Tres siglas, dos en posición vertical (V y A) y una en posición horizontal (B). El trazado recto de la B sirve para demarcar dos ideogramas. [seguir enlace]

Vicente Beltrán Anglada

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“Que el contenido les sea útil y pueda servirles de inspiración en el intento supremo de sus respectivas búsquedas, es nuestra más humilde y sincera plegaria...” (VBA)

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Las fuerzas ocultas de la naturaleza
Volumen I

FON

Un tratado esotérico sobre los ángeles

 

PARTE SEGUNDA

VINCULACIÓN ESPIRITUAL DE ÁNGELES Y HOMBRES

1. LA FRATERNIDAD HUMANO-DÉVICA

La preocupación constante de La Jerarquía Espiritual del Planeta es el establecimiento de las condiciones ambientales requeridas por los nuevos órdenes sociales de la Humanidad. Desde el principio mismo de Su instauración en nuestro mundo, hace unos veinte millones de años, los miembros de La Jerarquía han colaborado con los Grandes Ángeles del Sistema Solar, principalmente con Aquellos que dirigen el proceso de construcción y conservación de los tres primeros Planos de la Naturaleza, es decir, el Mental, el Astral y el Físico. Estas Jerarquías impulsan la evolución de los cuatro primeros Reinos, el Mineral, el Vegetal, el Animal y el Humano, utilizando las huestes dévicas que laboran en el seno de la sustancia kármica del Planeta para construir los adecuados vehículos o formas expresivas de cada especie viviente. Crear situaciones nuevas en colaboración estrecha con los Ángeles es la tarea creadora de La Jerarquía y, en lo que al Reino humano se refiere, estas situaciones tienen que ver con la implantación de un nuevo orden social y una mejor utilización de los atributos de conciencia que dicho Reino ha logrado desarrollar.

Esotéricamente sabemos que nuestro planeta es uno de los más densos del Sistema Solar en orden a la fase crítica de desarrollo que está atravesando el Logos planetario cuya Misión iniciática –si podemos decirlo así– es enlazar místicamente cierto planeta que recién ahora está emergiendo del Espacio por ser todavía de sustancia etérica y otro de carácter sagrado, probablemente Mercurio, que se halla en una evolución superior. Es necesario observar al respecto que esta coincidencia o fase de desarrollo viene determinada por el hecho de que el planeta Tierra es el Cuarto planeta de la Cuarta Ronda de una Cuarta Cadena de mundos, hallándose, por lo tanto, en el centro mismo de la evolución solar y constituyendo, tal como decíamos antes, el eslabón o punto de paso de ciertas energías objetivas de carácter universal que han de ser transustanciadas en subjetivas y pasar a ser esencia espiritual pura y radiante. Este es un punto muy interesante a considerar si tenemos en cuenta que estas "corrientes de Vida universal" son impulsadas a la actividad por Entidades Angélicas de elevada trascendencia y convergen muy especialmente sobre el Reino humano, el Cuarto dentro del Esquema general de los Reinos planetarios y especializándose, por tanto, en la misión solar, de ser un punto crítico dentro de la evolución planetaria por el que deben pasar los Reinos subhumanos a fin de prepararse para la gran Iniciación de la Individualización o de la autoconciencia.

Una muy importante crisis en orden a la evolución solar tiene actualmente en el planeta Tierra sus más profundas repercusiones, y dentro de la vida planetaria es el Reino Humano quien más abundantemente acusa estas potentísimas crisis solares y planetarias. La Humanidad como un todo está regida –vean por favor la analogía– por el Cuarto Rayo, definido técnicamente como el de la Armonía a través del Conflicto, es decir, y dándole un significado todavía más profundo, el de la Iniciación por medio del Sacrificio. He ahí el por qué el planeta Tierra es el Cuarto planeta de la Cuarta Ronda, que el Reino humano es el Cuarto Reino de la evolución planetaria y porque el Cuarto Rayo es el que mayormente condiciona la evolución del Cuarto Reino. Vistas tales coincidencias, habrá que aceptar como lógica la idea de que los grandes Ángeles cósmicos que dirigen, canalizan y son esencialmente las energías del Cuarto Rayo, el de la Belleza y la Armonía en nuestro Sistema Solar, son los más importantes desde el ángulo de vista de la humanidad en esta presente Cuarta Ronda de grandes oportunidades cíclicas de evolución y quizás, dentro del proceso de desarrollo espiritual humano, los que más frecuentemente toman contacto con los hijos de los hombres. Los Rayos son unas corrientes naturales de Vida angélica que proceden del Centro creador del Sol Espiritual de nuestro Universo, expresando ciertas cualidades de Vida y de Conciencia del Logos solar. Actúan incesantemente por todo el ámbito universal, pero siguiendo el ordenamiento de ciertas Leyes de carácter cíclico –que preceden a las Grandes Iniciaciones Cósmicas– se manifiestan más activamente unos que otros durante ciertos periodos importantes en la Vida del Logos solar y con respecto a Su cuerpo de expresión, el Universo. Una de estas grandes expansiones cíclicas de naturaleza solar y mediante la actividad del Cuarto Rayo, está gravitando sobre nuestro planeta y condicionando la etapa evolutiva que corresponde al Reino humano. Vean pues cuán importante es el ser humano vista su proyección celeste y considerando los propósitos indescriptibles del propio Logos solar con respecto a nuestro planeta. Una de las condiciones básicas para que el trabajo general que se está realizando en el planeta Tierra mediante el Cuarto Reino tenga éxito es que el ser humano, al llegar a cierto determinado punto en su evolución espiritual, establezca contacto consciente con las vidas angélicas que presiden la Vida de los Rayos para seguir inteligentemente las indicaciones de éstos y poder acceder así más fácilmente a la gloria de la Iniciación. Muy intencionadamente nos referimos en páginas anteriores a los "espacios intermoleculares" en el Universo, a aquellas misteriosas zonas que separan entre sí a Planos y subplanos, lo mismo que a grupos de elementos químicos entre sí, ya que su descubrimiento y su conquista facilitan "la rasgadura de los velos" que los encubren y permiten al ser humano inteligente una extraordinaria eclosión de facultades superiores, el establecimiento de un contacto consciente con los Ángeles Guardianes de la Raza y la ulterior penetración en el misterioso y enigmático Quinto Reino de la Naturaleza, el Reino de los Cielos o de las Almas Liberadas.

Esto no quiere significar naturalmente que sólo el Cuarto Rayo actúa dentro de la Humanidad, sino indicar que es el más potente en su acción dada su mística relación con el Cuarto Reino. Todos los Rayos del Universo, es decir, todas las facultades de Dios concurren potencialmente en el hombre y sólo se requiere el impulso cíclico de la evolución para que entren paulatinamente en actividad. Ángeles de todos los Rayos están misteriosamente unidos al destino del ser humano colaborando estrechamente en el proceso evolutivo que ha de llevarle finalmente a la Iniciación. La iniciación indica siempre la perfecta actualización de determinado Rayo en cualquier época cíclica de la evolución humana. Las doce Constelación del Zodíaco a través de los Siete Rayos constituyen esotéricamente el número de la perfección del hombre. La suma de las 12 Constelaciones zodiacales y de los Siete Rayos es 19, número que sumado entre sí nos da 10, el de la divina Tétrada [1] del gran Iniciado Pitágoras. No ocurre lo mismo con los Ángeles, cuyo número de perfección es el 12, habida cuenta de que el hombre emerge básicamente del Cuaternario, sobre el andamiaje del Cuarto Rayo, en tanto que la vida de los Ángeles, en todas sus Jerarquías, son emanaciones directas del Sexto Principio Cósmico del Sentimiento Creador por medio del Sexto Rayo, coordinado con el Tercero de la Inteligencia Activa, o Actividad Creadora, que los lleva a la existencia. La suma de la Perfección del hombre, según la divina Tétrada es la siguiente:

 

4+3+2+1=10

4 + 3 + 2 + 1 = 10

La suma de la perfección de los Ángeles, según el "Libro de los Iniciados" es ésta:

 

6 + 3 + 2 + 1 = 12

6 + 3 + 2 + 1 = 12

El UNO, como podrá observarse, es el principio unificador de todas las vidas existentes y de todos los Reinos de la Naturaleza y la base mística de los elementos químicos que constituyen la estructura material del Universo. En el indescriptible Misterio de la Iniciación el Cuaternario humano se convierte en el Triángulo, es decir, en la Triada espiritual. Al final del proceso de perfección de la vida humana, cuando el Cuarto Reino ha trascendido, el hombre se convierte en el UNO, adquiriendo así la Conciencia Cósmica. Cuando el Iniciado ha alcanzado la categoría de Adepto, en la Quinta Iniciación, se le denomina esotéricamente "Señor del Quinto Principio". Su emblema es entonces la Estrella de Cinco Puntas brillando permanentemente sobre Su aureolada Cabeza. Sabe entonces por experiencia el Secreto de la Voz que actúa sobre los Devas y puede "mandar" –esotéricamente hablando– sobre las huestes angélicas que constituyen la base estructural o química del Universo. Pero, esta afirmación constituye todavía un secreto, un misterio irrevelable a la conciencia humana en su presente estado de evolución.

La vida de los Ángeles continuará siendo todavía una gran incógnita para los no iniciados, aunque los discípulos mundiales irán siendo informados progresivamente de todos los detalles correspondientes a la Ciencia del Contacto. Es posible afirmar, que a finales del siglo xx, muchos de los discípulos, miembros de los distintos Ashramas de La Jerarquía, podrán establecer contacto consciente con cierta categoría de Ángeles traídos a la manifestación por medio de una corriente de energía del Quinto Rayo que ha de efectuar en el planeta y en la conciencia de los hombres y mujeres de buena voluntad del mundo grandes transformaciones. Tales Ángeles serán "los acompañantes del Sendero" de muchos seres humanos que dejaron tras de sí las tendencias potentemente devocionales y utilizando creadoramente sus actividades mentales en bien de la humanidad tal como lo hacen muchos científicos de nuestros días. Será progresivamente demostrado así el conocido axioma esotérico, clave de la Iniciación, "El 9 es el número del hombre". La explicación de dicho axioma en nuestra época será una simple suma de los Rayos principales que actuarán sobre el hombre en forma muy objetiva, aunque subjetivamente actuaron siempre; serán el Cuarto Rayo de la propia Humanidad más el Quinto que corresponde al principio mental. El resultado para muchos seres humanos será la Iniciación en sus diversas fases de evolución jerárquica o espiritual.

Coincidiendo con la actividad de estos Rayos, las Vidas angélicas serán potentemente inducidas a la actividad redentora de la sustancia en virtud de una confluencia particular de los Rayos Sexto y Tercero. El Sexto, porque es ya una expresión devocional de los Ángeles más próximos a la evolución del ser humano, y el Tercero, porque esencialmente los Ángeles son una expresión inefable del tercer Rayo de Actividad Creadora de la Divinidad expresándose como Éter sustancial, es decir, como el Aspecto Madre de la Naturaleza que guarda el secreto de la formación de todas las cosas existentes.

Observemos la coincidencia de que en el aspecto de los Rayos y pese a sus diferentes energías condicionantes, los Ángeles y los hombres van llegando cíclicamente a un punto ideal de confluencia, a partir del cual puede surgir una cooperación inteligente entre ambas evoluciones y el inquebrantable convencimiento de un destino común. Vean la coincidencia cíclica:

Los Ángeles: Rayos 6º y 3º = 9

Los Hombres: Rayos 4º y 5º = 9

La coincidencia numérica es tremendamente importante desde el ángulo de vista esotérico, teniendo en cuenta de que el Universo es un resultado del número y de la forma, ya que Dios Geometriza mediante la Ciencia de los Números. Siguiendo el hilo de esta idea y de acuerdo con el sentido oculto expresado en el axioma "El 9 es el número del Hombre", podemos afirmar que en el presente ciclo de la evolución planetaria, habiendo sido rebasada ya la mitad de nuestra presente Cuarta Ronda, la vida de los grandes Devas que actúan sobre la Humanidad adquiere un idéntico significado místico y puede asimismo decirse que "el 9 es el número del Ángel".

A partir de este hecho será comprendida la idea señalada en páginas anteriores, del por qué La Jerarquía Espiritual del Planeta tiene un especial interés en aleccionar a muchos discípulos mundiales acerca de las Vidas Angélicas y sobre la necesidad de que se establezcan vínculos de fraternal relación entre ellos y estas inefables corrientes de vida que constituyen el principio de formación, concreción y organización del Universo.

 

2. EL PROCESO ANGÉLICO DE ESTRUCTURACIÓN DE LAS FORMAS

Todas las cosas de la vida tienen forma geométrica. Sin embargo, cuando utilizamos el término FORMA caemos inevitablemente en el error de creer que sólo existen formas en los niveles físicos densos de la Naturaleza. Pero, esotéricamente sabemos que la OBJETIVIDAD existe en todos los Planos del Universo y el hecho de que la Ciencia no lo haya admitido así se debe a que los investigadores científicos no han desarrollado todavía la contraparte sutil de los cinco sentidos físicos conocidos De ahí que consideren como "arrúpicos", abstractos o sin forma los Planos Astral, Mental, Búdico, etc., que caracterizan la cuarta, quinta y sexta dimensión del espacio, en tanto que los investigadores esotéricos pueden percibir "objetividades" en los mundos subjetivos por haber desarrollado convenientemente algunos sentidos ocultos de percepción interna.

