Conferencia
Vicente Beltrán Anglada

[edición en curso]

—————————

La verdad ha de presentarse de tal manera, que convenza sin atar y que atraiga aun sin convencer. Esto sólo puede realizarlo el lenguaje del corazón.

[VBA: Introducción al Agni Yoga, p. 49]

—————————

Conversaciones Esotéricas

SNE

La Curación Esotérica II

Barcelona, 9 Febrero 1980

—————————

Barcelona, 9 Febrero 1980. — Conversaciones Esotéricas: La Curación Esotérica. (II) Los cuerpos del hombre y las enfermedades. El proceso de las tres leyes kármicas en el hombre. Los tres centros esenciales y los tres fuegos. Medicina actual y medicina del Alma. El equilibrio necesario a todos los niveles en los cuerpos del hombre. Curadores, requerimientos y riesgos. El secreto de las manos curativas. Los Tatwas y la curación. El grave problema del egoísmo. La necesidad de una educación sexual. La prueba del silencio y las dificultades en la vida espiritual. El progreso espiritual y la nueva visión desde los cuerpos superiores. El enfoque de las injusticias. El Amor que lo enfrenta todo.



—————————

 

Vicente.— En el curso de la conversación del mes pasado tratamos la base esencial de lo que implica para nuestro mundo atormentado una curación; una curación que no puede relegarse únicamente al plano físico puesto que el plano físico reacciona automáticamente a las impresiones espirituales. Se trata más bien de encontrar, de hallar de una manera positiva, de una manera concreta, no simplemente intelectual pero sí casi intuitiva, de momento, las causas ocultas de todas las enfermedades. La experiencia del Gran Maestro Siddhartha Gautama, el Buda, cuando se dio cuenta que los males del mundo, los que alteraban el principio del destino humano, eran la vejez, la enfermedad y la muerte, puede depararnos a nosotros un sentido de valores genuinamente profundo cuando abordamos el tema de la curación o el tema de la enfermedad. Dense cuenta que la experiencia esotérica de los últimos tiempos en la aurora de la era de Acuario se basa principalmente en el reconocimiento casi objetivo, científico por excelencia, de que las enfermedades no son cosas, no son simplemente virus sino que son entidades. El alcance de esta afirmación esotérica puede cambiar totalmente el rumbo de la ciencia médica. Desde el momento que estamos tratando sólo científicamente o físicamente el problema de la enfermedad estamos rebotando de uno al otro lado del par de opuestos, de la pared de una ciencia caduca que viene transportada del pasado con toda su tradición, toda su historia, a menudo nefasta por cuanto se trata de equivocaciones, de grandes errores de la humanidad, y cuando enfrentamos por el otro lado este sentido de valores genuinamente nuevo que trata las enfermedades como entidades psíquicas, con conciencia, que reaccionan conscientemente y que están operando los planes de la ciencia respecto a la curación, que están impidiendo de una manera casi absoluta que se encuentre la causa de las enfermedades, de esas enfermedades que corroen el corazón de la humanidad tales como el cáncer, por ejemplo, como las enfermedades de tipo nervioso que son psíquicas, tales como toda clase de enfermedades que la ciencia solamente alivia pero que no cura. Entonces, desde el momento que el esoterismo, la investigación esotérica mejor dicho, se introduce en niveles suprafísicos y puede ver clarividentemente esas entidades y puede ver cómo se están formando cómo están siendo vivificadas por el temor que causa una enfermedad. Cómo todo el sistema de valores se basa precisamente en aliviar y no en curar porque no se establece una línea de comunicación entre el plano astral y el plano físico, entre el plano somático y el plano psíquico. Entonces, tiene que haber un cambio total en el rumbo de las investigaciones. Se trabaja mucho con las enfermedades y ya se ha llegado a la comprensión de que hay que evitarlas antes de que se formen, pero, ¿podemos tener una garantía de curación cuando no sabemos absolutamente las causas que radican en el cuerpo etérico, cuando el cuerpo etérico ha sido comido, por así decirlo por esta especie de criaturas dévicas que llamamos larvas que están consumiendo la trama etérica de este cuerpo etérico del hombre? Es como si una hoja de cualquier árbol se sintiese desmenuzada progresivamente por algún animal: un gusano, una mariposa, cualquier elemento atmosférico transporta estos animales por la atmósfera, pero cuando vemos un árbol y las hojas están agujereadas, cuando la trama de la hoja ya está desmenuzándose poco a poco podemos ponerle remedio porque es físico, pero, ¿qué ocurre cuando se trata del campo etérico o del campo psíquico donde no tenemos visión y por lo tanto la ciencia no puede trabajar con aquello que no ve?, porque la ciencia trabaja con cosas concretas, trabaja precisamente con el intelecto, con aquello que puede pesar y medir, con aquello que puede concretar, objetivizar y finalmente buscar el remedio oportuno a través de la química. Bien, se trata de algo que tendremos que tener presente en el curso de estas conversaciones, que una enfermedad está muy aliada a nuestros estados de conciencia, que no se trata simplemente de algo sino de alguien, ¿se dan cuenta Uds. de la absoluta diferencia de ambos términos? Algo puede desaparecer, la ciencia puede curar algo, pero ¿puede curar a alguien, o destruir ese alguien? Cuando ese alguien está sentado en las bases mismas de la civilización y la historia de los pueblos de la Tierra, porque está en la base misma de la conciencia. Uds. saben, o recordarán, que en la conversación del mes anterior hicimos referencia a tres importantes lemures, tres importantes entidades psíquicas que están todavía flotando en el ambiente planetario. Lemures porque provienen de la época Lemur, la primera raza organizada que tuvo el planeta, cuando el hombre todavía no era hombre que era semi-animal y sólo poseía una mente embrionaria, pues bien, estos tres enemigos del hombre, el mundo, el demonio y la carne, tal como lo nombra la religión, pero que son el deseo sexual, el egoísmo y el temor, es lo que causa más víctimas en el planeta que todos los virus que pululan por la superficie planetaria, o por el aura magnética de la Tierra. Hay que darse cuenta de que todos en latencia, o en potencia, poseemos estas tres espantables entidades psíquicas dentro del corazón, y son estas entidades vibrando en el éter que absorben del aura etérica de la Tierra las larvas productos de una descomposición astral, de cuya descomposición no es ajena la Luna, el satélite de la Tierra que está en proceso de desintegración, y que por lo tanto está llevando al planeta los microbios, las bacterias que se están produciendo al descomponerse su cuerpo. Esto parecerá seguramente una ilusión, una utopía, pero dense cuenta que todos nosotros y todos los planetas y todo el universo está sumergido en éter. El éter es la sangre, por así decirlo, de los dioses, y es a través del éter que se comunican los mundos entre sí, y es a través del éter que se transportan de uno a otro mundo las bacterias producto de descomposiciones de planetas, satélites y universos enteros que están en proceso de desintegración. Solamente para darles una idea de lo que entiendo por mal cósmico, que tratamos el otro día. ¿Qué hay que entender por mal cósmico? El mal cósmico no es otra cosa que el producto de un estado de vacío dentro de cualquier Logos planetario o Solar. Desde el momento en que el universo está en manifestación, el cuidado del Logos de aquel universo es su perfección. Si busca una perfección establecerá una meta, y esta meta obligará a este Logos a realizar esfuerzo, y estos esfuerzos reaccionarán sobre sus vehículos, y estos vehículos generarán energía, potenciarán el éter, y el éter reaccionará a esta potencia y establecerá a través de los mundos una corriente que podemos llamar de mal cósmico. Un mal que puede ser psíquico, que puede ser simplemente etérico, que puede ser físico o puede ser mental, pero existe, y hay que darse cuenta de que existe. Hay que ser sincero y aceptar noblemente, honradamente y con toda sencillez que todos estamos generando en el éter un proceso de contaminación y que esta contaminación psíquica produce enfermedades físicas. Así el médico del futuro no solamente tendrá que poseer conocimientos científicos sino que tendrá que ser un clarividente y un astrólogo, y a ser posible un matemático, porque tendrá que luchar activamente contra el mal cósmico, tendrá que formarse una célula radioactiva mas allá de lo que viene transportado, tendrá que sentarse definitivamente en un punto en el Cosmos rodeado por el aura de sí mismo llena de perfección, o de pureza, si Uds. me permiten esta expresión, que haga posible que el mal cósmico rebote y se vuelva al Cosmos, o que se consuma al llegar a su aura magnética, pero al hacer esto estamos trabajando a favor del Cosmos. Para mí, desde un ángulo absolutamente esotérico, el cosmos absoluto, el universo, el planeta y el hombre son la misma cosa, solamente existe un grado de evolución superior en el universo absoluto, pero el hombre, como el propio átomo, está tratando de identificarse con un principio superior, y no olviden ustedes que esto trae como consecuencia fuerza, fatiga, inquietudes, temores, desesperanzas, inquietudes las cuales son causa de enfermedades.

Bien, nuestra conversación de hoy continuará por el mismo derrotero, tratando de clarificar puntos que quedaron quizá inconcretos en la conversación del mes anterior. Uds. habrán visto repetida muchas veces esta silueta, este dibujo, este grabado, pero aquí es muy diferente, porque aquí no solamente existe en el aura etérica sino que hay el aura astral y el aura mental y más allá de esto existe el cuerpo búdico. Dense cuenta de que la enfermedad, la vejez y la muerte solamente actúan en el cuaternario, es decir, en el cuerpo físico, en el vehículo etérico, en el cuerpo astral y en la mente. Esto es el cuaternario del hombre, más allá no existe la enfermedad, no existe la muerte, existe un plano búdico de unidad, o si existen enfermedades, si existen problemas están más allá de nuestra mente, más allá del alcance de nuestro entendimiento humano.

