La Cruz y la inocencia.

 

 

 

La línea vertical es el canal que nos comunica en primera instancia con el Alma.

La línea horizontal el canal que nos comunica con los hombres.

La primera es la que recibe, la segunda es la que ofrece al mundo.

En el corazón se unen las dos líneas.

Los dos lados de la línea horizontal, son las dos manos que abiertas ofrecen al mundo los dones del mundo del Alma.

 

Ambos canales han de permanecer limpios para que las energías fluyan libremente, el vertical con los tres cuerpos alineados y en armonía, reciben la energía para donarla al mundo.

 

La meditación y la invocación son herramientas para activar y limpiar los canales, pero estas herramientas de poco sirven de como debieran o pueden ser usadas incorrectamente, si no son acompañadas por la intención de servir al prójimo, servirlo con móvil puro.

 

Las impurezas obstruyen el flujo de energía, lo distorsionan y lo pervierten.

Imaginemos una gran piedra cortando el cauce de un río o una mota de polvo en la cámara de combustión de un motor de coche, un mínimo de impureza obstruye las conexiones con nuestra Alma.

 

Las impurezas son las riquezas que con apego pretendemos pasar por el portal a nuevas realizaciones, la remembranza de viejos logros, la añoranza de momentos alegres, el malestar por lejanos recuerdos que no debieron ser, la ansiedad de posibles esperanzas que pueden que no sean.

 

Cada escalón que pretendamos subir lo tendremos que hacer libres de equipaje, por que cada escalón es un nuevo mundo, una nueva realidad mucho mas sutil, menos densa y pesada que la anterior, tenemos que entrar desnudos por que lo que sirvió ayer ya no sirve hoy, hay que activar nuevas herramientas, ver los nuevos matices de la realidad de siempre.

 

Las formas mentales con que nos acostumbramos a ver y clasificar el mundo son un pesado lastre difícil de soltar, hacerlo nos parece dar un salto al vació, ¿con que analizaremos y compararemos?, nos preguntamos, puede que el miedo a perder la seguridad de los viejos hábitos nos retrasen subir el nuevo peldaño, el apego a las riquezas de viejos logros, recuerdos y hábitos nos cierran la puerta.

 

El recuerdo del bello amanecer de hace unos días nos impide apreciar la belleza de los nuevos matices del amanecer de cada día.

El amanecer de hoy no es el primero ni el último, es el del Eterno Presente, el del aquí y ahora.

El que nos sitúa en el Punto de Síntesis de los dos canales de la cruz, donde se une el pasado y el futuro, el espíritu y la materia, la línea vertical y la horizontal. 

 

Una forma mental incorrecta o caduca obstruye.

El flujo de energía que viene vía el Alma se reduce a la espera de ser limpiado el canal, hay que intentar poner todos los esfuerzos para facilitar la limpieza, aunque tengamos que vencer nuestro orgullo de deshacernos de algo que creíamos nuestro, como nuestras cadenas, las cadenas que nos atan a viejos dolores y alegrías, o ha futuribles inciertos, una impureza es una herida abierta, que el consciente pretende cerrar pero el flujo de energía no lo permite, por que la impureza, la forma mental incorrecta impide el paso de energías puras y esto produce fricción y dolor, por que la impureza ha de ser destruida ya sea desmontada pieza a pieza o transmutada y redimida por la Luz de la Compasión.

 

Estas estructuras mentales o astrales, además de obstaculizar nuestro trabajo y camino, atraen a nosotros experiencias y personas que responden a esas formas, por ejemplo si es una estructura de impaciencia y ansiedad, atraemos a nosotros ese tipo de experiencias y de personas.

