Conferencia
Vicente Beltrán Anglada
[edición en curso]
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La verdad ha de presentarse de tal manera, que convenza sin atar y que atraiga aun sin convencer. Esto sólo puede realizarlo el lenguaje del corazón.
[VBA: Introducción al Agni Yoga, p. 49]
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Conversaciones Esotéricas
Curación esotérica [Primera Parte]
Barcelona, 12 de enero de 1980
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Barcelona, 12 Enero 1980.— Conversaciones Esotéricas: La Curación Esotérica. (I) Buda y del porqué sufrimos. El Mal Cósmico y los tipos de Males. El Problema del Mal en el Hombre. "En la Armonía Suprema se halla la base de la Curación". Los Tres Males básicos que vienen del Pasado y que son origen principal de las Enfermedades: el Deseo Sexual, el Egoísmo y el Miedo. Los Tres Pilares en donde se sustenta la Evolución de los Tiempos: el Nacimientos en un Cuerpo Físico, la Conservación del mismo y su Restitución a la Naturaleza con la Muerte. Curación es igual a Liberación. La Medicina actual. La solución de las Enfermedades y la Raíz Oculta de las mismas. Egoísmo y Enfermedades. Visión real de nuestro Cuerpo desde el Ángulo Esotérico. Iniciaciones y Revelación progresiva de las diversas Formas Geométricas. Los Curadores y sus Requisitos. La mayoría de Enfermedades son Astrales, viniendo de la Época Atlante. Enfoque Correcto ante las Enfermedades del Pasado.
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Vicente.— Vamos a reemprender nuestra eterna conversación. En nuestra conversación del mes pasado, nos referimos exclusivamente a la diferenciación que existe entre la filosofía de la vida y la filosofía de la forma, por entender que si bien había un espacio geométrico externo, objetivo, tangible, existía al propio tiempo una geometría esotérica subjetiva o interna. Como ustedes saben, la geometría se basa en las formas y puede parecer paradójico que se hable de formas subjetivas, pero una forma subjetiva percibida en su propio nivel de percepción, por ejemplo, la forma astral, es netamente objetiva. Lo mismo ocurre con el mundo mental, con el mundo búdico, átmico y los demás planos del Universo; pues, no olviden ustedes que nuestro Universo es físico, es el cuerpo físico de una gigantesca, incomprensible e indescriptible entidad que llamamos Dios. Y siempre que nos referimos a Dios, solamente nuestra mente puede abarcar los confines de nuestro Universo, con una entidad central, psicológica e incluyente que es la que dirige todo el proceso universal de creación, de existencia y, finalmente, de restitución de la materia en sus principios más incluyentes.
Bien, al hablar de formas geométricas refiriéndonos al mundo interno, hicimos hincapié en la imaginación, habida cuenta también desde el punto de vista de la forma más enaltecida, y tal como lo veía el gran Leonardo da Vinci, que la geomtería es el andamiaje de la imaginación. No podemos hablar de imaginación sin hablar de geometría. La geometría está pues en la base de la substancia, está en la base del desarrollo de cualquier tipo de conciencia en evolución, no sólo en nuestro pequeño planeta Tierra sino en cualquier astro del Universo; llegando finalmente a la conclusión, de que el Universo en su totalidad y, tal como lo veía Platón, es geométrico y matemático.
Así, en nuestra época de grandes avances científicos y donde la tecnología ha hecho gigantescos descubrimientos técnicos, también es válida la afirmación añadiéndole un poder de síntesis, es decir, que hoy día no podemos hablar de esoterismo o de misticismo si no va precedido todo ello de una gran penetración científica. Por lo tanto, llegará el momento en que hablaremos de los Logos, de los Maestros, de los Adeptos de Compasión y Sabiduría, de los Grandes Iniciados, más, en términos simbólicos y geométricos, es así como yo lo veo en estos momentos de gran tensión planetaria, otra forma de expresar que las energías que están entrando en la Tierra en estos momentos cruciales de traspaso de Eras, es eminentemente mental. No sólo está en conflicto el 5º Rayo con el 6º que desaparece, sino que progresivamente van entrando también las energías del 7º Rayo, el Rayo de la Magia Aplicada, el Rayo de la Ceremonia y de la Liturgia, pero conducida por el poder de la mente y no por el poder de las emociones. Por lo tanto, estamos entrando en una fase de nuestra historia planetaria tan interesante que bien podemos decir que se trata de una oportunidad única en la historia del planeta. Una historia que compartimos todos nosotros, como el resto de la humanidad, naturalmente, pero que en las personas de acusadas tendencias espirituales debe hacerse cada vez más trepidante y científica, más dinámica e incluyente, hasta llegar un momento en que nos demos cuenta realmente de que nuestro pensamiento es una forma geométrica que podemos modelar, que nuestros sentimientos, emociones y deseos son también materia geométrica que podemos asimismo modelar. Así, vamos consiguiendo de hecho y, quizá, por primera vez en nuestra historia planetaria, la capacidad de síntesis, la capacidad de unir el centro mental con todos los demás centros del Universo a través de las formas geométrica.
Dijimos también, en una parte de nuestra conversación, de que existe por doquier grandes necesidades y, quizá ustedes se preguntaban y, quizá se pregunten ahora, cómo un cambio de teoría esotérica puede galvanizar el aura del planeta y constituir un nuevo núcleo de potencia creadora a disposición de las personas inteligentes y de buena voluntad. Me lo estoy preguntando constantemente, y mi respuesta es que es el propio siglo, que es la propia época, que es la era de grandes transformaciones sociales la que tiene la última palabra, es por así decirlo, la gran pantalla donde debemos mirarnos y desde donde debemos contemplar todo cuanto nos rodea, con un nuevo espíritu más selectivo, más incluyente, en suma, más rápido; lo cual no ha ocurrido después de dos mil años de cristianismo, Cristo continua siendo una incógnita.
Bien, entonces el esoterista o el discípulo mundial, la persona altamente capacitada en el aspecto espiritual, debe hacerse esta pregunta: ¿qué es lo que hago yo para transformar la sociedad?, o, ¿podemos esperar que la sociedad se transforme por el impulso técnico simplemente?, ¿no habremos de añadir algo más a este conglomerado de cosas, a esta técnica precisa y a este trepidante dinamismo que vemos por doquier? Simplemente, hay que añadir armonía a todo esto, y la armonía no es algo que viene de la masa o de una gigantesca cantidad de personas, viene de las propias raíces espirituales dentro del individuo, y si somos conscientes de esta verdad, automáticamente tiene que haber un cambio de situación psicológica, y en el momento en que hay un cambio de situación psicológica podemos decir que la vida empieza a cambiar. No podemos esperar a que cambie el vecino o la sociedad o el grupo, somos nosotros quienes debemos cambiar. Ya con esta premisa de base podríamos ya emprender nuestra búsqueda en otra dirección.
