Conferencia
Vicente Beltrán Anglada

[edición en curso]

—————————

La verdad ha de presentarse de tal manera, que convenza
sin atar y que atraiga aun sin convencer. Esto sólo puede
realizarlo el lenguaje del corazón.

—————————

Agni Yoga

Las Crisis y el Proceso del Agni Yoga

Barcelona, 13 de Enero de 1982

—————————

Barcelona, 13 Enero 1982. — Agni-Yoga: Las Crisis y el Proceso del Agni Yoga. El Proceso del Agni-Yoga y el cambio Radical. Creación del Antakarana. Las ideas más fundamentales no se captan con la Mente sino con el Corazón. Como enfocar las Crisis. Sobre la Intuición. El Miedo y las Guerras. Espíritu e idea de Comunidad. Desaparición de Líderes. Sobre el Sol en el Corazón. La Conciencia de Síntesis. Sobre el Avatar. La evitación de la próxima posible Guerra. Sobre las Ideas.

—————————

Vicente.— ... o llegar a este punto de equilibrio, significa haber barrido de la mente toda la masificación posible. La mente está masificada por todos los conceptos establecidos, por el ambiente, por la tradición, por la herencia, por el código genético, por todo cuanto es una creación del hombre, y se encuentra de improvisto ante una creación de Dios y no sabe qué hacer, no sabe cómo manipular aquella fuerza, y ahí está el proceso que llamamos de angustiosa soledad. ¿Y quién no ha sufrido alguna vez en su vida un proceso de soledad o de aislamiento moral que infunde inseguridad en su ánimo y hace que vuelva y vuelva y revuelva constantemente hacia el principio establecido, hacia el código de valores morales, hacia las éticas atávicas y hacia todas estas cosas que constituyen el nervio de la propia masificación? Y para añadir más leña al fuego existe la masificación de la propaganda en todos los niveles imaginables, y hasta el punto en que el individuo actualmente está masificado, es solamente ver lo que hace, con lo que viene a sus oídos y a sus ojos a través de los medios de propaganda y de difusión, ya sea la radio, la televisión o la prensa... Y como la persona no tiene todavía establecida una arquitectura perfecta de síntesis, se encuentra limitada en sí misma, en su propio “yo” y en el problema de adaptarse a las cosas nuevas con una estructura completamente desfasada, con una estructura completamente vieja, que está cayéndose de vieja por el peso y el paso de los siglos. Y aquí existen las crisis, y las tensiones, pero, esotéricamente, no se puede alcanzar ningún nivel esotérico profundo, ninguna iniciación, si no hay una profunda crisis individual de la arquitectura psicológica, hasta que se derrumbe completamente y surja algo completamente nuevo, algo que asusta, como asusta la propia soledad. Si la soledad asusta es porque existe una arquitectura que se está deshaciendo, y estamos apoyando la arquitectura para que no se caiga, y la estructura parece que va a echársenos encima, gravitando por el peso de los siglos, y nosotros estamos constantemente temerosos de aquella estructura, aguantándola por un lado y preguntándonos por otro lado: “qué va a pasar a continuación?” Estamos llenos de miedo, estamos llenos de tensiones, estamos llenos de crisis y, sin embargo, hay algo que está vivo y vibrante, que es el propósito espiritual. Hay que dar una atención fundamental a este propósito de base a fin de que la arquitectura que surja sea una arquitectura suave, una estructura ilimitada, una estructura que abarque la totalidad del Cosmos, y esto solamente es posible cuando el individuo, el discípulo, el aspirante, el iniciado, ha establecido contacto con el plano búdico. Hasta ahora hemos hablado del plano mental, descompuesto en concreto y abstracto, ahora hay que hablar en términos de intuición, es decir, que todo cuanto hasta aquí ha sido válido para la búsqueda de la intuición resulta completamente inadecuado. Hay que crear nuevos odres para un nuevo vino, y no gastar el vino nuevo con los viejos odres del vino pasado, que es lo que muy bien se explica dentro de los Evangelios crísticos, y que seguramente no fueron jamás comprendidos porque desde el principio de los tiempos la persona se está gobernando por el principio de masificación, por el instinto de rebaño, por decirlo así con toda crudeza, y la persona solamente se encuentra segura cuando está reunida con muchas otras personas, y siempre elude el misterio de su propia soledad. Si supiera que el misterio de la soledad encubre el misterio del plano búdico, encubre el misterio del reconocimiento de la Divinidad y encubre el reconocimiento de la iniciación, seguramente que miraría con cariño la soledad, esta orfandad tremenda del ánimo, cuando se ve envuelto en crisis y más crisis, y se ve envuelto en problemas de todas clases, y en estas tensiones que causan la sensación de que todo va a precipitarse sobre él y que, por lo tanto, siempre está temiendo lo que va a suceder. No hay ninguno de nosotros que no tenga miedo a una nueva guerra, ¿y por qué tenemos miedo a la guerra?, porque existe un espíritu de masificación que nos está diciendo constantemente a través de astrólogos, futuristas, o no futuristas, y falsos agoreros que solamente están hablando de desastres, y el hombre, como está ciertamente masificado, da más importancia a lo que dicen los demás que a sus propias intuiciones, de ahí que la mente progresivamente se ha tecnificado, ha perdido por completo su frescura natural, y, entonces, es algo que va a remolque de las circunstancias, a remolque de la masificación: la moda, el esnobismo, la excentricidad y todas las cosas que ustedes puedan añadir a este contexto psicológico actual del hombre.

