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Vicente Beltrán Anglada


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-V.B.A
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CAPÍTULO II


LA ACCIÓN DEL ÁNGEL SOLAR EN LA NUEVA EDAD

Estudiar el Ángel Solar representa tratar de descorrer el gran Misterio del corazón del hombre. Un Maestro ha dicho: “La cuestión de los Ángeles Solares o Dhyanes del Fuego es un misterio profundo y todo el tema está tan entretejido de leyendas intrincadas y misteriosas, que los estudiantes esotéricos desesperan de lograr la deseada claridad mental.”

Hay no obstante ciertos indicios que seguidos atentamente pueden darnos la clave de este aparente misterio. Una de ellas es la función de intermediarios entre la personalidad del hombre en los tres mundos y aquella chispa inmortal, con todos los poderes y atributos de la Divinidad, que llamamos Mónada o Espíritu.

Sujeto el ser humano a las leyes del tiempo hubiera tardado muchos millones de años antes de llegar a su estado actual de evolución. En su estado semianimalizado, tal como lo vimos, en la segunda mitad de la era lemuriana, le era completamente imposible reconocer el valor de sí mismo como función planetaria y de todo cuanto le rodeaba. Estaba representando un drama definido en el interior del aura planetaria, pero no se daba cuenta de ello. La intervención de los Ángeles Solares, vivificando su rudimentario principio mental y “arropándolo con su manto de amor y de sacrificio durante una cantidad infinita de tiempo”, produjo el gran milagro de la MENTE. Ésta se fue convirtiendo progresivamente en el centro de su razón y el hombre animal se convirtió en un ser pensante y autoconsciente.

No pretendemos dar una relación concreta y definida del proceso, pero sí una vasta perspectiva que a muchos los hará conscientes -si utilizan la intuiciónpara los hechos internos realmente trascendentes y que bajo el nombre de “experiencias espirituales” se realizan constantemente dentro del ser humano.

Solamente hay que considerar el hecho de que casi simultáneamente a la venida de Sanat Kumara y de sus inmediatos Colaboradores, se organiza la Jerarquía planetaria, como centro de distribución y de participación de las grandes energías internas solares. La venida de los Ángeles Solares obedecen al mismo principio de COPARTICIPACIÓN. Uno de los grandes Misterios Solares simbolizado en el Cáliz y el Verbo se realiza con la llegada de los místicos Ángeles Solares. La Copa o Cáliz, preparada por el sufrimiento y desesperación de interminables ciclos de tiempo “produce una clara nota distintiva que rasgando los éteres del espacio llega a oídos del Señor”. Continuamos citando frases del “Libro de los Iniciados”. Como respuesta se produce un movimiento o conmoción dentro del ámbito solar y “otra Nota proveniente esta vez del propio Logos Solar, determina una efusión de vida que llena el Universo”. Los Ángeles Solares, los Dhyanes del Fuego, seres perfectos en su esencia, que viven en la Paz del Señor, en determinados estratos de la Conciencia de ÉSTE sienten la llamada y se aprestan al sacrificio. Como pétalos de “sacrificio arrancados del corazón de la Deidad”, los Ángeles Solares abandonan la Patria celestial y cada uno de ellos enlaza su vida con la vida de un hombre-animal. Identificar su conciencia con aquel punto iluminado en el interior del rudimentario cerebro humano y determinar el principio de mente y de conciencia he aquí su entrega. Los Ángeles Solares saben del dolor del sacrificio -como Sanat Kumara y Sus discípulos- pero también como ELLOS del gozo de cumplimentar la Voluntad del Señor.

Lo demás es un proceso histórico marcado por el gran Drama de la Evolución. No obstante, hay que reconocer dentro de este Drama, la acción intermediaria decisiva, de los Ángeles Solares, o de los Ángeles de la Presencia, como se los denomina en algunos tratados esotéricos, en relación con el reino humano.

Todo es un eterno presente; en los registros akásicos o memoria cósmica de la Naturaleza está la única y verdadera historia de la Humanidad. Lo demás es una distorsión de los acontecimientos que cada cual condiciona a su gusto y según sus propias conveniencias. Cuando se invoca la potencia infinita y verdadera del Registro Akásico, sólo existe una verdad, que se revela con nitidez a través de los hechos, y con gran sentido de realismo histórico.