Bien, examinaremos esta figura que tienen Uds. a su mano derecha, significa el proceso de las tres grandes leyes kármicas que constituyen el destino del hombre. Verán Uds. que existe lo que es el nacimiento, renacimiento, no hay que decir reencarnación porque la carne no reencarna, reencarna el espíritu en carne nueva, no existe la reencarnación, existe siempre un renacimiento. Existe después que al dar el ciclo completo, tal como es la ley, tenemos lo que llamamos la muerte, pero la muerte y el nacimiento son la misma cosa, porque el nacimiento da la vuelta y pasa por la muerte y la muerte da un ciclo y pasa por el nacimiento, o el renacimiento, solamente hay un trabajo a hacer y es la conservación, la preservación de los vehículos que utiliza la conciencia para manifestarse en el tiempo. Así el nacimiento sigue a la muerte y la muerte sigue al nacimiento, son los opuestos de la vida, el nacimiento es positivo, la muerte es negativa, pero en el proceso lo que interesa es la preservación, la curación esotérica constituye el aspecto de la consideración de los cuerpos porque es a través de los cuerpos que el ser humano realiza su evolución y esta evolución será tanto más efectiva cuanto con más cuidado estemos presentes en la actividad de nuestro cuerpo celular, de nuestro cuerpo psíquico, de las emociones y de la sensibilidad de nuestra mente. Pero si la muerte sigue al nacimiento y el nacimiento sigue a la muerte en la Rueda de Samsâra, que es la rueda del karma, esta rueda que algunos llaman la secuela de muertes y nacimientos, de las cuales solamente una cosa permanece inmutable: la vida. Es decir, que al penetrar en la vida y al penetrar en la muerte, lo que decimos el cambio de situaciones, la vida está absolutamente igual, solamente se ha perdido un cuerpo, o se van perdiendo cuerpos, hasta llegar a un punto en que existe liberación, cuando no hay necesidad de renacimiento, cuando se ha consumado la etapa evolutiva que corresponde como seres humanos y cuando hayamos alcanzado el poder de penetrar en el 5º Reino de la Naturaleza, cuando seamos Maestros, Adeptos de Compasión y de Sabiduría. Pero, lo interesante es la pregunta que se hace el científico cuando ve por ejemplo que en la rueda que va de la muerte al nacimiento o que va del nacimiento a la muerte existen etapas. Existe la etapa de la infancia, de la juventud, de la edad madura, o tercera edad –está de moda esa palabra– y la vejez. Pero, dense cuenta que siempre existe una circunferencia, un círculo dentro de otro círculo, se puede morir en la infancia, en la juventud, en la vejez, y llegada la muerte quizás sin necesidad de pasar por la edad madura, o pasar de la edad madura a una edad muy avanzada, lo que interesa es que el círculo sea completo, que sea completamente, digamos, circular, que pueda penetrar dentro de la muerte con plena autonomía. Aquí, por ejemplo, está este punto que da una vuelta, ven que da la vuelta por un punto diferente, porque ha cambiado el módulo del tiempo. Aparentemente en la infancia no tendría que existir la muerte, pero existe la muerte por deudas kármicas, y que no vamos a tratar en este momento porque pertenecen a conversaciones posteriores, pero interesa una cosa, que entre la vida y la forma existe siempre un derecho a la vida, un derecho, un deber diría yo mejor de preservar los cuerpos, porque los cuerpos son los habitáculos del Alma y el Alma es la que evoluciona, los cuerpos se desintegran, vuelven al depósito universal, al gran Akasha, y ahí se convierten en algo superior porque al pasar unos átomos por los cuerpos de las personas, por el cuerpo de los animales o por el cuerpo de los vegetales está evolucionando. No sólo evoluciona la vida de la conciencia sino que evoluciona también la vida de la forma y esta vida de la forma es la que estamos tratando activamente cuando hablamos de curación esotérica.

Existe como verán ustedes un hilo de la vida que desciende de la Mónada o del Espíritu y se asienta en el corazón, es el hilo de la vida. Existe otro hilo que desciende también de la Mónada y en vez de pasar al corazón pasa a la cabeza y se aloja en el cerebro, es el hilo de la conciencia, y cuando se habla de muerte clínica se habla cuando ha desaparecido la conciencia y ha desaparecido también el hilo, el Sutrama que liga el Espíritu en el corazón del hombre, cuando ha cesado de latir el corazón se produce la muerte clínica, el cuerpo empieza su proceso de desintegración, pero dense cuenta que se puede estar mucho tiempo la conciencia aparte del corazón y continuar viviendo el cuerpo, pero la conciencia está quizá ya en el plano causal. Son cosas que tiene que aprender el médico del futuro, tendrá que tener clarividencia para cortar el hilo de la vida sin caer en el riesgo de la eutanasia. Los médicos tendrán que tener, repito, clarividencia etérica y astral para poder ver el desenlace para que no existan las equivocaciones, los enterramientos prematuros si no está la persona muerta, es más frecuente este caso de lo que creemos, porque no existe realmente una clarividencia en el hombre, en el médico, en el curador. El estudio del cuerpo físico, del cuerpo etérico, del cuerpo astral y del cuerpo mental serán temas sucesivos, pero interesa que nos demos cuenta de que el cuerpo planetario, nuestro planeta Tierra, está envuelto también circularmente por un campo etérico, por un campo astral, por un campo mental, y también tiene un campo búdico, podemos decir que el cuerpo etérico que utilizamos y a través del cual entran las energías de todas clases, filtradas o no, pertenece siempre al cuerpo etérico planetario, y que el cuerpo astral del hombre no es más que una derivación, no es más que el complemento, no es más que una centralización individualizada del cuerpo astral del planeta, y que la mente humana es la cantidad de mente del Creador que puede utilizar en un momento dado del tiempo, pero el hombre al extraer de la mente de Dios la cantidad necesaria de materia para manifestarse ha quedado reducido, se ha circunscrito mentalmente y se ha separado de la mente de Dios, entonces es cuando empieza el proceso de individualización, con las consecuencias de proyección desde los planos cósmicos sin poder filtrarse de las energías que producen las enfermedades. Esto lo hemos dicho y tendremos que repetirlo muchas veces, el pensamiento del hombre atrae del Cosmos toda aquella materia que causa enfermedades, que vienen transportadas Dios sabe de qué hemisferio, puede ser de la propia Tierra del contexto ambiental, de la marcha de la civilización técnica, del contexto industrial, de todo cuanto permite que la atmósfera quede ecológicamente contaminada, sin darnos cuenta también de que el ambiente social de la raza con sus inquietudes, sus temores, siempre hay un temor oculto en el corazón del hombre. En el ser primitivo se temía a las fieras, se temía al rayo, al trueno, a los grandes vendavales, las tempestades, porque el hombre no tenía capacidad para discernir los fenómenos naturales de los fenómenos extranaturales o divinos, entonces el miedo se fue posesionando del corazón de los seres humanos, y ha llegado hasta nosotros en forma de una serie inexplicable pero numerosa de temores. Uno de los grandes temores es el temor a la propia enfermedad, y una cosa que causa muchas enfermedades es el temor a contraer una enfermedad, una cosa que trae enfermedades es el temor a la soledad, son tempestades psíquicas que producen reacciones en el éter y el éter envía su respuesta en forma también de sacudida psíquica que a su vez penetra en el cuerpo etérico, encuentran una larva alojada en el cuerpo etérico y penetra en el cuerpo físico, ya tenemos entonces en el cuerpo físico el principio de una enfermedad cualquiera. Y esto ocurre ahora, ha ocurrido siempre, me pregunto si podemos evitar que continúe progresando en el futuro, porque el futuro de la raza hasta dónde mi mente llega a penetrarlo es de paz y armonía, de seguridad, de ausencia total de temor, es decir, que no pueden existir enfermedades en un mundo donde exista armonía, en donde exista seguridad y ausencia de temor.

Bien, una de las cosas que hay que distinguir al examinar este grabado veremos que hay tres puntos principales: hay un punto digamos superior, un punto inferior y un punto medio. El punto medio siempre es el chakra cardiaco o el del corazón. El punto superior es siempre la parte espiritual del hombre, y el punto inferior es la parte material. Dense cuenta que cuando estamos atribulados no miramos hacia arriba sino hacia abajo, estamos agobiados por el peso de tantas cosas, o cuando tenemos arrepentimiento, cuando sentimos impaciencias, cuando tenemos algo que nos lleva fatalmente a crear en el ambiente social reacciones miramos hacia abajo, hacia los centros inferiores, hacia el centro que analizaremos; y cuando estamos en un estado de exaltación espiritual miramos hacia arriba, y cuando estamos normales miramos hacia el centro, miramos la vida cara a cara. Dense cuenta, los tres principales lemures deben ser vencidos a través de estos tres grandes centros: primero, un centro espiritual técnicamente definido como fuego de Fohat o fuego del Espíritu, un fuego inferior –inferior hasta el punto que estamos analizando la cosa muy psíquicamente– que es el aspecto material de la persona, que es el fuego de Kundalini; y tenemos un centro que es el corazón, y cuando hablamos de prana deberemos hablar mucho de prana, porque el prana es la substancia viva que nos da existencia, que nos da vitalidad, y que permite pensar y sentir, es la reunión en el corazón del fuego de Fohat y del fuego de Kundalini, y cuando hablamos del equilibrio que debe existir entre la mente y el corazón estamos refiriéndonos en última instancia a la armonía que debe existir entre el fuego de Fohat y el fuego de Kundalini a través del corazón. Entonces, el fuego Solar y el corazón es prana puro. Existen también siete principios que deberemos considerar, principios que son altamente beneficiosos porque tendrán que ser los que marcarán la pauta de los estudios científicos del futuro para los médicos y para los curadores, que son el principio espiritual, el principio mental, el principio kamamanásico, es decir, la mente aliada al deseo, que constituye una forma de energía típica también muy utilizada en curación, el centro del corazón que es prana puro, el centro Manipura que es el centro astral, que está en comunicación y por lo tanto se puede curar astralmente utilizando las energías del cuerpo astral, y existe también las energías del bazo que son las que llevan el prana pero vitalizado con la energía de la Tierra, está cercano ya al fuego de Kundalini. Y existe después el fuego de Kundalini que es el que vitaliza todo el planeta, precisamente el estudio de esta figura es interesante porque no sólo permite ver los centros, los chacras, sino que nos introduce en aquello que está en la parte física de los chacras que son las glándulas endocrinas, de las cuales se está haciendo un estudio muy intenso por parte de la ciencia actual porque desde el momento que hablamos de hormonas y cromosomas tendremos que hablar precisamente de la relación que existe entre los chacras etéricos y las glándulas endocrinas. No existe ninguna enfermedad psicológica, física o etérica sin que no exista en su base una desarmonía entre glándulas y centros, y como los centros etéricos solamente pueden ser desarrollados a base de aspiración espiritual y a base de trabajo esotérico y a base de investigación, de ahí que resulta difícil que el médico pueda absorber, porque hasta dónde me alcanza el entendimiento he visto que lo que se enseña en la universidades es a memorizar, a saber mucha biología, pero las causas que producen la biología del cuerpo o que producen su estructura o que producen todas sus reacciones psicológicas o científicas siempre están en el trasfondo de la cuestión, donde la ciencia no penetra, porque no basta una gran memoria si no hay inteligencia, y la mayoría de universitarios –y es lamentable– son grandes memoriones, pero no son inteligentes, y según leía el otro día en una revista americana: la memoria ha llevado más muertes de la humanidad porque existen enfermedades que no han sabido dictaminar, o porque no han podido saber a dónde conducía aquella causa, se han limitado a repasar algunos pequeños efectos y es casi un 30% de las muertes que existen en la humanidad hoy en día, sabiendo que la causa de enfermedades visto en un porcentaje científico son de un 80% de carácter psíquico, porque existe más psiquismo en la raza entera, salvo excepciones reacciona psíquicamente, reacciona de forma astral, no reacciona mentalmente. Es decir, que las enfermedades típicamente mentales son minoritarias, un 5% como máximo, en cambio etéricamente y astralmente un 80% y un 15% viene determinado por cuanto existe en el aura planetaria que viene del pasado, porque todas las enfermedades no son actuales, han sido gestadas en el pasado, por ejemplo, el exceso sexual de la raza Lemur trajo como consecuencia la sífilis, y aún no se ha marchado la sífilis del ámbito planetario, aún continua y continuará porque continúan existiendo los excesos sexuales y otras clases de enfermedades de tipo sexual que son las que crea la inhibición. Una persona inhibida atrae a través del Cosmos partículas negativas, los grandes castos de la historia han sido siempre hombres enfermos, a no ser que sean santos verdaderos, no los santos de que nos habla la tradición sino los santos iniciados que pueden hacer de su cuerpo lo que quieran porque lo tienen controlado, pero la mayoría de las personas no están controladas, y a veces pecan por exceso y a veces por inhibición, eso trae enfermedades. Y ya digo, una enfermedad por excelencia de la raza lemur es el exceso sexual, es lo que podríamos decir el pecado original de la raza, el pecado contra el sexo. El sexo ha sido prostituido naturalmente, el sexo tiene una línea natural de expansión, ha sido prostituido y en la vida se han creado larvas en el plano etérico y estas larvas están produciendo grandes conmociones en el halo social del mundo que están llevando enfermedades y se llevan a muchas personas a la muerte por esta falta, por esta inhibición, o por esta extracción pura de fuerzas psíquicas del ambiente.

