Capítulo VII

 

Las Reglas Básicas del Agni Yoga

 

 

La gente, en general, no puede vivir sin algún género de creencia religiosa, pero en beneficio de la verdad que ellas inconscientemente buscan, habría que someter a su consideración mental o grado de comprensión espiritual un tipo de ideal, de religión o de creencia que no las ligara a ningún compromiso de carácter sicológico, que no torturara su ánimo con imágenes y presentaciones dogmáticas de la Verdad o sumiera sus espíritus al terror de las consecuencias de las malas acciones. La fórmula espiritual de los nuevos tiempos es esta que impartió el Maestro en una reunión de estudio dentro del Ashrama: "La Verdad ha de presentarse de tal manera que CONVENZA SIN ATAR Y QUE ATRAIGA AUN SIN CONVENCER.. Y esto sólo puede realizarlo el lenguaje del corazón". Me pregunto, sin embargo, cuantos serán los discípulos mundiales capaces de introducir la energía cósmica que mueve los nuevos tiempos dentro de sus corazones y hacer que opere allí la magia de transmutación necesaria que convierta este centro cardíaco en el depositario único de la sabiduría divina.

 

Los tiempos han evidentemente cambiado. Al menos así lo reconocemos desde el ángulo de la visión oculta. El trabajo de trasladar las energías del mundo espiritual al mundo físico exigirá, sin embargo, un cambio asimismo fundamental en la vida de la humanidad y en su sistema social de relaciones, obligando a los sinceros aspirantes espirituales que sientan arder esta llama de comprensión en sus corazones a someterse a unas reglas simples, de carácter inédito y de alcances insospechables, cuya virtualidad -según palabras del Maestro- “será introducir la Nueva Era en el mundo y preparar el Camino del AVATAR". Bien, estas palabras quizás las habremos oído ya en otras ocasiones, pero algo es nuevo y evidente al menos así es apreciado desde la profundidad silenciosa del Ashrama- y es que los nuevos tiempos, inducidos por nuevas corrientes de vida astrológica, sólo serán efectivos y prácticos si las mentes y los corazones de los hombres se someten a una profunda y radical transformación. De no ser así, los resultados de esta proyección de energía cósmica sobre el planeta puede resultar sencillamente desastrosa. Podríamos agregar al respecto que las células cerebrales y las del corazón de la mayoría de la gran familia humana están obstruidas por una cantidad ingente de residuos kármicos procedentes del pasado y sedimentados en el inconsciente racial o colectivo de la Raza, un hecho provocado en parte por la fatal tendencia humana a seguir las líneas de mínimo esfuerzo o resistencia impuestas por el pasado tradicional o a conformarse todavía con disciplinas personales pertenecientes a otras épocas y con la actividad de los Yogas trascendidos. Se impone, a mi modo de ver, una renovación mental y psíquica del espíritu racial del mundo y ver la manera de agrandar la pequeña chispa de fuego que originó la vida espiritual del ser dentro del corazón y convertirla en una gigantesca llama del espíritu creador de renovación, tal como lo exigen las corrientes astrológicas que rigen los nuevos tiempos.

 

Una de las particularidades del AGNI YOGA, tal como puede ser comprendida desde el ángulo sicológico, es la capacidad de adaptación a la sucesión de hechos y acontecimientos totalmente nuevos e inéditos que se producen por doquier La comprensión correcta del sentido de adaptación es realmente difícil, habida cuenta que el ser humano lo confunde casi siempre con el de transigencia sicológica, con las complicaciones individuales que a ello da lugar.

 

Hay así, por poco que lo examinemos, una gran similitud entre el sentido de correcta adaptación y la serena expectación mental a la cual hicimos referencia en páginas anteriores. Ambos aspectos son complementarios, pues no puede haber una real adaptación a los hechos sin que la mente esté muy serena y en un estado de alerta especial o de expectación que permita enfrentar las nuevas situaciones ambientales y sociales del mundo sin invertir las cuestiones que intervienen en el proceso, es decir, sin que el ánimo individual se plegue a las líneas de mínima resistencia impuestas por la tradición o a las que perpetúan el placer que proporcionan las conquistas materiales. No puede haber tampoco una serena expectación mental sin que el ánimo esté flexiblemente predispuesto y extraordinariamente atento al devenir de los hechos y las circunstancias que se producen dentro y fuera de nosotros. De allí que las líneas supremas del AGNI YOGA pueden ser configuradas desde tres ángulos distintos, aunque absolutamente complementarios:

 

a.       el de la serena expectación mental

b.       el de la perfecta adaptabilidad sicológica

c.       el de la profunda atención hacia los hechos que se producen en el devenir de la existencia

 

Como Uds. podrán comprobar, he eludido muy intencionadamente términos tales como "control mental", "disciplina de la conducta", o "atención autoimpuesta". Se supone al introducirnos en las fértiles avenidas del AGNI YOGA que muchas de tales razones fueron trascendidas en el pasado o están en proceso de serlo en la actualidad. No les asignaremos, por tanto, un valor fundamental a tales aspectos psicológicos.

