Capítulo XVI

 

La Verdad está más allá de la Mente

 

 

AGNI YOGA trata de descubrir el intimo y maravilloso secreto de Verdad que se halla oculto mas allá del placer de las palabras y de la sutilidad de los argumentos mentales, ya que mas allá de las palabras se halla el poder mágico del sonido, que más allá del sonido se halla el campo conceptual de la mente y que todavía más allá de la mente se halla la fuerza productora del Verbo en el centro vital y esencial del Corazón, que bajo la forma mística del Amor expresa la Intención o Propósito de Dios en la vida del hombre. Hacia este centro de Amor, de Intención o de Síntesis tiende incesantemente el AGNI YOGA. Desde este centro absoluto de Síntesis, las palabras y los argumentos sólo son superficialmente válidos, ya que en ciertos definidos estadios evolutivos en la vida del ser humano, las palabras y los pensamientos son cada vez mas sutiles y menos precisos en sus contornos expresivos. Vienen a ser como el humo que sale de una chimenea, muy compacto y preciso en sus inicios, pero que poco a poco va desvaneciéndose en el aire hasta confundirse aparentemente con la atmósfera, sin resalte alguno que pueda identificarle o hacerle perceptible... En el caso del pensamiento no podemos decir con justicia que este se haya extinguido, sino que se ha expansionado tanto que ha llegado a un punto de identificación con el espacio, dejando de tener carácter substancial. Así pues, al igual que el humo disuelto en la atmósfera, el pensamiento ha dejado de tener valor cualitativo y ha pasado a engrosar ciertas zonas del espacio, pues toda expresión reconocida física, emocional o mental tiene allí su sagrado retiro, su mística complacencia y su objetivo final. La esencia de Dios esta en todas y cada una de las cosas creadas y siendo esta esencia proposito en acción, tal proposito forma parte integrante de la Vida organizada. Sea cual sea la estructura, pequeña o grande, a través de la cual se manifieste.

 

Así, el AGNI YOGA no lleva a la aniquilación de la mente, aún cuando esta haya decrecido aparentemente tanto que sus fronteras han prácticamente desaparecido del alcance de la visión normal y objetiva del Pensador, sino que la ha elevado a su propia y absoluta integridad abstracta, en aquellas zonas de misterio dentro de las cuales el silencio es total y carece de cualidades perceptibles y en donde existe unicamente paz e integridad. Es por tal motivo que el AGNI YOGA invita a pensar más allá de la mente a todos aquellos que de una u otra manera han oído resonar la voz del silencio en su interior y están capacitados, por tanto, para reproducirlo y exteriorizarlo a través de los mecanismos variados de la conciencia. Con estas palabras trato de expresar un hecho definido, el que se refiere a la experiencia de “un estado de quietud mental y espiritual" de tal elevada trasscendencia, que siquiera por breves momentos el corazón se ha sentido inmensamente desahogado y libre y la mente inmersa dentro de un indecible vacío de ideas y pensamientos. La escasa duración de tales fúlgidos momentos hace que la conciencia no pueda advertirlos con la suficiente claridad e intensidad para convertirlos en una experiencia definida o memorizable, pero tiene sus consecuencias vitales para el ser humano que los ha experimentado, pues a igual que el relámpago en la noche obscura, que pese a la brevedad de su fulguración permite orientarnos, la breve iluminación de la conciencia permite que nos demos cuenta -a veces sin que lo advirtamos- de alguna definida situación psicológica o la manera de resolver algún problema vital de la existencia. Creo, convencidamente, que son más numerosos de lo que creemos los seres humanos que en el transcurso de su existencia han experimentado los efectos de esta iluminación espiritual, de carácter breve pero intensamente vibrante. Así, lo que se espera a través del AGNI YOGA es hacer cada vez más extensos y perceptibles aquellos períodos de plenitud y de vacio creador y convertirlos, mediante la atención profunda y la serena expectación, en experiencias capaces de ser voluntariamente repetídas hasta llegar el momento crucial en la vida del hombre aquí en la Tierra, en que el relámpago de luz del principio de la vida espiritual se convierta en la propia Luz espiritual de nuestra vida, en aquella trascendente LUZ, que ya jamás habrá de abandonarnos.