Hemos dicho también muchas veces que el aura etérica del planeta es geométrica, el hecho de que en el cuerpo etérico del ser humano exista una cantidad apreciable de cuadrados, que existan triángulos o círculos demuestran no solamente la evolución de esta persona sino la capacidad que tiene esta persona de luchar contra todo tipo de enfermedades. Si tenemos un cuadrado irregular habrá motivos de enfermedad porque actuará sobre los vértices, si existe un triangulo perfecto es muy difícil, será enfermedades llamadas de los discípulos, de las personas espirituales, son enfermedades que la ciencia no podrá reconocer porque están más allá de su talento. Son enfermedades de tipo espiritual que están trabajando en niveles que su cuerpo en cierta manera y hasta cierto punto queda inhibido, queda condicionado por el ambiente, pero también se nos dice que es una prueba kármica y por lo tanto hay que aceptar la prueba de la iniciación también como un tipo de enfermedad, y ha habido grandes discípulos que han muerto por enfermedades, pero enfermedades que la ciencia médica no ha podido catalogar, pero que están ahí y hay que considerar, y hay que evitar que los discípulos entren también en la agonía por enfermedad, sino que tienen que llegar a un punto en que el discípulo desaparezca de la Tierra a voluntad, quemando su cuerpo a voluntad, utilizando el fuego de Kundalini en contacto con su… escapándose por el corazón, y esto lo hacen los discípulos avanzados y los grandes iniciados, pero estas no son cosas que puedan ser de interés quizás para el médico de hoy que tiene sus problemas de adaptación, tiene sus problemas intelectuales, de absorción de la cantidad infinita de lectura de algo que jamás utilizará, perdiendo el tiempo inexplicablemente debido a los errores en la educación de cosas tan importantes como es la curación del cuerpo, que pertenece a la ley de acumulación de energía superior para poder preservar el cuerpo de las enfermedades. Naturalmente que con los interrogantes de Uds. esto quedará mucho más ampliado, me limito a dar un bosquejo por encima de estas cosas. Entonces es necesario que podamos establecer una sintonía, una sincronización perfecta entre lo que llamamos principios etéricos o chakras etéricos con su manifestación física, las glándulas endocrinas, porque de no haber una comprensión perfecta de la línea de comunicación que une la glándula con su chakra respectivo puede existir una desviación, una desvirtuación del fluir de la realidad que tiene por objeto que el individuo se auto reconozca de una manera total y absoluta como el rey de la creación, pero con toda la potencia del Verbo, el ser el rey de la creación. Hasta aquí solamente vemos una ola de incomprensión de grandes reacciones sociales que llevan al hombre de aquí para allá, a través del deseo, de la esperanza o del temor, pero el temor, insisto en este punto, es negativo a extremos insospechables, como es el egoísmo, la persona egoísta crea un aura de inquietud a su alrededor, y sin darse cuenta está poniéndose en contacto, sin que se dé cuenta, con la entidad del cáncer. Igual que la gran irritación se pone en contacto con la entidad que llamamos de la diabetes, ¿por qué?, porque existe en todo momento una línea de comunicación a través del cuerpo psíquico, y este cuerpo psíquico no está educado, no está controlado, no está sensibilizado, no está purificado, no puede de ninguna manera servir de tamiz para que no penetren las energías que provienen de otros hemisferios en donde existen perturbaciones, en donde existe caos, en donde existe desintegración y por lo tanto un número impresionante de genes negativos que penetran en la atmósfera y se adueñan de nuestro cotidiano vivir a través de las células de nuestro cuerpo. Y al hablar de las células habrá que hablar en un sentido muy descriptivo de lo que significa para el hombre el conocer exactamente qué es un compuesto celular, según se nos dice estamos compuestos, uno más o menos, por treinta trillones de células, y cada una de estas células con su medida de una milésima de milímetro, significa esto que estamos tratando de considerar la causa de la enfermedad por estas pequeñas moléculas que existen en nuestro cuerpo, pero que reaccionan contra nuestra vida, siempre se ha tenido interés en poner a la enfermedad como una reacción celular, en el nivel que sea, hasta penetrar en el cuerpo etérico y llegar finalmente al cuerpo físico. Es decir, que una célula enferma de cáncer vista esotéricamente está yendo al revés de las demás células, entonces existe una fricción entre el mundo de la vida que es siempre circular, perfecto, y aquella pequeña célula o corpúsculo celular que está yendo al revés del proceso, y el contacto de una línea esférica o circular a la derecha y otra pequeña hacia la izquierda está creando un vórtice de energía negativa, si se puede curar anteriormente que se produzcan los efectos habrá una posibilidad de acción, se podrá curar, pero cuando ha llegado a desgarrar una cantidad equis de tejidos es imposible la curación, ya no puede haber ninguna acción sobre la entidad porque la entidad –permítanme expresarme de alguna manera– ha introducido sus tentáculos en aquel cuerpo y no hay fuerza humana hoy día, a no ser la magia, que pueda cortar esta maya inmunda que ha penetrado dentro del cuerpo físico. Y todo puede ser evitado porque la medicina preventiva es la que trabaja con mucha antelación al principio físico de la enfermedad, significa que está trabajando en los niveles psíquicos o en los niveles mentales o en los niveles etéricos, que está creando un cuerpo etérico formidable con un campo magnético bien establecido, a fin de que el cuerpo celular reaccione correctamente a la infusión de las energías. Estas energías de la vida que constituyen la esencia de nuestro ser y el alma de nuestro destino como seres humanos.

El prana, repito, es la unión entre la vida espiritual y la vida material, se crea el círculo en el corazón y el corazón está progresando hacia el exterior en forma de ondas de vitalidad. El bazo es el recipiente de la energía pura de la Tierra. El día que el prana planetario pueda unificarse con el prana solar tendremos cuerpos sanos, cuerpos que no estarán sujetos a la acción de la enfermedad, y eso es necesario que lo hagamos ahora, no solamente nuestra visión esotérica debe circunscribirse al área del conocimiento típicamente esotérico. De qué nos sirve saber que los Maestros existen, de que existen los asrhamas de la Jerarquía, de que existe el Cristo y los grandes Maestros superiores, y de que existen los Logos de los sistemas planetarios y toda la progresión de los grandes enviados avatares de la humanidad si somos incapaces de curar una pequeña lesión que nos viene progresando desde el tiempo Lemur, es decir, de hace casi 25 millones de años. Es decir, que hay que empezar a trabajar aquí y ahora, en este momento. Si pudiésemos estar constantemente en silencio, como ahora por ejemplo, la cosa cambiaría, porque cuando el aura de la persona –el aura magnética me refiero– está apaciguada, está creando los genes del bien cósmico, y está atrayendo aquello que puede luchar contra la enfermedad cósmica, y estamos tratando de utilizar la geometría pura del espacio para crear círculos en nuestro cuerpo etérico. La forma que adopta el cuerpo etérico, o el tejido o la red del cuerpo etérico, en un sentido geométrico es circular, o si ustedes me lo permiten en forma de pequeñas esferas de colores que están reaccionando de una manera sincrónica con el Cosmos absoluto, y esto solamente se realiza cuando estamos en silencio. Bien, esto es lo principal. Cuando la persona está angustiada automáticamente la esfera se convierte en un cuadrado o en un cubo, un hexaedro más o menos rectangular, más o menos perfecto, pero cuando existe una desviación de los ejes, o de las diagonales, o de los vértices, existe el principio de una enfermedad, de ahí que el cuerpo etérico es siempre geométrico. Y no se trata de visualizar triángulos o esferas sino tratar de reducir el volumen del egoísmo, el volumen del temor y el volumen de la atracción sexual. A ver si podemos llegar de una manera persistente pero con gran inteligencia y buena fe dentro de los cauces libres que nos llevan más allá de la historia. La historia fue escrita por hombres que murieron de grandes enfermedades, y me pregunto si podrá llegar un momento en que escribamos la historia del planeta sin el agobio de los tres lemures, si podremos vencer a los enemigos del hombre, no sólo el mundo, el demonio y la carne de la tradición sino a todo cuanto implica egoísmo, temor y deseo sexual insatisfactoriamente realizado siempre.

