y en el centro místico del planeta. Es aquella fuerza en sí, es aquella fuerza misteriosa que amalgama todas nuestras actitudes, que convierte la historia en experiencia, y la experiencia en liberación, y al llegar a la liberación existe el campo del servicio, existe la voluntad de representar dignamente en la Tierra a Dios, al Creador.
La meditación de luna llena tiene un significado místico prescindiendo de sí hoy sea Wesak, o que sea cualquier otro festival mensual coincidiendo con la luna llena, lo que interesa es que el delineamiento meditativo sea tan simple que nuestra mente quede en paz. Hasta aquí se propone un delineamiento de integración de los vehículos, que la mente, que la emoción, que el cuerpo físico, deben estar bien estructurados, bien canalizadas sus energías, para recibir estas energías, pero, yo les digo y les afirmo a ustedes, que si están muy expectantes, están muy atentos, esto se produce automáticamente y que, por lo tanto, lo más interesante no es seguir un delineamiento expresivo, particularizado, y a veces que sea condicionado, sino que en la frescura de la atención, de la observación, de la expectación, sentirán cómo la fuerza que está en el ambiente penetra dentro de la mente y del corazón, y el corazón y la mente quedan plenamente integrados sin pasar por etapas previas de delineamiento. Es sencillo, porque sencilla es la vida, y la sencillez tal y como decía el Señor Buda es necesaria, porque estamos pendientes siempre de objetividades, de cualidades y de procesos históricos que son los recuerdos, estamos siempre traficando con recuerdos y estados de conciencia que pertenecen al pasado. Hablamos en presente y cada vez más tendremos que hablar del presente, el pasado solamente es un recuerdo histórico y el futuro es una hipótesis, una interrogante, pero el presente tiene vida, se dan cuenta por qué Buda decía: “Situarse en el centro de los opuestos”; porque el individuo al situarse dentro de su ser o bien se aplica al pasado o bien se aplica al futuro, y toda la experiencia del presente carece de significado para él, y de esta manera no existe liberación ni posibilidad de liberación del karma. Es decir, si estamos atentos durante la meditación, yo les invito a un período de silencio expectante, con toda la intención de su ser, con todo el poder de la intención de su alma, estoy seguro que las energías del Señor Buda transmitidas esta madrugada penetrarán raudamente dentro del corazón, dejando la mente desguarnecida, dejando la mente vacía y, por lo tanto, habrá paz.
No son días estos de grandes conferencias, son días de recogimiento, son días de unción interna, son días, repito, de serena expectación, así que les invitaría a un rato pronunciado de silencio expectante, intercalaré un mántram positivo para ayudarles a ustedes, y durante este trayecto lo vamos a realizar.
OM OM OM
OM OM OM
OM OM OM
Que la Luz Liberadora de Buda,
el Amor infinito del Espíritu de la Paz
y el poder indescriptible del Avatar de Síntesis
restablezcan el Plan de Dios en la Tierra.Que la Luz Liberadora de Buda,
el Amor infinito del Espíritu de la Paz
y el poder indescriptible del Avatar de Síntesis
restablezcan el Plan de Dios en la Tierra.Que la Luz Liberadora de Buda,
el Amor infinito del Espíritu de la Paz
y el poder indescriptible del Avatar de Síntesis
restablezcan el Plan de Dios en la Tierra.
OM OM OM
OM OM OM
OM OM OMQue la Paz de Shamballa sea con toda la Humanidad
CONFERENCIA VICENTE BELTRAN ANGLADA
Barcelona
6-Mayo-1982