Bien, el tema elegido para nuestra conversación de hoy, y será un tema que durará yo creo varios meses, es el de la curación esotérica, porque todos sufrimos en uno u otro nivel, hay quien sufre en el nivel físico, otros sufren en el nivel emocional o psíquico y otros lo hacen en el nivel mental, pero todos sufrimos ¿verdad?, es evidente, porque no estamos adecuados, porque nos falta armonía, porque vivimos enclaustrados en viejos prejuicios, porque el atavismo y la tradición todavía sojuzga nuestras mentes y corazones, y siempre estamos esperando que se resuelva todo por obra y gracia del Espíritu Santo, pero, el Espíritu Santo somos nosotros. Dense cuenta ustedes de esta afirmación, categórica y al propio tiempo muy espiritual, en nosotros descansa toda la tradición, en nosotros descansa toda la historia, en nosotros descansa todo cuanto es, cuanto ha sido y cuanto será, y es a partir de aquí que podemos preguntarnos por qué sufrimos. Cuando el gran Señor Gautama, el Buda, se dio cuenta de los males del mundo, empezó para Él el largo peregrinaje que conducía a la liberación, y lo que Él vio, su experiencia, fue siempre que el mundo sufría por tres poderosos factores: por la vejez, por la enfermedad y por la muerte. Me pregunto si a igual que Buda, que fue un gran Instructor y continua siendo un Instructor en las esferas más allá de nuestro entendimiento, que podamos resolver la incógnita o ésta pregunta misteriosa de cómo puedo vencer el mal en mí y qué es el mal en su esencia. Esotéricamente, se nos habla del mal cósmico, ya no se trata del mal individual, de que tengamos ciertas enfermedades de tipo psicológico o psíquico o físico, se trata de llegar a las causas de los dolores de la humanidad, porque en tanto no se llegue a las causas o a las raíces del dolor existirá la enfermedad, la vejez y la muerte. ¿Por qué hablamos de un mal cósmico, o es que todo es humano? Dense cuenta de una verdad esencial desde el ángulo esotérico, todos los Logos están en vía de perfección, todo el Universo es evolución, y evolución siempre conduce a una más alta perfección. No les hablo de la perfección única sino la perfección de estados, y cada universo es un estado de conciencia psicológico, con sus problemas y sus dificultades del orden que sea. Por lo tanto, la primera causa de una enfermedad, del tipo que sea, debemos hallarlo en las regiones en donde existe un intento de parte del Dios del Universo de alcanzar una cima superior de donde está situado. El espacio está más allá de toda ponderación, el espacio solamente puede ser ponderado cuando desde el centro de conciencia podemos extender un círculo y quedarnos dentro, y empezar a crear dentro de aquel círculo, que es lo mismo que hacemos nosotros, creamos un centro de conciencia y lo demás viene por añadidura, tal como es la ley, tal como es el reglamento de las razas y de las especies. Pero, la experiencia de Buda y el conocimiento de que existe un mal cósmico del cual aparentemente no tenemos nosotros la culpa, que existe una ley de causa y efecto más allá de nuestro propio karma ¿nos dice algo en nuestro presente estado de evolución? Si estamos todavía pendientes de aglutinar nuestros vehículos, de llevarlos a un estado de armonía, ¿cómo podemos medir entonces el mal cósmico?, es decir, la imperfección —con toda reverencia lo digo—, de un Logos o de un Dios Solar.
Bien, solamente para medir, para darnos cuenta, cuando hablemos de mal y las consecuencias del mal del karma, que tengamos en cuenta que existen muchas formas de mal, pero la mayoría son gestadas en el aura del hombre y vienen desde el principio de los tiempos. Cuando examinemos aquellas formas gastadas veremos que el aura de la humanidad está llena de estas formas; formas que las vemos en su propio nivel de esta manera, pero si aumentamos la vibración y ascendemos a los niveles causales, estas formas aparecen netamente geométricas, pero con formas netamente irregulares también, imperfectas, porque la perfección de un estado es el cuadrado regular o bien el triángulo equilátero o bien el círculo perfecto, tal como hemos dicho en varias ocasiones y, hoy veremos la misma consideración desde otro ángulo de vista. Porque para hablar con justicia de cualquier tema hay que presentarlo siempre con varios matices, habida cuenta que nuestra mente es tridimensional, debido a la influencia del mundo físico en el cual existen tres dimensiones, más, añadido, a la dificultad que tenemos de apreciar las tres dimensiones dentro de las cuales estamos inmersos, por más que extrememos la percepción siempre nuestra visión abarcará dos dimensiones del espacio, solamente dos, siempre veremos un plano, nunca veremos un volumen. Solamente es ascendiendo por las rutas del espíritu, tal como esotéricamente se dice, que podemos ver que las tres dimensiones que corresponden al plano físico y que mecanizan hasta cierto punto la mente, son porque estamos viéndolas desde el nivel de la tercera dimensión, pero, ¿qué ocurre cuando pasamos a la cuarta dimensión contemplando la tercera? Entonces, vemos realmente la tercera dimensión en toda su completa riqueza de significados, ya no vemos cuadrados, ya no vemos superficies, vemos volúmenes, volúmenes luminosos, y si estas formas las contemplamos más allá y por encima del mundo mental, aparecen como símbolos, y ¿qué es lo que hay más allá del símbolo? La armonía suprema. Yo creo que la armonía suprema se halla en la base de la curación de todo tipo de enfermedades.
Las enfermedades en sus raíces son psicológicas siempre y provienen de un remotísimo pasado y, las tres causas principales que provienen de un pasado, el primitivo pasado del cual nuestra historia guarda razón, es la triple figura: del deseo sexual, del egoísmo y del miedo. Estas tres causas principales están llevando el mundo al desastre porque continúan actuando, en lenguaje esotérico a estas tres formas las llamamos lemures, con el significado de que provienen de la época Lemur, es decir, cuando por primera vez en la historia el hombre tuvo un cuerpo y empezó a ejercitarlo, desde aquel momento en que tuvo el cuerpo ya a punto, dispuesto, empezó el karma de la humanidad, y este karma continúa, el deseo sexual continúa, unos por exceso, otros por inhibición, y ambos extremos causan enfermedades, y de esto no nos damos cuenta.
Otra forma que existe de enfermedad es el egoísmo que corroe los corazones. En tanto exista egoísmo en el corazón habrá enfermedades, y cuando después de acumular los tesoros temporales no veamos ninguna solución porque nos hacemos viejos y somos pobres y enfermos ¿qué es lo que pasa entonces? Sobreviene el temor, y para mí el temor... el temor engendrado en la época Lemur, cuando el hombre tenía miedo al rayo y al trueno porque desconocía su origen, en el hombre moderno se convierte, o bien, en el miedo a la oscuridad, en el miedo a afrontar una situación cualquiera, o bien, en el temor a la muerte. Y, naturalmente, si debemos hablar de curación esotérica deberemos hablar de los tres pilares en donde se sustenta la evolución de los tiempos, y es en el nacimiento en un cuerpo físico, es la conservación de este cuerpo físico y es la restitución de este cuerpo físico a la naturaleza en el momento de la muerte. Todo es liberación, para mí curación esotérica significa liberación, liberación en el plano que sea, en el nivel físico por la curación de enfermedades, en el nivel emocional por el control de los deseos, y en el mundo mental por la inspiración del pensamiento viniendo de sagradas alturas, búdicas o átmicas.
