El Labrador: LGI

A propósito de la idea/simiente lanzada para profundizar en el significado de “La Gran Invocación”, nos gustaría hacer una primera aproximación (seguramente poco profunda), pero parece lógico y sensato comenzar por la periferia para, posteriormente, ir profundizando y llegar a penetrar tanto como nos sea posible en esa misteriosa materialización energética que conocemos con el nombre de “La Gran Invocación” (LGI).

Se nos dice -y esto todo el mundo lo percibe claramente- que LGI es, en su género, el instrumento más potente jamás entregado a los seres humanos y que su poder invocativo no tiene parangón. Y este es precisamente el aspecto que primero aparece ante nuestra vista y que encierra la primera clave en esta primera aproximación.

EL PODER.

LGI es en sí misma el Poder; una esfera misteriosa cargada con la Fuerza Ígnea del Logos Solar, que es atraída (o a la que uno se desplaza, o con la que uno contacta) cuando aparece en el ser humano la intención de utilizarla y comenzar el proceso ceremonial mágico y creador que supone su utilización.

Y es precisamente esta intención, más la calidad del equipo psicológico del oficiante, quienes gradúan el acceso a la Fuerza Solar y por lo tanto cualifica su resultado evocativo final. Antes de comenzar a decir ni una sola palabra de LGI nos encontramos ya, por tanto, "dentro" de esa esfera de Poder Divino y durante el recitado de sus estrofas mántricas se efectúa el proceso mágico de convertir, merced a ese Poder indescriptible de Dios al que tenemos acceso, la pequeña voluntad humana en una poderosa voluntad capaz de energetizar los éteres y producir transmutaciones impensables e inimaginables para nuestra pequeña escala. La pequeña voluntad humana recupera merced a este contacto con la Divinidad la fuerza infinita que como Dios en potencia posee. Nuestra pequeña voz es amplificada por el ígneo fuego de la Esfera Divina convirtiéndonos en poderosos emisores de la llamada mágica.

Como un compañero bien apuntaba en días pasados, la palabra Poder solamente se menciona una vez en LGI y además al final. Esto se debe a que al Poder está presente en toda LGI, ya que sus estrofas mántricas se encuentran dentro de esa esfera, permitiendo esa mención final "cerrar" y afirmar la energía invocativa utilizada y salir de su “círculo no se pasa”.

Este poder presente en LGI hace que la Voluntad de Dios (recibida en el "círculo no se pasa" planetario por el Señor del Mundo) se transforme en el Propósito de los hombres, (tercera estrofa) porque es el Poder el que materializa la recepción energética de la Luz y el Amor divinos.

LA LUZ Y EL AMOR.

He aquí el Propósito que encierra la Voluntad Divina y que el Poder a que hemos aludido hará que lleguen a la Tierra desde el Plano Mental y Astral Cósmico, es decir, desde la Mente y el Corazón de Dios. Recordemos que en la cuarta estrofa se habla del propósito de LGI: "que se realice el Plan de Amor y de Luz" y que como consecuencia se "...selle la puerta donde se halla el mal". El ígneo poder energético divino de la esfera de LGI hace merced a la voluntad expresada por el ser humano, que (1ª estrofa) desde el 5º subplano del Plano Mental Cósmico (la mente de Dios) la LUZ afluya a las mentes de los hombres, a nuestro 5º Plano Mental (Manas Superior/Causal) el más elevado en el ciclo vital del hombre en su período de encarnaciones.

Igualmente (2º estrofa) hace que desde el 4º subplano del Plano Astral Cósmico (el Corazón de Dios) reflejo del Plano Búdico Cósmico, afluya su energía divina de Amor a los corazones de los hombres (4º plano Búdico) lo que, inevitablemente, hará que Cristo retorne a la Tierra ya que, como veremos posteriormente, este Amor anclado en el Plano Búdico será derramado por nuestra acción volitiva en LGI sobre el plano astral que, recordemos, es el que impide que Aquél Que Viene llegue hasta el plano físico de nuestro sistema planetario (actualmente se encuentra en el plano mental).

(Puede ponderarse si el Amor de Dios se derrama desde el Plano Astral Cósmico o desde el Búdico Cósmico, pero eso no afecta a la aproximación que estamos realizando, sino que nos acercaría al misterioso asunto de nuestro inexistente (desde el ángulo de la Jerarquía) plano astral y su relación con el Astral Cósmico y a la relación astral-búdica)

CENTROS.

