“Reconozco mi otro yo, y en la decadencia de
ese otro yo, resplandezco y crezco.” (1)
Géminis. – fuerza que produce los cambios
necesarios para la evolución de la conciencia crística
en un punto determinado en tiempo y espacio, siempre compatible con la
necesidad. (2)
A este signo a veces se le denomina “la
constelación de la dualidad en una síntesis fluida.” (3)
“la fusión de los pares de opuestos en la
conciencia.” (3)
Se suele hablar de este
signo como un signo dual, pero más bien podríamos hablar del signo que
transciende la dualidad. No hay Castor, ni Pólux,
tan solo el Amor entre dos hermanos por compartir la vida del otro.
Ninguno de los dos tiene conciencia de separación.
Cuando uno está en el cielo, el otro
también; cuando uno está en dificultades,
el otro también. Es la lección de intuición grupal
que tenemos que aprender. Lo que percibe uno,
el otro también.
En la era de Piscis un
grupo tenía a alguien como canal de recepción de la revelación.
Por ejemplo, el sacerdote en una comunidad.
En Acuario, todos tenemos a nuestro alcance
el conocimiento que deseemos. Tan solo tenemos que
estar atentos a los pequeños detalles de la vida y tener curiosidad por
aprender. Un grupo en Acuario empieza a unirse por
afinidad o por un “no sé qué
hago aquí pero estoy”. La afinidad y la amistad
puede llevar al apego y dependencia ciega que no cuestiona nada,
o bien a un dinamismo de relación donde todo puede decirse,
porque la voluntad de aprender por parte de todos transciende el
miedo de perder estructuras de apegos, devociones, protagonismos,
tradiciones, inercias, etc… Es decir,
la curiosidad por saber, el estimulo por crecer y ser un poco mejor persona
nos lleva a mirar a los ojos de las personas sin temor a decir o escuchar.
¿Qué dualidad hay entre dos seres que se miran sin barrera alguna?
Si los miembros de un grupo
pueden “mirarse” sin barreras, sin clasificaciones, ni etiquetas de lo que
creemos que nos parece que es uno u otro, la energía podrá fluir entre unos
y otros horizontalmente. Si esta
energía está libre de motivaciones egoístas será sutil, estará libre de
átomos pesados astrales o mentales inferiores. Entonces
la energía puede fluir verticalmente, creciendo la amplitud de conciencia
del grupo y lo que puede intuir un miembro lo puede intuir otro.
Si alguien nos dice que Dios le ha dicho algo le podemos decir “yo he
intuido algo parecido a lo que dices”, o bien “pues lo que dices no tiene
una respuesta en mi”… En Acuario no hay
intermediarios, a donde puede llegar uno, pueden
llegar los demás.
Los opuestos están en
frente mirándose uno a otro, pero ¿que ven? Lo
diferente, lo opuesto, lo contrario, lo incompatible… o por el contrario “lo
igual con matices de complementario”, ¿Qué diferencia hay entre Castor y
Pólux? Ninguno de los dos es más inmortal que el
otro porque en un acto de Amor ambos quisieron ser lo mismo.
¿Qué diferencia hay entre Géminis y Sagitario si ambos quieren llegar más
lejos en su encuentro consigo mismo y con Dios? ¿Qué necesidad hay de que
los opuestos friccionen entre si, si son partes indivisibles de un todo? ¿Puede
una moneda desprenderse la cara de la cruz?, ¿Es
tan difícil ver la unidad entre la diversidad? ¿Desde
qué perspectiva podemos ver la unidad y desde que
perspectiva sólo vemos separación?
Géminis no es la dualidad,
es el tercer signo, es el triangulo, desde el tercer punto en su perspectiva
de síntesis se ven los dos puntos abajo mirándose uno al otro, los dos
puntos ven arriba el tercer punto, y ambos se reconocen en el tercero.
El amor entre dos personas
puede definirse como una inercia que sin querer detener ni cuestionar te
lleva a sentir en tu corazón los latidos de otra persona a todas las horas
del día, a sentir que parte de tu corazón late en el corazón de la otra
persona. Es fácil entonces caer en el apego, en el
temor a perder esa sensación de plenitud. Donde
hay amor no hay temor, pero puede surgir el temor como surgen las dudas y
enfrentamientos. Una vez más los opuestos han de
mirar arriba, a la luz del Ángel Solar que los ilumina y permitir que la
energía fluya entre el triángulo.