 

Todos los Yogas conocidos hasta este momento, el HATHA YOGA, el BAKTI YOGA y el RAJA YOGA -mencionando sólo los principales que corresponden a la línea ejecutoria dentro de la evolución de las tres grandes Razas raíces- exigieron esfuerzos de entrenamiento y duras disciplinas... La dificultad que se le presenta ahora al aspirante espiritual al intentar acogerse a las motivaciones superiores de su ser, a través del AGNI YOGA, son evidentes y arrancan del hecho natural de "no resistencia a la Vida", la cual viene jalonada de todos los acontecimientos y circunstancias que constituyen el nervio vital de la existencia. Así, todos los sucesos del tiempo, sea cual sea su calidad, han de ser integralmente comprendidos, lo cual significa que deberemos dedicarles toda nuestra atención, siendo esta atención una verdadera meditación causal que desliga el ánimo y la mente de todos los ejercicios meditativos realizados hasta este momento.

 

Bien mirado, y siendo conscientes de la gran herencia espiritual del pasado, vemos que ya el Señor BUDHA había descrito con palabras muy sencillas que iban directas al corazón de los hombres, la ética natural del AGNI YOGA: "La Verdad se halla por doquier, en el aire, en el mar, en el silencioso retiro de los bosques o en el tumultuoso fragor de las grandes poblaciones. Para descubrirla deberéis contemplarlo todo con suave atención y sencillez, más allá del placer de los sentidos y de las figuraciones mentales que sólo os traerán confusión y sufrimiento". Esta contemplación clara y sencilla de la Verdad recomendada por el Señor BUDHA puede ser realizada desde el centro místico del corazón, el corazón el centro espiritual que se desarrolla por medio del Agni Yoga, que siendo el Yoga de Síntesis es, al propio tiempo y por ley de analogía, el Yoga del Equilibrio perfecto entre todas las razones aparentemente contradictorias de la Vida... La búsqueda de este centro de serena reconciliación constituye la gran aventura del AGNI YOGA, el Yoga de los discípulos de la Nueva Era, pero que puede ser compartido, sin embargo, por todos los aspirantes del mundo llenos de buena intención y de gran amor por la Síntesis.

 

Lógicamente, y espero que todos estaremos de acuerdo sobre este punto, el pasar de las disciplinas de los Yogas conocidos a un Yoga que por su propia ley carece de disciplinas, exigirá una reorientación total de las energías de la personalidad hacia los aspectos más elevados de si misma, allí en donde la mente conocida ha dejado de tener poder y eficiencia y ha perdido por completo la capacidad de imponer disciplinas... Hay que pasar, sea como sea, por este trance duro que va desde el estado de NO SER, con sus innumerables estados de conciencia, a la Conciencia del SER ESENCIAL y NATURAL que en nuestros estudios esotéricos llamamos YO SUPERIOR o ANGEL SOLAR y desde este Centro de elevada tensión creadora iniciar la búsqueda de la Verdad, pura y simple, que se halla más allá y por encima de todas las cualidades de la mente. Este proceso consta de tres partes y no entraña, por poco que lo observemos, dificultades que no puedan ser salvadas por el sincero aspirante espiritual. Veamos:

 

a.       El reconocimiento de la necesidad de liberarse de todos los estados de conciencia contenidos en el recipiente subconsciente del ser, a través del sistema discriminativo de la mente.

b.       El paso de ese estado de conciencia que llamamos "sentido discriminativo de valores psicológicos" al de "discernimiento claro", que es la capacidad de elegir consciente y deliberadamente los aspectos más correctos y apetecibles de acuerdo con una situación dada, o impuesta por las circunstancias.

c.       El movimiento natural que surge de la conciencia cuando la mente discernitiva, habiendo captado ciertos valores absolutos y trascendentes evocados de las profundas interioridades del ser, se abre como una flor a las motivaciones supremas del Corazón, el Centro de la Vida y de la Sabiduría espiritual.

 

Podemos asegurar, por tanto, que AGNI YOGA es el proceso de desarrollo espiritual que se extiende desde la mente discernitiva a la mente intuitiva, pero que continúa avanzando dentro de la línea de luz del Antakarana construida a través de las practicas del RAJA YOGA hasta llegar a un punto en el que el alma del aspirante, del investigador espiritual o del discípulo, penetra en los océanos indescriptibles del plano búdico. Al llegar a cierto punto, mas allá de las fronteras que separan MANAS superior de BUDHI, el Antakarana, como instrumento de relación y de contacto, deja de ser útil, ya que siquiera en cierto grado el alma ha penetrado en regiones de universalidad y de síntesis. Pero, algo se ha logrado de concreto en el extraordinario devenir de esta búsqueda interna y es "desarrollar el pétalo de la paz" que nace del equilibrio interno y confiere plenitud al corazón del buscador

 

Utilizando la clarividencia superior, el investigador observa que el desarrollo de este pétalo, uno de los doce que ha de desarrollar el discípulo para convertirse en un Iniciado, determina dentro del corazón el fenómeno esotéricamente conocido como de “irradiación". Una luz blanca de intensos resplandores surge de aquel centro místico y  mediante una esplendente irradiación en ondas concéntricas llega al círculo no-se-pasa, impuesto por la Naturaleza al cuerpo etérico del común de los mortales, limpia las escorias acumuladas allí a través de las edades y prosigue su camino más allá de este círculo, creando un aura superior, radiante y magnética que envuelve el cuerpo físico y lo va conformando lentamente según las leyes que rigen para los Arquetipos superiores del Sistema...