Sobre la base de este hecho, el Maestro, dentro del Ashrama en el momento de entrenamiento que era adecuado, nos hizo testigos del encuentro de los Ángeles Solares con los hombres animales, que “con la copa en alto esperaban la venida del Señor”. El espectáculo contemplado, que en mística invocación del Maestro, se desarrollaba en la luz astral, era de una belleza y un dramatismo inenarrables; el OM solar imposible de describir. Dentro de un mar de fuego, con potentísimas descargas eléctricas que rasgaban los éteres y dinamizaban todos los planos evolutivos del planeta, retumbando por doquier el OM sagrado, la Voz del Logos Solar, reproducida por el Logos Planetario, llegaron las cohortes angélicas creadoras de nuevas formas y situaciones... he aquí la aparición “con sus carros de fuego” de los Ángeles Solares.

Por su misión de intermediarios entre el hombre-animal y el propio Dios representado por la Mónada, permanecen indistintamente con sus propias peculiaridades, facilitando con su glorioso pasado kármico, el Rayo de Amor del Señor del Universo. Durante siglos interminables cooperarán con la voluntad del Logos Planetario, “Quien en su elevado destino, ha contraído la más sacrificada y abnegada de las decisiones”: “No abandonar el planeta hasta que el último de los seres humanos capaces de responder a la Ley, no haya alcanzado la liberación”. Se le llama por tanto el Gran Sacrificio y es el vigilante silencioso que edad tras edad preside el destino de la Tierra y, muy concretamente, el cuarto reino, o reino humano, que a su vez tiene la misión de “elevar la sintonía de los reinos inferiores o subhumanos, sirviendo así de intermediarios del Logos, de la misma manera que los Ángeles Solares son los que vinculan al hombre con el quinto Reino de la Naturaleza, que es la Jerarquía Planetaria o Reino de las Almas.

En todo el proceso de coparticipación o de Fraternidad de los Reinos, va implícito el Rayo de Amor de la Entidad Solar. Los Ángeles Solares son una emanación de su infinito Amor, incapaz de ser comprendido por nuestra pequeña mente humana. Responden siempre a la gran necesidad de vida espiritual o de conocimiento del Padre Creador. De la misma manera que la humanidad se la denomina la Gran Necesidad y a los hombres, “hijos de la Necesidad” o hijos del Karma, tal como son definidos en los libros de los Archivos de la Jerarquía, los Ángeles Solares, son llamados “los Hijos del Gran Sacrificio”, o Hijos de la Mente, pues su tarea más importante en relación con el reino humano es dotar de mente, a los hijos de los hombres; después del gran “Sacrificio de abandonar el confortable Hogar Paterno”. Esto puede parecer extraño, es necesario dejar la mente quieta pero profundamente apercibida y expectante, para que el Ángel Solar de la vida de cada uno, le transmita aquella verdad y aquella seguridad espiritual que todos buscan.

La pregunta más importante respecto a los Ángeles Solares, después de precisar su función de Grandes Intermediarios Cósmicos, es la de cuál es su misión especial con respecto a los seres humanos ya dotados de mente por su divina intervención y cuál la finalidad del proceso.

La primera pregunta se contesta señalando que la función de un Ángel Solar con respecto a un ser humano con quien ha enlazado kármicamente su vida, es presidirle su vida espiritual llevando emanaciones cada vez más definidas, de la vida de la Mónada o Espíritu a los tres cuerpos en evolución planetaria. Durante ciclos de tiempo que trascienden casi nuestra razón, el Ángel Solar ha suministrado al hombre inferior los datos cósmicos que precisaba en cada una de las fases de su proceso particular. Ha presidido por así decirlo, el karma consciente del hombre, y durante el larguísimo trayecto ha ido creando requeridas situaciones para que el ser humano, adquiera la conciencia de sí mismo, que es en último término la propia conciencia de Dios. En las primitivas edades después de aquel gran suceso que llamamos Individualización, la vinculación del ser humano con su Ángel Solar ha pasado completamente desapercibido. Sólo se ha mantenido el “hilo de la vida” muy tenuemente enlazado de la mente incipiente del hombre al corazón amoroso del Ángel Solar. Así al calor del amor de este gran Ser sacrificado, el germen de la mente ha crecido y se ha desarrollado a través del tiempo. Lo demás es un proceso singular, pero muy común a todos, en el que el alma inferior del hombre regulada por el poder de la mente se ha dado cuenta de la otra Entidad, de la Entidad superior que desde niveles inaccesibles le daba razón y vida desde larguísimas edades, y ha empezado así el proceso de vinculación espiritual meta de muchas escuelas esotéricas, entre el hombre inferior con un centro de conciencia o alma, cada vez más concreto y definido y el Ángel Solar.

