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Vicente Beltrán Anglada

 

L.T.V., en reconocimiento sincero de la absoluta filiación espiritual que trasciende el Karma y su infinita secuela de muertes y nacimientos…

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Conversaciones Esotéricas


CAPÍTULO IV: LA MAGIA DEL QUINTO REINO

El tema que va a constituir la base de nuestra conversación de hoy está directamente relacionado con la aplicación correcta de la Magia, es decir, con la Magia Blanca, y se refiere muy concretamente a la vida del Quinto Reino de la Naturaleza, aquel que Cristo definió como “el Reino de los Cielos”. Esta Vida Omniabarcante del Quinto Reino, profundamente mística y esotérica, está constituido por todas aquellas gloriosas Entidades espirituales, antiguos miembros de nuestra Humanidad terrestre, que lograron acceder a la gloria de la Liberación tras haber consumado su destino kármico como seres humanos aquí en la Tierra.

Pero, antes de orientar definitivamente nuestra conversación hacia este interesante, subjetivo y místico tema, debo hacerles ciertas obligadas y necesarias recomendaciones, las mismas que preconizaba el Gran Señor BUDDHA a todos los sinceros investigadores de la Verdad: “…que no hay que creer ni aceptar idea alguna, palabra o consejo por el sólo hecho de oírlas de boca de alguien a quien consideramos una autoridad espiritual, qué no hay que creer ciegamente lo que se halla escrito en los libros sagrados de no importa qué religión, filosofía o credo porque se nos haya dicho que fueron escritos por hombres sabios, o inspiraciones verbales de la propia Divinidad a algún inspirado Santo, ni aceptar las grandes fantasías de los artistas porque se afirme que fueron inspiraciones de los Devas; tampoco hay que creer en las tradiciones del pasado basándose en su antigüedad, ni en las mil hipótesis que pueda formular nuestra mente sobre algún determinado aspecto de la Verdad, sino que hay que aceptar únicamente aquello que nuestro ser interno admita irreservadamente como verdad y venga avalado por la aquiescencia de nuestro corazón en forma total, desapasionada y libre”. Sólo poniendo en práctica estas recomendaciones con absoluta responsabilidad podremos abordar conjuntamente el tema del Quinto Reino de la Naturaleza y extraer del mismo todos los significados que nos sea posible para poder aplicarlos luego prácticamente en el devenir de nuestra existencia cotidiana.

Vamos a iniciar nuestra conversación siguiendo como siempre las obligadas reglas de la analogía, adaptándonos a las leyes de la evolución que rigen para todos los Reinos de la Naturaleza y considerando a cada uno de ellos como la gloriosa manifestación de un Arquetipo de perfección que la Divinidad se ha propuesto realizar en el incesante devenir de Su existencia universal, es decir, un sublime e indescriptible intento de expresar por medio de formas cada vez más armoniosas y bellas las altas cualidades de su Alma y reconocer, al propio tiempo, que el término místico de Sendero utilizado al cualificar la línea de luz que va del corazón del hombre al Corazón inmortal de la Divinidad, puede ser aplicado a todas las almas vivientes, sea cual sea el Reino al cual pertenezcan y las definidas especies dentro del mismo donde realizan sus particulares evoluciones. Hay que aceptar la idea de Jerarquía espiritual y sus definidas funciones en la evolución de cada Reino como un HECHO consubstancial con la vida mística de la Naturaleza y como una explicación racional y científica de las leyes inmutables que rigen la evolución total del Universo. Así, pues, el Quinto Reino o Reino de las Almas Iluminadas, debe ser aceptado como un hecho natural, lo mismo que aceptamos de acuerdo con la evolución de las especies que hay una progresión constante e ininterrumpida de la Vida de la Naturaleza que se eleva del Reino mineral al Reino vegetal y de éste al Reino animal. La Humanidad, el Cuarto Reino, se halla situado así virtualmente en el centro mismo de la evolución planetaria y parece ser, lógicamente, que tiene asignada la misión de preparar la conciencia del Reino animal para que un día pueda obtener conciencia humana y, como un supremo deber divino en la vida de la Naturaleza tiene ante sí, como meta suprema de todas sus aspiraciones, elevar la conciencia al Quinto Reino y convertirse en un ciudadano del mismo, es decir, en un Alma Iluminada. Desde el ángulo de vista espiritual o del desarrollo de la conciencia, la Jerarquía planetaria constituida por todos los Seres espirituales que trascendieron la existencia humana constituye el Centro OMEGA de todas nuestras más elevadas aspiraciones y sublimes anhelos. Admitida esta idea, cabe preguntarse... ¿Cuál es la misión asignada a este maravilloso Reino espiritual?, ¿a qué extrañas e insondables razones de vida obedece?