La OBJETIVIDAD constituye la base estructural del Universo y al tratar de explicar racionalmente esta circunstancia hay que recordar que nuestro Sistema Solar con todo su contenido de planos, jerarquías, reinos, razas,especies, etc., es el CUERPO FÍSICO de una Entidad Cósmica, más allá de la medida de nuestro entendimiento, que utiliza a nuestro Logos solar como Su Agente de expresión en el Plano Físico Cósmico. De ahí que las ideas de objetividad y de forma geométrica constituyen para los esoteristas temas del más profundo interés y dedicado estudio. En orden al proceso de estructuración de las FORMAS los investigadores esotéricos han logrado comprobar la actividad de las siguientes Jerarquías Angélicas:

a) AGNISHVATTAS Señores de los Arquetipos

b) AGNISURYAS Ángeles del Diseño

c) AGNISCHAITAS Devas Constructores

 

Poco puede decirse acerca de la actividad de los primeros, salvo que perciben los Arquetipos o Ideas divinas para cada Reino, cada Raza y cada especie y los visualizan creadoramente, les revisten del fuego eléctrico de Sus vidas y los mantienen como Imágenes vivientes en los subplanos superiores del Plano Mental.

Los Ángeles del Diseño, o Señores de la Imaginación Creadora, captan la imagen de luz ígnea en los planos de la mente y construyen con ella FORMAS objetivas, dotadas de sensibilidad, en los niveles astrales. Se lesdenomina también en lenguaje esotérico "Ángeles Arquitectos" ya que utilizando un inconcebible tipo de imaginación, más allá de las posibilidades humanas, tejen con rayos de luz astral reflejados de los niveles akáshicos las formas que corresponden kármicamente a la evolución de una Era, de un Reino o de una Raza.

Los Devas Constructores en los niveles etéricos del Plano Físico fabrican el aspecto concreto, objetivo y perceptible de los "diseños" presentados por los Ángeles Arquitectos. Poseen un gran poder sobre los éteres y pueden "sustanciar la luz de los diseños" hasta convertirlos en sustancia material, blanda y maleable mediante la cual y a manera de hábiles alfareros modelan todas las formas que precisan los Reinos de la Naturaleza para realizar su evolución. Hay tres principales tipos o categorías de devas constructores:

a) Los que sustancian la Luz del Diseño, comprimen el éter y crean los elementos químicos de que están fabricadas todas las formas.

b) Los que construyen el doble etérico de todas las formas objetivas dotándolas de un particular campo magnético.

c) Los que fabrican los cuerpos sólidos o formas sustanciales de la Naturaleza y de la vida de los Reinos por la inteligente agrupación molecular de los elementos químicos.

 

Los primeros realizan su trabajo en el subplano atómico del Plano Físico, o cuarto nivel etérico, los segundos operan en el tercer subplano, el subatómico, y los terceros, según sea la calidad de las formas que han de ser construidas, lo hacen en los subplanos subetérico y etérico. Entre estos últimos podríamos citar a aquellos más cercanos a la humanidad y a la vida física de los Reinos y de cuya existencia nos han dado fe los investigadores ocultos dotados de visión etérica por medio de aquellas imágenes llenas de colorido e impresionante realismo que hacen referencia a los gnomos o enanitos de los bosques, a las hadas de las flores, a las ondinas de las aguas y a las sílfides del aire que constituyeron desde tiempos inmemoriales la base de las grandes narraciones infantiles y los maravillosos relatos esotéricos llenos de alto virtualismo y simbolismo espiritual.

El siguiente diagrama aclarará la posición que ocupan en el orden evolutivo de la Naturaleza los Devas constructores:

 

 

La evolución espiritual de los Devas Constructores de las Formas puede ser medida observando clarividentemente el nivel etérico donde normalmente ejercen su poder y la sutilidad de los elementos que utilizan en su misión de dotar a las especies diferenciadas de todos los Reinos de la Naturaleza de cuerpos adecuados a sus particulares estados o niveles de conciencia. A medida que avanza en su trabajo esta evolución dévica son más laboriosos, complejos y sutiles los materiales que utilizan pero, paradójicamente, cada vez son menos los grupos o especies que se benefician de los mismos. Observemos que a la multiplicidad y diversidad de formas utilizados en los Reinos mineral, vegetal y animal, sólo un tipo específico de FORMA corresponde al Reino humano. Es por tal motivo que al hombre se le considera ocultamente como el ARQUETIPO de la Creación, pues "hecho a imagen y semejanza de su Creador" adopta para expresión objetiva de su alma individual la Forma del Universo. [2]

 

3. LA FORMA DE LOS ÁNGELES Y DE LOS DEVAS CONSTRUCTORES DE LA NATURALEZA

Según las más ocultas versiones esotéricas la forma humana es un reflejo perfecto del Arquetipo o forma ideal del Universo. El axioma bíblico "...Sois hechos a imagen y semejanza del Creador" es altamente significativo y creemos sinceramente que se fundamenta en una verdad esencial que ha de aplicarse no sólo a las virtudes espirituales y cualidades divinas que el ser humano ha de desarrollar durante el larguísimo proceso de la evolución, sino también a la forma de su cuerpo físico denso y del vehículo etérico que le circunda y le crea su particular campo magnético.

Si la Naturaleza tal como esotéricamente se afirma es el Cuerpo de la Divinidad, es decir, una Forma total, es lógico suponer que todo cuanto existe en el interior de este Universo ha de poseer una forma definida, de acuerdo con las cualidades y características específicas de un determinado nivel evolutivo de conciencia. Y si, tal como se asegura en todos los tratados filosóficos y místicos de la humanidad, "todo es conciencia en la Vida de Dios", habrá que suponerse obviamente que los Ángeles, que participan íntegramente de esta Conciencia divina, poseen también una Forma definida que les distingue perfectamente a unos de otros de acuerdo con la medida de su propia evolución, es decir, de acuerdo con la jerarquía espiritual que cualifica sus vidas y sus destinos angélicos.

Siendo así y según el orden de nuestras investigaciones, la pregunta que se presenta de inmediato es ésta: ¿Cuál es la forma de los Ángeles? Con esta interrogante enfrentamos un gran misterio, imposible de ser resuelto satisfactoriamente a menos que poseamos visión espiritual y seamos capaces de percibir en los mundos invisibles. Podemos decir, sin embargo, que todo es igual pero que paradójicamente todo es distinto al estudiar la evolución angélica libres de la limitada visión objetiva y más allá del permanente estímulo de las vanas comparaciones. La diferencia estriba a nuestro entender en que el Ángel utiliza cuerpos radiantes de energía en distintas frecuencias vibratorias y el hombre se manifiesta por medio de cuerpos de sustancia. ¿Nos dice algo esta sutil distinción? Podríamos argüir quizás que nuestro cuerpo es un receptáculo de todas las energías actuantes en el Cosmos y que al hablar del cuerpo de los Ángeles como de "radiantes focos de energía" no lo distinguimos del nuestro más que en un sólo aspecto, la Sutilidad. Pero,... ¿es esto realmente así? El conocido axioma esotérico "la energía sigue al pensamiento" presta un sentido muy particular a la relación humano dévica al considerar que el pensamiento pertenece a los hombres y el dinamismo de la energía a los Ángeles. La consecuencia de esta idea, en el orden clásico de la analogía, es admitir que existe RECIPROCIDAD, o quizás sería mejor decir SIMULTANEIDAD, entre la actividad de los Ángeles y de los seres humanos y admitir lógicamente que la forma de los Ángeles -aún considerándoles rutilantes centros de energía- debería ser muy parecida a la del cuerpo humano. Éste, según dijimos anteriormente, adopta esotéricamente la forma del Universo. Parece ser que hay algo o quizás mucho de verdad en esta semejanza de forma entre Ángeles y hombres, singularmente en las superiores formas de evolución angélica dentro del Sistema Solar. Debemos tener en cuenta, sin embargo, que no todos los Ángeles pertenecen al mismo Reino dévico dentro de sus innumerables huestes o jerarquías, de la misma manera que en orden a la progresiva evolución del ser humano, un ciudadano del Cuarto Reino difiere sensiblemente de las formas inferiores que cualifican a los demás Reinos de la Naturaleza, animal, vegetal y mineral.

De acuerdo con el sentido de la analogía habrán de observarse grandesdiferencias de forma entre las distintas categorías de Ángeles, desde los grandes Arcángeles Señores de un Plano de la Naturaleza hasta las diminutas vidas angélicas o dévicas que construyen la envoltura física de un átomo. La Forma, en todas sus expresiones, es siempre la representación simbólica de un tipo particular de energía subjetiva en lo que a los Ángeles se refiere y la objetiva expresión de cualidades de conciencia en lo que a la vida humana se refiere. Podríamos decir por tanto que hay una absoluta correspondencia entre los diferentes tipos de energía que manipulan los Ángeles y las distintas capacidades de conciencia que distinguen entre sí a los seres humanos. Así, pues, el axioma esotérico "la energía sigue al pensamiento" puede aplicarse enteramente a la relación vital de la conciencia humana representativa del Pensamiento divino con la energía angélica que es una expresión del Fuego creador de la Divinidad. Su resultado es la forma objetiva, el aspecto másdenso y positivo de la Creación universal, siendo los Ángeles y los hombres misteriosos agentes consustanciales de este proceso que tiene como objetivo llenar de formas el Universo. El proceso de sustanciación del pensamiento en formas densas y objetivas corresponde sin embargo a los "ángeles menores", aquellos que en los estudios esotéricos son denominados "elementales constructores" o "fuerzas elementales de la Creación". Estas fuerzas dévicas elementales se hallan en la base de la vida evolutiva de los Reinos y de las especies y sus formas peculiares, observadas clarividentemente, ofrecen multiplicidad de particularidades de acuerdo con su grado de evolución. Tal como su denominación indica, sus vidas están vinculadas en orden a su evolución con los llamados elementos naturales, es decir, la tierra, el agua, el fuego, el aire y el éter; siendo este último el elemento coordinador y sintetizador. Las formas etéricas merced a las cuales estas fuerzas dévicas pueden ser percibidas y clasificadas varían de acuerdo con su evolución y con la función que desempeñan dentro del elemento vital en donde viven, se mueven y tienen el ser. Actúan en grandes concentraciones y son inteligentemente dirigidas por expertos Ángeles atendiendo la ley universal de Belleza y Cumplimiento, la sagrada divisa de los Ángeles mayores del Sistema.

He aquí, someramente clasificadas, las principales fuerzas y elementales constructores que estructuran las formas de la Naturaleza:

 

Los Elementales de la Tierra

Son aquellas fuerzas dévicas que manipulan las energías etéricas que convenientemente sustanciadas constituyen las distintas gradaciones del Reino mineral. Existen en increíbles cantidades y en multiplicidad de formas y características, desde las que construyen las piedras, el elemento sólido que constituye la osamenta del planeta, hasta las que operan a través de los minerales dotados de radiactividad, pasando por los devas especializados que construyen la extensa gama de piedras preciosas. Los elementales de la tierra más conocidos son los llamados GNOMOS, de forma muy parecida a la que vemos reflejada en los cuentos infantiles, aunque dotados de un poder superior al que se les asigna corrientemente y bastante más difíciles de ser contactados de lo que usualmente se cree, a pesar de que ellos se esfuerzan por establecer contacto con los seres humanos. Habitan en el interior de las piedras, en las profundidades del suelo y en los huecos de los grandes árboles.

Tales devas constructores existen en todos los niveles del Plano Físico denso constituyendo de manera misteriosa la fuerza gravitatoria de los cuerpos. Desde las formas semietéricas de los devas inferiores que construyen las piedras [3], perceptibles a veces a los sentidos físicos, hasta aquellas que pertenecen a los que se expresan por medio de la "geometría luminosa", especializados en la construcción de las piedras preciosas con poderes talismánicos, hay una increíble profusión de formas dévicas en el mundo físico que el investigador esotérico debe tratar de distinguir y de clasificar, por cuanto al analizar su forma y el carácter específico de su misión en la Naturaleza preparará el camino para una nueva Ciencia física de los elementos químicos.

 

Los Elementales del Agua

Entre ellos hay que distinguir a las hadas y las ondinas, es decir, a las minúsculas y refulgentes criaturas etéricas que pueblan los campos y los bosques y la misión de elaborar y sazonar los frutos de las distintas especies. Hay una especie particular de tales devas o “pequeños Ángeles" del Reino Vegetal que dan forma a las distintas plantas y cubren de verdor los campos y los prados, así como las hojas de los árboles. Otros, más evolucionados y actualizando gran poder magnético, pueden ser localizados en los lugares del planeta considerados como sagrados o en el interior de los templos, respondiendo creativamente a toda posible forma de liturgia. Dentro de la misma categoría, aunque mucho más evolucionados, se hallan los protectores invisibles de los lugares magnéticos de la Tierra, allí donde existen talismanes sagrados de La Jerarquía o "círculos mágicos" creados por las grandesinvocaciones ashrámicas. Son los Ángeles protectores que exigen "las palabras de pase" en las reuniones realmente esotéricas y que blanden "sus espadas de fuego" para ahuyentar a los malintencionados, curiosos o profanos que intentan acercarse a estos lugares.

Las Ondinas del agua cooperan también activamente en la evolución de las formas del Reino Vegetal. A la vista del cualificado observador clarividente aparecen en formas muy diversas según sea el grado de su evolución. Ciertas ondinas muy evolucionadas adoptan una forma transparente, muy hermosa y vagamente humana. Los grandes Ángeles que presiden la evolución de los elementales del agua y cuidan a través de ellos de mantener las propiedades de la misma como uno de los más preciados elementos de conservación planetaria, constituyen el Arquetipo de las ondinas aunque su tamaño es considerablemente superior y de más rutilantes y bellos colores: verde mar, azul intenso o azul claro, según se manifiesten en el agua de los océanos, de los ríos, de los lagos o de los pequeños arroyuelos de las montañas. Habitan generalmente en el seno de las aguas y en el interior de las plantas constituyendo la savia de las mismas.

