Reflexiones sobre el signo de Escorpio
por José Enrique Hueso

 

Son muchas las ocasiones en las que nos enfrentamos a la hidra de Lerna, tantas veces como las ocasiones que hemos querido combatir el mal y hemos visto que cuando mas energía invertíamos en combatirlo, mas fuerte se hacía el mal, con la misma proporción que nosotros nos hacíamos mas débiles.

 

Nos podemos preguntar si esto es lógico,  si es lógico querer destruir una cosa y obtener como resultado algo mucho mas poderoso, al tiempo que nosotros perdemos.

Nos podemos preguntar en que lógica se basa las palabras que el Maestro dice a Hércules, “Ascendemos arrodillándonos; vencemos cediendo; ganamos renunciando.”

 

Imaginemos que somos Hércules, llevamos horas dando bastonazos al monstruo, y el monstruo cada vez es mas fuerte y nosotros mas débiles, ¿qué lógica podemos buscar en tal situación?, pues ninguna, no es un momento muy oportuno para filosofar, pero tal vez el instinto de supervivencia, o algo de sentido común, o una pizca de orgullo, nos lleve a plantearnos que si cada vez que damos un garrotazo al monstruo, este es mas fuerte y nosotros mas débiles, es aconsejable considerar la opción de dejar de dar garrotazos al monstruo, al hacerlo vemos que la hidra sigue igual de fuerte y nosotros igual de débiles, es decir que la hidra no es mas fuerte y nosotros no somos mas débiles, ya vamos mejorando, la cosa no empeora, pero tampoco mejora, ¡que desazón¡, pero hemos cortado la inercia, el circulo vicioso que nos llevaba directos a la derrota, pero ¿y ahora que?, pues nada, ahora solo queda asumir nuestra incompetencia, ya que la hidra es mas fuerte que nosotros y lo va ha ser mas según intentemos destruirla, neguémonos por lo menos a que se quede con un gramo mas de nuestra energía, si ha de ser mas fuerte que lo sea, pero no con nuestra energía.

 

Pero he aquí, que cuando un día nos negamos a usar el poder de las manos incorrectamente, prefiriendo la derrota, descubrimos que ganamos, por que descubrimos el poder de la palabra. De la misma forma que un día preferimos la derrota a usar incorrectamente el poder de la palabra, ese día vimos que misteriosamente ganamos, fue el poder del silencio que se revelo ante nosotros.

 

Así, asumiendo nuestra impotencia, pero negándonos a seguir alimentando al monstruo, en ese silencio, las palabras del Maestro pueden ser escuchadas y comprendidas, “Ascendemos arrodillándonos; vencemos cediendo; ganamos renunciando.”  Nos arrodillamos, renunciamos al combate, cedemos ante una instancia superior, que sea nuestro yo superior el que tome el control y que con sus armas desconocidas para nosotros decida el combate.

 

Al Ángel Solar que un día decidió unir su senda a la nuestra, por fin le damos oportunidad de ayudarnos directamente, ahora él puede descender donde nosotros y nosotros ascender donde él, sus rayos dorados dispersan las brumas que ocultaban y alimentaban aquello de nosotros que a de ser transcendido, redimido y perdonado.

 

Alimentamos aquello que prestamos Atención, si vemos errores cada vez habrá más, si vemos maldades cada vez habrá más, por que no pues tratamos de ver cosas buenas, bellas y verdaderas para que cada vez haya mas.

 

Las formas que hemos creado en el plano astral van a intentar permanecer viviendo, reclamándonos nuestra atención, intentan con todas sus fuerzas hacernos sentir indignación de su propia existencia, nos van hacer creer que viven en nuestro hermano, por que conocen el mal arte de los espejos, cuando mas indignación sintamos, mas fuertes van a ser.

 

Podemos romper la inercia renunciando al derecho de sentir indignación, rabia, ira, acogiendo la serena responsabilidad de ayudar a corregir las causas.

 

Si algo nos queda grande, no forcemos situaciones, si las herramientas conocidas no sirven, no caigamos en la ira, asúmanos que no sabemos y dejemos que nuestro Ángel Solar nos guié, esta esperando que le prestemos nuestra Atención, así podremos alimentar el hilo dorado que nos une a él, solo él puede dispersar las nubes que ocultan y distorsionan la realidad.

 

La lógica es muy sencilla, obtenemos respuesta después de preguntar, obtenemos ayuda después de asumir que sería bueno disfrutar de ella y que es bueno pedirla antes de seguir haciendo mal algo que a todas luces no sabemos hacer correctamente.

 

Un día descubrimos las manos, un día descubrimos la palabra, ahora toca descubrir al ser que un día decidió unir su senda a la nuestra, nuestro Ángel Solar.



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2014-08-17