La ley de la economía.

 

 

 

La ley de la economía de energías es una de las leyes que mas condiciona, mucho mas que la economía del dinero para vivir en este mundo, por que cuando tenemos el suficiente como para no preocuparnos por lo básico y nos sobra para algún capricho el dinero ya no tiene importancia, sin embargo cuando descubrimos que la energía sigue al pensamiento y nos adentramos en la senda de usar el pensamiento y la energía para ayudar a corregir las causas de las injusticias, vamos a ver que cuando mas puro sea nuestro pensamiento mas energías dispondremos y mas podremos ayudar.

Pero estas energías que se nos ofrecen han de ser administradas con sabiduría, con destreza y eficacia, y con pureza de intención si queremos adentrarnos en el trabajo grupal con los devas, por que los devas son energía. La voluntad de servir, de ser útiles, con amor a todo el mundo sin excepciones, tal como el Sol ofrece sus dones a todas las criaturas.

Me refiero a ser útiles, por que la palabra servir a veces se usa para decir que uno esta sirviendo cuando lo que esta haciendo es lo que se le ocurre y con frecuencia lo que se le ocurre es lo que le apetece, y es posible que este sirviendo pero ¿en que medida es útil ese servicio?, ¿puede ser mejorado?, servir es ser útil al Plan de restablecer las correctas relaciones humanas y de todos los reinos, y para asegurarnos de que estamos sirviendo lo mejor posible dirijamos  la atención y la intuición al propio Plan, es decir a Shamballa, al centro donde la voluntad de Dios es conocida, a través de nuestra alma y de nuestro Ángel Solar, para saber cual es nuestra parte en el trabajo.

Si somos útiles a los demás entonces seremos útiles a nosotros mismos, por que los destinos personales solo se pueden cumplir en todo su potencial cuando dejamos de mirarnos al espejo, si prestamos demasiada atención a nuestro futuro, destino, trabajo, misión, autorrealización o como queramos llamar a nuestro apego a nosotros mismos, no vamos a ser capaces de ver e interpretar adecuadamente los signos de la vida, es como si estamos condiciendo un vehículo y en vez de prestar atención a la carretera y a las señales de trafico, nos dedicamos a adornar la tapicería del interior, vamos a tener un accidente y nos vamos a quejar que el destino es cruel con nosotros.  

Formamos parte de la humanidad y nuestro destino pasa irremediablemente por encontrar el espacio en el que encajamos en esa humanidad, somos una pieza de un motor, desconectada de las demás somos inútiles a los demás y a nosotros mismos por mucha autorrealización y autosatisfacción que busquemos, nos encontraremos a nosotros mismos cuando nos despreocupemos de nosotros mismos y solo nos interese ser útiles a los demás. 

Saber ser útiles requiere mucha practica y voluntad de serlo, no basta con la buena intención, requiere dirigir la mirada a Shamballa, para saber, para conocer, para reconocer la necesidad del momento, para recibir los recursos que el momento necesita.

Es de allí de donde recibiremos las intuiciones para saber donde vamos a ser mas útiles, saber estar en el lugar y momento oportuno, a usar las energías adecuadas para cada necesidad, a usarlas exquisitamente solo las necesarias, por que cuando tratamos de dar mas de lo que las otras personas pueden recibir, estamos abriendo dos líneas de acción erróneas, a demás del uso innecesario, el primero por que sin darnos cuenta se nos esta colando nuestro deseo de ayudar, es como si un medico después de que su paciente recuperara la salud se lo llevara a su casa olvidándose de otros pacientes, el segundo error es sobrexcitar o sobrecargar centros que no son capaces de tanta energía, ni de esa frecuencia.

Es conveniente no precipitarse y como Cristo, preguntar al cojo si desea ser curado, por que con nuestro deseo de hacer algo podemos estar interfiriendo un proceso karmico, agravándolo en vez de ayudarlo. Nos puede pasar de lanzarnos al río y sacar un pez del agua, y decirnos satisfechos que hemos salvado al pez de morir ahogado en el agua. Aunque siempre será mejor el error de equivocarse, que el error de la omisión, el temor al error nos puede llevar a la desidia e indiferencia, como todas las cosas las claves se encuentran en el punto de síntesis del camino del medio.    