Podríamos decir que el Quinto Reino es una etapa más avanzada dentro de las líneas universales de la evolución y que la misión más definida de sus ciudadanos, de acuerdo con nuestros estudios esotéricos, es preparar a la humanidad para que pueda introducirse conscientemente en la esfera inmaculada de luz, amor y poder del Reino que representan. Para lograr tal objetivo -y siguiendo una antiquísima regla esotérica denominada Iniciación- las unidades de vida humana cuyas conciencias están mucho más avanzadas que las del resto de la humanidad y se ajustan a ciertos obligados requisitos técnicos, éticos y espirituales, son introducidas progresivamente en el Reino de las Almas Iluminadas y con el tiempo llegan a convertirse en Hombres perfectos, en Aquellos a los cuales la tradición esotérica y mística denomina Adeptos o Maestros de Compasión y de Sabiduría. Las oportunidades ofrecidas y las perspectivas abiertas hacia ese trascendente estado de evolución que se extiende de lo humano a lo divino, son idénticas para todos los seres humanos. La conocida frase bíblica “...Muchos son los llamados pero pocos los elegidos”, da únicamente razón de la dureza de las pruebas y las disciplinas a las que deberán ajustarse aquellos que “ardientemente deseen alcanzar el Reino de los Cielos”. La Ley divina expresa la Voluntad de que todos los hombres lleguen a ser perfectos; la perfección no pertenece sin embargo a Dios sino al hombre que es el que debe realizar el necesario esfuerzo y someterse en cuerpo y alma -tal como místicamente se dice- al ejercicio de la Ley infinita de Salvación.

En nuestra conversación de hoy no nos referiremos a las exigencias sociales a las cuales todo ser humano debe ajustarse y cuyo cumplimiento perfecto adopta en nuestros estudios esotéricos el término místico de “discipulado”. Este tema lo desarrollaremos más adelante, en una conversación posterior, ya que lo que nos interesa fundamentalmente en la de hoy es clarificar hasta donde nos sea posible la idea del Quinto Reino de la Naturaleza o de la Jerarquía espiritual de nuestro mundo.

EL REINO ESPIRITUAL

Entrando definidamente en el tema cabía preguntarse: ¿Tenemos alguna idea acerca del Reino espiritual? Y si la tenemos, ¿cómo enfrentamos su mística realidad? Y en caso de que tengamos dudas acerca de su existencia... ¿Cómo podríamos planteamos racional y científicamente el problema de la evolución con respecto a todos los Reinos de la Naturaleza? ¿O es que creemos quizás que la vida universal o la de la Naturaleza en la prodigalidad de sus especies, conocidas y desconocidas, se extingue o que culmina en el Reino humano? Para mí la vida del Quinto Reino, o Reino espiritual, es algo más que una mera hipótesis, la considero por el contrario, como una Realidad viva y hasta cierto punto tangible, así como la clave substancial de la existencia humana y el centro de resolución de todos los problemas y situaciones sociales conflictivas que está enfrentando la humanidad. No obstante esta serena convicción, aceptada y mantenida por otros muchos miles de seres humanos, les remito a lo dicho al principio de esta conversación, es decir, que no acepten nada de los que les vaya diciendo si no es con la plena y total aquiescencia de sus mentes y corazones. Los puntos obscuros acerca de la Jerarquía espiritual, o Quinto Reino, como por ejemplo su instauración en el planeta, algunas de sus funciones específicas en relación con los demás Reinos de la Naturaleza, la presentación de ciertos excelsos Seres dentro de las funciones jerárquicas, cuyo origen se pierde en las insondables profundidades cósmicas y surgen como Centros de Vida Iluminada y como Promotores Celestes de evoluciones y civilizaciones perdidas en las indescriptibles oquedades de la historia de nuestro planeta, deben quedar naturalmente sujetos al examen impersonal nacido de una duda realmente inteligente. Estoy seguro, sin embargo, de que alguno de tales puntos quedará ampliamente clarificado con tal que apliquemos correctamente el principio hermético de analogía, exigido en toda investigación de carácter esotérico.

