Hoy
el mundo ha llegado a otro gran momento de crisis. No me refiero a las
actuales condiciones mundiales, sino al estado de la conciencia humana. La
mente ha alcanzado un poder funcionante y las personalidades están
coordinadas. Los tres
aspectos del hombre se están mezclando; ha sido posible otra formación o
precipitación de la Jerarquía de Adeptos.
En el plano físico se está integrando -silenciosa, constante y
poderosamente- sin organización exotérica alguna, ceremonial o forma
externa, un grupo de hombres y mujeres que, finalmente, reemplazará al
esfuerzo jerárquico anterior. Sustituirá a todas las iglesias, a todos
los grupos y a todas las organizaciones y, con el tiempo, llegará a
constituir ese grupo de almas selectas, que gobernará y guiará al mundo.
Están siendo extraídos de todas las naciones, pero no son
elegidos o reunidos por la alerta Jerarquía, ni por algún Maestro, sino
por el poder de responder a la oportunidad, a la oleada y a la nota
espiritual. Surgen de todos
los grupos, iglesias y partidos y, en consecuencia, serán verdaderamente
representativos. No lo hacen
por el impulso de la propia ambición y ardid del orgullo, sino mediante
el altruismo mismo de su servicio. Encuentran
su camino hacia la cumbre en todos los campos del saber humano, no por la
vociferación de sus propias ideas, teorías y descubrimientos, sino por
ser tan incluyentes en sus perspectivas y tan amplios en su interpretación
de la verdad, que ven la mano de Dios en todos los acontecimientos.
Ven Su impronta en todas las formas y Su nota resuena por todos los
canales de comunicación entre la realidad subjetiva y la forma externa
objetiva. Pertenecen a todas
las razas, hablan todos los idiomas, abrazan todas las religiones, todas
las ciencias y todas las filosofías. Sus características son: síntesis,
inclusividad, intelectualidad y un excelente desarrollo mental.
No profesan ningún credo, salvo el de la Hermandad basado en la
Vida una. No reconocen
autoridad alguna, excepto la de sus propias almas, ni ningún Maestro,
excepto al grupo que tratan de servir y a la humanidad, a la cual aman
profundamente. No erigen barreras a su alrededor, pero los rige una amplia
tolerancia, una mentalidad sana y un sentido de proporción.
Contemplan el mundo de los hombres con ojos bien abiertos y
reconocen a quienes pueden elevar y, como lo hacen los Grandes Seres,
elevan, enseñan y ayudan. Reconocen
también a sus superiores y a sus iguales y se reconocen entre sí cuando
se encuentran y trabajan juntos en la tarea de salvar a la humanidad.
No importa si difiere su terminología, si varía la interpretación
de los símbolos y escrituras o hablan mucho o poco.
Ven a los miembros de su grupo en todos los campos -político,
científico, religioso y económico- les dan la señal de su
reconocimiento tendiéndoles la mano de hermano.
Reconocen también a Quienes se hallan más avanzados que ellos en
la etapa de la evolución y los denominan Instructores, tratando de
aprender de Ellos lo que desean impartir ansiosamente. (4-292/3).
Los
miembros del Nuevo Grupo de Servidores del Mundo, aunque actúan
mentalmente sin darse cuenta, trabajan, no obstante, "por la impresión",
según se dice. Su deber
principal y el deber que sus almas les imponen, es preservar la
sensibilidad interna. Esto lo
hacen en la mayoría de los casos, y su intenso interés en el trabajo
hace que se centralicen y se dediquen a su tarea. En consecuencia, todas
las reacciones de la personalidad quedan subordinadas al trabajo entre
manos, y el hombre inferior no presenta obstáculos a esa impresión. (5-/58).
El
Nuevo Grupo de Servidores del Mundo está formado hoy por dos grupos de
personas: 1.
Los que son conscientes del Plan, están sometidos a la impresión
jerárquica y son sensibles a ella; se hallan dedicados a la tarea de
lograr la fusión o unificación grupal deseada, son los servidores
consagrados del mundo, libres de todo matiz de separatividad, plenos de
amor hacia todos los que ansían la difusión de la buena voluntad
comprensiva. Son la analogía
del "corazón amoroso consagrado". 2.