Querer ser útiles exige ser capaz de renunciar a líneas de acción cuando vemos que no son realmente útiles y eficaces, que los esfuerzos no son los adecuados, convenientes y oportunos cuando hay trabajos que si podríamos hacer con eficacia,  y esto no es sencillo no solo por tener que vencer nuestro apego y orgullo, por que somos responsables de las líneas de acción, los proyectos que hemos puesto en marcha, los deseos y pensamientos lanzados al espacio son nuestros y de nuestra responsabilidad, si en un momento dado vemos que una línea de acción no responde a lo que debiera, no es útil o parte con errores de base graves, hay que deshabilitarla inmediatamente, y volver a empezar, pero no desde cero, no podemos pedir energías e intuición para un nuevo proyecto dejando uno a medias, hay que desmontar el anterior pieza a pieza, ver donde estuvo el error y reutilizar todo lo que se pueda para lo nuevo, y lo que no sirva neutralizarlo y redimirlo para que no se convierta en basura astral o mental que alimente egregones, solo entonces podremos pedir nuevos recursos.

Si intentamos evitar el proceso de averiguar donde estuvo nuestro error, de reutilizar para lo nuevo lo que fue útil y neutralizar lo que no fue, si no asumimos esta responsabilidad, nos arriesgamos a que las casas nuevas que construyamos se nos hundan en los lodos del pasado.

Queremos servir, y hay un trabajo urgente que es limpiar el espacio astral y el mental, todo lo que pasa por nuestro corazón y nuestra mente es emitido a estos espacios, si asumimos la responsabilidad de sentir y pensar solo cosas correctas y bellas, de romper la inercia de sentir y pensar cosas que no son otra cosa que basura de estos espacios, formas emocionales y mentales abandonadas por sus creadores que se unen a otras similares adquiriendo entidad propia, de romper la inercia de sentir y pensar sin saber por que, para ser pensadores conscientes y creadores, si asumimos este trabajo vamos a ser mas útiles de lo que podamos creer, aunque no haya reconocimientos, ni meritos, ni aplausos, Limpiemos nuestro espacio, el que nosotros hemos ensuciado, por que solo con oxigeno puro puede prender la llama que nos convierte en faros de Luz y Amor.

Preguntémonos en cada circunstancia como poder usar los recursos, la atención, el tiempo, la energía... de la forma mas útil y eficaz, sin personalismo, ni protagonismo.

Permaneciendo imperturbables ante cualquier tentación cuyo fin sea dispersar nuestra atención, tiempo y energías, hinchar nuestro corazón con indignación y frustración por las injusticias del mundo, nos puede impedir ayudar a corregir  las causas de las injusticias, estemos alerta para que ningún dolor o provocación nos impida hacer el trabajo. 

Las provocaciones son como flechas si te tomas cinco minutos para reaccionar te darás cuenta que quien te las lanzo ya se aburrió y esta buscando otro entretenimiento, pero si caemos en ellas nos dispersan en el trabajo creador y redentor, al prestar atención a formas incorrectas las alimentamos, empezamos a emitir en frecuencias negativas con el consiguiente efecto karmico, levantamos barreras cuando nuestra función es derribarlas.

Poner la otra mejilla no significa ser cobardes, ni querer evitar conflictos, significa entre otras cosas tener muy claro a que vamos a prestar atención y a que no, si se tiene muy claro el trabajo a realizar, de que forma se han de usar las energías y de que forma nunca se han de usar, no habrá tiempo para prestar atención a provocaciones y a ningún intento de dispersar nuestros esfuerzos, no habrá en nosotros ninguna brecha por donde podamos ser heridos, ni distraídos.

Las energías físicas, el fuego, la electricidad, pueden ser fuerzas creadoras o destructivas, cuando las desconocemos ponemos la mano para ver “que hacen” y nos quemamos, nuestro corazón y nuestra mente se “queman”, sufren, cada vez que dejamos que sentimientos y pensamientos negativos entren en ellos. Ponemos la mano en el fuego cada vez que nos dejamos seducir por resentimientos, indignaciones, odios, celos, etc. Entonces estamos usando el fuego del espíritu para destruir, en vez de para crear, alimentamos lo que queremos destruir y destruimos lo que en momentos de bellos deseos quisimos crear, pero no hemos sido capaces de superar las primeras pruebas de capacitación. Para que esto no ocurra los bellos deseos, las buenas intenciones se han de mantener hasta el final, hasta que sean una realidad, nada justifica distraer nuestra atención de la buena intención. 

 



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a través de la meditación, el estudio y el servicio.
 
 

 

2014-08-17