El proceso de Agni Yoga, sin embargo, es fácil de llevar a cabo, porque ustedes no pueden eliminar el miedo simplemente con proponérselo, tiene que haber algo fundamental en sus vidas, algo que no esté circunscrito al área de la mente, y cuando hablo de la mente me refiero a la mente conocida, a la mente intelectual, porque cuando se han rebasado ciertos subplanos del plano mental se encuentran unas fértiles avenidas de contacto con el plano búdico, con el plano de la unidad, con el plano del equilibrio cósmico, y de esta manera ya no hay la posibilidad de regresar al pasado. Lo que pasa es que educamos profundamente el intelecto, la mente concreta, el conocimiento y todas estas cosas que forman imágenes en la mente, y todas las estructuras que la condicionan, en lugar de avanzar rápidamente pensando en grandes proporciones, pensando en términos de equilibrio o en términos de síntesis, llegando a un punto en que realmente existe un proceso superior que se va desarrollando, y cuando hablamos, por ejemplo, de que observamos las cosas con muy poca atención, muy distraídamente, estamos en lo cierto, porque si una persona se da cuenta de que está masificada, automáticamente debe surgir una autodefensa contra la masificación, lo cual desdichadamente no ocurre porque no observamos la masificación, no nos damos cuenta de que estamos siendo masificados constantemente, no nos damos cuenta de que estamos llenos de miedo, y si no nos damos cuenta es para tener nuevos miedos, con el producto de la propia intención, con el propio convencimiento, y nuestra vida, que podría ser muy feliz aquí en la Tierra, es un campo de tensiones, de crisis, de desdichas y sufrimiento. El problema está, entonces, en cómo y de qué manera podemos surgir triunfantes no del intelecto, pues el intelecto constituye parte de nuestra estructura psicológica, sino cómo apoyándonos en el intelecto podemos surgir hacia la intuición, entonces habrá que mirar el intelecto con otro nuevo espíritu de renovación, tratando de ser conscientes de todos y cada uno de nuestros conocimientos, o de nuestros pensamientos, a ver qué es lo que pasa, qué es lo que ocurre. Hasta aquí nuestra mente deja pasar los pensamientos sin prestarles atención, solamente existe un proceso de recriminación hacia sí mismo porque pasan los pensamientos y la voluntad no es capaz de detenerlos ni de purificarlos ni desvanecerlos en un proceso de liberación. Entonces, el intelecto tendrá que apoyarse, se constituye en una férrea estructura que condiciona todas nuestras actividades de conciencia, y existen en la vida social parcelas de integridad desconocidas completamente, períodos de soledad incomprendidos, crisis naturales que hay que aceptar noblemente, con toda honradez, y también procesos de emergencia, unos procesos de emergencia a unas alturas realmente cósmicas que pueden cambiar radicalmente la faz de la Tierra, que pueden desvanecer para siempre los aspectos de la guerra, del hambre, de la inseguridad colectiva, que pueden liberar al individuo del inconsciente colectivo, o de la subconciencia racial, para salir triunfantes en otro nivel. La intuición no es ni más ni menos, por poco que se observe, que el instinto pasado completamente por el intelecto y ampliamente comprendido. Es decir, que el amor es el instinto natural del hombre, como servicio, y, sin embargo, hacemos una distinción entre el intelecto, entre el instinto y la intuición, son fases de un proceso. Solamente que cuanto menos nos apoyemos en las memorias del pasado, el intelecto más ampliamente podrá abarcar zonas abstractas, es decir, que podrá memorizar nuevas formas de convivencia, nuevas formas de conocimientos, nuevas formas de espíritu de sacrificio, nuevas formas de amor, y no es una negación hablar del recuerdo, sino que nos apoyamos demasiado en el recuerdo a través de las vías de la masificación. Todo esto debe surgir de una u otra manera del seno profundo del propio yo cuando se da cuenta por primera vez de lo que significa realmente su vida psicológica, cuando comprende todas sus estructuras, cuando comprende todos sus significados, cuando no asigna tanto valor a las cualidades como a las intenciones, cuando ve las cosas desde el principio hasta el fin, situándose siempre en el centro de las cuestiones que tiene involucradas en su mente o que tiene involucrada la propia humanidad. Se trata, definitivamente, de un cambio radical de nuestra conducta, de nuestra actitud ante la vida, y esto, naturalmente, nadie puede decirles cómo deben hacerlo, pero deben ser cada vez más conscientes de que están masificados hasta cierto punto, un punto equis. El punto equis define su constitución psicológica actual, es aquel punto, esotéricamente hablando, que va desde el centro Ajna hasta el centro Coronario. Cada cual tiene un punto vibrante entre estos dos puntos, el de partida, el intelecto y el de llegada, la intuición. Y toda esta estructura está constituida por un punto determinado dentro de esta línea antakaránica que lleva del intelecto a la intuición. Y desde allí debe ser consciente, digo, y repito, del principio de masificación, porque cuando hay masificación el antakarana queda cortado, no existe un puente entre lo inferior y lo superior, está completamente bloqueada toda la esfera de influencia de la conciencia y, entonces, es imposible coordinar, es imposible surgir triunfante de todo este proceso acumulativo del yo a través del tiempo. Y como siempre les digo, dense cuenta de la masificación que viene del tiempo lemur, y de la Atlántida, y de las primeras subrazas de nuestra propia raza. Háganse cuenta de que no se ha evitado la guerra, de que estamos compitiendo los unos con los otros, de que existe hambre, en un mundo donde hay de todo se está pasando hambre. ¿Se dan cuenta? Entonces, todos, de una u otra manera, hemos contribuido al malestar mundial, y si queremos evitar la guerra habrá que pensar en términos de paz, amar en términos de paz, y llevar siempre la paz en nuestro corazón, y cuando llevemos paz en el corazón no nos asustará la guerra, ni crearemos la guerra en nuestros corazones y en nuestras mentes. Hay que ser muy conscientes, cuando entramos en el camino espiritual, cuando empezamos a surgir del centro espiritual de la vida, de este centro esotérico sublime, de que hay que mantener tenso nuestro ánimo dentro del propósito de realizar cosas grandes en la vida, y no quedar limitados, circunscritos dentro de la masificación, dentro de la pluralidad. Lo que vamos a conseguir con Agni Yoga es ser originales, es ser creativos, y cuando existe originalidad, cuando existe una individualidad creadora, todo el campo de la conciencia cambia radicalmente, entonces se convierte el hombre en aquél que lanza la flecha lo más elevada posible para llegar a un punto dentro de lo inconcreto de la vida donde se conecta con la propia Divinidad.

