Conferencia
Vicente Beltrán Anglada

[edición en curso]

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La verdad ha de presentarse de tal manera, que convenza sin atar y que atraiga aun sin convencer. Esto sólo puede realizarlo el lenguaje del corazón.

[VBA: Introducción al Agni Yoga, p. 49]

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Misterios de Shamballa

SNE

La Vía Iniciática de Shamballa

Madrid, 23 de mayo de 1982

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Madrid, 23 Mayo 1982.— Los Misterios de Shamballa: La Vía Iniciática de Shamballa. Shamballa, Mente, Atención, el Campo Intuitivo y la Iniciación. La aparición del la 6ª Subraza de la 5ª Raza Aria. Los Representantes Jerárquicos y su labor. Determinados aspectos de Shamballa y los Misterios Iniciáticos. El proceso del cambio en el Hombre. "Vosotros sois la Sal de la Tierra". Podemos perfectamente hacer el Trabajo "aquí y ahora".


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Vicente. Espero que hayan descansado de la fatiga de ayer porque estos temas son muy abstrusos y, por lo tanto, la mente, aunque esté muy atenta, suele quedar con residuos de esas toxinas no asimiladas todavía del contexto de la charla. Cuando se habla de Shamballa, se habla de un lugar recóndito de nuestro planeta en donde se fraguan los destinos de nuestro mundo. Esta es la realidad. Naturalmente, nuestra pequeña mente tridimensional es “insusceptible” de alcanzar ciertos niveles dentro de los cuales la idea de Shamballa aparezca con todo su esplendor, sino que hay matices, porque nuestra mente matiza todo cuanto ve, es la causa de toda separatividad, como decíamos ayer. Naturalmente, el proceso de expansión del conocimiento solamente puede ser efectivo a base de vivencia, como les decía ayer, y hay que insistir mucho sobre este punto, si no hay vivencia el conocimiento se hace negativo, entorpece en lugar de acelerar el proceso evolutivo. Entonces, si hay atención, si ustedes prescinden de su propio yo cuando están escuchando, (escucharán) no simplemente a mí, naturalmente, sino la sinfonía de la Naturaleza, la sinfonía de la Humanidad, la sinfonía interior. Todo esto lleva a un estado de comprensión, y la comprensión es el umbral de la vivencia, son tres estados, que si ustedes recuerdan, definí yo por las tres vertientes principales de todo desarrollo de no importa qué tipo humano, qué tipo de Logos Planetario, y en no importa qué tipo de Sistema Cósmico, que es la vertiente histórica de los hechos físicos, palpables, objetivos, la vertiente psicológica, la que corresponde a la mente concreta, al cuerpo emocional, y luego una vertiente mística que corresponde al Alma.