Una pequeña minoría surgida del Nuevo Grupo de Servidores del
Mundo y que -en cada país- puede actuar en forma grupal si lo decide, y
lograr la fusión para la cual trabaja el Nuevo Grupo de Servidores del
Mundo-, el punto de tensión en la humanidad y en la Jerarquía ha
predispuesto y ha preparado a los corazones de los hombres.
Su oportunidad y responsabilidad son grandes, porque conocen el
Plan, están en contacto con los Guías Instructores en el aspecto interno
y son sensibles a la impresión superior, siendo la analogía de los
puntos de iluminación y también de las "mentes iluminadas". (13-85).
El
Nuevo Grupo de Servidores del Mundo no es una nueva organización que se
está formando en el mundo. Es simplemente un conjunto de hombres de
objetivos constructivos, pacíficos y de buena voluntad, vinculados
libremente, que ponen el énfasis sobre la previa necesidad de establecer
rectas relaciones humanas, antes de cualquier paz duradera Este grupo no
responderá a la fidelidad y lealtad de ningún hombre. Es la agrupación
de todos los que tratan de expresar el espíritu crístico y están libres
de todo espíritu de odio y de venganza.
Este grupo desafía al mundo a abandonar todos los antagonismos y
antipatías, odios y diferencias raciales y trata de vivir en términos de
una familia, una vida y una humanidad.
El Nuevo Grupo de Servidores del Mundo cree que, por medio de la
buena voluntad, el nuevo orden mundial puede ser firmemente establecido en
la Tierra. (13-173/4).
La
fuerza del Nuevo Grupo de Servidores del Mundo radica en tres factores: 1.
Ocupan una posición intermedia entre las masas humanas y el
subjetivo e interno gobierno mundial. 2.
Extraen sus miembros -si puede emplearse una palabra tan
inadecuada- de todas las clases, la aristocrática, la intelectual, la
burguesa, la clase media alta y la baja y, también, de los estratos
superiores del proletariado. 3.
Están
estrechamente interrelacionados y en constante contacto y armonía entre sí,
debido a la unidad de objetivo, métodos definidos, uniformidad de técnicas
y buena voluntad. (15-484).
El
partidismo, la lucha a favor o en contra y el espíritu partidista,
caracteriza al mundo moderno de los hombres.
El Nuevo Grupo de Servidores del Mundo no tiene tiempo, ni se
interesa en esas actividades que conducen a la separación, división y
lucha. Apoya todas esas
tendencias que llevarán oportunamente a la formación de un tercer
partido, libre de odios políticos y religiosos y no es conocido ni
comprendido, siendo relativamente impotente para impresionar definidamente
el pensamiento del mundo. Sin embargo, si hay habilidad en la acción y adhesión a los
principios de colaboración armónica, podrá, en pocos años, demostrar
verdadero poder e influencia.
Sólo así, el trabajo podrá entrar en un segundo ciclo de influencia
destacada y definida y, únicamente será posible, si quienes tienen visión
no escatiman esfuerzos y sacrifican su tiempo y dinero para llevarlo a
cabo. Este grupo se ubicará
entre explotados y explotadores, antagonistas y pacifistas, pueblos y
gobernantes, sin apoyar a nadie, ni demostrar parcialidad, sin fomentar
desórdenes políticos ni religiosos y tampoco nutrir odios individuales,
nacionales o raciales. Será
el intérprete de las correctas relaciones humanas, de la unicidad básica
de la humanidad, la hermandad práctica, la inofensividad positiva en la
palabra hablada o escrita, y apoyarán esa síntesis interna de los
objetivos que reconocen el valor del individuo y, al mismo tiempo, la
significación del trabajo grupal. La difusión de estas ideas y de los principios de buena
voluntad traerán la formación de este tercer grupo en los asuntos
mundiales.
En el curso de pocos años, si el trabajo se lleva a cabo sobre
estos conceptos, la opinión pública se verá forzada a reconocer la
potencia de este movimiento orientado hacia la paz, la comprensión
internacional y la mutua buena voluntad. (15-510/1).
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