Ahí está el proceso, ahí está la responsabilidad, y ahí está la estructura, que no es estructura sino que es algo que no puede ser explicado con palabras porque surge de la propia nada de Dios, que es el plano búdico y que es el Agni Yoga. ¿Hay alguna pregunta?

Interlocutor. — Dices que Atma, o sea, que Agni Yoga es el puente entre el pensamiento concreto y la intuición superior. Entonces, ¿no sería quizás que éste eleva la intuición al intelecto, o hace esta intuición intelectiva, es decir, que uno se queda donde está un poco?

Vicente. — Es que no acabo de comprender la pregunta.

Interlocutor. — Dices que Agni Yoga es el puente entre Atma y Budhi...

Vicente. — No, entre Manas.

Interlocutor. — Ay, claro, entre Manas, entre el pensamiento o el cuerpo mental y el cuerpo intuicional. Entonces, yo me pregunto si de alguna manera, viéndolo quizás desde abajo, es que, ¿si el Agni Yoga lleva la intuición al intelecto, es decir, que hace intelectiva la intuición?

Vicente. — La intuición no puede ser intelectiva, lo que pasa es que el intelecto recoge la intuición. Las ideas madre, digamos, las ideas puras, el amor universal, no puede ser intelectivo, puede ser comprendido hasta cierto punto por el intelecto, pero ya dije en cierta ocasión que la mente debe desaparecer para llegar a Budhi. Hoy hemos hablado de la mente porque existe masificación mental y esto lo sabemos todos, lo que quería significar es que la intuición no es mental, no proviene del plano mental superior, sino que proviene de las zonas profundas del corazón, es decir, que la intuición verdadera siempre es cosa del corazón. Cuando se habla del Agni Yoga se habla de la ciencia del corazón. Ahora bien, podemos decir que cuando el corazón está impregnado de Budhi puede impregnar a Manas, un triángulo, un triángulo que va desde el plano búdico al plano emocional, y surge después hacia el plano de la mente, y entonces existe una síntesis, en que el amor comprendido en el corazón de lo que es el Budhi está unificando Manas con el cuerpo emocional, que es el problema que tiene el hombre, de equilibrar el corazón con la mente, la razón con el amor, y la verdadera inteligencia y el verdadero amor siempre es como la luz, el resultado del equilibrio perfecto entre el intelecto y el corazón, digamos, el amor, y entones surge una entidad completamente nueva. La dificultad cuando hablamos de Agni Yoga es que no podemos hablar en términos puramente mentales, sino que debemos poner corazón en cada uno de nuestros argumentos y en cada una de nuestras actitudes, y ¿cuándo se da cuenta uno de que realmente está amando perfectamente? Cuando ya no se piensa que debe amar, sino que es un impulso natural. La mente dice, “hay que amar a los semejantes porque así lo aconsejan los códigos morales, o los códigos éticos”, lo cual es una forma de embolicar el asunto, pero, si existe una persona que realmente ama, el intelecto no existe. En la efusión de amor desaparece el intelecto, es decir, que el corazón se ha remontado a las alturas de Budhi. Ahora bien, si queremos hablar sobre el corazón habrá que recurrir al intelecto, y habrá una limitación del amor a través del intelecto, es decir, por muy bien que exprese la idea del plano búdico solamente será una idea mental porque debo yo formular todas mis intuiciones a través del intelecto. Y, naturalmente, el intelecto es tridimensional, de acuerdo con la posición del cerebro, y, por lo tanto, cuando hablamos de una sexta dimensión, como es el plano búdico, nos vemos obligados a utilizar unas reservas de energía que es más la intención del corazón que las propias palabras. Y aquí hay que reconocer cuándo se está estructurando en grupo una forma práctica de Agni Yoga. Cuando existe un gran silencio, cuando existe una gran expectación, cuando existe serenidad y plenitud, entonces, sin darnos cuenta, estamos practicando Agni Yoga. Y la mente ha quedado vacía, solamente es el corazón el que habla, es Budhi a través de nuestro cuerpo emocional quien está tratando de llevar al mundo algo más fresco y más dulce, y más sublime de lo que conocemos.