Me pregunto si podríamos hablar y entendernos desde el punto de vista del Alma, desde un punto de vista genuinamente místico, dentro del cual la idea de Shamballa, o cualquier otro tipo de idea, aparecieran claras y nítidas, reflejándose sin deformación alguna dentro de la mente. Que la mente no fuese una trinchera donde el yo está esperando la ocasión de agredir, si no que la mente estuviese tan dispuesta al diálogo, que fuese tan exquisitamente vulnerable, que se pusiese en contacto consciente con todo cuanto le rodea. Cuando existe esta forma, esta extrema unción hacia todo cuanto nos rodea viene de improviso una expresión interior, algo superior a nosotros que nos atrae, que nos absorbe, y nos lleva directamente a captar la realidad, entonces, todo aquel amasijo de conocimientos, esotéricos, o exotéricos, se convierten en motivo de comprensión, y cuando la comprensión se hace multidimensional aparece la intuición, y la intuición es la revelación de la Verdad. Si pudiésemos dialogar en ese sentido nos comprenderíamos como hermanos, seríamos realmente fraternales, todos estaríamos uncidos por el mismo lazo cósmico, y, naturalmente, para comprender el misterio de aquello que está más allá de nuestro conocimiento, lógicamente, nuestra mente debe dejar de ser un receptáculo de simples conocimientos. La apertura de conciencia tiene que ser extremadamente profunda para que pueda reflejar, siquiera en cierta medida, debido a las limitaciones de la tercera dimensión, todo aquello que constituye un cúmulo de verdades, unas verdades que nos van llevando gradualmente a una expansión de conciencia técnicamente definida como “la iniciación”. Al hablar de iniciación debo hacer forzosamente referencia a nuestro Logos Planetario y a aquél que es su cuerpo de expresión en el plano físico y que llamamos el Señor del Mundo, el Anciano de los Días, o el Doncel de las Dieciséis Primaveras. Tales son los nombres con que es conocido el Señor del Mundo. Y saber que este Señor del Mundo que lleva en sus manos el destino del planeta, y cuya aura magnética sobrepasa el círculo-no-se-pasa de Plutón, hundiéndose en las profundidades del Cosmos, es el que tiene en sus manos el poder de iniciar, el poder de decidir el destino de un ser que ha llegado a cierto punto de expansión de conciencia. Y la iniciación no es más que la incorporación dentro de cualquier vertiente histórica, psicológica, o mística, de lo que es la programática del Logos Planetario con respecto a un ser humano. Y todos estamos llegando progresivamente al punto, dentro de la conciencia, en el cual pasamos de lo anecdótico, o histórico, al proceso psicológico, para converger en la vertiente mística; y, entonces, adquirimos por obra y gracia del Espíritu de Síntesis la iniciación. Pero, la iniciación no es la prerrogativa del ser humano, la iniciación es una ley transmitida al planeta Tierra desde la Gran Logia de Venus, de un gran representante de Venus, del cual se nos dice que era uno de los agentes misteriosos del Logos Planetario del Esquema Venusiano, es el que llevó a la Tierra la antorcha sagrada –del cual vino después la cosa de la Olimpíada– desde Venus a la Tierra. Y, el Diamante Flamígero, el Cetro que empuña el Señor del Mundo, es de procedencia venusiana, y, con este Cetro, cargado siete veces, cargado uno por cada Esquema Terrestre, está conteniendo el Fuego Eléctrico, el Fuego Cósmico del Logos Solar. Con este Cetro se da la vida a toda Naturaleza, a todos los planos del planeta, a las siete esferas de Shamballa, a los siete reinos, a las siete razas que van apareciendo progresivamente y, según se nos dice actualmente, un Cetro de poder menor, utilizado por un Gran Deva, está introduciendo en cierta parte de California un Talismán que tendrá que ver con la aparición de la 6ª Subraza de nuestra 5ª Raza, de nuestra Raza Aria. Pero, la iniciación de un reino, como la iniciación por parte del Logos Solar de un plano de la Naturaleza a través de su Arcángel Regente, aquí, en la esfera mística de Shamballa, tiene la misma apreciación, la misma justeza, la misma proporción, excepto la medida, porque la medida corresponde a aquello que el Logos Planetario del Esquema Terrestre pueda contener y, siguiendo la vía transmisión de energía, o transmisión, o comunidad apostólica de los salvadores de la humanidad, para llegar hasta al ser humano tiene que pasar por muchas transformaciones. El Fuego Eléctrico siempre será el mismo, pero, por la medida de la copa, por la medida del Grial de la conciencia, así será la fuerza que contendrá y que dará lugar a no importa qué tipo de iniciación.

Repitiendo lo de ayer, a través del Señor Manú de una Raza, el Logos Planetario, a través de este gran ser, el Manú, crea todas las condiciones precisas para que aparezca una nueva raza. Los detalles son abstrusos y muy complicados, quizá algún día podamos hacerlo, pero, requiere mucho tiempo.

