Capítulo XXXII

 

La Taumaturgia, una experiencia del AGNI YOGA

 

 

No vamos a introducirnos naturalmente en discusiones sobre el arte de curar, ya que ese tema precisaría un volumen completo, sino que vamos a analizar simplemente algunas de las características a resaltar en el discipulo que logro establecer contacto con determinado nivel del plano búdico. Una de las mas interesantes -por las consecuencias sociales que reportan en el seno de la humanidad- es el poder de la TAUMATURGIA... Ahora bien, ¿qué es técnicamente hablando la aumaturgia? Es el poder de la energía superior del plano búdico expresandose como poder magnético y curativo a través del fenómeno cientifico de la "radiación". Desde este ángulo de vista podemos asegurar que el Taumaturgo ha de ser lógicamente un Iniciado, capaz de establecer contacto con el plano búdico y de producir conscientemente el fenómeno de radiación espirítual, estableciendo a su alrededor un campo magnético de alta tensión vibratoria que influye física, psíquica y mentalmente en todas las personas que entran en su campo de expresión. Las energías espirituales que fluyen a través del aura del discípulo son esencialmente de orden curativo y de carácter mágico y trascendente, ya que proceden de unas zonas del espacio absolutamente inócuas y asépticas a cualquier forma de contaminación ambiental y a cualquier tipo de virus o de bacteria que producen enfermedades. Podemos decir al respecto que el contenido etérico del plano búdico es de tal naturaleza que carece de polaridad reconocida -al menos desde el ángulo de apreciación de nuestro cerebro tridimensional- y que su composición atómica es técnicamente de Luz, aunque de una Luz cuyas características nada tienen en común con la luz eléctrica conocida, ni tampoco con la luz de la razón, del raciocinio o del entendimiento. Se trata de una Luz que brilla más intensamente que toda clase de luz ya que sus componentes -si puedo decirlo asi- proceden de unos niveles en donde el principio de polaridad se halla debidamente compensado y equilibrado y en donde, hablando con mucha propiedad, no existen reacciones de ningún tipo ni especie... El plano búdico es aquel nivel dentro del Sistema solar en el que el Logos de nuestro Universo ha logrado establecer el centro de equilibrio de su Vida radiante. Es aquel plano -hablando muy esotéricamente- en el que el Cuarto Rayo, el de la perfecta armonía, se expresa sin tensiones y sin conflictos, que es lo que precisamente ocurre cuando sus energías son proyectadas sobre los tres planos inferiores del Sistema solar, es decir, el Físico, el Astral y el Mental concreto. La comprensión de esta idea permitirá introducirnos en analogías superiores a las ya anteriormente conocidas, como por ejemplo, situar el Cuarto Plano de nuestro Universo, es decir, el Plano búdico, en una situación de intermediario cósmico de las energías que provienen de los Planos superiores del Sistema, el Plano Atmico, Monádico y Adico y aún de Constelaciones todavía más rutilantes y trascendentes que las que constituyen nuestro Zodíaco conocido y sobre las cuales se basa principalmente la idea esotérica sobre "los Doce Trabajos de Hércules" a los que hicimos referencia en capítulos anteriores. Podríamos decir, así, que el Plano búdico, como Cuarto Plano de nuevo Universo tiene la misión de canalizar las energías del Cuarto Rayo, de la Armonía perfecta, sobre nuestro Universo, siendo su poder muy dinamico e influyente cuando debe incidir en planetas y grupo de planetas que se hallan atravesando o recorriendo el proceso cíclico de su Cuarta Ronda, tal como ocurre precisamente con nuestra Tierra, cuyos impactos han provocado una crisis de orden y reajuste dentro del Cuarto Reino, el reino humano, de tal naturaleza, que forzosamente ha de propiciar el establecimiento de una perfecta armonía de relaciones sociales y comunitarias, contando lógicamente que los aspectos superiores y trascendentes del Cuarto Rayo lograrán vencer todas las tensiones y crisis existentes.

 

Bien, nos hemos referido al término TAUMATURGIA bajo un aspecto poco conocido, el de la Radiación magnética, siendo este fenómeno teúrgico una cualidad que sólo pueden verificar los verdaderos discípulos e Iniciados, siendo sus efectos en los medios circundantes, sociales, comunitarios, profesionales o familiares tremendamente importantes desde el ángulo de vista esotérico, ya que no solamente pueden actuar sobre los diversos tipos de enfermedades físicas que asolan el aura de salud del planeta, sino que también lo harán en los niveles psíquicos y mentales determinando allí grandes y positivos cambios y transformaciones, ofreciendo no sólo salud y bienestar en el plano físico, sino también modificaciones sensibles en los demás niveles de expresión corriente del ser humano en el interior de su complejo campo psicológico.