Pero, en todo caso, démonos cuenta de que estamos sufriendo y que todos estamos interesados en dejar de sufrir, además, existe una ley de la naturaleza que es la ley de preservación de la materia, que nace, vive y se sustenta de la propia naturaleza, y que lo que interesa es hacer causa común con la naturaleza y progresar de aquí hasta las alturas más sublimes. Pero, en todo caso, todo cuanto existe en la naturaleza está sujeto a la muerte, pero una cosa es vivir un período de tiempo asignado a cada especie o a cada raza o a cada ser humano o a cada unidad o a cada especie vegetal, animal o humana, y otra cosa es poder llevar firmemente el trabajo de conservación hasta sus extremos límites, hasta más allá de las capacidades conocidas, porque en todo caso estamos interesados en conservar nuestro cuerpo, porque nuestro cuerpo es el tabernáculo del Espíritu Santo como decía Pablo de Tarso, y es ahí donde hay que trabajar, y me pregunto ¿qué es lo que hacemos?, porque desde el momento en que sabemos que las causas de la enfermedad es falta de armonía, hay que preguntarse también ¿qué es lo que hacemos para armonizar nuestra vida?, ¿lo hacemos verdaderamente? Para mí vivir en armonía es vivir en paz con todo cuanto nos rodea, empezando con algo que a ustedes les parecerá paradójico, y es no hacer resistencia a la propia enfermedad, sea la que sea, esta es una verdad incluyente, esotérica en sumo grado, que difícilmente aceptará la mente intelectual, porque ¡cómo vamos a resistir aquello que nos hace sufrir!, pues bien, una considerable parte de nuestros sufrimientos es siempre esta resistencia impuesta, este no querer ver las cosas tal como son, tratar de eludir el dolor, apaciguarlo solamente, pero nunca lo enfrentamos de frente, porque siempre tememos el dolor, y parte de este sentido del dolor es una resistencia al propio dolor, de ahí que cuando resistimos algo añadimos fuerza a este algo, sea una enfermedad, sea un estado de conciencia, sea un hábito, porque los hábitos engendran causalidades que infunden fortaleza en los niveles psíquicos, se convierten en un campo abonado para todo tipo de enfermedades.
No sé si ustedes recordarán que en una de nuestras conversaciones afirmé que las enfermedades no son algo sino que son alguien, que tienen características similares a las humanas, aunque no llegan a su grado de evolución, desde el momento en que un hábito ha sido establecido tiene tanta fuerza como la propia conciencia, y traten ustedes de luchar contra sus hábitos. Cuando una conciencia ha sido establecida en un hábito, entonces, hay que preocuparse mucho porque está en camino cualquier enfermedad. Cualquier hábito establecido exige liberación, ya sea el hábito de pasar siempre por el mismo sitio, ya sea el hábito de cualquier condición que sea, física, emocional o mental, exige destrucción, porque si no hay destrucción de los hábitos se convierten en conciencia. Una conciencia, que con el tiempo llega a ser tan poderosa como la propia razón del hombre, la propia voluntad, porque es que añadimos voluntad a los hábitos, y cuando hemos añadido cierta cantidad de voluntad, hablando de una manera muy científica, esta enfermedad, este hábito establecido o este estado de conciencia, se convierte en nuestro amo, no en nuestro obrero, no podemos disponer ya de él sino que él está por encima de nosotros, nos guía y no deja que nada en el mundo llegue a nosotros sin pasar por aquello, entonces, justo será reconocer que si esto es verdad, yo les ruego que lo acepten como una hipótesis de trabajo mental, de no ser así no podemos explicar el sentido oculto de cualquier tipo de enfermedad, para poder de esta manera ir desglosando este bloque de granito que oculta la verdad, porque si realmente estas formas de enfermedades son entidades habrá que luchar de manera diferente, no a través de la alopatía o la homeopatía o del naturismo o de cualquier cosa de estas para luchar contra una enfermedad física, sino estableciendo contacto con el mundo de las formas creadas a través del tiempo a partir de las primeras razas humanas, y empezar ya a cortar hilitos, estos hilitos que constituyen la cuerda que une a la humanidad a todas las enfermedades del tipo que sean, pues hemos llegado casi al final del Siglo XX y hay enfermedades de tipo realmente incurable.
¿Qué hace la ciencia, por ejemplo, contra el cáncer, contra la diabetes, contra cualquier enfermedad de tipo nervioso, contra el reumatismo? No hay nada, se alivia un poco pero no se cura, porque se está pasando la mano por encima, por la periferia, pero no existe un poder oculto que vaya a la causa inmediata, la causa productora de cualquier tipo de enfermedad y, naturalmente, hay que hablar de aquello que os decía, que es el mundo, el demonio y la carne, o lo que antes decía, que es lo mismo partiendo desde el ángulo esotérico, de los lemures, es decir, el deseo sexual incontrolado por una parte, el egoísmo que nos corroe a todos por dentro por otra, y el miedo que tenemos constante. Siempre estamos llenos de miedo; ¿por qué tenemos tanto miedo? Porque el miedo aparentemente salvaguarda, es un aliado de la ley de preservación del cuerpo, pero no es así, porque el miedo siempre contraria la razón, elude el reto de la acción, elude el compromiso, elude la lucha y cada vez nos hace más esclavos de los prejuicios y cada vez somos menos creadores ante el reto de la acción. De ahí la importancia que tiene que nos demos cuenta del lugar que estamos situados en el tiempo, que nos demos cuenta que una gran parte del sufrimiento es voluntario; démonos cuenta también que nuestra voluntad es poderosa, es parte de la voluntad divina, es por tal motivo que de la misma manera que Dios ha dado fuerza, razón y entendimiento al hombre, nosotros que somos hechos a su imagen y semejanza, también podemos dar razón, voluntad y fuerza a una entidad, y esta entidad son enfermedades en el plano psíquico, y el que tenga visión clarividente notará la influencia de lo que llamamos en términos esotéricos las larvas, los cascarones astrales, los lemures, y toda fuerza que viene desde los tiempos inmemoriales, y que no sólo abarca el aura planetaria constituyendo una red tupida por donde no puede entrar la energía cósmica, sino que nuestros ambientes sociales constituyen todavía un sentido de regresión porque las auras magnéticas del hombre están llenas de estos animalitos aparentemente. Pero, ¿quién da vida a estas formas sino nosotros mismos? La diferencia que existe entre la fuerza radiante del aura etérica del hombre cuando está en contacto con el cuerpo búdico, cuando elimina automáticamente después de haber pasado por la transfiguración, después de haber ascendido por la montaña que conduce al sufrimiento hasta llegar a la cima para contemplar después mirando hacia abajo sin ningún error de perspectiva cuanto ocurre allí, nos hemos situado en el punto exacto en donde se halla una enfermedad, y entonces, podemos enfrentarla, de la misma manera que en el momento de la iniciación, la que sea, siempre enfrentamos el mundo de la dualidad en forma del Guardián del Umbral y en forma del Ángel de la Presencia, entonces, habrá que medir también la existencia de un bien cósmico, me pregunto ¿qué vamos a hacer con esto? Si la dualidad está por doquier, si existe un mal cósmico que crea enfermedades y turbaciones en todos los planetas de nuestro sistema solar, y quizá, en otros sistemas planetarios, y si existe este estado perenne de regresión al pasado a través de la tradición ¿qué es lo que importa más actualmente? Yo creoque la humildad es lo primero que hay que cultivar, darnos cuenta que nunca damos todo cuanto valemos, porque estamos en un sentido de refracción, porque estamos siguiendo una inclinación del eje de la Tierra, y aunque nosotros aparentemente tenemos la conciencia recta siempre está torcida y vemos las cosas siempre bajo perspectivas falsas. Uno de los aspectos particulares del karma o una definición científica del karma, es una perspectiva