Existe también cuando aparece en la Tierra cualquier tipo de religión, ya sea la religión cristiana, la budista, la mahometana, etc., etc., entonces, el que recibe el impacto del Cetro de Sanat Kumara es el Bodhisattva, es el Señor Krishna, o es aquel que representa a Cristo en la Tierra, porque Cristo, como decíamos, es un estado de conciencia, que el que posea actualmente esta fuerza es aquel que según se nos dice en su proceso histórico murió en la cruz del Gólgota, pero, que después resucitó, fue resurrecto, y está a la diestra, simbólicamente, de Dios Padre Todopoderoso y, en cierta medida, culminó la etapa evolutiva más trascendente que pueda existir en la Humanidad. Además, el Cristo, por sus líneas de vinculación con el Padre Eterno, representa al propio tiempo el Reino de Dios y el Reino de la Humanidad, es el Unigénito, es aquel que transmite directamente la fuerza de Dios por línea del Rayo de Amor, o el segundo aspecto de la Naturaleza. Y, toda religión, como decía anteriormente, viene regida por el 2º Rayo. El 2º Rayo aplicado sobre el Bodhisattva, o sobre Maitreya, o sobre Cristo, porque son nombres de la propia personalidad, penetrando en cualquier remoto lugar de la Tierra, en cualquier ambiente social predeterminado y creando allí el origen de aquella religión. Teniendo en cuenta que al principio de que el Bodhisattva introduzca el Cetro de poder sobre el grupo determinado de seres humanos, o de grupos sociales donde debe descansar aquella religión, es fundamentalmente pura, pero, después, los hijos de los hombres traficando con pequeñas verdades, tal como suele suceder, y tal como suele decirse, al traficar convierten la verdad en teología, amontonan doctrinas sobre doctrinas y, entonces, aquello que el Bodhisattva introdujo prístinamente, porque venía de procedencia solar, porque era el propio Dios manifiesto, se convierte en una religión organizada. Me pregunto si ustedes podrían determinar la diferencia que existe entre una organización de doctrinas, o un organismo social vibrante, un organismo social religioso, místicamente religioso, para darse cuenta de que siempre tenemos a nuestro alrededor planeando, tal como místicamente se dice encima del aura planetaria, a estos grandes Seres que solamente procuran el bien de la humanidad. Y, tal como decía Madame Besant, “todo lo tenemos ya, falta solamente una cosa, la capacidad de recibirla adecuadamente”.

Bien, forma parte del contexto de los Cetros iniciáticos, pero, existe también el nacimiento de cualquier tipo de civilización, el nacimiento de cualquier tipo de cultura, el nacimiento de cualquier organización política, religiosa, económica, basado en poderes sociales humanos. Y, entonces, el Cetro de la Iniciación, que un día llevó a crear una Raza a través del Señor Manú, pasó después a manos de Cristo, y ahora pasa a manos de otra gran personalidad mística, que en literatura esotérica llamamos el Mahachohan, el Señor de la Civilización. Y ahí se va creando toda la estructura de todo cuanto contiene la humanidad. Si meditan un poco, verán reflejado en estos tres seres, una vertiente histórica, la raza; una vertiente psicológica, la civilización; y una vertiente mística, la del Cristo. Es decir, que si fuésemos místicos a la manera de Cristo, no habría problema, porque Cristo lleva el Amor Universal. Lo malo está en que todo poder contenido en el cetro iniciático al pasar por el ser humano se deforma, el Fuego Eléctrico se convierte en Fuego de Kundalini, y aumenta la tensión dentro de los ambientes sociales de la humanidad, y siempre existe dentro de la conciencia un conflicto latente: el conflicto entre lo que yo veo claro y aquello que yo no puedo hacer, repitiendo aquí las palabras de Pablo de Tarso, “sabiendo lo que debo hacer, hago lo que no debo”. Siempre representa una distorsión del Fuego Eléctrico de la Divinidad, que pasa por la pureza de la intención de la Jerarquía y culmina en cualquier ser humano inmerso dentro de este gran centro que llamamos la Humanidad.