 

Hay que hacer resaltar, por tanto, el valor del término TAUMATURGIA asignandole un sentido muy amplio y profundamente esperanzador, singularmente en lo que hace referencia a la armonía que se desprende espontáneamente de un campo magnético humano debidamente equilibrado y compensado, sobre el cual se proyectan y al propio tiempo se difunden las energías crísticas del Cuarto Rayo. Digo "energías crísticas" con una intención deliberada de atraer la mente de los lectores hacia el Centro cardiaco, el cuarto de los centros etéricos, y cuya función dentro del vehículo etérico humano es similar a la del plano búdico en relación con los demás planos del Universo... Tal es, en efecto, la misión del Taumaturgo, derramar armonía sobre los ambientes planetarios en los que por libre decisión kármica vive inmerso. Hay que afirmar por ello, y cada vez con mayor insistencia, la importancia del Corazón como vehículo del Amor trascendente y no simplemente como transmisor de corrientes emocionales, por elevadas que éstas sean. Tal como dije en páginas anteriores, el Corazón es el dilatado escenario en donde Hércules, el discípulo perfecto, esta desarrollando el Drama infinito de su realización espiritual. No en vano el corazón es el vehículo de las corrientes de energía búdica una vez ha sido debidamente desarrollado, o cuando "Cristo en ti, esperanza de Gloria" -tal como lo vio Pablo, el Apostol Iniciado- surge esplendorosamente desde su centro más intimo y secreto como la Joya en el Loto, rodeada de los doce pétalos o doce discípulos, representantes universales y directos de las Doce Constelaciones del Zodiaco.

 

Como iremos apreciando, la analogía nos presenta constantemente las fúlgidas verdades espirituales bajo símbolos humanos perfectamente reconoscibles, siendo el fenómeno de radiación que produce o determina el TAUMATURGO el motivador de otra de las importantes consideraciones a hacer con respecto al AGNI YOGA, y que tiene que ver con lo que podríamos denominar "transmutación del contenido celular". Examinemos siquiera brevemente esta importante cuestión. El conjunto atómico que constituye cualquier tipo de organismo humano se halla coloreado todavía por los efectos kármicos, siendo el karma la expresión de una realidad planetaria que está tratando de imponer una ley y un ritmo determinado en la vida de la Naturaleza. Llámesela a esta realidad existente Logos planetario, SANAT KUMARA o Señor del mundo, un hecho es cierto y evidente. Este trascendente e indescriptible SER, en su inmensa y dilatadísima esfera de manifestación cíclica, se halla también evolucionando y nuestro planeta, que no es "un planeta sagrado", con todo su contenido celular está absolutamente coloreado por el Karma y está sumido todavía dentro del gran conflicto de las altas decisiones planetarias. De ahí la importancia asignada a nuestra Era de acuerdo con la actividad de los discípulos mundiales, los cuales deben cumplir una misión muy definida dentro del gran campo conflictivo de la humanidad, cual es la de reducir las tensiones ambientales y producir una gran catarsis de gigantescas repercusiones planetarias, ofreciéndose generosamente y sin reservas al servicio del Plan que los Maestros conocen y sirven, e invocando merced a sus especiales dotes y capacidades espirituales desarrolladas, las corrientes de energía específica provenientes de los dilatados e infinitos espacios cosmicos, cuya cualidad oculta ha de producir una profunda transmutación dentro de la ingente cantidad de elementos químicos sujetos todavía a la acción condicionante del karma. Esta transmutación es inevitable en la vida de los discípulos mundiales, quienes tienen que cumplir una misión muy definida dentro del campo conflictivo mundial, insistiendo de nuevo sobre este punto, primero en sus cuerpos expresivos, la mente razonadora, la sensibilidad psíquica y el cuerpo físico, para abrirlos definitivamente a la actividad espiritual más elevada, eliminando de ellos todos aquellos compuestos moleculares sujetos todavía a la acción del proceso kármico inferior y extendiendo después estas actividades al conjunto social inmediato... ¿Es posible, desde este ángulo de vista, que podamos apreciar la relación que existe entre el término karma y los conjuntos atómicos, celulares y moleculares de tipo inferior que condicionan todavía y en gran escala las expresiones sociales y psicológicas de los seres humanos? He aqui la cuestión a resolver que se les presenta no sólo a los discípulos juramentados, sino también a los aspirantes espirituales y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad del mundo: reducir las tensiones ambientales y producir orden y armonía dentro de sus vehiculos expresivos. La buena voluntad y el deseo de bien pueden resolver favorablemente la primera cuestión, la segunda es de mas amplios e incluyentes alcances y de más elevada trascendencia, ya que tiene que ver directamente con el fenómeno de Radiación al que nos hemos referido y al que deberíamos referirnos constantemente al hablar del AGNI YOGA, una posibilidad que se halla, sin embargo, al alcance de todos los aspirantes del mundo capaces de interpretar debidamente los signos de los tiempos los que nos hablan de las grandes oportunidades espirituales de nuestra Era. La Radiación, no lo olvidemos, es un resultado de la transmutación oculta que tiene lugar en cada uno de nuestros vehículos, expulsando conjuntos atómicos de carácter negativo, según el orden de la evolución, y absorbiendo del éter del espacio aquellos otros dotados de tal tremenda vitalidad que al penetrar en el interior de las células orgánicas producen Desintegración y Radiación, un fenómeno directamente relacionado, tal como veíamos anteriormente, con el de la desintegración del átomo en una explosión de tipo nuclear.