falsa, es decir, hasta aquí, y siempre de acuerdo con la temática de la curación, vemos el karma como una ley a la cual debemos sujetarnos íntegramente para poder surgir triunfantes de cualquier estado. Siempre estamos luchando con la idea de karma, como si el karma fuese una ley de retribución constante, como si debiésemos pagar algo por algo que hemos hecho antes, en cualquier remoto lugar y en cualquier remoto estado del tiempo. Pero, ¿es así esto? ¿han considerado alguna vez el karma como una oportunidad única de perfección y a partir de aquí empezar a ver las cosas de otra manera? No contemplar el karma con la mente timorata del novicio espiritual o con la confianza del discípulo que enfrenta el karma cara a cara, no como una ley de justificación, no como una ley de causa y efecto que viene por el tiempo y que fatalmente tiene que conducir nuestro destino sino desde el ángulo de vista de la armonía natural, como un efecto de la naturaleza. Nunca consideramos el karma ni el destino como algo natural, como un hecho en la naturaleza, estamos luchando siempre con la idea de karma en un sentido de que somos malos y hemos de cumplir el karma, nuestro destino es malo porque habremos hecho algo mal en el pasado o que eres bueno porque hemos hecho buenos actos en el pasado, esta idea es falsa, desde el momento en que el discípulo precipita karma a voluntad, y si puede precipitar karma a voluntad significa que puede precipitar oportunidades creadoras en su vida, que puede crear una armonía que no corresponde al ambiente social en donde vive inmerso, que él puede quedar tranquilo cuando todo está en movimiento ¿se han dado cuenta? Y ahí está una de las bases principales en donde se apoya la curación total, psicológica; y ¿por qué tenemos miedo?, simplemente porque a través del egoísmo personal, otro hecho en la naturaleza, no vamos de forma natural, hemos acumulado en el tiempo, y cuando hemos acumulado mucho surge el temor de perderlo, y con el saquito a cuestas vamos recorriendo nuestro destino, y cuando llega el momento de la muerte no sabemos que hacer con aquel saco, ahí está el dilema de muchas personas que tienen miedo a la muerte, y me pregunto por qué, ¿por qué no dejamos ahora las cosas ya? Y no digo que vas a vender tu casa y a vender tu coche ¡no!, de esto no se trata, la riqueza no está en el tener mucho o en el tener poco, se trata simpelmente de que mi mente esta separada de lo mucho y de lo poco; es que el término es egoísta, decimos: “el rico es egoísta” y el pobre ¿qué?, el rico es egoísta de millones y el pobre es egoísta en miserias, pero, en la esencia, el egoísmo es lo mismo.
Por lo tanto, si nos diésemos cuenta que el egoísmo forma una parte inseparable de la enfermedad quizá viviríamos más humildemente, sin tantas pretensiones, porque todo vamos a dejarlo, y precisamente aquí vamos a hablar sobre la muerte. Debemos enfrentar la muerte cara a cara para que nos demos cuenta de que no es tan horrorosa como nos la ha pintado la tradición, sino que es la liberación de un estado de conciencia, que es parte del programa de la Vida del Creador, es una renovación constante, y me pregunto, y ahora hay una explicación de por qué los místicos del pasado que conocían la ley decían: “Hay que morir un poco cada día”, porque si morimos un poco cada día dejamos algo del saco fuera y, entonces, en el momento de la muerte no tenemos nada. Desnudo nací, desnudo me hallo, ni pierdo ni gano, esto dice Sancho Panza en el Quijote, pero dense cuenta que es una verdad, cuanto más tengamos más temor a la muerte, seguro. Y esto no solo para las riquezas materiales sino también por las emociones, los sentimientos queridos y la imaginación desbordante; y también el pensamiento, siempre atado a conceptos, cuantos más conceptos, cuanta más riqueza intelectual menos riqueza espiritual. Es lógico, estamos acumulando valores en el tiempo y me pregunto por qué, ¿qué nos quedará después? El miedo. Bien, hay que luchar contra miedo ¿verdad?
Bien, vamos a concretar algo más la idea acerca de la curación. En la naturaleza planetaria la enfermedad existe en cuatro niveles: en el físico, el etérico, el astral y el mental; más allá de aquí ya no existe enfermedad, ni vejez, ni muerte, existe un renacimiento a voluntad, existe la ley del orden y de la armonía y la unidad incluyente, más allá de todo esto la Divinidad, no podemos recrearnos con el cuerpo búdico naturalmente, estamos luchando en un caso muy excepcional en el mundo mental y de aquí no podemos pasar, porque la mente impone sus propias fronteras, la evolución tiene sus exigencias y nosotros sabemos que no podemos pasar más allá del juicio. Quizá algún día a través del juicio bien establecido entraremos dentro del campo de la intuición o que la intuición llegará a nosotros por vía interna, pero este no es el caso. Recuerden estas figuras: la figura del cuadrado, del triángulo y del círculo, ya siempre de acuerdo con la temática de hoy. ¿Por qué en el cuerpo físico situamos cuatro gradaciones o cuatro planos? Nuestro cuerpo físico está constituido de cuatro elementos, un elemento que es mineral, un elemento que es vegetal, otro animal y otro humano, pero en sentido de elementos químicos tenemos: tierra, agua, fuego y aire. Todo esto está en nuestro cuerpo, la tierra está llena de componentes químicos, y el cuerpo humano, que pertenece a la tierra está llena de componentes, el calcio, el fósforo, el manganeso, todo cuanto existe en la naturaleza en pequeñas dosis y partículas está en el cuerpo humano. Existe el ambiente agua o el elemento agua, que crea el ambiente acuoso o psíquico, y está compuesta el agua, como ustedes saben, es un compuesto de dos gases, de oxígeno e hidrógeno, esta composición hace posible que el hombre pueda extenderse en sensibilidad en el cuerpo físico. Si no existiese el elemento agua el cuerpo físico no podría situarse en el mundo astral, no podría conocer el mundo astral, se vería limitado por el campo astral, porque no habría un mundo de comunicación, de entendimiento y de conciencia. Luego, el elemento fuego. El elemento fuego que es la calor del cuerpo, es la que nos permite vivir y, ¿de dónde surge el fuego? El fuego surge de las misteriosas raíces del fondo de la Tierra, de Kundalini, es decir, que el fuego es el Kundalini expresado en vitalidad, y cuando el fuego y el agua se ponen en contacto crean una sustancia por evaporación y es el aire, es decir, que el aire es lo que nos permite vivir casi de una manera segura dentro de campos gravitatorios. La ley de gravedad sin tener aire y agua en el cuerpo carecería de sentido, habría una dispersión total de elementos; pero, analizando el aire, vemos que existe una participación de aire que lo enlaza con el cuerpo etérico. También tenemos algo que es muy interesante desde el ángulo de vista de las enfermedades y es que los cuatro elementos son vitalizados desde arriba... (se produce un corte de sonido)... cuando el cuerpo humano que tiene esta aura magnética, y esta aura la tenemos todos sin distinción alguna, más radiante según la salud, según nuestra impresiones internas, estas condiciones vienen alteradas cuando existen aquellos elementos dentro del aura etérica, que cuando hablamos de enfermedades estamos diciendo desde un buen principio que las energías que vienen del plano astral o del plano mental al encontrarse con el campo etérico si encuentran resistencia no pueden pasar y crean vórtices de energía negativa. El cáncer es una enfermedad vibratoria localizada en el campo astral, proviene de la raza Atlante, la sífilis pertenece a la época Lemur, y están condensadas bajo formas en nuestra aura. Es decir, que el curador del futuro no mirará el aura simplemente como miramos ahora, dice: “sí, el aura la tiene usted bien”, pero para ver el aura humana aún en el campo etérico debemos ascender al mundo mental y desde el mundo mental ver las formas de su aura, no simplemente en el mismo nivel, que es falso, porque la perspectiva siempre es falsa