Fuente: Revista Conocimiento
Edición Especial 35 Aniversario (Oct/Nov 1973)
[Reproducido por NGSM.org]
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En el reinicio de la edición de "El Servidor", hemos querido brindarle un homenaje recordatorio a Francisco Brualla, discípulo del Maestro D.K., que vino por Su sugerencia a Sudamérica, con el propósito de impartir los conocimientos que había recibido en la Escuela Arcana de Nueva York, creada por Alice A, Bailey, discípula y amanuense del citado Maestro Tibetano.
En l937 fundó en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, el Centro de Estudios Sophia, desde donde comenzó a divulgar los altos ideales que habían despertado y nutrido su vida mediante la enseñanza que le reveló la necesidad de establecer la relación entre el alma, el hombre espiritual y la personalidad, subordinada a las aspiraciones superiores. Desde este Centro de estudios, un año después se editó la Revista SOPHIA que delinearía la filosofía espiritual, predicando la conducta correcta, el servicio y una ética humanista vivenciada y aplicada, con la finalidad de lograr el mejor bien para el mayor número, porque era la consecuencia del desarrollo de un profundo amor, comprensión y respeto al semejante, con el cual se sentía comprometido. Casi simultáneamente publicó en forma paralela pero exclusiva para los estudiantes, el Boletín mensual que denominó "El Servidor", con el cual estableció el vínculo relacionador entre los mismos, para compartir ideas e ideales, fortaleciéndolos y estimulándolos en el esfuerzo por perfeccionarse y servir adecuada y eficientemente a la humanidad.
Francisco Brualla, fue un ejemplo de humildad, percepción espiritual y correcto accionar, fijando las pautas de la conducta que debe desenvolver un aspirante al discipulado para llegar a ser un servidor mundial y como tal decía: "Tened confianza en la Vida, vivid para vuestros semejantes, servidlos en la medida de vuestras posibilidades y ella proveerá a nuestras necesidades y a las Obras de Servicio".
Su labor tendió a afianzar el espiritualismo esotérico, servicio que, cuando pasó al otro lado del velo, fue retomado y vivificado en el año 1957 por su hijo primogénito Jorge y su esposa Rosa Ponte al crear la Fundación Lucis que obtuvo la personería jurídica en l960, comenzando a funcionar, haciendo uso de la anuencia acordada por A.A.B. antes de su deceso en el año l949, en la sede de Argentina en Buenos Aires, la Escuela Arcana y sus actividades de servicio, Buena Voluntad Mundial y Triángulos, que hoy prosiguen sin interrupción, su tarea de cumplir el elevado fin de expandir la conciencia humana para lograr la apertura hacia la conciencia divina.
Ante circunstancias difíciles para la Institución, el Consejo de Administración que operaba en ese momento, optó por cambiar el nombre de Escuela Arcana, por el de Sophia E.E.E. para la proyección de la enseñanza en Latinoamérica. En el año l993 se editó el primer número de la revista "El Servidor; Buena Voluntad en Acción y en el editorial se decía: "que era el reconocimiento a los pioneros en la difusión de las enseñanzas del Maestro D.K. en estas australes tierras, en las que su discípulo Francisco Brualla y posteriormente Jorge y Rosa Ponte de Brualla, actuaron como piedra fundamental al sembrar las simientes de esta filosofía de vida, basada en la aplicación práctica de la Buena Voluntad y el establecimiento de correctas relaciones entre los hombres y las naciones".
La antorcha de Luz y Amor que heredamos es la responsabilidad que asumimos ante nuestros Mayores espirituales hasta que nuevos gérmenes del futuro la recojan y eleven a niveles cada vez más amplios de conciencia. ¡Que Así Sea, y cumplamos nuestra parte en el Trabajo Uno".
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[Isabel Amondarain] Por los años 30 llegó a nuestro país un español, cuya humildad, cuya sencillez, cuyo desapego hizo historia dentro de todos los que tuvieron la suerte de conocerlo: se llamaba Francisco Brualla. A su luminosa memoria dedicamos también este acto. Don Francisco Brualla había recorrido Europa, fue luego a Norteamérica y eligió radicarse en Buenos Aires. Creó allí pronto, un grupo de estudios que llamó "Sophía". Él ya era un estudiante luminoso de la Escuela que creara el Maestro Tibetano, específicamente de sus libros. El grupo "Sophía" estudió, estudió todo lo que el Maestro les fue dando, más tarde surgió de ese grupo una revista que se llamó SOPHIA. La Revista Sophía trajo en muchos años, poco a poco, la luz del conocimiento de la sabiduría eterna a nuestras playas; lentamente se fue desplazando por todo el país, y ahora tuvimos, en los años más próximos, los escritos de nuestro maestro Vicente Beltrán Anglada. Poco a poco, los que conocíamos las enseñanzas del Tibetano fuimos interesándonos más y más en sus artículos, hasta que llegamos a consustanciarnos con ellos, y luego a ir estableciendo ya vínculos fraternos con un hermano desconocido, desconocido que pronto fue entrando en nuestra mente y en nuestro corazón. Hoy lo tenemos con nosotros. Ha sido un trabajo fuerte de la voluntad de todos ustedes, lo hemos conseguido porque estamos entrando en los carriles de la Unidad. Ahora, tenemos que reflexionar como argentinos sobre la palabra unidad, fraternidad, unificación, que fueron apareciendo constantemente en la palabra de nuestro hermano Vicente. En todas sus cartas él nos insinuaba siempre a todos, sea donde estuvieran sus correspondientes, la necesidad de la unificación latinoamericana y a ese punto vamos. ¿Qué ocurrió en el mundo esotérico para que Buenos Aires recibiera a estos dos discípulos mundiales? Se interesó la jerarquía en nuestro país probablemente. Y hoy estamos ante un glorioso día, este día que estamos viviendo no sabiendo cómo absorber tanto bien, pero al mismo tiempo adquiriendo una tremenda responsabilidad. Tenemos que desarrollar en nuestro país, como país, el AGNI YOGA, la yoga del corazón que hará que toda idea se unifique, sea una, que las mentes se unan, que la mente no destruya la realidad, y ese es un trabajo muy difícil. El premio, la suerte, la felicidad que los argentinos hemos recibido significa deber, significa anular el yo separado, y eso es lo más difícil que se nos puede requerir, máxime a nosotros que somos un pueblo creado por tantas razas, por tantas diferencias, condicionamientos étnicos. Tenemos forzosamente que aprender a acallar el yo separado. Esa será la forma de salir del Conflicto y entrar en la Armonía. Nuestras mentes, las mentes de todos ustedes tienen que empezar a pensar en unidad. Pensar en unidad para este conglomerado que es el Espíritu de la Argentina y proyectarnos a esa otra entidad viviente que es América Latina y entonces, posiblemente si nosotros tenemos nuestro corazón despierto, podrá hacerse realidad el sueño de Bolívar y San Martín. Nada más.
http://www.vicenteba.org/conferencias/Rosario/117-rosario-25-10-85.htm
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ARTE Y OCULTISMO
por Francisco Brualla
2014-08-17