Y ya para terminar, preparando el diálogo, vamos a hablar breves momentos sobre lo que yo creo como ciencia moderna de curación. Si hemos estado atentos al proceso, si hemos visto claramente determinado todo cuanto estamos realizando aquí, si somos conscientes de que hay una unidad de conciencia y que todos de una u otra manera estamos intentando llegar a un punto dentro de la órbita de nosotros mismos que nos facilite el camino de la liberación, estamos trabajando en las líneas de la curación esotérica, porque la mente está equilibrada, el corazón es sensible al extremo de tener armonía, y lo demás sigue al compás de la mente y del corazón. Es así que cuando hablamos del equilibrio que ha de existir entre la mente y el corazón estamos hablando también del equilibrio que debe existir entre las glándulas y los centros, el equilibrio que debe existir también entre el sistema nervioso y el sistema sanguíneo, dense cuenta de algo importante, porque tendremos que insistir muchas veces, el sistema nervioso trae luz de conciencia y el sistema sanguíneo trae calor y sensibilidad, de ahí la necesidad de que no seamos demasiado intelectuales ni que seamos demasiado místicos, que podamos establecer un equilibrio entre la razón y el amor, entre el conocimiento y el sentimiento, entre la luz y el calor, para darnos cuenta de que todo cuanto constituye nuestro código genético a través de los cromosomas, entendiendo que cromosomas es memoria y que esta memoria es kármica y que no viene ningún cromosoma del pasado si no es a través del átomo permanente físico, mental o emocional, nos daremos cuenta de la necesidad de variar psíquicamente, mentalmente, porque el cuerpo físico, repito, no es un principio, está trascendido, y esto lo hemos dicho muchas veces, y parece mentira que siendo un autómata de los demás cuerpos, el cuerpo físico desaparezca de la Tierra víctima de enfermedades incurables. Es algo que deberemos tratar de realizar a través de la línea no de los comentarios esotéricos sino a través de la línea de la vida esotérica, que es la vida que está por encima de los lemures y de los enemigos del hombre, está dentro de la propia senda del ser, está en el centro del corazón mirando hacia arriba con igual serenidad que mirando hacia abajo, no hay perturbación ambiental, no hay reacción posible, no hay posibilidad de que la persona recorra el camino del regreso a las fuentes por un camino equivocado, sino que está siempre viendo la meta constantemente, sin significar esto que la meta enturbie su visión, o que haga de la meta el objetivo de su vida, sino que la meta está aproximándose en la medida que deja de luchar, que deja de reaccionar, que deja de tener miedo a todo cuanto le rodea, desde el simple miedo a la oscuridad hasta el miedo a la muerte. Este miedo es lo que lleva a muchas enfermedades y habrá que eliminar el miedo, el miedo ambiental, el miedo a una situación nueva, el miedo a cualquier situación conflictiva en el mundo. Démonos cuenta que la única manera que tenemos hoy día de luchar contra la inestabilidad del mundo es estando serenos y tranquilos. No es egoísmo mantener dentro del corazón esta armonía, es la única posibilidad de curación de las enfermedades típicas de la raza humana.

Si estamos en equilibrio tendremos un campo magnético puro y nuestra irradiación curará, no habrá necesidad de curadores cuando el hombre sea perfecto porque su irradiación curará a igual que lo hacía Cristo, a igual que lo han hecho a través de la historia todos los grandes taumaturgos, fueron aquellos que con su sola presencia curaron a las gentes, porque no solamente curaron los cuerpos sino que también curaron las almas y establecieron un capítulo nuevo en la historia planetaria, la historia de la luz, la historia de la verdad y la historia de la armonía.

Interlocutora.— En principio yo quisiera saber si cuando tienes contacto con gente enferma muy directa como es a través de las manos, o sea, ya sé que hay algo que se puede dar, pero, ¿qué peligro se corre a través de estas cosas que has estado explicando?

Vicente.— Ante todo hay que darse cuenta, y soy muy honrado al decir esto, de si estamos realmente capacitados para curar, ¿y cómo lo sabremos?, cuando una voz interna nos diga realmente que estamos preparados para esto, porque un curador en esta nueva era, como decía, no solamente tiene que tener una progresión magnífica de sus centros etéricos sino que tiene que visualizarlos, que tiene que verlos, que tiene que percibirlos, y tiene que percibir a través del cuerpo etérico las glándulas endocrinas para saber dónde está el órgano afectado y ver si la glándula endocrina segrega la hormona necesaria que corresponde a la sangre de aquel enfermo, o si hay que inhibir algún centro para desarrollar otro, ¿se dan cuenta? Esto primero. Segunda respuesta, hay que darse cuenta si conocemos científicamente el karma del enfermo. Esto, naturalmente, no es que quiera inhibir a aquellos que tengan deseos de curar, todos tenemos deseos de curar porque el mal nos conmueve y somos sensibles al sufrimiento humano, pero, si estamos enfermos nosotros ¿podremos curar? Y la mayoría de las personas que curan están enfermos; significa, o bien que están transportando su enfermedad a los demás, a los que están curando, o bien que están absorbiendo la enfermedad de los demás porque no tienen suficiente técnica, porque no han aprovechado las sabias reglas de la magia o del espíritu. Naturalmente son ya dos cosas que tenemos antes de ir a la imposición de las manos. Tercero, los mudras, la posición de las manos para curar, son secretos iniciativos. Todo el mundo pone la mano sobre una enfermedad, y me pregunto: ¿se sabe si las manos están capacitadas por su pureza radiactiva? Deben transportar prana del corazón, o prana vital del bazo, del centro sacro para curar etéricamente. ¿Sabemos esto? El médico del futuro, repito, tendrá que ser un clarividente, un clariaudiente, tendrá que ver los colores de las auras, tendrá que ver la evolución del ser para saber si le corresponde actuar sobre aquel ser, tendrá que tener gran confianza en sus propias fuerzas, porque cuando existe realmente el don de la curación, como cuando existe el don de la profecía y es perfecta es cuando existe un campo magnético radioactivo, lleno de pureza, significa esto que transporta prana puro y puede curar sin necesidad de imponer las manos, dirá como Cristo: “Vete que estás curado”, solamente la persona que utiliza las manos en su campo magnético es que todavía no tiene radiación superior. Ahora bien, cuando existe un conocimiento perfecto de las glándulas, de los centros, y también de cuanto existe en el campo etérico físico que puede ser aprovechado como corazón de la enfermedad solamente entonces puede iniciar como un aprendiz el trabajo de curación, como un aprendiz, y si en los primeros momentos se encuentra indispuesto y ve que las energías reaccionan en contra de él debe cesar inmediatamente esperando un nuevo ciclo de evolución interna. Todo el mundo está curando, yo diría, está aliviando por encima, pero curando ¡no!

La segunda pregunta…

Interlocutora.— … llamo recuperación, no trato de curar, trato de aliviar, entonces cuando se tiene esa buena voluntad de que estás haciendo eso y creo que es una cosa que la he aprendido bastante bien y trato de hacerlo todo lo mejor que puedo, creo que se puede aliviar ¿no? [Sí] No curar, aliviar.

Vicente.— Un consejo: póngase en contra de la corriente y sumérjase sus manos…

Interlocutora.— Lo hago con jabón, además visualizo un poquito como salida de cosas.

Vicente.— Exacto, porque el aspecto psíquico queda apegado a la parte etérica, es como un microbio, puede penetrar en un momento determinado en su aura etérica en forma de una pequeña larva, insignificante al principio pero después puede convertirse en un gran mal. Pero si la persona por su oficio tiene que trabajar con las manos tendrá que hacer una práctica especial de mudras, de movimiento de manos, y esto vendrá más por intuición quizás que por estudio. Es decir, la mano está llena de centros, hay que determinar los centros de la mano, uno principal que es donde clavan al Cristo en la cruz, hay una fuerza tremenda en este centro, pero los demás dedos cada cual tiene su propia misión, por lo tanto, es un estudio concienzudo que se pondrá en evidencia cuando la persona que está curando – usted mire en el caso de algún enfermo – se dé cuenta que circula la energía, que siente no solamente como una picazón sino algo que fluye en forma de frío intenso, entonces es el principio de que se puede continuar el trabajo. El agua solamente lo puede… lo demás es una cosa que vendrá por añadidura, pero en el caso de las manos es para que desaparezca porque hay una relación de simpatía entre el agua líquida y entre el campo psíquico. El agua, como veremos, está en relación con el plano astral, que son los temperamentos biliosos, después lo veremos, es decir, que los cuatro elementos que constituyen el cuerpo físico – es una explicación adicional de lo que usted pregunta – están reaccionando siempre sobre individualidades; por ejemplo, el temperamento linfático está relacionado con el aspecto tierra, son aquellas personas que están apegadas a la tierra. Son los tipos clásicos estudiados en astrología, pero no es mi intención hablar de astrología, pero el agua siempre reacciona sobre los individuos de tipo bilioso, personas emocionales, y esto hay que saber si la persona es mental, emocional, o si bien es de temperamento físico. Tenemos después que el aspecto fuego, el aspecto sanguíneo, está reaccionando de una manera diferente, y hay que tratarlo a través del cuerpo etérico-físico, entonces se puede hablar de lo que interesa despejar de una persona. Y finalmente existe el ambiente de la persona que es nerviosa. La persona nerviosa está utilizando el aire etérico y tiene un gran poder - esta persona - en caso de que tenga dotes curativos para atraer del campo etérico muchas energías de curación, pero claro es un sentido de algo que viene por la propia práctica, porque en las universidades, permítanme ustedes decirlo, no se da una cosa práctica, se da una teoría inmensa con grandes conocimientos, de algo que muchas veces no nos servirá de nada pero ahí están, en los libros de textos, y se pierde mucho tiempo con los libros de textos, singularmente en casos de enfermedad cuando se podría adquirir el don de curación por medio de una curación colectiva, por ejemplo, o de meditaciones grupales, o bien de una enseñanza sobre el cuerpo psíquico del hombre.

Interlocutora.— Algo que nos debe preocupar con respecto al niño es el silencio, ¿cree que es conveniente hacer cada equis tiempo un ejercicio de silencio?

Vicente.— Dense cuenta que el niño está aprendiendo a pensar, y el hombre está aprendiendo a no pensar, entonces yo creo que los niños en ciertos momentos, sin gran duración, puede ser eficaz para calmar su sistema nervioso, porque los niños son muy sensitivos y por lo tanto atraen más de la atmósfera, ven cosas que no vemos nosotros, entonces un niño entrenado en el silencio quizás en etapas posteriores tenga la incapacidad de formular hipótesis mentales, o de extraer de sí pensamientos. Un momento para apaciguar los ánimos es estupendo, pero no demasiado tiempo.