cuando se realiza en el mismo nivel de percepción, hay que subir cuanto más lejos o más arriba mejor para ver lo que pasa en nuestra aura y, entonces, sabremos el porqué de los dolores de cabeza inoportunos, de aquella sensación de apagamiento, aquella sensación de debilidad extrema, de disgusto ante la vida que nos suele acontecer a todos cada día o frecuentemente, por la actividad en nuestra aura de pequeños “animáculos” como estos, —Vicente lo representa en la pizarra— no son tan grandes naturalmente, estamos viendo esto aumentado millones de veces, pero existen en esta forma, porque la calidad del esotérico entrenado, del clarividente, es poder aumentar a voluntad todas las formas, aunque sean atómicas, hasta el nivel que desee para poder observar clarividentemente las causas, las formas exactas; y naturalmente, reitero lo que decía antes, contemplado desde el plano causal, estas formas que deben ser contempladas desde ciertos niveles mentales mirando en el plano astral, aparecen en forma de larvas, aparecen como figuras geométricas irregulares, con un color definido, habida cuenta de que un color definido es siempre un conjunto de formas geométricas. La forma geométrica perfecta del círculo, por eso, el cuerpo búdico si lo pudiésemos manifestar siempre es circular, o esférico mejor dicho, pero en todo este conjunto de cosas vemos siempre la presencia interna de una fuerza que trata de llegar a nosotros y encuentra el impedimento de estas fuerzas opuestas, de aquello que ha venido importado a través de las edades y que recobramos en cada nuevo nacimiento. Es decir, nacemos ya con el estigma, no del karma sino del estigma de una acción incorrecta, que hay que rectificar naturalmente, y en el caso que nos ocupa, rectificar una conducta es buscar la armonía de la conducta. Si hay armonía en la conducta aquello languidece, va perdiendo fuerza, y el cuerpo etérico se convierte en radiante, magnético; y una de las fórmulas básicas de curación para el futuro es el magnetismo y la radiación. Es decir, podíamos decir que el magnetismo va del mundo mental al cerebro del individuo, pasa por su corazón y va a las manos, y el hombre cura por imposición de manos; pero cuando hay pureza, cuando hay radiación, el magnetismo se manifiesta a través de toda su aura, el aura ha crecido. Habitualmente nuestra aura viene a tener unos diez centímetros, pero el aura de un Adepto tiene kilómetros y todo cuanto abarque en su campo de acción lo está curando. ¿Por qué viven los Maestros retirados? Viven retirados porque el mal del mundo impediría que pudiesen vivir, porque hay tanta necesidad y hay tanta compasión en sus corazones que fácilmente serían destruidos por la fuerza misma de su compasión, por eso viven en lugares apartados, allí donde solo pueden acceder las almas puras, de aquellos que tienen poder radiactivo. Pero todo está compendiado dentro de los órganos de percepción mental, porque no-solo el cuerpo etérico es la base de la vitalidad del organismo sino que es donde debe penetrar la energía espiritual más elevada, y naturalmente hablamos de integración, y la integración siempre tiene que ver en el momento en que el cuadrado del cuerpo físico es perfecto, está apoyado por el éter —el cuerpo etérico— y a través del cuerpo etérico se manifiesta la energía emocional y la energía mental purificadas, y entonces cuando esto se ha realizado —dense cuenta que es la cumbre de una montaña—‚ se realiza el milagro de la Transfiguración en el Monte Tabor de la Conciencia, o en los Montes Himalayas de la Conciencia. Hay un escritor esotérico que dice que esta cúspide de la Transfiguración son los Montes Himalayas o el Everest de la Conciencia, lo más elevado, a partir de aquí todo es ya circular, ya no hay aristas, el ser se ha convertido en uno, que ve las cosas desde el ángulo mismo de la unidad, desde el centro, tiene la visión propia de los Grandes Iniciados; y es un camino que tenemos que recorrer todos. Así que estamos aquí escuchando unas cosas aparentemente sin sentido porque cuando hablamos del mal cósmico o cuando hablamos de la imperfección de los Dioses parece ser que estamos queriendo superar aquel estado que somos superiores a ellos, se trata simplemente de reconocer un hecho en la naturaleza, hay una imperfección que busca una perfección, y esto lo hallamos en todos los niveles de la naturaleza, en todos los sistemas solares y en todas las constelaciones y en todas las galaxias, existe siempre un superior estado de perfección; no podemos pasar de ahí, démonos cuenta, que la perfección de un estado es nuestra meta, la perfección única no existe para nosotros, sería la negación de la propia perfección, y no tenemos que hablar de cosas negativas. Estamos llegando a un punto dentro de la órbita de nuestras consideraciones dentro de la cuales nosotros debemos sentirnos integrados en una perfección cada vez más efectiva, más continuada, más perseverante, pero sin culminación alguna, ahí está la gracia de la armonía, y por lo tanto, la gracia de curación de todas las enfermedades.
Para terminar, la Jerarquía Planetaria está muy interesada en la curación de las enfermedades que afectan a la raza humana, y al hablar de Jerarquía Planetaria me estoy refiriendo concretamente a esta corporación de almas liberadas que técnicamente definimos: “el 5º Reino de la Naturaleza”, es decir, un ciudadano del 5º Reino de la Naturaleza, un Alma liberada, carece de enfermedad, de dolor, de vejez y de muerte, por lo tanto, no estoy hablando de teorías, estoy repitiendo lo que se repitió desde hace siglos a través de la sucesión apostólica de los Hijos Liberados de Dios, que han tenido su experiencia idéntica, una experiencia que llamamos Iniciación. Todos estamos preparándonos para la Iniciación, todos estamos preparándonos para un nuevo estado de conciencia o para un nuevo nacimiento. Si queremos curarnos de estas enfermedades, psíquicas, psicológicas y físicas, debemos entrar siempre en el campo de la Iniciación, en la gran corriente iniciática que es la que regula el proceso, y esto se logra simplemente atendiendo la voz de la razón, del juicio, del entendimiento, de la simplicidad exquisita, de la humildad suprema. Me pregunto cuántos de nosotros estamos dispuestos a hacer esto, vivir más armoniosos en nuestras relaciones sociales, en el hogar, en cualquier sentido y si podemos permanecer tranquilos en tanto todo el mundo está luchando, es decir, que cuando todo está en movimiento, este movimiento de las ondas que vemos por doquier, nosotros luminosos en el centro, manteniendo incólumes la armonía que hemos conquistado. Bien, en este caso, solo falta ver algo muy esencial, no olvidemos que estamos aquí por una función o por un destino trascendente, este destino trascendente, llámenlo ustedes del modo que quieran, es siempre la liberación, pero no puede haber liberación en tanto exista enfermedad en nuestro cuerpo, en tanto exista enfermedad psicológica en nuestra vida, en tanto exista algo en nuestra existencia que nos haga retrotraernos hacia nosotros mismos y nos conduzca al pasado, de ahí que la verdadera ciencia de creación que es armonía es al propio tiempo la esencia liberadora del ser. Si podemos lograr armonía no habrá enfermedades, hay que liberarse del miedo; primero, el miedo a cualquier situación ambiental, no tengamos miedo de enfrentar las situaciones; el miedo a la oscuridad, otra forma de miedo, hay que buscar la luz interna, así la oscuridad no podrá contra nosotros; y hay que liberarse finalmente del temor a la muerte, porque aquellos que temen la muerte es porque no aman la vida, esto lo decía Cristo y es una gran verdad. Cuando tengamos establecido este propósito, cuando los tres enemigos del tiempo: el deseo, en sus formas múltiples y variadas, el temor y la esperanza sean vencidas en su punto culminante, entonces, alcanzaremos la armonía y esta armonía nos conducirá a la liberación, más allá de esto solamente existe Dios. Y ahora ustedes mismos pueden preguntar.
