Reflexiones sobre el signo de Escorpio 2004
por José Enrique Hueso

 

En Libra aprendimos a luchar por lo que creíamos justo hasta dejar nuestro yo vencido en jirones, tras cada batalla vimos que hicimos lo que creíamos correcto, pero basábamos nuestra información en la perspectiva en la que estábamos situados, que la vida en una extraña pirueta karmica nos colocaba en la próxima experiencia en el lado opuesto de la realidad, como si los impenetrables señores del destino quisieran que viviéramos todas la experiencias posibles y viéramos el mundo desde toda perspectiva, así cuando defendimos lo justo y lo virtuoso un día descubrimos que nosotros no lo éramos tanto.

 

Fue el momento de detener el vaivén del péndulo, de romper la inercia de dejarnos llevar por la indignación de la injusticia, y el sentimiento de identificarnos en cada polaridad descubierta.

 

En el equilibrio de no dejarnos llevar por bandos contrarios, de tratar en un acto de voluntad de querer salirnos de la inercia que nos lleva a luchar sin saber porque y querer conocer realmente las causas que motivan todos los hechos, entonces vimos que conociendo desaparecen la mayoría de los motivos que nos incitan a la lucha, que muchas veces combatíamos a lo diferente y desconocido, pero cuando lo conocemos vemos que no había motivo, que las diferencias están en las apariencias, que cada luchador está defendiendo su perspectiva, el lado en que ve la realidad y basa su información para definir lo correcto, todos somos luchadores despistados de la realidad y el sufrimiento del otro.

 

En todo equilibrio de polaridad surge la luz, la luz que nos permite ver el camino de en medio, el camino que se anda recto como el filo de la navaja entre lo antagónico, pero con los brazos extendidos a cada lado siendo el punto de síntesis que une lo antagónico convirtiéndolo en lo complementario, es un camino de indiferencia a la lucha en curso pero de compromiso integrador.

 

Los ojos vendados al seductor mundo de la forma por que la intuición nos deja saber que es lo real, los platillos en equilibrio por que en el equilibrio está la luz, el conocimiento y lo real, la espada en alto para destruir lo incorrecto y liberar y dar vida a lo correcto.    

 

Escorpio

 

En el camino de en medio entre una personalidad que empieza a integrarse y un Alma que empieza a dejar sentir su presencia, pero antes de que el Alma pueda ejercer control sobre la vida del caminante, la personalidad y sus tres cuerpos van a presentar una última batalla.

 

Tres problemas por cada cuerpo: las nueve cabezas de la Hidra.

 

Los tres condicionantes del cuerpo físico: el sexo, el bienestar físico y el dinero, son herramientas que en su justa y adecuada utilización nos permiten lograr una estabilidad y armonía que es necesaria para emprender el camino espiritual, bienestar y plenitud con nosotros mismos y con las personas que nos rodean, pero para que estas tres cualidades o energías sean aliadas en el progreso espiritual y no obstáculos se han de ver como un elemento importante de la vida, pero sin darle mas, ni menos importancia de la que tienen.

 

Una vida sexual plena en la medida de cada uno, en la que no sea una obsesión para querer más, u obsesión para querer reprimirla que es otra forma de darle al sexo más importancia de la que tiene.

 

Un bienestar físico; es necesario una estabilidad física en salud y en economía, un cuerpo saludable, tenemos que cuidarlo pero no al extremo de que este cuidado físico sea una meta, como el que tampoco sea una meta cubrir solo las necesidades físicas y perdamos el espíritu inconformista de querer saber, conocer, construir un mundo mejor. 

 

El dinero; es necesario un bienestar económico, poder comprar con el producto de nuestro trabajo lo que necesitemos, lo básico, pero también alguna cosa superflua, permitirnos algún capricho, pero si convertimos nuestra vida en un acumular sexo, salud y dinero difícilmente vamos a encontrar la necesaria armonía y plenitud, ni tampoco con en el camino de la represión, de renunciar al cuerpo y a las propiedades materiales, estas actitudes ya deberían estar trascendidas, el camino espiritual no se encuentra mortificando la carne y la alegría, ese es el camino de construir un infierno propio en vida.
 

En la justa medida está la virtud, ni abusar, ni reprimir o renunciar, dar a cada uno la atención que le corresponde, los propios cuerpos son herramientas útiles para el camino, nunca una meta.