Los ángeles unen a las
personas ya sea como parejas, amigos, con propósito lúdico, laboral, etc.
Sin los ángeles los seres humanos
seriamos entidades aisladas y nos hubiéramos extinguido al día siguiente de
ser creados. Si los ángeles nos unen entonces por
qué nos empeñamos en separarnos,
incluso antes de averiguar para qué estamos unidos,
siempre que no surja la violencia aún
verbal o emocional y no sea respetado el libre albedrío,
porque entonces es mejor pedir al Ángel Solar mejores
compañeros. Hay
que hacer un esfuerzo, no de paciencia,
sino de superar una relación de dualidad y lograr una relación triangular
con el ángel que nos ha unido. Por cada amigo o
conocido hay un deva que nos ha unido a esa persona, deva que sigue
indicaciones de los señores del karma y de nuestro Ángel Solar.
Cuando surja dificultad, estancamiento o pregunta en una relación del
tipo que sea miremos arriba, donde los Ángeles Solares tratan de guiarnos.
¿Por que mirar al Ángel
Solar en caso de dificultad? El Ángel Solar
representa nuestro yo más intimo y elevado, el más noble y puro, el yo donde
tenemos que crecer. El Ángel Solar custodia el
arquetipo de nuestra divinidad y hacía él nos encaminamos cada vez que
pensamos en el bien de todos los seres. Cada vez
que en nuestro corazón hay paz y comunión con todos los seres estamos más
cerca de este ser que habiendo logrado la perfección en un tiempo pasado
espera pacientemente que lleguemos a la casa del Padre. En
la espera se olvida de sí mismo, nada es más
importante que ayudar a su hermano, nosotros.
Es un deber individual
encaminarnos a nuestro yo más elevado, y la vida nos lo va ha agradecer en
forma de darnos motivos para la alegría y el optimismo. Pero
también es un deber social. Cuando nos dejamos
llevar por nuestro yo más denso y dejamos que nos invadan sentimientos de
indignación, odio, etc, entonces estamos alimentando el egregor causante de
un mundo de injusticia, hambre y dolor. Sin
embargo, cada vez que sentimos y pensamos con
nuestro yo más elevado generando pensamientos constructivos e incluyentes,
pensamientos de belleza, armonía y paz, entonces estamos alimentando las
fuerzas que tratan de establecer en la Tierra un mundo de correctas
relaciones entre todos los reinos, entre los seres humanos, entre el reino
humano y los animales, plantas y minerales, entre el reino humano y el reino
de las almas, entre el reino humano y los reino de los ángeles, entre el
reino humano y Dios…
Géminis es la relación,
entre personas, entre todos los seres. Sin
relación no hay evolución, sin relación y sin comunicación no hay expansión
de conciencia. Los ángeles (4) siembran débiles
hilos que conectan unos seres con otros. Luego
somos nosotros quienes aceptamos ese don de relación con otros y alimentamos
ese canal de comunicación con el ser que el deva --siguiendo
instrucciones de nuestro Ángel Solar y de los señores de karma--
a puesto en relación con nosotros. Es posible que
el karma nos traiga a personas que sin saberlo nos recordarán nuestros
defectos, aquello que tenemos que trabajar en nosotros, o es posible que nos
traiga a personas en cuya relación solo tengamos motivo de crecimiento sin
fricción alguna. De cualquiera de las formas,
elevemos las dudas o la alegría al ser que nos ha puesto en contacto,
ninguna relación es casual…
Dos puntos aislados los une
un deva en Géminis. En Tauro dos puntos
--al lograr el equilibrio--
generan luz, ¿existe la dualidad?
Sagitario es el arquero que
busca una nueva meta en “la llama que brilla más allá de la mente que revela
la dirección segura”, es decir, se encamina hacía
la luz de su Alma y posteriormente hacía la luz de su Ángel Solar.
Géminis merma su yo más denso para crecer en su yo más sutil, es
decir, crecer como Alma y luego como el arquetipo
de hijo de Dios que el Ángel Solar custodia en “la casa del Padre.”
Encaminémonos entonces,
Castor y Pólux, Géminis y Sagitario, todas las dualidades existentes o
ilusorias, a nuestro yo más elevado y noble.
1) pág.279. (2) pág.261. (3)
pág.263.
Astrología Esotérica. Géminis.
AAB-MT.
(4) Los Ángeles en la vida social
humana. Vicente Beltrán Anglada. Ed. Noguera. Barcelona.
Continuación
de Tauro 2005