Interlocutor.— (Inaudible)

Vicente.— Si la evolución del niño es tan intensa y clarividentemente se ve su proyección espiritual, el silencio será una línea de comunicación, porque su mente ya está estructurada desde tiempos inmemoriales, pero al hablar de niños corrientes, generalizando, el silencio mental, o el silencio simplemente físico, quizás impida que formulen pensamientos, que aprendan a hablar, que aprendan a descubrir, que aprendan a formar hipótesis mentales, están tratando de ser en el tiempo. ¿Qué pasa con el hombre? El hombre piensa con exceso y entonces viene un proceso de rechazo de valores. ¿Cómo ha llegado a un cierto punto dentro de la órbita mental de sus conclusiones, de sus hipótesis, teorías o pensamientos? Entones se le obliga internamente - el alma es el gran obligador en este aspecto - que hace que vaya dejando jirones de pensamientos a cada paso, hasta que su mente - en los grandes Iniciados es así - queda reducida a cero. Es que no posee mente un Iniciado, lo que posee es una mente que está enlazada con la mente de Dios, significa que ha dejado de formular pensamientos humanos, imágenes y pensamientos, y veremos siempre que en las grandes etapas del misticismo una de las técnicas es el silencio, no el quietismo sino el silencio mental completo, y dense cuenta que el silencio mental es dinámico, porque pertenece a la línea del 1er Rayo, no es una derivación del 6º Rayo como es el quietismo, es muy interesante esta distinción, y tampoco sabemos si los niños reaccionan al 1er Rayo o al 2º Rayo, al 3er Rayo para obligarles a todos a seguir. ¿Qué paso con el yoga? El yoga es una técnica hoy en día estandartizada para todo el mundo, lo cual para mí es un gran error porque cada persona tiene absolutamente que ver con su propio yoga, porque tiene sus propias conclusiones mentales, porque tiene su propia sensibilidad y porque tiene su propia característica volitiva, no podemos enseñar a todos por igual, por lo tanto, cada cual con el tiempo si tiene aspiración verá claro el proceso, y tal como se dice ocultamente “cuando el discípulo está preparado entonces surge el Maestro, no antes”. Y no son Maestros a los que yo me refiero los yoguis o las personas que están enseñando e impartiendo técnicas estandartizadas, técnicas generales para todo el mundo, es como el médico que quiere curar a una persona con los mismos síntomas pero con diferente enfermedad, ¿qué es lo que ocurre?, una persona tendrá una enfermedad idéntica a otra, y desde el punto de vista esotérico no puede ser curado de la misma manera. Y luego hay el compuesto bioquímico. Luego existen los períodos cíclicos o los tattvas. ¿Qué sabemos de los tattvas? Los tattvas son momentos cíclicos en que una cosa tendrá poder, y en otro momento no tendrá poder, y si no sabemos ver los tattvas de la atmósfera que son globitos luminosos que pueden introducirse en la causa de la enfermedad, no podremos curar tampoco, es decir, que es un proceso complejo, sencillo en la esencia porque se basa en la purificación espiritual, pero claro como espiritualmente no somos puros nos encontramos con el gran problema, y vean ustedes como refiriéndonos por ejemplo a los grandes lemures, y repetiremos siempre lo mismo, están reaccionando los lemures contra nosotros, no podemos luchar contra el egoísmo ¿verdad? No podemos, estamos incapacitados, tratamos de luchar, tratamos de ser mejores, pero cuando no nos damos cuenta ya ha surgido la serpiente, de la tentación o lo que sea, y estamos cayendo constantemente en manos de los tres lemures. Lemures que tienen millones de años de ascendencia, luego son fuertes, son potentes, están en el plano psíquico, son la causa de muchas de las enfermedades de todos los órdenes que conocemos.

interlocutora.— Yo querría recorrer un poco sobre la parte sexual, pues sobre esto hemos recibido una educación con mucha represión, y muchísimas cosas que todos sabemos, aquellos que somos de una edad un poco avanzada, entonces es difícil, aunque ese equilibrio se logre a nivel interno, pero cuando queremos hacer las cosas bien siempre es este infierno lo que nos dirige para no caer en eso, en una represión, o continuar en esa represión por creer que estás haciendo el mal o vas a hacer mal.

Vicente.— Seguramente que nos equivocaremos muchas veces antes de encontrar una solución a estos problemas, sexuales o no sexuales. Para mí el problema es problema, en un nivel o en otro, para mí el más grande problema es el egoísmo, porque el egoísmo nos hace sexuales o nos hace tener miedo, dense cuenta que el temor de muchas personas es aquella persona llena de egoísmo que ha acumulado muchos tesoros en el tiempo, y cuando ha acumulado mucho tiene miedo de perder aquello, está viviendo y pensando que va a perderlo, y está perdiendo ahí, está perdiendo la vida tratando de retener algo que no le pertenece, algo que es del contexto general. Y en el caso sexual usted tiene razón, hay una educación acerca del sexo tan restringida, tan sujeta, tan reprimida en todos los aspectos, que naturalmente la persona trata constantemente de liberarse y entonces cae en excesos. Una cosa enseñada en las escuelas, por ejemplo, bien, ustedes saben que existe ahora un gran problema con el libro rojo en las escuelas, ustedes lo saben, este libro quizás sea prematuro, yo no sé, no lo he leído, quizás no tenga tiempo de leerlo, pero el problema será en que la persona que ha hecho esto no sé si tendrá suficiente visión espiritual para dar aquello con algo de matiz espiritual, porque, naturalmente, los seres humanos reaccionamos a ideas, a palabras y a pensamientos, y depende de la cantidad de energía espiritual que el autor pone en una obra para que la obra tenga una reacción o una respuesta sensible de parte de los lectores, más cuando se trata de lectores que están sujetos a la represión que viene de siglos, a través de las iglesias organizadas y a través de la propia represión y a través del temor a la muerte, porque somos buenos porque tememos que vamos a morir y que vamos a ir Dios sabe dónde, y como decía el otro día es tanto nuestro miedo que nos levantamos por la mañana, es una imagen pictórica, y ponemos velas a todos los santos por si alguno falla, esto es una cosa que lo sabemos, es decir, que vamos al mejor postor siempre, al que dé más seguridades, cuando en la vida espiritual no existen seguridades, por el contrario existe una gran inseguridad, fíjese bien, el silencio es inseguro, y la máxima espiritualidad es el silencio, no el silencio de palabra, me refiero al silencio de deseos y al silencio de pensamientos que está simbolizado en el plano búdico. Bien, llega un momento en la vida del ser, del discípulo, en que su mente va siendo descargado automáticamente del peso de muchos errores porque fueron trascendidos a través del esfuerzo, a través de la meditación, de la disciplina o del servicio, pero ¿qué ocurre?, siempre existe un mismo temor, y el que se enfrenta ante el silencio absoluto como la persona profana que enfrenta el problema de la muerte es lo mismo, porque el silencio es para verlo y no verlo, porque tenemos miedo de enfrentar el silencio, porque estamos más acompañados con la serie, con el cortejo de pensamientos que hemos creado a través del tiempo y que constantemente nos acompañan, y esto lo hacemos constantemente todos sin excepción, y cuando viene una prueba iniciática en que el pensamiento es absorbido por la fuerza misma de la evolución hay que tener una estructura psicológica muy fuerte para poder permanecer tranquilos, serenos, expectantes, en aquel místico y profundo silencio. Así que no es fácil la vida espiritual, también hay un temor en los grandes espirituales, también hay soberbia, también hay irreflexión en ciertos casos, pero hay más ratos más buenos que malos, y eso es lo que salva al hombre de la tentación de regresar al pasado, de este temor inconsciente que tenemos de volver a ser aquello que fuimos y que tanto nos hizo sufrir.

Interlocutora.— Hace muchos años que me doy cuenta que los dogmas y las leyes me han condicionado, este condicionamiento que nos hacen estos dogmas creo que intervienen en parte en los miedos, los temores, que es consecuencia de esto, este acondicionamiento a la persona que se produce puede uno fácilmente…, porque yo me parece que a través de los pocos meses que vengo aquí me estoy un poco liberando de ese acondicionamiento, y que es difícil ¿no? Estamos dentro de una sociedad en la cual todo es así. ¿Tiene importancia esto que estamos hablando o cree usted que realmente estamos condicionados, que somos un prototipo o consecuencia antinaturales?

Vicente.— Sí, sí. Estamos absolutamente condicionados, lo que ocurre es que hay personas que se dejan voluntariamente condicionar porque son personas que están viviendo la inercia mental todavía, y hay personas que luchan contra lo establecido. Si nos damos cuenta de lo condicionados que estamos por el medio ambiente, por el temor a lo que dirán de nosotros, por el temor a perder lo que tenemos, por el temor a la soledad, por el temor a la muerte, por el temor al sexo, por el temor a todas las enfermedades habidas y por haber, y si nosotros nos condicionamos hasta el punto de seguir el juego de la sociedad que nos rodea, ya estamos virtualmente muertos en vida. Entonces, no hay que morir, hay que vivir constantemente, habida cuenta que la vida triunfa de la muerte y del nacimiento, está siempre permanente la vida, es decir, que uno de los extremos que analizaremos aquí es el problema de la muerte. ¿Qué es lo que ocurre después de la muerte física? Y sé que será un tema que a todos nos apasionará porque en el fondo del corazón todo el mundo teme afrontar el riesgo de la muerte, ¿qué es lo que ocurrirá?, y hemos muerto muchas miles de veces, por lo tanto será una experiencia cuando pasemos por ella que será familiar, pero es aquí que tenemos miedo, enfrentando el problema de la muerte cuando todas las cosas van bien, una persona que sufre mucho dirá “que se me lleven pronto”, porque todo el mundo quiere dejar de sufrir, o la persona que se suicida porque quiere resolver sus problemas sin darse cuenta que se lleva el… al otro lado, y entonces continúa la muerte es su corazón, ahora bien, no hay mejor sistema de vivir que estar constantemente, armoniosamente uncidos al carro de la humanidad que nos rodea, sin reaccionar, amando constantemente.

Leonor.— Yo querría que aclararas un poco esto de “estar en la lucha sin luchar”, el no querer ser condicionado y decimos que no hemos de luchar, pero en cambio hablamos de una determinada lucha. ¿Podías aclarar estos dos conceptos que podrían pasar a veces como una cosa vaga o ambigua? Porque esto de no querer ser dominado por las circunstancias, luchar para no ser dominado pero sin luchar, entonces esto hay que aclararlo, me parece a mí.

