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Cuando hablamos del corazón pensamos en
bellos sentimientos, pero podemos decir que hay tres corazones en nosotros,
que parecen uno y con el tiempo y el discernimiento serán realmente uno.
En la palabra corazón se mezclan conceptos e
influencias del alma, del cuerpo astral y del plano astral, de los tres
lugares nos llegan impulsos que convergen en lo que llamamos el corazón.
Nuestra conciencia ha de escalar los peldaños
de sus cuerpos en la ascensión del retorna a la Monada.
La conciencia a de explorar y desarrollar
cada uno de los peldaños, cada uno de los cuerpos para poder subir al
siguiente, cada uno tiene misterios que resolver, claves que encontrar,
espejismos que diluir, trampas que evitar, laberintos que resolver, pero
también cualidades divinas que descubrir y potenciar.
El cuerpo emocional tal vez sea uno de los
mas difíciles de conocer y desarrollar, en el descubrimos nuestra capacidad
de relacionarnos con el entorno, surgen nuevas motivaciones al margen de la
búsqueda de la comida y de la preservación de la especie, incluso esta
última adquiere una nueva dimensión, surge el afecto, el sentirse a gusto
con alguien o con algo, entonces surge el apego, la necesidad de proteger
para nosotros aquello que nos da alguna satisfacción, pero pronto la sed ya
no se sacia y queremos mas, entonces surge el deseo, el deseo de tener
aquello que no se tiene y que por no tenerlo uno no es feliz, pero si lo
tuviera si lo seria.
El problema es que el cuerpo emocional esta
conectado con el cuerpo emocional o astral de la humanidad, y si uno
pregunta a su corazón que es lo que necesita, que es lo que desea o quiere,
se puede encontrar que le salga un deseo de otra persona cercana, o lejana y
desconocida pero que emite a una frecuencia afín, y uno creer que es algo
propio, que viene del corazón y por tanto sagrado e incuestionable.
Nuestro corazón participa del corazón de la
humanidad y eso es algo hermoso, cuando vayamos tomando conciencia de esto,
nos estaremos acercando al día que la humanidad tome conciencia de si misma,
por que todos sus miembros lo hayan hecho, entonces la humanidad expresara
su cualidad, será El punto de Luz.
Darse cuenta de que recibimos sentimientos de
otros y los otros los reciben de nosotros es asumir la responsabilidad de
usar los cuerpos solo para lo correcto.
Pero mientas tenemos que conocer, que parte
del corazón podemos llamar “mas nuestra”, que parte participa de los demás,
conocer, investigar los impulsos que llegan a el, de donde vienen, que
reacciones nos provocan, que reacciones provocamos nosotros en nosotros
mismos y en los demás.
Pero hay un tercer corazón, en realidad el
corazón emocional es un reflejo del Alma, que debería expresar y emitir la
cualidad y el propósito del Alma, a través del corazón emocional y del
corazón conectado a la humanidad, expresar el propósito como Alma, uniéndose
en colaboración con el propósito de otras Almas en expresión.
Así que cuando preguntamos a nuestro corazón,
nos podemos encontrar, con algo que viene de otros corazones, con algo que
expresa el propio corazón, pero en el contexto de la conciencia polarizada
en el propio corazón o bien en el mental, de tal forma que nos pedirá
aquello que necesite desde su apego a su realidad emocional, afectiva y
social, o bien para satisfacer las necesidades de sus estructuras mentales.
Hay que tratar de serenar el corazón y la
mente, para que sean tan serenos como las calmas aguas del lago, para que
puedan reflejar el verdadero propósito del Alma, entregar el timón al Alma y
aunque las aguas del plano astral de la humanidad sigan en tempestad,
nuestra barca las travesará como si fuera por el lago.
No es fácil que el corazón emocional delegue
en el corazón guiado por el Alma, para el primero el deseo inalcanzado es
una perdida irreparable, los segundos se escapan como la arena en el puño.
Para el corazón gobernado por el Alma el
deseo es el impulso de actuar al servicio de la Monada y de los Maestros, el
tiempo de una reencarnación es como la parada en una estación.
Cuando el Alma desea es capaz de arrebatar de
la noche de los tiempos el objeto de deseo, pero el propósito del Alma es
servir al Plan de Dios, y solo deseará aquello que sea útil al Plan, como
que sus cuerpos estén alineados en su mismo propósito, que presten sus
herramientas y recursos a la expresión del verbo.
Que los tripulantes de su barco quieran ir
todos al puerto que la Monada indique, entonces las aguas serán favorables y
los vientos soplarán en la misma dirección, la dirección que las estrellas
también sugieren.