Partiendo de estas premisas de base voy a someter a la consideración de ustedes lo más clara y sencillamente que me sea posible una explicación acerca del principio de Jerarquía, el cual constituye una de las normas evolutivas dentro del gran complejo universal en donde vivimos inmersos. Se trata fundamentalmente de reconocer dicho principio actuante en el Quinto Reino en el sentido de “guía, dirección y plan organizado” con respecto a la humanidad y como una consecuencia inevitable de la ley de evolución tal como aparentemente se lleva a cabo en la totalidad del Sistema cósmico. Jerarquía implica, lógicamente, poder, guía, autoridad y reconocimiento de la necesidad de un orden universal. En el aspecto esotérico implica, además, regeneración, redención y servicio creador, es decir, técnicamente MAGIA organizada. Cuando aplicamos tales cualidades a nuestra Jerarquía planetaria tenemos en cuenta “el inmenso clamor invocativo” que se eleva de los Reinos inferiores exigiendo redención o liberación e “hiriendo los Oídos del Señor” y la respuesta de la Divinidad en forma de Enviados Celestes, cualificando así la Doctrina de los Avatares, de los Magos Supremos del Universo. Se produce entonces una enorme crisis de valores substanciales dentro del contenido planetario y, analógicamente, una creciente expansión de los poderes espirituales latentes en cada uno de los estratos o niveles de conciencia de donde arranca “el clamor invocativo” y en donde se desarrollan y tienen su campo de expresión los tres primeros Reinos de la Naturaleza. La crisis iniciática que centralizó el potente clamor invocativo que se elevaba de los estratos superiores de conciencia en el Reino animal, tuvo lugar en nuestro planeta hace unos diecinueve millones de años, según unos cómputos de tiempo esotéricamente facilitados, pero que seguramente jamás podremos comprobar. Sus consecuencias, sin embargo, fueron tremendas ya que, al parecer, todas las energías de la Naturaleza fueron dinámicamente estimuladas y dirigidas hacia aspectos superiores de vibración y sensibilidad hasta aquel momento ocultos en los profundísimos e ignorados repliegues de la vida de los Reinos, allí, en donde se nos dice, se opera la Gran Alquimia Mágica que produce Redención.

LA RESPUESTA DEL SEÑOR

El clamor invocativo o Nota típica de la evolución que procedía de los tres primeros Reinos, animal, vegetal y animal, tuvo en este último un carácter supremamente decisivo ya que, utilizando nuevamente una frase muy simbólica “llegó a herir muy vivamente los Oídos del Señor” y a evocar de ÉSTE una respuesta asimismo supremamente intensa que modificó sensiblemente la Faz de la Tierra. La respuesta del LOGOS SOLAR fue la instauración de la Jerarquía Espiritual en nuestro planeta, es decir, el Reino de Dios y de Su Justicia, hasta aquel momento desconocido e irrevelado por cuanto el planeta en su totalidad no había manifestado todavía un ansia suprema de redención. Veamos ahora algunas de sus particularidades y consecuencias positivas inmediatas. Se nos dice esotéricamente que el Logos planetario de nuestro Esquema Terrestre encarnó místicamente en la Tierra por medio de Aquel indescriptible y excelso Ser conocido en la literatura teosófica como SANAT KUMARA, o Señor del Mundo, Quien asumió la tarea de conducir la evolución planetaria y el ritmo de la vida espiritual “en forma personal y directa” -si es que podemos utilizar semejante expresión tan aparentemente limitadora. Se nos dice también, y apelo aquí al sentido intuitivo que hayan logrado ustedes desarrollar, que SANAT KUMARA es un exaltado adepto procedente de la Gran Logia Espiritual del planeta Venus que aceptó limitar los inconcebibles poderes de Su indescriptible Conciencia para adaptarlos a la expresión etérica de la Tierra a fin de proveer al Logos planetario de un Cuerpo sutil o Vehículo de materia radiante mediante el cual y en virtud de las extraordinarias capacidades de Síntesis que poseía, pudiese establecer contacto consciente con su Cuerpo de expresión física, nuestro planeta. Aquí podrán ver ustedes de nuevo reflejada la eterna analogía del simbolismo del Cáliz y del Verbo. SANAT KUMARA, encarnando el triple Sonido universal A.U.M. ofrece el Cáliz de Sus radiantes Vehículos al Logos planetario, Quien es una expresión espiritual del O.M. Solar, el Verbo de Revelación, de la misma manera que el Maestro Jesús ofreció su triple Cuerpo purificado para que lo habitara el Cristo. La personalidad humana, o alma en encarnación, ofrece asimismo su triple vehículo de manifestación, la mente, el cuerpo emocional y el cuerpo físico para que pueda morar allí el Yo superior o Alma solar...