Vicente.— Yo digo que en tanto la persona esté asida, repito, al carro de la sociedad, forzosamente tendrá que luchar, no contra la sociedad sino contra sus reacciones contra la sociedad, si nos damos cuenta que estamos constantemente reaccionando contra los demás empezaremos a no luchar. Lo que pasa es que el problema es siempre de la sociedad no nuestro, porque caemos en la fatal idea de que somos superiores, ya forma parte del contexto del egoísmo del gran lemur, entonces el problema entre luchar o dejar de luchar es la máxima de Buda que decía: ”El hombre perfecto es perfecto porque no lucha“. Aparentemente una paradoja, porque habrá que luchar para establecer, por ejemplo, una integración en el mundo físico, hay que trabajar, hay que luchar para establecer una integración en el mundo emocional, hay que establecer también una integración en el mundo mental hasta llegar al plano búdico donde aparentemente no hay lucha, y que naturalmente no podemos pasar del plano físico al plano búdico sin pasar por la lucha, es decir, que no lucha la persona, el ser humano o el ser divino que está en el plano búdico, utilizando las energías de la unidad, al menos desde el punto de vista humano no está luchando en el plano búdico, puede haber una especie de lucha que escapa a nuestro entendimiento. La lucha es inevitable, ahora bien, no analizo el sentido íntimo de la lucha sino ¡cómo afrontamos la lucha! Ahí está el problema, el “ser o no ser”. Unas personas lucharán quedando absorbidas en el objeto de su lucha, y por lo tanto tendrán doble lucha, la de la reacción propia y la de la reacción del ambiente, y habrá personas que no lucharán contra el ambiente, están reaccionando contra ellos mismos, no culpando a la sociedad sino culpándose a ellos mismos de sus errores. En un caso muy desesperado dirán: “es el destino que nos hace esto, es el karma”, lo cual es negativo hasta cierto punto, porque la lucha de la persona siempre es un proceso de adaptación, pero cuando existe una adaptación automáticamente cesa la lucha tal como la conocemos. Existe lucha, la lucha de la adaptación, pero no es la lucha contra la sociedad, entonces, ¿qué es lo que hay que entender por adaptación? Estamos pensando en nosotros mismos constantemente, pero en el momento en que toda la intención y toda la atención va sobre un objeto de interés vital desaparece el yo, porque desaparece el ambiente, cuando la persona contempla algo con gran pasión, una pasión con expectación, con serenidad, sin ánimo de lucha, automáticamente se siente identificado, sea una persona, un animal o una cosa, hay un proceso de identificación que no podemos decir que haya venido por obra y gracia del Espíritu Santo, ha venido por un esfuerzo de adaptación constante de lucha, entonces si hay que luchar, luchemos por una causa que sea serena, que sea noble, que sea espiritual, que sea realmente decisiva en la lucha humana, yo diría que hay luchar contra la lucha, si es que puede darse esta paradoja, y hay que adaptarse constantemente, ¿por qué el agua aparentemente no sufre? porque es adaptable a todas las vasijas que deben contenerla, pero el hombre reacciona constantemente con cada nuevo ambiente porque cada nuevo ambiente les trae una nueva crisis de valores psicológicos, es un proceso que estamos realizando constantemente, es algo que está en la esencia del ser, y naturalmente hay que hablar de la jerarquía espiritual de los seres humanos, hay niveles naturalmente, no podemos negarlo, y cada uno debe adaptarse a su propio nivel, ni pretender el superior ni hacer escarnio del inferior, hay que estar en el propio nivel de adaptación, porque cuando el momento sea llegado ascenderá por la fuerza misma de las cosas, de la misma manera que el agua flota sobre otros materiales que son más densos. Me explico ¿verdad?

Interlocutora.— Por lo que se ha dicho pues entonces el principal principio de trabajar deber ser el del plano astral, que es el del agua, que es el de la parte emocional.

Vicente.— Es el Kurushetra, como se dice esotéricamente, el plano astral es el plano más potente dentro del cual trabaja el hombre, es decir, que la persona corrientemente no es mental sino que es típicamente emocional, con unos puntos kamamanásicos en la mente, en el centro Ajna; por lo tanto, el proceso está si podemos ver en el plano astral desde el plano mental y el plano físico desde el plano astral, es decir, que cuando nosotros queremos indagar el proceso que está gestándose en el plano físico deberemos ascender al plano etérico, con la visión etérica, con la clarividencia física que decíamos antes, y si quiere ver la causa que está en el cuerpo etérico tendrá que ascender al plano astral, y desde la clarividencia astral ver el cuerpo etérico, y si quiere ver las causas psíquicas o astrales de las enfermedades y descubrir el origen remoto de los lemures tendrá que ascender al plano mental, pero no en los primeros niveles sino en el quinto nivel del mental, porque allí en el plano causal ve las cosas sin deformación. Se trata constantemente de ver las cosas en su justa perspectiva, y ninguna enfermedad, ninguna conmoción psíquica y ninguna conmoción de tipo mental podrá ser resuelta en su propio plano de proyección. Es decir, que habrá que ascender siempre un plano más para ver las causas y redimir los efectos, de ahí la necesidad de que empecemos a pensar hacia arriba, más arriba del diafragma. El diafragma separa la parte espiritual de la parte material, el corazón es el centro, de hecho existe una cruz cósmica con centro en el corazón, se extiende en servicio por toda la humanidad, pero ascienden las energías hacia arriba buscando la glándula pineal que es el asiento del alma y el punto máximo de la conciencia humana.

Se trata de un proceso constante de incorporación de materiales más nobles. Estamos realizando una gran alquimia, conjuntamente estamos buscando el Santo Grial y hay que ser consecuentes al respecto. Dense cuenta de algo muy importante: el conocimiento esotérico es un conocimiento, es intelectual, ahora bien, la vida esotérica es vida espiritual, es aplicar el conocimiento, y esto va para todas las personas, deben actuar hasta donde comprendan, porque el karma actúa hasta donde puedes comprender, más allá de tu comprensión nadie te exigirá ninguna deuda porque es la vida la gran reguladora, la gran justicia está en la vida misma.

Interlocutora.— Yo quería preguntar: ¿cuando una persona te ofende qué se ha de hacer?

Vicente.— Cuando una persona nos ofende dependerá de la persona que nos haya ofendido, y dependerá de nuestro estado de conciencia en aquellos momentos. Cuando una persona ofende a otra hay que decir “pobre persona”, y si la persona reacciona en contra dirán “pobre persona”, son dos pobres personas, entonces estamos reaccionando siempre, pero esto pasa constantemente porque seguro que saliendo de aquí después del silencio iremos en el autobús nos pisarán y reaccionaremos, ¿por qué?, porque así ha sido establecido, es una simple imagen mental, o un recuerdo. Tengan en cuenta de lo que es una experiencia, o el recuerdo una experiencia, porque la experiencia no debe ser intermitente, es decir, debe ser continua. La vida, por ejemplo, es constante, la conciencia intermitente, entonces no podemos comprender la vida porque estamos vacíos en algunos momentos de nuestra vida. Hay fracciones que no estamos atentos a la vida, y cuando estamos inatentos, cuando estamos descuidados o distraídos es cuando penetran por la mente, por el cuerpo emocional el germen de todas las enfermedades, de ahí que lo mejor es estar atentos siempre. ¿Atentos a qué? A todo, a la vida, salir de aquí atentos a todo cuanto ocurre, atentos a esto, atento a lo otro, pero tendremos tiempo de pensar en nosotros mismos según el grado de nuestra atención, a mayor atención menor recuerdo del yo, menor recuerdo del egoísmo y de todo lo demás, y de acuerdo con el aspecto sexual, que está en el orden del día, porque existe una gran pornografía ambiental creada por grandes lemures que provienen de la Lemuria lo cual significa que son viejos pero son nuevos constantemente, porque si nos olvidamos de nosotros mismos hay un interés particular de que recordemos estas cosas, y ahora una de la grandes libertades es la pornografía. Me pregunto hasta dónde podremos resistir el peso de la tradición, que viene bajo otra forma, antes había inhibición ahora todo lo tienes aquí delante, entonces no hay un término medio, todavía no funciona el corazón que está en el centro de todas las cosas, funciona la mente solamente, y lo mismo ocurre con la sociedad de consumo, compramos no por necesidad sino por obligación psicológica, se nos obliga, y ustedes saben que cuando se quiere atentar contra la sociedad sólo hay que coger la televisión y ver cómo te están lavando el cerebro con los anuncios, y cada cual lava mejor que nadie, (risas en la sala) Es verdad, nos reímos porque es una triste verdad, porque todo el mundo quiere ser mejor y esto naturalmente es una estupidez, porque -dense cuenta- desde el momento en que se están invirtiendo millones de propaganda tiene que comprar el producto para compensar el precio del producto, es una cosa de pena para mí no es de risa, porque veo las cosas desde arriba, naturalmente lo sabemos todos, y todos compramos lo que sea, lo que se nos enseña por la televisión, y esto con el aceite mejor, o la colonia mejor, o con el whisky mejor, y todo lo mejor, es la sociedad de consumo. Lo que demuestra que la gran técnica de hoy en día, que nos ha traído la televisión en color, o los reactores, también son propiedad de la sociedad de consumo, y nosotros acudimos a la sociedad de consumo porque todavía somos egoístas, o bien tenemos temor, y cuantas más cosas tengamos, de cuantas más cosas nos rodeamos mejor será la seguridad aparentemente que tendremos. Lo interesante es no pasar los muros del silencio, aquellas fronteras dentro de las cuales existe un gran enigma ¿Qué pasará después? Pues bien, no puede pasar nada, no pasa nada, solamente pasan cosas a las personas que tienen miedo, porque el miedo es un tamiz que te oculta la verdad, y hay que liberarse del miedo al tabú y a la represión, pero observando el proceso desde arriba, siempre.

Leonor.— Yo quería también que aclararas, por ejemplo, esto que decimos de cuando nos ofenden, no es que a veces resulta ser que los Maestros…, yo lo leí una vez, que dice que a veces no nos enseña el que sabe más como el que sabe mucho menos, o sea, que algunas veces las ofensas que nos hacen ¿no puede ser que el que las hace es porque no puede hacerlo mejor?, pero nosotros para que analicemos bien hasta donde nos ha llegado, podría ser que pudiéramos analizar qué parte de nosotros mismos ha atacado aquello para que otra vez lo hagamos mejor, o repartamos de una manera más equilibrada nuestro amor, o nuestra, digamos, complacencia, para que otra vez lo hagamos más equilibradamente, podría ser que a veces lo que nos hace daño pueda ser nuestro Maestro, ¿no podría ser eso también?

