La Paz a través de la Cultura:
el Pacto, un Emblema y su Sendero
 


Emblema de la Paz

 
Introducción

La paz y la cultura son dos conceptos cuya relación merece profunda reflexión. Generalmente se asocia a la paz con la ausencia de conflicto y a la cultura con erudición en algún campo del saber.

¿Es la paz una causa o un efecto? ¿Qué es una cultura de paz?  ¿Es posible un conjunto de modos de vida y costumbres que se deriven de una sensibilidad hacia ciertos valores que propicien la convivencia pacífica aún antes de producirse conflictos?

En este breve ensayo exponemos algunas formas de abordar estas inquietidudes universales y exploramos --de manera introductoria-- algunas nociones desarrolladas por otros observadores de la solidaridad humana.

 

Un ilustre humanista ruso


Nicolás K. Roerich (1874-1947) fue un ilustre humanista ruso que se destacó en diversos  campos del arte, tales como la pintura, la arqueología y la poesía mística. Roerich fue un prolífico y maravilloso pintor, autor de más de 7,500 cuadros que están repartidos por todo el mundo.
 
A través de su pintura --por ejemplo, en su osada, brillante e intensa representación del paisaje Himaláyico--  muchos han podido acceder a las dimensiones intuitivas de la existencia donde se transforma el conocimiento práctico --muchas veces manifestado  como polaridades en conflicto-- en la síntesis armónica de la belleza.

Muy temprano en su carrera artística, Roerich se percató de la necesidad de proteger a la Cultura como patrimonio de toda la Humanidad. De ahí surjió la idea de revelar un símbolo universal que evocara el arquetipo de la síntesis armónica de toda polaridad en conflicto. A la vez, tal símbolo serviría como un emblema universal para designar sagrarios culturales de la humanidad a ser respetados y apoyados, tanto durante conflictos bélicos como en tiempos de paz.  Se refería no sólo a los museos del mundo, sino a universidades, teatros, bibliotecas y a todo producto del esfuerzo creador humano.
 
Durante sus investigaciones arqueológicas, Roerich observó la ubicuidad de un símbolo muy antiguo. Es un símbolo muy sencillo pero de un profundo significado arquetípico: tres puntos o esferas equidistantes circunscritas por un círculo. Representa la esencia y naturaleza trinitaria de todo lo creado.
 
Roerich fundó un movimiento humanista internacional que resultó en la adopción de estas ideas en un pacto, el Pacto Roerich, firmado por 21 países latinoamericanos y los Estados Unidos el 15 de abril de 1935 durante la presidencia de Franklin D. Roosevelt.
 
El símbolo adoptado por el Pacto Roerich fue el de la Bandera de la Paz, una bandera de fondo blanco con tres esferas equidistantes circunscritas por un círculo, la "Cruz Roja de la Cultura". Tanto las esferas como la circunferencia adoptan un color rojo carmesí --como la sangre oxigenada-- para evocar la unidad de la experiencia humana. Es una manera de afirmar que nada que es humano nos debe ser ajeno.
 
 
Esencia y naturaleza trinitaria de todo lo creado
 
Si bien la Bandera o Emblema de la Paz representa abstractamente la esencia y naturaleza trinitaria de todo lo creado, tal símbolo tenía un significado concreto para Roerich. Las dos esferas alineadas horizontalmente representan la dualidad de la ciencia y de la religión a ser sintetizadas armónicamente por la esfera superior del arte, un arte refinado capaz de evocar lo bello, bueno y verdadero del espiritu humano.
 
El principio de la triangulación --del cual el Emblema de la Paz es un símbolo-- ha sido usado para resolver polaridades en conflicto.  En filosofia, tenemos la dialéctica hegeliana que postula la triada de tesis, antítesis y síntesis. En sicología, Carl Jung postula: "Porque toda tensión de opuestos culmina en una liberación, de la cual surge un tercero. En el tercero se resuelve la tensión y se restaura la unidad perdida". La "sicosíntesis" de Roberto Assagioli también utiliza ese mismo principio en su Técnica de Equilibrio y Síntesis de Opuestos
 
Otro ejemplo de la naturaleza trinitaria --quizás el más conocido-- es la ubicuidad del "Misterio de la Divina Trinidad" en diversas religiones del mundo. Ya sea Padre, Hijo y Espíritu Santo; Brahma, Vishnu y Shiva; o Sat, Chit y Ananda, el arquetipo de la Trinidad Divina se repite en el inconsciente colectivo de la raza humana. En la metafísica de Roerich, el tercer aspecto de esa Trinidad es un Principio Femenino --la Madre, a Quien le dedica pinturas muy sublimes de su producción artística. La manifestación del principio masculino y el femenino se considera una de las más importantes polaridades a ser armonizadas por la esfera que los sintetiza y los trasciende.
 
La físico-química de la electricidad puede sernos útil para precisar conceptos relacionados al restablecimiento del equilibrio masculino-femenino en el mundo como premisa necesaria para una Cultura de la Paz. Un circuito eléctrico necesita de una fuente emisora y de un canal receptor de electrones. Ninguno es superior al otro. Ambos son igualmente necesarios para crear una síntesis incluyente: el voltaje que permite el flujo de la electricidad.  
 