 

Si invocamos ser liberados y somos incapaces de hacerlo solos, atraemos a nosotros a personas y experiencias que nos pueden dar las claves para romper nuestras cadenas, hay que estar atentos para diferenciar a unas personas de otras, por que ambas nos recordarán la herida, la impureza que nos impide progresar, hay que seguir la pista a los impulsos que nos hacen reaccionar, de donde vienen y que pretenden, pongamos el caso que tenemos una herida en la mano, tres personas nos ponen su mano en la herida, un amigo que no sabe que hay una herida y solo pretende saludarnos, alguien que si quiere hacernos daño, y un tercero que quiere quitarnos la astilla y limpiarnos la herida, los tres nos hacen daño, pero las intenciones de los tres no son las mismas, no basta con padecer el dolor hay que proponerse saber por que.

 

En ocasiones logramos que los canales se ensanchen disfrutando de un aumento de recursos, pero el trabajo de limpieza ha de ser permanente, nada ha de apartarnos del móvil puro, pero suele ocurrir de colarse una nueva impureza, una nueva estructura incompatible con el Propósito que los Maestros conocen y sirven, en ese caso se produce una nueva restricción en el flujo de recursos; información, energía, tiempo, dinero, compañeros de trabajo, etc. 

 

Entonces uno ha de mirarse con toda humildad a uno mismo y tratar de averiguar donde esta el error a corregir, y evitar la fácil tentación de restituir los recursos menguantes acudiendo al canal horizontal que es para dar los dones del Alma no para recibirlos, la inspiración, la energía, todo lo que necesitemos ha de ser esperado, que no buscado, de arriba, no de al lado, no de otra u otras personas.

 

Cada uno de nosotros ha de ofrecer a los demás los dones de la propia Alma,

Cada uno de nosotros es una pieza irrepetible de una maquina llamada humanidad,

Cada uno de nosotros ha de descubrir que pieza es de la maquinaria y cual es su lugar.

Solo entonces la suma de esfuerzos de Almas conscientes no sumará sino multiplicará.

 

La ausencia de impurezas se asemeja a lo que conocemos como móvil puro o inocencia.

 

Es la inocencia de ver a todo el mundo como personas amables y generosas, y si no lo son no importa algún día ya lo serán, si nosotros les contagiamos nuestro espíritu, si les demostramos que nuestra actitud es la causa de nuestra vida plena y alegre, les estaremos acercando al día que volverán a ser amables y generosos.

Las estructuras clasificadoras, comparadoras, los grandes baúles de recuerdo, impiden que nos veamos cara a cara con nuestra Alma, a ella no la podemos engañar como a nuestro consciente con bellos colores y argumentaciones ingeniosas que ocultan cosas que han de ser redimidas o destruidas. 

 

Sin este espíritu de inocencia no podemos progresar en nuestro trabajo de limpiar el canal vertical, es el lenguaje de los devas y sin si ayuda nada podemos hacer.

Desafortunadamente a la fecha de comienzos del tercer milenio, la inocencia todavía no es el lenguaje de los hombres.

Y quien pretenda hablar con ese idioma se arriesga a no ser entendido, no nos acabamos de creer que alguien nos vaya a dar algo sin esperar nada a cambio.

Hay que ser pioneros, pero no importa podemos asumir ese emocionante reto.

 

Y tenemos que ser pioneros en nuestro entorno, en la familia, en el trabajo, pero tristemente lo tenemos que ser también entre los esotéricos, muchos nos dirán que tienen claves para nosotros, claves para solucionar todos nuestros problemas, para conseguir grandes logros y nos dirán vuelve mañana.

 

El verdadero guía no guía nuestra personalidad, ni nuestros deseos, ni nuestro tiempo, ni nuestras costumbres, ni compañías, nos guiara desde el silencio, da igual que este a nuestro lado y que lo conozcamos o que este a miles de kilómetros y no sepamos nada de el, nos guiará al reencuentro con nuestra Alma, tal vez haya problemas, es posible que no haya grandes logros, pero siempre esta a nuestro lado, sin decir que lo esta,  no vendiéndonos seguridad sino enseñándonos a andar solos, a ser libres y responsables.

 



El foro VBA --y sus talleres de trabajo-- es una Comunidad espiritual
dedicada a honrar la vida y obra de Vicente Beltrán Anglada
a través de la meditación, el estudio y el servicio.
 
 

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2014-08-17