Interlocutor.— En referencia al karma. Entonces, el karma es la memoria del Ser planetario que es el Cosmos. [Exacto] ¿Es la memoria? [Sí.]
Vicente.— Bueno, existe una cosa; cuando hablamos de nuestro cuerpo etérico hay que significar que este cuerpo etérico forma parte del cuerpo etérico planetario, cuando hablamos de karma humano estamos refiriéndonos a que nuestro pequeño karma se halla sumergido dentro del karma solar, del karma planetario en este caso, y que todo cuanto existe es porque nosotros tomamos siempre una pequeña parte en su desarrollo, de no ser así no tendría razón la existencia.
Interlocutor.— Tenemos que liberarnos de este karma, o sea, las experiencias de este ser, todas sus experiencias, claro, en un principio este ser, sus experiencias, podíamos decir, eran de imperfección hasta que superó, entonces, para nosotros el trabajo que tenemos que hacer es superar esta imperfección que claro la encontramos que está en nosotros, pero con la inteligencia, o sea, con lo que podemos saber del esoterismo que vamos aprendiendo vida a vida, vamos eliminando y vamos ya entrando en un karma, podíamos decir superior, liberando todo esto más o menos.
Vicente.— Exacto, exacto, teniendo en cuenta lo que he dicho también de que el karma no es solamente la ley de retribución, es decir, la ley que obliga a hacer algo en respuesta a un acto anterior, sino que es una oportunidad. Si no fuese una oportunidad el discípulo no podría, el discípulo me refiero a la persona rectamente intencionada, por lo tanto, una persona inteligente y de buena voluntad es un discípulo a mi entender, por lo tanto, remarco esto para remachar la frase; el discípulo está atento al destino no solo suyo, porque él sabe perfectamente que forma parte de un vasto plan de liberación, que solamente el Maestro conoce y sirve, pero dándose cuenta que en el momento de la individualización, cuando el hombre empezó a ser autoconsciente, automáticamente recibió un impacto de la voluntad de Dios, significa que tiene parte de la voluntad de Dios, entonces, a cambio de darle su voluntad le da su karma también; dense cuenta que aparentemente es nulo pero es una idea vieja como el mundo. Por lo tanto, al eliminar el karma de la sociedad, al eliminar el karma individual, estamos ayudando al Logos Planetario a liberarse de su propio karma. Veamos que somos discípulos del propio Señor del Mundo y trabajemos en este sentido. No nos creamos tan solos y desamparados, podemos curarnos a voluntad, porque poseemos la fuerza de la inteligencia y de la razón, de la voluntad. También sabía el Señor Planetario o el Señor Solar, cuando nos dio la inteligencia a qué se exponía, porque nos daba parte de su poder, y el hombre, todos lo sabemos, ha abusado de este poder divino, ya sea en forma de vida sexual incorrecta, de egoísmo y de temor. Solamente en las elevadas esferas de la inteligencia, cuando el hombre ha rebasado ciertos ciclos obligados de ejercicio, digamos, de acción kármica, es cuando se da cuenta de que es la propia voluntad de Dios, y entonces, puede decir: ”Yo Soy la Verdad, Yo Soy el Camino, Yo Soy la Vida”, porque se siente Yo y el Padre somos Uno, porque por primera vez en su vida el iniciado se da cuenta realmente de que forma parte de la Voluntad de Dios. Pues bien, si mantenemos siempre esta idea de que somos la parte de la Voluntad de Dios, que somos parte de la Inteligencia de Dios y que somos parte del Cuerpo de Dios, que es el planeta, tenemos el deber de curar nuestras enfermedades, las que sean, no aceptarlas como un castigo sino como una oportunidad, pero no dejarlas en el ocaso, no, no decir “vamos a dejarla” sino trabajando intensamente en el sentido de curación, porque toda enfermedad que llegue a curarse radicalmente en el planeta es algo que eliminamos del aura planetaria, del aura del Señor del Mundo y, por lo tanto, del karma solar también.
Interlocutor.— …un tipo de figuras geométricas que corresponden a...
Vicente.— Exactamente, pero no se ha catalogado todavía, solamente se sabe..., además es un secreto iniciático, que en cada iniciación se revela un sonido, un color y una forma geométrica. En la 1ª Iniciación se da el secreto del cuadrado, el color que corresponde al cuadrado y también la forma, digamos, del sonido que corresponde al cuadrado, y entonces se sabe…, porque la naturaleza es sabia, que a través de la visión de los cuadrados que se ven en el aura humana se sabe como es aquella persona, porque debemos empezar por equilibrar el cuerpo físico, lo cual significa que hay que equilibrar los cuatro elementos que componen el cuerpo físico. Esto es físico aparentemente pero esos cuadrados están ahí, en la mente y en el mundo de las emociones, porque el cuerpo no es un principio, el cuerpo es mecánico, una vez se fundó o se ejercitó a través de un arquetipo definido, que es un arquetipo solar, y se creó en la época Lemur el cuerpo físico, ya no ha evolucionado, ya está creado todo, por más que trabajemos no saldrán más ojos, ni más orejas, ni más narices, estamos perfectos. Ahora bien, ¿qué es lo que puede hacer el cuerpo físico? La purificación de cada una de las moléculas o de átomos constituyentes del cuerpo físico para que puedan penetrar las energías del cuerpo búdico y se elimine esas formas.
Bien, continuemos. En la 2ª Iniciación, se nos enseña el secreto del triángulo equilátero, con el color que corresponde al triángulo equilátero perfecto —más allá de la medida humana y psicológico—, y el sonido que corresponde también a éste triángulo. Bien, vamos siguiendo hacia arriba, pero esto ya no me corresponde a mí, solamente son leyes establecidas por la naturaleza que corroboran todo cuanto hemos venido diciendo aquí, desde el principio de los tiempos, en que empezamos naturalmente. Siempre veremos las figuras de base: el cuadrado, el triángulo y el círculo, o viéndolo es su tercera dimensión perfecta: el cubo, el tetraedro y la esfera, ¿qué pasa entonces?, solamente hay que buscar, indagar, averiguar, penetrar dentro. La penetración de la inteligencia dentro de cualquier símbolo nos da como consecuencia la liberación de un estado de conciencia; un conocimiento adquirido, con honestidad y humildad, es liberación. Si adquirimos un conocimiento y añadimos sobre él nuestros propios razonamientos lo convertimos en algo inferior, en algo incorrecto, por lo tanto, nos sentiremos ligados al conocimiento.