 

Los Elementales del Fuego

Se les denomina generalmente AGNIS en lenguaje esotérico y en sus expresiones inferiores se les llama también salamandras y se les halla virtualmente en todos los lugares de la Naturaleza en donde el elemento fuego se halle en actividad, desde el Fuego místico de Kundalini en el centro del planeta hasta las pequeñas hogueras, pasando por el fuego de los volcanes y los grandes incendios. Las salamandras aparecen ante la visión clarividente como pequeñas lenguas de fuego en distintas formas. Los Ángeles superiores del fuego, denominados Agnis, son difíciles de ser percibidos y contactados ya que su expresión es peligrosa y cualquier relación con tales Entidades en el presente estado de la evolución humana sólo es aconsejable a aquellos que poseen un perfecto control de sí mismos y una gran sensibilidad espiritual. La actividad suprema de los Agnis, llamados "Señores de las Salamandras" consiste en dirigir las corrientes de fuego del Plano Mental en dirección al Plano Físico, vivificando así el entero sistema universal de vida en la Naturaleza. Estos Agnis, observados desde el Plano causal, aparecen como gigantescas llamas de Fuego, distinguiéndose en el interior de las mismas una forma vagamente humana con grandes y flotantes cabelleras de un intenso color rojo y despidiendo a través de toda su aura magnética grandes y peligrosas llamaradas rojas amarillentas. Poco más puede decirse acerca de estas fuerzas elementales del Fuego, aunque por su vinculación con el Plano Mental del Sistema, tendremos que hacer frecuentes referencia a las mismas durante el curso de este Tratado.

 

Los Elementales del Aire

Se les denomina corrientemente sílfides o silfos y viven, se mueven y tienen el ser en los insondables éteres del espacio constituyendo la atmósfera donde vivimos y merced a la cual respiramos. Su color es transparente y se confunden con el azul del cielo por lo cual es muy difícil adjudicarles una imagen determinada. Son responsables de algunos de los fenómenos eléctricos de la Naturaleza, tales como los relámpagos, los rayos y los truenos, así como todos aquellos que están relacionados con el aire, es decir, el viento, desde la ligera brisa a los grandes huracanes. Aliados con las ondinas condensan el agua de la atmósfera y la transforman en lluvia. Una especie particular de silfos trabajan asociados con los devas constructores del Reino vegetal y tienen como especial misión colorear las flores y dotarlas de perfume, determinar las cualidades de las plantas y sazonar los frutos. Cuando merced a la evolución del sentido etérico de la visión puede observarse a estos silfos del aire, se les ve como ráfagas de luz desplazándose por los espacios a velocidades increíbles. Se les ha denominado en lenguaje esotérico "los grandes comunicadores" y, según puede desprenderse de la analogía, son responsables de toda forma de comunicación, singularmente la que opera utilizando el éter del espacio como vehículo de relación y comunicación, es decir, la radio, el teléfono, la telegrafía, la televisión, etc., así como con el desarrollo del pensamiento humano. Están misteriosamente vinculados por tanto con la evolución del Cuarto Reino. Un grupo muy especializado de Devas del aire de gran evolución espiritual constituyen la legión de los "Ángeles Guardianes de la Humanidad" y, podríamos asegurar, de acuerdo en esto con la tradición religiosa y mística, que cada ser humano, sea cual fuere su evolución, tiene su particular Ángel guardián.

 

Los Elementales de las Sombras

Hay también los llamados "Ángeles Oscuros", clasificados en varias categorías, que habitan en las profundas oquedades planetarias y en todos los lugares sombríos y oscuros de la Tierra, las minas, las cuevas, los subterráneos, etc. Sus formas son muy difíciles de ser precisadas pues instintivamente huyen de la luz que es precisamente lo que el ser humano necesita para poder objetivizar las formas. Cierta especie de estos Ángeles oscuros habita en la superficie de la tierra y participan ciegamente, cuando son invocados mediante ciertos definidos mántrams, en la actividad de los magos negros. En lo que al aspecto psicológico humano se refiere son responsables del miedo a la oscuridad, ya que es en la oscuridad en donde ellos viven, siendo su alimento las sombras. Muchas especies de "devas oscuros" desaparecieron de la Tierra con el descubrimiento de la electricidad aplicada en forma de luz, pero su desaparición será total cuando el hombre haya alcanzado la iluminación espiritual de su vida. Estos devas aparecen y desaparecen del cuadro de la manifestación según la luz del sol que da lugar a los días planetarios y de su ausencia con la llegada de la noche. Es por tal motivo que en todas las tradiciones de la humanidad se acepta normalmente el hecho de que los magos negros que practican el mal trabajan por la noche cuando las sombras son más espesas así como los magos blancos lo hacen de día cuando el sol brilla esplendorosamente en su cenit. Pero, prescindiendo de otras muchas razones, la particularidad de que existen todavía "lugaresoscuros en el planeta" habitados por los "Ángeles de las Sombras", le da al esoterista, entrenado en el arte de la investigación, la seguridad del por qué nuestra Tierra no es todavía un planeta sagrado y el por qué el trabajo espiritual de las personas inteligentes y de hombres y mujeres de buena voluntad del mundo debe continuar incesantemente hasta haber logrado destruir todas las formas oscuras de la vida, a partir de sus particulares vehículos de manifestación y prosiguiendo su labor en todos los ambientes sociales de relación y de contacto. El llamado "Guardián del Umbral" que debe necesariamente enfrentar y destruir el aspirante con respecto a los Misterios iniciáticos, así como la tradicional forma del "Demonio Tentador" son, en realidad, acumulaciones de sombras invocadas por la propia humanidad que no ha respondido todavía al llamado de la LUZ y constituyen las expresiones más rigurosas de sus destinos kármicos.

 

Los Ángeles Superiores

Las Formas de tales Ángeles de los Planos Físico, Emocional y Mental que participan plenamente en la evolución del ser humano, escapan casi por completo a nuestra ponderación por la extrema sutilidad de los éteres que las constituyen y por el intenso brillo de sus auras de luz y de sus mágicos resplandores. Son de inenarrable belleza y poseen un tremendo poder sobre los éteres que cualifican el nivel en donde habitualmente residen y pueden adoptar a voluntad el tipo particular de forma que precisen para cumplir determinada misión universal, la que les haya sido encomendada por el excelso Arcángel del Plano específico que corresponda a sus naturalezas dévicas.

 

Los Ángeles Guardianes de la Humanidad

La forma de los Devas familiares o de los Ángeles Guardianes, percibida mediante la visión clarividente mental, nos presenta una imagen típica del Arquetipo del Universo, es decir, la forma humana, aunque con una singularidad de matices lumínicos y proyección magnética de amor y benevolencia imposible de ser descritos con palabras humanas. Aparecen y desaparecen con la velocidad de la luz dejando tras de sí una gloriosa estela de rutilantes colores que define la propia evolución y el tipo de rayo espiritual al cual pertenecen. A veces, algunos de ellos adoptan voluntariamente aquellas sutilísimas y vaporosas formas de que les dotó el Arte divino del Renacimiento. Si embargo, pese a su magnífica trascendencia, estos Ángeles familiares son los inseparables Amigos de los hombres, los que les inspiran las ideas universales del Bien cósmico y los que les ayudan en sus momentos cumbres de soledad o de tristeza.

Vamos a terminar este tema, el cual, por sus infinitas complejidades, sólo podrá dar una idea muy limitada de la profunda realidad del mundo angélico. Vamos a insistir sin embargo, en un hecho fundamental que deberemos tener muy presente durante el curso de nuestras investigaciones, y es que la Forma humana es el Arquetipo del Universo y dentro de todas las posibles particularidades es la Forma a la que se ajustan las humanidades de todo nuestro Sistema Solar.

Por lo que hemos ido explicando a través de este capítulo, podremos deducir que el mundo de las formas angélicas es tan dilatado y complejo como el de todos y cada uno de los Reinos de la Naturaleza. Pero, como un corolario infinito de la evolución de todas las formas tendientes incesantemente hacia un Arquetipo de perfección, tenemos la Forma del Hombre Celestial a la cual se ajustan indistintamente los Ángeles y los seres humanos. Tal es indudablemente la meta infinita de toda posible perfección...

 

4. BELLEZA Y CUMPLIMIENTO. EL NUEVO ORDEN SOCIAL

Solo el cumplimiento del Plan de Belleza de los grandes Arquetipos, que son los Sueños de Dios, puede conducir a la humanidad hacia el nuevo orden social. La expresión individual de Belleza ha de llevarnos normalmente a un nuevo mundo de relaciones humanas, siendo la Fraternidad en sus más ocultos significados la Belleza de una IDENTIDAD de origen comprendida y aceptada por el hombre y extendida no sólo al Reino humano, sino a todos los demás Reinos de la Naturaleza. Este sentido innato de Belleza deberá presidir el nuevo orden social, el cual jamás será completo si la mente del hombre matizada de grandes intereses egoístas no despersonaliza sus habituales actitudes de autocomplacencia y no se decide, siguiendo las grandes motivaciones angélicas en su corazón, a volver sus ojos y su vida entera al mundo supremo de los valores internos regidos por los poderosos y vibrantes Arquetipos que ocultamente proceden de aquella incomprensible y trascendente Entidad Psicológica que llamamos ACUARIO y que se manifiesta a partir de una ESTRELLA cósmica de la más elevada magnitud. Tal estrella es -esotéricamente hablando- el Corazón místico del Gran Ser Espiritual que utiliza la Constelación de ACUARIO como Cuerpo de expresión. Démonos cuenta de manera profunda que cuando se habla de "las grandes oportunidades cíclicas de la Nueva Era" y del nuevo orden social de la humanidad, se hace referencia, aunque de manera inconsciente, a la actividad de las energías dévicas, procedentes de esta divina e indescriptible Entidad espiritual, al rasgar los éteres de nuestro mundo. Existen también, tal como dijimos en anteriores ocasiones, grandes concentraciones de energía en forma de siniestras nubes de incomprensión y de egoísmo situadas entre nuestro planeta y las energías zodiacales procedentes del Cosmos. Según se nos dice ocultamente, hay un Arquetipo de eximia e incomparable belleza latente en loséteres planetarios y poéticamente descritos como "EL HUEVO CÓSMICO DE LA FRATERNIDAD", el cual está siendo incubado simultáneamente por losÁngeles familiares y por las almas de todos los hombres y mujeres de buena voluntad de mundo. La rotura del HUEVO y el surgimiento a la luz de la manifestación de este Arquetipo supremo de Fraternidad correrá a cargo del Logos cósmico que es el Chacra Cardíaco del Señor de ACUARIO, tal como es de ley o de rigor desde el punto de vista de la decisión universal o solar,siempre y cuando los hombres ajusten su visión a la de los Ángeles familiares y decidan definitivamente cooperar inteligentemente con Ellos en la obra de proyección de dicho Arquetipo en el seno de la Humanidad.

Dijimos en otra parte de este Tratado, y deberemos repetirlo muchas veces todavía, que las energías de los Rayos y de las Constelaciones son ENTIDADES vivas y conscientes y que el término ENERGÍA, tal como lo utilizan los hombres de Ciencia de nuestros días, deberá sufrir profundas transformaciones antes de poder penetrar en las regiones ocultas de la Naturaleza en donde se gesta el permanente misterio de la Vida y de donde surge el sentimiento íntimo de Fraternidad. El término "energía individualizada"con respecto a los Ángeles aclarará el misterio y revelará el secreto subyacente en la energía del Amor. Los científicos del futuro utilizarán el término de energía individualizada para referirse a las distintas cualidades o vibraciones de la Materia y reconocerán como Entidades angélicas, clasificadas en orden a Jerarquías, a todas las modificaciones sustanciales de la energía. Habrá, así, un cambio absoluto de situaciones en el orden planetario que afectará profundamente el orden social. La conquista de la velocidad en el tiempo y la frecuencia de contactos entre los continentes, las naciones y los seres humanos entre sí, son el principio de las rectas relaciones humanas que han de constituir el primer tramo del gran Puente de la Fraternidad en nuestro planeta. Sin que la mayoría de investigadores espirituales lo hayan quizá advertido, la frecuencia y rapidez de contactos humanos producidos mediante el desarrollo de los grandes ingenios científicos que producen "la velocidad en el tiempo", ha "introducido" cierto tipo de Ángeles en la vida social de la humanidad, y si bien los grandes Ángeles familiares del pasado, responsables de los Arquetipos espirituales de la Raza, se mantienen respetuosa y muy comprensiblemente aparte en esta primera fase del proceso, podemos asegurar que grandesconcentraciones de Ángeles subalternos, aunque superiores en evolución al común de los seres humanos, se hallan actualmente plenamente activos fomentando el nuevo orden social al cual hicimos referencia. Se trata de unas huestes angélicas muy especializadas con una misión muy definida en orden a los acontecimientos planetarios, que están trabajando en los espacios etéricos de nuestro mundo "tejiendo con singular maestría" las nuevas situaciones sociales. Corresponden a una especie particular de AGNISHVATTAS manejando energías esencialmente mentales y dirigiendo grandes concentraciones de "elementales constructores" de todos los tipos etéricos, mental, astral y físico con la especial misión de canalizar los nuevos sonidos, los nuevos colores y las nuevas formas geométricas que forman parte del Gran Legado Acuariano para nuestro planeta. Podemos decir también que muchas de las llamadas "desviaciones" artísticas, filosóficas y místicas observadas en el seno de la humanidad, son el resultado del choque de las energías individualizadas provenientes de ACUARIO, trayendo unas nuevas y más inspirativas formas, con las gastadas expresiones artísticas del mundo, que desde la floreciente época del Renacimiento han ido degenerando y rigen las condiciones astrales del mundo. Se trata -tal como esotéricamente se dice- de introducir luz en los acontecimientos mundiales y de tejer nuevas situaciones planetarias. Este trabajo o misión angélica hallará siempre la oposición de las formas atávicas y tradicionales de las cuales nutren todavía los seres humanos sus pensamientos, emociones y palabras, manteniendo así en actividad a una considerable hueste de elementos dévicos y elementales constructores que deberían haber sido trascendidos hace ya muchos siglos de acuerdo con el Designio de Dios y el Plan organizado de La Jerarquía.