Interlocutor. — ¿Nos podrías hablar un poco del proceso de crisis que se sufre en el aspirante espiritual que pasa a través de una etapa de bruma y desconcierto en el mundo exterior, que le sirve posteriormente para afianzarse con más fuerza en su “yo” interno y resurgir con mayor potencia al mundo externo?

Vicente. — Cuando el individuo enfrenta una crisis nunca pregunta las causas de la crisis, sino que empieza a remediar la crisis, y como ha cerrado sus avenidas de contacto consigo mismo busca la masificación que existe intelectual, aquello que ha aprendido, aquello que le han enseñando, aquello que le puede garantizar, o quizá algo que tiene que ver con su código genético, porque cada cual se debe a un código genético y actúa de acuerdo a él, en sus relaciones en el plano físico. Pero, toda crisis es inevitable cuando existe un cambio de nivel, cuando pasamos del subplano primero al segundo hay una pequeña crisis, cuando pasamos de un plano a otro, hay otra crisis mayor, incluso la iniciación es producto de una crisis, o es el resultado de una crisis que ha sido vencida. Es decir, que cuando tenemos una crisis deberíamos observar esta crisis con toda la intensidad del ser. ¿Qué es lo que trae esta crisis? ¿Cuál es su fundamento? No buscando el pasado a través de los recuerdos como sistemas analíticos en psicología o en psiquiatría, a mí me parece esto falso, porque volver al pasado para buscar la causa de una cosa jamás tendrá la validez de una persona que enfrenta el presente con toda su intensidad, habida cuenta que en el presente se halla el pasado condensado. Entonces, si observamos cualquier hecho en el presente con toda la intensidad del ser, hay una resolución, y hay un período de soledad, un período de crisis que no afrontamos si no que tratamos de evadir de una u otra manera. Es decir, que el proceso es de una gran observación ante el problema, ante la crisis, y se da cuenta uno entonces que la crisis es algo importado por el espíritu de masificación y, naturalmente, debe vencer cada una de estas bolas de crisis enfrentándolos de la manera más conveniente pero siempre dentro del espíritu de profunda penetración u observación. Entonces, existe lo que podríamos decir una resolución espiritual, y estamos siempre iniciados constantemente cuando estamos afrontando alguna crisis, no evadiéndola, digo, afrontando la crisis. Cuando afrontamos la crisis existe una superación dentro de la conciencia, de la misma manera que afrontando la crisis iniciática se llega a la iniciación, se es prácticamente un iniciado, porque existe un cambio de nivel. Todo sucede, como decía antes, entre Manas y Budhi. Y la 1.a Iniciación está en el 1.er Subplano del Plano Búdico, la 2.a en el 2.o, y así hasta la 7.a Iniciación que está ya actuando completamente consciente el iniciado en el 7.o Subplano del Plano Búdico, con sus equivalencias, sus proporciones numéricas, o geométricas, con los demás planos del Universo que está actuando. Pero todos, o casi todos, estamos temiendo la crisis, tratamos de evitarla. Naturalmente, como estamos llenos de miedo la crisis es más larga, más profunda, porque se alarga en el tiempo, es como si fuera un pasaje dentro de una película que no nos gusta y dejamos de ver, la pantalla va proyectando encima de nuestro presente toda una serie de datos que provienen del pasado, o del contenido de la película, y se amontonan todas las imágenes y no podemos ver nada, claro, ese es el problema. En tanto que si estamos atentos a la pantalla van pasando las imágenes y de alguna forma somos conscientes del valor de cada una de esas imágenes, y en realidad todos somos imágenes que estamos contemplando otras imágenes, la imagen falsa que hemos creado de nosotros mismos debido al proceso de masificación, o de pluralidad. Luego existe la imagen que hemos creado de nuestros semejantes, y cuando estamos contemplando algo muy interesante no es el yo que contempla algo interesante, sino que es una imagen que contempla a otra imagen, que es su propia imagen, su proyección en el tiempo.

Resumiendo, cuando tengamos una crisis hay que afrontarla directamente, no de flanco. Actuar de flanco, como saben ustedes, solamente se utiliza en táctica militar, y es la táctica que utilizaba Napoleón Bonaparte, atacar por los flancos, pero, esotéricamente, hay que atacar de frente, con toda la extensión y con todo el poder de la voluntad, con todo el poder de síntesis que seamos capaces de albergar en nuestro corazón.

Interlocutor. — Quería añadir algo a esto, el que no tenga una crisis, detrás de una crisis que la provoque, y luego otra, ¿no es la vida en sí una crisis iniciática?