Interlocutor.— Yo quería preguntar si sobre lo se ha dicho del karma, considerando que nosotros heredamos ya el karma que hemos producido, si se puede considerar que esto es cierto desde el punto de vista de la personalidad, pero no es cierto desde el punto de vista del individuo, o sea, de esta vida, de esta alma que somos.
Vicente.— Bueno, las enfermedades que vienen como consecuencia de los estados de conciencia negativos, es decir, todo tipo de enfermedad, podíamos decir, abarca el nivel físico, el etérico, el emocional y el mental, y parece ser que el hombre no tiene potencia suficiente para luchar contra este conglomerado de fuerzas a menos que ascienda a través de su conciencia, que ascienda a los Montes Himalayas de sí mismo; cuando está dentro, incluyente de esta fuerza poderosa de sí mismo, entonces el karma ya no tiene el aspecto que tenía antes. Ahora miramos el karma desde abajo hacia arriba, pero una cosa es mirar el karma de abajo hacia arriba o desde arriba hacia abajo, es un cambio completo de perspectiva, porque desde arriba vemos el cuadrado, desde aquí vemos el triángulo —lo explica en una pizarra—, ¿qué quiere significar esto?, que aquí nos hemos situado en la cúspide más elevada de nuestro ser, y desde allí vemos las cosas tal como son, tal como ocurren, en cambio aquí, cuando miramos hacia arriba, siempre adolecemos del mismo defecto. Tenemos la fuerza de penetrar en las cosas solamente teniendo en cuenta que hay distorsiones a través del fuego, de la tierra, del agua y del aire, por lo tanto, siempre la imagen del Himalaya de la Conciencia es distorsionada. Fruto de ésta distorsión son las religiones, dense cuenta, que todas las religiones buscan a Dios y, sin embargo, están luchando entre ellas sutilmente, ocultamente, porque no hay ningún creyente de religión alguna que no crea sinceramente que su religión es la mejor, de no ser así no la hubiese aceptado. Pero daos cuenta, esto ocurre aquí y ha ocurrido siempre, por lo tanto, la distorsión, como vimos el otro día, por la inclinación del eje de la Tierra, que significa un estado de imperfección planetaria, lleva la refracción de todo cuanto ocurre en el cuadrado mirando hacia el triángulo, pero aquí —señala en la pizarra—, no hay refracción posible, porque la cúspide está unido al cuerpo búdico, y el cuerpo búdico que impregna todo el sentido mental y emocional de unidad establece las bases de la perfecta inteligencia, porque la perfecta inteligencia es el equilibrio que existe entre la razón y el amor, entre el entendimiento y el sentimiento. No podemos hablar de inteligencia a una persona que tenga muchos conocimientos, los conocimientos a veces atan más que ayudan a liberarse, por lo tanto, una mente sencilla, humilde, capaz de aprender el significado íntimo de las cosas es la base de la perfecta hegemonía del ser.
Leonor.— Un momento, es que, hablando de las curaciones, he pensado en si pudieras hacer una exposición, por ejemplo, de los casos en que se encontrarán la mayoría de los verdaderos curadores. Por ejemplo, un enfermo va solamente a curar su enfermedad, el curador desde el nivel que puede observar aquella enfermedad, al expresar lo que tú has expresado, que tiene que trabajar su cuerpo físico, su cuerpo mental y su cuerpo psíquico, que es lo más importante, entonces, resulta que a un enfermo primero hay que armonizarlo y después curarlo, y esto es casi imposible en la mayoría de casos, cuando la inteligencia de aquella persona o sus deseos acumulados, por ejemplo, muchísimas personas, no quieren ni tan solo oír de ciertas cosas solamente porque los médicos no les pueden curar, entonces, en aquel momento el curador se encuentra que, a lo mejor hasta cariño en aquella persona, a veces es un ser querido, lo quieres curar pero su inteligencia o sus deseos continúan igual, si sus ilusiones están en aquel nivel entonces el curador ya no puede hacer penetrar verdaderamente lo que tiene que hacer penetrar para su curación. Entonces, esto es muy importante para los curadores, porque el que tiene el mal, ya digo, solamente va a buscar que le curen el mal físico, y aquí tiene un trabajo, creo yo. ¿Podrías explicar algo para si hay alguien aquí —varios creo yo—, que les interesa saberlo, el trabajo que hay que hacer con esa clase de personas, que son la mayoría?
Vicente.— Bueno, el tema de hoy es las causas ocultas de las enfermedades, no pensaba dedicar hoy ningún capítulo o ninguna explicación sobre las técnicas de curación, de todas maneras se puede decir como regla general que el verdadero curador debe sentir una inmensa simpatía por el paciente, eso ya isofacto, porque lo que necesita el enfermo, y singularmente, el enfermo psíquico, es una gran comprensión, y no puede haber comprensión si no existe una base de amor en la persona, porque hay que preparar el ambiente. ¿Por qué curaba Cristo? Por su aura rutilante de amor, no tenía necesidad ninguna, digan lo que digan, de poner la mano encima de un paciente. Un taumaturgo es un ser radiante, ¿qué significa técnicamente radiación? Es la expansión por vibración superior de su cuerpo etérico, se expansiona hasta el infinito, y todo cuanto abarca su aura cura por irradiación, lo crean o no lo crean las personas que están sujetas a la influencia. En cambio, el magnetismo no es lo mismo, porque el magnetismo exige curación a través de las manos, pero, naturalmente, se necesita siempre una base de armonía, una base de perfección y de amor, se necesita esta fuerza positiva, esta fuerza dinámica que no es del entendimiento sino que sale del corazón, y desde este punto de vista todos podemos ser curadores, tratar de armonizar a la persona desde el punto de vista del amor que podemos infundir en su ánimo. Un hombre mental no podemos atraerlo al aura de curación si no es estimulando sus células mentales, a través de algún definido conocimiento, de algo que le atrae; a un artista le entraremos mejor por el camino del arte, por el camino de la comprensión de las formas geométricas; a una persona mística la estimularemos por el amor que pueda haber en nosotros, hay que presentarse siempre ante esta persona de una forma magnética y radiante, porque ella ve, la persona sensitiva suele ser una persona muy delicada en ese aspecto.
Es decir, que existen tantas cosas que tratar en el aspecto de la curación, habida cuenta los niveles complejos en que se mueve el ser humano, ya viniendo de un remoto pasado los males de la raza, los que sean, que se han presentado de improviso en nuestro cuerpo sin pedir derecho de entrada, se han presentado sin darnos cuenta, y cuando empezamos a sufrir sus efectos, entonces, buscamos el curador, y el curador debe ser una persona muy comprensiva y muy inteligente, porque si no hay inteligencia la curación no tendrá éxito. Dense cuenta de algo muy importante, de saber el Rayo al que pertenece el paciente, y hemos hablado de los Rayos; no sólo esto, el tipo de sensibilidad, la cantidad de cuadrados de su aura, si son regulares o irregulares, la cantidad de triángulos que pueden ser estimulados mediante la energía dinámica de la acción; es decir, hay tantas cosas a considerar, y esto lo iremos viendo poquito a poco, que muchas personas que quieren curar cometen a mi entender una gran equivocación, porque lo primero que hay que hacer es tener una psicología bien dinamizada, bien perfecta. No puede curar cualquier persona, pueden aliviar en ciertos casos, singularmente las personas dotadas de un gran poder etérico, de fluido animanizado, y no obstante curan, pero no curan la raíz, no curan la causa, ¿por qué decimos: curación esotérica? Porque no se trata de aliviar un estado sino que se trata de extirpar radicalmente de la persona cualquier tipo de enfermedad; y naturalmente, todo el largo preámbulo es para presentar una serie de conversaciones que tienen por objeto de que seamos conscientes de que todo está en nosotros, y en todos nosotros está el poder de curar y todos podemos curar, pero, solamente cuando nuestra aura esté armónica, cuando vivamos armónicamente y cuando tengamos mucha comprensión y mucho amor, quizá no nos preguntaremos qué vamos a hacer, estaremos curando, porque nuestro paso por la vida será una verdadera bendición para los demás.