Si hay un proceso incesante de "degeneración artística", si hay implenitud mental en los pensadores de la época y si existe vacuidad religiosa en el místico es debido únicamente a la atracción gravitatoria de los hombres hacia formas de pensamiento gastadas y empobrecidas en periodo de desintegración, a intensas emociones astrales sin riqueza de sentimiento y a la falta de amor en los ambientes sociales de la humanidad. Una potente coraza de egoísmo arma el corazón de los hombres y les impide acoger las semillas de la Fraternidad y de la Creatividad tan fecundas en el Espacio cósmico que les circunda. Dicho de otra manera: no hay BELLEZA en sus mentes y corazones... ¿Cómo puede entonces haber cumplimiento universal en sus vidas?

La actitud humana frente a la existencia, sus constantes preocupaciones en torno al confort y bienestar físico, la indolencia mental frente a las formas de pensamiento tradicionales que en forma de códigos vigentes constituyen la base de la sociedad y los sentimientos de separatividad, de odio y de egoísmo individual y comunal que mantienen en incesante conflicto a los seres humanos, conservando por lo tanto permanentemente abierta una puerta que conecta astralmente nuestro planeta con el satélite Luna. Este satélite, como esotéricamente se sabe, es un astro muerto y en proceso de descomposición, pero dotado todavía de un potentísimo elemental astral -¿o quizás sería mejor decir "cascarón astral?- que lo envuelve y que se nutre precisamente de los pensamientos de temor, de los sentimientos de separatividad, de la vibración nociva de las palabras incorrectas, hirientes y agresivas y de la actitud entera y displicente de la humanidad, para mantenerse vivo y en condiciones de afectar el aura planetaria con sus potentísimas y negativas radiaciones. Veamos el proceso muy esotéricamente y tengamos en cuenta que este terrible Elemental Lunar, considerado en su totalidad, es un Ángel inferior dotado de conciencia y atendiendo ferozmente -si nos permiten utilizar esta palabra- a su propia supervivencia, de la misma manera que los "cascarones astrales" que pueblan los éteres astrales de nuestro mundo y que son alimentados de las pasiones de los seres humanos, luchan también en sus respectivos niveles para sobrevivir y perpetuarse en el tiempo. El trabajo de limpieza de estas gastadas formas de pensamiento y de pasiones humanas es la obra del discípulo mundial de nuestra época, el cual colabora con La Jerarquía en el trabajo básico y preliminar de destruir estas arcaicas creaciones del espíritu elemental del pasado y crear puntos de luz en el éter en colaboración con los Ángeles de la Nueva Era, para poder canalizar así, a través de ellos, las energías que el Señor de ACUARIO proyecta con destino a nuestro mundo. Se trata de un trabajo arduo, lento y singularmente difícil. La tarea comienza, como es natural, en la vida del propio discípulo, el cual deberá limpiar su aura etérica de la influencia de los "devas lunares o energías astrales condicionantes que resisten su empuje y noble empeño y le acarrean no pocos problemas y dificultades. El trabajo inicial, tal como místicamente se ha dicho siempre, empieza en el corazón del discípulo y es así como ha surgido en todos los tiempos aquel aspecto cualificador de tal etapa de compromiso espiritual que llamamos "tentación". La tentación, técnicamente descrita, es la obra de losÁngeles familiares actuando sobre los devas lunares que coexisten en el aura etérica del discípulo y se nutren de sus innobles pasiones y deseos. Robustecen su actividad cíclicamente para que el discípulo no se sienta nunca a salvo mientras exista alguna semilla de mal en su interior y no caiga en la falsa presunción de que sus pasiones inferiores están muertas cuando se hallan simplemente dormidas, al acecho de cualquier oportunidad de manifestación. Es así, de esta manera, que se suceden las etapas de grandes desalientos después de haberse vivido momentos de inefable grandeza espiritual. Los Ángeles familiares, los verdaderos Amigos del hombre, cuidan el Alma del discípulo y velan armas en su corazón cuando éste se siente seguro y fuerte, sin darse cuenta de que el mal, es decir, los devas lunares, se hallan solamente aletargados, adormecidos y a la espera de la oportunidad para manifestarse. Una de sus más curiosas y engañosas influencias en el ánimo del discípulo, es la de inclinar su razón y emociones hacia la total confianza en el nivel espiritual alcanzado, en la soberbia de sentirse mejor que los demás y en la falsa creencia de que "todo está ya hecho y realizado". La etapa de "tentación" se reproduce cíclicamente en la vida del discípulo espiritual y rige una gran parte de su proceso kármico. Se trata de una etapa obligada dentro de un orden social en marcha y constituye una característica definida en el proceso espiritual del discipulado donde se apoya precisamente el poder de La Jerarquía para destruir del aura etérica de la Tierra todos los sedimentos del Mal existentes desde que el hombre tuvo uso de razón y empezó a invocar inexpertamente a los "Testigos del Mal Cósmico", enlazados al aura del planeta por efecto del Karma del Logos planetario que, a igual que en el Alma del discípulo, se hallaban silenciosamente expectantes esperando la hora de la oportunidad de manifestación. Tales Testigos del Mal son llamados "los Oscuros Viajeros del Cosmos" en algunos tratados esotéricos y "Ángeles Caídos" en los escritos bíblicos. Son, en realidad, el fruto de las humanas imperfecciones existentes en todos los planetas "no sagrados" de no importa qué Universo en el Cosmos absoluto, allí en donde existe todavía la lucha por alcanzar la medida o estatura espiritual exigida por los Augustos promotores del indescriptible proceso de Redención Cósmica. Constituyen tres absolutos Poderes reconocidos en el Cosmos y se manifiestan a la infinita y clarividente visión del Logos planetario en forma de tres espantables y subyugantesEntidades. Éstas han sido reconocidas en todos los tiempos como Agentes del Mal organizado, ya sea en una Galaxia, en un Universo, en un Planeta o en un hombre. Estas tres Entidades coexisten misteriosamente en la vida evolutiva de los grandes Señores YAMA, VARUNA y AGNI de los Planos Físico, Astral y Mental de nuestro Sistema Solar que, como esotéricamente sabemos, son los tres Cuerpos inferiores del Dios del Universo y los perpetuadores de su indescriptible Karma a través de las edades.

A la experimentada vista del Adepto, el MAL CÓSMICO aparece siempre en forma de una triple Entidad psíquica que llena el espacio de puntos oscuros mezclándolos con la sustancia radiante y magnética de cualquier Logos planetario en proceso de evolución. En lo que a la vida del discípulo espiritual se refiere, tales exponentes del llamado Mal Cósmico se manifiestan en forma de:

a) MAYA. La inmoderada atracción hacia las sensaciones físicas.

b) ESPEJISMO. El desorbitado apego a todas las formas de deseo.

c) ILUSIÓN. Las dificultades de percibir claramente el mundo de los significados mentales.

 

En una forma muy peculiar y absolutamente reconocible para todos los seres humanos, el Gran Señor BUDHA descubrió a los Testigos del Mal Cósmico en forma de ENFERMEDAD, VEJEZ y MUERTE, siendo sus influencias en la vida humana las perpetuadoras del Karma de la Raza y las causas del dolor que ata los hombres a la incesante rueda de Muerte y Nacimiento.

Estas Tres Entidades se hacen visibles al discípulo en el momento místico de la Iniciación en forma del terrorífico GUARDIÁN DEL UMBRAL, el testigo del mal en el corazón del discípulo y el que centraliza, mantiene y coordina todas las pasiones humanas acumuladas en su corazón a través del tiempo. Es la espantable Entidad que el discípulo debe destruir enteramente en todos y cada uno de sus sustratos físicos, astrales y mentales antes de poder franquear la dorada Puerta iniciática. Realizado ello, soportada la prueba y destruida la Entidad, o parte de ella según sea la Iniciación, el campo magnético del mundo se siente aligerado de aquellos gérmenes de descomposición psíquica; muchos cascarones astrales son eliminados y tal como se dice en los verdaderos libros esotéricos: "...el mal que corresponde a un discípulo es diluido en el éter sin posibilidad alguna de nueva manifestación". Podríase añadir también, en orden a la peculiaridad de este capítulo, que los espacios libres del mal, ya sea el que corresponde al aura etérica de un Iniciado, de un Maestro de Compasión y de Sabiduría o de un Logos planetario, son llenados místicamente por la luz y la belleza de una nueva situación ambiental en la que los Ángeles familiares de la humanidad pueden participar plenamente y empezar a construir las nobles estructuras de los órdenes sociales que exigen los nuevos tiempos.

 

5. EL ÁNGEL Y EL ARTISTA

La consideración de las ideas expuestas en el capítulo anterior acerca del proceso de realización de los Arquetipos correspondientes a cada una de las ideas que surgen de la Mente de Dios y se agrupan o estructuran de acuerdo con definidas características, deberá abrirnos las puertas de un nuevo sentido de orientación hacia los niveles ocultos en donde se fraguan las situaciones planetarias y se realiza el proceso místico de la evolución. De la misma manera que se le reconocía al hombre un sentido innato de belleza, cualquiera que fuese su condición social y sus definidas características individuales de Rayo y de signo astrológico, hay que considerar en todos los seres vivientes de la Naturaleza de no importa qué Reino o especie, un definido sentido de orientación hacia la Belleza oculta de todo lo creado, es decir, hacia la realización de un Arquetipo que, al parecer, es su Meta de perfección inmediata dentro del extenso Plan evolutivo.

Hay, pues, desde este ángulo de vista un Artista potencial en cada alma espiritual de la Naturaleza, desde la pequeña alma que informa a la flor de delicado perfume hasta el resplandeciente Ángel que cuida de la preservación de las prístinas formas que desde los niveles más ocultos intentan sustanciarse o materializarse. La Belleza, el sentido innato de acercamiento a los ocultos Arquetipos que tratan constantemente de manifestarse, es la Nota peculiar y característica de la Naturaleza, siendo el Hombre, el ser dotado de razón y de sensibilidad y por tanto con más capacidades de cumplimiento, el único ser dentro de esta magnificente Naturaleza que altera el sentido innato de Belleza y llena de horrorosa fealdad el extenso campo de sus realizaciones individuales y comunales. Su obra es así deseada, pero al propio tiempo temida, por losÁngeles familiares que cuidan de la evolución de los ambientes sociales de la Humanidad y tienen como especial misión introducir los delicados Arquetipos logoicos en la mente y corazón de los seres humanos. Puede decirse que grandes corrientes de Vida angélica con destino a la Humanidad quedan detenidas en su camino, en expectante espera y suspensión, debido a los perniciosos hábitos contraídos por los hombres desde muy remotas edades y que muy peligrosamente han degenerado en el desmedido afán de comodidades, en el Maya de los sentidos y en los mil espejismos de la naturaleza astral. Puede asegurarse, también, que ciertos definidos Arquetipos espirituales que desde hace mucho tiempo deberían haber sido sustanciadospor los Ángeles familiares, se hallan virtualmente paralizados o detenidos en su descendente fluir constituyendo vórtices de energía muy activos en el mundo oculto, pero que no pueden introducirse en la vida de la humanidad por el espeso velo creado por las contradicciones existentes. La técnica humana que en muchos aspectos ha logrado vencer la inercia de la gravedad terrestre y ha enviado naves espaciales en dirección a otros mundos, ha descuidado lamentablemente el cuidado de su innato sentido de Belleza y de síntesis, que sin apercibirse de ello ha dejado que la gravedad terrestre se posesionase de su elevada esencia espiritual y la mantuviese atada, comprimida o sustanciada al igual que las cosas materiales, sin posibilidad aparente de redención o acercamiento a los grandes Arquetipos que el Señor ha programado como Metas esenciales de la vida del hombre aquí en la Tierra. Hay una espesa nube etérica y astral, situada entre la visión humana de redención y aquellos redentores Arquetipos del nuevo orden social, que impide coordinar las actitudes humanas con el Plan divino, una ruptura de comunicación entre el hombre y la Divinidad a causa del desvío humano en lo que respecta a los grandes Planes de organización social que lleva adelante La Jerarquía planetaria.

Se han perdido de vista algunos de los grandes aspectos de la Verdad regentes para este mundo de contradicción y de incesantes conflictos que deberían haber producido ya un orden social nuevo, de acuerdo con aquellos magníficos Arquetipos de realización. No puede navegarse, por decirlo de alguna manera, por este espacio tan alterado por las poderosas concentraciones de energía negativa flotando en la atmósfera planetaria y llenando de sombras aquellas ricas zonas del éter que deberían expresar la luz de Dios en su más acrisolado sentido de orden, plenitud y síntesis. Podríamosdecir que la CONTAMINACIÓN ambiental, mental, astral y física ha sido elevada hasta tal grado que ha llegado a afectar incluso los éteres sutiles del planeta en donde los Ángeles, estas energías individualizadas de la Naturaleza, realizan infatigablemente su misión de ajustar el plan arquetípico de la Divinidad a la vida y necesidades de los seres humanos, hasta el punto de que muchos de Ellos han decidido en forma temporaria, pero acuciados por su tremenda necesidad de inmortal pureza, retirarse a unos niveles superiores de organización espiritual a la paciente espera de que suene nuevamente para Ellos la "Hora de la Oportunidad", o clamor invocativo de los hijos de los hombres, para reemprender la obra iniciada y llevar a feliz cumplimiento la Ley de los Arquetipos vigente para esta Era planetaria de grandes promesas universales.