 

Puede que no recordemos siquiera uno de tales relampagos de iluminación interna, pero yo me atrevería a decir que todos cuantos leerán esta Introducción al AGNI YOGA los habrán experimentado ya en los niveles internos, siendo sus propósitos espirituales de Luz, de conocimiento o de plenitud, la semilla que ha madurado dentro de sí por efecto de aquellos impactos de iluminación o de revelación. Es por tal motivo que ha sido escrito este libro. No tendría sentido alguno escribir cosas sobre las cuales el alma carece de nociones. Pero, estas nociones existen y es posible que dentro de unos pocos años, discípulos muy cualificados extiendan la idea del AGNI YOGA a extremos inverosímiles, capaz de atraer la atención de las personas que hoy llamamos de tipo corriente, pero que las grandes oportunidades del siglo en que vivimos capacitarán para poder comprender siquiera brevemente, las excelencias de esta gran Meta hacia la cual todos tratamos de acercarnos.

 

Ahora bien, examinadas estas razones desde el ángulo oculto cabría preguntamos..., ¿cuáles serían socialmente hablando las consecuencias del AGNI YOGA realizado a gran escala, es decir, a escala mundial? Las consecuencias de la puesta en marcha del proceso liberador del AGNI YOGA son de tal naturaleza que cambiarían drásticamente las condiciones ambientales, variando el curso de los acontecimientos kármicos y determinando un nuevo y más perfecto orden social. De no ser así, de nada nos servirían sus fases de aprovechamiento espiritual ni sus estímulos, cuya trascendencia, operando a partir del corazón individual, deberían crear un campo magnético de tal radiación que forzosamente tendría que afectar la vida social en sus innumerables vertientes. Tal como dice constantemente el Maestro, "¿de qué os servirían

vuestros conocimientos esotéricos, vuestras meditaciones y vuestras vagas percepciones de la Verdad, si no fuéseis capaces de reflejarlo de una u otra manera en el devenir de vuestra vida cotidiana?". El discipulo ha de ser forzosamente un hombre práctico, capaz de llevar a término sus elevadas ideaciones: no será sin duda un visionario, tan embebido en sus propios sueños que carezca de fuerza y de estímulos creadores para testimoniar en el mundo, en su vida y en sus obras, las excelencias infinitas de aquel inmenso plan planetario que todos los Maestros conocen y sirven.

 

AGNI YOGA es un camino muy práctico frente a la realidad de la época que estamos viviendo. La técnica precisa del contacto llevado a cabo en regiones del espacio planetario consideradas habitualmente como inaccesibles, corresponde sin duda a la experiencia vital del discipulo y a su capacidad técnica de interpretar todos los hechos que se realizan dentro de su conciencia en términos de realización. De allí que el AGNI YOGA debe expresarse prácticamente en su propia vida y constituir un testimonio viviente de aquella Luz superior que proviene de zonas más allá de la mente. En tal caso, la constante de su vida ha de ser "la iluminación", la capacidad de expresar en forma sencilla, comprensiva y convincente las altas verdades espirituales que constituyen el centro de sus intuiciones, de sus permanentes contactos con la Luz inmortal que es esencia del plano búdico. Así, el discípulo experimentado en las reglas íntimas del AGNI YOGA, viene a ser para los aspirantes espirituales del mundo como un canal transmisor de verdades, insusceptibles de ser condicionadas por la mente y que deben ser recibidas por medio del corazón. Situado entre las fronteras de BUDHI y de MANAS, el AGNI YOGA ofrece estabilidad y equilibrio para poder vivir de acuerdo con aquella sagrada máxima, guía del corazón del discípulo y tan frecuentemente citada en los estudios esotericos, "mirar hacia ARRIBA y ayudar ABAJO". Hacia Budhi se halla la Luz de Síntesis, del eterno equilibrio entre todas las polaridades existentes; hacia abajo, en las regiones de Manas, se halla el mundo de los aspirantes espirituales necesitados de Verdad, de luz y de comprensión.

 

Las distintas frecuencias vibratorias que mueven las energías de los distintos planos y subplanos, tienden a centralizarse en un punto universal de Síntesis situado en el cuarto subplano del Plano búdico y teniendo su anclaje en el centro cardíaco del ser humano. De ahí la importancia de la serena expectación a la cual se hace tan frecuentemente referencia en esta Introducción al AGNI YOGA. La serena expectación, porque contiene en su actividad la doble vertiente cósmica coincidente en el AGNI YOGA; la primera corresponde a la actividad del corazón, el cual ha conquistado la serenidad una vez que la conciencia se ha remontado a los niveles abstractos de la mente. A su vez, la mente ha devenido expectante, es decir, absoluta e íntegramente atenta al fluir de los hechos que va registrando la conciencia inmersa en la gran aventura de Síntesis. El resultado natural es un gran equilibrio entre la mente y el corazón y ambos, absolutamente complementados, abren dentro de la vida del Alma las nuevas aperturas y las nuevas dimensiones que han de facilitarle la conquista del tiempo y la permanente expresion de los valores eternos en el devenir de la existencia karmica...