 

Las tres cabezas emocionales: temor, odio y ambición.

Las tres cabezas mentales: orgullo, separatividad y crueldad.

 

Estas seis cabezas tienen en estos momentos un especial protagonismo, el poder es ejercer la responsabilidad con sabiduría, no un éxtasis personal de sentir el destino de la gente en la mano, pero seguimos viendo la ambición de lograr poder sobre la vida de los demás sin importar el libre albedrío de todo ser, y buscar ejercer ese poder con las malas artes de sembrar odio y miedo, odio a lo diferente, a lo desconocido y miedo a que algo desconocido nos haga daño, se mina el espíritu de alegría y la autoestima sembrando inseguridad y sentimientos de culpa si uno se siente seguro y alegre.

 

Comprender la clave de Escorpio no resulta fácil:”Ascendemos arrodillándonos; vencemos cediendo; ganamos renunciando”, tan difícil como la clave de poner la otra mejilla, o comprender que el deseo de unión con Dios es lo que nos aleja, por lo que normalmente comprendemos esta clave cuando no hay otro remedio, en el mito Hércules trata de vencer la hidra con las herramientas que hasta ahora le servían bien, con el valor de enfrentarse cara a cara con el obstáculo y a garrotazo limpio trata de vencer a la hidra, pero a cada garrotazo es más débil, en la misma proporción que la hidra es mas fuerte, hasta que llega a la extenuación y sin energías para mantenerse en pie se ve arrodillado ante la hidra, esperando el fin ve que al dejar de luchar va recuperando las energías en la misma proporción que la hidra se debilita, entonces levanta a la hidra sobre su cabeza y las cabezas de la hidra al sobresalir de las nieblas del lago contaminado y estar expuestas a la luz del Sol y el aire limpio, pierden toda su energía.

 

Pero podemos perfectamente comprender estas claves antes de enfrentarnos a la hidra, “ponerle la otra mejilla”, la hidra es un enemigo interno, el deseo de vencer solo consigue una transferencia de energías que alimentan a lo que queremos vencer.

 

En realidad estas claves son de una lógica y hasta pragmatismo aplastante, el valor no esta en enfrentarse a alguien, el valor esta en reconocer que lo bueno y lo malo que se puede ver en el mundo puede también estar en el interior de uno.

 

Querer no pensar en sexo o practicarlo pensando que es malo solo nos va a llevar a pensar todo el día en sexo.

 

Renunciar a las comodidades y al dinero nos va a dejar en una situación en la que difícilmente vamos a ser útiles al prójimo y a nosotros mismos.

 

Querer vencer al enemigo interno o externo va a llevarnos a una vida de angustia e inseguridad, una vida donde renunciamos a todo lo bueno, bello o verdadero, y el enemigo cada vez será más fuerte, lo estamos alimentando con nuestro odio y miedo.

 

Centrar la vida en la salud física aun cuando no estemos enfermos nos puede dejar una salud precaria por pensar tanto en enfermedades, y perdernos el disfrutar del plato de comida que tenemos delante.

 

Centrar la vida en la comodidad nos puede llevar a una vida apática y sin alicientes, ni retos, ni curiosidades.

 

Centrar la vida en el bienestar y seguridad económica nos puede llevar a una vida de acumular bienes olvidándonos de las personas.

 

Centrar la vida en la seguridad nos puede llevar a la permanente inseguridad, quien nos puede asegurar que no hay un posible asesino detrás de cada persona, una bomba o veneno en cada cosa, una posibilidad de accidente mortal en cada tramo de la carretera, en cada paso de la acera, un accidente laboral en cada actividad, un meteorito directo a nuestra cabeza en cada estrella que miremos en el firmamento, ¿como podemos estar seguros de estar seguros?, ¿Por qué hay gente que vende inseguridad y asegura tener remedios?

 

Centrar la vida en el bienestar emocional nos puede llevar la permanente insatisfacción, porque el mundo emocional es cambiante como las fases de la Luna, y nos vamos a perder las alegrías del aquí y ahora, ¿no veis que el amanecer de hoy es único?

 

Centrar la vida en el progreso intelectual nos puede llevar a no ver el bosque entre tanto árbol, a perdernos en el laberinto de la mente concreta, perdiéndonos la sabiduría de la mente abstracta.