Vicente. — ¿La vida en sí? La vida no tiene crisis, es el hombre. Cuando el hombre no enfrenta la vida debidamente provoca crisis. La vida es movimiento, si la persona se paraliza dentro del movimiento crea una crisis, un vórtice de energía negativo. ¿Qué es el cáncer, por ejemplo? Una célula que va al revés de las demás, origina una fricción y con el tiempo se convierte en un tumor, y luego se convierte en algo ya probablemente mortal. Cuando estamos viendo el movimiento de la vida parados, anclados, nuestra vida va acumulando energía que no puede liberar, y eso es una crisis. Toda liberación es que la persona no establezca una resistencia ante la vida, o ante la perfección que es un movimiento, y como decíamos el otro día no es una meta de llegada, no es un punto en el éter o en el espacio hacia el cual nos dirigimos, sino que es una realidad trascendente. Es un movimiento constante en la vida de Dios. Entonces, nuestros argumentos mentales sobre el movimiento lo paraliza, nuestros argumentos buscando la solución de una crisis indebidamente buscando la solución del pasado es también una crisis, y provoca una detención del movimiento, no del movimiento cósmico, sino del movimiento dentro del corazón, y entonces vienen las crisis y el sufrimiento, y cuando la persona se da cuenta de que está acumulando, de que es un sistema acumulativo de valores, entonces, empieza el movimiento interno, entonces, empieza a actuar hacia el espíritu, y entonces el espíritu y el movimiento son la misma cosa, y ahí está la liberación. ¿Se dan cuenta qué fácil es?, explicarlo.

Interlocutora. — Solamente quisiera hacerle una observación, o sea, que me aclarase este punto, que para mí la intuición, si podría ser un historial de la conciencia, de nuestras vidas pasadas y, entonces, la intuición la va descubriendo por etapas, o sea, intuitivamente se va adentrando dentro de su conciencia de historia pasada...

Vicente. — No, la intuición es el presente, no tiene nada que ver con el pasado. Es el momento en el cual el individuo ha dejado de pertenecer al pasado y enfrenta la realidad libre del pasado y también libre del futuro. Porque, claro, los recuerdos nos enlazan al pasado, pero la esperanza nos lleva al futuro. El pasado nos da miedo por lo que hayamos podido hacer ante nuestros conocimientos y la responsabilidad kármica, pero hacia el futuro tengo el problema de qué será mañana de nosotros, lo cual es otra forma de masificación. Una se masifica en el pasado y otra se masifica en el futuro. De ahí las promesas de la reencarnación, no es que la niegue, ¡por favor! La gente dice, “bueno, pues como existe la reencarnación, pues no hay problema”, y en el pasado pasa lo mismo. La psiquiatría moderna, que empieza a partir de Freud, empieza a buscar la causa de los complejos psicológicos individuales en el pasado, que realmente están allí, pero, si nos damos cuenta de que el pasado se refleja en cada momento del presente, porque estamos masificados, precisamente por las memorias acumuladas, entonces, aquello no trae ninguna solución de carácter realmente liberador. En cambio, si estamos observando constantemente las cosas, se está produciendo en nosotros un milagro de rara belleza, que es la liberación, que es la paz. Ustedes solamente estarán en paz cuando el pasado y el futuro dejen de tener valor para ustedes, y estén tan atentamente siguiendo el fluir del presente que ni el pasado ni el futuro tendrán para ustedes ningún tipo de atracción, sabrán lo que es el movimiento de la vida, sabrán lo que es el espíritu, sabrán lo que es la liberación. Naturalmente, cuando estén dentro de esta paz, no empiecen a argumentar sobre la paz, porque entonces se ha perdido la paz y el éxtasis que acompaña la paz, que es lo que estamos diciendo siempre, “Agni Yoga es un movimiento”, y hay que seguir este movimiento, sin paralizarnos en ningún tipo de disciplina. Hemos nacido para estar atentos, no es una disciplina, es una orden natural, es un proceso que sigue el propio Dios, que está atento a Su universo. ¿Por qué no estamos atentos a nuestro pequeño universo? Claro, dejamos de estar atentos y sobreviene la inseguridad, y cuando sobreviene la inseguridad empieza el temor, y cuando tenemos temor viene la desesperanza, y viene el miedo a la guerra y a lo que va a suceder. Yo no tengo miedo, ¿por qué? Porque no pienso que pueda existir la más remota posibilidad de una guerra, porque yo no la provoco. Y cada cual debe vivir de esta manera, no provocando la guerra en su interior, y la guerra no se producirá. El Maestro Tibetano en el siglo pasado hizo una declaración: “La guerra del 1914 al 1918 hubiera podido ser evitada si los discípulos mundiales se hubiesen comportado correctamente y hubiesen asumido su responsabilidad ashrámica”. Así que él hace responsables a los discípulos de los ashramas y no a la propia humanidad. Y lo que sucedió después, porque la guerra del 1939 al 1945 fue la continuación de la guerra del 1914 al 1918, como aquéllas lo fueron quizás de las guerras pasadas. Y, naturalmente, como estamos ampliamente masificados, en lo que se refiere a nuestro grupo de masificación, y nos decimos esto o lo otro, y si nos decimos ocultistas o esotéricos en un plan de masificación estamos negando lo esotérico. O los partidos, o los gremios, siempre que exista un espíritu de dependencia de la masificación no puede existir movimiento, no puede existir liberación, no puede haber paz dentro del corazón.