Cuanto acabamos de decir tiene que ver con la visión de los Ángeles Guardianes o Familiares de la humanidad, en sus distintos niveles, que llevan en Sus manos el poder de canalizar las potentes energías que proceden de losgrandes arquetipos de Belleza que han de ser sustanciados. Los Ángeles están siempre activos en la maravillosa peculiaridad de su mundo y no pueden en manera alguna plegarse al condicionamiento humano, habiendo cifrado desde hace muchos siglos sus cuidados y sentida devoción hacia aquellos hijos de los hombres capaces de comprenderles, juiciosamente interpretarles y seguir conscientemente sus íntimas y espirituales sugerencias, en orden a la propia evolución individual y al progresivo desarrollo del sentido innato de aproximación al sentido oculto de la Belleza. Esta Belleza es una expresión sensible de la Voluntad de Dios que exige ser revelada en todos y cada uno de los seres creados.

En el capítulo anterior nos referíamos a la Belleza y a la Armonía como una expresión de las facultades máximas a las que podían acceder los seres humanos de acuerdo con la evolución de los grandes Arquetipos que constituyen las Metas de la evolución humana. Existe un centro de irradiación o de expansión de tales Arquetipos en todos los Planos de la Naturaleza y en cada uno de los niveles psicológicos de la humanidad. Sólo es preciso darse cuenta de ello y tratar de comprender lo más ampliamente posible que, al referirnos al Cuarto Rayo como promotor directo de las corrientes de Armonía y de Belleza que inciden en la vida de la Humanidad y en el corazón de todos los seres humanos, lo hacíamos en un sentido muy particular y teniendo en cuenta que el Artista, como una peculiar ejemplarización de cómo han de ser realizados aquellos Arquetipos de Belleza y Armonía, no se halla circunscrito únicamente al terreno específico del Arte, sino que el hombre creador de los cánones sociales de armonía, belleza y cumplimiento puede ser localizado en todos los niveles expresivos de la vida humana, en cada signo astrológico y en cada uno de los Siete Rayos. Se trata en realidad de un sentimiento innato de Síntesis en el corazón humano y en su largo peregrinaje a la búsqueda de sus inmortales Fuentes de procedencia espiritual ha pasado muchas veces por las corrientes de energía que cualifican la actividad de los Siete Rayos y de los Doce Signos del Zodíaco. Lo importante para el hombre es ser genuinamente creador dentro de un sentido natural de belleza y armonía en cada una de las fases obligadas de su vida social. El orden natural de los acontecimientos se ajustará quizás un día a la ley de los grandes Arquetipos espirituales "en cálida suspensión" -según se dice en lenguaje esotérico- en regiones etéricas de alta y refinada sutilidad vibratoria. La atención que dedican los Ángeles familiares a determinados hijos de los hombres dotados de sensibilidad frente al mundo oculto y amantes decididos de la Belleza, introduce lenta aunque implacablemente en el orden social de la humanidad las prometedoras y fecundas semillas de la Belleza planetaria que Dios ha imaginado para el hombre y que constituye la base solemne de la posible y deseada redención de éste como un verdadero creador y un perfecto Artista.

Mucho de cuanto venimos diciendo es conocido por los aspirantes espirituales del mundo que pretenden realizar la vida de Dios, como energía espiritual o de síntesis, en el seno de la humanidad. Pero, quizás no todos ellos han logrado penetrar en el íntimo secreto de Belleza y Armonía que preside la creación divina, ni convertir la ciencia de la investigación oculta en un instrumento de expansión de aquella armonía y aquella belleza, tal como ocultamente y desde el principio mismo de sus investigaciones les están insinuando los Ángeles familiares que les asisten en sus esfuerzos, en sus ideales o en sus sueños. Creemos sinceramente que si a los investigadores espirituales no les acompaña ese íntimo sentido de la belleza oculta en todas las cosas, a la larga el impulso básico de sus investigaciones carecerá del suficiente aliciente creador para poder proseguir en sus intentos o de eludir el inevitable riesgo de alterar o de inutilizar los indomables esfuerzos que exige la búsqueda.

Busquemos al hombre ideal, de acuerdo con este claro sentido de valores angélicos, en el verdadero Artista, en el Artífice que debe objetivizar un Arquetipo en cualquier nivel dentro del orden social y en cualquier departamento de trabajo en la vida espiritual de La Jerarquía. Veámosle trabajar, idealizar, soñar y hasta sufrir intensamente, mientras trata de percibir en su mente y sentir en su corazón aquel cálido aliento angélico que le habla de mundos maravillosos de suprema e inenarrable Armonía. ...Sí, hay que considerar el valor del Artista, del creador en el nuevo orden social, a menudo criticado, escarnecido y vilipendiado cuando no ferozmente perseguido por los factores sociales gastados o corrompidos que presiden las grandes estructuras planetarias, para comprender el infinito amor que sienten los grandes Ángeles hacia estos hijos de los hombres y el por qué de sus inefables cuidados, devoción y complacencia para con ellos, ya que en ellos reconocen al Artista que puede secundar creativamente su misión realizadora de los eximios Arquetipos de Belleza y Armonía que tanto necesita acoger en su corazón la doliente humanidad de nuestros días.

 

6. LOS ÁNGELES Y LAS INICIACIONES. ¿QUÉ ES LA INICIACIÓN?

La respuesta rigurosamente técnica que acude inmediatamente a nuestra razón al formular esta pregunta es la siguiente: "Revelar el secreto de SHAMBALLA". SHAMBALLA es el centro espiritual más elevado e incluyente de nuestro planeta. Es la morada de SANAT KUMARA, Regente oculto de nuestro mundo y la más alta autoridad espiritual reconocida. SHAMBALLA, es la base de la Fraternidad que guía los destinos planetarios y es tal su naturaleza que trasciende todos los conceptos, ideas y teorías que acerca de la misma haya fabricado la mente humana. Bastará concluir estos argumentos con la afirmación esotérica de que la Iniciación es un proceso mediante el cual el ser humano puede convertirse conscientemente en una Entidad divina por haber captado plenamente el principio de fraternidad y haber decidido vivirla y realizarla en el mundo.

Existe así un vasto plan de relaciones basadas en el principio de fraternidad que va realizándose mediante la continuidad de un proceso de vida que se efectúa en todas y cada una de las criaturas vivientes, ya sea un simple átomo, una planta, un animal, un ser humano o un esplendente Arcángel. La Iniciación, refiriéndola concretamente al ser humano, es el paso que va de la simple aspiración devocional a la firme e inalterable resolución espiritual. El deseo ha de transformarse en voluntad antes de que el hombre se convierta en un firme candidato a la Iniciación. Hablando en sentido oculto podríamos decir que los devas acuosos del deseo han dejado de tener preponderancia en el cuerpo emocional del discípulo, siendo progresivamente reemplazados por cierta categoría de AGNISHWATTAS, o Ángeles ígneos del plano mental.Estos Ángeles son los que ultiman la construcción del cuerpo mental del aspirante o candidato a los Misterios y utilizando la energía de resolución generada por los esfuerzos que éste realiza van introduciendo en dicho vehículo los elementos ígneos que acelerarán el desarrollo de los centros etéricos o chacras superiores y proporcionarán aquel necesario cambio de ritmo en la estructura química de sus componentes que precede a las dos primeras Iniciaciones; la primera para obtener autoridad sobre los átomos químicos del cuerpo físico, la segunda para adquirir un efectivo control sobre los devas del deseo que constituyen en su totalidad el vehículo emocional. Todo ello ha sido posible por la actividad potentemente ígnea desarrollada por la resolución espiritual del candidato pues, tal como reza un antiguo axioma esotérico: "El Fuego es el único agente transmutador en la vida de la Naturaleza", una verdad altamente científica que conocían y aplicaban los verdaderos sabios alquimistas del pasado. Podemos decir asimismo que el Fuego es el agente misterioso de la Iniciación, pues los devas ígneos de la mente invocados por el fuego de la resolución del discípulo se introducen progresivamente en sus chacras etéricos, se mezclan creadoramente con los fuegos latentes de los devas del deseo que allí actúan y finalmente los desplazan al exterior siguiendo el principio evolutivo de "cambio de ritmo". La renovación de los ritmos es incesante en el Universo y en el caso de la Iniciación actúa a tal potentísima intensidad vibratoria que los devas inferiores que entran en la composición del cuerpo etérico no pueden seguir el impetuoso ritmo impuesto y son desplazados hacia afuera de los centros o chacras diluyéndose en el éter del espacio, entrañando esta dilución el secreto de la Redención espiritual de la Materia o de la sustancia.

El principio de ritmo de la Naturaleza al que debe ajustarse enteramente el candidato a la Iniciación es un proceso totalmente angélico, siendo la polaridad que lo representa una expresión de los ciclos evolutivos planetarios misteriosamente conectados con los movimientos de rotación y de traslación. Estos, a su vez, son impulsos magnéticos o angélicos generados por los movimientos de contracción y dilatación del gran Corazón solar.

La vida angélica lo llena todo. No hay vacío alguno en el Cosmos y lo que técnicamente llamamos Espacio no es más que una misteriosa forma de vida dotada de entidad y sensibilidad angélica a la que no han logrado acceder todavía los más ingeniosos y sofisticados aparatos científicos. Cuando hablamos esotéricamente de la Iniciación hacemos referencia a ciertas maravillosas y desconocidas zonas del Espacio en las que deberá penetrarse audazmente para descubrir en sus infinitamente sutiles repliegues las causas ocultas de cualquier expresión de vida en la Naturaleza y de las cuales las leyes soberanas de la gravitación universal y del principio mágico de la electricidad se hallan en sus más hondas raíces. De ahí el por qué la Iniciación es considerada un proceso oculto mediante el cual la conciencia humana puede polarizarse en ciertas zonas del Espacio corrientemente impenetrables a los profanos por constituir "lugares secretos" en donde se realiza la alta Alquimia de la Vida organizada de la Naturaleza y siendo los Ángeles en sus distintas jerarquías "los celosos guardianes de aquellos misterios". Tal como hemos venido explicando en otras partes de este Tratado, los "espacios intermoleculares" de la Naturaleza, del planeta o del Universo encubren losgrandes secretos de la Divinidad, siendo los Ángeles los moradores de talesespacios. La evolución espiritual de los Ángeles será reconocida en todo caso por la calidad de los espacios intermoleculares, reducidos a su más ínfima expresión cuando se trata de los espacios concebibles en el interior de un átomo químico de hidrógeno o elevados a su enésima potencia cuando los referimos a la vida estructural de las Constelaciones o de las más dilatadas Galaxias. Los espacios o vacíos intermoleculares existen por doquier y hasta donde nuestra mente es capaz de comprenderlo constituyen la morada de losÁngeles. Siendo la Iniciación, técnicamente hablando, el descubrimiento y conquista de espacios intermoleculares cada vez más elevados y sutiles determinando expansión de conciencia, podemos afirmar que el proceso iniciático tiene carácter universal y no se circunscribe únicamente a la evolución del Reino humano. Lo que sí cabe decir es que en el ser humano la iniciación adquiere carácter de identidad y de conciencia. Esto quiere significar que los contactos con las jerarquías angélicas que misteriosamente velan los espacios intermoleculares que separan entre sí a los planos y subplanos de la Naturaleza son conscientes e implican nuevas ideas o conceptos acerca de las leyes de fraternidad a las que anteriormente hicimos referencia.

En los reinos subhumanos la Iniciación procede de estímulos grupales y delimita perfectamente las fronteras o espacios intermoleculares que separan a unos de otros. Determinadas jerarquías angélicas cuidan del orden y del estímulo grupal que caracteriza a cada reino subhumano y puede decirse que las especies evolucionan siguiendo las directrices trazadas por sus Ángeles regentes. En cada reino hay jerarquías angélicas especializadas que cuidan del proceso de la evolución y fomentan poderosamente los incipientes impulsos espirituales de las unidades de vida y de conciencia hacia lo alto, definiendo las razones de ser de cada familia o de cada especie e introduciendo en las almas-grupo el necesario tipo de sensibilidad que precisan para acceder constante e invariablemente a nuevas y cada vez más refinadas formas.

Así el paso de las unidades de vida de un Reino de la Naturaleza a las zonas intermoleculares de otro Reino o la polarización de ciertas especies definidas dentro de un Reino a otras de carácter superior dentro del mismo Reino, son pequeñas iniciaciones que concurren en el misterio de la evolución. Si bien se han hecho esotéricamente muchas referencias a la gran Iniciación grupal que trajo a la existencia al Reino humano o aquellas otras iniciaciones de carácter individual que introducen progresivamente en el quinto Reino, el de las Almas liberadas, muy poco se ha hablado todavía acerca de las pequeñas iniciaciones que incesantemente tienen lugar en la vida de la Naturaleza y convierten determinados grupos de elementos minerales en vidas vegetales o ciertas cualificadas vidas vegetales en mariposas e insectos. Analizando la vida oculta de los Ángeles podemos precisar dichas iniciaciones con sus humildes aunque sagradas ceremonias en las que la potencia ígnea de SHAMBALLA se halla presente y en las que, a igual que en las grandes ceremonias mágicas de las Iniciaciones planetarias, cada humilde e insignificante unidad de vida "se halla en presencia del Iniciador Único del planeta y ve brillar también ante sí Su radiante Estrella". De ahí que cuando en los viejos escritos de la Logia se lee que "...ni una hoja cae del árbol ni un pájaro hace su nido sin que se halle presente el amoroso estímulo de SANAT KUMARA", se nos hace una cálida referencia a la total presencia divina en todos y cada uno de los tan aparentemente insignificantes actos de la amante y pródiga Naturaleza.

