El sendero lo andamos en línea recta en
el tiempo, siempre hay un instante delante nuestro y otro detrás.
Lo andamos hacia arriba, el instante
presente es menos denso que el pasado.
Lo andamos en espiral ascendente, por que
dependemos de la ley de los ciclos.
Cada instante es un paso en el sendero,
es un pequeño escalón que nos aleja de la densidad de la materia y nos
acerca a la libertad del espíritu.
Es una nueva oportunidad para reconocer
una nueva necesidad, una nueva posibilidad de servir, de aprender.
En la rueda de los ciclos andamos entre
las luces del día y las sombras de la noche, entre los movimientos de los
planetas y constelaciones.
Entre momentos de calma y momentos de
tensión, momentos de aprender y momentos donde demostrar que aprendemos,
momentos de escuchar y momentos de escuchar y hablar.
Pero independientemente en el momento
cíclico con que nos encontremos hay que buscar el aspecto sutil de la vida,
el mas armónico y luminoso, el que lleve el color de la síntesis.
No me refiero a buscar el lado positivo
de las cosas, por que entramos en una nueva polaridad, cualquier realidad al
margen de la perspectiva con que la observemos tiene claros y oscuros, pero
en el medio esta el arco iris que nos eleva y nos conecta con la síntesis de
toda realidad.
Si buscamos argumentos para lo positivo
como para lo negativo, los vamos a encontrar y los vamos a archivar en la
mente, esa valoración nos condicionara en nuestras decisiones y acciones,
pero la ley de los ciclos hace que con el tiempo veamos el lado que no
prestamos atención, entonces tendremos que cuestionar nuestro sistema de
análisis, observación, etiquetaje, clasificación y archivo, pero en vez de
buscar la síntesis, la inercia suele llevarnos a repetir el error, y
volvemos a clasificar, lo bueno ahora es malo, y lo malo parece menos malo,
parece por que volver a valorar a negativo puede ser doloroso, pero es
fácil, pero re-archivar a positivo es mas complicado, tan complicado como
vencer nuestro orgullo.
Todo eso no nos pasaría si en vez de
mirar si la botella esta medio vacía o medio llena, la miráramos tal y como
esta, si en vez de buscar un prisma que nos muestre el mundo bello,
apreciáramos la belleza de lo verdadero, no temamos la belleza de la
realidad desnuda por que ningún adorno es necesario, para ver el arquetipo
de la belleza.
Cada vez que usamos la voluntad para ver
las situaciones de la vida en su aspecto menos denso, el paso que demos en
el sendero en el siguiente instante será menos denso.
Los pasos se dan en espiral ascendente
pero en nuestras manos esta que los demos en tropiezos, en plano, o en
escalera.
Todo ser evolutivo esta en la senda de lo
material a lo espiritual, de lo denso a lo sutil.
El grado de densidad de la energía
desminuye en cada paso, cuando menos densa sea nuestra vibración, mas
sensible seremos a las vibraciones altas, es decir que veremos el mundo con
nuevos ojos, seremos mas sensibles a matices y energías mas elevadas, por
eso se nos pide que andemos sin equipaje, que el bien no superado nos
perjudica, por que el equipaje de ayer es mas denso que el que necesitamos
hoy, el apego a alegrías y tristezas, espejismos y formas mentales, es como
los sacos de lastre en un globo o nos desprendemos de ellos o cruzamos la
cordillera a pie.
Cada escalón, es decir cada punto en el
sendero donde la densidad disminuye puede ser cada segundo, si nos
proponemos ser a cada segundo mas sutiles, mas luminosos y armónicos, mas
sintéticos y sencillos.