Interlocutor. — ¿Nos podrías hablar un poco sobre la situación masificada que existe en todos, o la gran mayoría de movimientos espirituales sectarios, o de cualquier otro tipo, en los cuales los individuos lo único que hacen de alguna manera es competir espiritualmente con los otros compañeros, fraternalmente, para demostrar que son más espirituales?

Vicente. — Yo cogería a un grupo de amigos espirituales y los pondría a vivir durante una semana juntos, a ver qué sucedería, porque una cosa es la idea de comunidad, y otra cosa es el espíritu de comunidad. Aquí estamos todos muy bien ahora en estos momentos, supongan ustedes que vivimos juntos en una torre abandonada, con todos los problemas que acarrea la comida y todas estas cosas, no sería lo mismo que estar ahora aquí sentados escuchando a una persona que habla cosas que quizás nos puedan interesar, y que existe una especie de paz y fraternidad. A lo mejor no pasa nada, pero surgirá lo que se llama el “líder”, eso es lo que pasa siempre, en el grupo hay un ídolo, y este ídolo es el fruto de la masificación del grupo, es el poder gravitatorio egoísta completamente. El líder debe prácticamente desaparecer del mundo, debe quedar auténticamente una jerarquía espiritual, no será una jerarquía impuesta por los hombres sino por los dioses, de ahí que se está comentando últimamente acerca la exteriorización de la Jerarquía aquí en la Tierra, y del advenimiento del Cristo, del Avatar, y me pregunto qué es lo que hacemos nosotros para preparar esto. Hay tensiones y conflictos, y no hay ninguno que no tenga problemas familiares o problemas de base, económicos, políticos o sociales, o como sea, o problemas de inadecuación a los ritmos nuevos. Entonces, naturalmente, hablamos de Agni Yoga como de una cosa que existe allá a lo lejos, sí, porque hablamos del plano búdico como si fuese una remota hipótesis, y para mí esto es una realidad, por lo tanto, hay que empezar fundamentalmente a dar valor a aquello que antes creíamos muy lejos de nosotros, y a tener más fe en nosotros mismos, y darse cuenta de que podemos hacer mucho más de lo que hacemos, y de que si nosotros nos comportamos correctamente, todo cuanto surge a nuestro alrededor será correcto. La paz no se puede infundir por las palabras sino por los hechos, y si una persona tiene paz, irradia paz. Es lo mismo que la flor que se delata por su perfume, ¿verdad? Pues cada uno de nosotros tendría que dar un poco de este perfume a la vida.

Interlocutor. — En tu libro del “Agni Yoga” comentas de una forma muy práctica y sencilla una relación puramente física de observación del Sol orientado dentro del corazón, ¿podrías ampliar un poco más esto?

Vicente. — No me acuerdo, [risas] ¿el Sol físico?

Interlocutor. — Sí, orientado como un rayo que se dirige dentro del propio corazón físico.