Como consecuencia de la instauración de la Jerarquía espiritual sobre la Tierra, fue acelerado el ritmo o capacidad vibratoria de los elementos etéricos de la Naturaleza con sus consecuentes repercusiones en el devenir de la evolución planetaria como un todo. Por ejemplo, el Reino mineral desarrolló un poder hasta aquel momento dormido en sus profundas entrañas y sufrieron tan tremendas modificaciones las líneas estructurales de los elementos químicos que constituían la materia de aquel Reino que algunos de ellos se volvieron “radioactivos”. El Reino vegetal elevó asimismo su grado de sintonía o de sensibilidad y -tal como esotéricamente se nos dice- la Tierra floreció al paso de los Dioses”. El suelo se cubrió de un color verde hasta aquel momento desconocido, ya que existía solamente en los niveles arquetípicos del Reino; aparecieron asimismo flores de rara y desconocida belleza y algunas unidades de este Reino vegetal adquirieron cierta sensibilidad psíquica. En el Reino animal el impulso de vida de la recién constituida Jerarquía fue tan extraordinario y generó tal potencia expansiva que un gran número de hombres-animales, o animales de evolución semiconsciente, productos selectivos del tercer Reino, pasaron por una potentísima crisis iniciática y convirtiéronse en seres humanos, en aquellos que en su totalidad y en el transcurso de las edades conoceremos como la Humanidad, el Cuarto Reino de la Naturaleza.

Al llegar a este punto de nuestra conversación podemos decir que nos hemos introducido ya profundamente en el tema de la Jerarquía planetaria, ya que fue como resultado directo de su instauración aquí en la Tierra que vino el Reino humano a la existencia. El fenómeno de la INDIVIDUALIZACIÓN, el proceso mágico o alquímico mediante el cual el hombre animal pudo adquirir mente razonadora y vida autoconsciente es en realidad una Iniciación, un Misterio sagrado revelado por el Ser divino Creador de nuestro Planeta. El término Iniciación, aplicado frecuentemente en nuestros estudios esotéricos, implica siempre luz, redención y ascensión, toma de conciencia en otro nivel, en otro Plano o en otro Reino, la aceleración del ritmo vibratorio y la participación consciente en ciertos Misterios de orden cósmico.

Desde tal punto de vista resulta lógico suponer que el Reino de las Almas Liberadas, o Quinto Reino, es la meta inmediata de la evolución psicológica de los seres humanos, el nivel de ascensión requerido para todas aquellas unidades de conciencia dentro de la humanidad que alcanzaron cierto grado de integración espiritual que les permite “ser admitidos” -siquiera con carácter de prueba- en alguna de las Escuelas de Misterios de la Jerarquía, para aprender allí las técnicas precisas y los requeridos conocimientos espirituales que les posibilitará en un futuro más o menos lejano, acceder a la Iniciación en uno u otro de aquellos sagrados Misterios. Los esfuerzos requeridos de aproximación a los posibles Centros iniciáticos de la Jerarquía están muy claramente señalados en el significado místico del término SENDERO, sobre el cual están tácitamente de acuerdo todas las grandes religiones del mundo. Técnicamente podríamos añadir que SENDERO es la línea ascensional de luz que arranca del corazón o de la mente de los seres humanos y tiene su punto de confluencia en el centro coronario o “Loto de mil pétalos”, localizado en la parte superior de la cabeza. Que unos arranquen en sus pesquisas a partir de sus sentimientos místicos y que otros lo hagan siguiendo unas líneas netamente mentales, el objetivo a alcanzar será siempre el mismo, la integración de los aspectos psicológicos reconocidos y un contacto consciente con la parte superior o espiritual desconocida. El resultado final será de “fusión” con determinados niveles superiores del propio Reino o de contacto con otro Reino superior.

Bien, en nuestra conversación de hoy hemos tratado de investigar las razones que según tradiciones esotéricas de la más lejana antigüedad y basadas en las leyes inmutables de la Magia organizada de la evolución, concurren en la identidad, expresión y características del Quinto Reino de la Naturaleza. Nos hemos introducido así en aquello que místicamente denominamos “los Vestíbulos de la Casa del Padre”, los lugares sagrados en donde el Hijo pródigo, el alma humana, es aleccionada en los Misterios de la propia Divinidad y aprende las técnicas de aproximación y de contacto con los mismos para adquirir finalmente la requerida capacidad de fusión o de unión que ha de convertirla en un Iniciado, en un ciudadano plenamente consciente del Quinto Reino de la Naturaleza, es decir, en un Miembro cualificado de la Jerarquía espiritual planetaria.


Pregunta: ¿Podría ser usted algo más explícito o concreto acerca de esta Jerarquía planetaria, o Quinto Reino de la Naturaleza, decirnos, por ejemplo, cómo está constituida y cómo funciona internamente?