Y continuamos avanzando y repitiendo la importancia de las siete esferas que constituyen la vida mística de Sanat Kumara. Las capas superficiales, abarcando incluso el aspecto magnético del propio Sanat Kumara a través del cuerpo físico, constituyen la vertiente histórica del proceso, la fase intermedia hasta llegar a la 4ª Esfera, se denomina místicamente las esferas psicológicas de Sanat Kumara y, cuando se pasa de la 5ª Esfera, se bordea la 6ª para culminar en la 7ª, (en la cual) se produce la vida mística de Sanat Kumara.

Quisiera poder penetrar, rasgar algo los velos del misterio que encubre estas cinco, seis, siete esferas, estas tres esferas finales. En una existe el propósito articulado de Sanat Kumara con respecto a la Humanidad. En la 6ª Esfera se halla lo que esotéricamente llamamos la Cámara del Concilio de Shamballa, allí donde la Voluntad de Dios es conocida. Este Concilio está constituido –a ver si lo recuerdo– por las siguientes personalidades: primero, el Señor del Mundo, el Iniciador Único, en contacto con el Logos Planetario, el cual a su vez está en contacto con el Logos Solar; los Tres Kumaras que acompañaron a Sanat Kumara desde Venus, constituyendo los cuatro, los Señores de la Llama. Después, una vez que fue establecida la Jerarquía, tres Seres procedentes del Cosmos, que vinieron a suplir la falta de conexión que existía en aquellos tiempos con todo cuanto surgía más allá del círculo-no-se-pasa de nuestro Sistema Planetario, o nuestro Esquema Terrestre. Tenemos ya, entonces, el Señor del Mundo y seis Budas, tres budas esotéricos y tres exotéricos, tres hacia el Cosmos, y tres hacia la Tierra. Tenemos después los representantes aquí en la Tierra de Shiva, Vishnú y Brahma, pero, en su aspecto más cercano a la humanidad, son las tres personalidades que yo he definido como el Manú, el Bodhisattva y el Mahachohán. Quedan, después, los siete Chohanes, o los siete Señores de Rayo, como decía el Sr. Martí, aquellos seres que transmiten a nuestro planeta las energías que proceden de los Siete Rayos cósmicos, la fusión de los Rayos, o de Siete Rayos condicionantes de la Osa Mayor y los Siete Rayos condicionantes de las Pléyades, constituyen un hilo trenzado que amalgama magnéticamente una entidad que ahora llamamos el Logos Solar, que está siempre llevando energía a través de esas siete Entidades al planeta Tierra. Y queda finalmente uno, del cual se habla muy poco, que es aquella Entidad que conocemos bajo el nombre de Buda, aquel ser de la propia esfera terrestre que por primera vez alcanzó la iluminación, es, hablando muy técnicamente, el ser más avanzado del planeta Tierra. Tenemos, entonces, el Señor del Mundo, seis Budas esotéricos, un Buda de conexión en contacto con Mercurio, los siete Chohanes y los tres Señores de Departamento. Si ustedes hacen una suma son dieciocho, si buscan un número dígito tendrán ustedes el número nueve, siendo el nueve igualmente el número del hombre y al propio tiempo el número de la iniciación.