La Iniciación viene regida de esta manera por los sagrados impulsos del Gran Regente Planetario atrayendo hacia sí a toda forma de vida y cualificando con incomprensible amor a toda unidad de conciencia y los Ángeles, cada cual siguiendo ciertos definidos y marcados designios, velan constantemente para que la vida del Señor del Mundo llegue a lo más profundo de la Naturaleza, purificando formas y enalteciendo voluntades de vida. Las jerarquías angélicas, constituyendo una verdadera "Escalera de Jacob" ascienden así de las más ocultas y profundas entrañas de la vida planetaria, allí donde la conciencia divina se halla encerrada en la tosca forma de una piedra, hasta las más elevadas y sublimes alturas espirituales en donde la Vida del Logos planetario se expresa en toda su infinita majestad. La cadena iniciática se extiende así al infinito enlazando a las especies y a los Reinos y constituyendo una espiral de luz sin culminación posible, pero dentro de la cual cada alma, cualquiera que sea su condición o estirpe espiritual, hallará siempre el punto aquél, segregado del misterio de las edades, en que se hallará en presencia del Señor del Mundo representado por la correspondiente jerarquía angélica y a través de la misma verá irradiar su radiante Estrella. Igual es arriba que abajo, igual es abajo que arriba. Tal es la Ley.

 

7. LA CEREMONIA DE LA INICIACIÓN

Cuando en los tratados esotéricos se hace referencia a la Iniciación se habla también de ciertas ceremonias o de ciertos rituales mágicos como formando parte inseparable de la misma. La Vida, en todas sus manifestaciones es una expresión mágica y la liturgia en todas las religiones es asimismo una representación mágica u objetiva de los acontecimientos internos relacionados con la vida del Espíritu. Se trata de una fórmula invocativa lanzada a los éteres del Espacio con respuesta angélica, estando relacionada tal respuesta con la calidad de la liturgia o de las ceremonias las cuales, como es natural, vendrán condicionadas por la trascendencia de los acontecimientos internos que intentan revelarse. No tienen por lo tanto idéntica representación mística o espiritual las ceremonias mediante las cuales un candidato es introducido en los misterios menores de alguna orden secreta en el mundo externo, como por ejemplo, la sociedad masónica o la orden rosacruz o las que se realizan en las distintas iglesias del mundo, que las ceremonias realmente ocultas y trascendentes mediante las cuales el candidato a la Iniciación es introducido en el "Cuerpo de Misterios de la Divinidad", es decir, en los Misterios del Reino tal como místicamente se dice. La Ceremonia ejerce en todo momento una potente presión en la totalidad del ambiente etérico circundante o en el lugar preciso en donde la Iniciación tiene efecto, para evocar así de las entrañas de los éteres la correspondiente respuesta angélica, pero hay indudablemente una enorme diferencia de potencial invocativo entre las diferentes formas de liturgia. Cada iglesia y cada grupo religioso tienen sus peculiares sistemas de contacto angélico, aunque se utiliza casi indistintamente la campana como principal agente invocativo, pues de todos los instrumentos conocidos es el que más acertadamente imita el Mántram solar AUM, u OM [4]. Se nos ha explicado esotéricamente que los grandes sacerdotes atlantes habían construido las primeras campanas ajustando su forma a la de la laringe humana, la única en la Naturaleza que puede pronunciar correctamente el Mántram solar. Así las ceremonias de casi todas las religiones tratando de reproducir ritos solares utilizan la campana como elemento de contacto con determinadas jerarquías angélicas capaces de responder a estos místicos sonidos. Las grandes campanas situadas en lo alto de las iglesias, templos o pagodas, más que instrumentos sonoros para llamar a los fieles a la oración, aunque en este sentido cumplen un especial cometido, son instrumentos mágicos de invocación de los Ángeles. De esta forma se precipitan alrededor de los templos y lugares de ceremonias grandes concentraciones de energía dévica que les prestan a los mismos este aire de solemnidad y de serena majestad.

Otro aspecto singularmente interesante e invocativo de la liturgia y de los rituales mágicos es la representación del misterio de la Creación a través del Cáliz y del Verbo, de la Copa sagrada y del Vino. Una representación simbólica de la sangre del Cristo en la liturgia cristiana, pero que ya antiguamente y con ciertas variantes formaba parte los Misterios invocados en el sagrado culto de Mitra. La Sangre, en su significación esotérica, es Éter en constante movimiento dentro y fuera de todas las formas de la Naturaleza. Luego, la introducción de la Sangre de Cristo en el interior del Cáliz sagrado, un hecho histórico atribuido a José de Arimatea, sólo ha de ser considerado como una representación simbólica mediante la cual se da vida al Misterio de la Eucaristía en muchas órdenes secretas y místicas del mundo, teniendo como significado único e incontrovertible la manifestación del Espíritu, o del Verbo, en cualquier tipo de Cáliz o de Forma en la Naturaleza, sirviendo de vehículo de comunicación de los Ángeles, los alados Mensajeros de la Divinidad, que comunican virtualidad y movimiento a la Sangre que llena de vida el Universo, es decir, al Éter primordial mediante el cual los Dioses creadores pueden comunicarse con los hombres en los dilatados confines de la Naturaleza.

Todo Cáliz consta indistintamente de tres partes principales, prescindiendo de los ornamentos accesorios o superficiales que le han ido añadiendo las distintas religiones del mundo a medida que iban alejándose de los prístinos Misterios originales: la BASE, el SOPORTE y la COPA, o parte continente del Verbo, representaciones simbólicas de los vehículos físico, emocional y mental de los seres humanos y de los tres primeros Reinos de la Naturaleza, el Mineral, el Vegetal y el Animal. El Verbo, o Alma espiritual del Creador, viene -casi indistintamente- simbolizado en todos los cultos religiosos en forma de un disco de oro, representación genuina del sol, o de la hostia sagrada en el sacramento de la Eucaristía cristiana.

En los primitivos cultos atlantes, cuando todavía las ceremonias contenían altos secretos solares, tal era la disposición geométrica del Símbolo. La BASE del Cáliz era un cubo perfecto, el SOPORTE era un prisma triangular siendo perfectamente equilátera la base del mismo y la COPA era una semiesfera hueca de puro cristal de roca tallado por procedimiento mágico. Encima de esta COPA mística se hallaba suspendida mediante un proceso oculto de levitación una esfera de oro maciza que ajustaba perfectamente en la semiesfera de cristal. Este Cáliz se hallaba fijo sobre el altar. El Oficiante, habitualmente un Iniciado en los Misterios, se limitaba a entonar mántrams a intervalos regulares y a efectuar ciertos movimientos de carácter ritualístico o mágico. Durante el curso de la ceremonia y a cierto tipo de invocación o de mántram de la que participaban los congregantes, la esfera de oro descendía al interior de la COPA y se veía entonces brillar ésta con rayos de intenso color áureo. Al mismo tiempo, suaves melodías angélicas llenaban el ambiente y el corazón de los fieles de un inusitado sentimiento de mística expectación que propiciaba la revelación de las altas verdades cósmicas que el Verbo irradiando a través del Cáliz estaba revelando. Sin embargo, pasaron aquellos tiempos en que los Ángeles formaban parte de los Misterios externos y los santificaban con su inmaculada Presencia. En la actualidad no existen fórmulas positivas de contacto angélico por cuanto los hombres han perdido la fe interna y los sacerdotes oficiantes aquella efectiva gracia producto de una gran evolución espiritual. Los ritos, las ceremonias y la liturgia han perdido su sacrosanto poder mágico. Ha pasado ya mucho tiempo desde que se perdieron lasfórmulas mantrámicas de contacto y los Ángeles superiores han dejado de asistir a las ceremonias de las religiones organizadas del mundo. El Cáliz es solamente un precioso ornamento externo, estético o artístico y una joya de gran valor por la calidad de los materiales que lo componen, pero místicamente, desde el ángulo de los Misterios, ha dejado de tener significado espiritual y es simplemente una cosa más añadida a las otras muchas que en su totalidad constituyen el soporte actual de los rituales en las grandes religiones del mundo.

El Misterio de la Iniciación al cual va dedicado nuestro máximo empeño carece de ornamentos externos. Su expresión es supremamente vivida y actuante. El sacerdote es el Hombre interno, el cual, en aquellos momentos, representa místicamente a la humanidad y deposita el Cáliz sagrado de su vida sobre el altar del sacrificio personal para que sea llenado por el Verbo de revelación, imagen glorificada del Espíritu Santo.

Insistiendo en la simbología mágica del Cáliz atlante, vemos que la disposición de sus tres elementos constituyentes ofrecían las siguientes particularidades:

 

LA BASE CÚBICA

Constituida por seis superficies cuadradas, simbolizaba:

a) Los Cuatro elementos conocidos: tierra, agua, fuego y aire.

b) Los Cuatro vehículos periódicos del hombre: cuerpo físico, vehículo etérico, cuerpo emocional y mente inferior.

c) Los Cuatro Reinos de la Naturaleza: Mineral, Vegetal, Animal y Humano.

d) Los Cuatro puntos cardinales: Norte, Sur, Este y Oeste.

e) Las Cuatro fases de la Luna: nueva, creciente, llena y menguante.

d) Los Cuatro Señores del Karma que utilizan todos aquellos elementos para confeccionar el destino de los seres humanos.

 

EL SOPORTE

Un prisma triangular de base equilátera, que se elevaba por encima del Cuaternario era la representación simbólica y mística de la Tríada Espiritual constituida por:

a) ATMA, la Voluntad Espiritual de la Mónada.

b) BUDHI Su indescriptible Amor incluyente.

c) MANAS, Su infinita Inteligencia creadora.

 

LA COPA

Una semiesfera de Cristal puro que debía contener el Verbo, constituía la parte visible del Misterio total que intentaba revelarse, ya que sólo es posible extender la visión o percepción humana a 180º, es decir, a la mitad de la esfera celeste, quedando la otra mitad siempre oculta por la línea transversal del Ecuador.

 

LA ESFERA DE ORO

Que constituía el Misterio total de la Divinidad en forma de Verbo de Revelación, era el símbolo de la Mónada espiritual del ser humano y durante el curso de la ceremonia y tras la pronunciación de cierto mántram de invocación angélica se introducía en el interior de la Copa de cristal volviéndola refulgente y permitiendo a los congregantes que durante breves instantes su visión interna se extendiese en todas direcciones abarcando los 360º de la visión total del Misterio. Era también la representación simbólica de la clarividencia superior mediante la cual se percibe en todas direcciones y para la cual no hay ni longitud, ni latitud, ni arriba ni abajo, ni delante ni detrás, ni izquierda ni derecha...

El símbolo iniciático del Cáliz es la representación genuina de la vida de la Naturaleza, siendo el Verbo la expresión de la esencia creadora de la Divinidad la cual, a través de los Ángeles, llena de Sangre o de Vida todas las formas o cálices que en su totalidad constituyen el Universo manifestado. Igual sentido tiene la imagen del SANTO GRIAL, cuya Copa de oro refulgente era intuida "a distancias inverosímiles", tal como rezan los comentarios esotéricos, por las altas individualidades del planeta, siendo una cálida demostración de que en su interior moraba el Espíritu de la Divinidad, el verdadero sentido de que la sangre es VIDA. Así, los iniciados atlantes, los adeptos del Culto de Mitra, los sacerdotes celtas, los Caballeros de la Tabla Redonda, los esforzados paladines de la Orden de los Templarios, los nobles Ismaelitas del ISLAM, etc., no eran en su conjunto sino expresiones de la humanidad altamente evolucionada que mediante el culto sereno de la "sagrada ofrenda de sí mismos", eran ayudados y asistidos por los Ángeles. Éstos, adoptando muchas veces forma humana los conducían a través de ciertas obligadas pruebas iniciáticas al "Castillo", a "Avallón" o a la "Isla Blanca" de SHAMBALLA, en donde se halla permanentemente la Sede del SANTO GRIAL, por cuanto es la Morada del Señor del Mundo.

 

8. LA PARTICIPACIÓN ANGÉLICA EN LOS RITUALES MÁGICOS DE LA INICIACIÓN

Este es un suceso al que esotéricamente se le concede gran importancia, pero que hasta hace muy poco se tuvo en secreto debido a que la mente humana, más atenta al desarrollo de las cosas objetivas que suceden en el limitado campo de las sensaciones, de la sensibilidad emocional y de la mente inferior, quizás hubiese reaccionado de manera indebida a ese tipo de conocimiento y lo hubiese situado sin duda en el área de lo que en lenguaje corriente designamos como milagroso o sobrenatural. Pero, ha llegado el momento de presentar a los Ángeles y a las energías ocultas de la Naturaleza, como los factores básicos de toda posible manifestación en cada uno de los Planos de la Naturaleza. Ya como guardadores del orden cósmico, como agentes especializados en el Arte divino de la Construcción, como amigos inseparables del hombre y de la vida de los Reinos o como emanaciones de la conciencia divina tratando constantemente de establecer contacto con cada ser y cada cosa y como vehículos de acción y participación en los Misterioscelestes, los Ángeles son una Energía incondicionada actuando por doquier y estando presentes por orden de jerarquía en cada una de las ceremonias y rituales mágicos mediante los cuales la Vida de Dios, en forma de Misterio espiritual se introduce en el seno de la Naturaleza. Todo cuanto ocurre en la vida es un misterio, una magia que cada ser interpreta de acuerdo con la cualidad espiritual de su vida y la calidad sustancial de sus vehículos de expresión. La evolución de todas las formas de la Naturaleza viene condicionada así por la actividad de las infinitas y diversas jerarquías dévicas o angélicas que intervienen en el proceso evolutivo y constituyen los agentes de vinculación entre las cosas y los seres y entre los seres y la Divinidad.

