Reflexiones sobre el signo de Cáncer
por José Enrique Hueso

 

Cáncer 2004   “Construyo una casa iluminada y moro en ella”.  

 

Aries: gobernamos desde la mente.

Tauro: en el equilibrio de ser, hacer y desear, vemos.

Géminis: la dualidad horizontal es una ilusión, siempre hay algo que une a los opuestos.

En la dualidad vertical lo inferior ha de mermar, para crecer en lo superior, es el camino. Lo inferior es el paso que dejamos atrás.

Solo existe el punto de Síntesis donde los dos tableros de la cruz, el Corazón del Cristo y nuestro corazón se unen.

Cáncer: necesitamos una casa donde dar vida al proyecto de Ser, a la necesidad de Amar y Servir.

En Capricornio nos liberamos de la forma, en Piscis volvemos para elevarla, pero en Cáncer necesitamos la forma, tenemos que traer a la manifestación el espíritu, el Alma ha de manifestar en la forma su Ser.

Es el cuarto signo: es la humanidad, es el hijo de Dios que necesita vivir como hijo de hombre para manifestar la voluntad del Padre, en lo mas denso de Su obra.

 

La construcción de la casa: 

La estamos construyendo a cada momento con los materiales de nuestro corazón y nuestra mente, si somos conscientes de todo lo que hay en nuestros templos, seremos conscientes de la casa que estamos construyendo.

Si en Escorpio vencimos cediendo a la hidra, y los lodos (materia astral) han dado paso al agua cristalina (intuición del Alma), si en Acuario limpiamos los establos y nuestro móvil es puro, si realmente servir es ser útil al prójimo y no otra cosa, podremos contar con un suelo firme y duradero, por poco material astral, (dulce y seductora emotividad), que haya, nos veremos construyendo una casa en el aire por bella y noble que nos parezca, o en medio de un pantanal, y cuando se derrumbe buscaremos saboteadores, al lobo que con un soplido la derribó, pero si no la estamos construyendo en suelo firme y puro, que venga el lobo cuando antes para hacernos ver que no estamos construyendo bien.

Cáncer es el renacimiento, la reencarnación, el volver a empezar a construir de nuevo la forma, pero no la misma, sino una mejor, tenemos que estar atentos para desde la humildad comprobar donde nos equivocamos la última vez, somos seres evolutivos y pasamos por ciclos, cuando construimos bien podemos pasar al siguiente, si nos ofuscamos en que las dificultades son actuaciones del mal para sabotear nuestro divino trabajo, que son piedras en el camino para poner a prueba nuestra paciencia y determinación en seguir construyendo lo mismo, una y otra vez se nos va a derrumbar nuestro trabajo porque estamos atrapados en un ciclo vicioso, nuestra vida será circular y estática en vez de en espiral y evolutiva, así hasta que nos planteemos en un momento dado la opción de la autocrítica.

Las dificultades son oportunidades de crecimiento cuando vemos que son producto de nuestros errores, nuestros errores son las causas de que tengamos dificultades. Teniendo esto en cuenta descubriremos una clave en cada dificultad para un reajuste interno, así aprenderemos poco a poco el arte de construir,  si pensamos que las dificultades provienen del entorno y nada tenemos que ver en su origen solo vamos a ser capaz de construir con materia astral castillos en el aire que el día que no podamos embellecerlos y vitalizarlos con materia mental se nos van a diluir en la nada.

El Maestro no se dedica a ponernos dificultades para comprobar nuestra capacidad de paciencia y de creer en Él, pero si observa nuestra capacidad de crear, si somos capaces de crear algo duradero. Los castillos en el aire se derrumban cuando dejamos de alimentarlos, las creaciones del mago blanco tienen vida propia, y es obligación del mago desligarse de ellas cuando aprenden a andar, otras futuras creaciones esperan su atención.

Derribemos el trabajo mal hecho y volvamos a empezar cuanto antes desde el principio, queremos una casa duradera que albergue la luz del Alma, que transmita e irradie la luz del Alma, que no se derrumbe en la mitad de los trabajos de decoración.

Ahorremos recursos, ilusión y adulación: un pesebre nos vale de sobra, los asnos, rocinante, los bueyes, las ovejas, las ocas... su corazón es puro, agradezcamos su compañía. Para que queremos un palacio deslumbrante, con sirvientes aduladores que cambiarán de amo cuando intuyan que tenemos problemas. La compañía del pesebre nunca nos abandonará.   

Contando que el suelo será firme y seguro en la misma proporción que el grado de pureza del móvil.

Que la ley de economía de recursos, el sentido común y un mínimo de humildad nos recomiendan construir un sencillo pesebre.

Ahora faltan los materiales y el como, y aquí viene lo interesante, en vez de buscar sirvientes complacientes y aduladores, acordémonos de los Devas...