Interlocutor.—¿Nos puedes explicar en la esfera de nuestro planeta, tal como está dibujado, podemos ver qué parte de elementos...?
vicente.—¡Ah! es verdad. Bueno, sí, esto lo había puesto para explicar el porcentaje de enfermedades que existen en la humanidad, es decir, que la esfera terrestre, nuestra Tierra, está dividida en tres partes de agua y una sola parte de tierra, por lo tanto, si vamos a la analogía, que me he olvidado cuando estaba hablando del cuadrado, la analogía del agua es en relación que hay un 80% de enfermedades de tipo astral incidiendo en el cuerpo físico a través del cuerpo etérico y de las larvas; hay un 5% solamente de índice de enfermedades mentales, ustedes preguntarán por qué, solamente dentro de unos cuantos millones de años el hombre tendrá la mente capacitada para no tener enfermedades de tipo mental. No soy muy optimista al respecto, pero cada cual puede luchar a este respecto, en este sentido, porque por cuanto todos sabemos que somos astrales, emocionales, y la mente solamente sirve como un adorno de la imaginación o como un adorno de nuestra vida, adquiriendo conocimientos, compartiendo sentidos y opiniones, pero, extendiéndose siempre en forma horizontal, pero, jamás decidiéndose a penetrar internamente, yo me incluyo en lo mismo. Es decir, que el 5% puede ser, por así decirlo, un mínimo en relación con el 80% astral, ¿qué significará entonces?, que la mayoría de enfermedades que asolan la raza humana proceden de la época Atlante, y están llegando a nosotros a través del tiempo por la persistencia de las formas astrales o psíquicas que existen en el aura astral del mundo y que repercuten naturalmente, fundiéndose, porque tienen necesidad de defender al cuerpo físico a través del cuerpo etérico de la humanidad o el aura planetaria. Y hay un 15% que pertenece simplemente al karma humano, las epidemias. Enfermedades nacidas, por ejemplo, de epidemias, cosas generalizadas o accidentes, guerras, esto se trata de que lo que conduce a la muerte no es solamente la enfermedad sino los accidentes que se producen a diario, de automóvil, de trenes, de guerras, esto lo vemos constantemente, y a pesar de todo solamente es un 15% en relación con el 80% de las enfermedades conocidas, que están llevándose un porcentaje de personas constantemente, diariamente. Afortunadamente, es la ley de compensación, nacen, mueren, y así este trasiego de almas que van y vienen, el paso de la Nave de Caronte, que lleva a unas personas o a unas almas del plano físico al plano astral y luego vuelve a traspasar el río de la corriente del cuerpo etérico y vuelve a pasar al cuerpo físico. Y así van sucediéndose las épocas, pero el porcentaje de la tierra, por ejemplo, en relación con el agua es mínimo, significa que el hombre es emocional, y cuando estamos hablando de una era técnica, dense cuenta que esta era técnica no puede trabajar sobre esto, hay que trabajar sobre aquello, tratando de enemizar aquello que es tierra, a fin de que el Logos surja a través de las aguas y podamos cumplir la profecía de que realmente en las aguas está el principio de la vida. Pero, en todo caso, hay que ser, a pesar de que digo que son dos millones de años, pongan ustedes un plazo más breve, pero no se den cuenta de ustedes que están aquí, que están siguiendo atentamente una conversación esotérica, piensen en el conjunto de la humanidad que está moviéndose por aquí y hay que ayudarles a pesar de todo, porque forman parte de la humanidad, son sus hermanos.
Interlocutor.— Si pudiéramos elegir como aspirantes, le es al principio comprender que... (inaudible)... nos damos cuenta que en un determinado momento parece ser que hemos conseguido un pequeño éxito en definitiva de que antiguamente no podíamos por aquella ilusión, aquella forma mental, y resulta que a veces la persona ha dominado la situación, y no suele ser muy alentador el pensar que al día siguiente volverá a pasar lo mismo. Entonces claro, surge la pregunta que sin la erradicación de estas formas tienen que ser, digamos, una por una..., o sea, tal como las hemos ido acumulando hay que irlas sacando... (inaudible)... el contemplarlas objetivamente y, entonces, automáticamente pierden su efecto.
Vicente.— Bien. Debemos empezar recordando que todas esas formas persisten porque no hay armonía en el ser humano, y no voy a decir que hay que coger una zona del cuerpo etérico donde existen ciertas larvas o ciertos cascarones de tipo astral y tratar de eliminarlos allí con la imaginación, con la concentración, o con un sistema de meditación cualquiera, no me refiero a esto, si todo cuanto existe en el cuerpo astral de la humanidad y que se refleja en el aura etérica proviene de un lejano pasado, y decimos también al propio tiempo que se han formado por falta de armonía, porque se ha faltado al juicio de la ley, porque el hombre es kamamanásico y su mente está influenciada por las emociones y, raras veces penetra en el campo mental puro, entonces, podemos decir que todo esto desaparece en la acción, no hay que preocuparse por lo que existe en el aura, es solamente como una indicación, quizá, muchos de nosotros no tengamos estas larvas en el campo astral, en el campo etérico, pero sí que somos conscientes de que no tenemos armonía, y si tenemos en cuenta que la falta de armonía es la que crea los desequilibrios y las enfermedades, entonces, la lógica es atenderse a buscar la armonía por doquier, y para esto no hay técnica alguna. Una persona sabe cuando está inarmónica con algo o con alguien y debe corregir esta inarmonía o desarmonía, porque, entonces, creará o estimulará no sólo en su aura sino en el aura etérica que nos está rodeando a todos. Un ambiente social, ¿por qué es un ambiente social o familiar que decimos “malo”? Cuando hay división, cuando hay irritación, cuando hay celos, cuando hay envidia, cuando hay egoísmo, hay una falta de armonía en todo el ser y esto impregna el aura en donde vive, por lo tanto, si deja de avivar esos rescoldos de pasión que existen desde tiempos inmemoriales se morirán por inanición, así que estamos alimentando estos bichejos nosotros, existen de por sí pero la repetición de ciertos actos incorrectos estimulan las larvas, las hacen más fuertes, más consistentes, más sustanciales por así decirlo y, entonces, ¿qué pasa?, que estamos sujetos, estamos indefensos ante cualquier tipo de enfermedad.
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Conferencia Vicente Beltrán Anglada
Barcelona
12 de Enero de 1980
Digitalizada por el Grupo de Transcripción de Conferencias
13 Enero 2007
Editada por el Centro de Estudios VBA (en curso)
27 Octubre 2008
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