VI. Seis Reconocimientos Espirituales
Existe un Plan Divino
Existe un Gobierno Espiritual Interno del Planeta
Existe un Instructor Mundial a la cabeza de la Jerarquía Espiritual Planetaria
Existe el Nuevo Grupo de Servidores del Mundo
Existe una invencible voluntad-al-bien muy profundamente arraigada en el corazón de los Hombres y Mujeres de Paz
Otro mundo es posible, una Nueva Era de Paz fundada en la buena voluntad y las rectas relacionesLa Paz a través de la Cultura:
el Pacto, un Emblema y su Sendero
Emblema de la Paz
Virtudes Cardinales
para una Nueva Era de Paz
Fe, Esperanza y Caridad. Templanza, Prudencia, Fortaleza y Justicia. A muchos de nosotros nos han inculcado estas virtudes "teologales" y "cardinales". ¿Qué relevancia tienen en un mundo moderno dominado por el orgullo, la envidia, la avaricia, la lujuria, la soberbia, la ira y la insensible pereza?
Quizás los siete "pecados capitales" puedan ser resumidos en uno: el miedo, el miedo de reconocer la esencia divina que yace en nosotros mismos. Y cuando inevitablemente nos hiere la vida, entonces la inseguridad y la desconfianza que produce el miedo nos lleva a la ira pasajera y al rencor mas duradero. Una vez permitimos que permanentemente se alojen esas dos infecciones en nuestro ser es casi seguro que desarrollemos la enfermedad del odio, la causa de todas las guerras, internas y externas.
De igual modo, las virtudes clásicas pudieran resumirse en una: el amor, el amor expresado como rectas, justas e inofensivas relaciones con nosotros mismos primero, y con nuestro entorno luego. Entonces la prudencia del discernimiento, la sensatez y del buen juicio puede expresarse como tolerancia; la fortaleza que nos brinda una correcta autoestima puede expresarse en colaboración con otros; y la justicia de la razón y la equidad puede expresarse como respeto al derecho ajeno.
"El respeto al derecho ajeno es la paz", nos dijo Benito Juarez, porque la paz es un efecto y no una causa. La paz es el resultado de unas relaciones humanas rectas, justas y amorosas. Las virtudes de la prudencia, la fortaleza y la justicia interactúan sinérgicamente para "el máximo bien de la mayoría", ya que "sólo lo que es bueno para todos es bueno para cada uno".
Sabemos que la caridad es la síntesis de la fe y la esperanza, pues quien verdaderamente ama, tambien confía y cree. Y lo aspira a hacer con humildad, sinceridad, generosidad, pureza, paciencia, templanza y diligencia. Amemos pues, con tolerancia de los defectos propios y ajenos; en colaboración "un-ánime" --como una misma alma-- cuando por afinidad vibratoria nos reconocemos en otros; y por respeto al Dios inmanente en cada uno de nosotros, así como al Dios trascendente de todo lo creado.
Amor, tolerancia, colaboración y respeto: he ahí las cuatro virtudes cardinales para una Nueva Era de Paz. Paz con nosotros mismos primero, para entonces poder ser pacíficos con nuestros semejantes y con nuestro entorno familiar, social, planetario y cosmico.
Así se construye una nueva civilización y cultura. En verdad, otro mundo es posible, una Nueva Era de Paz.
"Sólamente lo que es
bueno para todos
es bueno para cada uno"
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