Vicente.— Exacto. Nuestro Maestro puede ser cualquier circunstancia, cualquier persona, en esto no hay un nivel, hay un hecho, una experiencia, es la forma con que acojamos esa experiencia. Para mí, como decía la señora, existe un Maestro latente en cualquier experiencia de nuestra vida, falta que sepamos reconocerlo, es decir, que seamos humildes, porque enfundados en conocimientos esotéricos caemos en la presunción de que somos superiores, entonces negamos la experiencia que puede provenir de un ser aparentemente inferior, puede ser que sea una experiencia de humildad que necesitamos, porque el hombre espiritual suele ser orgulloso también en ciertos momentos, está tan henchido de su poder, de sus conocimientos, que cae en estos errores y de vez en cuando debe reconocer el valor, la humildad de una experiencia, reconocerla, aceptarla y consumarla.

Interlocutora.— Entonces, hay que procurar el estar atentos porque entonces conectas, podríamos decir, con el karma superior, o sea, la memoria más abstracta, o sea, al estar atentos comprendes las razón de las cosas.

Vicente.— Exacto. Cuando la persona está muy atenta a un proceso solamente existe un proceso, no existe ni él ni el objeto del proceso, es un constante devenir, es un constante vivir, es un constante recrearse en la acción. ¿Se dan cuenta? Si hay una atención formidable hay un silencio, si hay silencio no hay reacción, si no hay reacción hay paz, y si hay paz hay un campo magnético apropiado para curar a muchos seres humanos. Entonces, el hecho de que vivamos atentamente ante algo que no nos interesa profundamente o que siendo muy humildes estemos atentos al fluir de cualquier insignificante acción, puede ser también motivo de curación ambiental, motivo de irradiación magnética hacia aquellos que tienen necesidad, moral o física, de renovación o de contacto, si estamos atentos sabremos exactamente qué es lo que debemos hacer en cualquier momento de nuestra vida. Si estamos distraídos ¿qué vamos a saber?, estaremos perdidos en las brumas de la acción, estaremos enlazados con el proceso, no seremos libres, y la enfermedad, el problema o la inquietud psicológica o lo que sea, se enseñorearán de nuestro ánimo, nos harán maleables a su voluntad ordenadora y nos convertiremos en simples robots mecánicos. Hay que vivir atentos a esta realidad, que seamos siempre nosotros mismos es la base, el ser con toda la acepción del verbo, el ser aquí en este momento, el ser después cuando salgamos, la mente siempre orientada hacia la acción, y el corazón siempre sosegado para que la acción sea determinada siempre por un gran equilibrio psicológico, es decir, es un problema individual, entendido que el problema del mundo es la acumulación de muchos problemas individuales y no se puede curar a un individuo sin curar parte del mundo. El día que se empiece a curar el cáncer empezará a perder fuerza la entidad psicológica que ha creado el cáncer a través del tiempo, y lo mismo ocurrirá con todas las demás enfermedades porque en esencia toda enfermedad es psicológica, o psíquica, mejor dicho.

Interlocutora.— ¿Me podrías decir que tenemos que hacer en relación a las palabras de Jesucristo, de que cuando alguien te peque una bofetada en una mejilla pongas la otra? ¿Hay que poner la otra mejilla?

Vicente.— ¡Ah! yo no sé, no me he encontrado nunca en este caso, pero no creo que haya que llegar a estos extremos. Yo digo, si una persona vive en plena inofensividad no se encontrará con estos casos, solamente reaccionará la persona que esté dentro de un plan de agresividad. Un yogui perfecto puede pasar por la selva sin ser atacado por las fieras salvajes y nosotros somos salvajes viviendo dentro de una sociedad organizada, dentro de una gran civilización técnica, se trata de esto, no se trata de si voy a responder a la bofetada que me dé otro, o que ponga la mejilla, yo digo que si tu aura está llena de inofensividad nadie podrá alterar tu calma porque habrán fuerzas invisibles que detendrán aquello. Dense cuenta que estamos hablando de algo que está en la base de la psicología moderna, estamos dentro de un caos de ofensividad absoluta, la guerra está por doquier, si no es la guerra política, es la guerra económica o religiosa. Estamos en la guerra, significa que existe una gran agresividad, si Uds. me lo permiten podemos decir que la agresividad es también una entidad psíquica que estamos alimentando constantemente. ¿Cuándo existirá paz en el mundo? Lean Uds. el preámbulo de la carta de la Unesco, dice así: las guerras han sido creadas en las mentes de los hombres y es en las mentes de los hombres donde deben ser creados los baluartes de la paz. Por lo tanto, nos dice claramente la respuesta a lo que dice la Sra. No hay que pensar si me dan una bofetada qué voy a hacer sino estar tan inmune a la bofetada, a la acción de la bofetada, que vayamos por el mundo repartiendo bendiciones en vez de agresividad. Si somos agresivos tendremos ocasión de comprobar lo que haremos, si nos dan una bofetada naturalmente. Y esto es algo que podemos aplicarnos íntegramente aquí y ahora todos, porque como digo es bonito estar juntos en este plan de escuchar cosas aparentemente interesante y agradables del mundo esotérico que se nos habla del espíritu y cuando salgamos a la calle que continuemos con la misma tónica de quietud, de recogimiento dinámico y de plena inofensividad. Para mí esto es algo interesantísimo y al propio tiempo práctico porque no hay ninguno de nosotros que no pueda aplicarlo a la vida social de relación, empezando por la familia y acabando en la sociedad general que nos rodea.

Interlocutora.— Yo quisiera saber su opinión cuando entre la razón y el amor no están todavía equilibrados, si es más importante el amor que la razón.

Vicente.— Yo diría que el amor según como lo entendamos, ¿qué entendemos por amor? ¿Me puede contestar Ud. qué es lo que entiende por amor?

Interlocutora.— Pues quizá lo que no entiende muchas veces la razón, y lo haces por ese amor, es ese momento piensas en la otra persona no en el yo.

Vicente.— ¿Ud. se refiere al amor entre hombre y mujer?

Interlocutora.— No, no.

Vicente.— Entonces hay un punto de coincidencia, porque si hablamos del amor no será el amor que tengo yo a una persona determinada sino el amor que debo a la sociedad por ser una célula dentro de la sociedad. La mente está investigando el sentido del amor, está mirando de darle una forma y es imposible, porque para la mente, su característica, es ver las cosas tal como son, lo cual no sucede siempre, siempre está pesando un lado más que otro, están midiéndose en el campo de los opuestos. El corazón siempre está dentro de lo eterno, entonces, cuando la mente y el corazón se unifican, cuando el corazón obliga a la mente a pensar en términos de comprensión entonces existe una armonía, a la que me referí anteriormente, un equilibrio. Cuando el corazón no tiene un control mental puede caer en el error porque todavía no hemos desarrollado el amor universal, y cuando hablamos de amor universal estamos tratando del amor humano elevado a una quinta potencia, pero no es el amor universal; nuestra mente dirá “esto es amor universal”, pero el corazón sabe que aquello no es amor universal porque cuanto existen (son) reacciones de tipo emocional, y amamos más a unos que a otros. ¿Se dan cuenta? Entonces, aunque digamos que hablamos en términos de amor universal estamos hablando en términos de amor humano, estamos amando a aquellos que están más próximos a nosotros porque la vida está cualificada de esta manera, y cualquier animalito reconocerá su cría por este impulso de amor universal localizado en su reino y en su especie. Nosotros amamos siempre de una manera interesada, egoísta, ya estamos con el egoísmo, es decir, que el amor es un toma y daca, si tú me quieres yo también te querré, o buscando una recompensa a través de los motivos de mi amor, pero, ¿es universal esto? Universal es la forma humana de ver el amor pero no lo apreciamos. Todos sabemos que ha existido Cristo, uno de los grandes Maestros que han amado intensamente a todos por igual, pero si bien sabemos intelectualmente que es así hay algo dentro del corazón que se resiste, porque sabemos que queremos más a unos que a otros. Y si hay un accidente, ¿a quién acudiremos primero?, a aquellos que queremos, los demás no nos importarán en aquél momento, en cuanto al Amor universal en un caso de accidente mirará a aquel que primero tenga a su lado, que es la ley kármica que lo sitúa allí, y esto raras veces se hace. Con esto queda un poco explicada la idea.

Interlocutor.— Luchar contra las injusticias y tratar de apartar a las personas que las cometen y atacarlas, esto me parece a mí que no hay necesidad, es otra clase…, o sea, es ofensividad pero no tiene que nada que ver con lo que usted dice, quisiera que aclarara esto a las personas que hay aquí porque me parece que puede inducir a error.

Vicente.— Si una persona está interesada en el reino de Dios entonces sin darse cuenta luchará por el reino de Dios, pero no contra los demás sino en sí mismo, es decir, que si ve una persona que va por mal camino lo más que puede hacer es darle un consejo, nada más, no atraerlo a su redil particular que es lo que hacen las religiones de todo tipo. Cuando una religión se ha plantado en un sitio determinado con una estructura definida y allí encierra su Dios, Dios ya no está ahí. Ahora bien, cuando existe amor en la persona, este amor absoluto, este amor universal, tiende a curar, tiende a redimir, tiende a redimirse de todos y de todo, está más allá y por encima del concepto del bien y del mal, está por encima de todas las cosas. Es decir, que la persona cuando está hablando de reacción contra el amor de Dios realmente está hablando de la reacción de sí mismo contra el ambiente. No sé si se dan cuenta de esta posibilidad. Cuando una persona siente a Dios internamente es tan fuerte su magnetismo, hablo de amor a Dios, un amor universal, que todos participan de él, no hay necesidad de palabras, es un hecho. El hecho no siempre es una palabra es una actitud de conciencia.

Interlocutor.— Cuando una persona siente en su interior, porque es una personal normal, sin pensarlo empieza a atacar a otro, ¿eso es malo?