Siguiendo este rastro luminoso de analogía, tenemos que en vía iniciática existe el Logos Planetario, la perfección absoluta más allá de la medida de nuestro pequeño entendimiento, que, según se nos dice esotéricamente, posee la 10ª Iniciación, significa que está entrando ya en la 4ª Iniciación Cósmica. Claro, no podemos comprobar estas cosas, ¿verdad?, pero, aceptémosla como una hipótesis. Todas estas fuerzas que van viniendo transportadas a nosotros constituyen la fuerza mística de la evolución. Tenemos, en línea ascendente siempre, o descendente en este caso, al Señor Sanat Kumara, que tiene la 9ª Iniciación y, porque tiene la 9ª Iniciación, marca todo el contenido del contexto planetario bajo el número sagrado nueve, y, el nueve, es el número de la forma, y nueve son los meses de gestación de un niño normal dentro del claustro materno. Viene después el Señor Buda con la 8ª Iniciación, la escalera va llegando al ser humano; vienen después aquellas individualidades, que llamamos los tres Guías de Departamento, que poseen la 7ª Iniciación, son el Señor Maitreya, el Señor Manú y el Señor Mahachohan; y vienen después los iniciados o Adeptos que poseen la 6ª Iniciación y que son denominados Señores de Rayo. Vienen después los Adeptos, los Maestros de Compasión y Sabiduría que poseen, la 5ª Iniciación. La 5ª Iniciación se representa en la cabeza del iniciado en forma de estrella de cinco puntas. Después vienen las demás ramificaciones iniciáticas, el Arhat con la 4ª Iniciación, el Transfigurado con la 3ª, el hombre que recibe el Bautismo de Fuego con la 2ª Iniciación, y aquel que nace en el Reino de los Cielos por primera vez que posee la 1ª Iniciación.