Vicente. — Bueno, me refiero al plano búdico, que los rayos del plano búdico se infunden en el corazón cuando no existe la barrera mental, es decir, la barrera establece una serie de prejuicios, y el prejuicio entonces detiene aquel rayo de Sol que proviene del plano búdico y que tiene que despertar progresivamente cada uno de los doce pétalos que constituyen el chacra Cardíaco. Pues, entonces, no se trata de que exista una cosa que paralice, sino la mente que obstruye. La mente quiere gobernar, quiere ser el líder la mente, y no es el líder. La mente solamente está capacitada para conocer cosas, para memorizar, y para analizar las cosas también, pero no sabe, el corazón sabe, ¿y cuántos de nosotros sabemos sin pasar por el conocimiento intelectual? Bien mirado, el conocimiento intelectual es un instrumento en manos del Pensador, pues el Pensador, el Yo, el Ángel Solar, se está manifestando en muchos niveles, incluido el plano búdico. Es decir, que cuando hablamos del yo superior del hombre, estamos proyectando sobre el corazón de este “yo” toda la energía contenida en el cuarto subplano del plano búdico. Entonces, cuando hablamos del antakarana, existe un antakarana que va de la mente del hombre que busca realmente a Dios a la mente del Ángel Solar, pero al propio tiempo y en respuesta existe una efusión de luz que va del corazón del Ángel Solar – proveniente del plano búdico– que se transmite hasta el chacra Cardíaco del aspirante espiritual o del discípulo, es ese movimiento constante de alta frecuencia vibratoria que a veces escapa a nuestra propia medida de captación. Dense cuenta que las cosas que suceden aquí y a nuestro alrededor se realizan a la cantidad de 300 mil kilómetros por segundo, a esta velocidad, pero, cuando hablamos del plano búdico tendríamos que centuplicar muchas veces esa cantidad para ver lo que significa, un movimiento tan intenso que se llega a la paralización completa del movimiento, es difícil de suponer y, sin embargo, es. Es decir, que cuando vayamos avanzando por el camino lo que hacemos es imprimir mayor velocidad a la conciencia, hasta que llega el momento en que la velocidad de la conciencia equilibra el tiempo y el espacio y se convierte en un iniciado. ¿Es difícil de comprender esta idea? Vamos muy lentos, y vamos lentos porque nos paralizamos en las cosas, las cosas son para verlas y luego ver otra cosa, no estar constantemente concentrados en una sola cosa, la vida es movimiento, y la vida es una serie impresionante de imágenes y de situaciones y de circunstancias, hay que seguirlas al compás que se producen y nada más. Y no se darán cuenta ustedes de la velocidad de esta intensidad de percepción hasta que ustedes hayan tenido un contacto completo con el plano búdico, se darán cuenta de lo que es movimiento, y el movimiento tan extraordinariamente rápido que produce liberación y produce la paz, y luego viene el lento movimiento de la mente intelectual que dice: ¿qué es esto que me sucede? Y entonces existe un cortocircuito en las energías, se paraliza la efusión de energías, queda otra vez obturado el paso del plano búdico al plano del corazón y entonces volvemos a ser como antes. Pero, dense cuenta, que si ustedes están observando constantemente lo que pasa sin detenerse en ello, verán como ustedes no tienen necesidad de tomarse píldoras para el sueño, o para efectuar el proceso de intravisualización, o visualización de lo que han hecho durante el día, tal y como aconsejan algunas escuelas esotéricas. Porque, naturalmente, se nos aconseja esotéricamente ver qué hemos hecho durante el día porque hay fallos y dificultades, porque hay cortocircuitos, ¿verdad? Y el Maestro dice: “A ver cuántos circuitos has creado durante el día”, y la persona, el técnico que está mirando los cortocircuitos, pues bien, si no provocamos cortocircuitos en nuestra atención durante el día la mente llega a la noche llena de paz, de tranquilidad, completamente vulnerable al plano búdico y, entonces, tendremos otra conciencia de síntesis, no será la conciencia de pluralidad, será una conciencia plena de originalidad y singularidad.

Interlocutora. — ¿Es super importante acordarse lo que has hecho durante el día? [Sí] Yo sé que algunas escuelas dicen que se haga, pero, a la inversa, ¿es esto correcto?

Vicente. — Tanto si es a la inversa como si se hace bien, es el mismo proceso, pero, se aconseja esto, esotéricamente, porque cuando dejamos el cuerpo en el momento de la muerte, el Alma recopila todas sus experiencias, no desde el principio hasta el fin, sino desde el fin hasta el principio, lo aconsejan las escuelas esotéricas para preparar el Alma para después de la muerte, para que no tenga problemas y la recapitulación sea más rápida.

Interlocutor. — Antes has hablado del Avatar, el mensaje, evidentemente, como tú has dicho será revolucionario, será una explosión de realidad y de vida, ¿no crees tú que de alguna manera los que ahora actualmente lo proclaman después igual quizás lo crucifican otra vez?

Vicente. — Todo depende, como digo, de los discípulos mundiales. Si Pedro que amaba a Cristo lo negó tres veces, ¿los demás cuántas veces lo negarían hasta la crucifixión? Esto es simbólico, pero nos damos cuenta que no depende la venida de un Avatar simplemente porque el campo astrológico y el cielo están marcando la venida del Avatar, sino la actitud de las gentes ante la propia constelación. Por lo menos tiene que haber una considerable cantidad de discípulos que estén pendientes de la venida del Avatar y que estén oteando, o escrutando, la inmensidad del cielo para ver el momento oportuno, tal como sucede en ciertos festivales, como el Festival de Wesak, por ejemplo, en el cual sabemos realmente que Buda desciende a la Tierra a dar su bendición al mundo que es un hecho cíclico, astrológico, místico y espiritual en grado superlativo. Pues bien, la venida del Avatar será de la misma manera, quizá no sea objetivo a la manera y usanza del hombre, del hombre corriente, me refiero, pero puede ser un estado de conciencia crístico que abarque a toda la humanidad, y que cada cual abarque dentro de su propia estructura psicológica una parte de la conciencia crística. Si existe una cantidad superior de personas que están conectadas con la conciencia crística, entonces, se produce un hecho espiritual trascendente, y la posibilidad de que... (corte de sonido)... algún discípulo de la categoría del propio Avatar para contener su vida y su radiación magnética durante el tiempo que tenga que estar aquí en la Tierra. Esta vez, según se nos dice, y esto hay que tomarlo siempre como una hipótesis solamente, esta vez no descenderá técnicamente el Avatar, sino también la Jerarquía. De una manera misteriosa, cada uno de los lugares claves del mundo, las Naciones Unidas, por ejemplo, la fao, la oms y todas las estructuras creadas, la Cruz Roja, y los partidos políticos de las Naciones se regirán por iniciados, gobernados por personas que están en conexión con la Jerarquía. No puede haber entonces una política de bloques agresivos, o una política antieconómica como existe actualmente, cuando existe el desequilibrio entre países muy ricos y países muy pobres, miserables, ¿verdad? Tiene que haber una transformación, pero tampoco depende de la propia Jerarquía y tampoco depende del Avatar, o de Cristo, o del Bodhisattva, depende fundamentalmente de nosotros, de los seres humanos, de los que conocemos, y de cómo nos comportamos diariamente con nuestros semejantes, de cuál es nuestra actitud mental frente a la vida. Entonces, si existe un espíritu de responsabilidad, el Avatar descenderá sin problemas, y no deberá ocurrir el lamentable hecho de la crucifixión del Avatar, que según se nos dice aquello sí que fue un fallo de la Humanidad, no de la Jerarquía, lo que estaba previsto... (corte de sonido)... o porque es demasiado egoísta, por lo que fuese, el caso es que, como ustedes saben, la dramatización desde el nacimiento hasta la crucifixión, y después de esto se ha constituido una serie de misterios teológicos, de misterios místicos de todos los calibres que ustedes quieran asignarle. Pero, como habitualmente, yo continuo diciendo, porque lo dice el Tibetano y yo sé que es la realidad, de que la próxima guerra no debería llegar, ya no debe ser próxima ni lejana, hay que extirpar de la vida los gérmenes de separatividad, y para mí, la manera más correcta de que la vida se resuelva en términos de unidad y no de separatividad es practicando el Agni Yoga. El Agni Yoga es un nombre que se da a una actitud de conciencia, porque después del Agni Yoga existen yogas superiores, que son los que manipulan los Adeptos, los grandes Chohanes de Rayo y los grandes Logos Planetarios. Pero, no podemos hacer nada con estos otros yogas. El yoga que puede utilizar hoy día correctamente el discípulo moderno, el aspirante espiritual sincero, es el yoga de síntesis, es el yoga de fuego, es la ciencia del corazón.