Es obvio que la Iniciación, que en su esencia es un Misterio, utilice también un Ritual o Ceremonia mágica para que este Misterio pueda transmitirse, revelarse y hacerse comprensible en la conciencia del candidato. De ahí que las razones ocultas que guían la totalidad del proceso deben adquirir para él un significado realmente trascendental, ya que por propia experiencia y no como resultado de algún previo estudio esotérico sabe entonces de la verdadera identidad espiritual del Ángel Solar de su vida y de aquellos otros Ángeles amigos que a través del tiempo le ayudaron en sus pesquisas. La Iniciación, como reveladora de Misterios o de Sacramentos, utiliza una determinada forma de Ritual para crear un sistema de distribución para cierto tipo de energías con destino a los centros etéricos del Iniciado. Estos centros son estimulados hasta el punto de crear dentro de los mismos una misteriosa actividad esotérica reconocida como de "dispersión de agentes dévicos inferiores", quienes son lanzados hacia afuera de los centros por la invasión de una fuerza superior que los desplaza hacia las corrientes de energía del cuerpo etérico y de allí al espacio exterior del cuerpo físico del Iniciado en donde -tal como esotéricamente se dice- "se reagrupan a la anhelante espera de una nueva oportunidad de vida y existencia". Con respecto a las superiores unidades de vida dévica que se introdujeron en los sensibilizados vehículos del Iniciado, sólo puede decirse que provienen de los niveles etéricos superiores del Plano Físico y constituyen agrupaciones de vida solar o espiritual que originan cambios fundamentales en la existencia personal y predisponen la mente, las emociones y las sensaciones físicas a nuevos y superiores estados de armonía, contribuyendo así a la percepción clara y definida de los soberbios Arquetipos raciales que todo Iniciado tiene el ineludible deber de revelar.

La Ceremonia iniciática y cada uno de sus rituales poseen carácter mágico y tienen por objeto llenar el triple Cáliz del Iniciado de "Vida más abundante", es decir, sus cuerpos mental, emocional y físico que hasta aquel momento estuvieron sujetos a la presión del esfuerzo espiritual que desde el interior de los mismos ejercía el Alma o yo interno. Los devas, en varios niveles de actividad y pertenecientes a diversas jerarquías, cooperaron en el proceso iniciático. Algunos para recibir y cumplimentar ciertas órdenes o mandatos de parte del Iniciado a partir de algunos mántrams que el Alma avanzada es capaz de emitir correctamente por medio de su mente, potentemente organizada, como consecuencia de su fina y controlada sensibilidad emocional o a través de las palabras que emite en el mundo físico de las relaciones humanas. Otros devas colaboraron en los esfuerzos del Iniciado brindándole ayuda y prácticas instrucciones. Otros, de elevada jerarquía espiritual, le ofrecieron la visión de los inmediatos Arquetipos que debía realizar en su vida como precursores de su gloriosa actividad iniciática.

Las Ceremonias iniciáticas tienen lugar en determinados subplanos del Plano Mental en lo que respecta a las tres primeras Iniciaciones. Las que les siguen son impartidas en los niveles búdico y átmico del Sistema Solar y en cada uno de tales niveles se hallan las legiones angélicas que "mantienen la expectación mágica del recinto" mediante la pronunciación de cierto tipo de incomprensibles mántrams, misteriosamente vinculados con la vida del candidato, que dichos devas invocan de los éteres cósmicos donde se halla albergado el Misterio de las Edades que constituye la Gran Memoria Cósmica de la Naturaleza.

El Iniciado se hallará siempre, por tanto, en el interior de un recinto familiar y la Iniciación, pese a ser un Misterio sagrado, tiene para él el doble incentivo de lo CONOCIDO que le llega del más lejano pasado y de lo eternamente DESCONOCIDO que en el momento cumbre de la Iniciación va a serle revelado. Hay así un enlace perfecto desde aquel momento entre el pasado y el futuro del Iniciado, el primero para mostrarle la causa de sus antiguos errores, el segundo para desplegar ante su expectante visión laperspectiva magnifica de sus oportunidades de servicio creador. Ángeles de exaltada evolución espiritual le llevan en conciencia hacia el misterioso futuro al cual iluminan con la radiante luz de sus auras y el Iniciado puede percibir entonces con toda claridad y sin posible error cuál ha de ser en lo sucesivo la línea maestra de su acción espiritual y de todas sus actividades en el mundo físico.

En la Ceremonia de la Iniciación, sea cual fuere la calidad espiritual del candidato que ha de recibirla, hay que precisar invariablemente los siguientes factores:

a) EL HIEROFANTE, o Iniciador.

b) Dos Altos Iniciados, cuyo rango espiritual dependerá en todo caso de la importancia de la propia Iniciación.

c) La Jerarquía Espiritual del Planeta, por medio del grupo de Iniciados cuya exaltación espiritual les permite asistir a la Ceremonia y tomar parte activa en la misma.

d) Determinado y escogido grupo de Ángeles de esplendente evolución cuya misión es transmitir energías solares o cósmicas en momentos cumbres del Ritual mágico.

e) Grupos especiales de devas, habitantes de los niveles espirituales en donde tiene lugar la Ceremonia iniciática, que intervienen también directamente en la misma "dinamizando el recinto" e Introduciendo energía superior en los centros etéricos del Iniciado.

 

El objetivo de la Ceremonia y de los Rituales que la acompañan es el de invocar energía cósmica por medio de los agentes dévicos y por el grupo de Ángeles mayores. El Ritual, en todas sus representaciones, tiene como supremo objetivo revelarle al candidato los Misterios del Reino, es decir, nuevas facetas de la Vida de la Divinidad que dejan entrever los Arquetipos de la Naturaleza que han de ser revelados o sustanciados y la parte que el Iniciado puede tomar en la manifestación de los mismos. Los Ángeles, hay que insistir mucho sobre este punto, establecen una mágica sintonía entre tales Arquetipos y la conciencia del Iniciado y proyectan poderosamente la visión de los mismos dentro de su cerebro, a fin de que ya jamás puedan ser olvidados en la vida personal, a pesar de las crisis y dificultades kármicas presentes hasta el último momento, aquellas sagradas reglas y divinas instrucciones.

Considerada la Iniciación desde un ángulo profundamente científico puede ser comparada al misterio de la Electricidad y revelada de la siguiente manera:

a) El HIEROFANTE, es el representante genuino de la LUZ en todos sus posibles voltajes.

b) Los Dos Iniciados que apadrinan al Iniciado, constituyen los polos positivo y negativo que producen la LUZ diferenciada en su mágico equilibrio y reducen la extrema tensión de la LUZ que irradia o transmite el HIEROFANTE.

c) El INICIADO, o el Candidato a la Iniciación, es el receptor de la Luz diferenciada. la bombilla que se enciende cuando los polos positivo y negativo manejados sabiamente por los Dos Adeptos o Iniciados establecen contacto en su cuerpo causal.

 

Viendo el proceso iniciático desde el ángulo angélico puede serapreciada idéntica manifestación, por cuanto el grupo superior de Ángeles constituye el polo positivo de la LUZ que transmite el HIEROFANTE y el grupo de devas del nivel en donde la Iniciación tiene efecto constituye el polo negativo de dicha LUZ. El resultado será en todo caso de Iluminación al coincidir el entero proceso en los vehículos sutiles del Iniciado, siendo la Iluminación la expresión santificada de la luz que se introduce en los mismos y los dinamiza a extremos indescriptibles.

La correcta audición de las PALABRAS o de los ECOS COSMICOS que hieren los oídos del Iniciado tiene relación con la ley de vibración que rigen la construcción del Universo, siendo el AUM sola [5], oído en los planos superioresy repetido incansablemente por los Ángeles, el que le permite al Iniciado la percepción clara de los mágicos destellos del Verbo y la perfecta audición de la NOTA o mántram específico mediante el cual le será posible en lo sucesivoestablecer consciente contacto con su Ángel Solar o con su Mónada espiritual, según sea la calidad de la Iniciación que se está recibiendo. Es también el Sonido invocativo al que responden los Ángeles superiores de los Planos Mental, Astral, Físico y las numerosas huestes dévicas que construyen las estructuras sustanciales de todos los vehículos de manifestación.

La transmisión de la energía cósmica a los vehículos sutiles del Iniciado por medio del Cetro iniciático que sostiene el HIEROFANTE es también una actividad angélica. Las corrientes de energía son siempre expresiones divinasque los Ángeles incorporan a Sus Vidas y les prestan el movimiento de acción y comunicación. Por ejemplo, la electricidad cósmica que maneja el Hierofante y que los dos Adeptos que asisten en la ceremonia iniciática descomponen en sus dos aspectos positivo y negativo antes de incidir en el cuerpo causal del Iniciado, constituyen una FUERZA que los Ángeles canalizan, dirigen yproyectan. Podemos decir, por ello, que los Ángeles en todas sus posibles jerarquías constituyen el movimiento de la Luz, el elemento de comunicación que regula la velocidad de la misma o su voltaje en la vida de la Naturaleza. Es así posible que las formas subsistan según su grado de receptividad, pues ninguna forma recibirá más velocidad o más voltaje de luz que aquella que pueda realmente contener. De ahí que todo sea una Ceremonia o un Misterio iniciático en la vida de la Naturaleza que cada ser y cada cosa reciben de acuerdo con su ley y sus necesidades. Los Ángeles en todas sus posibles manifestaciones y grados de evolución saben más del misterio iniciático que los propios seres humanos, pues si bien éstos van avanzando progresivamente hacia la Iniciación, los Ángeles son la propia ley que regula la Iniciación, dado que constituyen el alma mística de la Ceremonia y son aquella parte indescriptiblemente maravillosa de la Divinidad que responde con obras de amor a las súplicas o invocaciones de todo lo creado.

Queda mucho por decir todavía acerca de la Iniciación y la parte que losÁngeles toman en sus Rituales y Ceremonias, pero con lo dicho habrá suficiente para situar a las Jerarquías angélicas en el lugar que les corresponde en la expresión maravillosa de aquella mágica liturgia que tiene como centro de inspiración a la propia Divinidad y como recinto iniciático a la totalidad del Universo.

 

9. EL PRINCIPIO DE REDENCIÓN Y EL MISTERIO INICIÁTICO DE ASCENSIÓN

La corriente de vida iniciática o solar introducida en cualquier tipo de forma organizada propicia, en cada una de las infinitas células que la constituyen, un superior cambio de ritmo vibratorio. Es como si afirmásemos que el impulso de vida angélica penetra en el interior de cada célula viva extendiendo su poder en ondas gravitatorias cada vez más extensas hasta llegar a un punto extremo en donde se produce la desintegración o la rotura del cuerpo de la célula permitiendo a la pequeña vida que la animaba liberarse y buscar automáticamente un cuerpo celular más sutil y más delicadamente organizado que le permita iniciar un nuevo y más elevado ciclo de vida. Hay que suponer pues, de acuerdo con el principio de que todo cuerpo ocupando un lugar en el espacio es virtualmente una modificación etérica de la energía, que este proceso de evolución celular que rige a todas las formas de la Naturaleza, es una actividad netamente angélica, debiendo suponerse la existencia de incontables jerarquías dévicas velando el orden de adaptación de la vida a cualquier tipo de forma en no importa qué nivel expresivo o plano de manifestación. El principio de redención, técnicamente descrito, es un proceso incesante de infusión de vida cada vez más amplia e incluyente en el seno de las formas obligando a éstas a sufrir cada vez más elevados cambios de ritmo hasta llegar a ciertos extremos límites en los que la evolución interna que anima a las células es superior a las capacidades de resistencia de la forma en la que están incorporadas, determinando entonces una potente crisis de adecuación o reajuste que al no poder ser debidamente asimilada produce la desintegración de la forma condicionante y "siendo diluidos sus infinitesimales fragmentos en el espacio y convirtiéndose nuevamente en éter". Así el paso que va de la esencia a la sustancia y el inevitable retorno de la sustancia a la esencia o al éter primordial es técnicamente REDENCIÓN, teniendo presente que la presión ejercida por cualquier centro de conciencia encerrada en los limites impuestos por determinado tipo de forma dinamiza todo su contenido celular cualificándolo y poniéndolo en sintonía con las energías de un nivel superior. Los elementos etéricos o angélicos volverán así periódicamente a su sede de procedencia, el Espacio, pero jamás volverán a ser como antes de haber desempeñado una determinada función en cualquier tipo de forma por cuanto habrán elevado considerablemente su sintonía. Por lo tanto, el incesante fluir de las energías de la vida y de la conciencia a través de las formas es el constante precursor de un orden nuevo, un proceso ininterrumpido de redención que tiene lugar en el inmenso laboratorio de la Naturaleza tomando como base el más insignificante átomo químico del cual se nutre el más complejo cuerpo celular.

Veremos, pues, que hay una muy estrecha relación entre el principio redentivo que cualifica a todas las formas creadas con un tipo particular de luz y el proceso iniciático, el cual, por su naturaleza, es una representación vital de la vida del Creador tratando de ser consciente en todas y cada una de las formas creadas por el dispositivo infinito de su omniabarcante Conciencia. Ambos aspectos forman parte inseparable de un mismo Cuerpo de Misterios y el resultado de su intercomunicación es constante e invariablemente el mismo: infusión de luz en la sustancia, liberación del contenido sustancial de cualquier cuerpo celular y la conversión de dicho contenido en luz o éter cualificado. A medida que el éter que constituye la base sustancial o estructural del Universo va siendo utilizado se producen diversos efectos sustanciales en la vida de la Naturaleza y las formas representativas de las distintas especies en cada Reino son entonces más bellas y de más delicados tonos cromáticos. Las huestes angélicas que operan sobre dichas formas son asimismo de más elevada jerarquía y el enorme potencial desarrollado llega con el tiempo a unos extremos límites que abarcan las fronteras de los Reinos convirtiéndose en potentísimos clamores invocativos de tal elevada trascendencia que, tal como esotéricamente se dice, "... llegan a herir los delicados oídos del Señor" y exigen de ÉL una inapelable respuesta. Tal es el caso de la trascendente invocación que se elevó un día desde ciertos estratos superiores del Reino Animal y la respuesta del Señor, que a través de aquella sagrada hueste de AGNISHVATTAS que llamamos "Ángeles Solares", convirtió a los hombres animales en seres humanos o aquellas otras invocaciones de carácter individual surgidas del Reino humano y que convenientemente atendidas porlos Ángeles Solares, propician el paso del Alma humana al quinto Reino de la Naturaleza, el Reino de las Almas liberadas.