Respuesta: Esta pregunta es muy interesante y su amplia temática será desarrollada en una próxima conversación. Pero, de momento, puedo adelantarle que la Logia Blanca de nuestro planeta, nombre bajo el cual es conocida esotéricamente también la Jerarquía planetaria, está formada por una Corporación de exaltados Seres espirituales agrupados en orden a jerarquías alrededor de SANAT KUMARA, el Señor del Mundo, al Cual ya hicimos referencia durante el curso de nuestra conversación. Esta Corporación de Almas Iluminadas está constituida en orden a niveles de evolución espiritual de los Miembros de esta Fraternidad, la cual se extiende desde el propio SANAT KUMARA al más humilde Iniciado, pasando por los grandes Buddhas esotéricos y exotéricos, por los grandes Guías de Departamento, por los poderosos Chohanes de Rayo, por los Maestros de Compasión y de Sabiduría, inmediatos Guías de nuestra evolución terrestre y por una infinita gradación o jerarquía de Ángeles o Devas que participan asimismo de las tareas ejecutivas que lleva implícitas el proceso evolutivo de la Naturaleza.

¿Cómo funciona internamente dicha Jerarquía? Funciona internamente, y ahí se halla el más sagrado de los Misterios, según los imperativos del Amor, de la Verdad y de la Justicia. Cada uno de Sus miembros cumple una parte determinada o específica dentro del Plan sabiamente estructurado por la Divinidad planetaria y su ejercicio abarca la totalidad evolutiva del planeta Tierra con sus Reinos, Razas, Especies, Jerarquías dévicas y el incalculable número de criaturas que viven en las sutiles dimensiones del Espacio y llenan con sus pequeñas aunque importantes vidas las ideas creativas de la Divinidad, a partir del increíble universo de los elementos químicos y el complejo mundo de los átomos. Nuestra conversación de hoy no ha permitido extendernos mucho acerca de las Jerarquías y de las funciones jerárquicas. Más adelante, sin embargo, deberemos volver sobre el tema del Quinto Reino y enfocar nuestras conversaciones sobre la oculta organización de la Jerarquía y del trabajo creador que realizan Sus miembros, de acuerdo con sus tipos de Rayo y el grado de evolución alcanzado a escala cósmica...

Pregunta: Usted se ha referido a los Chohanes de Rayo. ¿Podría decirnos a qué se refiere exactamente cuando habla de los mismos? ¿ Qué son los Chohanes? ¿Qué son los Rayos?

Respuesta: El tema de los Siete Rayos, que lógicamente deberá abarcar la idea de los Chohanes de Rayo, es muy extenso y está previsto para una serie de conversaciones posteriores. Sin embargo y concretando lo máximo posible, le diré que los Siete Rayos son unas corrientes de energía que arrancan del Corazón místico de la Divinidad solar y se proyectan en el Universo creando todo su contenido mental, emocional y físico, todas las situaciones psicológicas, todas las oportunidades cíclicas y el impulso total de la evolución. Con respecto a los Chohanes de Rayo debo decirle, de acuerdo con la sabiduría esotérica, que son los Guías responsables de la expresión de estos Rayos en la evolución espiritual del planeta y que cada uno de ELLOS se halla ubicado en una u otra de aquellas poderosas energías de los Rayos e íntimamente relacionados con alguno de los Siete Logos planetarios, Señores de los Siete planetas sagrados, siendo tales planetas los Cuerpos de expresión de aquellos Rayos. No puedo ser más explícito en estos momentos; lo dicho es sólo un débil fragmento del inmenso campo de estudio de los Rayos al cual dedicaremos nuestra atención próximamente.

Pregunta: ¿ Tienen que ver las funciones psicológicas de la Jerarquía planetaria con la idea de Magia Blanca a que usted se refirió en pasadas conversaciones?

Respuesta: Evidentemente la tienen y en forma total, ya que tales funciones están relacionadas con la expansión correcta de la energía de los Rayos de la Divinidad solar con destino a nuestro planeta, con la misión definida de crear formas para que puedan expresarse las almas en cualquier Plano, Reino o Dimensión de la Naturaleza. Tal como dijimos en una parte de nuestra conversación, existen unos Maestros dentro de la Jerarquía con la misión de atender la evolución del Reino mineral, otros lo hacen con respecto al Reino vegetal y otros con el Reino animal. El Reino humano tiene también sus Guías Jerárquicos, cuya misión definida es ennoblecer constantemente la conciencia de los hombres y llevarles progresivamente a aquel místico y espiritual Sendero que va “de la oscuridad a la Luz, de Lo irreal a lo Real y de la muerte a la Inmortalidad”. Tales son algunas de las funciones psicológicas -si podemos decirlo así- de la Jerarquía planetaria.

 

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