La energía de Luz y Amor invocadas llegan desde el Plano Divino hasta nuestro planeta, en el Plano Físico Cósmico, el cuerpo físico de Dios, nuestros conocidos siete planos donde se encuentra Shamballa y la Humanidad. "El Centro donde la Voluntad de Dios es Conocida" y "el Centro que llamamos la Raza Humana" en la 3ª y 4ª estrofa. Recordemos que "el Plan de Amor y de Luz" es un plan planetario.

"El Centro donde la Voluntad de Dios es Conocida”

Al ser invocadas las energías divinas por los seres humanos, requieren para penetrar en el "círculo no se pasa planetario" la autorización y el beneplácito de nuestro Regente. Por lo tanto tiene que afirmarse la Voluntad del Señor del Mundo en su Centro Místico de Shamballa "..donde la Voluntad de Dios es Conocida" y materializada por su Ashram (la Jerarquía Planetaria) "…los Maestros Conocen y Sirven". Y aquí se ratifica y sanciona la voluntad de Sanat Kumara, bendecida por el Poder Divino procedente de los planos cósmicos, manifestando que “…el propósito guíe a las pequeñas voluntades humanas” por lo que Luz y Amor Solar sancionadas por el Señor del Mundo, pasan al Centro de la raza humana.

"El centro que llamamos la raza humana"

Los destinatarios de la LUZ y el AMOR invocados. Como es bien sabido, la salvación de la humanidad solamente puede ser realizada desde dentro por la humanidad misma y es por ello que la potente fórmula mágica invocativa de LGI fue entrega a los seres humanos; para que desde esa esfera energética mágica magnetizada por Dios enviada desde Su Propio Plano, como magos que utilizan la Magia Organizada se pronuncien las palabras que herirán los oídos de Dios para "Que se realice el Plan de Amor y de Luz" y "selle la puerta donde se halla el Mal" Desde este centro en el plano búdico, el 4º plano, eje central de nuestro Plano Físico Cósmico, la raza humana (4º reino) ancla la Luz recibida en el plano mental y el Amor en el plano astral.

ESTROFA FINAL (PODER).

Y es en la estrofa final donde el Mago humano dotado con el cetro divino de LGI levantado hacia lo alto, mirando al Señor Planetario y brillando sobre ÉL la estrella del Señor Solar, pronuncia las palabras mágicas: “Que la Luz, el Amor y el Poder, restablezcan el Plan en la Tierra”. Al pronunciar estas palabras el OM humano (el sonido mágico) energetizado por el cetro solar rasga los éteres y precipita la energía invocada, finalizando el proceso invocativo cerrando la esfera con la llave divina del Dios Trino. El triángulo mágico de la Luz, el Amor y el Poder, que harán “se restablezca el Plan en la Tierra”. Vemos cómo el Poder es la última energía que aparece en LGI y cierra la esfera finalizando la ceremonia mágica. El Poder cierra la Esfera de Poder.

ALGUNAS PUNTUALIZACIONES.

En el diagrama adjunto se puede ver más claramente el proceso:

LUZ – Mental Cósmico a nuestro Plano Mental (Manas superior).

AMOR – Astral Cósmico a nuestro Plano Búdico.

PODER- Que ancla estas dos energías en nuestro Plano Átmico (Shamballa/Jerarquía).

RAZA HUMANA- Recibe la Luz y el Amor y derrama sobre planos Mental/Astral/Físico.

En nuestro 5º Plano ya depositada la LUZ en las mentes de los hombres
En nuestro 6º Plano ya depositado el AMOR en los corazones de los hombres. (Recordemos nuevamente, porque es de vital importancia, que el Cristo ya está en el plano mental y es el Astral el que impide su retorno)
En nuestro 7º Plano ya depositado el PODER para "...restablecer el Plan en la Tierra”. La escalera de lo más alto a lo más bajo se ha completado.

Fijémonos también en que las energías invocadas procedentes de los planos cósmicos, se depositaron inicialmente en los planos 5º, 4º y 3º y merced a la llamada invocativa de la raza humana llegan hasta los planos 5º, 6º y 7º (respuesta evocativa). La copa elevada hacia lo alto ha sido llenada. Pedid y se os dará. Este hecho puede ser representado por dos triángulos, uno enviando Luz y Amor hacia los planos inferiores y otro recibiendo dichas energías y anclándolas en el plano físico, siendo mediadores en los ángulos Shamballa y la Humanidad. Todo ello dentro de la esfera de Poder que es LGI.