En el devenir del proceso de Redención considerado en su aspecto total, ha habido una infinita secuela de cambios de vibración o de ritmo operando sobre los cuerpos utilizados por las unidades de vida humanas y subhumanas con su inevitable consecuencia de incesante rotura y destrucción de formas que ha propiciado la liberación del espíritu en ellas contenido y la purificación del éter de la sustancia hasta determinar el adecuado punto de redención de la increíble cantidad de diminutas vidas dévicas especializadas que construyeron aquellas formas y que redimidas circunstancialmente del karma divino de su acción retornan al Éter primordial que constituye su vida, su morada y la fuente infinita de todas sus posibles expresiones. La Iniciación, sea cual fuere el nivel donde se produzca o realice, demuestra siempre determinado grado de cualificación de los éteres, la expresión de un destino de luz que se halla en la base mística de la Creación.

El Misterio iniciático de la Ascensión, al cual esotérica y místicamente se le concede una trascendente importancia, es la culminación en lo que a la vida humana se refiere del principio de Redención de la sustancia, estando debidamente representada por el fenómeno de agravitación mediante el cual los cuerpos físicos se tornan más ligeros por ser más liviana la composición etérica de los elementos que los constituyen y más pura y radiante la expresión de los centros de vida que habitan en tales cuerpos. Así, el Misterio de la Ascensión se fundamenta en la cualidad etérica de los elementos que constituyen las formas, pero sin olvidar que esta cualidad es esencialmente espiritual y obedece al grado de luz angélica que cada elemento físico ha logrado asimilar por efecto de las potentes invocaciones que se elevan del centro de vida espiritual, dinamizando el entero contenido de la forma y preparando a cada unidad de conciencia informante de no importa qué tipo de átomo químico, célula o estructura molecular para una nueva y más radiante luz.

La luz, desde el ángulo esotérico, es el elemento menos pesado del Cosmos; de ahí su aquilatamiento a la expresión del Espíritu, el cual carece absolutamente de gravitación. Podemos asegurar, de acuerdo con la interpretación del Misterio llamado de la Ascensión, que en el mismo el peso específico de la gravitación es cero y no existe en el Alma del Iniciado cualidad gravitatoria alguna. Ésta se convierte en luz y se eleva por encima de la Materia la cual, por sus condicionamientos kármicos, contiene toda posible gravedad y es precisamente por esta circunstancia el agente kármico en la vida expresiva del Logos.

Hay siempre una natural infusión de luz en la sustancia, teniendo en cuenta que la luz en todas sus posibles modificaciones es energía angélica expresada a través de infinitas y diversas jerarquías, viniendo determinada esta jerarquía por la sutilidad de la luz, la cual, siendo esencialmente etérica, entra en la composición de todas las formas.

Podemos asegurar que las actividades angélicas son rigurosamente científicas, debiendo ser catalogados como de científicos todos los fenómenos que se realizan en los éteres espaciales de la Naturaleza, aunque la Ciencia de nuestros días no se haya decidido a penetrar ampliamente en sus vastísimos e ignorados campos de expresión. Para nosotros, que prescindimos en absoluto de conceptos tradicionales, las poderosísimas energías ocultas que actúan en la vida de la Naturaleza y a través de todo cuerpo organizado de sustancia se hallan en la base misma de la Creación y el luminoso rastro de su poder puede seguirse observando atentamente y en profundidad cualquier hecho aparentemente sobrenatural o milagroso del cual se haya hecho eco la tradición o la historia religiosa de la humanidad. Tomemos, por ejemplo, la experiencia de "levitación" tal como la obtenían dos conocidos místicosespañoles, Juan de la Cruz y Teresa de Ávila. Ambos convenían, según referencias esotéricas que nunca trascendieron de los archivos secretos de la fe religiosa, que "... era levantado hacia arriba por los Ángeles" (Juan de la Cruz) o "... me sentía arrastrada hacia arriba por una fuerza espiritual que sólo los Ángeles pueden ejercer" (Teresa de Ávila). En ambos casos el sentido místico tradicional añadía nuevos elementos de juicio a los misterios de la fe y de la religión al aludir al concurso directo de ciertas fuerzas angélicas, aparte de las genuinamente individuales, que actuaban como consecuencia o bajo el rigor de una potente invocación motivada por la propia intensidad de la fe o del intento espiritual y que determinaba ciertos efectos físicos como el de la levitación o ascensión, o simplemente de los de pérdida de peso tal como ocurre en el caso de la mediumnidad corriente. Tales efectos vienen a corroborar nuestra afirmación de que el poder gravitatorio, en todas sus científicas expresiones, es una prerrogativa de estas fuerzas ocultas de la Naturaleza dévicas o angélicas. Estas fuerzas ocultas poseen la cualidad de comprimir y dilatar el Éter del Espacio utilizando los movimientos universales de contracción y dilatación del gran Corazón Solar del cual son, aparentemente, una misteriosa emanación. Se trata de una ley o un principio que rige también para el mundo espiritual en toda su grandeza y majestad y desde el principio de los tiempos la humanidad se ha sentido místicamente proyectada "hacia arriba", en dirección al Centro Coronario, o fatalmente "atraída hacia abajo", hacia el Centro de la base de la columna vertebral, siguiendo la fuerza centrífuga de la aspiración espiritual o la de gravitación centrípeta que procede de su naturaleza kármica.

Por todo ello, el proceso evolutivo de la humanidad será siempre la eterna lucha entre el poder gravitatorio inherente a todo tipo de sustancia material, o éter comprimido, y la cualidad ascensional que posee toda alma o expresión de conciencia en la vida de la Naturaleza a la eterna búsqueda del Paraíso perdido o de los Tesoros del Reino. En tiempos venideros, cuando la Ciencia haya logrado elevarse por encima de muchos de los conceptos actualmente considerados como fundamentales, algunos de los misterios ocultos serán revelados, especialmente el del símbolo esotérico de la CRUZ al que se le ha asignado un significado enteramente místico, cuando es el más valioso y dinámico elemento de comprobación del poder gravitatorio de la sustancia y de la natural tendencia a la agravitación que posee en esencia el espíritu creador del ser humano. En medio de ambas fuerzas, en el centro de este vórtice de energías centrípetas y centrífugas, el Alma humana o la de cualquier ser viviente de la Naturaleza, se hallará sujeta a la extraordinaria tensión provocada por aquellas tremendas fuerzas aparentemente antagónicas, pero que en realidad son complementarias y compensatorias que el Alma utilizará sabiamente un día para situarse en alguno de aquellos centros de equilibrio universal que esotéricamente llamamos Iniciación. Esta idea es sólo un leve indicio de las inmensas posibilidades que la Ciencia tiene a su alcance para introducirse en la vida religiosa y mística de la humanidad sin menoscabo de su integridad científica, utilizando solamente las leyes por todos conocidas y sobre las cuales ha ido estructurando todos sus principios, investigaciones y conocimientos.

El principio de gravitación ha de ser en lo sucesivo el gran aliado de la Ciencia, aun cuando ésta se decida a penetrar en los dominios de la Cuarta dimensión ya que la ley de gravedad actúa en todos los planos y niveles de nuestro Sistema Solar. El reconocimiento científico del "drama místico de la Ascensión" como un fenómeno puramente angélico realizado en los éteres y provocando ciertos resultados definidos en el espacio, aportará una nueva luz en la investigación de ciertos hechos históricos para los cuales no existe todavía una explicación satisfactoria en el orden científico. Tenemos un ejemplo de ello en la construcción de las Pirámides de Egipto. Las moles de piedra que las constituyen tienen un peso enorme y, sin embargo, están colocadas y ajustadas de manera tan perfecta como si "un poder viniendo desde arriba" las hubiese situado con tan rara y matemática precisión. No puede haber una explicación realmente científica acerca de la construcción de las Pirámides si no se admite la presencia de unas desconocidas y poderosas fuerzas antigravitatorias operando desde el centro mismo de las piedras y a partir de unos "espacios intermoleculares" con tendencias netamente centrífugas que poseen todos los cuerpos moleculares de la Naturaleza. Al llegar a este punto es donde el osado investigador de las leyes ocultas de la vida debe intentar penetrar en el misterio de los éteres, que es el misterio de la Cuarta dimensión, y tratar de descubrir allí el principio de la ley antigravitatoria de la sustancia, una ley que evidentemente conocían los grandes sacerdotes egipcios y cuyo poder les permitía mover a voluntad aquellas inmensas moles de piedra cúbica con las cuales fueron construidas las Pirámides. En el fondo de esta cuestión que ha intrigado a filósofos y científicos de todos los tiempos se observará siempre la existencia de un poder iniciático que permite la invocación y el control de ciertas fuerzas ocultas de la naturaleza, llámeselas devas o ángeles, que habitan el interior de las piedras y de otros minerales pesados y que, bajo el imperativo de ciertos mántrams, pueden operar sobre los espacios intermoleculares que son sus naturales habitáculos y dilatarlos a unos extremos en que sin que la piedra pierda su forma geométrica ni su volumen quede totalmente libre de peso. Se trata de un "poder que eleva", utilizando aquí una locución eminentemente mística, de un poder extraño aunque de orden natural que opera por grados de descompresión de los éteres y de los principios coherentes que rigen la vida de la sustancia. Así, un cuerpo en el espacio, por pesado que sea, puede elevarse o levitar cuando una fuerza más sutil a las científicamente conocidas [6] se introduce en el interior del campo molecular ensanchando sus espacios intermoleculares y produciendo por descompresión del éter y de la consiguiente dilatación del mismo una considerable pérdida de peso, al extremo que puede decirse que sólo existe éter en el interior de cada minúsculo centro molecular con la consiguiente liberación de las leyes de gravitación que rigen para todo cuerpo sustancial en el Universo. Podemos afirmar por extraño e inverosímil que parezca, que cualquier cuerpo geométrico ocupando un definido lugar en el espacio puede perder completamente su peso específico o cualidad gravitatoria sin que adopte forma distinta que la que por ley y orden de simetría le corresponde. Esta aparente contradicción o reversión de los principios universales de gravedad se explica, sin embargo, por el conocimiento esotérico de los planos o niveles de la Naturaleza. Estos planos se superponen por orden de densidad o de cualidad de los éteres que los componen, dotando a todo su contenido de una virtud específica y definida de acuerdo con su evolución, teniendo en cuenta que cada uno de tales planos desde el meramente físico al espiritual más trascendente y elevado, obedecen a las leyes de gravitación que condicionan el destino kármico de los Dioses creadores, que crean planetas, universos, constelaciones y galaxias. El principio de gravitación que da coherencia molecular a la sustancia es el mismo en todos los casos, aunque difieren enormemente los grados de densidad de los éteres cósmicos con que se construyen los mundos y los sistemas solares.

Insistimos en que "el Drama Místico de la Ascensión", considerado desde el ángulo esotérico de investigación de las fuerzas ocultas de la Naturaleza que operan en la sustancia material de todos los planos y a través de todo contenido molecular, es un fenómeno científico de levitación que se produce en el interior de un cuerpo físico cuya Alma o conciencia condicionante se halla bajo los efectos de una tremenda actividad creadora de expansión espiritual, ya se trate de un exaltado místico, de un perfectamente enfrenado yogui o del propio Cristo, ascendido a los Cielos "en cuerpo y alma", tal como reza la tradición religiosa, pero impulsados o impelidos por ciertas misteriosas corrientes de vida angélica que operan sobre la sustancia de dichos cuerpos determinando una inversión total de las leyes de polaridad. Sin embargo, sólo la incorporación de estas misteriosas fuerzas dévicas que rigen la expresión de la sustancia al campo experimental de la Ciencia, podrá aportar los elementos indispensables mediante los cuales todos los fenómenos extraños, sin aparente y lógica explicación, tales como los hechos sobrenaturales o milagrosos, adquirirán un carácter rigurosamente científico y una explicación realmente válida y consecuente.

 

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[1] La Tetrakys Pitagórica [regresar]

 

[2] La Según se nos dice esotéricamente nuestro Sistema Solar visto desde los niveles cósmicos tiene FORMA HUMANA. En ciertos cultos religiosos primitivos, tales como los que efectuaban los antiguos sacerdotes atlantes y los grandes sacerdotes egipcios, se situaba en el centro del culto y como deidad reverenciada encima del altar a la figura del HOMBRE, ya que según ellos era la medida exacta del Universo y cada uno de los órganos de su cuerpo correspondía perfectamente con todos los planetas y demás cuerpos celestes. [regresar]

 

[3] El volumen II de este Tratado, "ESTRUCTURACION DÉVICA DE LAS FORMAS" trata ampliamente todos estos temas, con aportación de dibujos y sus correspondientes explicaciones esotéricas. [regresar]

 

[4] El "AUM" es representativo de misterios menores, corresponde al "HÁGASE LA LUZ" de los textos bíblicos y al "AMEN" de los cristianos es expresión de:

A. El principio mental inferior (Reino animal).

U. El principio ASTRAL, EMOCIONAL o psíquico (Reino vegetal).

M. El cuerpo físico, que no es un principio (Reino mineral).

El OM es representativo de MISTERIOS MAYORES por cuanto es expresión de la vida espiritual del Alma misteriosa de la Divinidad, oculta pero eternamente presente en el centro místico de toda cosa creada, siendo únicamente consciente en el hombre y caracterizando al Reino humano. [regresar]

 

[5] OM MANI PADME HUM, es el más sagrado de los mántrams conocidos. Cada sílaba de esta frase tiene un significado oculto y está relacionado con las Siete Jerarquías Angélicas del Universo. El OM solar y el AUM de la manifestación cíclica son solamente aspectos de este Mántram original. [regresar]

 

[6] Energía del primer nivel etérico del plano físico, denominado esotéricamente subplano atómico. [regresar]