Sin embargo, todo esto ocurre dentro del Centro Místico de Shamballa, todo sucede allí, y hay que penetrar poco a poco en el recinto místico de Shamballa para poder llegar a aprehender esta fuerza inconmensurable de la evolución que, progresivamente, nos capacitará para ser unos perfectos iniciados. Anteriormente, hace, no sé, quizá cien años, la idea del OM sagrado que hoy pronunciamos en público, (era imposible). Todo el sistema de educación esotérica que tiene que ver con Shamballa, y todo cuanto estamos diciendo acerca del Señor del Mundo, eran secretos de tipo iniciático, era la Joya del Loto velada por los pétalos que todavía no se habían abierto a la luz. La presión de los tiempos, todo cuanto sucede en los planos cósmicos y que, necesariamente, tiene que manifestarse dentro de la humanidad, tienen que ver siempre con los misterios iniciáticos, y todos en cierta manera y hasta cierto punto, somos iniciados, ¿por qué no? Porque todos estamos unidos por los mismos ideales, el fervor místico, no emocional, digo místico, y dentro de nuestro pequeño grupo o pequeña comunidad establecida, existe una interpenetración. ¿Se dan cuenta de esto? Esta interpenetración que une nuestros corazones es, técnicamente, Shamballa. Shamballa ofrece la oportunidad de comprender mejor los planes de la Jerarquía, tiene que ver también con todo cuanto está tratando de realizar el Logos Solar a través del Logos Planetario. Tiene que ver con las esperanzas o los deseos de todos los seres humanos, pues todos los seres humanos, nosotros incluidos, ¿verdad?, estamos buscando una sola cosa en la vida: buscamos la esencia mística de Shamballa, buscamos la paz, o, si ustedes prefieren otro término, la felicidad, porque no existe felicidad sin paz, ni paz sin felicidad. Es consustancial y los términos son plenamente analógicos. Pero, todo cuanto estamos realizando, todo cuanto estamos tratando de realizar y vibrar a su compás, es algo que constituye un deber social, que cuando estamos refiriéndonos aquí al sistema místico de acercamiento a la verdad, no estamos diciendo que tengamos que acumular conocimientos sobre la verdad, porque la verdad, por su propia naturaleza, no puede circunscribirse en términos. Ni tampoco la verdad en el hombre, como decíamos ayer, y hay que repetirlo, podía circunscribirse dentro del área de la mente, sino que debe de haber un factor desconocido pero que está potencialmente latente, fuera y dentro de nosotros, que constituye una participación activa dentro de los misterios de Shamballa. De ahí, que poco a poco el afán del conocimiento cederá al implacable deseo de vivencia. Y no habrá escapatoria, porque si la humanidad tiene que triunfar sobre la guerra y sobre todos los desastres acumulados en el tiempo como registros históricos, tendrá fundamentalmente que cambiar. No puede cambiar una época sin que cambie el espíritu del hombre, porque si no cambia fundamentalmente el espíritu del hombre, no cambiará fundamentalmente nada. De ahí lo que les decía también –y no quiero cansarles mucho–, de que tratar de descubrir la verdad y revelarla no es una materia de disciplina, no es un ejercicio mental de aproximación a algo, sino que es un deber social que posee y debe mantener el hombre de nuestros días, el hombre inteligente de buena voluntad de nuestros días. Porque hay una palabra en el Evangelio que posee un significado muy íntimo, son aquellas palabras que se pueden aplicar a los discípulos de no importa qué época en la vida planetaria, de “vosotros sois la sal de la tierra”. La sal de la tierra significa que la tierra está desaborida, no posee sabor, no posee elementos de paz, no posee elementos de fraternidad y, sin embargo, existen potencialmente dentro del corazón humano. Entonces, solamente dentro del corazón humano podremos descubrir la reserva de paz que constituye el nervio de toda vida humana y, seguramente también, el nervio de toda vida cósmica, para llegar a un punto dentro del cual la sucesión apostólica de los hijos de Dios dentro de un misterioso hilo luminoso conectará sin deformaciones el corazón del Logos Solar, el del Logos Planetario, pasará por el corazón de Sanat Kumara, pasará por el corazón de Cristo, el director básico de la Jerarquía, y penetrará raudamente en el corazón del hombre. Y esto, no mañana, ni dentro de un siglo, o dentro de no sé cuántas encarnaciones, que es muy cómodo, ¿verdad?, sino aquí y ahora. Aquí y ahora es el gran desafío de la conciencia, si aquí y ahora no comprendemos jamás comprenderemos. Siempre se comprende aquí y ahora, jamás luego, después, o antes, porque como les decía, hablamos en términos místicos, no en términos simplemente psicológicos o históricos. Aceptamos, naturalmente, la existencia de factores históricos y la existencia de factores psicológicos, que son los que deben resistir la prueba de fuego, pero, fundamentalmente, para tener paz, para poseer íntegramente la verdad, debemos forzosamente ser místicos, no fanáticos del 6º Rayo, sino que cada cual, a través de su propio Rayo, debe comprender la verdad, y verá que todas las verdades conquistadas por el hombre siempre tienen la misma raíz, como los Rayos de cualquier centro de conciencia, parece que en el tiempo se distancian, pero, si se parte de la superficie, si se parte de la historia buscando el misticismo agudo y profundo, se ve que todos coinciden en el centro. Esta coincidencia en el centro es lo que yo llamo “aquí y ahora”. Y aquí y ahora podemos y, aún debemos de comprender. La comprensión no es la conquista de un estado de conciencia sino el descubrimiento de la Verdad, no es un monopolio de un sistema de verdades acumuladas en el tiempo constituyendo las bases teológicas de cualquier religión, sino que es aquel nervio vivo que contienen en potencia todas las religiones. Desde el punto de vista cósmico, desde el punto de vista solar, desde el punto de vista del Logos Planetario, desde el punto de vista de Sanat Kumara, y desde el punto de vista de los Adeptos, la Humanidad es un Santo Grial. Está solamente en disposición de recibir el Verbo Sagrado, y esto, se puede y se debe hacer aquí y ahora.

¿Alguna pregunta? Quizá podíamos hacer una meditación un poco más larga que ayer.

(Meditación)

Muchas gracias.

 

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Conferencia Vicente Beltrán Anglada
Madrid
23 de mayo de 1982

Digitalizada por el Grupo de Transcripción de Conferencias
29 abril 2008

Editada por el Centro de Estudios VBA (en curso)
3 febrero 2009

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