[Gráfico 1]

Y profundizando en el mismo podemos observar que el anclaje de la Luz (3º Rayo de Aspecto) en los planos inferiores se materializa cómo su 5º Rayo de Atributo y el anclaje del Amor (2º Rayo de Aspecto) en el 4º Rayo de Atributo. Recordemos la relación (1,3,5,7) y (2,4,6). La intervención del 4º Rayo y no del 6º se debe, entre otras cosas, a dos motivos; a que el 6º rayo (ya saliendo de la manifestación) pertenece a las energías pisceanas y, sobre todo, a la relación profunda del 4º rayo con las crisis iniciáticas en que se encuentra inmerso el Señor del Mundo y consecuentemente de la Primera Iniciación de la Humanidad (4º Reino). Al mismo tiempo, la energía de Poder (1º Rayo de Aspecto) de LGI del triángulo superior, se ancla activando en nuestros planos del vivir humano la Magia (7º Rayo de Atributo) que debe sustituir a la ya comentada de 6º Rayo y producir el proceso mágico de transmutación alquímica.

[Gráfico 2]

Será útil, además, considerar la posibilidad de que de las dos energías invocadas (Luz y Amor), solamente la primera de ellas sea en el momento actual para utilización plena de la Humanidad que (en este momento concreto de la vida planetaria) debe unir lo humano con lo divino (recordemos que la Tríada Superior e Inferior tienen su punto de contacto en Manas y que el tercer aspecto de la Deidad llegó a su culminación en el primer Universo, por lo que es de plena disposición). Mientras que el Amor aún está en estado embrionario en el ser humano ya que, solamente, ha sido completado en su segunda dualidad de Sabiduría por el Señor Buda, pero espera a Su Gran Hermano (Aquel Que Viene) para ser presentado en su unidad primaria. El aspecto Amor solamente llegará a su culminación al finalizar la presente encarnación que conocemos por Segundo Universo. Esto hace que el Amor invocado sirviendo de catalizador, cumpla (entre otras desconocidas, aunque quizás intuidas, por nosotros) dos funciones: nacer en el corazón de los seres humanos para producir el contacto monádico que posibilitará su llegada a la Luz del Iniciador, y efectuar el proceso transmutador en el Plano Astral que como sabemos es el campo principal de los problemas de la humanidad. Estos dos procesos crearán las condiciones para que (como podemos observar en el triángulo inferior del diagrama) la Humanidad pueda utilizar la energía “actual” del 7º Rayo y como Mago creador aplique con armonía y belleza (4º Rayo) el conocimiento (5º Rayo) de que es depositario. Lógicamente estos procesos se desarrollan de forma simultánea y su culminación supondrá un hito en la historia planetaria, pues, después de 21 millones de años desde el proceso iniciático de la Individualización y 18 millones de años desde su comienzo efectivo, el Reino Humano (4º) eje central de los siete reinos llegará al momento mágico de entrada en el Sendero recibiendo la Primera Iniciación “naciendo” a una vida más plena. En todo este proceso se habrá cumplido la Ley y el Logos (por su propio esfuerzo) recibirá su 4º Iniciación elevando al mismo tiempo a la Humanidad que (a su vez por su propio esfuerzo) recibirá la Iniciación y elevará a los reinos inferiores. La cadena, pues, se habrá completado.

CONSIDERACIONES FINALES.

LGI es también la expresión del mandato Crístico de hacernos partícipes de la casa del Padre, de afirmarnos como Hijos de Dios y elimina los intermediarios entre Dios y el hombre ya que es éste el que invoca directamente las energías de los planos divinos (Mental y Astral Cósmicos). De la misma forma que se permitió que energías extra-sistémicas penetraran hasta la humanidad sin el escudo protector de Shamballa y la Jerarquía, se nos ofrece con LGI un canal directo para hablar con Dios y que nuestro "clamor invocativo" hiera los oídos divinos. Este hecho es muy significativo pues demuestra las esperanzas puestas por la Jerarquía en los seres humanos y confirma el avance evolutivo producido en la humanidad.

LGI es un cetro de poder puesto en la mano de los seres humanos para el contacto y transmisión energética con y desde el Mundo de Dios. Aplicando la analogía vemos cómo las células físicas del cuerpo de Dios invocamos las energías mentales y emocionales divinas para que se produzca su transmutación.

EPILOGO.

Sería muy interesante efectuar una aproximación a LGI desde el ángulo de la participación Dévica en este proceso mágico creador. Como bien dijo un compañero hace unos días, habría que profundizar sobre el vacío creador.

¿Y sobre el Buda, el Espíritu de la Paz y el Avatar de Síntesis?

¿Y sobre espíritu y materia? ¿Y de la analogía de los planos cósmicos en relación a nuestros planos? ¿Células físicas divinas?

¿Y sobre la inexistencia del tiempo y, por lo tanto, del pasado, presente y futuro?

¿Y sobre la relación numérica de los planos afectados y la energía transmutada?

Sigamos profundizando.

(en Libra-Escorpio 2004)