Vicente.— No creo que exista nada que sea malo ni nada que sea bueno según qué punto de vista, porque si una persona influenciada por un espíritu de justicia va contra algo que va contra la justicia en su punto de vista será normal y real. Lo malo es cuando sin convicción, sin tener un convencimiento propio de lo que es la Divinidad aspira a redimir a los demás. Es decir, que un redentor es aquel que anteriormente se ha redimido por completo a sí mismo, entonces no sé cómo reaccionará ante un caso de injusticia. Podemos aplicar el término armonía o equilibrio, una fuerza mágica de la evolución, una fuerza que engendra de por sí un tremendo dinamismo que puede operar, porque fue Jesús de Nazaret quién sin tener una espada en la mano pudo con todo el imperio romano, no fue con la espada nunca Jesús, por lo tanto, aquí hay un indicio. ¿Por qué se producen estos hechos?¿o por qué en otra escala inferior Gandhi redimió a la India? Porque había un amor por la India, así como había un gran amor de Cristo por toda la humanidad. Entonces, son actitudes de conciencia, y yo no puedo analizar la actitud de la conciencia de una persona que ante un caso de injusticia coge las armas para solucionar aquel asunto. Yo estoy hablando desde un punto de vista universal, desde un punto de vista, digamos, humano, hasta sus máximas consecuencias, de lo que debe ser un ser humano completo, que no reaccione contra nada y contra nadie, se dé cuenta de las oportunidades de la acción, que esté constantemente dentro de la inseguridad que crea la seguridad más allá de toda posible estructura, siendo la Divinidad precisamente la máxima de las realidades.

Leonor.— He pensado en lo que ha dicho este amigo, he pensado lo que podemos decir sobre lo que es la justicia, me acuerdo de una conversación en Francia que dijimos: “Para saber qué es la Justicia primero hay que ser justo”, entonces, ¿cómo arreglamos esto? La serpiente que se muerde la cola siempre. Y luego hay otra cosa, los niveles de conciencia de cada uno, mi nivel de conciencia, en mi cultura o en mi conocimiento hay un nivel para analizar la justicia, en el de otro hay otros niveles, entonces para cada uno tiene que haber también una justicia al enjuiciar. ¿No es así?

Vicente.— Evidentemente cada nivel de conciencia tiene su propio nivel de justicia, y se dan las pruebas kármicas por ley de intención y no por la ley del hecho, una persona puede ser un gran delincuente sin darse cuenta, no tendrá el mismo peso kármico que la persona que lo es conscientemente con toda la plenitud de su estado. Yo puedo tener una imagen de Dios completamente distinta de la que tiene Dios o de sus máximos representantes: Buda, Cristo, por ejemplo, Mahoma, o cualquier gran entidad crística reconocida que reconocemos todos como de gran santidad y como enviado del Padre, esto es lo que normalmente sabemos, entonces el grado de reconocimiento de esta Divinidad dentro del corazón es la que marca el sentido de la justicia, o el sentido de la acción, pero la justicia humana no opera de un acto, y aquel acto es condenable porque existe una legislación y esta legislación es la que arremete contra el sentido de la justicia de la persona que arremete por justicia contra la injusticia. Existe un proceso concatenado de hechos que lleva al hombre a preguntarse si realmente lo que hace es justo o es injusto, lo cual demuestra que está en la duda de lo que es bueno o de lo que es malo, pero existe el momento, yo lo considero así, en que la persona ante un caso de injusticia se siente dominada por el espíritu de agresividad contra la injusticia, en el fondo es un deseo de justicia, no podemos negarlo, pero hay otros casos que ante el mismo hecho reaccionarán como en el caso “tú eres aquello” porque la conciencia de Dios está en el matador, vivo o muerto, no matado. Por lo tanto, no hay una distinción establecida entre lo bueno y lo malo de un hecho sino que existe una posición en el tiempo y una conciencia que está por encima del karma humano, y que no puede reaccionar como un ser humano ante un caso de injusticia, porque lleva la justicia en sí, sabe que cuando existan muchas personas imbuidas dentro del espíritu de justicia habrá justicia ambiental, habrá justicia en los gobiernos y habrá una ética social que no existe todavía. Es decir, todo el proceso, si Uds. se dan cuenta, está dentro del propio corazón, no está ausente de nosotros mismos, y estamos fabricando de una manera artificial la agresividad del ambiente, y tenemos malos gobiernos – los que los tengan - y tenemos malos espíritus guardianes y tenemos malos pensamientos y tenemos malos deseos y todo lo demás porque en el fondo estamos dentro de la lucha, estamos dentro de la agresividad, y cuando estamos dentro de la agresividad estamos pensando qué haremos dentro un plan de inofensividad absoluta, lo cual es una teoría muy ingeniosa. Hay que considerar el momento actual con nuestras posibilidades humildes de acción, con una mente con un poco de iluminación quizás por encima de la gente corriente y ver hasta dónde lleva este proceso, seguirlo incansablemente hasta el fin porque hasta el fin no podemos preguntarnos realmente esta pregunta: ¿Soy o no soy justo ante la justicia?

Interlocutor.— En Jesús todo su vacío, todas su vida pública fue una lucha continua, incluso no cogió la espada y sí cogió el látigo.

Vicente.— ¿Usted lo vio?

Interlocutor.— Qué voy a ver, he de creer.

Vicente.— Una cosa que no hay que olvidar: solamente podemos saber aquello que hemos experimentado, hay que salirse de los rieles de la tradición, de la leyenda o de lo que sea, hay que empezar de cero y seguir adelante. Yo no sé lo que realmente hizo Cristo, lo que sé es su obra y su obra es de gran inofensividad, yo diría de una inofensividad absoluta, por eso pudo derrotar al gran imperio romano, y todos los imperios del mundo caerán ante la fuerza de la razón, del amor y del entendimiento.

Interlocutor.— Pero no deja de ser una lucha contra un estado de cosas impuestas.

Vicente.— Se puede luchar sin pasión, si usted tiene pasión y lucha usted estará esclavo de la lucha, pero si lucha sin pasión será libre de la lucha, estamos tratando de decirlo constantemente, si queremos vencer hay que tener paz en el corazón, sin hay paz lo demás no tiene importancia.

Interlocutor.— Hay una regla que la llaman regla de oro, dice estas palabras textualmente. “No hagas nunca a los demás aquello que no te gusta que te hagan a ti, y haz siempre a los demás lo que te gusta que te hagan a ti en las mismas circunstancias que se encuentran…”.

Vicente.— De acuerdo. Realmente son las palabras de Cristo, si una persona está ofendiendo a otro, el que siembre vientos tendrá como consecuencia tempestades. Si la persona quiere amar a los demás es porque los demás en justa reciprocidad van a amarle a él, no porque quieran que le amen sino porque su ley es esta. Se nos dice también, esto viene en la tradición, de que el Maestro Jesús amaba más a Juan que a los demás discípulos, yo no estoy de acuerdo con esta afirmación, diré algo sobre esto: siendo un canal misterioso de energía cósmica, Jesús derramaba más amor sobre aquel que más canales abría a su amor, estaba abierto a su corazón, lo que ocurre con los seres universales, hay una ley de afinidad cósmica que une a unas personas hacia otras, llamémosle amor, reciprocidad, o ambiente cósmico, es lo mismo, pero es un hecho de la naturaleza y no podemos sacudirnos de esto, porque todo lo reconocemos y estamos dentro de esto que está más allá de la tradición porque está viviendo ahora en estos momentos.

Interlocutor.— Yo veo que es un simbolismo lo que te quieren mostrar con lo de usar el látigo, como nosotros somos el templo de Dios, Él al usar el látigo es para sacar las impurezas que tengan.

Vicente.— De acuerdo, es así, como simbolismo se puede aceptar una imagen retórica, una imagen, digamos, pictórica, pero en el hecho sabemos que todo el aspecto, digamos, del origen de Cristo es amor puro, es el Ser según se nos dice esotéricamente que más puede canalizar dentro del planeta Tierra las energías del Logos Solar del Amor universal.

Interlocutor.— Hay un símbolo en que Jesús está sentado en la mesa y Juan tiene su cabeza recostada en su pecho, pero me parece a mí que es un símbolo que quiere decir que su... está pegado a su corazón, me parece, no sé.

Vicente.— Bueno, si te parece a ti está bien. (Risas) Contra gustos no hay disputas.

Interlocutor.— Se está hablando del ser humano físico, mental y espiritual, se ha hablado también en general de los discípulos, a mí me gusta mucho la relajación y quisiera saber por tu boca… posibilidades y discernimiento.

Vicente.— Bueno, ¿la relajación física? Bueno, es que hay que distinguir si el relax es físico, significa que el cuerpo está como si fuese muerto, en reposo absoluto, hay que hacerse a la idea de que el cuerpo está muerto y entonces dejar el cuerpo a su propia situación cómodamente relajado, pero no puede existir un relax físico solamente si previamente no existe un relax emocional, un relax de tipo mental, ustedes estarán aquí una hora o dos horas sin darse cuenta de la fatiga del cuerpo porque su mente está atenta, está relajada completamente, en cambio si el asunto que estamos tratando no fuese de su interés estarían incómodos, es el tiempo, el hombre es el estado del tiempo, el tiempo no existe realmente, son estados de conciencia, si ustedes están bien nunca miran el reloj, el reloj siempre se mira cuando estamos mal, aparte del tiempo cronológico destinado a los quehaceres, pero realmente en un sentido psicológico el reloj es un factor cronológico que en cuanto no sale de los límites del sentir cronológico es perfecto, porque ayuda a establecer en la vida unos puntos de interés cualitativo, pero cuando el tiempo se hace no cronológico sino psicológico, entonces sí que hay motivos de estar preocupados, porque constantemente estaremos impacientes, constantemente estaremos mirando si pasa el tiempo, y el tiempo no pasa somos nosotros los que pasamos por el tiempo. Es decir, por favor experimenten el no- silencio, cómo y de qué manera el silencio se convierte en un dinamismo que penetra en sus células, que nos relaja totalmente, no simplemente el cuerpo físico y el cuerpo etérico sino el cuerpo astral y el cuerpo mental, se hallan en todo caso llenos de unión con algo, con alguien más allá de nosotros mismos, estamos hollando aquellos caminos que nadie puede hollar más que nosotros, no son pensamientos establecidos desde luengas edades, o que vienen segregados del conocimiento adquirido, o importado a través de los libros, estamos experimentando un momento eterno en el cual existe un silencio total.

 

—————————

Conferencia Vicente Beltrán Anglada
Barcelona
9 de Febrero de 1980

Digitalizada por el Grupo de Transcripción de Conferencias
13 Enero 2007

Editada por el Centro de Estudios VBA (en curso)
14 Abril 2009

—————————

Anterior | Hogar