Interlocutor. — Hay momentos en los que, por decirlo así, tienes ideas, ¿cómo es posible distinguir estas ideas si provienen del plano mental, o si son del plano búdico?

Vicente. — Es que una idea del plano búdico te deja la mente en silencio, sin capacidad de reacción intelectual. Como digo, cuando la mente está serena, cuando la mente no piensa –es muy difícil adquirir ese estado, porque todos estamos pensando superlativamente–, cuando llega el momento en el que hay silencio mental la mente está tan extrañada que se pregunta: “¿Qué es esto?”, y acaba el silencio. El problema está aquí. Claro, hay que entrenar la mente a que se discipline en el sentido del silencio. ¿Por qué no dedican ustedes –porque yo también lo he dedicado– un tiempo a silenciar la mente? En lugar de emitir ideas, dejar las ideas, observar las ideas, que se vayan fundiendo con su atención, y en lugar de complicados sistemas meditativos y de pensamientos simientes, ¿por qué no usar una idea, la primera que se nos ocurra, dilucidando hasta su raíz más profunda? Como que las ideas vienen enlazadas por un sistema de asociación, si ustedes rompen la cadena se disasocia todo el proceso meditativo, entonces queda una paz dentro de la mente, y cuando hay paz en la mente ya está todo realizado, el corazón empieza entonces a actuar. El corazón no puede actuar porque la mente se lo impide, es decir, que hay que pensar cada vez más en términos de corazón, en términos de síntesis, en términos de equilibrio, y esto, si ustedes observan muy atentamente todo cuanto va sucediendo, se darán cuenta de que realmente pueden transformar el mundo en términos de realización, empezando ustedes a liberarse de muchos de los procesos acumulativos que provienen del pasado, y dejando de ser en el tiempo para establecer el ser dentro de las insondables oquedades de la eternidad.

Interlocutor. — ¿Puedo hacer una pregunta corta? [Corta] Bueno, esto que se dice: “Que Cristo vuelva a la Tierra”, ¿es simbólico?

Vicente. — Para mí es una realidad, pero, para... es una hipótesis, así que no voy a impugnar una idea contra otra. Yo digo: cada Nueva Era trae un nuevo precursor de esta Era, el que va a realzar todo cuánto significa astrológica y espiritualmente hablando, las energías propias de esta Era. Debe encarnar en un ser prodigioso que pueda contener en sí las simientes vivas de una nueva civilización y de una nueva cultura. Que se acepte o no, el hecho es innegable, porque el hecho de negar una cosa o de afirmarla nunca podrá detener el movimiento de una cosa.

Interlocutor. — ¿Se le puede llamar Cristo a esto que tú dices?

Vicente. — Se llama el nombre que se quiera, porque un mahometano le dirá Imán, o cualquier nombre, o Brahma, o cualquier nombre, no interesa el nombre, interesa el principio, el principio establecido desde el principio de los tiempos, de que cada etapa de la humanidad lleva consigo la aparición de un Avatar, la aparición de alguien que lleva la luz de los altos lugares, y se convierte por obra y gracia de este hecho en el Prometeo único del Cosmos, el que trae la Luz de los altos lugares sacrificando su vida y todo su poder adquirido a través del tiempo para ayudar a los hijos de los hombres.

—————————

 

Conferencia Vicente Beltrán Anglada
en Barcelona, 13 de Enero de 1982

Digitalizada por el Grupo de Transcripción de Conferencias (G.T.C.)
27 Enero 2008

Editada por el Centro de Estudios VBA (en curso)
8 febrero 2008

—————————

Anterior | Hogar