 

Centrar la vida en unirnos a grupos nos puede llevar a trabajar la paciencia, pero a olvidarnos que la unidad surge de la afinidad interna, afinidad entre Almas, no de la imposición o paciencia de aguantar a gente que no comprendemos, por lo que podremos estar juntos, pero nunca unidos, la unidad entre personas no necesita de la cercanía física.

 

Centrar la vida en saber lo que queremos, pensando que querer es poder, nos puede llevar a ser crueles con nosotros mismos pensando que si no tenemos poder es que no hemos deseado, querido y persistido lo suficiente, y crueles con los demás cuando estos no alcancen nuestras expectativas, mientras nos alejamos en sentido opuesto al espíritu de Compasión, el verdadero poder que surge cuando dejamos de querer saber que queremos, para apreciar todo lo que tenemos aquí y ahora.

 

Reconocer un problema es el principio del fin de ese problema, impedimos que se estanque una situación anómala, donde acaba creciendo una nueva hidra.

Impidamos así el caldo de cultivo de las hidras, pero con las que ya hay no luchemos por que las vamos a alimentar, subámoslas a un plano superior, si estamos en el emocional, (que en gran medida lo estamos), subámosla al mental concreto, de ahí al abstracto, en otra vuelta al Alma, en otra al Ángel Solar.

 

Es como si pasamos de estar en un callejón oscuro sin esperanza y vemos una escalera y subimos unos peldaños, vamos a adquirir nueva perspectiva, nos llega más luz por lo que podemos ver mejor el problema, estamos más lejos del problema por lo que en la frialdad de la distancia veremos mejor, al estar más altos vemos que nuestro callejón es solo una pequeña porción de un mundo mayor, y nos preguntamos por que no subimos la escalera antes, pero la escalera solo la vimos cuando nuestro inconformismo de lo conocido, de querer un mundo mejor y más digno reclamó una solución, siempre tenemos una escalera y una puerta cerca, pero si estamos muy a gusto como estamos o no nos planteamos un cambio por temer a lo desconocido difícilmente la vamos a ver. 

 

 

En este Escorpio 2004 me parece oportuno hacer una reseña específica a las circunstancias del momento.

 

¿Podemos seguir la vida sin que la hidra nos persiga?

¿En no ver una bomba en cada mochila?

¿Un edificio en llamas en cada avión?

¿Un enemigo en cada rostro diferente?

 

Alimentamos lo que tenemos en corazón y mente, si los tenemos ocupados con miedos, cada vez tendremos mas, por cada recurso que dediquemos a vencer lo que vemos que nos causa miedo encontraremos otro motivo para tener mas miedo, si ponemos otro cerrojo en la puerta pensaremos que las ventanas no son seguras, pero  ¿un cerrojo será suficiente, tres, cuatro, diez...?, si el vecino que tememos tiene armas tendremos que tener mas, aunque entre los dos haya para acabar con todo ser vivo varias veces, si vemos que tenemos mas armas podemos ocupar su país, todos los países... pero entonces el enemigo estará dentro, pensaremos que menos mal que los avances técnicos permiten controlar a cada persona, seguro que la gente se reúne para conspirar, cualquier cosa puede ser un explosivo o veneno, todo ha de ser registrado, clasificado como indeseable, peligroso o no, ¿estamos seguros ya?.

 

¿seguro que no podemos mirar a los ojos a lo que tememos y decirle con alegre serenidad: “hola amigo como estas”? si tememos a personas ellas son como nosotros si nos quieren hacer daño tal vez sea por que también nos temen, porque el odio hace que no nos veamos como personas, hace que nos veamos como enemigos y nos pone ante la elección de “o ellos o nosotros”, tal vez piensen que un ataque es la mejor defensa, que así vengan la muerte de algún antepasado por que crean que somos descendientes de Caín y ellos de Abel, tal vez por que les han dicho y ellos han tomado por bueno que si matan al diferente van al cielo mas rápido, en el fondo ellos son como nosotros en lo bueno que podamos ser, pero en lo malo tampoco nos puede separar mucho, tal vez una educación basada en el miedo y el odio, si los herimos, arruinamos o matamos para estar seguros, ¿Qué ejemplo damos a sus hijos y a los nuestros?, seguimos alimentando a nuevas cabeza de hidras reclamando viejos dientes y ojos, ¿seguro que no podemos decirle al que tememos “hola amigo comprendo tu dolor y tu miedo, en que puedo servirte para aliviarte”?



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2014-08-17