 

Los efectos de tal explosión -si puedo expresarme de esta manera- son la desintegración de los conjuntos atómicos movidos por la acción del karma y el estallido en cadena transmitido de vehículo en vehículo permite la liberación de la energía pura contenida dentro de cada elemento químico y produce la actividad de radiación magnética, muy similar en sus efectos como veíamos antes al científicamente definido como de radioactividad. En ambos casos, la explosión viene determinada por un potentísimo choque o fricción, en el primer caso el núcleo del átomo es bombardeado por neutrones, la parte del átomo sin carga eléctrica alguna, aunque de potencia extraordinaria capaz de producir la rotura del mismo y la liberación de la energía contenida en su núcleo vital, en el segundo los conjuntos atómicos que constituyen las células orgánicas son bombardeadas -permítanme Uds. esta expresión tan aparentemente inadecuada- por unos conjuntos atómicos de caracter absolutamente neutros y puros procedentes del plano búdico, determinando la liberación de la energía espiritual contenida en su interior y pro duciendo el fenómeno de Radiación. Como verán, el proceso puede ser examinado dentro de un plano común de acuerdo con el principio universal de analogía, aunque teniendo en cuenta el nivel específico en que tiene lugar. Pero, la impor tancia del argumento es obvia cuando estamos tratando de comprender el misterio de la Transmutación alquímica -tal como intentaban realizarla los esoteristas del pasado y aplicarlo científica e íntegramente en el devenir de los tiempos actuales. La presencia de las particularidades psicológicas y no simplemente orgánicas en la raíz mística del proceso de Transmutación que da origen al fenómeno de Radiación, hace que el esoterista de nuestros días le preste al tema una atención cada vez más profunda y sostenida.

 

Así, pues, cada vez que examinemos los aspectos principales inherentes a la vida del TAUMATURGO, los veremos implícitos fundamentalmente en el fenómeno de Radiación magnética y espiritual que se realiza a través de sus vehículos, debidamente transmutados y purificados al extremo de permitir irradiar átomos búdicos y energía superior procedente de los planos de armonía suprema de nuestro Universo, cuya esencia es curativa en cada uno de los niveles de expresión humana, física, emocional y mental.

 

Para terminar, la TAUMATURGIA es el arte curativo que corresponde a los discípulos espirituales de la Nueva Era. Como habremos podido observar, se trata de una actividad que podríamos realizar ya de inmediato muchos de nosotros, sin aguardar pacientemente la época de la Iniciación, que es el defecto principal de los aspirantes espirituales de nuestros días, antes bien, reconocer que la radiación es un fenómeno natural y científico que se realiza por doquier, en la vida de la Naturaleza y en la vida del hombre y que, por tanto, no hay que aguardar el futuro para realizar nuestra pequeña parte dentro de la obra del conjunto... Nuestro reconocimiento inmediato, según las enseñanzas del AGNI YOGA, es que la Iniciación sólo se obtiene cuando uno prácticamente es ya un Iniciado y que es AQUí y AHORA que este permanente milagro en la vida del planeta debe realizarse. De allí las profundas advertencias de serena expectación ante todos los acontecimientos planetarios, que constituye el nervio vital del AGNI YOGA, y debiera convertirse en la más sentida y profunda aspiración espiritual, como guía de todas nuestras actividades sociales...