A medida que el alma del hombre va creciendo hacia su Ángel Solar y va siendo cada vez más consciente de Aquél, en su vida particularizada se van sucediendo aquellas grandes expansiones de conciencia que reciben el nombre de Iniciación. Lo demás, las partes más conocidas del proceso, las ha facilitado el esoterismo moderno a través de Madame Blavatsky. El conocimiento que hoy se tiene de la Jerarquía Planetaria, de los Maestros de Compasión y de Sabiduría y del trabajo de vinculación del ser humano con el Ángel Solar de su vida, o Yo superior, toma el nombre de Misterio Iniciático.

Consideramos muy conveniente el conocimiento de este enlace histórico de los hechos, que va desde el hombre semianimalizado infinitamente anterior al de los tiempos prehistóricos que conocemos, hasta su plena identificación con el ser divino, tarea que en los tiempos a venir va a tener un énfasis muy particular, con el crecimiento de los Ashramas de la Jerarquía.

No puede haber una comprensión total, si no se analiza previamente el primer contacto, o vinculación del Ángel Solar, pétalo de sacrificio arrancado del amoroso Corazón de Dios, con el hombre tosco y primitivo que “completamente ausente de sí mismo y vagando por las tenebrosidades de la vida inconsciente, elevaba sin embargo su copa para que fuese vertido en ella el Grial de la Conciencia”.

Quien sea capaz de penetrarse del misterio profundo del Cáliz y del Verbo, entrará en directa comunicación con el Ángel Solar que guió su vida.

Queda aún para una mejor comprensión del proceso, dilucidar la finalidad o Meta del Ángel Solar, una vez que el hombre ha llegado a un cierto estado iniciático en que es “plenamente consciente de sí mismo”.

Quienes hayan realizado estudios esotéricos, saben que el cuerpo causal es el vehículo de relación del hombre inferior con el Yo superior, que ambos están unidos por un hilo de luz sutilísimo llamado “sutratma (llamado también “hilo de vida”) que permite la comunicación. Este hilo sutilísimo “más fuerte que el más fuerte diamante”, según reza el Antiguo Comentario o Libro de los Iniciados, se convertirá en fases más adelantadas del proceso en el Antakarana (llamado esotéricamente “hilo de la conciencia”), o proyección de la mente inferior en la superior, con que comienza el gran proceso iniciático de contacto consciente entre el yo humano y el Alma Solar.

Esta permanencia del Ángel Solar, en el ser humano mientras consuma esta etapa del proceso evolutivo, es el más grande de los sacrificios pues son interminables los ciclos de tiempo en que “abrigado solamente con los siete finísimos velos que encubren su cuerpo celestial de Adepto”, vive en el plano causal, con la vista orientada hacia el hombre inferior y meditando constantemente en los impulsos de amor de la vida y en la Patria celestial de donde proviene. Esta especie de meditación, imposible de ser comprendida por los hombres, es el RECUERDO infinito de su vida solar, que le permite soportar el dolor de su inmortal sacrificio.

A medida que el hombre inferior, con una conciencia plenamente estructurada va adueñándose de sus vehículos y los va integrando dentro de funciones cada vez más elevadas, el contacto con el Alma superior o Ángel Solar es cada vez más estrecho y definido. El cuerpo causal se vuelve un estuche bellísimo que irradia el Fervor espiritual del Alma que contiene. Es una morada celestial creada por los devas con los materiales suministrados por el ser humano en plena expansión de conciencia. Es un cuerpo de rara belleza que guarda el símbolo supremo del Cáliz y del Verbo. En esta copa que es tan pura y transparente reside el Ángel de la Eterna Presencia, que puede irradiar a través de ella la esencia de sí mismo.

Esto ocurre invariablemente, cuando el ser humano tiene plena conciencia del Ángel Solar y ha integrado sus tres cuerpos expresivos en un “sólo cuerpo místico de expresión universal”; culmina aquí una etapa muy importante del proceso por el cual encarnó el Ángel Solar: la Iniciación. Pasada ésta queda un paso crucial en la vida del hombre y en la propia vida del Alma Solar, que los tratados místicos denominan la cuarta Iniciación, en la que el Arhat, aquel que fue sacrificado en la cruz de la prueba y del sacrificio, tomó contacto directo “cuerpo con cuerpo y alma con alma, con Aquel que desde un buen principio, fue la paz y la luz de su camino”. Esta frase tomada del Libro de los Iniciados, contiene el mensaje de liberación para el Ángel Solar. Este contacto directo, esta fusión del fuego de los tres mundos con el fuego solar, determina en sus últimas consecuencias la destrucción del cuerpo causal. Se produce entonces la Nota distintiva que sólo el Ángel Solar puede oír en sus finísimos oídos inmortales. Es la Voz del propio Logos Solar transmitida a través del Logos planetario que dice "ha terminado tu misión. Vuelve Hijo al hogar paterno”. Y sesgando nuevamente los éteres, tal como ya lo hicieron hace millones de años, cuando vino en ayuda del Reino humano, e inundado nuevamente de la luz y del fuego emanantes del Corazón místico del Sol, retorna a su lugar de origen a reposar definitivamente en el Lecho de Amor de su Padre, el Logos Solar.