Porque son ellos los que construyen, lo están haciendo ya con lo que hay en nuestro corazón y nuestra mente, ¿somos conscientes de lo que encuentran?, podemos tener una idea observando nuestro entorno, ¿vemos sonrisas iluminadas en las personas que nos rodean?, si es así los devas han construido con los materiales de nuestro corazón y nuestra mente una casa iluminada, con materiales puros que permiten que la luz del Alma pase por ellos y llegue al exterior de nuestros cuerpos, que ilumina allí donde vamos, si no, no todos los días a que esperamos a construir un buen y sencillo pesebre, nos sobra con una décima parte de los recursos que dedicamos a embellecer y justificar nuestra vida de ilusiones, a maquillar con oro nuestros frutos de lodo, no busquemos culpables, ni sintamos que lo somos, todos hemos pecado de lo mismo, de embellecer y justificar con materia astral, lo que creíamos era mental incluso espiritual, que contábamos con la bendición de los Dioses, si lo que construimos se derrumba, si nadie quiere habitarlo, la culpa es solo nuestra, somos inexpertos en el arte de construir casas iluminadas que no se derrumben, no es ninguna novedad, hay tanto que aprender... volvamos a empezar las veces que haga falta, pero desde la autocrítica y humildad.

Vemos que la solidez del suelo depende del móvil puro, que los materiales también, lo mismo que el tipo y nivel de devas constructores, por si fuera poco es el elemento principal para construir conscientemente.

 

La construcción desde la auto conciencia. 

Somos conscientes de todo lo que hay en nuestro interior, de cómo afecta al exterior, de cómo construimos realmente y empezamos a ser conscientes del Ser que espera durante eones poder ayudarnos activamente, desde el reconocimiento mutuo, me refiero a trabajar con el Ángel Solar.

Permanecemos inmutables

en medio de las aguas (emocionales)

Nada nos afecta, no hay mar embravecido,

ni tempestad que nos diga nada.

 

Podemos andar sin hundirnos

Tal es nuestra Paz interna;

Que solo hay lago sereno

bajo nuestros pies

y hasta donde alcanza nuestra vista.

 

Desde la perfecta Paz

Pronunciamos la palabra

Los constructores acuden

El trabajo esta hecho.

 

La expresión “pronunciar la palabra” se refiere al ser que no necesita argumentar nada, si no que limitándose a Ser crea, y en momentos específicos de crear algo mas concreto o mas denso, “emite una palabra” que lleva toda la información para que el grupo de devas que han sido llamados puedan construir, información que abarca todo el proceso de desarrollo de la obra creada, vida, crecimiento, interacción, muerte, los devas que la van a construir y guiar, es como si la palabra fuera el embrión de un ser vivo. Pero no es algo que podamos asociar a algo conocido como palabra, sonido o mántram, es otra cosa, que tiene mas que ver con un acto de voluntad que de sonido, es como si el acto de voluntad que crea, emitirá un sonido audible por quienes han de construir. No es el impulso de voluntad de ser, hacer, decir, existir... es la voluntad que ha concentrado en un punto el universo o realidad que ha de ser creada, “pronunciar la palabra” es decir, “es el momento”, los devas correspondientes saben que han de hacer.

Pero vayamos a una meta mas cercana, construimos en el exterior lo que hay en el interior, si permitimos sin temor alguno que la luz del Sol llegue hasta la última célula y átomo de nuestro ser, y la luz del Sol son devas solares, estos van a construir nuestra casa iluminada.

Es así de sencillo, solo que la luz Solar, los devas solares, entrarán en nuestro interior hasta donde no puedan hacernos daño, son fuego que vitaliza, pero si encuentran alguna impureza la consecuencia es fuego destructor, aunque purificador, como son devas superiores no harán nada que pueda dañarnos, a diferencia de los lunares que se limitan a construir sin mas.

Trabajar con el Ángel Solar requiere una Paz interna total, y hay que tener en cuenta que la Paz interna atrae al caos, es decir que el día que logremos un atisbo de esta Paz, el mundo a nuestro alrededor va a parecer que se derrumba, no es una ilusión del todo, se derrumba de verdad, por un lado hay una parte de perspectiva: estamos en una especie de espacio neutro, es decir que hay parte de desconexión con la velocidad y caos del mundo. Y esta la parte de realidad, el caos acude a la Paz, como la oscuridad (o los mosquitos) a la luz, por atracción de las dualidades y por necesidad de redención, es la necesidad de equilibrio y armonía del caos  lo que lo puede a llevar a convertirse en vértice destructor alrededor del punto de Paz interna.

Pero no es para asustarse al Quijote le salía todo mal y no por ello se desanimó, tarde o temprano el vértice de caos destructor pasa de amenazar en engullirnos a perder toda su fuerza, encontró la Paz que buscaba, ahora nos encontramos que podemos construir cualquier cosa, pero no construyamos nada, desde la Paz interna observemos con atención como ocurren las cosas, con que sutileza las circunstancias van coincidiendo unas con otras para hacer un todo, observemos con atención las manos invisibles que están detrás de las coincidencias, observemos con atención... hay mucho que aprender.

 



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2004-06-27