 
La cultura del corazón
 
El mundo hispano cuenta con una metafísica original en castellano relacionada al tema de la Paz y a la cultura del corazón.  Su cosmovisión incluye, en su proyección al futuro, una Nueva Era de buena voluntad y de rectas relaciones humanas que producirán la Paz que tanto anhela el mundo. Se reconoce así que la verdadera Paz es un efecto y no una causa de la felicidad en este mundo.
 
Con genuino espíritu hostosiano, Don Vicente Beltrán Anglada (1915-1988) nos reta a adoptar una nueva ética social --una nueva síntesis de valores espirituales y principios materiales-- para lograr la paz que todos buscamos. Esa paz sólo puede emanar desde la pureza de intención del corazón y a través de la inteligencia que adapta la "pequeña voluntad" humana al Propósito del Creador del Universo. Beltrán Anglada relaciona ese Propósito superior con un centro místico planetario donde se manifiesta la más excelsa paz, el Centro de Shamballa.
 
La triangulación que propone Beltrán Anglada para orientarnos en el Sendero de la Paz relaciona a la inteligencia, al amor y a la voluntad, tanto en el microcosmo --el ser humano-- como en el macrocosmo --Dios. Los tres puntos representan la Luz, el Amor y la Voluntad al Bien que conducen al establecimiento de la buena voluntad y las rectas relaciones, humanas y planetarias. Tal "Sicosíntesis Planetaria" se puede resumir en la siguiente ecuación:

 Luz + Amor + Voluntad = Bien + PAZ

Cuando lo que es bueno para todos sea considerado bueno para cada uno, entonces regirá en la Tierra una moral social que permita y fomente una Cultura de la Paz nutrida desde el corazón humano. Para Beltrán Anglada la cultura del corazón es un proceso evolutivo de expansión de la conciencia que incrementa nuestra sensibilidad espiritual y no una mera erudición adquirida académicamente.

El desarrollo de la facultad que rebasa la razón pero que la contiene --la INTUICION-- es necesario para hacernos hombres y mujeres libres para amar inteligentemente, unos a otros y a toda creación de Dios. Sólo el corazón puede intuir la Voluntad de Dios y motivarnos, con la debida pureza de intención, a alinear nuestra "pequeña voluntad" a la Suya.

Así define Beltrán Anglada el Sendero de Retorno al Paraíso Perdido de la Paz --la tierra de Shamballa-- el Reino de una Comunidad Espiritual Planetaria de Almas liberadas del "pecado original" del interés propio. Por Su compasión y con Su sabiduría, espíritus evolucionados nos acompañan subjetivamente hasta que el último peregrino haya encontrado ese Sendero de Retorno y aprendamos todos a convivir en paz viviendo la Paz inmanente en el espíritu humano.

 

Desde Shamballa hasta Jayuya: Emblema de la Paz Taína


Piedra Escrita de Jayuya
Jayuya, Puerto Rico [ 1 | 2 ]
[Foto: NGSM.org 2002]

 

Los indios taínos de Puerto Rico dejaron evidencia de haber descubierto el símbolo del  Emblema de la Paz. En la Piedra Escrita de Jayuya se encuentra tallado ese petroglifo en su borde superior de cara al efluyente del río.

Desde el 1996, el Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico ha alojado a la  Cátedra UNESCO de Educación para la Paz.  Las raíces de ese esfuerzo hostosiano de Educación para la Paz puede remontarse a orígenes taínos -y quizás aún más atrás. A su manera, los taínos también habían aprendido a intuir el Propósito de Dios y a alinear sus pequeñas voluntades con la Suya. Así lo expresa la versión hostosiana que invoca la Luz, el Amor y el Bien para la isla de Borikén, para Iberoamérica y para el mundo entero.

Invocación Iberoamericana
de la Luz, el Amor y el Bien

Invoquemos para que, desde el punto infinito de LUZ inmerso en el Espacio Uno, la LUZ destelle en todas las mentes humanas y que la LUZ de la VERDAD se esparza por los confines de la Tierra.

Invoquemos para que, desde la fuente inagotable de AMOR que impregna a la Conciencia Una, el AMOR se anide en nosotros y fecunde a todos los corazones humanos, y que las JUSTAS y RECTAS RELACIONES HUMANAS restauren la PAZ en la Tierra.

Invoquemos para que, desde allí donde emana el PODER y la eterna Voluntad-al-Bien es conocida, el PROPOSITO SUPREMO guíe la voluntad personal de cada ser humano, el Propósito que
Aquellos Que Saben conocen y sirven.  

Actuemos responsablemente para que, desde aquí donde invocamos como Iberoamericanos integrantes de la Raza Humana, se realice el PLAN de AMOR y de LUZ que herméticamente selle toda posibilidad al mal.

En síntesis, invoquemos 
--¡y actuemos!-- para que la LUZ, el AMOR y el PODER --como eterna Voluntad-al-Bien--  restablezcan el PLAN DIVINO en Iberoamérica y en toda la Tierra
.
 

Red Iberoamericana de la Voluntad al Bien y la Buena Voluntad

Nuevo Grupo de Servidores del Mundo en Iberoamérica

NGSM.org

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La
Mente en atención y el Corazón sereno,
en perfecta adaptación al Presente eterno.

www.Agni-Yoga.org

2010-02-05