Respecto al Iniciado, al Arhat, cuyo fuego unido al Fuego Solar, hizo posible la destrucción del Cuerpo Causal, comienza una nueva vida, en la que por primera vez es ÉL, el único y exclusivo director de Su vida y Su Sendero. Ahora, su misión es reunir los “cables sueltos” provenientes de la Mónada y de la personalidad pura e integrada, constituyendo así una nueva entidad viviente, la Entidad inmaculada libre por completo de karma humano, que llamamos esotéricamente Adepto o Maestro de Sabiduría.

El paso que va del Arhat al Adepto, es un camino de limpieza del cuerpo mental de los últimos residuos del “cuerpo causal” o cuerpo que había habitado durante tantos ciclos de tiempo, el Ángel Solar. La liberación final, o la entrada del ser humano en el Reino divino, tiene lugar precisamente cuando “los últimos rescoldos del cuerpo solar se ha fundido en el crisol misterioso de los hijos del espacio, una especie particular de devas que asisten en todo proceso de Iniciación”. Lo que sigue ya es conocido; el Maestro de Sabiduría o Adepto entra a formar parte de la Jerarquía planetaria como un Agente consciente del Logos planetario, en virtud de su unificación con la chispa divina que llamamos Mónada o Ser esencial espiritual. Tiene derecho a entrar en la Cámara del Concilio de Shamballa y recogiendo el aliento vital eléctrico del Señor del Mundo, o Sanat Kumara, puede determinar a través de su propia línea de Rayo, un Sendero de Luz que recorrerán muchos hijos de los hombres que “suspiran por la Liberación”.

Con el alborear de la Era de Acuario, tan intuitiva en lo que a los hijos de los hombres se refiere, se ha podido concretar esta enseñanza esotérica respecto a los grandes Intermediarios cósmicos, conocidos bajo el nombre esotérico de Dhyanes del Fuego o Ángeles Solares. Con ella se busca acelerar el proceso de identificación de muchos seres humanos con Su propio Ángel Solar, a fin de comprender cada vez más claramente el sentido oculto de la vida, y construir nuevas avenidas de acceso a las gloriosas Entidades, o Maestros de Sabiduría, que con Cristo a la cabeza y respaldados por el ígneo poder eléctrico del Señor del Mundo están trabajando incesantemente por la perfección del reino humano por la redención de los demás reinos subhumanos. Cuando más adelante se aluda al Ashrama, al Maestro, a los hermanos de grupo, así como a las cohortes angélicas que intervienen con el reino humano en la evolución total del Planeta Tierra, se tiene como propósito final hacer conscientes a los lectores de las infinitas profundidades del Ser cósmico que un día, muy lejano en el tiempo, tomó a su cargo la evolución de los hombres y los condujo a través de etapas de dolor, angustia y sacrificio, hasta el momento actual en que “apercibidos de su destino espiritual, se aprestan decididamente a la lucha contra las tendencias inferiores de la personalidad”.

También es interesante señalar, que se pueden seguir las directrices inteligentes de cualquier verdadera escuela esotérica, cuando se ha establecido un contacto más o menos definido con su Ángel Solar, pues ÉL es el primero y el último Maestro, ya que su relación trasciende la edad y los ciclos kármicos del tiempo, pues dimana de la propia Vida de Dios, del Señor del Universo.

Con esto consideramos que tendrán un panorama claro, del destino de la hora cósmica de la humanidad, en la presente Era de Acuario, y podrán vivir ya, desde este momento como discípulos del Maestro con toda su gloria y sus dificultades. El Ángel Solar está presidiendo todo el camino de identificación y perfección. Es este el momento de no defraudarlo y acelerar el ritmo de la Vida espiritual y contribuir conscientemente a nuestra propia liberación, en el bien entendido que al hacerlo, liberamos de su sacrificio a Nuestro Ángel Solar y contribuimos directamente también a la liberación universal del Logos planetario.

Si uno de los puntos culminantes de la labor del Ángel Solar es la Iniciación, los ashramas como lugares en el tiempo donde ésta se realiza y donde se reciben además las enseñanzas adecuadas para continuar el proceso evolutivo, cobran una actualidad y un interés especiales.

Estudiarlos en todos los aspectos posibles, es la labor que emprendemos, con la ayuda de todos Uds.

 

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